Capítulo 1
Cuando todo se fue a la... chirola* yo tenía diecisiete añitos recién cumplidos.
De verdad no entiendo cuál es el bendito afán de los adultos por ocultarnos cosas, esos temas que debemos saber, digo, ¿Cómo diantres tú crías un hijo adolescente sin explicarle para qué sirven realmente sus...? ¿Cómo es que dice la gente fina?... Ah sí, ¡Genitales!
¡Concho! Aun así no les echo toda la culpa.
Ese día, mi novio, Jean Luis Pereira, me dijo que bajara para su casa. Hacía pila* de tiempo que estábamos planeando un ratico juntos, para que él finalmente me hiciera mujer*.
Honestamente y delante de Dios* yo no tenía ni idea de que era lo que iba a hacer. Las manos me temblaban y sudaban solo de pensar en el momento: ¿Quedarme quieta o intentar tocarlo, hablar o quedarme callada? ¿Qué se suponía que tenía que hacer? Me gustaría decir que en cuanto lo toqué un instinto animal que ignoraba tener, me indicó con exactitud lo que debía pasar, pero no fue así. Él acarició mi rostro y me miró a los ojos, luego me dijo.
—Mami, pero tú estás temblando.
—Sí, more*... Estoy nerviosa.
Admití mientras sentía un fuego completamente ajeno consumir mis entrañas, nunca me había sentido así y, el miedo de que alguno de mis padres llamara, o algo pasara... ¡Ay María Santísima!* Que metiera la pata y la llama se apagara, me tenía sudando la gota gorda*.
Si él se dio cuenta no dijo nada, en cambio aspiró por sus labios entre abiertos y los lamió, como si esperara que hiciera lo mismo.
Me negué a hacerlo, no sé por qué... tal vez los nervios calaron en mi más profundo de lo que imaginaba.
Se acercó lentamente y depositó sus cálidos labios sobre la curvatura de mi cuello... no era el primer chico con el que estaba, tampoco era el primero en tocarme, pero una parte de mi recordó todo lo anterior vivido y quise apartarlo. Verdaderamente sentí las ganas de quitármelo de encima.
Me miró una vez más a los ojos, como si de alguna forma pidiera mi consentimiento, y yo asentí dudosa, pero ardiendo en el fulgor de su mirada. Separó mis piernas y rozó contra mí, aquello que me provocaba tanta repulsión, mas, aun así asentí dándole acceso total, porque era él, era mi Luis... no era la bestia.
Contuve las náuseas que me dieron por pensar en el enfermo, interrumpiendo mi momento especial, y esta vez empecé a temblar, pero no por los nervios.
—Podemos intentarlo otro día, como estás tan nerviosa...
—No, hoy es el día perfecto, por favor, sigue.
Rogué, antes de que mi mente me obligara a cambiar de opinión y entonces empujó. Dolió tanto como los recuerdos punzantes en mi memoria, me embistió como las escenas fugaces que se desplazaron frente a mí, y quedé deshecha.
Mi mundo se fragmentó, porque aunque lo amaba y estaba él allí, no pude evitar pensar que de haber tenido la oportunidad, la bestia me hubiese roto de la misma forma.
No lo disfruté, ni siquiera estaba lo suficientemente preparada para él y por la expresión que tuvo en el rostro, creo que el tíguere* se dio cuenta... pero es que yo no tengo la culpa de pensar en cosas que no quiero justo cuando puedo tener un poco de intimidad con mi novio.
Siempre pensé que Jean Luis era de esos hombres que luchabas por tener pero se escapaba de tus manos en la primera oportunidad, y vaya que confirmó mis pensamientos.
Se levantó y me dejó en la cama porque tenía que atender unos asuntos.
Me dejó... le entregué mi cuerpo y me dejó.
La opresión en mi pecho era tan grande, ¿Por qué presumían tanto mis amigas de aquel acto si se sentía tan... vacío? Quizás estoy exagerando, no es como si verdaderamente me haya botado o algo así, además ¿Qué yo pretendía? ¿Qué se quedara en la cama conmigo? Jamás y, mucho menos viniendo de Jean Luis.
Antes de él mi alma estaba en un agujero, había alegrado mi vida hasta cierto punto pero en aquel momento... luego de tener su sudor y esencia sobre mí, volví a perderme en la negrura.
Toqué mis labios hinchados, y me dirigí al baño a asearme, en caso de que se presentara la oportunidad de que sucediera de nuevo.
Y recuerdo que no lo volví a ver en toda la tarde, ni siquiera hablamos mucho en el tiempo que transcurrió después, pero los cambios en mi fueron inmediatos.
Mareos, malestares, la respuesta era evidente, pero estaba lo suficientemente ciega para darme cuenta de la realidad, de lo que estaba pasando, que yo... había quedado embarazada de mi novio, y solo la prueba de embarazo que mi hermana compró para mí de manera clandestina, confirmó las sospechas que eran casi un hecho.
Y aquí estoy ahora, mirando el test positivo, cual posesa.
—Es que, Gertrudis, es imposible. Solo estuvimos una vez.
—Todo lo contrario, es más que posible. Talvez tu periodo de fertilidad estaba al tope cuando estuvieron juntos.
—No lo sé... Loca ¿Qué yo voy a hacer ahora?... Si papi se entera, arrancarme la cabeza sería poco. Una sola vez, ¿Cómo es posible?
Mi hermana me mira, noto en sus ojos claros un atisbo de lástima. ¡No es necesario que me mire así, me hace sentir más pequeña de lo que ya soy!, pero sigue la cuestión en pie, atormentándome, ¿Qué es lo que se supone que voy hacer?
—Jean Luis —dice Gertrudis.
Afirmo, él debe saberlo, no es justo que cargue yo sola con todo esto cuando él también tuvo participación.
—¿Y con quién me voy?
—Vete con Ángel, que ahora está conchando*
—Ah sí, verdad, déjame llamarlo.
Jean Luis es del coro* de mi hermano, y Ángel es el mejor amigo tanto de mi hermano como de mi novio, por lo que no pone reparo en llevarme.
Al llegar a la casa de mi novio lo miro, siento como si todo encajara, imagino una familia con él: una niña, con sus ojos verdes y su sonrisa gatuna, con mi color de piel, —porque si sale al padre, la pobre va a ser blanca como un papel*— mis maneras y mi cuerpo, pero el carácter de su padre. Quiero una mezcla homogénea de nosotros dos, y que salga lo que Dios quiera*.
Le sonrío en cuanto lo veo, a pesar de la angustia que llevo en la boca del estómago*, de los días que tenemos sin hablar, y de su aparente distanciamiento luego de quitarme la virginidad.
Barajo la opción de gritárselo a la cara en el porche de su casa, pero me contengo porque no nos conviene a ninguno de los dos.
—¿Qué pasó mami? Jurado que te iba a llamar ahora mismo para que bajaras para acá.
—Oh, ¿Enserio? Me llamaste con el pensamiento —lo beso, y siento que algo cambió, el ambiente, la forma en la que nos tratamos, todo es distinto. Al parecer tener relaciones con tu pareja altera el vínculo que se tiene, ya sea de forma positiva o negativa. El deseo de tenernos las manos encima en todo momento nos presiona, creando un momento muy raro de tensión. Él ríe para botar el golpe* y yo no sé cómo reaccionar a la química que ahora tenemos, me permito incluso olvidar mi embarazo por unos minutos.
—¿Quieres algo de comer?
—No, gracias, no tengo hambre... mmm, Jean, tengo que decirte algo.
Su rostro se cubre de seriedad.
—No te gustó, ¿Verdad?
—No es eso more, es que tú sabes...
—No es por juzgarte ni nada, pero yo no entiendo por qué tú sigues pensando en esas cosas, oye, eso pasó hace un siglo, supéralo, Ara, ¿Cuándo tú vas a tener una relación normal sin pensar en eso?
Pestaño varias veces sopesando su comentario, ¿Qué lo supere? ¿¡Es en serio!? No puedo evitar enojarme al instante.
—Dime por favor, que lo que tú acabas de decir lo dijiste relajando, porque no hay otra explicación.
—More...
—No... a ver, no. Tú no tienes el derecho de decirme que supere o no cosas de las cuales tú no fuiste testigo, ¡Oh sí! Es muy lindo decirme que lo olvide cuando no fuiste tú que lo viviste. ¡Se supone que deberías entenderme y apoyarme! No exigirme que sienta algo que no puedo sentir.
—¿O sea que lo fingiste?
¿Lo hice? No estoy segura de querer contestar a eso, así que simplemente bajo la mirada y estudio mis uñas, nada conveniente para el momento. Él se levanta airado y empieza a caminar de un lugar a otro, una manía que adquirió luego de que viéramos una serie juntos.
—Respóndeme, Ara, porque si es así, terminamos pero ya.
Terminar... la frase se repite en mi cabeza como un disco rayado, lo miro incrédula, ¿En serio ha sugerido nuestro rompimiento por algo tan básico? ¿Con este voy a dar a luz a un hijo?
—No, no lo fingí, y no tienes ni idea de lo mucho que me costó entender que estaba en el presente y no diez años atrás... insensible.
—More...
Me giro dándole la espalda, no quiero verlo. Estoy demasiado enojada, no merece que le cuente lo que está pasando. Quizás dar la vuelta y cortar es lo más inteligente... Sin embargo mi realidad me golpea, trayéndome de nuevo a lo importante. El miedo de que papi se entere y me bote de la casa, es unas de las razones por las cuales más arraigada me siento al piso donde estoy. Como si unos hilares invisibles hubiesen atado mis pies. Con diferentes tonos modulo en mis pensamientos, la forma de decirle que llevo un hijo suyo y ninguno me convence lo suficiente. Me giro encarándolo, y digo-: ¿Quieres casarte?
Él palidece como si hubiera visto a su difunta abuela saludándole.
—Sí, pero como en diez o quince años.
—En quince años vas a tener cuarenta.
—Es una buena edad —se limita a decir encogiéndose de hombros.
—¿Cuántos hijos quieres tener?
—Ni uno. —Ningún bebé, nada, quiere toda una vida de unión conyugal sin la responsabilidad de los más pequeños. Ahora sí, ¿Cómo rayos le digo que estoy embarazada?-. La mujer que se me embarace a mí, va a tener que sacarse la barriga*, porque yo no quiero muchachos en mi vida.
—Pues que mal, porque yo estoy embarazada.
—¿Cómo?
—Embarazada, que estoy embarazada.
—¿Cómo así?
—Que no funcionaron los anticonceptivos Jean Luis, y estoy preñada de tu bebé.
—No, eso no es mío.
Cuando habla siento como el alma se me cae a los pies.
—¿Cómo que no es tuyo Jean Luis si tú eres el único hombre con el que yo he estado?
—No, no, yo no sé. Yo lo único que sé es que yo no puedo estar pendiente de muchachos ahora, y te acabo de decir lo que va a pasar con cualquier carajita* que me diga que está preñada, tú no eres la excepción. Así que ve a ver lo que tú haces.
Arrugo el gesto, sin dar crédito a lo que escucho.
—Yo no voy a matar a mi bebé, tú sabes que yo estoy en contra de eso.
—Mira, a mí no me importa eso, haz tú lo que tú quieras pero a mí no me involucres que esa barriga no es mía, y yo no voy a mantener muchachos.
Lo único que debe ser abortado ahora mismo, es mi relación.
No puedo pretender seguir en este juego con un hombre que no respeta ni la vida de su propio bebé.
¿Cómo no derrumbarse y llorar en el mismo suelo de su casa?, del horror, del odio que crece dentro de mí. No, me paro con dignidad y salgo lo más compuesta que puedo, aunque mi mundo se esté desbaratando.
Tomo mi teléfono para llamar a Ángel de vuelta que venga a buscarme antes de que me desplome en la acera y quede más humillada delante de Jean Luis, entonces veo dos llamadas perdidas de Alberto Miguel, mi hermano mayor, el cual nunca me llama a menos que sea estrictamente necesario.
El miedo cruza mi espina dorsal dándome escalofríos.
Lo saben... ya lo saben.
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Anexo
1- Chirola: expresión urbana relacionada a la cárcel, pero también a un acontecimiento desventurado// sinónimo: "porra" "Al carajo o pal carajo"
Ej: -A Fulano lo mandaron a la chirola por robarse un pan.
-¡Ay concho, se fue pa' la chirola!
2- Pila: medida de tiempo que significa "mucha cantidad" palabra coloquial generalmente utilizada en un tono jovial.
3- Hacer mujer: es una expresión urbana y hasta cierto punto vulgar. Cuando un hombre le quita la virginidad a una mujer, la "hace mujer"
4- Delante de Dios: cuando dices algo y quien te escucha lo pone en duda, pero no tienes forma de probarle a esa persona de que lo que dices es cierto, se utiliza la frase "delante de Dios" otra expresión es "Jurao por mi madre".
5- More: diminutivo de "amor" se usa con amigos, parejas e incluso con desconocidos.
6- ¡Ay, María Santísima!: expresión de exclamación de origen católico, se puede utilizar en diferentes situaciones, por ejemplo, si ocurre un accidente impresionante, se utiliza la expresión, si alguien se asusta, se sorprende, tiene miedo o cualquier otra emoción fuerte puede utilizar la expresión. También se usa "Ay, virgen de la Altagracia" o simplemente "Ay, virgen"
7- La gota gorda: al ser un país tropical el dominicano constantemente se enfrenta mucho al calor del sol, o los rayos directos, porque muchos trabajan a la intemperie. Cuando hace demasiado calor se usa esta expresión, o cuando hay una situación que te hace sudar, sea cual sea, también se usa "Estoy sudando hasta lo que no se suda".
8- Un tíguere: es una persona que tiene mucha experiencia o sabiduría adquirida de forma maquiavélica o por las experiencias. Persona difícil de engañar. Puede hacer referencia a cualquier hombre del que se hable.
Ej: -Oye, ese Carlos es un tíguere, ¡Tú oíste lo que me dijo! Disque que él no va a hacer la tarea porque se estresa y él es muy niño para estresarse.
-Loca me vocearon los tígueres de la esquina.
-Yo te he dicho a ti que no quiero que te juntes con esos tígueres.
9- Conchando: el concho es un servicio de transporte público barato. Hay carros y autobuses que funcionan con rutas y un sindicato. Pero también está el "motoconcho" que es un servicio de transporte barato pero en motor. Sea un carro, un autobús o un motor a quien esté dando el servicio se le dice "está conchando". El sindicato de autobuses y carros de concho, no tienen nada que ver con los motoconchos. En este caso, Ángel es un motoconcho.
10- Coro: es generalmente un grupo de personas que se juntan para un fin, donde casi siempre hay bebida incluida. Otro término es "junte" aunque este no siempre involucra bebidas. En este caso coro también significa grupo de amigos. También puede significar interacción social.
Ej: Carlos es de mi coro, no te metas con él.
María, hoy a las cuatro tenemos un coro(o un junte) en la plaza, ¿Vienes?
No quiero coro contigo, tú me caes mal.
11- Blanco como un papel: semejanza del color de piel muy pálido al color de un papel blanco.
12- Lo que Dios quiera: expresión que se utiliza cuando no estás muy seguro de lo que quieres, se usa mucho con embarazos cuando te preguntan si quieres hembra o varón, respondes con esta frase. Pero también se usa de forma irónica cuando estamos muy seguro de lo que queremos, y decimos que es exactamente eso, añadimos al final la expresión, esto es más de carácter burlón.
Ej: -¿Y tu bebé que será?
-Ay yo no sé, que salga lo que Dios quiera.
-Loca yo me quiero casar con un tipo que sea alto, rubio, que tenga dinero y que viva en dubai. Pero, que sea lo que Dios quiera.
13- Angustia en la boca del estómago: cuando una persona está muy angustiada, que no quiere ni comer suele decir que está haciendo la angustia en la boca de su estómago.
14- Botar el golpe: el golpe en sí es como una situación muy difícil o catastrófica que llegue a nuestras vidas, y una acción que hagamos para relajarnos y poder manejar mejor la situación se convierte en algo que haremos para botar el golpe. También se utiliza cuando hay una situación tensa y sueltas una expresión tonta para aligerar el ambiente.
Ej: Ay muchacha, fue que lo despidieron del trabajo y se cogió unas vacaciones para botar el golpe.
No sabía qué decir así que solté un chiste para botar el golpe.
15- Sacarse la barriga: abortar
16- Carajita: niña o jovencita //variantes: Chamaca, chamaquita, muchacha, muchachita, bicha entre otros.
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