Capítulo 25 "¿No era brujería?"
Jane se pellizcó, no podía creer lo que estaba escuchando. Volteó violentamente para ver a Paul, este movía sus manos con palidez y hasta debilidad, ella corrió rápidamente a verlo. Miró sus ojos cansados y llorosos, sus labios estaban partidos y secos, estaba vivo, estaba bien... ¿Qué podía haber pasado? ¿Cuál era el significado de toda esa desgracia?
— ¡John! ¡Cynthia! —gritó muriéndose— ¡Paul está bien! ¡John! ¡Cynthia!
Ellos llegaron sin dudarlo, John tocó la frente de Paul, estaba muy débil, no podía decir nada, murmuraba al azar, cerraba los ojos e intentaba volver a la normalidad.
—No puedo más con esto—dijo Jane—, llamaré a un médico.
Eso mismo fue lo que hizo, la doctora Betty Swanson, era la más cercana y a la de más confianza que Jane tenía, así que no dudo en ir. Para cuando la señora Swanson ya estaba en el departamento de Cynthia, Paul se sentía mucho más recuperado. Los Harrison y los Starkey no dudaron en ir, una vez y cuando supieron que Paul ya se encontraba mejor.
—Vamos doctora, diga la verdad. —insistía Pattie— ¡Admita todo!
—Mmm... Sé perfectamente de que se trata.
— ¿No era brujería?
—Mmm... —la doctora rechoncha, gorda e inexperta, miraba atentamente a Paul y seguía revisando sus síntomas— No, no, definitivamente, la brujería no existe. Alguien los drogo.
—. ¡Lo sabía! —Jane chasqueó los dedos.
—Imposible—dijo John con los ojos pesados—, no consumimos nada.
—Además—secundó George—, en Abbey Road no encontramos nada, Ringo y yo revisamos, imposible que los hayan drogado.
—Queridos amigos—Betty decía con su voz grave y extraña—, temo decirles que a eso no se limitan las drogas solamente. Hay una nueva, de mucha potencia, es la escopolamina, mejor conocida como burundanga. Es... perder toda tu voluntad y hacer exactamente lo que la persona te pida.
—Eso no tiene sentido, ¿Por qué no hicieron eso? ¿Es como tener manejada a una persona? —cuestionó Maureen aterrada.
—Efectivamente, una vez que se ingiere esta droga... la víctima queda a disposición absoluta de todo, pierde la voluntad—explicó Betty—, sigue cualquier orden sin más. Muy probablemente, las personas que hicieron esto con el señor Lennon y el señor McCartney, les dijeron algo así como... "No despiertes" o "Quédate tieso", o así.
—Mmm... pero ¿Por qué no ordenaron hablar o decir "Eastman" en nuestra reunión de negocios? —interrogó George.
—Tal vez, porque sabían que eso levantaría sospechas. Generalmente, las víctimas no recuerdan nada, claro, si es con dosis letales.
—Puede ser, yo sí recuerdo lo que pasó. Después de que Yoko dijo "baboso", me sopló a los ojos, tuve hinchazón y picazón, hasta que caí al suelo, abriendo el armario. De ahí, no recuerdo nada—dijo John con preocupación.
—Exactamente, los efectos de esta maldita droga son muy mortales, aunque poco visibles. Creo que lo hicieron con una dosis mínima, pero no importa, no es necesario mucho para que una persona caiga ante esto. No tiene olor ni sabor, ni siquiera estás consciente de que te hayan drogado.
—Sigo sin creerlo—dijo Cynthia estresada.
—Bueno... es muy normal su desconfianza, señora Powell, pero es muy sencillo—leyó sus notas de síntomas—, tiene un efecto casi inmediato, en cuestión de pocos minutos la víctima probablemente estará bajo los efectos mostrando un comportamiento vulnerable, a la vez que su voluntad quedará sometida a la del agresor. Este efecto es debido a que la escopolamina actúa como anticolinérgico provocando un efecto depresor del sistema nervioso central y periférico, por lo tanto, sus síntomas son varios, entre ellos podemos destacar la dilatación de las pupilas, estupor, taquicardia, retención urinaria, reducción de secreción salival y estomacal, o sea, tendrán dificultad para deglutir y hablar, además de fiebre, somnolencia y grave amnesia. Es una sustancia que provoca una eliminación completa del libre albedrío mientras se sigue actuando, el cerebro queda automatizado haciendo lo que se le ordena.
—Y... ¿Por qué yo estoy bien ahora? Me pasó eso, pero estoy normal—replicó Lennon.
La doctora miró detenidamente el cuerpo físico de John, después, volvió a hacer anotaciones breves en su agenda. Y luego dijo:
—Bueno... señor Lennon, debe considerar que no funciona igual en todos los cuerpos, las personas con más acostumbramiento a las drogas no les dura mucho, además, se debe considerar la porción, tal vez cuando lo drogaron a usted, fue en una cantidad mínima que al pobre señor McCartney.
—Debe ser eso—dijo John aterrado.
—Es muy probable que les hubieran dicho cosas como... "No te muevas" o "No digas nada", ustedes obedecieron. Así de letal es está droga.
—P-pero... ¿Entonces cuándo Paul volverá a ser Paul? —preguntó Jane aterrada.
—Desgraciadamente, señorita Asher—explicó—, me temo decir que... la porción en la que Paul fue drogado fue mayor, es evidente. Así que no será fácil que vuelva al 100% en su estado natural. Claramente, no hay una medicina que pueda darle para que regrese en sí en cinco minutos.
—Oh... ¿Qué puedo hacer? —lloró lentamente, las lágrimas recorrían su rostro con debilidad.
—Es asombroso que el señor Lennon pueda recordar lo que pasó, por lo general, la víctima no puede recordar nada. Tal vez pueda hacerlo en unos días después. En unas 12 horas o más, desaparece también de la orina, lo que dificulta enormemente obtener análisis toxicológicos positivos. Esto, claro está, representa una limitación para demostrar que alguien ha sido envenenado. Deben estar muy al pendiente de él, ya que la víctima sufre importantes repercusiones a nivel médico, cognitivo y social como pueden ser fallos atencionales y de concentración, sumados a una dificultad para recordar eventos recientes, ansiedad, y aislamiento. Estos efectos negativos sobre la salud son debidos a que, en la mayoría de ocasiones, este episodio genera un trauma y deja secuelas, se hace importante un tratamiento psicológico y seguimiento posterior.
—Lo ayudaremos en todo lo necesario, pero... ¿Volverá a hablar normalmente, a cantar, a tocar, a ser él? —Jane era la más preocupada.
—Con paciencia y constancia, todos olvidarán este trago amargo. Manténgalo en un ambiente pacífico y así será.
La doctora recogió sus cosas y se fue. Cynthia se recargó en John y empezó a llorar. Mo' estaba tan mal que decidió irse, Ringo le siguió. George y Pattie no sabían que decir, estaban simplemente estupefactos. Jane se arrodilló hasta volver a ver el rostro débil e incognito de Paul, quién sin duda, había salido con muchísima dificultad de aquel trago amargo.
(...)
Jane perdió la cuenta, pero fueron unos 2 o 3 meses que todos decidieron ayudar a Paul para que volviera a su vida normal, fue una guerra difícil, pero no imposible. Ellos volvieron a la granja en Escocia que antes solían recurrir, y en dónde se había armado aquella aventura, los acompañó Peter Asher- el hermano de Jane- y Gordon Waller. Ellos propusieron que era mejor que regresaran a su cómoda casa en Londres, pero Jane declinó, necesitaban estar alejados de todo, en cualquier momento... podría pasar algo peor.
— ¿No les molesta dormir en la misma cama? —preguntó Jane a su hermano y amigo.
—No es la primera vez—dijo Gordon y Jane no entendió.
Fueron días de total desconcierto y confusión. Jane nunca lo dejó solo, le platicaba de cosas, era como si ahora tuviera que pagar el lugar. Pero ella sí era sincera, contaba las cosas tal y como pasaron, pero nunca lo dejó, siempre estuvo a su lado, cuidando de él. No fue una batalla fácil, porque como Paul era propenso a sufrir los efectos que la doctora había descrito antes. No podía armar oraciones completas sin ser interrumpido bruscamente, tenía la mirada baja, sin duda, cambió radicalmente... a pesar de todo, Jane lo amaba con locura, y no lo abandonaría por nada del mundo. Pero... ¿Cómo había pasado eso? ¿Acaso Paul había ido con Linda? ¿Quién lo drogó realmente?
Un día, como cualquier otro, Jane desayunaba cómodamente un jugo de naranja, veía el amanecer salir suavemente. Escuchó los pequeños pasos de Paul que se dirigían hacia ella, lo miró sin desgane, sabiendo perfectamente que no iba a decir nada. Pero...
—Uff... ¿Tuve un sueño o algo así? ¿Acaso seguimos en nuestra aventura de escaparnos lejos de Londres? —preguntó Paul cuando se sentó a lado de Jane y tomó un panecillo.
—No, no, lo que pasa es...
Jane tiró su vaso de vidrio y tembló al ver como su amado ya estaba perfectamente bien. Era algo inexplicable, tenía la cara baja, pero por lo menos ya podía hablar bien.
— ¿Qué carajos?
—Me duele la cabeza, por si te lo preguntas—dijo McCartney.
—Lo... lo sé, pero... ¡Ayer seguías igual!
—Te digo, siento como si me hubiera quedado dormido como 500 años o más—seguía bostezando—, me siento adolorido. No recuerdo nada.
— ¿Nada? ¿De verdad?
Paul suspiró y su rápida vista contempló como había cigarrillos en frente de él, era de Peter, así que tomó uno y lo encendió. Jane ya no sabía ni que creer... pero claro, era obvio eso, no es como si Paul de la noche en la mañana se recuperó, todos estuvieron al pendiente de su recuperación.
—No—exhaló el humo—, nada.
—Vaya, qué bueno que no es así. Vivimos toda una aventura, llena de golpes y teorías locas, me alegro que al fin estés bien.
—Yo... me alegraría, pero no recuerdo absolutamente nada.
Jane tomó varios minutos de la mañana para poderle explicar a Paul todo lo que había sucedido meses antes. Él escuchaba sin creerlo, no podía entender como fue drogado de tal manera, pero eso pasó.
—Y así sucedió todo.
—Lo más raro de esto fue... que Cynthia y tú corrieron con vidrios en su cuerpo, no me lo imagino.
— ¡Paul!
— ¡Es la verdad! —señaló McCartney entre risas.
—Y tú parecías zombi, en serio, literalmente parecías zombi. Nadie podía moverte, Mo' aún tiene pesadillas, recuerda cuando los matones de Linda te llevaron entre sus brazos.
—No quería causar esto—confesó Paul con tristeza—, no me acuerdo de nada de eso. Pero sí de lo esencial, un ángel Jane, un ángel me salvaba de un destino aterrador. Sentía que yo estaba en un abismo sin fondo, en algo que realmente no podía salir. Pero un ángel llegaba y me salvaba, me tomaba entre sus dulces manos y me alejaba de ahí. No sé, pero... no recuerdo su rostro, pero si me acuerdo de lo que hizo por mí.
—Mmm... ¿Era un ángel o ángela? —preguntó Jane maliciosamente.
—Hombre, sin duda era hombre.
Ella cerró las cortinas despacio, se enojó levemente, pero no quería decir nada. Solamente suspiró y besó a Paul tan intensamente que sus labios quedaron impregnados.
—Prométeme que será la última locura que viviremos—dijo Jane felizmente.
—Claro, lo que ahora quiero es tener felicidad a tu lado, juntos, sin que ninguna droga nos separe.
Esa misma tarde, consideraron que sería mejor volver a Londres, a la residencia de los Asher, no estaban buscando afirmación de Margaret, sino que ya iban a volver con su respectiva felicidad y alegría. Peter y Gordon se sentían muy bien por la felicidad de Jane y Paul, la cual, sin dudas, ahora sí sería eterna y duradera. Durante el regreso a Londres, Paul pudo recordar lo que había sucedido en realidad.
—Creo que ya sé que me pasó...
—No te fuerces, mi amor—dijo Jane tranquilamente—, no quiero que te vuelvas a sentir mal.
—No... no, necesito decirlo, no te preocupes, me siento mejor y más aliviado—sonrió—. Creo que... esto fue... después de que te dejé en tu casa.
Paul contó lo siguiente:
Partí tristemente hacía la calle para tomar el siguiente autobús que me dejara cerca de casa, caminaba tranquilamente bajo la noche de Londres y sus estrellas brillantes y blancas. Me gustaba observarlas, el aire era presente, pero no intenso. Estaba tan distraído en ver a las luciérnagas... que...
—Oh... ¡Hola Paul! —una voz me distrajo.
Volteé lentamente para ver quién estaba, era Linda, conducía su automóvil y me veía con benevolencia, yo respondí a su saludo.
—Hola.
—Mmm... es muy noche para estar solo, ¿No crees?
—Ya me voy a casa—dije.
—No necesitas eso, te puedo llevar, si quieres—dijo amablemente.
—No... no—desde el principio, me dio mala espina su propuesta—, gracias, me gustaría gozar de una buena noche londinense.
Miré de nuevo en frente, un mosquito se había equivocado en su rumbo, y "accidentalmente" había chocado contra mi ojo. Yo me pequé con el único objetivo de hacer que se fuera, grité (como era normal), y quería quitármelo. Linda no dudó en salir de su coche para ayudarme.
—Oh... oh...—bajó mis manos, cuyas sostenían mi rostro— Tranquilo, no te alteres, te ayudaré.
Y luego, sopló algo que tenía en sus manos, el mosquito huyó y yo me quedé débil, caí al piso con mis rodillas en frente y no sabía que diantres me había pasado.
—Ah... ayúdame, no... no...
—Ya... ya, no te preocupes—me ayudó a levantarme, más bien, me estaba cargando—, ahora... quiero que entres al auto.
Yo, por alguna extraña razón, eso hice. Ella estaba en el asiento normal, mis ojos lloraban de irritación y no podía creerlo.
—Ahora, antes de que maneje—sus palabras eran claras—, quiero que saques todo lo que tengas en los bolsillos de tu saco.
Hice lo mismo, saqué absolutamente todo, hasta el anillo que me devolviste.
—Mmm...—lo tomó—, ¿A quién le ibas a dar esto?
—A Jane—respondí sin pensar.
—Bien, ahora es mío—se volvió a ponerlo—, duerme, y no estés consciente hasta en tres meses.
"¡Claro!". Pensó Jane. "¡No podía estar consciente hasta que pasara ese tiempo! Pero que idiota fui, yo creyendo que este tiempo había servido para algo. P-pero... ¿Por qué tres meses específicamente?"
—Y así pasó—terminó Paul.
—Bueno, ya, ya, no importa nada más—dijo Jane alegremente—, mejor... descansa, mañana será un gran día.
Jane acertó, efectivamente, ese día sería... no un "buen" día, sino un "gran" día, producto de las emociones que podían pasar y suscitarse. Paul y Jane regresaron a los estudios Abbey Road, John, George y Ringo esperaban a su gran compañero con los brazos abiertos, también George Martin, Geoff Emerick y el nuevo manager de la Apple: Allen Klein.
—Vamos a brindar por esto—dijo George—, por todo lo malo que nos ha pasado, pero a pesar de todo, hemos logrado salir adelante.
—Esto merece un nuevo disco—señaló John—, algo que demuestre al mundo porque seguimos vivos y vigentes.
—John...—dijo Ringo— ¿En verdad quieres trabajar en un nuevo disco?
— ¡Claro que sí! Está nueva y loca aventura que la señorita Asher nos hizo pasar al decir "Sí" ha sacado un montón de ideas e inspiraciones para todo tipo de canciones. ¡Merece un nuevo disco!
—Te apoyo amigo—sonrió Paul—, te apoyo.
Nunca, y desde hace muchos años antes, los estudios Apple habían vivido un buen momento como aquellos. Todos eran felices, celebraban, disfrutaban irremediablemente todo. Los cuatro chicos se dieron cuenta que su amistad era única e inigualable, todo era alegría inmensa para todos. Pero...
—Eh... Paul—dijo Freda, quién había abierto la puerta—, te busca tu abogado.
— ¿Mi abogado? —preguntó y tomaba la mano de Jane.
—Hola Paul, ¿Lo olvidaste? —entró su abogado— Mañana es el juicio para determinar quién se quedara la custodia de Mary.
"¡Por eso había pedido tres meses!". Jane se respondió. "¡Para quedarse con la custodia de Mary!"
Jane quedó sorprendida por su respuesta congruente, y Paul... simplemente, no sabía ni que decir.
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