d i e c i n u e v e

—Te advertí que corrieras —dice dándome un corto beso. Se levanta y extiende una mano hacia mí, tomo su mano la cual se siente fría, Kian me jala un poco hacia él y justo cuando estoy por pararme, me suelta provocando que caiga sentada, para luego echarse a reír.

Hago mi esfuerzo por no reírme de lo que acaba de suceder, pero me es imposible así que me uno a su risa.

—Debí de imaginarme qué harías algo como esto —le digo mientras me levanto del suelo por mí misma.

—Bueno, tú fuiste la que me tumbo primero —dice encogiéndose de hombros.

Pasamos más de dos horas patinando y persiguiéndonos por toda la pista como dos niños pequeños. Para cuando salimos de la pista ambos estábamos agotados y nuestros cuerpos estaban demasiado helados que sentía que pronto me convertiría en un cubo de hielo.

—¿Te parece si vamos por una taza de chocolate? —pregunta Kian una vez que ambos nos encontramos en el auto.

—¿La cafetería de Margot y Jeremy? —pregunto y el asiente con la cabeza. En menos de diez minutos ambos llegamos a la cafetería, pues no nos encontrábamos muy lejos del lugar.

—Ven aquí —dice Kian llegando a mi justo en el momento en el que me bajo del auto, envuelve sus brazos sobre mi cintura y deposita un beso en mi mejilla, provocando que me sonrojé —me divertí mucho hoy.

—También yo —envuelvo mis brazos sobre su cuello y lo acerco a mí para besarlo.

—Deberíamos de entrar, me muero un chocolate caliente —me da un corto beso y ambos nos separamos para entrar a la cafetería.

—¡Kian! ¡Meghan! —nos saluda con entusiasmo Jeremy al instante en que nos ve entrar. —Nos tenían abandonados.

Nos da un rápido abrazo a cada uno y después vuelve a la cocina para preparar un par de tazas de chocolate caliente, no es mucha la gente que se encuentra en estos momentos, hay un par de mesas vacías en el centro y una que otra en las esquinas, tomamos asiento en una mesa cerca de la ventana. La cafetería es cálida a comparación del clima en el exterior, los vidrios se encuentran empañados por el vapor que hay dentro. Con su dedo índice Kian comienza a escribir las palabras 'te quiero' en la ventana seguido de un corazón debajo de estas, ambos sonreímos al mismo tiempo e imito su misma acción y escribo las palabras 'yo también'.

—Aquí tienen —dice el mesero entregándonos una taza de chocolate caliente a cada quien, junto con un plato con galletas. —las galletas son cortesía de la casa.

El mesero se aleja y Kian busca con la mirada a Jeremy quien está mirando en nuestra dirección, este nos saluda y Kian le grita un gracias, por las galletas que nos ha regalado.

—Jamás te he preguntado en que trabajas —le digo mientras me llevo una galleta a la boca.

—No es tan interesante que digamos —dice encogiéndose de hombros. —trabajo en una pizzería.

—No sabía que te gustaba cocinar. —hace una pequeña mueca.

—Bueno, es una de mis muchas cualidades —ruedo mis ojos divertidamente.

—Creo que cada día descubro algo nuevo de ti.

—Es que yo soy una persona demasiado interesante.

—No empieces a ser arrogante —me quejo y vuelvo a rodar mis ojos.

—Estas celosa por qué yo tengo un mejor trabajo que tú —le doy una mirada confundida, mientras el se lleva una galleta a la boca. —tú sabes, preparar pizzas es mejor que acomodar libros y por eso dices que soy arrogante, no te gusta que te presuma que mi trabajo es mejor.

—¡Sabes que no es cierto! —me quejo nuevamente. —Además trabajar en una librería no es aburrido.

—Lo sé —dice guiñándome un ojo.

—Estoy cansada —coloco mis brazos sobre la mesa y recargo mi cabeza en ella, gran parte de mi cabello se viene en frente tapándome la cara, Kian estira una mano y pone mi cabello detrás de mí oreja, sus ojos grises están observándome con esa sonrisa que siempre lleva en su rostro.

—Eres hermosa —dice haciendo que oculte mi rostro entre mis brazos mientras una sonrisa absurda se forma en mi rostro.

—¿Quieres ir a casa? —pregunta y yo asiento.

Nos acercamos a la caja registradora donde Kian paga para después salir del lugar, no sin antes despedirnos de Jeremy. Antes de llegar al auto ambos nos detuvimos frente a la mesa donde nos encontrábamos, Kian toma mi rostro entre sus manos y mira directo a mis ojos.

—Se que no lo dije, pero te quiero Meghan —rompe la distancia entre nosotros dándome un apasionado beso, si bien era la primera vez que Kian mencionaba quererme. Lo acerco más a mi como si esto fuera posible profundizando el beso entre nosotros. —te quiero.

Vuelve a decir una vez que nos separamos, me da un beso en la frente y yo envuelvo mis brazos en su cintura, volteo hacia la ventana y una sonrisa se forma en mi rostro al ver las mismas palabras que acaba de mencionarme plasmadas en la ventana.

—Yo también. —susurro dándole un corto beso, una sonrisa se forma en su rostro que me deja ver todos sus dientes y suelta una pequeña risita que me hace reír de la misma manera.

El cielo a oscurecido y de pronto las luces al exterior del local se encienden iluminando nuestro alrededor, parece como si fueran vísperas de navidad, Kian me da una mirada rápida y se agacha un poco para besarme nuevamente.

Siento un empujón que hace que me golpee mi labio inferior y nuestras frentes choquen.

—¡Auch! —me quejo al mismo tiempo que él.

—¡Lo siento! —dice una voz familiar, que se encuentra a espaldas de Kian y debido a su altura no puedo verla.

Nos volteamos a ver quién ha sido la persona que nos ha empujado, mis ojos chocan con unos ojos color miel y una sonrisa forzosa sale de la boca del chico frente a mí. Puedo ver como el cuerpo de Kian se tensa al ver a Azren frente a nosotros, sus manos se vuelven puños e inmediatamente me acerco a él, quien inconscientemente se ha alejado un poco y tomo su mano entre las mías para tranquilizarlo. No tengo ni idea de por qué Kian actúa de esta manera al ver a Azren, sé que no le agrada, pero me parece que hay algo más entre ellos que yo no estoy enterada.

—Hola Meghan —dice Azren dándome una sonrisa forzada, la cual respondo de la misma manera, sintiéndome incomoda.

La respiración de Kian parece agitada, entrelazo mi mano entre la suya y este la toma rápidamente, dándome un pequeño apretón.

—Deberíamos de irnos —dice con voz dura.

No sé qué responder, y por alguna razón me siento nerviosa estando frente a los dos. Kian nunca actúa de esta manera frente a alguien y el pensamiento de que algo paso entre ellos vuelve a mí, el cual me digo que averiguare después.

Kian comienza a avanzar hacia el auto y aprieta más mi mano en la suya, Azren me despide agitando su mano en el aire, el cual dudo en responder y a cambio le doy una pequeña sonrisa que estoy segura que parece más bien una mueca. Kian abre la puerta del copiloto y espera a que yo me suba al auto para cerrar.

Ninguno de los dos dice alguna palabra durante el transcurso a los dormitorios de la universidad. Sea lo que sea que pasa entre él y Azren no creo que vaya a decirme.

—Nos vemos mañana Meg —dice en un susurro que apenas me es audible.

—Adiós —es lo único que me atrevo a decirle, me bajo del auto y camino hacia los dormitorios.

Kate no se encuentra en él para cuando entro a la habitación y supongo que seguro está con Greg en algún lugar, trato que lo sucedido no me afecte, pues pensándolo bien Kian y yo pasamos un día bastante agradable.

Una sonrisa se forma en mi rostro al recordar el momento en la cafetería cuando Kian escribe sobre la ventana, sé que no hay nadie observándome, pero puedo sentir el rubor en mis mejillas, él me hace sentir de una forma en la que nadie más me ha hecho sentir, ni siquiera me sentía de esa manera cuando tuve mi primer novio, con él todo es diferente.

Me pongo mi pijama y después comienzo a quitar las colchas sobre mi cama para acostarme, entre mi almohada encuentro una nota pequeña que dice 'sigo creyendo que eres la chica más hermosa y me cuesta olvidarte', en lo primero que pienso cuando la leo, es en Kian y una sonrisa boba se forma en mi rostro que es imposible desaparecer.

***

—Estoy pensando en un color rojo vino, ¿Qué opinas? —pregunta Jessica observando todo el lugar.

Esta tarde cuando llegue a la biblioteca, Jessica no ha dejado de mencionar colores para pintar el lugar, tiene la idea de remodelarlo todo, ponerlo un poco más moderno según sus palabras, pues el lugar tiene un aspecto rustico.

—Creo que el color vino estaría bien —opino mientras estoy caminando por los estantes acomodando los libros que están tirados.

—¿Qué opinas del verde? —dice no muy convencida y yo niego con la cabeza, pues me gusta más la idea del rojo vino.

—La primera opción —respondemos al unisón sin pensarlo.

Termino de acomodar todo el lugar y Jessica me ayuda un poco.

—Estoy segura que lo remodelare pronto —dice mientras ambas nos sentamos a una mesa. —Ahora que lo recuerdo tengo algo que contarte. Vino un chico a buscarte.

—¿A mí? —pregunto extrañada y esta asiente.

—Sí, te juro que se me hizo raro que viniera a preguntar por ti, pero el chico era lindo.

—¿Cómo era? —le pregunto curiosa.

—Alto, cabello castaño y ojos de color miel —responde recordando las características del chico, mi mente vaga a Azren.

—¿De casualidad no te dijo su nombre? —pregunto y ella asiente.

—Tú sabes que yo soy pésima recordando nombres, no recuerdo exactamente cuál era, pero sé que se parece a Carmen.

—Azren —respondo divertida.

—¡Sí! La verdad el chico era bastante simpático, se ve que es una buena persona.

—Creo que es una buena persona —respondo. —Ayer Kian y yo habíamos ido a la cafetería donde siempre vamos y nos encontramos con él, fue bastante incómodo.

—¿Kian se puso celoso? —pregunta con una sonrisa y moviendo sus cejas de arriba abajo.

—Eso creo, pero me pareció más que estaba molesto, siento que hay algo entre ellos.

—Meghan, el chico se veía bastante interesado en ti. Es evidente que Kian va a sentir celos.

—No me entiendes —me quejo. —es como si algo más haya de unos celos paso entre ellos, cuando Kian lo vio, su actitud cambio, siento que de cierto modo se comportó grosero e inmediatamente se quiso ir.

—Meghan, estoy seguro que son celos, Kian parece del tipo de chico bastante celoso —responde. —quizás deberías de tener cuidado, salí con un chico el cual era bastante celoso y posesivo, ese tipo de personas son enfermizas.

No le discuto el tema sabiendo que no comprenderá con exactitud a lo que sea que me estoy refiriendo.

—¿No te dijo que quería Azren? —le pregunto y ella niega con la cabeza.

—Solo dijo que quería hablar contigo y quizás después vendría —es lo único que dice y yo asiento.

Nos pasamos el resto de la tarde conversando de cosas al azar sobre nosotras y las malas experiencias que ha tenido Jessica con los chicos y sus relaciones pasadas. Trato de no tomarle mucha importancia el hecho de que Azren haya venido a buscarme a la biblioteca, pues no recuerdo haberle comentado donde trabajo, y si lo hice, tengo pésima memoria. El punto es que no tenía idea de por qué estaba buscándome, no hago ningún comentario a Kate sobre Azren y mucho menos a Kian pues probablemente se enoje y no quisiera que ambos tuvieran problemas por mi culpa, Azren me parecía un buen chico y él sabía que mis sentimientos no pertenecían a él y lo había comprendido, ambos habíamos quedado como buenos amigos, pero sea lo que sea que está pasando sé que no me quedare conforme hasta hablar con él.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top