s e i s

—¡No es justo! —entra a la habitación una Kate enojada, ni siquiera se preocupó por cerrar la puerta, típico de ella cuando está enojada, Kian y yo nos separamos inmediatamente un poco incomodos por cómo nos encontrábamos.

Kate no parece prestarnos mucha atención, entra a la cocina y segundos después sale de allí para tumbarse a su cama con un paquete de mini donas de chocolate.

—¡No es justo! ¡Simplemente no lo es! —comienza a quejarse —¿Cómo es posible que me haya puesto un ocho cuando yo merecía un diez? —se quejó mientras se llevaba una dona a la boca.

Kian y yo la miramos sin entender muy bien la situación, aunque aún estamos cerca, ya no era la misma cercanía en la que nos encontrábamos minutos atrás, había una distancia entre ambos que muy dentro de mi deseaba que no estuviera.

—No sabía que estabas aquí Kian —dijo Kate mientras continuaba comiendo sus donas, me da una mirada rápida —es raro verlos a los dos sin matarse.

—Bueno, es raro verte en este estado —dice Kian haciendo que Kate se sonroje.

—No estaría así si el profesor de cálculo no me hubiera puesto un ocho cuando yo merecía un diez —chillo comiendo más donas de chocolate.

—Aun así, pasaste —le digo tratando de animarla, pero conociéndola, eso no la conforma.

—Lo sé, pero tú sabes que yo amo los dieces —dice en un tono triste, a pesar de ser una chica que ama salir e ir de fiestas le encanta salir bien en las materias, algo que las dos tenemos en común, aunque yo me conformo con pasar el año y ya.

—Sabes que una calificación no mide tu inteligencia —le digo.

—Ya se —responde mientras se acuesta en su cama —¿Has visto a Greg hoy? —le pregunta a Kian quien niega con la cabeza.

—Seguro saldrá tarde de clases en un par de horas—digo encogiéndome de hombros.

—¿Acaso han estado los dos aquí todo el día? —pregunta curiosa.

—No, llegamos hace unos minutos. —contesto y ella asiente.

—Creo que debo irme, tengo cosas que hacer —dice Kian levantándose de la cama —nos vemos después.

En cuanto Kian sale por la puerta Kate quien esta acostada, inmediatamente se sienta en la cama y me da una mirada sería, sé que quiere decir esa mirada.

—Kian me invito a salir —le digo y una sonrisa enorme se forma en su rostro.

—¡Oh por Dios! ¡Oh por Dios! —comienza a dar mini saltos en su cama —¡Tienes que contarme todo!

Dejo escapar un suspiro y le empiezo a contar desde el principio, desde que conocí a Azren y como Kian arruino mi salida con él y después como termine aceptando salir con él, claro, oculte la parte en que podríamos habernos besado si ella no hubiera llegado.

—Esto es como un sueño hecho realidad —dice entusiasmada, niego con mi cabeza divertidamente.

—No te emociones tanto, solo saldremos como amigos, ni siquiera me gusta —le digo tratando de apagar un poco su entusiasmo.

—¡Oh vamos! —se queja —Meg, Kian es un chico lindo y tierno, lo he visto comportarse con otras chicas y estoy segura que es un caballero.

—Ahí está un punto, sale con demasiadas chicas para mi gusto —le digo y ella me da una mirada molesta.

—No sale con tantas —agrega defendiéndolo yo ruedo mis ojos.

—Lo he visto, no podemos decir que no lo hace, además tiene esta fama de salir con todas las chicas del instituto, tú sabes los rumores de los pasillos.

—Meghan, dale una oportunidad al chico.

—Lo haré, saldré con él —le digo y ella aplaude con emoción —será una salida de amigos.

Se que podríamos pasar gran parte del día discutiendo sobre Kian ya que Kate se empeña demasiado en que yo salga con él. Después de una hora Greg llega a la habitación distrayéndonos a ambas de nuestra conversación, me alegra el punto de que Kate no le cuenta sobre mi salida con Kian en el momento en el que llega, pero sé que más tarde lo hará.

Me distraigo por el resto del día en hacer mi tarea y ver un poco de televisión. Estoy tan distraída viendo televisión que me sobresalto al escuchar mi teléfono sonar, me levanto con flojera de la cama para tomar mi celular el cual está sobre el escritorio de enfrente y ver de quien es la llamada, pero nuevamente me tumbo sobre la cama al darme cuenta que se trata de un mensaje, estoy por ignorarlo y continuar viendo televisión cómodamente, pero es un mensaje de un número desconocido y mi curiosidad crece.

Hola

Disculpa, no tengo tu teléfono creo que te equivocaste.

Bueno, yo diría que no estoy equivocado Meg 😉

¿Kian?

¿Estás pensando en mí?

Ja Ja Quisieras.

¿Cómo conseguiste mi número?

Greg me lo dio, ¿Qué haces despierta tan tarde?

No es muy tarde, veo televisión.

Son las 10:30 p.m. pensé que tu hora de dormir era a las 9:00 p.m.

No es muy tarde, y yo no tengo hora de dormir.

Jaja está bien, solo quería decirte que pasare por ti alrededor de las siete.

¿No crees que es muy tarde? Mejor a las seis.

¿Quieres salir a las seis de la mañana?

Creí que saldríamos en la tarde.

También, solo que quiero ir a desayunar contigo. Descansa Meg 😊

Una sonrisa se formó en mi rostro, de cierta forma me agradaba la idea de salir con Kian, sabía que no estaba enamorada de él pues no nos conocemos lo suficiente para decir que siento algo por él, pero últimamente su comportamiento hacia mi estaba comenzando a ser diferente, estaba comenzando a ser tierno y demasiado agradable para mi gusto. No es que no me guste que las personas sean buenas conmigo, si no que yo no soy buena con las personas que comienzan a tratarme bien, cometo el error de encariñarme de ellas rápidamente y casi siempre termino perdiéndolas en mi vida.

Después de ver un rato más televisión me quedo dormida, ni siquiera recuerdo haber escuchado a Kate entrar por la puerta alrededor de la media noche. Me despierto a las seis de la mañana y tomo una ducha tibia la cual es bastante agradable, el día parece un poco nublado y no es bastante frio como otros días opto por ponerme un vestido de color negro y unos zapatos de tacón corto que combinan perfectamente con él vestido, hago mi maquillaje y para al cabo de las siete alguien está tocando a nuestra puerta, me apresuro a abrirla y me llevo mi dedo índice cerca de los labios para decirle a Kian que no haga mucho ruido ya que Kate está dormida, él no dice ninguna palabra simplemente asiente y espera paciente por mí en la puerta.

—¿A dónde iremos? —le pregunto curiosa al momento en que nos subimos a su auto, estaba segura que desayunaríamos en la cafetería de la universidad.

—Estaba pensando que podríamos ir a una cafetería distinta a la de la escuela.

Ninguno de los dos dijo alguna palabra durante el trayecto, la radio estaba encendida haciendo que nuestro silencio fuera cómodo, de vez en cuando me atreví a mirar a Kian por el rabillo de mi ojo lo más discreta posible, aunque estoy segura que lo pudo notar, pero no dijo ninguna palabra al respecto.

Al llegar a la cafetería quedo completamente asombrada de lo bella que es, tiene este aspecto de cabaña y todo alrededor es de madera, es un aspecto bastante rustico y parece antigua, pero a la vez moderna y elegante, incluso podría decir que es acogedora. Nos sentamos en una mesa de lado de la ventana.

—¡Hola cariño! —saluda una señora de alrededor de setenta años a Kian con una enorme sonrisa en su rostro.

—Hola Margot —saluda Kian devolviéndole la sonrisa —hace tiempo que no te veía.

—¡Lo sé! —Margot le da una sonrisa un tanto nostálgica a Kian —Déjame abrazarte pequeño.

Margot extiende sus brazos hacia Kian y este inmediatamente se levanta para envolverla en un tierno abrazo, una sonrisa se forma en mi rostro al ver la dulce escena frente a mí, Kian deposita un rápido beso en la cabeza, dejo escapar una pequeñita risa al ver que se ve demasiado alto al lado de ella, tiene que inclinarse bastante para poder darle el beso.

—¿Qué van a ordenar? —nos pregunta a ambos con una sonrisa en su rostro, me da una mirada rápida y después mira a Kian para nuevamente mirarme —¡Oh por Dios! ¡Kian ha traído una chica!

No puedo evitar sonrojarme y cubrir mi rostro entre mis manos.

—¡Rápido! ¡Jeremy! ¡Tienes que venir a ver esto! —grita Margot a alguien en la cocina, segundos después un señor de la misma edad con su cabello casi blanco debido a las canas se acerca a nosotros con una gran sonrisa en el rostro, trae puesto un delantal blanco que tiene un par de manchas de harina.

Margot y quien supongo que es su esposo por la manera en que posa una mano sobre la espalda baja de ella me miran de manera sorpresiva que hace que me sienta incomoda, Kian se aclara la garganta tan alto que hace que todos nos giremos a verlo.

—Ella es una amiga —me señala con una mano —se llama Meghan, pero pueden decirle Meg.

—Ay no sabes cuan feliz me hace que mi Kiki traiga a una chica a la cafetería, no recuerdo cuando fue la última vez que trajo a una —dice Margot con una sonrisa en su rostro.

—Eso es porque nunca ha traído a una querida —agrega Jeremy, le doy una rápida mirada a Kian y este me guiña el ojo. —¿Qué desean desayunar? Estoy seguro que tienen hambre.

—Yo quiero un par de hot cakes y café —dice Kian y Jeremy asiente para después mirarme.

—Creo que ordenare lo mismo que él —contesto amablemente, Jeremy se va a la cocina nuevamente dejando a Margot con nosotras.

—Mi pequeño Kian no sabes cuan feliz me hace que traigas a una chica —dice mientras se acerca cariñosamente hacia la mesa para tomar sus manos entre las suyas —me alegra que estés sentando cabeza.

Después de eso se aleja para atender a los demás clientes que están llegando, le doy una mirada a Kian y una risa nerviosa se escapa de él, incluso puedo ver un pequeño rubor en sus mejillas.

—Lo siento por eso, Margot puede ser muy exagerada a veces.

—Son simpáticos —le digo mirando en dirección hacia ellos, parecen la clase de pareja perfecta, de esas parejas que ya no existen hoy en día —pero, ¿Qué es eso de Kiki?

—Es un apodo que me puso cuando tenía cinco —su mirada parece un poco perdida, como si aquel apodo le recordara algo que no quisiera recordar.

—Me parece lindo —admito y una sonrisa se forma en su rostro.

Jeremy no tardó mucho en regresar con nuestra orden, esta vez no dijo ninguna palabra simplemente nos entregó nuestros platos y se alejó con una sonrisa.

—Entonces, ¿Cómo va tu vida en la universidad? —pregunta Kian mientras bebe un poco de café.

—No lo sé, creo que va bien ¿La tuya? —pregunto.

—Va bien tú sabes, ayer quizás hice algo que cierta persona se molestó, pero valió la pena —responde y ruedo mis ojos juguetonamente, sé que se refiere a mí, el recuerdo de él haciéndome cosquillas viene a mi mente y también uno que no quisiera que se hubiera presentado en momentos como este haciéndome sentir incomoda, recuerdo la cercanía en la que estábamos y pienso en que sería besar sus labios.

Para cuando ambos llegamos a la universidad son alrededor de las nueve de la mañana, las horas conversando en aquella cafetería se fueron demasiado rápido que no nos dimos cuenta del tiempo, por un momento pudimos tener una conversación donde los dos no estuviéramos discutiendo.

—¿Te parece si te veo más tarde? —dice Kian acercándose a mí, estamos en la entrada de la universidad, algunas personas nos observan mientras entran y otras simplemente nos ignoran, Kian estira una mano y acomoda un par de mechones tras mis orejas haciendo que me sonroje, agacho un poco mi rostro y miro hacia el suelo evitando hacer contacto visual, seguro parezco un tomate cuando me sonrojo.

—Me parece bien —me atrevo a responder, Kian levanta con delicadeza mi cabeza haciendo que lo mire directo a sus ojos, los rayos del sol pegan directo a su rostro haciendo que sus ojos se vean hermosos, incluso puedo ver sus lunares en su rostro que lo hacen ver atractivo.

Su mano libre se posa con delicadeza sobre mi espalda acercándome un poco más a él, la mano que está en mi cabello acaricia mi mejilla tiernamente, su tacto se siente cálido y suave ante mi piel, me mira a los ojos y después a mis labios, poco a poco se va bajando su rostro hacia mi altura, puedo sentir su respiración chocar con la mía, el pensamiento de acercarme a él y romper la distancia entre ambos me pasa por la mente que hago mi mayor esfuerzo por no hacerlo. Kian se acerca más a mí, esta vez sus labios rozan los míos, no puedo evitar cerrar mis ojos, sus labios se posan sobre la comisura de los míos, pero aun así no puedo probarlos, me da un pequeño beso y después se aleja de mí, abro mis ojos y él está simplemente observándome serio, seguro parezco ridícula, yo no soy esta clase de chica que se deja casi besar por cualquiera, aunque Kian no era cualquiera.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top