v e i n t e
Lo primero que hago cuando llego a la universidad, es buscar a Azren quien por suerte está sentado justo en el árbol donde nos conocimos la primera vez. Doy un par de respiraciones antes de acercarme a él, quien está leyendo un libro que no alcanzo a distinguir, por la mente me viene el pensamiento de irme y dejar las cosas como están, pues no me gustaría tener ningún problema, pero sé que si quiero una respuesta, lo más seguro es que me la de Azren en vez de Kian.
—Hola Azren —lo saludo mientras tomo asiento a su lado.
—Hola Meg, no creí verte hoy —dice cerrando su libro. Mi corazón comienza a palpitar con gran fuerza debido a mis nervios, y de cierto modo me quedo sin palabras.
—yo...—me tomo mi tiempo antes de volver a hablar-siento que ambos deberíamos de hablar.
Azren me da una mirada confundida y al mismo tiempo llena de asombro.
—¿Hay algún problema entre ambos? —inmediatamente niego con la cabeza.
—No lo hay —le digo no muy convencida de mis palabras. —es solo que, siento que las cosas no están muy bien entre...
—Ya veo a dónde quieres llegar -dice tranquilo. — crees que tengo un problema con Kian.
Asiento con la cabeza un tanto apenada.
—Meg, a Kian no parezco agradarle, y no es que él me agrade, tú sabes lo que paso entre nosotros en el baile -agacha su cabeza y juega con la esquina de las hojas de su libro. — yo no quisiera perder una amistad contigo, pero no me llevare bien con tu novio, no nos agradamos. Me gustaría que no le dijeras esto, pero, yo quiero que las cosas entre nosotros dos sean como al principio, que no sea tan incómoda saludarte.
—Creo que en parte tienes razón, me agradas y me gustaría seguir siendo tu amiga.
Él me da una pequeña sonrisa y yo la respondo de la misma manera. Un silencio incomodo se forma entre nosotros al no tener más que decir.
—Creo que debo irme, te veré pronto —dice levantándose y tomando sus cosas, se acerca a mí y deposita un rápido beso en mi mejilla.
Dejo caer bufido pesado para cuando ya está lejos de mí, creo que esa conversación fue más sencilla de lo que imagine que seria. Pero, aun así, no puedo evitar sentirme incomoda estando con él.
El resto de mis clases pasan rápido y Kian viene a buscarme a mi dormitorio después de sus clases.
—Hola —me saludo dándome un beso en los labios. —¿tienes planes para más tarde?
—No lo sé —finjo pensármelo un momento. —Conocí a un chico nuevo en mi clase y me invito a salir, iremos al cine. —digo molestándolo, hace una mueca de disgusto.
—Por favor dime que es una broma -dice seriamente, mientras nos dirigimos a la cocina.
—Quizás —me encojo de hombros. —quizás no.
Kian suelta un bufido pesado.
—¡Meghan! —se queja y yo me hecho a reír.
—sabes que estoy jugando —me acerco a él para besarlo, inmediatamente Kian envuelve sus brazos en mi cintura.
—Si esos son tu tipo de juegos, creo que no me gustan -dice mientras niega con la cabeza y luego vuelve a besarme.
—¿Tienes algo en mente para hoy? —pregunto y el asiente.
—Pensé que podríamos ir a la feria.
—Me parece bien, pero tengo hambre, ¿Podríamos ir a comer primero?
Ambos habíamos optado por ir a comer sushi, yo no era muy fan de él, pero a Kian parecía encantarle.
—tienes que agarrar los palillos de esta forma —dice enseñándome como sostenerlos. Kian llevaba alrededor de unos quince minutos ensañándome como comer con ellos, pero cada vez que lograba sostener el pedazo de sushi entre los palillos se caía.
—¡Lo ves! No sirvo para esto —me quejo dándome por vencida, Kian se hecha a reír.
—Quizás otro chico te diría que no, pero tengo que admitir que eres un desastre —confiesa y yo finjo ofenderme llevándome una mano al pecho.
–No sé cómo es que puedo ser tu novia. —niego divertidamente. —acabas de perderme con esto.
Ambos nos echamos a reír.
–No seas tan dramática, sabes que me gusta que no seas perfecta —confiesa y siento el rubor aparecer en mis mejillas.
—gracias –digo sin saber que contestar, Kian me da una pequeña sonrisa mientras toma un pedazo de sushi entre sus palillos, justo cuando esta por llevarse a la boca el pedazo se cae y no puedo evitar reirme de él.
—¡No te rías! —se queja lanzándome el pedazo de sushi que se le ha caído.
—¡Kian! —grito lanzándole un pedazo de sushi.
—No juegues con la comida —dice lanzándome el pedazo que le lance segundos atrás.
—tu tampoco —me quejo lanzándole otro pedazo.
Ambos hicimos nuestro mayor esfuerzo por no realizar una guerra de comida, comimos en silencio, de vez en cuando nos dábamos una que otra mirada juguetona, pero no decíamos alguna palabra solo comíamos.
—No me gusta que oscurece tan luego —le digo mientras caminamos por la feria sin intención de subirnos a alguna atracción, Kian se había comprado un helado y me compro una dona con cubierta de vainilla para mí la cual estaba deliciosa.
—A veces puede ser molesto —habla mientras come de su helado de chocolate.
Caminamos hacia el mar, donde había pocas personas bañándose en la fría agua. Kian termino de comerse su helado y busco un cesto de basura para tirar su servilleta.
—Me encanta el olor a agua y arena, es la combinación perfecta —dice una vez que llega a mi lado.
—No puedo discutirlo —Kian mira en mi dirección divertidamente, una sonrisa juguetona se forma en su rostro e inmediatamente comienzo a negar adivinando lo que tiene en mente.
—¡Oh no! —me río nerviosamente. —¡Ni se te ocurra! El agua esta fría.
Me quejo mientras comienzo a alejarme de él, Kian comienza a perseguirme y me apresuro a correr sabiendo que sus intenciones es llevarme al agua. No le cuesta mucho atraparme pues no soy rápida corriendo, además, correr sobre la arena no es tan sencillo.
—¡Kian, no! —grito, él inmediatamente me levanta del suelo y me echa sobre su hombro para correr hacia el mar conmigo, comienzo a golpear su espalda con fuerza y a gritarle que me baje, pero es imposible, su agarre es firme y corre demasiado rápido. —¡Ah!
Grito, al sentir el contacto de la fría agua con mi cuerpo, Kian aún me sostiene con gran fuerza y se las arregla para ponerme en el suelo. Grito con gran fuerza al sentir una ola lanzarme, una sonora carcajada sale de la boca de Kian al ver mi esfuerzo por levantarme.
—¡Eres un idiota! —le grito aventando agua en su dirección, puedo ver la sonrisa divertida que tiene en su rostro.
Kian comienza aventar agua en mi dirección, decido romper la distancia que hay entre nosotros y hago mi esfuerzo por correr y abalanzarme sobre él para luego ambos caer. Logro salir a la superficie primero que Kian y me quedo estática en mi lugar esperando a que salga del agua, pero este nunca sale y siento como alguien toma mi tobillo derecho haciendo que caiga nuevamente. Sus brazos sostienen mi cintura con fuerza y sin pensarlo un segundo más me besa, pero una ola llega hacia nosotros provocando que nos separemos, comenzamos a reírnos fuertemente, caminamos hacia la oriya donde allí nos tumbamos sobre la arena cansados.
—Te amo —dice volteando en mi dirección.
—También yo —le digo con una sonrisa en mi rostro.
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