CAPÍTULO EXTRA- UNA CARTA PERDIDA

De: Benjamín.

Para: Eva.

Querida y amada Eva

Estoy agonizando ahora y realmente no me importa, ya nada importa porque sé que eres feliz y eso es lo único que siempre quise. Estoy solo en mi habitación, imaginando que hubiera sido de nosotros dos si yo te hubiera declarado mi amor, pero nunca pude hacerlo, no podía dejar que te quedaras con el segundo mejor, Eva, te amo demasiado como para permitir eso. Te amo tanto que duele, mi amor hacia ti quema, me hiere y no es tu culpa ¿Cómo podría ser tu culpa? Eres mi gran amiga, mi gran amor, mi todo y desearía que estés aquí conmigo en este momento porque tengo miedo y sabes que es algo que jamás reconoceré en voz alta, pero tú lo sabrías, tú verías mi miedo y tratarías de hacerme sentir mejor. Deseo que estés aquí ahora sosteniendo mi mano mientras me sumerjo en el dolor, sumergirme en los recuerdos dolorosos es mi manera de afrontar la vida que no pudimos tener juntos. Ambos lidiamos con el dolor de manera diferente, tú te alejas de quienes amas, tú te alejas de aquello que te podría lastimar y yo me sumerjo en el dolor, yo me acerco aquello que podría lastimarme. Tal vez por eso me acerqué a ti, tal vez por eso, ahora mientras bebo esta botella de wiski, lo único que puedo hacer es pensar en ti.

Mi mano tiembla ligeramente y doy un largo sorbo a la botella de wiski. Bebo todo el líquido de la botella y la tiro al piso mientras me apresuro a tomar otra y seguir escribiendo esta carta que jamás entregare. Ella no necesita conocer mi dolor, ella no necesita cargar con mis problemas. Eva siempre mereció más de lo que yo le pude dar, ella no lo hubiera visto así, yo lo sé pero es la realidad. Estoy tan jodido y recurro al alcohol para calmar mi dolor ¿Como podría dejar que ella cargué con eso? No hubiera sido justo para ella, sé que hice lo correcto al alejarme de ella. Cuando veo la foto que me envió donde esta con sus hijos entendí que hice lo que debía hacer. Ella es feliz y eso es todo lo que importa.

La botella de wiski es mi única compañía en este momento, la ha sido por mucho tiempo y lamento haberte mentido, te dije que había buscado ayuda y tal vez en ese momento no era una mentira pero con el tiempo se convirtió en una. Al principio dejé de ir a las charlas porque estaba cerca de ti y sentí que no podía pedir mejor medicina que tú, tu sonrisa me devolvía a la vida y me alejaba de aquel hueco donde el vicio del alcohol se empeñaba en mantenerme. Pero después tuve que alejarme de ti e inevitablemente volví aquel hueco pero esta vez no sabía como salir... miento, no quería hacerlo, me quería quedar ahí porque no tenía razón para salir. No había nada para mí ahí afuera, al menos en aquel hueco había cierta calidez o así es como yo lo quería ver.

Doy otro sorbo a la botella y leo la carta, no tiene sentido explicar que la oscuridad de todos formas iba a venir, no vale la pena decirle que ya me cansé de luchar contra aquella oscuridad y que no podía dejar que su luz trate de iluminar mi vida porque con el tiempo aquella oscuridad también la alcanzaría a ella y no podía permitir que ella se pierda tratando de encontrarme.

Y cuando yo me haya ido no quiero que llores, que te lamentes o que pienses en lo que pudo haber sido, solo deja que los buenos recuerdos susurren en tu oído y te hagan sonreír. No pienses en nada malo porque yo fui muy feliz junto a ti. Sé que ahora debes estar celebrando el cumpleaños de tus mellizos, tus hermosos hijos que se parecen a ti. Te imagino riendo y tomando las manos de tus hijos mientras disfrutas su cumpleaños junto a ellos. Me hubiera gustado mucho conocerlos pero es mejor así, dolía ver lo que pude tener, dolía ver lo que pudo ser.

El liquido me quema por dentro y siento una fuerte opresión en el pecho, el dolor se vuelve cada vez peor. Debería pedir ayuda, debería dejar de beber, debería hacer algo pero solo puedo levantar la botella y darle otro sorbo.

Espero que haya alguien que cuide de mi cuando muera, espero volverte a verte en algún lugar. No creo en el paraíso o no lo hacía hasta este momento, porque ahora, mientras sé que estoy muriendo, me permito creer en un tipo de cielo donde te pueda volver a encontrar. Me permito creer que te volveré a ver, lo hago para aminorar el dolor que me causa saber que no podré abrazarte por última vez, que no veré tus hermosos ojos azules. Espero creer que nos volveremos a encontrar porque me duele que no sea tu rostro lo último que mis ojos van a ver, que no sea tu voz lo último que voy a escuchar mientas la muerte me besa. También me consuela saber o creer que cuando me vaya mi corazón será libre. Espero que mi último pensamiento sea el recuerdo de aquella noche cuando me enseñaste las constelaciones y me hablaste de tu constelación favorita, espero que mi último pensamiento sea tu sonrisa aquella noche y la forma en que tu cabello se movía por el viento, porque cuando llega el momento de irte para siempre todo lo que puedes esperar es que tu último pensamiento sea bueno...

No puedo seguir escribiendo porque el dolor se vuelve insoportable. La botella de wiski se resbala de mis manos y cae al piso. Veo como el líquido se esparce por la alfombra café. Yo también caigo al piso y llevo mi mano al pecho. Pienso en Eva mientras agonizo en la soledad de mi apartamento, pienso en ella como lo he venido haciendo desde que la conocí. Pensar en ella es lo único que alivia esta agonía.

Aquí esta el capítulo extra en honor a mi cumpleaños (7 de noviembre), gracias a quienes han leído esta historia y la apoyaron desde el inicio. Gracias por su apoyo queridos lectores, significan para mí más de lo que puedo expresar con palabras♡

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