50: "Ya que el destino nos separa"
Sol
Ya hacía mucho tiempo que no me sentía así.
Con ganas de llorar todo el tiempo, con ganas de quedarme en la cama y no hacer absolutamente nada, ni siquiera respirar.
Pero así me siento ahora y duele mucho más de lo que lo recordaba.
Desde que le dije a Luna que me mudaré a Australia no he hablado con ella. No me ha escrito y yo a ella tampoco.
De seguro ella debe de estar triste por esto y es mi culpa. No quiero que se sienta triste, no quiero que sienta lo que yo sentí y siento algunas veces.
Yo no le he escrito por miedo, tal vez ella esté enojada conmigo porque le dije que el amor es una de las cosas más hermosas y lo que estoy sintiendo yo por amor es uno de los sentimiento más doloroso que puedo llegar a sentir.
Me duele el hecho que no podré verla, abrazarla, besarla, y también el hecho de que ella sufrirá al igual que yo.
—Sol—escucho la voz de mi madre—, te dejé la cena abajo—me dice, y yo no le respondo, me quedo mirando a la nada misma.
Mi madre no me ha hablado mucho de este viaje. Solo me pregunta si ya armé las maletas, cosa que agradezco porqué no tengo ganas de hablar de ello.
—¿Puedes darles de comer a Tiburoncín y a Uhjaja?—le digo a mi madre.
Noto como ella suspira y se acerca a la pecera de mis peces para darles de comer.
—Si te pones a pensar, Sol—me dice mi madre—, solo te quedan dos años para cumplir 18 años, así que no es tanto tiempo.
—Te reto a separarte del amor de tu vida por dos años—le respondo.
—De hecho, tuve que separarme de él por el resto de mi vida, Sol.
—No es lo mismo—le digo apunto de llorar.
—¿Por qué no es lo mismo?
—Porque él no está—le digo en un llorozo—. Tú no vives con la impotencia de saber que él amor de tu vida está ahí y no puedes estar con ella. Que no puedes verla o tocarla tú no sabes cómo se siente eso. A ustedes los separó la muerte, no un estúpido ascenso.
Ella no me dice nada, solo me ve y luego se va de mi habitación. Y empiezo a llorar más fuerte.
Me pregunto qué habré hecho para merecerme todo esto. Por qué todo lo malo me rodea a mí.
Cada vez que veo que estoy cerca de alcanzar la felicidad que busco todo se desmorona y tengo que empezar de vuelta el juego, estoy cansada. Estoy tan cansada de todo esto.
No sé en qué momento me quedo dormida. Y cuando me despierto siento como unas manos acarician mi pelo con cariño.
—Hola, Sol—me dice mi psiquiatra.
⋇⋆✦⋆⋇
—Qué lindo gatito tienes, Sol—dice Cassi mientras acaricia a Irina.
—Gracias—le digo—. Se llama Irina.
Ella me preparó un té con galletas y me animó a levantarme de la cama para ir al living donde vamos a estar más cómodas.
—¿Esta será nuestra última sesión?—le pregunto.
—Una de las últimas—me dice ella—. Aunque podremos seguir virtualmente si tú quieres.
—Okey—le digo—¿Por qué vino a mi casa?
—Tú madre me llamó—me dice ella y yo la miro confundida—. Sí, lo sé, yo también me sorprendí.
—¿Por qué te llamó?
—Quiero creer que por primera vez en su vida se preocupó por ti, Sol—me dice ella.
No entiendo, mi madre siempre me ha mostrado su desprecio que le tiene a mi psiquiatra ¿Por qué la llamó?
—Sé que esta es una pregunta media tonta, pero ¿cómo te encuentras?
—Me quiero morir—le digo—. No quiero ir me.
—Te entiendo—me dice—. Cuando era pequeña vivía en otro país, viví allí por 12 años y por el trabajo de mi padre tuvimos que mudarnos. Yo no quería, no quería perder a todos mis amigos, estaba tan deprimida.
—¿Y qué hizo?
—Intenté estar al tanto de su vida. Hablar con ellos, hacer video llamadas. Aunque, no es lo mismo que tu situación.
Yo no digo nada, solo me dedico a tomar mi té.
—¿Cómo se lo tomaron tus amigos?
—Venus y Mercurio están muy tristes, pero prometimos que por más de la distancia seguiríamos hablando. Saturno se deprimió porque casi toda nuestra vida estuvimos separadas y ahora que tenemos la oportunidad yo me mudo, así que está triste, pero dijo que iba a ir a visitarme. Marte también está triste, dijo que me va a extrañar mucho.
—¿Y Luna?
Yo me quedo callada, mirando mi té.
—¿Le has dicho?—me pregunta y yo solo asiento con la cabeza—¿Se lo tomó mal?
—No lo sé. Me pidió que me fuera de su casa y desde ese momento no hemos hablado—le digo—. Debe odiarme.
—¿Por qué dices eso?
—Porque yo fui la persona que la hizo creer en el amor, que la convenció que era una de las cosas más hermosas y ahora acabo de romperle el corazón con esta noticia. No debí hacerlo, no debí decirle que la cuidaría y que jamás la lastimaría porque eso no es cierto, porque la lastimo cada vez que yo estoy triste, no debí decirle que confié en mí—le digo empezando a llorar.
—Sol, tú no le rompiste el corazón a nadie y Luna no te odia.
—¿Por qué cree eso?
—Porque ella te ama—me dice—. Ella te ama tanto y tú la amas tanto a ella, y esto no es tu culpa y Luna lo sabe. Por supuesto que ella estará triste por esta noticia, y le dolerá, pero el dolor es bueno para aprender y volver a levantarnos.
Yo no digo nada ante sus palabras, solo como una galleta.
—¿Qué tal si llamamos a Luna? Y charlamos las tres juntas.
—¿Crees qué quiera verme?
—No lo sé, pero si tengo que apostar, sí, creo que quiere verte.
Yo le hago caso y ella llama a Luna.
⋇⋆✦⋆⋇
Luna acaba de llegar a mi casa.
Yo no me atrevo a mirarla, ella seguramente me debe de estar insultando en todos los idiomas por hacerla sentir mal.
Yo nunca quise hacerla sentir mal, jamás fue mi intención.
Ella está sentada en una punta del sillón y yo en la otra mirando para abajo, como si alguna de las dos tuviéramos una peste y no podríamos tocarnos ni mirarnos.
Yo noto que ella me mira, pero no me atrevo a devolverle la mirada. Me siento tan culpable.
—¿Te gusta del té de manzanilla, Luna?—le pregunta Cassi.
—Mm, sí, está bien.
—Hay de frutos rojos—digo y rápidamente me arrepiento de mis palabras.
Siento la mirada de ambas, yo solo veo Cassi que me sonríe para animarme a que hable.
—Co-como sé que te gusta mucho ese—digo mirando para abajo.
—Entonces de ese—dice Luna.
—Okey, iré a buscarlo—dice Cassi yéndose y dejándome sola con Luna.
Hay un silencio tan... triste.
No incomodo, pero si un silencio del cual quiero salir, pero no me atrevo.
Luna y yo nos quedamos un largo rato sin decir nada hasta que ella me pregunta.
—¿Cómo estás? No hablar contigo por cuatro días es como una eternidad—me dice.
Yo no sé qué decirle.
Siento como me dan ganas de llorar de vuelta y se me hace un nudo en la garganta.
—Lo siento tanto—le digo sin mirarla y siento como una lágrima se cae.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Porque de seguro te hice sentir súper mal y no quiero que te sientas mal. No era mi intención, lo lamento, lo lamento tanto, te dije que el amor era una de las cosas más hermosas y resulta ser una mierda y ahora tú estás triste por mi culpa y soy una estúpida y yo lo lamento, y...
No puedo terminar porque siento los suaves labios de Luna sobre los míos. Sus manos están agarrando mi nuca y me besa con un ritmo lento lleno de amor.
—Por favor, no vuelvas a decir que eres estúpida—me dice ella.
—Lo siento.
—Sol, no hay nada de que disculpase esto no es tu culpa.
—Creí que estabas enojada conmigo.
—Jamás estuve enojada. Y no te sientas culpable porque yo estoy triste, ni tampoco pienses que esto es tu culpa.
Yo miro sus ojos azules los cuales están hinchados por llorar y yo limpio una lágrima que cae por la mejilla de Luna.
—Te amo—le digo.
—Yo también te amo, Sol—me dice y me besa.
No separamos del beso cuando vemos a Cassi en el marco de la puerta con una taza de té.
—Veo que platicaron—dice ella dejando la taza en una mesita delante de nosotras.
—Así es—le dice Luna—. Gracias por el té.
—No hay de que—dice Cassi—. Bueno, me pareció buena idea hablar las tres juntas en este momento triste, por eso te llamé, Luna.
Creo que estamos hablando como por tres horas. No de que me tendré de mudar, sino de mi relación con Luna.
De las similitudes que compartimos las cuales son muy pocas, de lo que nos gusta hacer y más cosas.
—Así que su pasatiempo favorito es ir a una laguna.
—Sí, es como nuestro lugar—le digo a Cassi.
—¿Qué otra cosa?
Ambas nos quedamos un rato pensando.
—Pues—dice Luna con una sonrisa pícara.
Ay, no ¿Qué va a decir ahora?
—Me encanta coger con Sol—dice ella con una sonrisa.
Yo me atraganto con el agua que estaba tomando y le golpeo el hombro.
—¡Luna, no digas eso!—la regaño y ella se muere de la risa.
—¿Qué? Es la verdad, es un pasatiempo que nos gusta a ambas—me dice riendose.
Yo solo ruedo los ojos muerta de la vergüenza.
—¿Quién te dijo que me gusta ese pasatiempo?
Ella me levanta la ceja y me dice.
—Mm, no decías lo mismo hace un par de días atrás en mi cama.
Cassi solo se rie de la situación y yo estoy muerta de la vergüenza mientras Luna me molesta.
Las tres seguimos hablando, de todo un poco, hasta que Cassi se va y quedo yo sola con Luna.
Por un momento Luna y yo nos olvidamos del hecho de que tendremos que separarnos y solo jugamos, comemos, y más cosas que no son necesarias decir.
—¿Quieres comer una pizza?—me pregunta Luna.
—Claro—le digo—. Oye, tú y yo tenemos que hablar.
—¿Sobre qué?
—Sobre qué haremos cuando me valla.
Creo que es un tema que ambas decidimos no tocar, duele demasiado hacerlo, pero es algo que tendremos que hablar en algún momento.
—Sí, es cierto—me dice ella—. ¿Tú qué piensas sobre eso?
—Pienso...—digo tomándome una pausa—. Tener una relación a distancia es muy, muy difícil. Es decir, tendremos que estar separadas, no podremos vernos tal vez en años y... también existen ya sabes los riesgos de infidelidad y eso, y aunque yo confió 100% en ti, Luna, ambas vamos a empezar a vivir con el miedo de que la otra esté con alguien más, con alguien que si pueda darle lo que es una relación física y no una a través de la virtualidad. También no podremos hablar casi nada por la diferencia de horarios y no podremos abrazarnos. Es difícil.
Ella no dice nada, solo se queda pensando hasta que dice...
—Sí, pienso igual—me dice Luna—. Sabes Sol, ambas nos merecemos algo lindo—dice y a mí me dan ganas de llorar.
—Sí, así es.
—Y creo que lo nuestro es hermoso y lo será siempre—dice con los ojos llorosos. Se le nota en la voz que está intentando no llorar—. Cumplimos nuestro objetivo, yo te ayudé a sanar y tú a mí me enseñaste que es el amor, cumpliste tu promesa. Cumplimos nuestras promesas. Y esto que viene ahora para nosotras, será muy doloroso y no quiero que lo nuestro se arruine. Así que...
—¿Así que?
Luna toma un respiro mientras se le caen un par de lágrimas por la mejilla.
—Creo que lo mejor será que terminemos nuestra relación cuando te vayas.
A mí se me caen lágrimas, una tras de otra al igual que Luna.
Duele.
Duele demasiado escuchar esas palabras.
—Ambas nos merecemos algo lindo, Sol, y ya cumplimos nuestras promesas, creo que ya no queda más nada que ofrecer.
Por supuesto que hay más por ofrecer, pero finjir que no lo hay hace que esto tenga más sentido.
No quiero alejarme de Luna, pero ella se merece una relación normal y yo no podré ofrecerle eso.
Yo no digo nada, el nudo en mi garganta no me deja decir nada al igual que el dolor en mi corazón.
—Concuerdo, creo que lo mejor es que cuando me vaya solo seamos amigas—le digo finalmente.
Ella me mira con lágrimas en los ojos y yo la miro de la misma manera.
—Te amo, Sol—me dice Luna mientras llora—. Siempre serás la indicada para mí.
—Yo también te amo, Luna—le digo y me acerco a ella a abrazarla.
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🥲 Nota de la autora 🥲
Hoolaa.
Estoy llorando 😭😭😭
Sol y Luna se separarán </3
Okey, las palabras de Luna me rompieron el corazón, fui un mar de lágrimas escribiendo esto 😭😭.
Y la pobre de Sol sintiendose culpable por todo 😭😭😭
Basta, este capítulo me destruyó 😭😭.
De igual manera no todo es lágrimas, Sol a pesar de que esté triste cuida a Tiburocin y a Uhjaja. Ella es buena mamá 🧡🧡.
Instagram: dell_h16.
Tik tok: dell_h1.
🌙 ¿Les pareció triste este cap? 🌙
☀ ¿Emocionados por el final? ☀
💔 ¿Qué piensan de la decisión que tomaron Sol y Luna? 💔
SPOILER: Sol va a despedirse del equipo de porristas 🥲.
Los veo el viernes, el cual espero que llegue rápido.
Los amoo ❤💫🌙💙☀🦊.
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