—Encontré esta caja de útiles en mi casa — Dijo Laura extendiéndome aquella pequeña caja —. Era mía, pero ya no la uso — Añadió —. Además, es morada; uno de tus colores favoritos.

Sonreí y me sentí extrañamente feliz al escuchar que ella sabía cuáles eran mis colores favoritos, también había cumplido su promesa y eso me hizo pensar que era el mejor día de mi vida. Supe entonces que deseaba con todas mis fuerzas que Laura y yo fuésemos amigas por siempre, así como también necesitaba enserio prometerle que podía contar conmigo por el resto de mi vida, esperaba que ella pensara lo mismo.

Quería decirle tantas cosas, que la quería, que era mi mejor amiga, que pensaba que era la niña más asombrosa de todo el planeta y que no necesitaba salir de nuestra pequeña ciudad para comprobarlo, que me gustaría poder tener la misma confianza que ella tenía para bailar frente a todos sin importarle lo que los demás pensaban o su valentía como para enfrentarse al mundo entero y hacer lo que ella realmente quería.

—Gracias — Fue lo único que pude decir.

Ella me abrazó y yo correspondí el gesto, la abracé con fuerza, queriendo que durase el mayor tiempo posible, pero fue inevitable que terminara en un momento y de inmediato extrañé la sensación de sus brazos rodeándome.

Quería decir algo más, pero solo sonreí antes de sentarme en mi pupitre, abrir la caja y colocar mis útiles dentro de ella, alcé la mirada y me encontré con el nombre de Laura escrito con plumón permanente por la parte interior de la tapadera de la caja, tomé uno de mis plumones (que no era permanente) y escribí "y Noemí" a partir de ese momento, esa caja de colores era algo nuestro.

Cerré la caja, guardando lápices de color, plumas, un borrador, un sacapuntas y un secreto. Me giré un poco para ver a Laura y ella alzó la mirada esperando a que yo hablara.

—Te quiero — Le dije.

—Yo también te quiero — Me respondió.

Esa noche, estando en mi habitación debería haber estado haciendo mi tarea de matemáticas, intentando saber cómo multiplicar facciones, o quizá también haber estado resolviendo un cuestionario de historia, pero en lugar de eso tomé un papel color azul (el color favorito de Laura) y plumones de diferentes colores para escribirle una carta, aprovechando que en la clase de español hace poco nos habían enseñado a redactar una carta.

Jueves 13 de Marzo de 2008

Querida Laura:

Eres mi mejor amiga y me alegro mucho de haberte conocido, me gusta mucho pasar el recreo contigo, hablar sobre Los hechiceros de Waverly Place, Hannah Montana y también de iCarly o Los padrinos mágicos, también me gusta escucharte hablar sobre sus canciones favoritas de los Jonas Brothers aunque yo no los escucho, pero es lindo escucharte hablar sobre lo que te gusta.

Eres graciosa, amable, creo que me aburriría muchísimo sin ti en mi vida, ni me imagino con nadie más compartiendo un sándwich o mis más grandes secretos. Solo quería que supieras que te quiero con todo mi corazón y espero que podamos estar juntas toda la vida.

Atentamente, Noemí.

Hice un sobre con una hoja de papel, doblé la carta y puse una calcomanía de High School Musical para cerrar el sobre. Le daría la carta mañana.

Cerré mis cuadernos, dejando mi tarea sin resolver, así como también ignoré aquella imposible idea de un amor con ella. Ninguna de las dos era un niño como para que fuese posible, eso era igual de irreal como lo era la evolución. Pero bueno, al menos en las historias que imaginaba era posible.

Y dicen que si deseas algo con muchas fuerzas, se vuelve real. Sin importar lo imposible que parezca.