Esta noche elijo alejarme

"¿Que por qué estaba yo con esa mujer? Porque me recuerda a ti. De hecho, me recuerda a ti más que tú"

-Groucho Marx

https://youtu.be/mErDIalYS0o

Las carpetas encima de mi escritorio parecen nunca llegar a su fin, cuando creo que he revisado todas las carpetas viene alguien y agrega más. Son las siete y quince, debería estar en casa estudiando para mis exámenes y no aquí en esta oficina. Bueno, podría ser peor, si hay algo que me gusta de trabajar aquí a parte de lo bien que pagan, es poder disfrutar la vista. La constructora Ivanov tiene una vista hermosa del puerto que siempre me hace contener el aliento. Incluso ahora con todo el estrés del trabajo me hace relajarme. Mi jefe es un hombre estresante, serio, creo que en los pocos meses que llevo trabajando aquí no lo he visto sonreír ni una sola vez, el día en que lo llegue a ver sonreír pediré un deseo. Es atractivo pero su seriedad no me agrada y puedo darme cuenta que yo tampoco le agrado. Las únicas palabras que nos dirigimos es, buenos días señor o buenas noches señor y la más común es muy bien, señor. Detesto decirle señor.

Muevo mi cabeza de la pared de vidrio hacia su oficina al final del pasillo. Todo esta en silencio y puedo escuchar como teclea en su portátil. Siempre se va después de todos y llega antes que nadie haya llegado, a veces creo que vive aquí. Trabaja demasiado, alguien debería decirle que eso no es bueno. Pero esa persona no seré yo, si él quiere trabajar de esa forma, por mí que lo haga. Regreso a mi escritorio y cuento las carpetas. Hay diez carpetas y todas tengo que revisarlas para mañana. Empiezo a recoger mis cosas y me detengo cuando escucho a alguien tararear Keep on trying, pero que yo sepa no hay nadie más en este piso. Las luces están apagadas y solo esta encendida la pequeña lámpara en mi escritorio y la luz que viene de la oficina de James Ivanov pero no puede ser él. Dejo mis cosas sobre el escritorio y camino hasta la oficina del iceberg que es mi jefe. Mientras me acerco a su oficina el tarareo se hace más claro, ahora no hay duda que es él. Cuando llego a su oficina me detengo en el marco de la puerta y lo observo, me detengo a mirarlo realmente desde que lo conocí. Esta mirando unos papeles y sigue tarareando. Se lo ve diferente a como usualmente es, su frente no esta fruncida y su mirada no te hiela la sangre, se lo ve casi humano y real. Como si él hombre con el que estado tratando todo este tiempo solo hubiera sido una fachada y este es el real James Ivanov.

He estado pensando en
Todas las veces que me has dicho
Que estás tan llena de dudas
Que no puedes dejarlo
Pero yo se
Que si sigues viniendo a por más
Entonces seguiré intentándolo
Seguiré intentándolo

Estoy cantado con él sin darme cuenta, solo soy consciente de eso cuando él levanta la mirada hacia mí pero en lugar de gritarme como es lo que normalmente haría, él sigue cantando conmigo. ¿Quién eres James Ivanov? ¿Quién eres realmente? Sus ojos azules me hipnotizan y no entiendo como no me fijé en el peculiar azul de sus ojos, un azul mucho más intenso que los míos y que parecen esconder demasiados secretos.

-No deberías estar trabajando hasta esta hora-dice él mientras señala el reloj negro en la pared lateral.

Son las siete y veintisiete.

-Tú tampoco.

Él me mira sorprendido por mi atrevimiento ¿Desde cuándo tuteo a mi jefe?

-Tienes razón-me dice y veo como las comisuras de sus labios se elevan en una medía sonrisa.

Algo en mí se emociona al ser la razón de su sonrisa.

-¿Quieres ir por algo de comer?-pregunto y aquella pregunta lo toma por sorpresa, tanto a él como a mí.

Sus ojos se centran en los míos y veo como después de un momento recorre mi rostro con la mirada. Parece que él también me esta mirando realmente después de meses de habernos conocido por primera vez.

-Eso suena bien-me dice él y veo como cierra la carpeta y la deja sobre su escritorio. Lo veo levantarse y recoger su teléfono y caminar hacía mí. Me hace una seña para que salga y camino hasta mi escritorio y recojo mis cosas. Él camina detrás de mí hacia el ascensor.

Si hace solo unas horas alguien me hubiera dicho que yo estaría camino a comer con James Ivanov y no solo eso, que estaría cantando con él, me hubiera reído muy fuerte. Le hubiera dicho demente y me hubiera marchado. Pero aquí estoy y solo hicieron falta sesenta segundos para que todo cambié. Sesenta segundos es todo lo que necesite para conocerlo, para conocer al real James Ivanov. Y agradezco aquellos sesenta segundos.

Cuando las puertas del ascensor se abren él me pregunta si tengo auto y le digo que no. Me sonríe y me lleva hasta su auto.

-Háblame-me pide cuando el auto sale del garaje del edificio y nos sumergidos en el tráfico que es algo normal a esta hora.

-Por favor regálame tranquilidad que estoy llena de inseguridades.

La luz del semáforo esta en rojo y él gira la cabeza para mirarme.

-Lo leí hoy mientras estaba camino al trabajo-le digo a modo de explicación.

-¿Y te pareció correcto decir eso ahora?- me pregunta.

-Si.

Su risa llena el auto. Acabo de hacer reír a James Ivanov, este debe ser mi día de suerte.

-Eres una mujer extraña Eva Jones, muy extraña.

Las primeras impresiones son muy importantes, eso suelen decir todos y creo que en parte tienen razón pero a veces subestimamos el poder de la primera impresión. Siempre tratamos de dar nuestra mejor imagen la primera vez que conocemos a alguien pero es realmente después cuando conoces a alguien y aún así nunca lo terminas de conocer completamente. Mi primera impresión con James no fue memorable, no hay nada extraordinario en aquella primera vez que lo conocí pero aquella noche cuando lo escuché cantar, esa noche si es memorable, es una noche que jamás podré olvidar. Me sucedió todo lo contrario con Charlie, en definitiva, la primera vez que conocí a Charlie es memorable y fue una extraña primera impresión. Pero aquella buena primera impresión no puede superar a la noche que camine hasta la oficina de James y cante con él aquella música que solía cantar con mi papá cuando era pequeña y tenía pesadillas. El reloj marcaba las siete y veintisiete, incluso esa hora se volvió memorable y nos acompañado a lo largo de nuestra amistad y en nuestra corta relación. No tengo eso con Charlie y no sé si lo llegué a tener con alguien más pero no voy a sentarme y decirle a Charlie que sí, no puedo utilizar a una persona para olvidar a otra porque Charlie se merece a alguien que este ahí para él y que recuerde su primer encuentro o el segundo, tal vez el tercero como algo memorable. Charlie se merece alguien que no lo este comparando con alguien más y ese alguien no soy yo.

-No-repite él y veo que no esta sorprendido por mi respuesta.

Recuesto mis codos sobre mis rodillas y me inclino un poco hacia adelante mientras observo

-Siempre estaré agradecida por haberte conocido, me ayudaste a levantarme y me enseñaste muchas cosas, me escuchaste y me aconsejaste. Me enseñaste a lidiar con mi dolor y creo que nunca te agradecí correctamente por eso, así que gracias Charlie, gracias por ser tú.

Esta era un elección sencilla tenía que elegir y me elegí a mí.

-Y te quiero pero no estoy enamorada de ti. Así que mi respuesta es no. Aún amo a James, aún tengo pesadillas sobre el bebé que perdí, sobre aquella noche que dejé a James, aún tengo muchas cosas que resolver y las estoy resolviendo por mi cuenta, me estoy levantando yo sola y pediré ayuda si la necesito pero por ahora me va bien tratando de arreglar este desastre yo sola pero no puedo arrastrarte conmigo, no esta bien. No puedo dejar que tu calidez ahuyente el frío que aún hay en mí. Tengo que volver a encender aquella llama que ardía en mí y tengo que hacerlo sola, cada vez me va mejor con eso. Aún hay días difíciles, no voy a mentir sobre eso pero ahora los puedo manejar. Ahora soy más fuerte de lo que era ayer y mañana espero ser más fuerte de lo que soy ahora.

Charlie me escucha sin interrumpir, él siempre ha sido bueno escuchando. Esa es, tal vez, una de sus mejores cualidades. Todo sería mas sencillo si yo estuviera enamorada de él pero la vida no es exactamente sencilla o lo que uno espera. Pero al menos ahora sé hacia donde no quiero ir, en que lugar no quiero estar, al menos ahora soy un poco más sabía que ayer.

-Es difícil aceptar el fin cuando quieres a alguien.

Sus ojos siguen sin perder aquella calidez.

-No es el final, es solo un nuevo comienzo. Nuevas historias están por venir.-Le digo.

-Quiero creer que eso es verdad.

-Lo es, solo que ahora no lo puedes ver pero pronto te darás cuenta de eso.

En esta vida nada es lo que parece, nada es como esperas y creo que ahí radica la magia de todo esto. Estoy tratando de aprender, de dejar el miedo atrás y tratar de entender que no tiene nada de malo mi forma de amar y que esta bien dejar que me amen, esta bien bajar las barreras y confiar en los demás. Creo que cuando logre todo eso estaré lista para empezar una nueva relación pero no antes.

-¿Cuándo te volviste tan sabia?-me pregunta él.

Le devuelvo la sonrisa.

-Bueno, pase tiempo con un extraño hombre en Tailandia que me hizo entender muchas cosas.

-Suena como un buen sujeto.

-El mejor.

Tres meses después.

Lexi levanta su copa de agua y le da un suave sorbo, baja la copa y la deja sobre la mesa mientras me sigue contando que acompañó a James a buscar una nueva casa. Ella me enseña una foto de la nueva casa y me gusta mucho, me puedo imaginar a James viviendo ahí. Lexi también me dice que pronto será el cumpleaños de Amanda y que James planea pedirle a ella que se mude con él ese día.

-¿Qué piensas sobre eso?-me pregunta ella después que el camarero deja nuestra orden.

-Que es decisión de él y no nos debemos meter.

Yo a penas y hablo con James, mi relación con él ahora me recuerda aquella que teníamos cuando empecé a trabajar para él, después de todo lo que hemos pasado volvemos a donde empezamos. Cuando nos vemos nos saludamos pero no conversamos, solo somos cordiales. Dijimos que íbamos a intentar ser amigos pero del dicho al hecho hay mucho trecho.

-Soy su hermana, tengo derecho a meterme, Eva. No creo que sea una decisión correcta, creo que aún debe esperar

-¿Esperar que?

-La tormenta.

Ella habla con mucha calma, parece que ella supiera exactamente lo que va a pasar.

-¿Qué tormenta? ¿Estás drogada? Solo voy a decirte que si estas planeando algo te detengas, él quiere estar con Amanda, déjalo ser.

-Ellos no están destinados a ser.

-Yo no creo en el destino.

-No necesitas creer, de todas formas va a suceder.

Ella se encoge de hombros y cambia de tema. No puedo imaginarme que es lo que esta planeando pero dudo mucho que se detenga.

Son las once de la noche cuando mi teléfono suena. Me acerco a la ventana mientras contesto.

-Hola Apolo. ¿Qué sucede?

-Dallas esta en el hospital.

Corro a buscar mi abrigo y mis llaves mientras él me dice que su nariz empezó a sangrar y poco después se desmayó. Ahora esta en el hospital y le digo que ya estoy en camino. Cuando llego al hospital Lexi y James están ahí, Tessa al igual que Alexander están en un viaje de negocios y no pueden venir. Me acerco a ellos y me dicen que están esperando noticias, que aún no saben nada. Apolo dice que le harán unos exámenes y que no la podremos ver hasta mañana.

-Será mejor que vayamos a casa-dice Lexi.

-No, yo me quedo. Ella estuvo conmigo cuando la necesite, no puedo dejarla ahora.

Lexi me mira y sabe que nada de lo que diga me hará cambiar de idea.

-¿Porqué no llamas a Benjamín para que venga a quedarse contigo?-me dice ella.

Muevo mi cabeza.

-Él no está, regresa mañana.

Charlie tampoco está, se fue de viaje pero prometió volver.

-No hay nadie a quien llamar-le digo.

-Yo me quedo-dice James mientras le da una taza de café a Lexi.- Yo estoy aquí.

Quiero decirle que no, que hace mucho que él ya no está y que yo tampoco estoy. Pero solo asiento con la cabeza para que Lexi se pueda ir tranquila. Cuando ella se va, caminamos a la sala de espera y nos sentamos ahí.

Me levanto sobresaltada sobre los asientos en la sala de espera del hospital. Paso una mano por mi cara. Fue solo otra pesadilla, solo una pesadilla más.

-No sabía que aún tenías pesadillas-la voz de James me hace levantar la cabeza. Le sonrió como si no pasará nada y me encojo de hombros para restarle importancia.

-Solo fue un mal sueño, no me gustan los hospitales.

A quienes he visitado aquí no vuelven a salir. No puedo perder a mi amiga así como perdí a mi hermana. Dallas tiene que luchar, ella se tiene que poner bien.

-Estas cansada, deberías ir a casa.

Él se sienta a mi lado y me observa.

-No, yo no puedo ir ahí.

Todo estaría muy silencioso. No quiero estar ahí sola pero omito decir eso.

-Vamos, Eva, debes descansar.

Levanto mi rostro y busco su mirada, él no sonríe, igual que en mi sueño. Pero aquí en la realidad él no me mira como si fuera una extraña. Está preocupado por mí, como lo estaría por cualquier otro amigo, ya no soy alguien especial para él, ahora otra ocupa ese lugar.

-También necesitas comer.

Busco una liga en mi bolso y me recojo el cabello. Saco un pequeño espejo y observo las ojeras que se han formado bajo mis ojos. No tengo nada de maquillaje y me veo cansada.

-Estas temblando por la ansiedad, no puedes o debes manejar en ese estado. Vamos, yo conduciré.

-No.

-No es algo que este en discusión. Estás temblando y no creo que puedas llegar a casa. Descansa un poco y regresamos cuando ya podamos ver a Dallas. No dejes que ella te vea así. Vamos.

Él tiene razón, debo descansar y verme mejor. No puedo dejar que Dallas me vea así, ella solo se preocuparía. Me levanto y le digo que iremos en su auto mientras caminamos hasta el estacionamiento. Me siento muy cansada, las pesadillas no me dejan dormir. Me quedé dormida mientras James conducía y cuando me despierto James me esta llevando en brazos hacia algún lado. Me siento cansada y vuelvo a cerrar los ojos.


Nota: El capítulo de mañana será narrado desde la perspectiva de James♡

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