Nuestra Canción...

Los sábados por la tarde solíamos vernos para hablar o hacer cualquier, sin pensarlo todo se volvió una costumbre que podrá sonar mal porque no debería ser monótona, pero entre nosotros nada era repetitivo todo cada día cambiaba, una de esas tantas veces en el jardín de su casa mientras veíamos a Daniela bailar una canción de James Arthur la cual él conocía y comenzó a tararear, a mí me gustó y desde ahí se convirtió en nuestra canción.

Cuando la música nos identifica es porque aseguramos que la letra cuenta una historia que es capaz de marcarnos, pero que pasa después de que las cosas terminan esa sigue siendo nuestra canción o pasa a ser un tema que jamás volverá a escucharse, esa letra siempre nos decía que él podía ser el único y que quería serlo y en este punto me obvio la posibilidad de que vuelva a verlo.

Un año desde que eso se terminó, todos los sábado vuelvo a lo mismo, me siento para solo ver pasar los recuerdos que a pesar de ser dolorosos me mantienen en el ruedo, el cielo de cada tarde me recuerda cada sonrisa y cada una de las miradas cruzadas que entre nosotros existía, cada tarde de un sábado hago algo que evite recordar parte de nosotros que unidos ya han desaparecido que no se entregan y así voy como en nuestra canción que la música fluye así como esa dulce voz que la letra canta, así como esas frases que forman un nudo en mi garganta.