Extra 3
Antes de leer.
Hooola.
Como les había dicho, hoy se cumple un año desde que publiqué el primer capítulo de esta historia. Para celebrarlo les traje un extra 💖
Para leerlo es importantes que hayan leído el último capítulo que publiqué ayer en "Ya que el destino nos separa" Sino no entenderán mucho a Luna.
Ahora sí. Espero que disfruten el extra.
5 días antes del primer capítulo.
Luna
Miro mi examen de matemáticas como si la nota me sorprendiera y afectara mi salud mental.
Un tres. Woow, que sorpresa. Estoy tan apenada. (Finge que llora)
La verdad es que me siento satisfecha, creí que no llegaría al uno, un tres es demasiado. A mi lado está Marte con su seis.
—Esperaba un ocho—me dice hojeando su examen, tiene una mueca triste.
—Yo esperaba morir, pero el mundo al parecer sigue queriendo que esté aquí por una extraña razón. En fin, jamás tenemos lo que queremos.
Me levanto del asiento cuando escucho el timbre y me dirijo rápidamente a la puerta para evitar al profesor Orión. Lamentablemente mis esfuerzos fueron en vano.
—Señorita Luna—me llama—, ¿puedes quedarte un momento?
—La verdad es que no tengo ganas—me dedica una mirada seria y decido sentarme frente a su escritorio.
Antes de irse, Marte me avisa que me esperará a nuestro casillero y se marcha. Que buena suerte tiene, yo me tengo que aguantar otro sermón de parte de Orión.
Mi profesor se sienta acomodando una pila de hojas. Creo que son otros exámenes. Luego, se acomoda los lentes y me mira.
—La verdad, Luna, es que este examen me decepcionó.
—¿Por qué se sigue decepcionando? Ambos sabemos que no aprobaré.
—Porque sé que eres una chica muy inteligente. Tienes potencial para cualquier cosa que te propongas y estoy seguro que si te hubieras sentado a escuchar mis clases en vez de garabatear en el banco habrías conseguido una gran nota.
—No crea eso. Siempre que intento hacerlo termino dormida.
—Yo solo quiero que te esfuerces, Luna. La oportunidad que te han dado en esta escuela es única y es una pena que la desperdicies—él se acomoda en su asiento y yo bostezo—. ¿Por qué no te esfuerzas como lo haces en literatura?
—Porque esa materia si me interesa.
—Eres en serio buena. Leí el cuento que escribiste la clase pasada, tus ideas son originales y tu narración es maravillosa. Eres en serio muy buena en eso.
Lo último me hace sonreír. La única materia que me gusta es Lengua y Literatura, y saber que me considerar talentosa en al menos una cosa me hace sentir suficiente.
—En serio que serías una gran escritora, pero si no te esfuerzas en lo demás no llegarás lejos. Y sería una pena que el mundo pierda semejante talento porque no tienes ganas de escuchar mis clases.
—En mi defensa usted es muy aburrido y me dan ganas de romperle un libro en la cabeza cada vez que intenta explicarme una ecuación.
El profesor suelta una risita mientras niega con la cabeza. Está acostumbrado a mis comentarios sarcásticos, los escucha desde que me eligieron para entrar a esta escuela.
Parece haberle llegado una muy buena idea a la cabeza, me mira con los ojos iluminados.
—Ya sé. ¿Por qué no te asigno a un alumno para que te enseñe? Ya que te quejas de que soy aburrido, tal vez te parezca más divertido alguien de tu edad.
—Cualquier situación en la que deba convivir con un ser humano me parece una pérdida de tiempo.
—Pues para tu mala suerte la vida se trata de eso. Y tengo una muy buena profesora para ti.
—Ilumíneme.
—Sol Shining.
No puede ser.
De todos los estúpidos alumnos que asisten a esta escuela tuvo que elegir a la más hueca y a la que menos soporto.
—Es un año menor—le recuerdo.
—Pero es súper inteligente. Sin duda, la mejor de su clase y la materia que mejor se le da es matemáticas.
Qué raro. Otra persona más idolatrando a la rubia niña de papi que todo lo tiene.
En serio ¿Qué le ve todo el mundo? Entiendo que es súper linda, su cabello es genial, muy simpática y la palabra imperfección sin duda alguna no la conoce. Pero es tan...
Ridículamente hermosa.
Shh. No. No. No. Esa estúpida no me gusta. La detesto. Quiero detestarla.
Mejor dicho, solo quiero ignorarla. ¿Para qué gastar tiempo en ella?
—Me encantaría aceptar su propuesta. En realidad, para que mentirle. Ni loca me siento una hora al día con la niña mimada esa. Es una idiota.
—Luna—me regaña— ¿Qué dijimos de insultar a las personas?
—Lo siento, pero ella no me agrada.
—Si vamos al caso, Luna ¿Quién te agrada?
—Marte me agrada. Es mi hermana y vivimos en el mismo lugar. ¿Por qué no me asigna a ella de profesora? Le va bien en la materia.
—Solo si me prometes que estudiarás y que en el próximo examen al menos te sacarás un seis.
Me levanto de mi asiento agarrando mi mochila y le sonrío al profesor Orión.
—Sin duda alguna.
Salgo del salón en busca de Marte mientras pienso en la propuesta del profesor Orión.
Que Sol me enseñe matemáticas, pero que tontería. No podría soportar estar con esa chica ni dos segundos. Además, no quiero que me hable.
Ah, ¿no? Porque te mueres por un poco de su atención.
Conciencia, cállate. Tú no sabes nada.
Admite que te gustaría que te hable.
Alejo cualquier pensamiento de aquella rubia y me dirijo a Marte, quien está buscando cosas en su casillero. El mío está al lado y lo abro para dejar mi mochila.
—¿Qué te dijo el profesor Orión? —me pregunta sacando libros.
—Lo de siempre. Que debo esforzarme y demás cosas. Quería ponerme a una profesora particular.
—La verdad es que no te vendría mal. ¿A quién propuso?
—Pues...
—Hola, Marte.
Me detengo en seco al escuchar la dulce voz que, lamentablemente, conozco muy bien.
Inconscientemente hundo más mi cabeza en el casillero para que no me vea e intento concentrarme en otras cosas. Ya que su presencia aquí ni me importa.
—¡Sol! Qué alegría verte. ¿Cómo te fue esos días en Miami? —le pregunta Marte con total naturalidad.
Ellas son amigas. No las más cercanas, pero se conocen y se llevan bien. Marte le da sus apuntes del año pasado a Sol, así que se llevan bien.
—Muy bien, por suerte. Ir a la playa es una gran idea si quieres relajarte. Además, pude pasar por la casa de Gianni Versace. Todo un sueño.
Un sueño sería poder estar a tu lado. Pero bueno, solo es un sueño...
Por Dios, que estúpida que soy. Ni siquiera me gusta, solo...agh.
Disimuladamente saco un poco la cabeza del casillero para verla. Lleva su cabello rubio totalmente suelto y sus ojos están más celestes que nunca. Una sonrisa ilumina su rostro marcando unos hoyuelos.
Puede ser creída, tonta e infantil, pero lo que nadie le puede discutir es que sin duda alguna fue bendecida por Afrodita al nacer.
Veo su ropa y no lleva nada tan de lujo. Solo una remera naranja y un short claro. Junto a unas zapatillas blancas.
¿Lo qué tiene en el cuello de su remera es vómito? La miro un poco extraña, pero no le doy atención y vuelvo a ordenar mi casillero.
—Sabes, hay un pelirrojo por ahí que está muy interesado en que entres al equipo de porristas—canturrea la rubia.
—Sí, de seguro porque necesitan a más chicas.
—O, por que le gustas.
No le veo la cara a Marte, pero debe de estar sonriendo como estúpida ante las palabras de Sol.
—De igual manera, no vengo a hablarte sobre Venus. Quería avisarte que si te interesa entrar al equipo las pruebas serán dentro de poco. No tengo una fecha definida aun, pero ya estoy haciendo correr la voz.
—Gracias por avisarme. La verdad es que no sé si me atrevo a intentarlo.
—Sería un honor tener en el equipo, pero al final es tu decisión. Si te entereza, avísame. Nos vemos luego.
Veo cómo se despide y pasa por detrás de mí.
La sigo con la mirada. Va por el pasillo saludando a gente y se encuentra con su amigo un par de casilleros más lejos.
—¿Harás la prueba? —le pregunto a Marte.
—No lo creo.
Asiento con la cabeza y saco mi libreta de dibujo del casillero.
—Ellas es tan...ridícula—le digo a Marte al mismo tiempo que busco un par de lápices.
—No entiendo porque no te agrada. No es mala, de hecho, es muy buena.
—En mi opinión está sobrevalorada—Marte intenta hablar, pero yo la corto siguiendo con el tema—. Es que en serio ¿Qué le ven? Literalmente cumple con el estereotipo de rubia hueca y tiene una obsesión para nada sana con los unicornios, también con Instagram. Vive subiendo historias ¿Cuál es la necesidad de mostrar tu vida?
—Veo que alguien la stalkea...—canturrea Marte.
—Solo lo hice una vez y pude deducir todo lo que sé de ella. Nada más.
Empiezo a caminar por los pasillos y Marte me sigue colgando su mochila en su hombro.
—Te diré lo que creo. Yo creo que tú le das más atención a Sol de la que te gustaría porque te parece interesante.
—¿En serio crees que una niña obsesionada con los unicornios y la brillantina me puede parecer interesante?
—Creo que no te gusta el hecho de que eso te ocurra—finaliza Marte—. Y prefiero no decirte todo lo otro que creo porque me golpearás, je.
Sabia decisión.
Me pregunto qué habría pasado si hubiera aceptado que ella sea mi profesora. La verdad es que he tenido muchas oportunidades para hablarle, pero jamás lo hice. Una parte de mí se arrepiente por haber rechazado esa oferta.
Caminamos para irnos a casa y veo que Julieth ya nos estaba esperando en un tacho de basura. La gata se acerca a nosotras siguiéndonos el paso.
—Sabes, el otro día conocí a un hombre y me hice la pobrecita con respecto a nuestra pobreza. Me donó ropa y algunos lápices para la escuela. En fin, me enteré que trabaja como chef en ese lugar donde quiero ir a cenar, pero está súper caro.
—¿Dónde hacen karaoke? —le pregunto.
—Así es. También me hice la pobrecita con respecto a que no tenemos comida y me dijo que podemos ir a comer allí gratis. ¿Me acompañas está noche?
—Prefiero quedarme con las sobras de la cafetería.
—Vaamos. Hazlo por mí, siempre quise ir y no podemos desaprovechar comida gratis.
Marte pone su cara de perrito mojado para convencerme y me suplica todo el camino para ir.
No soy fan de esos lugares, pero si a Marte le hace feliz no tengo problema ir una noche.
—Está bien. Pero que ni pase por tu cabeza la idea de que subiré a cantar.
Marte me agarra de las manos y salta felizmente sacudiéndolas. También se agacha para alzar a Julieth y da giros con ella, la gata no muy contenta se aleja rasguñándole los brazos, pero a la pelirroja no parece importarte y sigue festejando.
⋇⋆✦⋆⋇
Tuvimos que entrar por la puerta de la cocina, ya que en la principal cobran entrada. Tampoco dejaron que Julieth entre, desgraciados.
Estuvimos un buen rato eligiendo mesa, en realidad Marte, porque a mí me da igual donde mi siente. Terminó escogiendo una mesa que está bastante al fondo con almohadones y una mesa reciclada.
La verdad es que el lugar es muy lindo. Hay grafitis en las paredes y la iluminación es bastante oscura. No hay camareras ni nada de eso, hay pequeñas casas rodantes y tú tienes que ir y pedirte lo que quieras. Hay una de sushi, otra de pizzas y papas fritas, y hamburguesas, todas con distintos nombres. Admito que este tipo de lugares me gusta.
—Mi amigo me dijo que solo podemos pedir algo en Señor cara de papa—me explica Marte—. Es el carrito donde él trabaja. Tengo que decirle mi nombre y lo que queramos comer. Y para beber me dio dinero. Es un señor muy amable.
—Demasiado, diría yo. ¿Estás seguro que no se quiere acostar contigo?
Marte me regaña con la mirada, como contestación alzo las manos, inocente.
Para ver el menú debemos escanear un código que está en la mesa. Se ve que no querían gastar dinero en impresiones.
Estamos un rato eligiendo y admito que nos aprovechamos un poco. Pedimos dos porciones de papás fritas, dos hamburguesas triples y bastones de queso.
Es comida gratis, hay que aprovechar.
Acompaño a Marte hasta el puesto de comida y mientras tarareo la canción de que suena. Ella me detiene agarrándome del brazo y me susurra:
—Adivina quién está a nuestro lado.
Veo hacia el lado izquierdo. ¿Es necesario decir quien está allí? Parece que el destino quiere unirnos a toda costa.
Sol y sus amigos están sentados en un sofá con papas fritas y bebidas en una pequeña mesa en el medio. Un amigo de Sol, Mercurio, está sentado en la esquina con una chica morocha a su lado. Y Venus, el crush de Marte, está en la otra punta riéndose de un chiste de Mercurio.
Sol está en el medio junto a un chico que no conozco. Aquella persona parece estar coqueteándole y la rubia solo se ríe.
Sigo caminando, intentando no darle importancia, pero me encuentro a mí misma volteando la cabeza para verla.
Cuando llegamos al puesto hace una fila, ya que hay varias personas.
Y en serio que lo intento, pero no logro guardarme las ganas de preguntar...
—¿Quién ese ese chico que está con Sol? ¿Es su novio?
Marte me mira un momento e intenta contener una risita sin demasiado éxito.
—No. No es su novio. Creo que es el mejor amigo de ese que es mariscal de campo. Júpiter, si no me equivoco. Y por lo que he escuchado está bastante interesado en Sol.
Ella jamás ha estado con nadie. Todos los chicos se le acercan, sí, pero nunca tuvo novio o algo por el estilo.
—Y, ¿crees que ella sería novia de ese chico? —pregunto evitando la mirada de Marte.
—¿Te importaría que lo fuera?
—No, para nada. Solo me da curiosidad. Jamás ha tenido novio.
—Conociendo a Sol lo dudo. A ella no le gusta eso de andar en parejas y todas esas cosas, pero quién sabe, tal vez este chico si le gusta y tienen algo. Se ve que lo están pasando bien.
Suspiro un momento y vuelvo a mirar a aquella dirección. La verdad es que si se están divirtiendo. Pero no me interesa que haga la ridícula esa, así que...
Marte pide nuestra comida y le dan un aparato para saber cuándo está lista. Así que tenemos que estar atentas para escuchar cuando nos llamen.
Pasamos nuevamente por la mesa de los amigos de Sol e intento no verla, pero lo hago y noto que se está riendo con ese chico.
Encima con ese estúpido. Hay chicos mucho mejores, o chicas.
Volvemos a sentarnos en nuestro asiento. Marte me habla de sus dudas con respecto a intentar entrar al equipo de porristas, yo la animo a hacerlo. Sé que a ella le gusta todo eso, además, estará más cerca de Venus.
—Oye, tendríamos que ir a comprar algo para tomar. Antes de...—el aparato empieza a sonar—. Mierda. ¿Puedes ir tú a comprarla así yo busco la comida? La barra es la que está ahí—me la señala.
—Está bien. ¿Crees que pidan identificación? Porque podría comprar unas cervezas.
—Inténtalo, pero yo quiero un jugo de pera, por favor.
—A.BU.RRI.DA.
—Ay, cállate.
Me dirijo a la barra al mismo tiempo que Marte se va a buscar la comida. Por suerte no tengo que pasar nuevamente por la mesa donde está aquella persona que prefiero no ver.
En la barra hay varias personas, pero encuentro un lugar donde meterme para que me atiendan más rápido. Por suerte un chico me ve y se me acerca.
—¿Qué necesitas?
—Un agua de pera con hielo y una cerveza.
—¿Identificación?
Mierda.
—Carajo, me la olvidé en casa. Pues dame una Coca-Cola en vez de la cerveza—el chico se va asintiendo y yo me frustro. En serio quería una cerveza.
Estoy un rato esperando. El que me atendía se quedó hablando con uno de sus compañeros. Genial, de seguro estaré mil años aquí.
—Disculpe—escucho la voz de Sol.
Miro de reojo y noto que está a mi lado intentando ser atendida. Por su baja estatura no le prestan mucha atención, ni siquiera llega a la barra, debe de ponerse en punta de pies.
Carajo, en serio que el destino busca unirnos.
Un poco incómoda intento alejarme, pero hay un hombre de dos metros a mi lado, así que no llego muy lejos.
Si no me muevo, no me ve. Aunque creo que por más de que me ponga un disfraz de payaso ella no me daría su atención.
¿Por qué mierda eso me decepciona?
Sol levanta un brazo para que la vean y termina rozando el mío. Me tenso al instante.
Me tocó.
Sol, la ridícula...ni idea cuál es su apellido, me tocó.
Intento tranquilizar mi corazón al notar que late más rápido y me convenzo a mí misma que ni me importa que la chica a la cual detesto me haya rozado el brazo.
Todavía recuerdo cuando le robé sus lápices en primaria. Dios, que escándalo hizo.
Luego de unos minutos intentando llamar la atención un chico, se le acerca uno con una sonrisa en el rostro.
—Mucho gusto. ¿En qué puedo ayudarte?
¿Por qué a mí no me trataron así de bien?
—Hola—lo saluda Sol con una risita. Bajo la mirada y noto que está en puntitas de pie para lograr llegar a ver bien—. Quiero cinco vasos de Coca-Cola, por favor.
El chico asiente, y antes de que se dé la vuelta por completo la rubia vuelve a llamarlo.
—Perdón. Cuatro vasos de Coca-Cola y un agua.
Intento no verla, pero lo hago y noto su semblante un poco apenado. ¿Acaso sí quería tomar una Coca-Cola? ¿Por qué no lo hizo?
Ahora sí, el chico se va y el mío parece no tener ganas de aparecer.
Esto es incómodo. En realidad, para mí porque ella ni sabe que existo. Pero yo...bueno, digamos que siempre le presté más atención de la que quiero admitir.
¿Y sí le hablas?
No.
Síí.
No pienso hablarle. De seguro le caeré mal.
Inténtalo.
No.
O bueno...
¿Qué sería lo peor que pueda pasar? Tal vez nos llevemos de maravilla y nos volveremos mejores amigas y...Bueno, estoy imaginando demasiado. Pero no creo que salga tan mal.
—Oye, Sol...—al darme vuelta noto que ella ya se fue.
Una parte de mí se decepciona, pero la alejo en seguida.
Miro la barra y noto que olvidó su celular. Me doy cuenta de que es de ella por la funda multicolor con brillos plateados que tiene.
Es el último celular que salió. Con cinco cámaras, un almacenamiento sin fondo y una pantalla increíble.
Bueeno, ya saben cómo es el dicho. El que se fue a la villa, perdió su celular.
Meto el celular en mis bolsillos al mismo tiempo que el chico que me atendió se acerca y me da las bebidas. Al regresar veo a Marte sentada con la mesa llena de comida.
—¿Por qué demoraste tanto?
—Adivina qué me encontré.
—Mmm, ¿una bandeja de papas fritas?
Tiro el celular en la mesa y Marte lo ve extrañada. Lo agarra y me pregunta:
—¿De quién es?
—Prende la pantalla y lo descubrirás.
Al hacerlo, Marte se encuentra con un fondo de pantalla de un unicornio expulsando un arcoíris por el culo.
No miento al decir que Sol es ridícula.
—Luna, debes devolvérselo—me regaña mi amiga.
—Ni loca. Pienso quedármelo o tal vez venderlo. ¿Sabes lo que valen estos celulares?
—No es lo correcto.
—Veo que te picó el bicho de la moral. Luego no te quiero ver robando dinero a ancianas.
Le arrebato el celular a Marte y lo veo. Es una explosión de colores. Entre el fondo de pantalla y la funda multicolor hace que me duelan los ojos.
Marte intenta sacármelo, pero soy más rápida.
—Debe de estar buscándolo, hay que dárselo.
—Que lo compre cuando lo venda.
—Luna...
—Marte, con los millones de dólares que debe de tener en su cuenta bancaria puede comprarse la empresa. Dudo que sea una gran pérdida que le roben su celular, es más, le compraran uno más caro y lujoso.
—Pero, perderá todas sus fotos y aplicaciones.
—Podríamos venderle el chip.
Nuevamente intenta sacármelo, pero no lo logra.
Como una papa frita mientras Marte me regaña y me dice las mil razones por la cual hay que dárselo nuevamente, pero la verdad es que no está en mis planes hacer eso.
Prendo el celular nuevamente. Hay que poner una contraseña para abrirlo.
A ver, ¿qué contraseña pondría Sol ridícula...sea cual sea su apellido?
La marco al teléfono y logro desbloquearlo. Marte me mira sorprendida.
—¿Te sabes su contraseña?
—No. Pero Sol el muy olvidadiza, así que pone algo fácil.
Su contraseña es 123456. No era muy difícil suponerlo, la verdad.
Al entrar me encuentro con un fondo menos ridículo. Uno de ella abrazada de sus amigos, Mercurio y Venus. Parece que tienen solo nueve años en la foto.
—Ni se te ocurra revisarle el celular. Eso ya es demasiado.
—Por supuesto que no lo haré—le digo mientras abro la galería.
Admito que yo me cabrearía si me revisaran el celular, pero me da mucha curiosidad saber que tiene. Tampoco lo revisaré a profundidad, no pienso verle los mensajes ni nada de esas cosas, solo le echaré un vistazo a su galería.
Todo está dividido por carpetas. La primera se llama Irina <3, la segunda amigues :), luego hay otra que se llama me, y una que dice papi <3.
Entro a una llamada Fotitos. Donde hay muchas fotos de paisajes, parece que le gusta mucho la naturaleza y los girasoles.
Salgo y me encuentro con sus aplicaciones. Tiene demasiados juegos. Uno de cocina, otro donde debes pintar unicornios y otro de autos de carrera.
Podría jugar a uno...
Apago el celular y se lo doy a Marte.
—Ni se te ocurra decirle que yo lo encontré, pero dile que por favor cambie esa contraseña.
—Me alegra que hayas decido hacer lo correcto.
—Ay, ya. No me vengas con esas cosas.
—¿Por qué no se lo devuelves tú? —me pregunta.
—Porque me da pereza levantarme e ir donde está ella. Mejor ve tú que eres la amiga.
—Podrías intentar hablarle...
—No me agrada.
—¿Estás segura?
Miro a Marte, parece estar intentando sacarme la verdad con sus ojos verdes, para su mala suerte soy lo más semejante a una caja cerrada.
Ella intenta que seamos amigas, de seguro porque piensa que a mí me gusta Sol, cosa que no es cierta.
Se lo dejaré claro.
—Mira, Marte. Antes prefiero quemar todos mis libros antes que hablarle a Sol. Es creída, insoportable, muy infantil y considero que debería ir a un psiquiátrico para tratar su adicción con los unicornios. Ni en esta vida, ni en mil más pienso ser su amiga.
La pelirroja levanta las manos, rendida.
—Si tú lo dices.
5 días después
Marte se fue a buscar más cigarrillos. Estamos sentadas sobre un tacho de basura, lo más higiénico del mundo, claramente.
No teníamos nada mejor que hacer y en el edificio en el que estamos hay una subasta, de seguro nos podrán dar algunas sobras de comida.
Expulso el humo del cigarrillo cuando escucho una puerta abrirse a mi lado, no tardo en ver a Sol refregándose su vestido amarrillo. Parece que se lo manchó con algo.
Tiene una mueca de frustración mientras abre el auto y se mete en él, seguro que para cambiarse.
Está varios minutos allí, cuando sale lo hace con un vestido diferente, menos extravagante y su maquillaje un poco corrido.
En serio que se ve ridícula.
¿Y si se lo digo?
¿Qué podría suceder si lo hago? Como mucho me insultaría y dudo que sea la gran cosa, parece ser de esas chicas que no dicen malas palabras.
Ella está peinándose mientras decido si hablarle o no.
A la mierda.
—Vaya, sí que te ves ridícula.
.
.
.
.
.
🌈 Nota de la autora 🌈
Feliz San Valentín a todos 💖💖
Preparé este extra por este día y porque se cumple un año de esta historia.
La verdad no puedo creer que ya sea un año y que haya gente que le gusta mi historia.
Muchas gracias a todos 💖💖
Después de que Luna confesara de que siempre tuvo un crush con Sol tiene más sentido que sepa varias cosas de ella.
Siempre estuvo enamorada 💙
Y Sol no la fichaba JAJA. Pobre Luna
☀ ¿Les gustó este extra? ☀
🌙 ¿Sospechaban que Luna le gustaba Sol muchisimo antes? 🌙
☁ ¿Su pareja favorita de la historia? ☁
Pasen un lindo San Valentín, los veo el viernes 💖
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