Berenjena

SI VIS PACEM, PARA BELLUM

Autora: Clumsykitty

Fandom: WickUniverse&Marvel (Crossover)

Pareja: WickStark (John Wick x Tony Stark, pueh)

Derechos: a que me baleen.

Advertencias: Pues es una historia que vino a mi mente luego de que estuve en charlas con mis dos buenas amigas, esta historia va dedicada con mucho cariño para ellas, por nunca dejarme caer y enseñarme lo mucho que valen mis historias. Con especial atención para la cumpleañera (you know who is!!).

NOTA: Se ubica entre Chapter 2 y Parabellum de la saga Wick y Homecoming antes de Infinity War. Locuras, mil, ya saben.

Gracias por leerme.

***



You got me in your open hand
I never wanna come back
How do we let you never found?
You know it's gonna come out.

Think of me, I'll never break your heart.
Think of me, you're always in the dark.
I am your light, your love, your light.
Think of me, you're never in the dark
.

Think of me, Kaleida.



Berenjena.



—¡Muchísimas gracias, Señor Stark! ¡Le juro que...!

—No me jures nada, niño. Fue divertido, nadie entendió ni una palabra de lo que dije.

—Yo sí —Peter Parker sonrió de oreja a oreja.

—Tú fuiste de los que menos entendió.

—¡Hey!

Tony despeinó los cabellos del adolescente, sacando su celular para leer el informe número mil de Friday sobre sus pesquisas del asesino. Al igual que sus antecesores, el resultado era el mismo: no existía dato alguno en ninguna parte del mundo sobre un hombre llamado John Wick. Se estaba convirtiendo en algo personal aquello. No podía permitirse que un tipejo como él anduviera caminando por las calles de Nueva York sabiendo todo de él y no ser así de su parte. Peter se asomó a su pantalla, alcanzando a leer el nombre antes de que borrara aquello.

—¿John Wick? ¿Es un nuevo Vengador, Señor?

—No, y no debes mirar teléfonos ajenos.

—No es ajeno, es de usted. ¿Para qué quiere al Señor Wikipedia?

Tony iba a corregirle, más la broma le pareció genial y se echó a reír, pasando un brazo por los hombros de Peter camino a su auto para darle un aventón a su casa. Estaba muy entretenido para siquiera enojarse por una falla más al no encontrar información sobre la Orden Suprema ni esos asesinos que se hospedaban en el Continental. Solamente tenía que sonsacarle las respuestas a John Wick, cosa que haría más tarde, era ya un juramento de honor. Peter le fue contando en el camino todos sus dilemas amorosos de estudiante, haciendo una breve parada por unos churros que fueron comiendo hasta la puerta del edificio donde vivía. Ahí le despidió, dispuesto a volver a Industrias Stark, pero se lo pensó mejor. ¿Qué tal si iba al Continental? Después de todo, ya sabía el camino.

—Friday, cancela mis citas, tengo algo importante que hacer.

Con una sonrisa leonina, el millonario condujo por las calles de Nueva York hasta esa esquina tan peculiar donde se hospedaban los asesinos más peligros de la ciudad. Era toda una locura que estuviera pisando terrenos tan poco seguros únicamente para fastidiarle el día John Wick, pero aquel tonto se lo merecía por evadir sus preguntas. Con toda la soltura propia de quien ya sabe el camino, Stark fue hacia la recepción en el fondo con las miradas de los huéspedes en el lobby siguiendo sus pasos al no reconocerle dentro del gremio. Solamente el recepcionista fue quien le miró con una ceja arqueada deteniendo su apurado movimiento de dedos sobre las teclas de su computadora. Tony ofreció una sonrisa segura, de hombre de mundo mientras apoyaba un codo sobre la barra de recepción, haciendo uso de su carisma de playboy que tanto le había respaldado años anteriores.

—He venido a visitar al Señor Wick. Me dijo que tenía pase libre no importaba hora o día.

—Veré si el Señor Wick está disponible —respondió Charon, tomando el teléfono para marcar sin apartar la vista de él— Señor... sí, tiene una visita... es el Señor Stark...

—Veo que me recuerda, eso es muy amable de su parte.

—... sí, señor... enseguida le comunico su mensaje —el conserje colgó, tomando un poco de aire para su pose habitual de inglés imperturbable— El Señor Wick le recibirá. Por el ascensor, quinto nivel, habitación 502.

—Muy amable, caballero.

—Cuide sus pasos, Señor Stark.

No necesitaba de esas palabras, pero fueron bien recibidas por el castaño mientras se abría paso entre todos esos asesinos, siempre elegantes y desenfadados que caminaban por aquí y por allá a lo largo y ancho del Continental, dándole una mirada de soslayo al no reconocerle. Subió por el elevador completamente solo hasta el piso correspondiente, buscando esa habitación. Antes de poder siquiera tocar, la puerta se abrió. Un ladrido de bienvenida acompañó al gruñido que Wick le dio a modo de saludo, vestía ese endemoniado traje negro con camisa gris oscura como si trabajara en una funeraria. De cierta forma aquello era cierto.

—¿A qué has venido?

—Extrañaba a Burton —el pitbull ladró, sacudiendo su cola— ¿Lo ves? ¿Me dejarás pasar o serás un descortés teniéndome aquí en el pasillo como si fuera una dama de compañía?

Casi de mala gana, el asesino le cedió el paso, dejándole ir al sofá donde estaba tumbado el perro cuya cabeza acarició, jugando con sus orejas. John le miró arriba abajo antes de cerrar la puerta quizá con un poco más de fuerza de lo debido, volviendo a la mesa donde estaba armando una de sus automáticas.

—La invitación no era tan en serio.

—Pues mala elección de palabras, he venido a saludar y saber si todo está bien.

—Has venido a fastidiar.

—Siempre tan encantador como serio. ¿Sonríes alguna vez?

—La Orden Suprema es una sociedad mucho más antigua que HYDRA, no hay punto de comparación.

—¿Qué más? —Tony sonrió, caminando a él para sentarse a un lado— Sigue mientras me cuentas todo, tengo mucho tiempo.

—Eso es todo.

—Oh, no. No vas a hacerme eso de nuevo. Soy capaz de llamar al gerente de este hotel para reclamarle los malos tratos que me das.

—Dudo mucho que Winston te ayude.

—Lo hará cuando escuche mi nombre.

Wick detuvo sus manos unos segundos, dedicándole una mirada y luego continuó, negando para sí.

—Sé que un tiempo fueron "socios" pero la Orden Suprema no es igual ni tiene los mismos valores que HYDRA. Puede decirse que solo son indiferentes uno del otro hasta que alguien ofenda al contrario.

—Interesante. Pero HYDRA ya desapareció.

—Seguro —bufó el asesino, terminando de ensamblar su arma y accionando el gatillo.

—Cayó, todos sus expedientes fueron publicados.

—Unos papeles no van a detener una organización.

—¿No sucede así en la Orden Suprema?

—No.

—¿Cómo sucede?

—Si crees que caeré, te equivocas —John guardó sus armas en sus fundas, dedicándole su atención por completo— Te he dicho que este es un mundo que no debes mezclar con tu vida.

—Si lo dices por el peligro ese consejo llega años muy tarde. Vivo del peligro, a veces soy el peligro mismo.

—¿Tú?

—¿Por qué me miras con esa incredulidad? ¿Es que no lees los periódicos?

—No aquellos que hablan de Tony Stark.

El millonario jadeó, abriendo sus ojos y luego dando un manotazo en el aire como ofendido.

—Buena jugada.

—Tienes una tendencia a auto sabotearte.

—¿Qué?

—Pareciera que te cuesta aceptar que no eres mala persona.

—Sé que no soy mala persona.

—¿Y esa cita de la que me hablaste esa noche?

Tony hizo una boca de pescado, desviando su mirada. John negó apenas, levantándose para servirse un poco de whisky.

—No deberías descuidar a esa mujer.

—Bueno... ¿puedo tener un trago igual?

El asesino le miró de nuevo, considerando eso de ofrecerle un trago. Demasiada familiaridad. Otra característica de Tony Stark, se dijo al estar sirviendo el whisky que le ofreció en silencio.

—Gracias, Johnsy.

—¿Qué buscas de mí?

—¿Siendo sinceros? —Stark dio un trago largo— No lo sé... wow, este whisky sí que es bueno.

—No soy una persona con la que debas mezclarte.

—Ni yo tampoco.

—¿De qué te culpas?

Tony suspiró. —Los Vengadores... están divididos por mi culpa, por la de Steve. Ya no lo sé. Solo sé que es horrible ir al cuartel y encontrarlo vacío, saber que ellos andan en algún lugar de este planeta huyendo de la justicia que yo apoyé. Pero aún me duele.

—¿Doler? —John volvió a sentarse frente a él— Creí que eran un grupo de gente loca.

—Seguro que sí. ¿John Wick no tiene una historia?

—No.

—Otra mentira, así no progresaremos.

—Me dio la impresión que habías venido a terminar lo que hubiera que terminar entre nosotros para continuar tu vida de genio millonario.

—¿Tienes tiempo?

—¿Por qué?

—¡Ah, responde! Nada te cuesta decir sí o no.

Wick le miró, tensando su cuello por unos eternos segundos hasta que relajó los hombros, terminándose de golpe su whisky.

—Sí.

—Entonces te invito a comer, yo pago. Y me cuentas más sobre el Señor Wick.

—Suena como a una cita que no has recuperado.

—Ouch, que duro, pero no te va a funcionar. Anda, Burton también está invitado, es un restaurante amigable con las mascotas, por eso te llevo.

John solo hizo una mueca de resignación algo mezclada con disgusto que a Tony le pareció encantadora porque en realidad no era de rechazo sino una clara barrera para que no pasara a un terreno que comenzaba a ser suyo. Un millonario como él sabía leer bien a la gente de la misma manera en que el asesino podía armar y desarmar una automática de ojos cerrados. Terminaron en uno de esos restaurantes de gente que amaba los cactus más que a las personas y todo era elegante pero ecológico en la ironía triste del dinero en relación directa con tu aporte para cuidar el mundo. Pidieron una ensalada mientras llegaba su platillo principal, Wick conocía muy bien cada nombre en el menú, cosa que sorprendió a Tony pues eso dejaba ver una formación similar a la de Natasha Romanoff.

—¿También te entrenaron para seducir? —preguntó Stark casualmente.

—Los muertos no necesitan sexo.

—Ou, pero quizá necesitas acercarte primero sin que lo sospechen.

—Lo hago, luego están muertos.

—Eres aburrido en eso ¿sabes?

—Te advertí que no te entrometieras.

—Y yo te recuerdo que fuiste tú el primero en hacerlo al pedirme tan descaradamente mi auto favorito que rayaste.

—Puedo pagarte.

—¿Con esas monedas de oro? Gracias, tengo más antiguas y más bonitas.

—Tu tendencia a fijarte en los detalles te meterá en problemas.

—Oh, lo siento, demasiado tarde —Tony sonrió alzando su copa— Por el Señor Wick que está charlando conmigo a cuenta gotas. Y por el guapo de Burton.

El asesino entrecerró sus ojos, tomando la servilleta que acomodó sobre su regazo, dejando sus manos apretadas sobre el fino mantel blanco y verde claro, mirando alrededor para no ver esos ojos que dolían por su similitud con los de su esposa. Ese había sido el motivo por el cual aceptara en su vida a Tony Stark, esa cierta inocencia envuelta en el cinismo que pedía a gritos ser protegida. Coincidencias del destino, malas pasadas, karma. Podría haber muchas explicaciones que ninguna satisfacería a John Wick, mismo que dio un sorbo largo a su copa, pensando en todo ello.

—¿Qué pretendes ganar? ¿Una aventura que contar a tus amigos?

—No... la verdad... no lo sé.

—Mientes.

—No, Johnsy, no lo sé. Escucha, estoy perfectamente consciente de que eres un asesino y que más que mejorar ese aspecto de tu vida posiblemente soy una molestia... tiendo a serlo y...

—No lo eres.

—¿Ah?

—No eres una molestia —el camarero llegó con sus órdenes, deteniendo la explicación de Wick, quien agradeció en ruso y tomó los cubiertos para probar esa berenjena rellena— Al menos vale su precio.

—Ya sabes, todo lo bueno es caro y lujoso. Como yo. ¿Decías que no era una molestia?

John levantó un hombro. —Los Vengadores se separaron. Debe ser difícil tener un cuartel de varios kilómetros sin gente que viva en él.

—Sí —Tony apretó sus labios en un mohín— Tampoco es tan malo. Ya no hay que limpiar tanto.

—Duele.

—Claro que no.

—Sí.

—¡Okay! Si lo hace, pero ya no importa.

—Sí importa.

—Estás decidido a alterarme para que te deje en paz, ¿verdad?

—Lo siento —el asesino se inclinó ligeramente hacia adelante— Pero yo no soy un consuelo ni un sustituto para lo que te hace falta.

—Un asesino autosuficiente, dime, ¿también te regeneras solito?

Wick le miró unos segundos. —El hecho de que hayas dado con mi mundo no significa que pueda beneficiar al tuyo, poco o nada tenemos en común.

—¿La Orden Suprema está por encima de los Vengadores?

—Sí.

—Conozco a alguien que haría un berrinche por eso.

—¿Steve Rogers?

Esta vez fue el turno de Tony para quedarse boquiabierto, con su tenedor en el aire a medio camino hacia su boca. John torció sus labios en un intento de sonrisa, levantando ahora su copa.

—¿Lo ves? Somos superiores.

—No estoy buscando consuelo ni tratando de llenar ningún vacío —dijo de pronto el millonario con una voz molesta y una mirada temblorosa que ocultó tras unos lentes rojizos— Puedes seguir comiendo a gusto, no te preocupes, todo está pagado. Fue un gusto conocerte, John Wick.

Stark se levantó de golpe, dejando a medias su platillo para marcharse. El asesino miró su copa y negó, poniéndose de pie igualmente aprisa para alcanzarle casi a la salida del restaurante, sujetando el brazo del más bajo de manera casual pero determinada.

—Lo siento.

—¿Qué...?

—No quise ser grosero.

—Eres un... —Tony miró alrededor, había demasiadas mesas cercanas a ellos que podían escuchar lo que su indiscreción dejara al descubierto— Es parte de tu profesión, me supongo. Estoy bien.

—Me invitaste a comer, ¿por favor? —John levantó un brazo en dirección a la mesa donde Burton esperaba sentado en el suelo, ladeando su rostro.

—Okay, pero solo porque ese perrito me mira triste.

Ambos volvieron a la mesa con los comensales observándoles entre curiosos y divertidos, seguramente más de uno pensaría que eran pareja y estaban discutiendo, algo que llenó de cierta picardía a Tony como hacía un tiempo no lo sentía. Era extraño que ese señor asesino de malas caras estuviera obsesionándolo de esa manera, pero tampoco era un desalmado, acababa de demostrárselo. Comenzaba a sospechar que había algo en él que impedía que John Wick no lo lanzara al próximo auto veloz que pasara para asesinarlo y deshacerse de él de una vez por todas. Al millonario le intrigó eso, buscando tal respuesta durante el resto de la comida que fue de lo más amena, su invitado podía hablar de las fotos de Instagram de la misma manera en que examinaba la ópera de Aida.

—¿Nunca hubo alguien que inquietara el oscuro mundo de John Wick? —le preguntó cuando estuvieron más en confianza.

—... —el asesino desvió su mirada, bebiendo apurado de su copa.

—Lo siento, fue demasiado indiscreto.

—¿Por qué siempre estás disculpándote?

—No entiendo, ¿a qué te refieres?

John le señaló con su tenedor. —Siempre haces eso cuando notas que no hiciste o dijiste algo apropiado. Te disculpas como si todo fuera tu culpa.

—Am... ¿no?

—Hubo alguien —murmuró Wick— Mi esposa, Helen, por ella me retiré.

Tony miró alrededor, nunca había sido nada bueno para cosas tan delicadas como hablar del amor de tu vida que ha muerto, pues ese "hubo" era una enorme como incómoda pista. Ahora fue él quien bebió de su vino, buscando el mejor tacto que en su experiencia pudiera haber.

—¿Fue muy grave?

—Cáncer —gruñó el asesino— Detectado demasiado tarde.

—Mi más sentido pésame.

—Tiene ya tiempo, solo es...

—Que no puedes olvidarla. Entiendo, ¿recuerdas?

—¿Amas en verdad a esa mujer?

—Bueno —el millonario suspiró— Supongo que...

—No la amas.

—Hey.

—El amor es tajante, no admite dudas. Lo sabes o no lo sientes, es así. Como una bala, la sientes o la escuchas.

—Hermosa analogía algo escabrosa. La amo, solo es... no lo sé. ¿Quién podría amarme con todo lo que hecho? Separé a los Vengadores, el mundo casi se destruye por un robot que yo construí, a quien pensaba era mi mejor amigo y... nunca fui nada para él. Las personas en las que había pensado que podían ser de confianza, podía yo... amar —Tony dio un manotazo en el aire— terminan huyendo de mí, las asusto.

Wick le miró fijamente por unos segundos, luego dedicando su atención a su platillo que comió con esa misma precisión con la que disparaba a su blanco.

—Helen sabía que yo me daría por vencido, que no tendría rumbo sin ella. Me dejó un cachorro que cuidar en su nombre, como ese hijo que nunca pudimos procrear. El hijo de un mafioso ruso lo mató.

—Auch.

—Entonces volví a mi mundo, para cobrar venganza. Todavía no termino.

—¿Puedo saber qué le pasó al hijo del mafioso ruso? —el millonario arqueó una ceja, luego haciendo una cara de disgusto al notar la seriedad en el hombre frente a él— Okay, eso me basta. Realmente eres como un arma mortal.

—Es posible que sea más dañino que tú.

—Oh, vamos.

—Las cosas que me has dicho... suenan demasiado elaboradas incluso para alguien que gasta millones de dólares en hacer el mundo mejor.

—¿Qué estás tratando de insinuar?

—Pienso que no las hiciste solo. O no fueron tu responsabilidad.

—Sí que lo fueron.

—La gente vulgar suele culpar de sus errores a quienes tienen poder o dinero. Los infortunios son producto inherente al éxito de otros, como si las desgracias de las que no tenemos control fueran un plan macabro de un millonario que está más ocupado tratando de superar sus traumas que tratando de evitar que alguien en alguna parte del mundo lo culpe de acciones y decisiones que nunca tomó.

—Durante mucho tiempo vendí armas.

—¿Crees que nosotros usamos crayolas para matar?

Tony rió desganado. —Dime algo, ¿qué harías si descubrieras que la Orden Suprema no es tan confiable como lo creías?

—Asesinarlos.

—¿Siempre es tu respuesta para todo?

—Los muertos no discuten ni crean problemas.

—Bucky Barnes asesinó a mis padres, el mejor amigo de Steve. Y Steve lo sabía, pero no me lo dijo, no me lo dijo pese a que una vez me reclamó que yo escondía secretos, no me lo dijo pese a que pasamos años trabajando juntos. No me lo dijo pese a que era el Capitán América, quien ama la verdad por sobre todas las cosas. Y cuando fueron los Acuerdos... todo se vino abajo y no pude mantener a todos unidos.

Wick entrecerró sus ojos. —¿Por qué Barnes asesinó a tus padres?

—Se lo ordenaron. HYDRA. Le lavaron el cerebro y... pasó. Ya sé, fue algo en contra de su voluntad, era un prisionero de la organización y mi señor padre gustaba provocarlos con sus cosas.

—¿Qué es de ellos? ¿Tu amigo Steve y su amigo Bucky?

—En Wakanda, un país en África más cuidado que el Fort Knox. Su rey les dio asilo como al resto de los Vengadores que apoyaron a Steve. Y de los que no. Como sea. Todo es un desastre.

—Sigo sin comprender por qué te culpas de las decisiones que cada uno de ellos tomó.

—No debí presionar con lo de los Acuerdos, HYDRA se infiltró en SHIELD, no estaba Fury y Naciones Unidas no sabía ni lo que quería obtener por las consecuencias que dejaban nuestras misiones.

—¿Dónde estaba esa mujer que buscas en esos tiempos?

—¿Pepper?

—Sí.

—Am, nos separamos —Tony tosió un poco, volviendo a beber de su copa y llevando apurado un trozo de berenjena a su boca— Ella no quería verme más en eso de usar armaduras, de ser un Vengador. Lo entiendes ¿no es así?

—No es igual —el asesino le miró de nuevo— Helen no era parte de mi mundo, yo quería ser parte del suyo. Pepper era parte de tu mundo, sabía lo que hacías o sigues haciendo si leo bien los periódicos.

—Solo quedamos Rhodey y yo como Vengadores... hasta Visión desapareció en busca de Wanda... su novia. Dice mucho de quien ganó o perdió.

—Si las cosas fueran por el número de idiotas que le dan la razón a otro, Hitler sería emperador del mundo en estos momentos.

—Uno muy viejito si me lo preguntas —bromeó Stark, luego bajando sus hombros— ¿Atacarás hasta que me escuches decir que no fue mi culpa o tienes algo en mente?

John sonrió apenas, mirando su plato ya vacío. Se levantó, arreglando su saco y señalando a su pitbull al que ordenó seguir echado.

—Cuídalo. Saldré de viaje un par de días. Lo recogeré en el cuartel.

—¡Hey! No soy un cuidador de perros.

—Siempre hay una primera vez para todo, Tony.

Con un guiño, el asesino se dio media vuelta, dejando a un estupefacto y algo ofendido millonario en la mesa, mismo que bajó su mirada hacia Burton que puso su mejor expresión de abandono para conseguir una palmada en su cabeza. Tony rodó sus ojos, alzando su copa en honor a John Wick por haberle hecho hablar de esa manera una vez más sin que él pudiera realmente haber obtenido una historia realmente significativa de ese hombre que desapareció igual que un fantasma por la puerta del restaurante.

—Por los retos inusitados. 

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