Mensaje
SI VIS PACEM, PARA BELLUM
Autora: Clumsykitty
Fandom: WickUniverse&Marvel (Crossover)
Pareja: WickStark (John Wick x Tony Stark, pueh)
Derechos: a que me baleen.
Advertencias: Pues es una historia que vino a mi mente luego de que estuve en charlas con mis dos buenas amigas, esta historia va dedicada con mucho cariño para ellas, por nunca dejarme caer y enseñarme lo mucho que valen mis historias. Con especial atención para la cumpleañera (you know who is!!).
NOTA: Se ubica entre Chapter 2 y Parabellum de la saga Wick y Homecoming antes de Infinity War. Locuras, mil, ya saben.
Gracias por leerme.
***
You gave me back the paradise
That I thought I lost for good
You helped me find the reasons why
It took me by surprise that you understood
You knew all along
What I never wanted to say
Until I learned to love myself
I was never ever lovin' anybody else
Secret, Madonna.
Mensaje.
Era más que obvio que la nueva amistad de Tony iba a llamar la atención de sus más cercanos amigos que no pasaban por alto sus cambios de humor cuando las cosas no marchaban bien y que eso se transformaba cuando algo había captado su atención lo suficiente para olvidar juntas o presentaciones. Sin contar con las usuales irreverencias al estar haciendo tonterías por una razón no dicha. Happy casi tiene un infarto cuando recibió los paquetes de compra de la tienda de mascotas como si fuesen a convertirse en criadores profesionales de pitbulls. Pepper le reclamó las facturas al millonario cuando se suponía que ese exótico animal solo estaría un par de días y no más, mientras que Rhodey fue directo al grano, porque notó que el pretexto de cuidar a Burton implicaba algo más que su amigo no estaba diciéndole.
—¿Estás tratando de conquistar a alguien?
—¿Q-Qué...? Claro que no, solo estoy siendo amigable. ¿No me dijiste que fuese amigable?
Rhodey no le creyó, persiguiéndole. —Tony, ¿quién es el dueño o la dueña de ese perro?
—¿Para qué quieres saberlo, Rhodey Pooh?
—No evadas.
—Hey, ¿no puedo ser cordial con un lindo pitbull?
—Puedes serlo, pero esto va más allá de cuidarlo, te conozco. Has comenzado a tener esos episodios donde chocas con las cosas, se te quema el café y la pobre Friday ha inventado pretextos por ti.
—"No me quejo, Coronel."
—Demando una respuesta sincera en nombre de nuestra amistad.
—¡Eso es trampa! ¡Es chantaje!
—Habla —Rhodey se cruzó de brazos, esperando por su premio.
—Es de Peter.
—¿El mocoso?
—¿Conocemos ambos otro Peter?
—Hubieras comenzado por ahí.
—Es que no me tienes paciencia.
—Tones... —Rhodey miró al techo, resignado— Sabes que estaba preocupado por ti. Hasta Peter, por cierto, ¿por eso te dio a su perro?
—No me lo dio, me pidió que lo cuidara unos días mientras anda contaminando Nueva York con sus telarañas.
—Okay, todo tiene más sentido así. Le diré a Pepper, también estaba angustiada por ti.
—Estoy bien, papá.
—Gracioso —el coronel le dio un coscorrón suave, pero Burton le gruñó, mostrándole los dientes— ¡Whoa! ¿Qué pasa aquí?
—¡Burton! Hey, es que no le gusta que me... me maltraten.
—¿Eh?
—Ya sabes, los perros son así, como los coroneles.
—Voy a estar vigilándote, Anthony Edward Stark.
—¿Por qué el nombre completo? ¿En qué te he ofendido?
—Aunque tu cabezota hueca no lo acepte, me preocupo por ti.
—Gracias, pero en verdad no hay nada de qué angustiarse. Todo está en perfecto orden.
—Precisamente por eso me preocupo.
—¿Tienes libre el viernes? Me gustaría ir a comer un shawarma.
—Sí, y te repito, tengo mis ojos en ti que se traduce a que le pediré a Friday sus informes sobre tus sospechosas actividades bajo los códigos de Pepper.
—¿No has pensado en robarle el trabajo a Ross?
—Te veré el viernes, Tones.
Tony bufó, tranquilamente apoyado en un mueble al despedir a su amigo. Su expresión cambió a una de alivio cuando se marchó, volviéndose a Burton quien esperaba paciente una orden suya.
—No le debes gruñir a Rhodey, tiene un rango superior a ti, cadete.
La presencia del perro fue agradable para el castaño, quien encontró en su cuidado una actividad bastante lúdica, sumado al inquieto Peter Parker a quien sobornó de manera inteligente por si acaso alguien intentaba interrogarlo sobre la propiedad de Burton. O el chico lo admiraba tanto como para mentir por él o en verdad era todo un ingenuo que se creía sus palabras. No lo supo. Pasados tres días, en lo que Tony estaba explicándole cálculo integral, por la puerta apareció John Wick. El pitbull corrió enseguida a saludarlo y darle la bienvenida. No se veía ni herido ni con moretones, lo que tranquilizó al millonario cuando se puso de pie para alcanzarlo en el recibidor mientras Burton trataba de llenarlo de baba en su rostro tan duro como serio.
—Bienvenido, Johnsy.
—¿Quién es él?
—¿Eh? —Stark se giró, casi chocando con el adolescente.
—¡Hola! Soy Peter Benjamín Parker, soy de Queens y soy becario del Señor Stark. Mucho gusto en conocerle señor... no dijo su nombre.
—Peter —Tony negó— Te presento al Señor John Wick. Jonhsy, él es mi Peter.
—¡Wow! El Señor Wikipedia, ¿usted es el verdadero dueño de Burton? Lo cuidamos muy bien y no me importó para nada decir que era mi perro porque en verdad pareció mi perro, es muy obediente cuando le dije dónde estaba su arenero y...
—Gracias.
—Estábamos... ¿quieres comer algo? —invitó el millonario.
—De acuerdo.
—No habla mucho ¿verdad?
—Alguien tiene que compensar tu lluvia de palabras, niño. ¿Puedes calentar las papas? Te alcanzaremos.
—Oh, ya veo. Plática de adultos, Okay. ¿Burton me puede acompañar?
El asesino no daba crédito a la cantidad de energía que emanaba ese muchachito que no parecía estarse quieto, dio la orden a su perro de que lo siguiera, quedándose a solas en la sala con Tony. Este le miró de arriba abajo, como si fuese el mismísimo Sastre que inspeccionaba su atuendo en busca de alguna falla.
—¿Qué sucede?
—¿A dónde fuiste?
—África.
—Vaya —Stark iba a caminar, pero se detuvo, mirando a John con duda que pasó a asombro— No me digas que...
—Sí.
—¿Qué? ¿Por qué? ¿Estás loco? Nadie se puede meter en Wakanda así nada más.
—La creencia que tienen sobre ello es su mayor debilidad.
—Dime que no mataste a nadie.
—No —Wick aflojó un poco el nudo de su corbata— Solo quería verlos de cerca.
—¿Para qué?
—Necesitaba conocer a los hombres que te han puesto así.
Hubo un largo silencio por parte de Tony quien no dio crédito a lo que estaba escuchando, la forma tan directa en como hablaba el asesino y los atajos que tomaba para darle vuelta a sus argumentos o mentiras pequeñas e inocuas lo habían tomado realmente por sorpresa. Era un hombre demasiado peculiar y tan bueno en su trabajo como en su vida. Pensando en su difunta esposa no pudo sino decirse a sí mismo que se debía a eso, John Wick ya no tenía nada que perder, así que siempre estaba arriesgando lo poco que poseía en pos de conseguir su objetivo. Un ligero calorcillo se sintió en sus mejillas al momento de toser, desviando su mirada de aquella penetrante del más alto, buscando algo qué decir. John entrecerró sus ojos, leyendo esas expresiones.
—Nunca habían hecho algo así por ti —no fue pregunta sino una afirmación.
—C-Claro que sí, todo el tiempo...
—Tony.
—¿Qué?
—Nunca alguien lo había hecho.
Tony se encogió de hombros, apretando una sonrisa. —Está bien, tampoco era que yo me comportaba de una manera que lo mereciera.
—Has pasado una vida así. Demasiado dolor.
—¿De nuevo con la psicología?
El asesino negó. —Tal vez... deberías acostumbrarte.
—¿Ah? ¿Qué dices?
—Esto no ha acabado.
Wick le guiñó un ojo, caminando hacia la cocina para ayudar a Peter con las hamburguesas que se habían quedado en sus respectivas cajas. El millonario se quedó atrás unos segundos, riendo nervioso después cuando reaccionó al escuchar la risa del adolescente con uno que otro gruñido del asesino cuando se pusieron a discutir sobre cómo debían de calentarse unas papas fritas. Se rascó su nuca, caminando hacia ellos para verlos charlar tan a gusto, un toque que solamente Parker tenía con los perfectos extraños. La inocencia de su edad. Comieron los tres juntos con las dudas del chico sobre tu tarea como tema de conversación, John permaneció callado al no ser un tema que dominara, de vez en cuando mirando de reojo a Tony quien tosía en esos momentos, tirando la salsa cátsup o casi ahogándose con un trozo de hamburguesa.
Tanto Peter Parker como John Wick se marcharon, dejando al millonario solo con sus pensamientos que fueron tan rápidos cual partícula viajando a la velocidad de la luz de solo imaginar lo que había hecho o los trucos que había usado el asesino para estar tan cerca del Capitán América y su amiguito desequilibrado en una de las naciones más protegidas del mundo. Mientras Friday le daba la nueva ubicación de Visión en Europa, el castaño miró a donde las cosas de Burton que no se había llevado su dueño. Las había olvidado o las había dejado muy a propósito para volver más tarde por ellas, en esos pretextos tontos que ninguno de los dos creía pero que no refutaban tampoco, cómplices de un juego que había escalado a algo más con la confesión de Wick sobre su viaje hacia Wakanda para analizar a quien podría ser o su próximo objetivo o...
—Vamos, Tony, deja de soñar —se amonestó a sí mismo.
En plena junta con su equipo de Industrias Stark y Fundación María Stark, recibió un mensaje de un número desconocido y privado. Su habitación en el Continental ya está lista para ser ocupada, Señor Stark. Por mucho que tratara de mantenerse ecuánime, el corazón de Tony pareció sentirse que se le salía del pecho al leerlo rápidamente para que Pepper no sospechara. ¿John lo estaba invitando descaradamente justo ahora? Se miró por uno de los ventanales del edificio con el fin de inspeccionar su aspecto que siempre era impecable cuando se trataban de juntas formales, sin embargo, por cualquier duda se arregló sus cabellos como su corbata y reloj. ¿Para qué lo llamaba John? ¿Era una cita? ¿Le iba a pedir que volviera a cuidar de Burton? Esta vez nadie iba a tragarse el cuento de que Peter se lo había solicitado como favor.
—Tony, ¿te sientes mal?
—No.
—Pues quédate quieto.
—Sí. Lo siento.
Desde su contacto con el asesino, Tony ya no había insistido en revivir ese romance fallido con Potts, ni ella parecía indispuesta por su falta de atención, incluso le pareció que estaba aliviada. Eso no menguaba su culpa, aunque sí proporcionaba más espacio de acción, sobre todo si involucraba buscar una excusa con la cual salir corriendo de ahí para ir a un hotel que no existía en los registros normales de Nueva York pese a estar a plena vista. Sí, parecía un adolescente enamorado escapando de la escuela. Cuando lo más importante de la reunión fue visto, ni tardo ni perezoso corrió al baño para engañar a Pepper y luego usó su armadura para huir de ahí a toda velocidad antes de que usara a Friday de intermediara. Aterrizó en el callejón de los basureros del hotel, acomodando su traje una vez más igual que sus cabellos que alisó hacia su nuca antes de entrar caminando cual dueño del sitio hacia la recepción.
—Bienvenido, Señor Stark —Charon le sonrió, dándole la tarjeta de su habitación— Que disfrute su estancia en el Continental.
—Seguro que lo haré, gracias.
Le temblaban las manos por los nervios y se enojó consigo mismo por ello. No había vacilado la primera vez y no lo haría ahora que el gran John Wick estaba invitándolo tan abiertamente a su habitación. Su determinación olvidó que el asesino era un maestro en las tácticas y estrategias. Apenas deslizó la tarjeta por el lector y la puerta se abrió, Tony fue jalado por las solapas de su traje hacia el interior para recibir uno de esos besos que hacen que todo se detenga y solamente importe el contacto furioso de unos labios que se abrieron paso por los suyos, robando la queja junto con el aliento que con ella iban. Su espalda chocó con la pared adjunta a la puerta que se cerró de golpe, dejando que el silencio fuese llenado por los jadeos además del siseo de sus ropas al estar tan peligrosamente juntos, tanto que el millonario juró que Wick pudo sentir los latidos apurados de su desbocado corazón.
—¿Q-Qué...?
Fue su única pausa para un segundo beso que derritió la fortaleza de sus rodillas, afortunadamente un par de brazos le sujetaron antes de caer de manera vergonzosa. Tony no quiso dejar que su reputación de conquistador fuese un mito, recordando que tenía brazos con qué rodear el cuello de John quien prácticamente le levantó del suelo sin espacio entre ellos ya. Miles de preguntas brotaron y se esfumaron de la misma manera con esa lengua diestra que se enredó con la suya. Cuando el oxígeno ya no pudo ser ignorado, fue que al fin se separaron. El millonario clavó su mirada confundida en Wick, cuya mano derecha acarició esa mejilla rojiza por el momento de una forma que hizo a Stark estremecerse. No era posible, no podía ser que algo así tuviese tanto impacto.
—Johnsy... —carraspeó, buscando entender.
—Tenía que hacerlo.
—¿Hacerlo?
John le tomó por una mano, tirando de él hacia la cama. Por supuesto que quiso negarse como dictaba el buen comportamiento. Solo que, en esos precisos instantes, con todo lo que había pasado y lo que ese asesino había provocado en él, tiró por la borda de la locura toda rectitud y pudor, dejándose llevar sin dejar de mirarse en esos ojos fieros, tristes, ansiosos. Fue como volver a vivir, sentirse vivo sin angustias, ni remordimientos. Solo vivo como cuando era un joven desenfadado al que la vida le sonreía con los más grandes éxitos y un futuro prometedor antes de 1991. Así se sintió Tony mientras las manos de un hombre que no había conocido hacía mucho recorrían cada centímetro de su piel igual que Gengis Khan dominara gran parte de Asia. Todo un conquistador que no dudó en tomar lo que el millonario tuvo para dar. Sin penas ni vergüenzas por los sonidos que escaparon de su garganta al ser uno o su cuerpo temblando cuando alcanzó el orgasmo.
El teléfono de Tony fue lo que lo despertó horas más con un sobresalto, notando que todavía era de madrugada, pero cerca del amanecer. Un brazo rodeaba su cintura desnuda por debajo de la sábana revuelta que contaba lo que ahí había sucedido. Sin poder moverse por la forma en que el asesino lo tenía sujeto contra su pecho, lo único que le quedó a Tony fue estirar su brazo para alcanzar el celular y responder la insistente llamada de Peter Parker quien definitivamente no conocía los usos horarios, ni la decencia, de paso. Tratando de hablar lo más bajo posible para no despertar a su ahora amante, se pegó el teléfono al oído casi enterrando su rostro en la almohada para amortiguar el sonido de su voz.
—Parker, más vale que sea serio o te mataré.
—¡Señor Stark! ¡Señor! Lo siento, de verdad que lo siento, pero es que encontré algo raro y necesitaba decírselo ya.
—Que sea rápido.
—¡Sí, claro! Verá... am, bueno, terminaba mi ronda por la ciudad y me acordé de que Tía May quería uno de esos sándwiches que se venden en la 73, así que me desvié, pero había una reparación de cableado, entonces como que no podía andar colgándome tan libremente...
—Niño...
—¡Okay! ¡Okay! Tomé otro camino por el puente, ya sabe, y entonces... pues vi a un hombre muy raro, Señor Stark, que le hablaba a unas palomas. Se vestía como un indigente así que pensé que, pues eran sus amigas, ¿no? Pero luego llegaron unos tipos con caras rudas vestidos igual y le entregaron al señor de las palomitas unos papelitos. Karen dijo que eran mensajes cifrados. Ahora, ¿qué clase de indigentes usan mensajes cifrados con lenguaje matemático?
—Oh...
—Y luego de eso, cada quien se fue por su lado. Fue muy muy raro, Señor Stark y...
—¿Estás ya en tu casa?
—Bueno, sí. Tengo clases en unas horas y le prometí a Ned pasar por él.
—No lo cuentes a nadie, ¿de acuerdo? Luego te veré, quiero dormir, Peter.
—Creí que no dormía a estas horas, ¡perdón, Señor Stark!
—Espera mi llamada.
—¡Claro! Gracias, señor. Buenas noches, diga... buenos días.
—Adiós, niño.
Tony colgó la llamada con un suspiro largo, casi aventando el celular de vuelta al taburete y pensando en aquello. ¿Sería el mismo hombre que él había visto?
—Le llaman The Bowery King —la voz de John le hizo abrir los ojos de golpe y girarse en su abrazo.
—Yo... lo siento, no quería despertarte.
—Su reino es el reino conocido como Soup Kitchen.
—Oh... ¿lo conoces? ¿Es parte de la Orden Suprema?
—Trabaja con ellos, no para ellos. Es un rey.
—Y decían que no había monarquías en Nueva York —Tony se acomodó mejor— John...
—Aún no sale el sol, duerme.
—¿Qué ha pasado?
—Un niño te llamó, respondiste y ahora hablamos sobre un rey mendigo.
—Sabes a lo que me refiero.
—¿Siempre das pasos tan temerosos?
Eso picó el orgullo de Stark, bufando. —Ja. Habla quien para evadir preguntas apunta con un arma.
—Funciona. Duerme, Tony. Las preguntas que tienes no hacen otra cosa que atormentarte.
—Podrías responderlas y aliviar mi pena.
John le miró y el millonario supo que no iba a dormir, no al menos por un par de horas más y hasta casi el mediodía cuando de nuevo tuviera otra llamada, esta vez de Rhodey recordándole su cita para ir a almorzar. Tony se levantó de golpe, recordando muy tarde por qué no debió hacerlo. Notó una rosa junto a su taburete con una nota escrita a mano que tomó para leerla con una expresión que iluminó su rostro.
Ni siquiera yo tengo la respuesta, Tony, pero quiero encontrarla a tu lado.
J.W.
—Demonios —rió Stark, tomando la rosa que olfateó, perfecta en tamaño, pétalos y forma. Fuese lo que hiciere la Orden Suprema para tener y obtener semejantes cosas en tiempo récord era un misterio.
Burton le acompañó ese breve lapso del baño a su despedida del hotel por ese día, tomando un taxi para llegar a tiempo al lugar al que había invitado a su amigo. Durante el camino, Tony se quedó pensando en lo ocurrido, llevando una mano a sus labios con una sonrisa tonta. Vaya que besaba como los mejores, y hacía el amor como los mejores. ¿Acaso también en eso los entrenaban? Lo ignoraba. En el bolsillo interior de su traje que misteriosamente también estaba recién traído de la lavandería, el castaño llevaba ese pequeño papel tan valioso para él a partir de ese momento. La rosa la envió a su penthouse para evitar preguntas durante el almuerzo. Todavía se sentía cansado, deliciosamente cansado y animado. Definitivamente John Wick era el Prometeo que había robado el fuego de la vida a los crueles dioses que le habían arrebatado aquel precioso regalo para devolvérselo y sentirse feliz.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top