Capítulo 24 "Fuerzas Oscuras".
N*As.
Chicas que me han nominado para el reto de las 13 confesiones... ¡Sorry! Es que... yo no tengo nada que confesar, soy la persona más aburrida que conocerán xD, además, yo nomino y nadie lo hace... me da pena :'v
Pero... para mis seguidores de YouTube, ¿Les gustaría que hiciera el Tag Beatle? (Ya me dieron las preguntas, algunas son muy tontas como eso de... "¿Linda o Yoko?", pero era la única de esa calidad. Y yo así de no memen >:v ni que fuera el Tag Wings o el Tag Plastic Ono Band.)
Pòr cierto, vayan preparando esos dedos escritores y avísenle a sus amigos... ¡10 seguidores para inaugurar la primera edición de los #PremiosGrace2017! No sé lo pueden perder 7uu7
***************************************************************************************
Jane y Cynthia corrieron lo más rápido que sus piernas le permitieron, esquivaban coches, personas, animales o cualquier otra cosa que pudiera obstaculizar su camino hacia la libertad. Estaban aterradas, Cynthia sentía que un vidrio se había quedado impregnado en su rodilla, y Jane tenía su corazón latir a mil por hora. Estaban paranoicas y aterradas ante una terrible posibilidad de que los trabajadores de Yoko y Linda las estuvieran persiguiendo, pero no, sin duda, ellas no se quedaron con la peor parte de la historia.
Los trabajadores de Yoko y Linda, se podrían ser catalogados, como literalmente gorilas: Hombres fortachones, vestidos de negro, con gran cabello por todo su rostro, y, sobre todo, desconocidos para ser identificados por apariencia. Estos dos tipos descritos, entraron lentamente por el piso de los estudios. Miraron los desvalidos cuerpos de John y Paul, y George, estúpidamente, se alejó. Uno de ellos ya le había soltado un tremendo puñetazo a Ringo por obstruir la puerta, mientras que el otro, hizo lo mismo con Harrison. Pattie y Mo' estaban sumamente aterradas, y ni siquiera podían llamar a emergencias, a Freda, Mary Hopkin, George Martin, Geoff Emerick o así. Allen Klein renunció a la posibilidad de ser el nuevo gerente de finanzas de Apple Corps, por todo lo que había suscitado, además de que había huido corriendo como un verdadero cobarde.
En fin, estos dos sujetos cargaron a John y a Paul, uno por cada uno. Los llevaban de espaldas y nadie pudo hacer nada. Pattie y Maureen tenían sus ojos cubiertos. Linda dijo:
—Volverán cuando sea el momento apropiado, mientras tanto, nos vamos—sonrió malévolamente y se fue.
Pattie irradiaba rabia, Mo' no lo podía creer y sollozaba sin parar. Pero la primera fue más decisa:
— ¡Tenemos que denunciarlos! Esto fue un crimen... ¡Secuestro a famosos! ¡No sabemos que pueda pasar!
— ¿Eso aun entraría como crimen?
— ¡Por supuesto! —aseveró Pattie— ¡Esto definitivamente no se puede quedar así!
Ambas chicas sollozaron, George y Ringo fueron para consolarlas, aunque estaban físicamente exhaustos, no podían creer que todo eso hubiera podido pasar.
(...)
—Cuando dije... "Es la noche de un día agitado", no tenía ni idea de que esto pudiera suceder—dijo Ringo a Cynthia y Jane.
Los Harrison y los Starkey habían ido a un lugar más seguro, notificaron a la policía exactamente lo que pasó, sin embargo, nadie les había asegurado de que iniciarían un proceso judicial o por lo menos una investigación.
—Dios... pero qué locura, ¿Qué podremos hacer para salvarlos? —cuestionó Cynthia.
—Van rumbo al desastre—dijo Jane con terror—, la dominación total... ¿Qué se podrá hacer? Nada—suspiró.
—No podemos dejarlos, Jane—argumentó George—, ¡Me muero si le hacen algo malo a mis amigos!
—Todos estamos de acuerdo con eso, George—secundó Ringo y se levantó del sillón. Se acomodó su saco y tomó un tono serio—, no tenemos el apoyo de la policía, pero si vuelven... nadie sabrá que podría pasar con ellos. Así como tuvimos que soportar a John con Yoko en las grabaciones de 1968... pasará lo mismo con Linda y Paul.
—No... no por favor.
—Chicos, me siento tan mal por estar aquí y no hacer nada—dijo Mo' deprimida— ¡Tenemos que hacer, y YA!
—Oh claro, ¿Alguien apuntó las placas del jodido automóvil? —preguntó Pattie con ironía— No, nadie, nadie se fijó ni vio porque estábamos llorando, curando a los chicos de sus heridas... ¡Fue algo espantoso! La seguridad de Abbey Road no sirve, hasta las Apple Scruffs huyeron despavoridas... ¡Inaceptable!
—Definitivamente...—suspiraron todos.
Ya eran un poco más de las 11 de la noche, nuestros chicos estaban pensando, se miraban unos a los otros, como si buscaran respuesta en sus miradas de frustración. Jane, simplemente, no podía entender todo lo que había pasado, ni siquiera asimilaba que Paul hubiera cambiado tan rápido de opinión.
"Sólo Dios sabe que pasó una vez que se fue de mi departamento", pensó con culpa.
Cuando de pronto, se escucharon pasos agitados por todo el pasillo, alguien respiraba con grande exhalación y dolor. George y Ringo rápidamente se pusieron en guardia, temían que fuera otra amenaza nuevamente, Jane y Cynthia tomaron un sartén, procuraron a Julian en su cuarto, Pattie y Mo' estaban pendientes para apoyar en cualquier cosa. Los ruidos que se escuchaban próximos eran realmente aterradores, se escuchaban breves quejidos y murmurios de agonía, además, de que se oía como si alguien estuviera arrastrando un bulto muy pesado por todo el piso. Temían lo peor... cuando sonó la puerta.
Pero no era como si alguien estuviera tocando normalmente, no, eran fuertes golpes que retumbaban sobre las manos, rasguños que se deslizaban por toda la puerta, como si alguien intentara hablar sin éxito.
— ¿Quién... quién es? —preguntó George con todos los nervios de punta.
Pero no respondía nadie, solamente se escucharon sus respiraciones entrecortadas y terribles, adoloridas y con pesadez. Luego, Jane reconoció unos tacones que resonaban, se imaginaba lo peor, pero el grito que se escuchó, no era de alguien desconocido. Era de su vecina, soltó un gran alarido y el fuerte sonido de los tacones, demostraban que había huido corriendo.
—No es nada bueno—susurró.
Decidieron que, si ignoraban los sonidos que producía alguien a través de la puerta, se irían sin más. Ringo dijo que era improbable que fueran los matones de siempre, porque si fueran ellos, ya hubieran tirado la puerta otra vez, o tocado violentamente. Luego, seguían insistiendo, se escuchaban sollozos desgarrados y un puño tocaba desordenadamente la puerta.
—Reconozco eso—dijo Cynthia en voz baja—, tengo que abrir.
— ¡No, no! —la detuvieron George y Ringo— ¡Puede ser un enemigo!
— ¡No lo sabremos si no abrimos! —argumentó ella con enojo— ¡Tenemos que hacerlo!
—Déjenlo ahí, no abran. George y Ringo no podrían contra ellos, es una trampa, por favor, Cyn... no abras—pidió Maureen a punto de tener un paro cardiaco.
—P-pero... es que en serio, ¡No lo podemos saber si no abrimos la puerta! —gritó.
Esquivando los cuerpos de Harrison y Starr, Cynthia abrió la puerta con lentitud, todos estaban en guardia, Mo' no podía ver, Jane se puso detrás de ella por si era momento de atacar, Pattie sostenía un palo de escoba, George y Ringo prepararon fuertemente sus puños, solamente para ver...
— ¡John! —gritó Cynthia horrorizada.
Y sí, el cuerpo golpeado de John Lennon, cayó justo en sus pies. Lo que los chicos creyeron que era un bulto, era en realidad, Paul McCartney inconsciente.
(...)
Cynthia atendía al pobre John, curaba sus heridas y todos los golpes que tenía alrededor de todo su rostro. Paul seguía hipnotizado y con los labios partidos, Jane intentaba hacerlo reaccionar, pero era inútil. Por otro lado, George y Ringo estaban sumamente felices de que por lo menos, John ya podía hablar.
—Cuánto me alegra que hayas podido salir de esas fuerzas oscuras, John—dijo Pattie.
—Fue una locura—explicó Lennon, todavía sin entender—, en serio, algo que aún no asimilo.
— ¿Qué pasó? —cuestionó ella con intriga.
—Algo sumamente irracional, verás, estaba atado en una silla, Linda y Yoko me veían, yo no podía reaccionar. Jamás olvidaré sus horribles expresiones, sus ojos fueron un factor que me traumó.
— ¿En dónde estaban? —ahora, preguntaba Ringo.
—No sé, no lo recuerdo, pero era algo así como... un sótano frío y aparatoso—John no podía hablar bien—, así que... Paul estaba atado del otro lado, estaba un doctor muy violento a nuestro lado, yo no podía moverme, ni hablar, o gesticular algún ruido, sentía como mis ojos estaban hinchados y a punto de caerse. Ni siquiera recuerdo que había dicho Yoko o Linda, solamente recuerdo... sus terribles y espantosas risas.
—Entonces... ¿Cómo reaccionaste? —interrogó Cyn con temor.
—Bueno, estaban escuchando el radio, y estaba... "Ask Me Why", la recuerdo perfectamente, entonces, fue como si mi propia canción hubiera servido, me vinieron a la mente todo lo que pasó antes: La gira en América, la caverna... mi época en la universidad y tú Cyn, claramente tú. Veía la luz destellante sobre mis ojos, pero también contemplaba tu sonrisa. Creo que eso fue lo que me hizo reaccionar realmente.
— ¿Y Paul? —Jane estaba desesperada.
—Seguía igual... luego, logré soltarme, hice lo mismo con Paul, aprovechando de que Yoko, Linda, y este "matasanos" platicaban de sus locuras. Pero cuando se dieron cuenta de que ya iba a huir, me detuvieron los gorilas de Linda, al principio me lograron dar mis buenos golpes, pero logré procurar a Paul en todo momento. Al pelear contra ellos, sentí un auténtico "Hamburgo" de vuelta, jamás había peleado con tanta fiereza. Aventé a Paul por la pequeña puerta del otro lado y yo hui, tuve que cargarlo para que nadie le hiciera daño. Me pude escapar de pura suerte, fue un milagro.
—John, John—Cynthia lo abrazaba, pero seguía preguntando—, me puedes decir... ¿Por qué te pasó esto?
—Sí claro—bostezó—, verás, estaba platicando con Paul en el armario, por alguna extraña razón, ese se ha vuelto un lugar para ambos. Luego de que Linda lo sacó, sin podérmelo explicar, Yoko entró conmigo. Estábamos ahí, incómodos y en el ropero. Yoko dijo: "¿No quieres volver a reconsiderar nuestra relación?", a lo que yo respondí: "No, ahora me voy salir". Y ella dijo: "¡Vuelve aquí, baboso!"
—. ¿Y qué pasó?
—No sé, no me acuerdo de absolutamente nada. Creo que tenía algo entre sus manos, pero me hizo desfallecer totalmente.
—Oh, ya sabemos lo tuyo—dijo Jane fingiendo felicidad, hablaba con ironía y dolor—, pero ahora... ¿Cómo podemos preguntarle a Paul cómo está?
—Fue brujería, esto 500% segura de ello—dijo Pattie.
—No sé qué haya sido, pero fue algo espantoso, no sé cómo hacer para que reaccione—confesó John.
—Mmm... tú dijiste que reaccionaste con nuestras canciones. Siempre las he infravalorado—dijo George—, pero tal vez, si le tocamos algo en vivo y directo... ¡Pueda despertar!
—. ¡Una guitarra! —pidió John.
Maureen fue corriendo por la pequeña guitarra acústica que a veces usaba Julian como entretenimiento. John afinó su voz, Ringo usó sus piernas como tambor y empezaron a cantar al azar, pero fue que en serio, no había funcionado nada.
—No da resultados—dijo John pensativo—, me pregunto por qué. Se supone que eso debería servir.
—Tal vez... tú lo escuchaste, y a eso, dijiste que vinieron a tu mente un montón de recuerdos de la Beatlemania y todo eso, pero porque era una pista de audio. Tal vez, si ponemos una canción a Paul...—propuso Ringo.
—. ¡Oh! Se me hará raro decirlo pero... ¡Ringo, eres un genio!
—Sabía que eso pensabas.
John, al ver el grado de tristeza de Jane, se apresuró a ir por el tocadiscos. Cynthia, aunque no fuera gran fan de la banda de Lennon, tenía sus discos, los había comprado para el recuerdo, así que puso el famoso "A Hard Day's Night", ahí, John escogió una canción especial. La pusieron justo alado del oído de Paul, exactamente, hablamos de "And I Love Her".
Aunque la canción se repetía y repetía, ponían muchas canciones distintas y todo eso... el resultado era el mismo: nada de nada, Paul seguía ido de este planeta, respiraba, pero no se encontraba presente. No pudieron hacer que hablara, no podía sostenerse, nadie sabrá qué clase de locura habrán hecho para tenerlo en semejante estado. John estaba frustrado, Cynthia le consolaba, George y Pattie ya se habían ido a su casa, Ringo hizo lo mismo con Mo', pero mucho tiempo después. Cynthia se fue a dormir, mientras que John seguía poniendo disco tras disco, ya hasta se había hartado.
—Tal vez...—bostezó— debes dejarlo dormir y descansar, que procese todo.
—Deberíamos llamar a un médico—Jane no dejaba de llorar.
—No, no, está bien... ¿Qué dirá un doctor? Que está cansado nada más, déjalo Jane, déjalo dormir. yo haré eso.
—Voy allá, ya apaga el tocadiscos, por favor—pidió con dolor.
John hizo la acción y se fue a la habitación de Cyn, celebrando que... al fin él estaba de regreso a la normalidad. Lástima que no se podía decir lo mismo de Paulie.
—Paul, querido—susurraba Jane, eran 4:00 am y ella no podía hacer ruido—, por favor, escúchame, escúchame... te lo ruego. No sé qué haya pasado, pero... sólo espero que puedas volver a ser tú, por favor... aquel chico especial y lindo que tanto amé, amo y amaré por el resto de mi vida. Sé que volverás a ser el mismo que yo quise a pesar de todo, y cuando eso pasé, ¡No voy a dudar en casarme contigo! Lo he deseado desde el momento en que te conocí—lloraba lentamente en su mano—, desde ese instante... por favor, regresa, regresa... no sé si tengo que poner toda la discografía de los Beatles con tal de que despiertes, pero si lo tengo que hacer... lo haré, todo con tal de que... ¡Reacciones! Por favor, despierta y ve mi rostro, triste y desesperado por tu confusión.
Jane esperó varios segundos, esperaba que esto pasará como en las películas de Estados Unidos y mágicamente, el chico o persona especial despertaría. Pero no, dejó que sus lágrimas mojaran los labios partidos y secos de Paul, pero no pasó nada, no logró nada de lo que ella quería. Derrotada, dio la media vuelta de la cama y salió con lágrimas en todo su rostro. Pero luego, inexplicablemente, se escucharon varios quejidos, chirridos que una sola boca era capaz de emular. Jane creía que todo era parte de su imaginación, pero no lo era, cuando...
— ¿Jane?
-
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top