Volveré a vivir una historia de amor
Quería saber más, pero algo dentro de mí me pedía que me callara, que solo dejase a que Shane continuara hablando; muy aparte de ello, no sabía por qué, pero una extraña sensación se apoderó de mí, era como si supiera que algo malo estaba a punto de pasar.
—Todo el mundo sabía que no eras solo una amiga para mí, incluso Damián, Isabela, Clear y Alice por su puesto se habían dado cuenta de ello —dio una pequeña pausa —¿Recuerdas el odio de tu amiga hacia mí?
Asentí con la cabeza.
—A ella le molestaba que actuáramos cómo si no sintieramos nada.
Recordé todas las miradas frías que ella me daba cada vez que estaba con Shane. Era cierto. Isabela detestaba ver nuestra cobardía.
Shane en todo ese tiempo nunca mostró indicadores de sentir cosas por alguien. Era frío y distante. Por lo menos no conmigo pero si con los demás.
—¿Por qué nunca me dijiste lo que sentías en realidad?
—¿Querías que te lo dijera? Ni si quiera yo comprendía lo que me estaba pasando.
—Pero tú nunca desapareciste.
Soltó mi mano con la intención de salir de la cama pero yo impedí que se fuera sujetándolo de los hombros. Regresó a observarme.
—Dime, Shane. Siempre fuiste testigo de mi relación con Damián ¿verdad?
No estaba molesta.
Lo que sentía era lástima. Si lo que todos habían presenciado era cierto, entonces Shane siempre sufrió un amor no correspondido desde muchos años atrás. Mientras que yo sufría por Damián, él sufría viéndome a mí sufrir, y ahí no acababa todo, él debía estar sufriendo porque mi motivo de sufrimiento era otra persona.
—Nunca quise darme cuenta de tus miradas inesperadas. Te conocí cuando éramos unos niños muertos en vida.
—Tú vivías tu propia historia de amor con Damián.
Volví a mirarlo. Me lastimaba pensar en lo duro que pudo haber sido para él. Nuestras citas de adolescentes, nuestros besos en las calles y lo mucho que Damián si podía tocarme, mientras que Shane solo se limitaba a verme de lejos.
Alcé mis brazos y lo rodeé con fuerza, sabía que ello no lo sanaría ni regresaría el tiempo para cambiar las cosas, pero tenía que hacer algo y no encontraba otra manera. Lo lastimé por mucho tiempo.
Él no desaprovechó la oportunidad y me apachurró en sus brazos. Sentía el latir de su corazón y solo rogaba a los cielos no equivocarme otra vez. Siempre hacía las cosas mal y nunca tomaba las mejores decisiones; sin embargo, siempre quise ser mejor por Shane y el día en que decidí pasar la página fue cuando llegué al punto de ser internada. Shane fue el único que, entre llantos, me pidió que lo aceptara, que él también aceptaría recibir ayuda. Lo hice porque sentía que a nadie le importaba mi vida, inclusive a mí no me importaba y creía que una vida menos, sería mejor para el mundo, más Shane hizo que todo volviera a su color, no tanto porque mi mente seguía traicionándome en muchas ocasiones, pero lo conseguí. Volví a comer.
Lamentablemente estaba volviendo a caer en eso. Pensar que la comida me dañaría después de pasarme muchas horas viéndome solamente imperfecciones.
No era sencillo. Sabía que eso también dañaba a muchos y me mataba pensar que no estaba progresando, pero me esforzaba muy a pesar de no tener hambre. Hacía el esfuerzo por quienes confían en mí.
Lo difícil era no responder a esas voces, muy a pesar de saber que seguían ahí. Estaba segura que si lo hacía, iba a sentir que ellas continuaban existiendo y eso me terminaría volviendo loca porque sería como ver otra vez a la Kiara del pasado. Aquella joven que me exigía volver a adelgazar.
—Yo creo que siempre estuve enamorada de la persona incorrecta.
Sentí una sonrisa en mis hombros, debido a que él estaba dejándome pequeños besos en esa zona.
—Tu primer amor.
—Damián no fue mi primer amor.
Sus besos subieron hacia mis mejillas.
No quería que lo hiciera, pero sentí la presión de su mirada; así que, me adentré en sus ojos.
—¿Quién fue?
Lo observé en silencio recordando aquel beso que nos habíamos dado de pequeños. Un beso inocente que me hizo sentir muchas cosas que por ser niña no comprendí en su momento.
—Un niño que me hacía la vida imposible de pequeños, que aunque tal vez no se recuerde fue con quién di mi primer beso y que lleva años enamorado de mí. ¿Necesitas saber más?
Me quedé en mi sitio observándolo. No podía ver alguna expresión que yo pudiera entender en su mirada. Estaba comenzado a querer saber todo de él y realmente no me sorprendía, pero si me llenaba de temor, pensar que mi vulnerabilidad nos diera una mala jugada.
Shane dejó un beso suave en la comisura de mi labio para después besar mi frente. Solté un suspiro de satisfacción.
—Espero no estar soñando, no me sorprendería despertar y volver a ignorarnos como antes, siempre te he tenido en mis sueños más perfectos.
—Esto no es un sueño. Es la realidad.
—Lo mejor que puede haber.
Si. Lo mejor que permití que fluyera en mi vida.
—¿Cómo supiste que estaba sola en mi departamento?
—Isabela me llamó, dijo que estabas sola y que no se sentía bien para verte. Deberías verla, ella estaba llorando.
Solo había un único nombre que se me venía a la cabeza para pensar en la causa y ese nombre no era ni más ni menos que Clear. Sin embargo, eso no fue lo que más me llamó la atención. Si no que, ¿tan grave estaba ella como para enviar a Shane a mi rescate?
—Creo que debería llamarla —dije buscando mi celular.
Como no conseguía encontrar mi celular tuve que levantarme y obligar a Shane levantarse conmigo.
Él me observaba desde su posición y por un momento empezó a ponerme nerviosa.
—¿Pasa algo?
—¿Quisieras que lo intentemos?
En cuanto soltó ello me quedé observándolo sin saber qué responder. El problema definitivamente no era él. Él estaba muy seguro de aceptar mi problema del pasado, pero yo no estaba tan segura de poder hacerlo. Me daba miedo volver a empezar una relación sin fracasar en el intento. No quería perder a Shane. No a él.
—Prometo amarte con todo lo que soy. No podría hacerte sufrir, Kiara —siguió hablando mientras que daba pasos acercándose a mí —Si me das la oportunidad me volveré solo tuyo, pero no como un objeto de dependencia, si no como un apoyo para que dejes atrás todo lo que te atormenta —se detuvo al frente mío.
¿Eso estaba bien?
Dejar que alguien ingresara a mi vida y crear fuertes sentimientos de los que ya habían. Abrirme mucho más con todo y lo imperfecta que era. ¿Estaría bien eso?
Mi mente me decía que no estaba bien, mi temor me decía que huyera de ahí como siempre lo había hecho, pero mi corazón comenzaba a rogarme que lo aceptara. Me gritaba que nos dieramos otra oportunidad.
Por una vez en mi vida, hice caso a mi parte humana, a esa parte que obligué por muchos años mantenerla cerrada. Por una vez en mi vida, me permití vivir sin miedos.
—Solo... Solo no me sueltes... Pase lo que pase... Tú nunca vayas a soltarme —. di un paso haciendo que nuestros pies chocaran —Lo intentaré.
Amaré sin temer al futuro.
Me sorprendió saber que después de muchos años y equivocaciones era Shane quien me enseñaría a conocer que el amor también podía reparar hasta a una alma rota.
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