last one
Habrías sido la última en ser presentada creando mucha expectativa en todos por ver lo que SM se traía entre manos al debutar a un grupo masculino con solo una chica.
[…]
Doble giro y caída sobre las rodillas, ya era la décima vez en la última media hora que hacía estos pasos y es que simplemente seguían sin salir bien. Y además de dejarme frustrada y agotada tanto física como mentalmente estaban dejando otro estrago en mí: unos horribles y dolorosos moretones en mis rodillas, esto sin contar las magulladuras en el resto de las piernas y las ampollas en los dedos de los pies.
Me retractaba completamente de cualquier otra vez que haya dicho que no podía estar más cansada había sobrepasado ese límite hace rato. ¿La razón? Debía repasar mil veces la coreografía que usaría en mi teaser de presentación para tenerlo perfecto para mañana que sería cuando lo grabaría.
Claro que había una presión extra pues hoy Kai había grabado el suyo y por supuesto, lo hizo excelente, casi insuperable.
—Mei, es muy tarde, ¿qué haces aún aquí? —Me alertó la voz del chico que segundos atrás bailaba en mi mente casi burlándose de mi mal desempeño. Sin embargo parecía sinceramente preocupado.
—Mañana grabaré mi teaser y lo hago terriblemente mal.
Cerró la puerta tras él y dejó su mochila en el suelo, al parecer estaba a punto de irse. Irónico, él mismo acaba de decir que es muy tarde.
Desde mi perspectiva, es decir, sentada en el suelo se veía mucho más alto de lo que era por lo que lucía más intimidante. Pero esa imagen mental desapareció cuando su mirada se dirigió a mis piernas, las cuales doblé al instante por instinto, aunque su mirada de alarma siguió por lo que vio.
—Por Dios, MeiLin-ssi, ¿qué te sucedió? —preguntó con temor cuando dos segundos después estaba frente a mí en el suelo intentando estirar mis piernas para verlas mejor— ¡Ya! Déjame revisarte.
Entre forcejeos apretó justo donde había un moretón bastante feo y obviamente yo no pude evitar soltar un chillido ante el agudo dolor que atacó esa área por el momento. Esto lo alertó aún más por lo que
asustado alejó sus manos, al ver que no podía seguir peleando aprovechó para desdoblar mis piernas con lentitud. Su expresión fue como si a él mismo le doliese.
—No es la gran cosa, han estado peor —me apuré en decir aunque el tono fue bajando hasta que lo último fue un susurro.
De todas las reacciones que esperaba de él hizo algo… que al principio no entendí, solo se puso de pie y caminó hasta la puerta para recoger su bolso, pero en vez de irse regresó poniéndose frente a mí con una
mano estirada.
—Solo importa que estén muy mal. Vamos, en mi dormitorio tengo una pomada muy buena para esos moretones, siempre la uso. Oh, y ni te atrevas a negarte.
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