A mi dulce amor
"Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección"
-Antoine de Saint-Exupéry.
Un año y seis meses después.
-Jaque mate-murmura mi padre con una sonrisa mientras cruza sus manos sobre la mesa.
Yo miro el tablero de nuevo, no entiendo como él siempre logra ganarme en el ajedrez. Solo él y Benjamín consiguen vencerme en el ajedrez, incluso fui campeona nacional cuando tenia diez y mi padre me acaba de ganar con una jugada sencilla. Tal vez estoy algo oxidada.
El teléfono de Tessa suena y ella corre hasta la sala para contestar. Una sonrisa se dibuja en su cara cuando ve el nombre en la pantalla, contesta y camina hasta las escaleras para ir a su habitación por algo de privacidad.
-¿Alguien me puede decir que esta pasando?-nos pregunta mi mamá mientras se quita los guantes de cocina.
-Conoció a alguien-le digo.
-No veo que eso sea una novedad.
-Hace casi un mes.
La boca de mi mamá se abre por la sorpresa. Mi padre se ríe al ver la expresión de mi mamá.
-Aún no es nada formal así que no hagas planes de boda mamá.
Mi madre empieza a regañar a mi padre porque no le contó nada. Me gustan los domingos familiares, me gusta estar con mi familia en la casa de mi niñez.
-¿Quieres la revancha?-me pregunta mi papá mientras empieza acomodar las piezas en el tablero.
Asiento con mi cabeza. Mi mamá pone una mano sobre el tablero y dice que no.
-Suficiente juego por hoy.-nos dice ella.
Mi padre y yo nos miramos con una sonrisa. Nos levantamos de los sillones y caminamos hasta la sala. Tessa baja en ese momento y se une a nosotros, mi mamá no es la mujer más discreta del mundo y empieza hacer preguntas a Tessa sobre su relación.
-No es mi novio-le dice Tessa.
Ella repite aquella frase todo el día cada que mi madre le hacía una pregunta.
-Deberías preguntar a Eva sobre los hijos, ella es la que esta en una relación sería-le dice mi hermana-Yo ya te he dicho que no quiero hijos.
La atención de mi madre recae sobre mí.
-No estoy embarazada mamá, no estoy cerca de estar embarazada, tampoco estoy cerca de casarme.-le digo mientras le enseño mi mano sin un anillo de compromiso- no estamos comprometidos.
-¿Y el anillo para cuando?-pregunta Tessa-llevan juntos un año y medio, además son mejores amigos desde hace casi ocho años. Ya deberían estar casados.
Me encojo de hombros.
-Estamos bien así, no veo la prisa.
La última vez todo fue muy rápido, no tuvimos tiempo de disfrutar nada. Esta vez vamos despacio, disfrutamos la vista mientras recorremos el camino. No nos importa la llegada, solo disfrutamos el viaje y nos va muy bien.
-Nos tenemos que ir-le digo a mis padres mientras me levanto del sofá.-quedamos en mi casa para coordinar los últimos detalles del babyshower de Dallas.
Dallas tiene siete meses de embarazo, ella esta feliz y ansiosa por la llegada de su bebé. Es una niña, ella tiene una larga lista de nombres y aún no puede decidirse por ninguno. Ella y Apolo se volvieron a casar ocho meses después cuando Dallas ya estaba totalmente recuperada. Se casaron en Grecia, todos volamos allá para estar con ella.
Cuando llegamos a mi casa, las luces están encendidas. Miro confundida a Tessa y abro la puerta con precaución. Grito de la sorpresa cuando veo a alguien en mi cocina.
-No grites Eva, me da dolor de cabeza-me dice Lexi mientras sale de mi cocina con un tazón de palomitas de maíz.-¿Quieres?
Ella esta descalza con un enorme tazón de palomitas de maíz y una copa de vino esperándola en la sala de mi casa.
-¿Se puede saber como entraste?-le pregunto.
-Por la puerta.
Ella camina hasta la sala y Tessa no puede aguantar mas la risa.
-¿De dónde sacaste una llave?
-La tome de James sin que él lo sepa. No veo cuál es el problema además ¿Venimos hablar de la llave o del babyshower de Dallas?
Discutir con Lexi es caso perdido. Dejo pasar el tema y hago una nota mental de cambiar la cerradura de mi casa, así como de implementar un sistema de seguridad a prueba de cuñadas metidas.
-Ya tengo las invitaciones-nos dice Tessa.
Me siento en el piso y le quito la copa de vino a Lexi ella pone mala cara pero no me dice nada.
-Yo tengo los recuerdos.
La fiesta será el otro sábado y queremos tener todo en orden. Lexi saca la lista de cosas que teníamos que hacer un pone un visto conforme las va enumerando. Roxy se una a nosotras y más tarde Marina, la prometida de Theo. Su boda será dentro de tres meses.
-Deberíamos jugar algo-dice Lexi con esa mirada diabólica que pone cada vez que tiene algo retorcido en su mente.
Muevo mi cabeza pero es tarde. Todas ya han aceptado y se acomodan en el piso.
-Deja de quejarte, Eva y disfruta el juego.
Cuando ya todos estamos sentados y con un pequeño vaso en la mano, Lexi pone una botella en el centro. El juego consiste en girar la botella y a quién señale la botella debe tomar un trago y responder una pregunta.
-No podemos beber mucho, tenemos trabajo mañana y yo tengo una cita.
-¿Quién mierda tiene una cita un lunes?-me pregunta Lexi.
-Celebramos la noche que lo escuché cantar y camine hasta él. No es mi culpa que caiga lunes.
-Yo comienzo-dice Lexi y nos mira a todos de forma diabólica. Estoy segura que ya tiene una pregunta lista para todos. No, si la conozco tan bien como creo conocerla, estoy segura que tiene una lista de preguntas para cada uno.
Lexi toma la botella y la hace girar, todos contenemos la respiración mientras la botella gira. Y para mi mala suerte se detiene en mí.
-Mierda-digo.
Roxy suelta una fuerte carcajada.
-Voy a ser buena contigo y te haré una pregunta fácil ¿Cuántos sustos de embarazos has tenido con James.
Respiro tranquila. Esa es una pregunta que puedo manejar.
-Dos. La última fue hace tres meses. Ambas salieron negativas.
Una parte de mí se sintió decepcionada por los resultados pero me consolé diciéndome que aún no era el momento.
Giro la botella y cae en Marina. Yo le sonrió y le hago una pregunta sencilla. La botella sigue dando vueltas hasta que nos terminamos la botella de Vodka y también una de tequila que ni siquiera sabía que tenía. Cuando me despierto en la mañana con el sonido de la alarma de mi teléfono siento que mi cabeza va a explotar y maldigo a Lexi en todos los idiomas que conozco.
-¿Larga noche?-me dice Apolo con una media sonrisa mientras detiene las puertas del elevador para mí.- Luces fatal.
Guardo mis lentes oscuros en mi bolso y le doy una mirada llena de desdén Apolo.
-Si no fueras el esposo de mi amiga, cortaría tus testículos y los pondría alrededor de tu cuello.
Aplastó el botón de mi piso y veo la cara de horror de Apolo al imaginarse aquello. Seguro y tendrá pesadillas.
-¿Dije fatal? Mi error, estás radiante, nunca te has visto mejor que ahora.
Le doy una media sonrisa.
-Mucho mejor.
Las puertas del elevador se abren y él se baja.
-Nos vemos para almorzar-me dice mientras sale del ascensor.
Camino hasta mi oficina y saludo a Olivia, mi asistente. Ella esta con su buen humor de siempre. Cuando paso a su lado empieza a decirme todo lo que hay para hoy. Es un mes ajetreado, hay varias campañas y poco tiempo para entregarlas.
Tengo que cancelar mi cita para almorzar con Apolo porque tengo más trabajo del que tenía previsto y dos reuniones que no estaban en mi agenda. Estoy a punto de cancelar mi cita con James porque no creo tener tiempo para arreglarme pero decido que no. Él me envía un mensaje y me dice que me vista con ropa cómoda, eso es bueno, no tengo que pensar en que ponerme o pasar tiempo en maquillaje y peinado.
-No puedo hablar se me hizo tarde-le grito a Tessa que esta sentada en la sala de mi casa cuando yo llego.
Corro hasta mi habitación y me quito la ropa y corro hacia la ducha. Cuando salgo de la ducha abro mi armario y empiezo a revolver todo sin saber que ponerme. Debí escoger la ropa y ahorrar tiempo.
-Ropa cómoda, ropa cómoda-me repito mientras saco un pantalón negro, una blusa blanca y un jersey azul oscuro que acabo de comprar. Tomo un gorro del mismo color del jersey y mi bolso.
Estoy guardando mi teléfono en mi bolso cuando el timbre suena. Tomo mi abrigo oscuro y mi bufanda.
-Es una fría noche-le digo a Tessa cuando me mira con una ceja enarcada.-Y no tengo idea a donde vamos
Ella asiente con la cabeza.
-Si, por eso puse condones en tu bolso. Lexi me dijo que te dijera que duro contra el muro siempre y cuando sea seguro.
Me guiña un ojo antes que yo abra la puerta.
-¿A dónde vamos?-pregunto por cuarta vez mientras veo como toma una ruta hacia las afueras de Vancouver.
Él solo me da una sonrisa y me pide que sea paciente. La paciencia no es exactamente mi fuerte. Me cruzo de brazos y no hablo por el resto del viaje.
Puente colgante de Capilano se lee en un letrero cuando James toma un camino diferente. ¿Qué hacemos aquí? Yo ya he venido aquí antes pero no entiendo porqué de todos los lugares que hay en Vancouver teníamos que venir exactamente aquí y en la noche.
-¿Porqué estamos aquí?-pregunto cuando él detiene el auto.
El resto del camino tenemos que hacerlo a pie pero recuerdo que ya no se suele permitir el acceso al puente de noche. Claro que por James Ivanov pudieron hacer una exención.
-Mi padre conoció a mi madre en Estados Unidos en un viaje de negocios. Mi padre se enamoró de ella en el primer instante que la vio-él toma mi mano y empezamos a caminar hacía el puente mientras él sigue contando la historia de sus padres.- Ella se fue con él a Rusia pero no le gusto mucho y él no quería ir a estados unidos, así que ambos decidieron escoger un país neutral, un país dónde ninguno de los dos había estado y escogieron Canadá. Vinieron aquí a Vancouver y este lugar fue uno de los primeros lugares que visitaron. Mi padre le pidió matrimonio a mi madre aquí. ¿Sabes porqué escogió él este lugar?
Muevo mi cabeza y observó algo deslumbrada aquel puente. Ya estuve aquí antes pero no se parece en nada a mis recuerdos. Hay luces amarillas por todo el puente alumbrado el camino, las luces contrastan con la oscuridad que hay alrededor y casi parece que aquel puente es todo lo que hay. Una suave melodía de fondo que reconozco empieza a sonar de alguna parte y nosotros seguimos caminando como siguiendo aquella música. Nuestra música. No hay letra, es solo la parte instrumental.
-Porqué hay una leyenda de los nativos. Cuando ellos trajeron sus tótems aquí a este lugar, había un tótem que sobresalía de los demás, estaba colocado casi al final y contaba una historia diferente, algo nostálgica y al mirarlo no podías evitar querer llorar. La historia detrás de aquel tótem es que un hombre se había enamorado perdidamente de una mujer cuyo amor ya era para alguien más. Aquel hombre tenía el corazón roto y sus lágrimas se derramaron sobre la madera mientras tallaba aquel tótem y ahora todos podían sentir su dolor.
Nos detenemos en una pequeña cabaña construida en un enorme árbol. La cabaña tiene las mismas luces amarillas que bajan en cascada por todo el árbol.
-Una noche bastante fría, varios lobos empezaron aullar y algunas luciérnagas brillaron cerca de aquel tótem y a la mañana siguiente aquél tótem se sentía diferente. Una pareja de nativos muy enamorados se había refugiado ahí, la esposa del señor estaba muy enferma y a punto de morir, el señor lloro e imploro a sus ancestros que no se la llevarán y sus lágrimas de amor borraron el dolor que había en el hombre que construyó aquél tótem y él decidió apiadarse de aquella pareja y darles más tiempo. Desde ese día se cree que las parejas que se comprometen cerca de aquél tótem duran por siempre, que su amor logra traspasar la muerte.
Keep on tryin empieza a sonar y James me señala una pantalla blanca dónde empiezan a salir imágenes de nosotros desde que nos conocíamos. Sonrió cuando veo un vídeo de aquella noche cuando nos hicimos nuestro primer tatuaje juntos en Hawái en mi cumpleaños número diecinueve. Es extraño y algo nostálgico recordar todos esos hermosos momentos. Pudo ser una historia diferente, hace casi dos años en aquel taxi decidí ir a mi casa y cuando el auto se detuvo frente a mi casa no me moví por un largo tiempo y el taxista me pregunto si era el lugar correcto. ¿Lo es? Me pregunté. No, no lo era y le dije que necesitaba ir a otro lugar. No suelo pensar en eso, no quiero pensar en que hubiera pasado si me hubiera bajado del taxi y entrado a mi casa. Creo que al final de todas formas James y yo hubiéramos estado juntos, después de todo, estamos destinados. Pero me gusta como pasaron las cosas, me alegra haber estado ahí para él en aquel difícil momento cuando sucedió lo de Amanda, cuando la tormenta empezó. Me alegra estar aquí ahora.
-Estamos encima de aquel tótem-me dice él cuando la pantalla se pone oscura y se vuelve a encender para mostrar un vídeo de nosotros bailando nuestra canción en nuestro aniversario de un año.
-Esto es hermoso. Mágico.
-Es un largo camino el que nos tomo llegar hasta aquí y aún nos queda mucho por seguir. Cuando te conocí no tenía idea lo importante que serías para mí, cuando te conocí no sabía que te estaba buscando. Querido amor de mi vida, la vida no es como hubiéramos esperado pero cuando tú me sonríes no solo me haces sentir vivo, haces que cualquier dolor valga la pena solo por verte sonreír, solo por tenerte junto a mí. Eres mi hogar, mi mejor amiga y espero que mi compañera en esta frágil vida.
-James...
Las palabras se detienen en mi boca cuando me giro y lo veo de rodillas frente a mí.
-Eva Jones ¿Te casarías conmigo?
Él me muestra un hermoso anillo con una piedra de un suave color azul, en corte princesa con pequeñas incrustaciones de diamante alrededor de la banda.
-¡Sí!-le digo y me lanzo a sus brazos- si, por supuesto que sí.
Me alejo de él y estiro mi mano para que ponga el anillo en mi dedo.
-Te amo tanto, James, no tienes una idea de cuanto te amo.
-Creo que puedo hacerme una idea.-me dice mientras me da un beso en la frente.-Estoy listo para pasar el resto de mi vida contigo, Eva Jones.
-Te lo dije, somos el juego final. Estamos destinados, James Ivanov.
-Dime eso dentro de cincuenta años.
-Lo haré.
Nos quedamos a esperar el amanecer y casi puedo escuchar la voz de Lexi entre las sombras al decirme que todas las tormentas llegan a su fin y el sol siempre vuelve a salir.
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