d o s
Después de comer a Kate se le ocurrió la idea de ir a algún otro lugar en vez de encerrarnos nuevamente en nuestro dormitorio. Estamos caminando por el muelle cerca de la feria, Kate y Greg están por delante de Kian y yo, sé que esto ha sido obra de mi amiga, está obsesionada en que lleve una amistad con Kian, cosa que no me agrada. Ninguno de los dos dice alguna palabra, tengo mi mirada hacia en frente y el chico a mi lado tiene la mirada en el suelo y sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, una mirada rápida por el rabillo de mi ojo me da la impresión de que algo le preocupa, el nunca esta así de serio, siempre tiene algún comentario que hacer.
—¡Caballero! ¿No quiere una rosa para la señorita? —dice un hombre mayor acercándose a nosotros con una rosa suelta en su mano derecha y once de ellas en la otra, Kian me da una mirada rápida pero antes de que el pudiera responder hablo por ambos.
—Estamos bien, gracias —trato de sonar lo más amable que puedo para después alejarme del hombre, Kian no camina a mí lado, se quedó con el señor de las flores.
—Pensándolo bien, creo que si quiero una —me da una rápida mirada con una sonrisa burlona, seguro que tiene algo en mente, ruedo mis ojos esperando a que haga uno de sus comentarios —es que mi novia es algo amargada.
—Oh, bueno, en ese caso dos rosas pueden ponerla feliz —dice el hombre tratando de negociar para que Kian compre más rosas, me da una mirada como si estuviera analizándome, me cruzo de brazos y enarco una ceja en su dirección.
—Me parece bien, pero creo que la docena puede ser mejor —dice sacando su billetera de la bolsa trasera de su pantalón —es que creo que está en su periodo, ya sabe cómo dicen que se ponen, espero que las rosas le ayudan a su carácter —dice en un susurro que puedo escuchar.
—¡Kian! —me quejo acercándome hacia él molesta, el hombre con las rosas me mira algo asustado debido a la manera en que me acerco.
—Se lo dije, estar en sus dias la pone en un mal carácter, mejor huya antes de que lo ataque —Kian le da un billete de 50 dólares y el hombre le entrega las rosas, retrocediendo un poco cuando llego a donde ellos —¡Huya! Un hombre como usted se acercó y ella lo golpeo, no quiero que le haga daño, es agresiva —grito Kian ganándonos varias miradas, el hombre siguió los consejos de Kian alejándose lo más rápido posible.
Mis mejillas están rojas de ira y vergüenza, ¿Por qué tiene que ser así? No me gustan las bromas y mucho menos que vengan de Kian, su rostro está oculto debido a las flores, las baja un poco hasta el nivel de sus hombros dejándome ver su rostro, me da una sonrisa que me permite ver perfecta dentadura, le doy una mirada molesta y estira el ramo de flores para entregármelo, dejo escapar un bufido para luego girarme y comenzar a caminar en busca de Kate y Greg.
—¡Meg, espera! —grita Kian en mi dirección, me detengo y volteo hacia donde se encuentra, trota para llegar hacia mí.
—¡No me llames Meg! Solo mis amigos pueden hacerlo —respondo molesta, no tengo muchos amigos, más bien conocidos, pero los pocos amigos que tengo y las personas que son muy cercanas a mí son los que me llaman así.
—¡Oh, vamos! ¿Qué no somos amigos? —dice haciendo pucheros, si está tratando de que deje mi enojo a un lado eso no funciona conmigo.
—¡Deja de hacer eso! —le digo molesta —te ves ridículo.
Lo dejo allí parado y comienzo a caminar nuevamente buscando a mis amigos, ¿Dónde están cuando los necesito? Voy contando en mi mente del uno al veinte para poder tranquilizarme, Kian me ha hecho sentir avergonzada con el hombre de las flores, además hizo que nos ganáramos algunas miradas extrañas de las pocas personas que estaban a nuestro alrededor y si hay algo que no me gusta, es ser el centro de atención. Mis brazos estaban cruzados sobre mi pecho mientras caminaba mirando hacia todos lados en busca de una chica rubia y un chico castaño.
—¿Meg? ¿Meghan? ¿Linda? ¿Bonita? ¿Fea? —dice Kian a mis espaldas, me detengo para enfrentarlo nuevamente
—¡Ya déjame Kian! —gritó molesta, hago una pausa, ¿acaso me ha llamado fea? Veo una sonrisa burlona en su rostro, sabe que sus palabras me han causado un efecto en mí. —¿Acaso me llamaste fea?
—Tus palabras, no mías —responde tratando de oprimir una risa, sé que lo ha hecho, quiero decirle un insulto, decirle que es feo, pero estaría mintiéndome a mí misma, aun así, lo hago.
—Tu eres horrible —trato de decirlo lo más molesta posible.
—Ambos sabemos que eso no es cierto —me da una mirada coqueta y hace que me sonroje, vaya que es arrogante, pero tiene razón. —Acepta las flores.
Me extiende el ramo, pero me quedo en mi lugar cruzada de brazos pensándolo un momento, las rosas son muy bonitas, y huelen muy bien, y aunque lo odie, me parece un gesto lindo que las haya comprado para mí, nunca antes un chico me había dado flores, ni siquiera Liam, lo único que obtenía cada aniversario era un par de tarjetas de beisbol sobre jugadores que no tengo idea de quién son. Sus ojos me están mirando directamente, me hubiera gustado que fuera otro chico quien me diera las flores, pero lamentablemente es Kian, aun así, las acepto.
—Gracias Meg, puedo ver que te gustan las rosas —dice con una sonrisa que me hace sonrojar.
—Son lindas —respondo, detrás de Kian logro ver a Greg de espaldas a nosotros, parecen estar buscándonos, Kate se acerca a él y señala en nuestra dirección, minutos después los tenemos a nuestro lado.
—¿Kian te dio las flores? —es lo primero que dice Kate cuando llega a mi lado.
—Estaba buscándote —respondo a su pregunta.
—También yo, me parece un gesto muy bonito de tu parte Kian —dice Kate mirándolo y él asiente —a Meghan le encantan las rosas.
Era cierto, me gustaban las rosas, mi madre me regalaba rosas cada año y me encantaba, sin duda eran mis favoritas, me permito oler las flores que Kian me ha regalado sin que él ni los demás se den cuenta. Caminamos por lo que me parece media hora, esta vez Kate y Greg no desaparecen, se quedan a nuestro lado cosa que me parece genial, así no tengo que estar con cierto chico a solas.
—Deberíamos de ir a un juego, ¿Qué tal si nos subimos a la rueda de la fortuna? —propone Kate entusiasmada, no le tengo miedo a las alturas, pero sé que ella querrá subirse con Greg y me dejará sola con Kian nuevamente.
—Vayan ustedes, me quedare aquí —dije mientras llegábamos al juego y ellos se formaban en la fila —además no puedo subirme —dije mostrándoles las flores.
—¡Vamos Meg! No seas aguafiestas —se quejó Kate en mi dirección.
Y aquí estoy, mis rosas están junto con el hombre que maneja esta rueda de la fortuna, tal y como supuse Kate me ha dejado con Kian. Para mi mala suerte ella está a cinco canastas lejos de nosotros, por lo tanto, somos yo y Kian, todo parece ir normal, la vista es hermosa cada vez que subimos y bajamos, podemos ver como las olas del océano chocan en la orilla y las luces de los juegos que iluminan toda la feria.
—Hermoso, ¿No lo crees? —pregunta Kian dándome una mirada rápida, me limito a asentir con la cabeza, saco mi celular de mi bolsillo con cuidado de no tirarlo al suelo, abro la aplicación de Snapchat y comienzo a tomar video mientras damos vueltas.
Todo parece ir perfecto, Kian no está hablando, solo se limita a observar, la briza golpea a mi cabello de una forma agradable, no sé cuántas vueltas estamos dando, pero justo cuando nuestra canasta queda en la cima, deja de girar, me imagino que nos van a ir bajando de uno en uno, pero el sonido de un altavoz y el hombre que la controla la maquina me dice lo contrario.
—Lo siento mucho, pero tenemos un problema, no podemos bajar a nadie, la rueda se ha quedado atascada y no podemos girarla manualmente, tendrán que esperar.
Las personas en sus canastas comienzan a quejarse, algunas comienzan a mecerse que me dan la impresión que podrían voltearse y caer, por alguna razón tonta miro hacia abajo y segundos después me arrepiento ya que nuestra canasta parece estar a punto de voltearse.
* * *
—¡Puedes dejar de balancearte! —me quejo por tercera vez, no tengo ni idea de cuánto tiempo ha pasado, pero se ha sentido como una eternidad, Kian no deja de balancearse cosa que pone mis nervios de punta y hace que mi corazón sufra un mini infarto, cada vez que siento que vamos a caernos, a él no parece importarle, más bien parece disfrutarlo, pues suelta pequeñas carcajadas cada vez que le digo que se detenga.
—No sabía que le tenías miedo a las alturas —dice recargándose en el pequeño barandal.
—No le tengo miedo a las alturas, es solo que cada vez que te balanceas siento que vamos a caernos —le digo y el asiente con la cabeza, la canasta se mueve, cierro mis ojos con fuerza y dejo escapar un bufido.
—Está bien, ya no lo volveré hacer —se recarga hacia atrás y la canasta se balancea hacia donde está haciendo que me sostenga con todas mis fuerzas, mis manos sudan debido a mis nervios, si nunca le tuve miedo a las alturas después de esta experiencia con Kian estoy segura que terminare temiendo —con una condición.
Le doy una mirada seria tratándole de decir que no estoy para sus juegos.
—Háblame un poco de ti —dice llevándose las manos a la nuca.
—¿Qué quieres que te diga? —pregunto molesta.
—Algo que no todos sepan —finjo pensármelo muy bien.
—No lo sé, ¿Qué no te soporto? —le doy una mirada de odio que a él no parece importarle, ¿Cómo es que puede estar tan relajado?
—Auch, pensé que éramos amigos —dice llevándose una mano a su corazón —para tu información, a mí me agradas Meghan, y creo que tienes un lindo nombre.
Me sorprendo ante su respuesta, por un momento pensé que recibiría uno de esos comentarios que siempre hace, la clase de comentarios burlones que detesto. No sé qué responderle al respecto, jamás pensé que diría algo así, opte por quedarme en silencio, tampoco era que tuviera muchas ganas de platicar, pues estaba más interesada en tranquilizar mis nervios.
—¿Cuál es tu postre favorito? —pregunta.
—No lo sé, creo que todo lo que tenga chocolate —contesto recargando mi espalda con cuidado de no balancearnos mucho. —¿El tuyo? —me atrevo a preguntar dándole una rápida mirada.
—El chocolate —contesta y asiento con la cabeza, doy un par de respiraciones para calmar un poco mis nervios. —¿Tienes miedo?
—No, es solo que nunca me he quedado antes atorada en la rueda de la fortuna —confieso, hace viento y no he traído un suéter conmigo, por suerte mi blusa es manga larga pero mis hombros, los cuales están al aire libre parecen congelarse.
Kian parece notarlo y se quita la sudadera que lleva puesta con cuidado de no movernos mucho.
—Ten, parece que tienes frio —esta vez no protesto, la acepto porque tengo frio, meto cada uno de mis brazos con cuidado, y después me abrazo a mí misma, el lleva una playera blanca manga corta.
—Gracias, ¿no tienes frio? —pregunto y el niega con la cabeza, pero siento que está mintiendo, la noche es fría, me quito la sudadera, siento que es mejor que se la dé ya que yo tengo una blusa manga larga. —ten.
—Estoy bien Meghan —dice rechazándola, su cuerpo se estremece debido a una ráfaga de frio que nos llega de la nada.
—Si no te la pones tampoco me la pondré yo —le digo poniéndola en su regazo, después de varios segundos, Kian se pone la sudadera.
—¿Segura que no la quieres? —niego con la cabeza.
—Estaré bien, de todos modos, gracias —me acerco un poquito hacia él para entrar un poco en calor y él no parece notarlo o protestar.
Ninguno de los dos dice alguna otra palabra nos quedamos en un completo silencio que no parece nada incomodo, Kian parece preocupado, pero no me siento lo suficientemente en confianza para preguntarle qué es lo que le sucede, después de unos minutos, las canastas comienzan a moverse y una sonrisa se forma en mi rostro al saber que pronto estaremos fuera de aquí.
Tomo mis flores una vez que hemos bajado y comienzo a caminar junto con los chicos, Kate va hablando sobre lo nerviosa que estaba por habernos quedado en la rueda de la fortuna por tanto tiempo, pues ella odia las alturas. Me subo al asiento trasero en el auto junto con Kian, Greg enciende la radio y nadie dice alguna palabra, nos limitamos a escuchar la música, de vez en cuando Kate hace uno que otro comentario sobre la canción que están pasando, mientras que los demás nos limitamos a escucharla y a responder una que otra vez.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top