Capítulo 5 "Arresto"
FANFICTION: Ficción del fan.
ALGO QUE JAMÁS PASÓ.
Y si no te gustan mis escritos o ideas, ¡Estás más que invitado a que salgas de está historia o de mi perfil!
No me gusta ni tolero a gente irrespetuosa que viene a hacer bardo, así que si no te gusta. ¡Deja de leer! Que la única que queda mal, eres tú.
Para las demás que les encanta la idea y son respetuosas, ¡Gracias por leer!
***************************************************************************************
Paul no estaba en disposición para preguntarles a los sujetos de azul motivos o causas verdaderas por las que sería arrestado. Simplemente, suspiro y no quiso decir nada más, puso sus manos en frente, en señal de que debían hacer su trabajo.
—Esperen—pidió apenado—, ¿Puedo despedirme?
—Cinco minutos—dijo el guardia, no muy feliz.
Paul y dos policías caminaron rumbo a la cama, dónde yacía Jane dormida plácidamente. Paul pasó lentamente su mano sobre su hermoso rostro y ella despertó confundida.
—Jane...—susurró.
—Eh... Paul... ¿Qué pasa?
—Tenías razón, estaríamos juntos hasta que me atraparan.
—Vámonos—ordenó el oficial mayor y los dos guardias se llevaron a Paul arrestado.
Jane reaccionó muy confundida, sacudió su cabeza para contemplar como metían a su gran amor a una patrulla terrible y despiadada. Ella gritó como loca y pedía que lo dejaran libre.
—No... no... esperen... ¡¡Paul!!
Y así, Jane se deprimió, porque acabó su hermoso sueño y había aterrizado otra vez a la horrible realidad, aquella de la cuál quería escapar, pero lo que hacía realmente era aplazar el gran golpe, no deteniéndolo.
(...)
Jane no esperó ni un segundo más y partió a primeras horas de la madrugada al departamento de Cynthia, era el único lugar a dónde ella se sentía realmente segura. Caminaba por las calles londinenses y la gente no dejaba de verla y susurrar rumores en su nombre. Paul ya figuraba como primicia de casi todos los periódicos y la prensa estaba muy al pendiente de su situación legal. Jane tuvo que tener un gran coraje y valor para ignorar los comentarios conservadores y maldosos que las personas le hacían.
En el departamento de Cynthia, estaba John. Ya no debía tomar como pretexto dar el dinero para ir a visitarla, simplemente, lo hacía sin dar explicaciones a nadie. La familia se encontraba muy feliz, hasta que la desgarradora noticia llegaría en vivo para ellos.
—Jane—abrió John muy preocupado.
Ella no dijo nada y dejó que sus lágrimas hablaran por sí solas.
—Jane... ¿Ya regresaron a Londres? ¿Dónde está Paul?
Jane no pudo soportar más y abrazó fuertemente a John para llorar con inmensidad, este no comprendía, pero solamente pasaba sus brazos por su espalda. Al ver de qué se trataba la cosa, Cynthia fue con los dos, con tal de poder ayudar.
—Jane, querida... ¿Qué ocurre?
—Los... los...—Jane musitaba y lloraba con dolor— policías...
—No me digas qué...
—. ¡¡Hoy en la madrugada detuvieron a Paul!!—admitió histérica— No puedo creerlo, lo hicieron, nos descubrieron... ¡¡Todo acabó!!
—P-pero... ¿Cómo supieron? ¿Fueron a la ciudad o algo así?—cuestionó John y no dejaba de abrazarla.
—No... no...—Jane se alejó discretamente de él y se limpiaba la cara— Simplemente desperté... y dos guardias ya habían arrestado a Paul.
—Dios mío—Cynthia rezó— ¡Cuánta tragedia!
John mal interpretó este acto de fe como algo sarcástico y hasta mal intencionado por parte de su ex mujer, así que volteó a verla bruscamente y no dudó en reclamarle.
—Mira que gran actuación... ¡¡Bravo señorita Hoylake!!
—Q-qué... ¿De qué hablas?—cuestionó Jane preocupada.
—. ¿No es obvio, lady Asher?—John la miró con el ceño fruncido— ¿Quién aparte de ella, Ringo, George y yo sabíamos de esto? ¿Quién crees que los acusó?
—No... no sé...
—He estado con los chicos todo el día, ¡George y Ringo no fueron! Fue esta mala mujer, ¡Arpía y doble cara!
—Un momento, John Lennon—Cynthia lo detuvo—, no te voy a permitir que me insultes en mi propia casa.
—No... no es un insulto, ¡Es la verdad! Tú lo dijiste, tú los culpaste, tú delataste su ubicación.
—Joder, Lennon—ella estaba furiosa— ¿Por qué motivo lo haría?
—. ¡¡Por envidia y celos!! Jane si luchó y admitió su amor por Paul... mientras que tú...—tomó bocazas de aire— ¡TÚ!
—. ¿Yo qué? ¡Yo no te abandoné por una japonesa!—reprochó Cynthia.
Lo que Jane quería era comprensión y un ambiente tranquilo, pero mostró su incomodidad absoluta al escuchar la pelea que estaban teniendo los dos en ese instante, eso la hizo llorar mucho más y ambos se dieron cuenta.
—Mira lo que has hecho—Cynthia abrazó a Jane—, ¡Largo de aquí!
—Jane, vámonos... encontraremos la manera de qué...
—. ¡Qué te vayas!—gritó Cynthia, para los otros dos era muy raro verla tan enojada. John aceptó indignado y azotó la puerta al salir.
Cynthia y Jane se sentaron en el sillón y la primera fue a preparar un té de Tila que serviría muy bien contra y para los nervios. Jane no quería nada, pero luego comprendió que un estómago vacío no le iba a servir de nada.
—No sé... todo fue tan rápido...
—Querida... puedo jurarte por mí vida que yo no tuve nada que ver en eso—prometió Cyn.
—Lo sé, lo sé... y de todas formas—Jane sonó su nariz— no tiene más remedio. Los policías se lo han llevado y no quiero que escape otra vez.
—Mmm... ¿Ya has ido a verlo?
—No... no tengo valor.
—Por favor, Jane—Cynthia se levantó decidida—. Tienes que ir a verlo, las cosas podrían ser muy malas si no vas.
—P-pero es que...
—Nada de peros, toma tu abrigo y vamos en este mismo instante.
Jane obedeció los mandatos de Cynthia y ambas amigas se fueron rumbo a la comisaría de Londres, lugar donde yacía Paul arrestado. Ambas estaban muy nerviosas, y más Jane, no quería ser parte de los chismes y rumores de las revistas londinenses, pero estaba dispuesta a sufrir lo que fuera con tal de luchar por su amor por Paul.
—No pueden pasar, aún no es el tiempo—dijo el policía.
—P-pero... ¿Por qué no?—cuestionó Cynthia molesta.
—Porque en este momento, el señor McCartney está viendo su situación legal con los abogados de la señorita Eastman y todo eso. Vuelvan otro día.
Jane caminó cabizbaja y Cynthia la siguió. La estaba abrazando, sin duda, ella no había dicho nada del paradero de la pareja, pero estaba en el fondo... muy agradecida con la persona que lo había hecho.
—Tranquila, todo saldrá bien.
—Eso espero Cyn...—no dejaba de limpiarse la nariz.
Pero justo antes de volver a entrar a su coche, Jane y Cynthia encontraron a una persona que realmente no querían ver, ni cruzarse con ella.
—Miren nada más, la noviecita viendo al preso—dijo la voz aguda de Linda—, ¿No te da vergüenza, Asher?
—No tengo nada en contra de ti... no me molestes—dijo Jane decaída.
— ¿No? ¿Segura? Pues me dejaste en vergüenza nacional, ¿Acaso crees que yo siento amistad por ti?
—No pudimos ver a Paul, si es lo que te interesa—señaló Cynthia.
—No es por él, mi querida cornuda—Linda se burló—, es por ustedes.
Cuatro matones y gigantes guardaespaldas salieron de los lados izquierdo y derecho del auto de Cynthia. Ella estaba sorprendida por lo que pudiera pasarles, puso la mano frente a Jane con tal de protegerla.
—No sabes que feliz me siento con la persona que hizo posible todo esto, al fin las tengo en dónde quería.
—Linda... te lo ruego, no nos hagas daño. Tengo un hijo qué...
—Ay... Cynthia, déjate de tus cursilerías y tonterías de madre soltera. Si quisieras tanto a Julian, no lo hubieras arriesgado a ir al lugar tan peligroso donde estaban dos prófugos.
Los guardias se acercaron lentamente a las dos chicas, Jane temblaba de nervios y Cynthia intentaba dialogar con ellos.
—Aunque... no debería dejar que te peguen a ti, Cynthia—volvió a decir Linda—. Gracias a tu estupidez, hiciste todo esto posible.
—Cállate...
—Así que... bueno... señores, los he contratado para algo, así que mejor háganlo ahora.
—Linda, te demandaré si nos pasa algo malo—amenazó Cynthia.
—Hazlo, pagaremos al juez si es necesario—respondió Linda con superioridad.
Los cuatro guardias gigantones prepararon sus puños y rodearon muy bien a las pobres de Cynthia y Jane. Ellas estaban muertas del miedo, Cynthia empezó a gritar, pero uno de ellos la tiró de una sola bofetada, el otro aventó a Jane al fango. Ahí, dos de ellos comenzaron a pegarles de una manera muy brusca y cruel, mientras que los otros dos hicieron pedacitos el automóvil de Cynthia, dónde grabaron la leyenda "Aquí viaja una perra".
La paliza tan horrible que le proporcionaron a las dos mujeres duró menos de veinte minutos. Los guardias se fueron y Jane casi no podía respirar, fue Cynthia quién hizo de todo para hacerla reaccionar. Tenían moretones en todo su cuerpo, sangre que se desparramaba de la nariz y dolor abdominal. Esos poco hombres estuvieron a casi nada de matarlas.
—Jane... Jane...—Cynthia corrió por algo en su coche, pero fue su sorpresa ver que hasta le habían robado.
La limpió con un poco de papel que encontró, Jane lucía tan mal y débil.
—Despierta, anda... hazlo... ¿Estás bien?
—Eh... sí...—Jane tocó su nariz— Todo bien...
Entre las dos se apoyaron y sufrieron de la ignorancia de la gente cuando las vieron caminar casi desfallecidas. Nadie les hacía caso por la calidad que Jane tenía ahora, que fue motivo de odio y tristeza por parte de las dos. Aunque a casi nada de llegar al departamento de Cynthia, se encontraron a Maureen Cox y a Pattie Boyd, que no dudaron ni un segundo en ayudarlas.
—Vinimos en cuánto supimos la noticia, es una desgracia—dijo Maureen mientras limpiaba el rostro de las pobres dañadas.
—Este es el colmo, ¿Cómo Linda pudo pagar para que las golpearan?—Pattie sacaba las curitas—, ¡Es inaceptable!
—Lo sé, lo mismo dije—soltó Cynthia con dolor—, pero no podemos hacer nada porque los Eastman es una loca familia insana de corruptos.
—Jane, nuestros maridos nos contaron todo—dijo Mo' comprensivamente—, y no te vamos a juzgar... al contrario, vamos a apoyarte.
—Me importa una mierda lo que hagan—respondió Jane enojada, para contrarrestar el dolor emocional—, me da igual que hacen ustedes o las demás personas. ¡Qué se joda el mundo! Yo sólo quiero ser feliz.
Maureen y Pattie se dedicaron a ayudar y arreglar los demacrados rostros de Cynthia y Jane. Ellas no dejaban de llorar y hasta Julian se puso triste.
—No... ¡¡No tenía por qué hacerlo!! Paul ya está preso, ya logró lo que quiere, ¿Por qué?—se desahogó Jane.
—Porque es una loca, es una mujer que si no es feliz... nadie más lo será—dijo Pattie mientras guardaba el botiquín.
—Yo no hubiera reaccionado así si Paul se casaba con ella—expuso Jane nuevamente.
—Porque eres diferente, eres mejor.
—Jane, lo siento—dijo Cynthia con pena—, pero es cierto... John tenía razón, yo tuve la culpa. Debí fijarme si alguien me seguía o no.
—Por supuesto que no fue tu culpa, aquí la única culpable es una neoyorquina loca llamada Linda Eastman—dijo Maureen con odio—, y no lo dejaremos pasar.
—Exacto Jane—apoyó Pattie—, no importa lo que tengamos que hacer. Te apostaremos que te quedarás con Paul así sea lo último que hagamos.
—Gracias chicas, y lamento haber sido grosera—admitió avergonzada.
—No hay nada que temer. Te ayudaremos a todo, a pagar la fianza o a los jueces.
—Aun así tengamos que formar una banda de rock—Cynthia bromeó—, tanto sería nuestra capacidad. ¿Cómo crees que se llamaría?
—Mmm... las cuatro tuvimos algo que ver con los Beatles, así que nos llamarían "Beatle-Girls" o "Beatlegirls"
— ¡Sí! Formaremos una banda si es necesario.
Las chicas se rieron ante está broma y fue genial para Jane, porque en serio necesitaba algo que la distrajera de ese profundo dolor que sentía.
—Jane, ¿Has hablado con tu familia?—cuestionó Pattie.
—No, no lo he hecho. Supongo que mi madre me odia por lo que hice.
—Claro que no, una madre jamás podría odiar a su hija—dijo Maureen feliz.
—Pues la mía sí. Somos de la alta alcurnia londinense y no creo que se sienta feliz al verme.
—Al contrario—dijo Cynthia y la tomó de la mano—. Creo que podría ponerse muy tranquila al verte.
—Mmm... ¿Creen que debería ir a verla y pedir apoyo?
—Absolutamente—respondieron las tres al unísono.
—Bueno—dijo Jane convencida—, iré ahora mismo a hablar con mi madre y Peter.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top