q u i n c e

—¡Lo sabía! ¡Sabía que este momento llegaría! —entre gritando de emoción Kate al dormitorio, me levanto de mi cama y corro a abrazarla mientras ambas reímos contentas. —Meg, sabía que tú y Kian saldrían.

Suelto una pequeña risa como respuesta mientras niego con la cabeza divertidamente, recordando todas esas veces en las que ella insistía en que conociera mejor a Kian.

—Bueno, te juro que no esperaba que esto sucediera —confieso.

—¡Yo sí! —dice con tanta alegría que me hace reír, probablemente esto la haga sentir más segura sobre que ella siempre tiene la razón.

—No sé qué pensar —dejo escapar un suspiro —estoy que no me la creo.

Kate me da una mirada tierna y toma mis manos entre las suyas para mirarme directo a los ojos.

—Deberías creerlo Meg, eres muy linda y te mereces a alguien bueno como Kian —dice con sinceridad. —Ve el lado bueno, podremos salir más seguido los cuatro juntos.

—Siempre hemos salido los cuatro juntos —y eso era verdad, ella siempre encontraba una manera de hacernos salir los cuatro, aunque las cosas al final no terminaran tan bien.

—Lo sé, lo sé —dice separándose de mí y yendo a la cocina en busca del ramo de flores —pero esta vez, tú y Kian irán como algo más que amigos, eso quiere decir que no más peleas entre ustedes. Tiene buen gusto, las rosas son hermosas.

Greg llego a nuestro dormitorio media hora después y Kian llego exactamente una hora después de que llegara su amigo, lo primero que hice cuando lo vi cruzar la puerta fue correr hacia él y darle un abrazo de agradecimiento por las flores.

—¡Hey! —dice con sorpresa cuando lo abrazo, este envuelve sus brazos en mi cintura.

—Gracias por las flores, son hermosas —le digo separándome un poco de él.

—No tienes por qué agradecerme —dice mientras deposita un beso en mi mejilla.

—Es bueno saber que por fin te decidiste en preguntarle que sea tu novia —dice Greg acercándose a Kian para darle un corto abrazo, me alejo de ambos y voy hacia donde esta Kate.

—¿Sabes? Esto nos une más como amigos a los cuatro, pero a veces llego a pensar que estos dos tienen una relación oculta por la forma en que se llevan —dice haciéndome soltar una carcajada, Greg se ríe ante el comentario de su novia y le da un beso en la mejilla a Kian. —¿Lo ves?

Se queja Kate divertidamente. Los cuatro decidimos salir a cenar a unas de las pizzerías que se encontraban cerca de la universidad, todos nos fuimos en el auto de Kian, quien iba manejando, Greg de copiloto y Kate y yo en el asiento trasero conversando animadamente.

Cuando llegamos a la pizzería esperamos un par de minutos a que una mesa se desocupara ya que el lugar estaba lleno de personas, esperamos mientras conversábamos a que uno de los meseros nos atendiera.

—Buenas tardes, ¿Ya saben que desean ordenar? —no estoy muy segura de sí aguante la respiración en el momento en el que vi a Azren, este tuvo la misma expresión de sorpresa al verme, incluso pude ver que se tensó un poco al ver que Kian estaba aún lado de mí y me daba un beso en la mejilla, provocando que me sonrojara.

No había tenido la oportunidad de volver a ver a Azren desde la noche en el baile en la que me dijo que podía irme a buscar a Kian, no pensé que las cosas entre ambos se sentirían tan tensas como en estos momentos cuando nos volviéramos a ver, por alguna razón tenía la idea de que todo sería como antes.

—Hola Meghan —dice dándome una sonrisa forzada, sé que tanto para el como para mí la situación es algo incomoda. —No creí que vendrían a esta pizzería, ¿Qué les traigo?

Se que trata de fingir que nada ha pasado y que las cosas entre nosotros están bien, pero puedo sentir que hay algo más que Azren no termino de decir aquella noche en el baile, algo que me hace sentir demasiado incomoda e insegura verlo.

—Trae una pizza hawaiana tamaño familiar y una de extra queso y pepperoni, y coca cola para todos, por favor —responde Greg por todos amablemente, Azren escribe la orden en su pequeña libreta para después desaparecer de la vista de todos.

—Sigo diciendo que no me agrada ese idiota —habla Kian rompiendo el silencio, Greg me da una pequeña sonrisa, sé que Kate le ha contado sobre mi pequeña amistad con él.

—Se ve una buena persona —dice Kate.

—Lo sé, pero eso no quiere decir que lo sea —responde Kian, tiene su mirada fija hacia Azren quien está de espaldas a nosotros atendiendo a otras personas a un par de mesas alejadas.

Comemos y conversamos por el resto de la tarde de cosas al azar, y aunque desearía decir que mi cabeza no estuvo pensando en las últimas palabras de Kian sobre Azren me las arregle para no demostrar que su comentario me había dejado algo pensativa, quise decirme a mí misma que quizás lo decía por celos, pero algo dentro de mí me decía que no era ese el motivo exacto de su comentario.

—¿Estas bien? —pregunta Kian mientras caminamos hacia los dormitorios. —te veo un poco pensativa.

Como era de esperarse, era demasiado listo y atento para dejar pasar algo, pongo mi mejor sonrisa y espero que esta no parezca tan falsa.

—Estoy bien —digo y Kian toma mi mano haciendo que deje de caminar.

—¿Estás segura? Siento que algo te preocupa —insiste, evado su mirada. Se que si lo mira a los ojos podría decirle lo que realmente pienso.

—Estoy bien, solo que me siento algo cansada —por la mirada que me da sé que no cree en mis palabras, pero me alegra que lo deje pasar y no insista nuevamente.

Él y Greg se despiden de nosotros antes de irse, Kate decide ver un poco de televisión para cuando ambos se van del dormitorio y yo tomo mi computadora para revisar mis redes sociales. Al cabo de un par de horas Kate se queda dormida y decido apagarle la televisión, por suerte está ya en la comodidad de sus pijamas, créanme que es una batalla levantarla y pedirle que se cambie cuando se queda dormida a cualquier hora, la chica sí que ama dormir.

Voy hacia el closet y saco mi pijama de este y entro al baño a tomar una ducha para relajarme un poco, si había algo que me ayudaba a sentirme mejor después de estar cansada o sentirme preocupada por algo, sin duda era bañarme, sentía que podía dejar ir mis problemas junto con él agua.

Para cuando salgo del baño son alrededor de las diez de la noche, el cielo se ve completamente iluminado por las estrellas y la hermosa luna llena que hay esta noche. Recuerdo que cuando era pequeña una de las cosas que me encantaban hacer era salir al patio trasero y sentarme afuera a simplemente contemplar las estrellas y la luna, no importaba si fuera sola o en compañía simplemente me sentaba sobre el césped y contemplaba el cielo, era una forma de distraer mi mente, me relajaba y hacia olvidar de mis problemas, sonrió ante aquel recuerdo de mi infancia y decido que sería bueno sentarme en el balcón y mirar el cielo como en los viejos tiempos, saco mi teléfono conmigo y me siento sobre el frio suelo del balcón, es una noche fresca así que tomo una sudadera del closet y salgo nuevamente para mirar a la luna.

No estoy pensando en algo en específico, simplemente estoy mirando a las estrellas dejando ir todas mis preocupaciones, olvidándome de todas las cosas que me incomodan, de la escuela, de los problemas en casa, de todo, esta noche solo somos las estrellas, la luna y yo.

Son casi alrededor de las once de la noche cuando recibo un mensaje en el teléfono, estoy segura que es Kian y me apresuro a tomar el teléfono para contestarle, pero no puedo evitar hacer una mueca extraña al ver el número con el nombre de "desconocido". Curiosa abro el mensaje y no entiendo con exactitud qué es lo que quiere decir.

Me gustas, que lastima que no puedas ser mía.

Trato de creer que alguien se pudo haber equivocado de número y me lo envió por error, quizás algún chico borracho, así que no le tomo mucha importancia al mensaje y decido entrar a la habitación para dormir. No sé si debería de contestar el mensaje y decirle a quien sea que sea la persona que se equivocó, pero debido a mi cansancio lo dejo pasar.

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