24 de diciembre de 2020
Una navidad en familia
Cuando era solo una niña hoy era de esos días donde corría por mi casa en busca de mis regalos. Todo siempre fue así, pero cuando crecí las cosas cambiaron. Ya no me emocionaba tanto la nochebuena, claro hasta que comencé a salir con él y me desesperaba el pensar cómo sería mi regalo.
Recuerdo mucho que esa navidad él estuvo junto a mi familia y luego fue a su casa lugar al cual lo acompañé pero como siempre tuve que irme demasiado rápido todo gracias a su padre.
Este año mamá había decidido venir a visitarme junto a papá y a mi hermana, continuamos con la típica tradición eso no era algo que hubiese cambiado entre intercambio de regalos y una rica cena.
Así transcurrió mi noche y todo iba de maravilla luego de las doce Sabrina hizo su típica aparición sorpresa en mi casa y con ella venía Ricardo, estos dos últimamente se estaban llevando demasiado bien para mi gusto. Pero bueno por lo menos a ella algo le salía bien.
Entre risas y bebidas siguió mi noche. Jorge no había ni siquiera enviado un mensaje a ninguno de los tres así que de él no sabíamos nada. Pero para mí esto no era para nada extraño, desde que lo conozco eso sucede.
Casi a las tres de la madrugada cuando estábamos ya a punto de acostarnos sonó el timbre, extrañados fuimos a abrir y afuera esperaba un Jorge con mucho frío así que lo dejamos pasar y mamá se ofreció a buscarle una taza con chocolate.
-Hola chicos, miren encontré esto en la puerta antes de tocar- tenía en las manos una especie de caja no muy grande que tenía mi nombre así que la tomé. Pero era un poco sospechoso- bueno aparte de eso feliz navidad- nos abrazamos y continuamos con la pequeña reunión, luego de que ya todos sentimos sueño nos acomodamos en las habitaciones. Si como lo están pensando tuve que compartir habitación con él.
Para resumirles el por qué, simplemente a Sabrina se le ocurrió ponerse en plan de "amiga déjame dormir con Ricardo please" y ahí entendí que entre esos dos estaban pasando muchas cosas, y que ya habían compartido mucho más que un café.
Por alguna extraña razón me sentía nerviosa, o sea como si tuviera 15 años o algo así. No era la primera vez que compartía habitación con un hombre. Pero si era la primera vez desde hace tanto, que tenía que compartir la habitación con "el hombre"
-No te esperaba por aquí esta noche, han sido muchos años sin pasar juntos esta fecha es algo incómodo- dije mirando al suelo de verdad era extraño.
-Bueno pero somos amigos, así que no podías pretender que no me apareciera es más tengo algo para ti- de su saco tomó una caja bastante pequeña y me la entrego. Algo incomoda la tomé y con cuidado la abrí. Dentro de ella yacía un pequeño dije de una estrella.
-No debiste molestarte en darme algo no era necesario- él me miró incrédulo y se acercó.
-Te lo di porque cuando la vi recordé que adorabas ver las estrellas cuando estabas triste- Hizo una pausa y continuó- Amelie nunca tuve intenciones de lastimarte, en este momento estoy tan arrepentido de no poder estar contigo como una familia y de haber abandonado lo que alguna vez me alejó de mi perdición- sentí ese nudo horrendo en mi garganta- me arrepiento de haber abandonado a mi estrella, la única luz que existió para mí en mis peores momentos, sé y estoy claro de que es muy tarde para intentar que confíes en mí pero me encantaría que sucediese, solo te pido que esta noche podamos recordar las cosas buenas y dejar de lado las malas. Con tan solo el anhelo de poder tener una oportunidad para tenerte cerca
Estaba sin palabras, con mi respiración acelerada y mis manos sudando. Sinceramente esto no me estaba haciendo para nada bien. Solo asentí y le di mi mano, él entrelazó nuestros dedos.
Y aunque este podía ser mi mayor error, sentí que podía darme la oportunidad de estar en paz conmigo misma y con él por una noche.
-No te diré que te perdono y que olvido todo, ya no.- Suspiré- Hoy estaremos en paz pero te seguro que me estoy enamorando de alguien más- su cara cambió por completo- Porque es momento de volver a estar bien conmigo misma, y no podía seguir esperando que volvieras.
Jorge...
Esas palabras surtieron el mejor efecto en mí ya estaba seguro de que mi plan iba a funcionar ya estaba más que seguro. Estaba logrando lo que planeé.
-Sabía que dirías eso, y créeme que no pretendo que me perdones como si nada hubiese sucedido- solté su mano y le hice una seña para que se acercará y nos sentáramos en la cama- Pero agradezco que me estés concediendo la oportunidad de admirarte una última noche.
Y aunque me hubiese encantado besarla y hacerle saber que ella no ha salido de mi mente nunca, no lo hice. Solo nos acostamos mirando hacia el techo, conversamos temas variados hasta que la escuché respirar profundo. Y allí observándola dormir plácidamente me arrepentí más que nunca de no poder tenerla conmigo.
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