38: "I'm love with a criminal"
Sol
Estoy sentada en los bancos de la estación de policía. Todo mi cuerpo tiembla debido al frio y mis dedos están rojos por habérmelos estrujado tanto.
—¿Quieres café?—me dice Venus con un café en la mano y yo lo agarro haciendo que mis dedos se calienten.
—¿Crees que ella tenga abogado?—le pregunto a Venus—. Na, apenas tiene para comer—digo yo descartando la idea— ¿y si contrato uno? Los que te dan aquí son una mierda.
—Sol, ella estará bien—me dice el chico—, pero no sería mala idea contratarle un abogado tienes razón.
—¿Crees que vaya a la cárcel?—le pregunto.
—Por supuesto que no, no tienen pruebas de que ella lo hizo.
—¿Y si hay? ¿Qué haré yo si hay pruebas? No quiero que Luna vaya a la cárcel—digo casi llorando.
—Nadie irá a la cárcel tranquila— me dice el chico y me abraza.
Odio el sentimiento de tener las manos atadas. Mierda, quiero desatarlas. Quiero ir corriendo hasta Luna y quitarle esas esposas.
—Oigan—dice Marte acercándose a nosotros y yo me levanto rápido de mi asiento, ella tiene los ojos rojos y llorosos—, necesito ayuda para conseguir un abogado, ¿ustedes podrían...?
—Sí, obvio, llamaré al mío—digo sin dejarla terminar.
—Yo lo llamo—dice Venus haciéndose a un lado para llamarlo y en ese momento veo como Marte empieza a llorar.
—Ey— le digo abrazándola y ella me devuelve el abrazo fuertemente. Ella es mucho más alta que yo asique tengo que ponerme en puntitas de pie para poder alcanzar su cuello—,ella estará bien ¿sí? —le digo mientras se me caen un par de lágrimas— ¿Cómo está?
—No mal— me dice ella—.Dijo que te diga que no te preocupes, que todo va a salir bien—dice la pelirroja limpiándose las lágrimas.
—¿Quieres café?—le ofrezco.
Estoy con Marte hablando un poco para que ella se tranquilice, la verdad es que yo también estoy alterada, pero prefiero cuidar a Marte.
—Tenemos un problema—dice Venus acercándose.
Por supuesto que sí.
—¿Qué pasa?—pregunto.
—El abogado no contesta— dice el chico.
—Tal vez porque son las 4 a.m—dice Marte— ¿y ahora que haremos?
—Pues, ir a su casa— les digo.
—Sol, no podemos ir a su casa a esta hora— me dice Venus.
—Sí que podemos, él me conoce desde hace años, me tiene un poco de cariño de seguro me atenderá si soy yo—les digo.
Ese señor me conoce desde que tengo pañales, si no se compadece de mi sería un frio.
—No nos queda otra opción—dice Marte—, ve y búscalo.
⋇⋆✦⋆⋇
—Lamento despertarte a esta hora-— le digo a Saturno.
—No pasa nada, quiero ayudar a Luna y usar mi Saturnomovil— dice la chica al volante.
Le dije a Venus que se quede con Marte en la comisaría y que yo me las arreglaría para ir a la casa del abogado, mi única opción fue Saturno, ya que Mercurio no contestaba el teléfono.
—Traje gomitas—le digo a la chica—, para calmar los nervios, o mejor dicho mis nervios.
—Todo saldrá bien, no hay pruebas de que Luna haya hecho eso, solo una denuncia— me dice la chica.
—Lo sé, pero pueden investigar o algo.
—Sí lo hacen dudo que encuentren algo, Draco no deja pista de sus camellos porque sabe que si los encuentra la policía ellos lo delatarán.
—¿Quién es Draco?—pregunto.
—El chico para el que trabajaba Luna— me dice ella.
—¿No se llamaba dragón?—le pregunto.
—No— me dice la chica.
Se me acaba de reiniciar al Windows.
—¿Es muy lejos la casa del abogado?—me pregunta Saturno.
—Los nervios no son la única razón por las que traje las gomitas—le digo a la chica.
No paro de pensar en cómo estará Luna, tal vez tenga frío y sus muñecas ya estén todas lastimadas por las esposas.
Y yo estoy aquí, comiendo gomitas.
—Sabes, no paro de pensar en qué pasará si arrestan a Luna—le digo a la chica.
—No lo harán.
—¿Y si lo hacen? No quiero que ella esté en la cárcel o en una correccional eso no es lindo— le digo a Saturno—. Nadie de ahí le hará fideítos con queso como a ella le gusta— digo y Saturno suelta una risita.
—Vaya, Sol, sí que te enamoraste—me dice—. Quien diría que aprenderías a cocinar fideos para alguien en especial.
—Estuve semanas aprendiendo como para que la encierren 4 años— le digo—, cuando ella salga ya me habré olvidado de cómo se hacen.
—Por suerte para ti eso no pasará—me dice—, y si no estás segura usa la ley de atracción eso siempre sirve— me dice la chica.
Estamos conduciendo por una hora hasta que llegamos a la casa del abogado, la cual es muchísimo más grande que la mía. Quien diría que eso podría ser posible.
—Tengo que tocar timbre ¿verdad?—le pregunta a Saturno.
—Supongo—me dice ella, asique yo toco timbre.
—Dudo que me abra la puerta a la primera, debe de estar durmiendo—digo y en ese instante se abre la puerta revelando la figura de un señor de aproximadamente 40 años con una bata.
—¿Sol?—me dice el hombre confundido al verme en su casa a estas horas.
—Holis— le digo—, en serio, disculpe la molestia, no era mi intención venir a estas horas, pero en serio necesito su ayuda.
—Pasa—me dice el hombre, asique Saturno y yo entramos a la lujosa casa del hombre.
No suelo sorprenderme cuando entro a las casas de las demás personas, pero esta casa sí que es grande y muy bella. Tiene una escalera muy grande y un candelabro muy lujoso. También hay un perrito el cual, si no estoy equivocada, es un lobo siberiano.
—Bonita casa—le digo.
—Gracias, de seguro no te acuerdas, pero de pequeña venías siempre y jugabas con las cosas más caras de aquí—me dice el hombre y yo me rio.
—No, no lo recuerdo—le digo—. Ella es mi amiga Saturno—le digo.
—Un placer—dice Saturno.
—Igualmente, vengan pasemos al living— nos dice el hombre.
Caminamos por un pasillo lleno de cuadros, vasijas de oro y algún que otro juguete de perro hasta que llegamos al living el cual está lleno de pinturas en las paredes.
—Supongo que tu madre no sabe que estás aquí ¿verdad? —me dice el hombre.
—No, y por favor no se lo diga— le digo.
—Está bien—me dice— ¿Qué necesitas?
—Hay una amiga la cual está detenida por haber traficado drogas y necesita un abogado—le digo— y tú eres el único que conozco que podría ayudarla.
—¿Tu amiga es culpable de ese cargo?—me pregunta y yo dudo de mi respuesta.
—Sí—le digo—, pero no hay pruebas ni nada—le digo—, solo una denuncia.
—¿Y aún no la soltaron? ¿Hace cuento la tiene detenida?
—Creo que una hora y media.
—Qué extraño— dice acariciando su barbilla—. Supongo que puedo ayudarte, Sol, no es un caso difícil, pero veo que estará complicado, ya que ese arresto sin duda alguna está totalmente pagado—me dice.
—¿A qué se refiere?—le pregunto confundida.
—Pues, mira, en nuestro pueblo para que alguien siga detenido deben de haber pruebas, si no lo liberan. Y que no lo hayan hecho aún es bastante extraño, a no ser que hayan pagado para que la mantengan detenida.
¿Pagaron para que la arrestaran? Quien haría eso, es decir, dragón o mejor dicho Draco está amenazado no puede, qué otra persona puede ser...
Ay no.
—¿Entonces puede sacarla de esta posición?— Pregunta Saturno.
—Claro que puedo—me dice él—, pero al estar pagado meterán cualquier excusa para que siga detenida, pero puedo lidiar con eso—dice el señor y yo vuelvo a respirar.
—Gracias—le digo honestamente.
—No hay de que— me dice él— ¿Tienes una idea de quien podría haber pagado el arresto?—me pregunta.
—Sí, una muy mínima—le digo.
— ¿Quién?
—Se llama Júpiter Jones.
—Ah, el hijo de los Jones— dice él—. Ese chico es todo un problema, desde que empezó a consumir drogas es...
—Espera— digo interrumpiendolo— ¿Él se droga?
—Sí ¿No era tu novio, Sol? Deberías de saberlo.
Que mierda.
El estúpido ese se droga ¡Y yo jamás me di cuenta!
Mierda, soy demasiado ingenua.
—Podríamos ir yendo a la estación de policía— dice Saturno sin mirarme.
¡Saturno sabía!
—Okey, iré a cambiarme— dice el abogado y me deja sola con Saturno.
— ¿Quienes más saben sobre esto? —le pregunto.
—Mm, todo el grupo—dice ella mirando para abajo.
— ¡¿Y por qué mierda no me dijeron?! —digo un poco decepcionada—. No creen que la principal que debería de saber soy yo.
—Sí, pero al principio no lo hicimos porque creiamos que estabas enamorada de él. Luego no lo hicimos porque no había caso para decirte.
— ¿En serio piensan qué no había caso para decirme? ¡Por supuesto que lo hay! — le digo— ¡Salgo con esa persona, tengo todo el derecho a saberlo!
Estoy decepciona. Se suponen que ellos están de mi lado, pero me ocultan las cosas más importantes.
—De parte de todo el grupo, lo sentimos, solo queríamos ayudarte.
—Pues la verdad es que no parece— le digo—, pero saben qué, no importa. Ya veo que ni en ustedes puedo confiar para que me digan las cosas más básicas.
—Sol...
No le hago caso a Saturno. Solo me voy a otro salón.
⋇⋆✦⋆⋇
—¿Asique nos ayudará?—me pregunta Marte.
—Sí— le digo.
—Gracias a Dios— dice ella con felicidad.
Luego de eso estamos un largo, largo tiempo allí.
Más 24 horas para ser exactos.
Marte me insistía que si quería podía irme, pero no quería dejarla sola. Además, conocí a gente agradable.
—Asique—digo alargando mis palabras— ¿Qué hiciste para que te detuvieran?—le pregunto a un chico que está a mi lado esposado. Tiene un pirscing en la boca y también en la ceja, tiene tatuajes en el rostro y sus pelos están despeinados.
—Por apuñalar a mi amigo—me dice él chico.
—Oh— le digo—, yo estoy aquí por mi novia—le digo y en eso llega Mercurio.
—Sol, ven aquí—me dice agarrándome de la mano— ¿quieres intentar no hablar con los asesinos? No siempre puedo estar ahí para sacarte—me dice el chico.
—Nadie te pide que lo hagas— le digo—. Son agradables—le digo y él me mira con el ceño fruncido—,bueno, sacando la parte de asesinos y eso, je—le digo.
—Te traje el almuerzo— me dice el chico.
—Ooh gracias—le digo—ahora no tengo hambre, pero luego lo comeré.
En este momento estoy muy preocupada para comer. Ya van como 26 horas y aún no la han liberado ¿Por qué tardan tanto?
—Oye, Sol, con respecto a lo de Júpiter...
—La verdad, los quiero mucho para estar enojada, asique no pasa nada. Pero me siento un poco traicionada.
—No fue nuestra intención ocultarlo, es decir, si queriamos ocultarlo, pero no que te sintieras así.
— ¿Por qué no me lo dijeron?
—Es que... La verdad no sé, Sol. Ay muchas veces que no sabemos que decirte o como tratarte por miedo a que te sientas mal. No queremos ocultarte las cosas, pero muchas veces tenemos miedo a que te sientas mal con respecto a tus problemas. Asique no sabemos como tratarte— me dice.
La verdad, jamás me había puesto a pensar lo feo que debe de ser para ellos ver lo mal que estoy. Y además, es entendible lo que sienten, tratar a alguien con problemas psicológicos es... Difícil.
—Lo entiendo, tratar con alguien como yo no es facil. Yo también tendría miedo.
—Prometemos a partir de ahora no ocultarte nada— dice Mercurio.
—Está bien.
—Sol—me dice el abogado a cercándose a mí.
Por favor que no sean malas noticias.
—¿Si?—le pregunto.
—Luna está por salir— me dice el hombre.
¡¿Qué?!
Dios ¿es verdad lo que escuche?
—¡¿Enserio?!—le pregunto sin creerlo y él me dice que si con la cabeza, yo salto arriba de él abrazándolo—Gracias. Gracias. Gracias— le digo—. En serio gracias.
—No hay de que Sol, es mi trabajo— me dice él—. Tendrás que esperar unos minutos, eso sí— me dice y yo limpio mis lágrimas.
Las últimas 30 horas se sintieron como 30 años. 30 años donde no pude ver a Luna y por fin la veré.
—¿Me veo bien?— le pregunto a Mercurio.
—Pues— dice él entrecerrando los ojos— no, te ves horrible—me dice y yo le saco la lengua.
Estoy esperando unos 15 minutos cuando veo a una chica de pelo azul sacándose las esposas, no puedo evitar no emocionarme y llorar. Ella me visualiza y me emociono cada vez más.
Corro hacia ella mientras las lágrimas ruedan por mis mejillas y ella hace la misma acción hasta que puedo llegar a ella y abrazarla.
Huelo el aroma tan familiar para mis fosas nasales y mojo el saco que tiene puesto con mis lágrimas.
Nos separamos un poco y veo esos hermosos ojos azules que tanto amo.
—Hola— me dice ella llorando y con una risita.
—Holis— le digo y la beso—¿Estás bien?
—Sí— me dice ella—, mierda, estoy tan feliz de verte. Ya me harté de ver al amargado de tu abogado—me dice y yo me rio, y nos volvemos a besar hasta que Mercurio nos interrumpe.
—Lamento arruinar su hermoso momento— dice Mercurio—, solo quería decirle que cuando quieran podemos ir a casa y que estoy feliz de verte Luna.
—Gracias—dice la peli azul— vayámonos, ya no quiero estar aquí.
Le hacemos caso a Luna y nos vamos de la estación de policía.
Por fin.
—¿Me extrañaste?—me pregunta Luna.
—Siempre— le digo.
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🌟 Nota de la autora 🌟
Holiss.
Al final, sí pude actualizar <3
Y Luna pudo salir de la carcel ❤🥺.
Quiero mostrarles un dibujo de Sol:
Solcito ❤🥺.
Hoy no tengo mucho que decir, asique pasemos a las preguntas.
💫 ¿Qué les pareció este capítulo? 💫
☀ ¿Les alegra que Luna haya salido de la carcel? ☀
🌙 ¿Les va gustando la historia? 🌙
SPOILER: Sol y Luna tendrán su primera cita ❤🥺.
Los veo viernes con un capítulo bastante emotivo ☀❤.
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