d o c e
Para cuando llego al dormitorio Greg y Kate no se encuentran en él, dejaron una nota pegada en la puerta diciendo que salieron y regresaran más tarde. No sintiéndome muy bien me acuesto sobre la cama y decido ver un poco de televisión, estoy segura que no ha pasado más de cinco minutos que llegue al dormitorio cuando escucho un par de golpes a la puerta. Me levanto de la cama no con muchos ánimos de abrirla.
—Meg. ¿Podemos hablar? —dice Kian al instante en que abro la puerta, su voz suena apagada. Me tomo unos minutos en dejarlo pasar, no estaba segura que vendría a buscarme.
—¿De qué quieres hablar? —le digo mientras camino hacia mi cama nuevamente, Kian se sienta en el borde de mi cama.
—De nosotros —se queda unos minutos callado antes de continuar. —sabes que las cosas entre ambos no están bien.
—Nunca han estado bien —mi voz suena débil.
—Lo sé, pero yo...—parece dudar un segundo. —yo no sé cómo me siento al respecto.
—¿A qué te refieres? —pregunto sin entender sus palabras del todo.
—No lo sé, a veces me pareces una chica complicada —confiesa.
—Créeme que tú también lo eres —le digo provocando que suelte una pequeña risa.
—Bueno, los dos somos complicados. ¿No lo crees? —dice con una pequeña sonrisa.
—Por primera vez no te discutiré eso.
Ambos nos quedamos en silencio.
—Te juro que no sé qué es lo que me pasa contigo Meg, yo...
Su teléfono comienza a sonar haciendo que suelte un bufido y ruede sus ojos antes de contestar.
—Adelante. Tienes que irte —le digo en el instante en el que cuelga el teléfono, por alguna razón es como si el destino no quisiera que Kian y yo pudiéramos tener una conversación seria, siempre sucede algo que nos interrumpe.
—Lo siente Meg.
Son las últimas palabras que dice antes de levantarse y salir por la puerta del dormitorio, me aviento boca abajo al instante que se va y dejo salir un grito lleno de frustración sobre la almohada.
***
Tres horas han pasado desde que llegamos a la tienda de vestidos de la tía de Kate, tres horas en las que no hemos conseguido el vestido perfecto, según Kate.
—No, te hace ver gorda, además está muy ancho y no me gusta el encaje —dice Kate al instante en que me ve salir de la puerta del vestidor, su tía Lisa asiente ante el comentario.
—Quizás es una señal para que yo no vaya al baile —le digo resignada, estoy segura que me he probado más de veinte vestidos y ninguno parecen gustarles a ambas, lo único que obtengo al salir del vestidor es un no y sus miradas desaprobatorias.
—Tía, tienes que tener un vestido ideal para Meghan —le dice Kate a su tía en una súplica.
—Creo que tengo un vestido indicado, lo diseñe un par de semanas atrás para una chica, pero no le gusto del todo, déjame ir a buscarlo.
En el instante que la tía de Kate sale de la habitación en busca del vestido me siento en un pequeño sofá que está cerca del probador y dejo escapar un bufido.
—Estoy cansándome de probarme vestidos, si este no es el indicado me rendiré —le digo a Kate y ella me da una mirada seria.
—Mi tía encontrara el vestido perfecto, es la mejor diseñadora —dice segura de sus palabras.
Para ser sincera todos los vestidos han sido hermosos, pero ninguno parece verse bien en mí. Después de un par de minutos Lisa llega con un vestido en mano completamente diferente a todos los anteriores que me he probado, este es de un color perla sin mangas, la parte de arriba tiene un par de bordados que le dan un toque elegante, la parte de abajo es largo estilo princesa.
Entro al probador en el instante en el que me entrega el vestido en la mano.
—¡Meghan apúrate! —grita Kate desesperada.
No puedo evitar sorprenderme al ver lo hermoso que se ve el vestido cuando me veo en el espejo, es vestido es simplemente perfecto, en el momento en que Kate y su tía me ven salir por la puerta del vestidor una sonrisa se forma en mi rostro al ver sus caras de asombro.
—¡Wow! ¡Te ves hermosa! —dice Kate acercándose para contemplar la tela del vestido. —Sin duda es el mejor vestido que has diseñado.
—¡Te ves como toda una princesa! —responde la tía de Kate con asombro —¡Te queda perfecto!
—Me encanta —les digo a ambas. —pero no creo que pueda pagarlo, seguro debe de costar muy caro.
—¡No! ¡No! —se apresura en decir Lisa —¡De eso no te preocupes! Queda perfecto en ti, tomen sus vestidos como un regalo para ambas.
—Gracias tía, en verdad lo apreciamos —responde Kate y yo asiento sin poder dejar de contemplar el vestido.
Después de que la tía de Kate nos diera nuestros vestidos en un par de bolsas especiales para ellos, y que ambas los dejáramos en nuestro dormitorio, pasamos el resto del día en el centro comercial buscando los zapatos ideales para nuestros vestidos y un par de accesorios.
—¿Sabías que Kian no ira con nadie al baile? —dice Kate con una sonrisa en su rostro mientras bebe de su malteada de chocolate. —Escuche que rechazo a Betty y a un par de otras chicas que lo invitaron, eso es raro de él.
—Quizás no tiene ánimos de ir —le digo tratando de no tomarle mucha importancia a su comentario sabiendo que iré con Azren al baile.
—Lo sé, pero tú sabes que Kian no es de los que se presenta solo a un baile, el llevaría a una chica y ni siquiera Greg sabe si llevara a alguien, lo cual es muy raro.
—¿Qué es muy raro? —pregunta una voz detrás de nosotros haciendo que me sobresalte.
—¡Nada! —responde Kate inmediatamente sonando un poco nerviosa —solo le estaba diciendo a Meg que es raro que no hemos visto a ninguna chica de la escuela buscando por sus vestidos.
Kian jala una silla y se sienta en la mesa con nosotros. Habíamos entrado a una pequeña cafetería en el centro comercial después de nuestras compras.
—¿Qué estás haciendo aquí? —le pregunto curiosa.
—Lo mismo que ustedes, de compras —responde.
—¿Y ya invitaste a alguien al baile? —pregunta Kate dándome una mirada rápida.
—No, iré solo.
—Pensé que tendrías una cita —le digo.
—Pues pensaste mal, estaba pensando en ir solo.
—¿No encontraste a la chica ideal?
—No, la verdad es que a la chica que tenía pensado invitar la invito un idiota —responde con una pequeña sonrisa que me deja pensativa respecto a quien sería la chica a la que él quería invitar.
—Bueno, nosotros ya tenemos todo para el baile, ¿No Meg? —dice Kate entusiasmada.
—Sí, ya estamos listas.
Nos quedamos un par de horas conversando los tres, por un momento me olvide de que Kian y yo habíamos dejado una conversación pendiente en el dormitorio. Azren me había mandado un par de mensajes antes de irnos, diciéndome que también ya había conseguido su traje para el baile, estaba segura que se vería encantador en él, pero algo em decía que ningún chico se vería como Kian en traje.
El transcurso de mis siguientes días fueron bastantes tranquilos, aunque Kian se aparecía de vez en cuando en el dormitorio junto con Greg y conversábamos, no habíamos tocado el tema sobre la situación en la que nos encontrábamos, pero nos las agregábamos para no sentirnos tan incomodos estando solos.
El día del baile llego y todo el instituto parecía volverse loco con el tema, por cualquier pasillo que pasaras lo único tema que escuchabas era sobre el baile, vestidos y el chico o chica que te invito a él. Yo no me sentía muy entusiasmada que digamos, no es que no me pareciera ir con Azren del todo, solo que honestamente me hubiera gustado que Kian me invitara.
—¿Has visto mis pendientes azules? —pregunta Kate desesperada en busca de aquellos aretes que había comprado la última vez en el centro comercial, niego con la cabeza y decido ayudarle a buscarlos para no sentirme más nerviosa de lo que ya estaba.
Habíamos ido a la estética temprano para que arreglaran nuestro cabello e hicieran nuestro maquillaje, el vestido de Kate era algo similar al mío, pero en un color azul cielo, había optado por rizar todo su cabello y usar una pequeña tiara mientras que yo recogí todo mi cabello en dos trenzas y también llevaba una pequeña tiara.
—Deberíamos de ponernos nuestros vestidos, los chicos no tardan en llegar —hablo Kate una vez que encontró sus pendientes.
Azren y yo habíamos quedado de vernos en el baile, mientras que Greg y Kian se habían ofrecido a llevarnos al baile o más bien, Kian se ofrecía a llevarme ya que Kate y Greg irían juntos. Un par de minutos después de que ambas termináramos de alistarnos ambos se encontraban en la puerta esperando por nosotras.
—¡Wow! Se ven hermosas —dice Greg al instante en que entran por la puerta, Kian asiente con la cabeza.
Sus ojos hacen contacto con los míos y puedo ver que estos me miran con gran asombro que hacen que me sonroje, el trae puesto un smoking de color negro con un moño, no puedo evitar pensar lo atractivo que se ve y nuevamente el pensamiento de poder ser su cita para el baile viene a mi mente.
—Te ves perfecta —dice Kian acercándose a mí mientras me mira de arriba hacia abajo.
—Gracias, tú te ves muy bien en tu smoking —le digo sonrojándome, Kian me da una sonrisa que me permite ver todos sus dientes y no puedo evitar sonreírle de la misma manera, juro que con esa sonrisa se ve más atractivo, separa su mirada de mí y se lleva la mano al bolsillo de su pantalón. —te traje un obsequio.
—¿Para mí? —le digo mientras tomo la caja en mis manos, el asiente con la cabeza.
—No estaba seguro de si sería el obsequio indicado, pero creo que se vería bien con tu vestido.
Abro la caja la cual no es muy grande, más bien es de un tamaño mediano, dentro de ella hay un hermoso collar de plata antiguo con un par de perlas de agua dulce fijado en un diseño floral y un par de piedras incrustadas.
—Wow Kian hermoso —le digo asombrada, no puedo dejar de contemplar lo hermoso que es.
—Me alegra que te guste, lo compre pensando en ti —dice orgulloso —¿Te importa si te lo pongo?
Asiento con la cabeza y le entrego el collar, me pongo de espaldas a él para que pueda ponerme el collar, el roce de sus dedos con mi piel al colocar el collar hacen que todos los bellos de mi piel se ericen ante su tacto, y no puedo evitar sonrojarme.
—¿Ya están listos? —pregunta Kate mientras se acerca a nosotros —¡Wow! ¡Meg, es el mejor collar que he visto! —dice asombrada.
—Lo sé —le digo mientras me acerco un poco al espejo para contemplarlo, el collar hace juego con mi vestido.
—¡Déjenme tomarles una foto a los dos juntos! ¡Se ven demasiado perfectos! —grita Kate con entusiasmo mientras busca su teléfono, Kian y yo nos damos una mirada rápida antes de salir de la habitación y posar en el pasillo —Kian, pon tus manos en la cintura de Meg, sé que algo así les diría el fotógrafo si fueran al baile juntos así que pónganse de esa manera.
Ambos nos reímos ante el comentario de Kate y esta parece tomar la foto justo en el momento en el que reímos.
—¡Perfectos! Es hora de irnos.
Dice y todos asentimos. No tenemos que caminar demasiado para llegar al baile, el cual es en el gimnasio del instituto, algunas chicas llevan mascaras las cuales no te permite ver con exactitud su rostro, y todas llevan vestidos largos y pomposos que las hacen ver como si fueran princesas, debo admitir que yo me siento como una usando este vestido.
Después de un par de minutos que entramos al baile, Greg y Kate desaparecieron en la pista de baile dejándome a mí y a Kian solos.
—¿Tú cita vendrá? —pregunta por encima de la música, mi mirada escanea todo el lugar en busca de Azren, pero me es imposible encontrarlo con toda la gente, me encojo de hombros en respuesta a su pregunta.
—Creo que ya debería de estar aquí —alguien toca delicadamente mi hombro y me giro para ver a la persona, Azren está frente a mi usando un smoking de color negro igual que Kian solo que lleva puesto una corbata en vez de un moño.
—¡Wow Meghan! ¡Te ves muy bien! —dice con asombro y yo le doy una sonrisa.
—Gracias —le digo por encima de la música no muy segura si me escucho.
—¿Quieres bailar? —pregunta y yo asiento no sin antes mirar hacia donde estaba Kian, pero este ya no se encuentra a mi lado, ha desaparecido entre la gente. —Me gusta tu collar, aunque pensé que usarías el que te regale.
Confiesa Azren mientras nos comenzamos al ritmo de la canción, es una canción balada, Azren lleva sus manos a mi cintura y yo las pongo sobre su cuello tímidamente, no soy muy buena bailando. Su comentario sobre el collar viene a mi mente y siento un pequeño remordimiento por haber olvidado el collar que él me había regalado el día en que me había invitado al baile.
—No quiero que pienses que no me gusto, solo que sentí que este hacia juego con mi vestido —le digo y el asiente.
—¿Lo compraste con el vestido? —pregunta curiosa.
—La verdad me lo regalo Kian —le digo incomoda y el asiente nuevamente.
—Es un lindo detalle —dice no muy contento.
Bailamos tres canciones más sin conversar demasiados, tampoco había necesidad de estar tan cerca el uno de otro, ya que estas no eran baladas. Para cuando la siguiente canción sonó, era una de mis canciones favoritas Say You Won't Let Go de James Arthur.
—¿Me permites bailar con ella? —le pregunto Kian a Azren mientras se acercaba a nosotros, Azren pareció dudarlo un par de segundos, pero asintió con la cabeza, alejándose de la pista de baile y dejándonos a ambos solos.
Kian puso sus manos sobre mi cintura y yo coloque mis manos sobre su cuello, un escalofrió paso por mi cuerpo ante la cercanía en la que nos encontrábamos, a diferencia de Azren me sentía más segura entre los brazos de Kian a pesar de toda la atención que había entre nosotros, era mucho más alto que yo y tenía que elevar un poco mi cabeza para poder mirarlo a los ojos, y como yo no era muy buena con el contacto visual, observaba su pecho mientras nos movíamos al ritmo de la canción. Kian agacho su cabeza y la coloco cerca de mi oreja.
—When you looked over your shoulder, for a minute I forget that I'm older, I wanna dance with you right now —susurra en mi oído que hace que sonria ante su suave voz. —Oh, and you look as beautiful as ever and I swear that everyday you'll get better, You make me feel this way somehow.
Suelto una pequeña sonrisa mientras nos movemos al ritmo de la canción y me canta al oído. Para cuando terminamos de bailar ambos nos quedamos de aquella forma, aunque ya no nos encontrábamos moviéndonos, solo disfrutábamos de la cercanía del uno del otro.
—Meg, ¿Podemos hablar? —dice Azren acercándose a nosotros haciendo que Kian y yo nos separemos, de pronto siento frio al separarme de él. Le doy una rápida mirada a Kian antes de irme.
—Adelante, ve —responde con una pequeña sonrisa.
Me alejo de él y voy hacia donde Azren, quien me ofrece su mano. Ambos salimos del gimnasio y nos dirigimos hacia los jardines donde hay muy poca gente conversando. Nos dirigimos hacia una fuente que está en otro edificio en el que está el gimnasio, justo cuando llegamos Azren toma asiento en ella y yo me quedo parada no muy segura de sí sentarme.
—¿Por qué me has traído aquí? —le pregunto sin comprender el motivo por el que hemos salido.
—Quería hablar contigo a solas —dice con una pequeña sonrisa, tomo asiento a un lado de él y este deja caer un suspiro pesado antes de hablar —Me agradas Meg, y me gustaría que fuéramos más que amigos, pero si te soy sincero sé que eso no podría pasar entre ambos.
—¿Qué quieres decir con que no podría pasar entre ambos?
—Bueno, a ti te gusta Kian y aunque ambos saliéramos y tu aceptaras ser mi novia, no podría competir con alguien como él —hace una pausa antes de continuar hablando, me mira por un par de segundos a los ojos y se acerca a mí para besarme, al principio me sorprendo al sentir sus labios sobre los míos pero no me hace sentir nada, se aleja de mí y me mira a los ojos—lo que quiero decir es que sé que a Kian le gustas y a ti te gusta, y por más que yo quisiera salir contigo estaría engañándome a mí mismo si creyera que tuviera alguna oportunidad cuando tu corazón pertenece a alguien más.
Sus palabras me sorprenden, no creí que Azren me besaría, él era muy atractivo, casi tan atractivo como Kian, pero él tenía razón, yo no estaba enamorada de él, ni siquiera había sentido algo cuando me beso, su beso no despertaba ningún sentimiento como cuando Kian me besaba, era algo distinto.
—No te culpo —dice sacándome de mis pensamientos. —no podemos forzar a nuestros sentimientos sentir algo por alguien a quien no amamos.
—Creo que tienes razón, pero yo... —fijo mi mirada en el suelo evitando hacer contacto visual. —la verdad es que tengo miedo a enamorarme.
—Todos hemos tenido miedo a enamorarnos alguna vez —dice en un tono suave —pero es inevitable no enamorarnos.
—Lo sé, es como un juego, quizás —digo no muy convencida. —es como si tratáramos de no enamorarnos de esa persona y jugamos con nuestros sentimientos por miedo a perder.
—Bueno, todos hemos perdido alguna vez en el amor, nos da miedo arriesgarnos, pero a veces es necesario.
—Tienes razón —suelto una pequeña risita nerviosa.
—¿Te parece si quedamos como amigos? —pregunta.
—Me parece bien —digo con una pequeña sonrisa, la cual el responde de la misma manera mientras asiente.
—Adelante, ve con él —dice haciendo una seña hacia el gimnasio.
—¿Estás seguro? Yo...
—No te preocupes por mí, la verdad es que me gustaría estar solo por unos minutos —dice y yo asiento con la cabeza mientras me levanto de mi lugar. Dudo por uno segundos si debería quedarme con él, pero Azren vuelve a insistirme en ir al baile. —disfruta tu noche, no te sientas mal por mí.
—Yo no quisiera que...
—Te prometo que estaré bien Meg, enserio —dice con una pequeña sonrisa —ve al baile.
Me despido de él con un simple adiós, el sentimiento de culpa se apodera de mi mientras camino hacia el gimnasio en busca de Kian, pero sé qué hacía bien en dejar a Azren solo, si yo estuviera en su lugar, hubiera querido que me dejara sola para aclarar mis ideas, y justamente eso es lo que hago, me dirijo al baño para echarme un poco con agua para poder aclarar mis ideas antes de ir a buscar a Kian.
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