Prensas y noticias
A la mañana siguiente, me levanté y me fijé que Shane no se encontraba en la otra cama. Decidí levantame, pero al hacerlo, el piso helado congeló mis pies. Solté un pequeño grito y corrí hacia el baño para asearme. Necesitaba no perder más tiempo e irme para la casa de Isabela, debía hablar con ella.
Tomé una ducha rápida y volví a ponerme el vestido que por suerte estaba lavado. Sequé mi cabello observándome en el espejo y detallé que lo tenía más largo que antes. En ese momento recordé las palabras de Shane; muchas personas decían que tenía un color hermoso, pero también muchos se burlaron de él, diciendo que lo tenía oxidado. En ese instante la puerta se abrió y la figura de Shane ingresó.
Él ya se había cambiado y por su cabello, supe que también se había bañado.
—Ya cancelé todo.
—Debo conversar con Isabela.
—Lo sé. Deja que te invite el desayuno y te llevo para su casa.
Asentí con la cabeza y luego intenté volver a amarrar mi cabello pero él no me lo permitió.
—Déjalo suelto —me pidió sujetando mi mano.
Me dejé guiar por él y volví a soltar mi cabello. Este cayó cubriendo toda mi espalda.
Me mostró una sonrisa.
—Definitivamente amo tu cabello —confesó para luego coger las llaves y salir.
Al salir sentí muchas miradas sobre mí.
Usualmente siempre llevaba el cabello en una cola alta, y a pesar de que en mi adolescencia amaba tenerlo suelto, dejé de hacerlo por todos aquellos comentarios que decían de él. Incluso llegué a odiarlo prefiriendo que llevase otro color.
Al salir, nos adentramos en su auto y buscamos un sitio donde podíamos desayunar. Nos detuvimos al frente de una juguería. Sin embargo, ni bien salimos del auto, un rumo de personas que pertenecían a la prensa nos rodearon.
No entendía qué ocurría hasta que mis ojos vieron la fotografía que cargaban en sus manos. Era un periódico donde Shane y yo salíamos besándonos, fue ese momento cuando nos encontramos en la parada de autobuses y tuvimos el atrevimiento de besarnos en público.
Tampoco llegaba a comprender qué decían porque hablaban todos al mismo tiempo.
—Las noticias dicen que ustedes salen. ¿Es eso cierto? —escuché la voz de un hombre.
¿Pero de qué hablaba ese hombre?
—¿Señor Shane, ella será su futura prometida? —preguntó esta vez una mujer.
¿Prometida? ¿Qué le pasaba a la gente para crear rumores con solo una foto?
—Al igual que la señorita Alice. ¿Usted heredará las riquezas de sus padres acompañado de esta muchacha? —se escuchó otra voz
—Me dice su nombre señorita —se dirigió otra voz hacia mí.
En ese momento todos los micrófonos apuntaron hacia mi persona.
¿Qué debía hacer? ¿Presentarme?
Definitivamente no estaba preparada para responder a todas esas suposiciones. Hacía mi mejor intento por hacer un buen papel como novia, no podía aún pensar en ser una futura prometida o peor aún, en casarme.
—¿Desde cuándo sale con el señor Shane? —siguieron con las preguntas.
Sentí unos brazos enrollarse en mi cintura y acercarme hacia su cuerpo. Tenía a Shane, sosteniéndome de forma comprometedora delante de todos.
—¿Quieren saber? —dio una pausa —En realidad sé que sí quieren saberlo —. se volteó sonriendo y en un solo movimiento, me tomó de las mejillas para unir nuestros labios delante de todos.
Sentí muchos flashes dirigirse hacia nosotros y los murmullos de todas las personas a nuestro alrededor se extendieron a más potencia. La sensación de que la gente nos observara por un momento, me inquietó. No me gustaba ser el centro de atención, pero también comenzaba a sentir muchas cosas por Shane y eso me bastó para dejar que lo hiciera.
Besó mis labios como si hubiese sido la primera vez que lo hubiese hecho, mientras que sus dedos se enredaban en mi cabello suavemente y yo hice lo mismo. Subí mis manos hacia su cabeza y empecé a jugar con su cabello, formando nudillos con mis dedos. Amaba las sensaciones que Shane empezaba a originar en mí.
Cuando por fin habíamos dado fin al espectáculo, no nos importó dejar a los periodistas con muchas más preguntas por lo que Shane cogió mi mano y me jaló consigo hacia su auto para ponerse a dar rumbo a nuestro destino.
—Lo siento —se disculpó —No debí besarte delante de todos, no pensé en lo que se nos iba a aproximar, solo me entraron deseos de hacerlo.
—No, no. Tú tranquilo, yo también quería.
Volteó a verme y enseguida capté el significado de mis palabras. Él detuvo el auto estacionándose en otra juguería. Me desabroché el cinturón y cuando identifiqué que Shane observaba cada uno de mis movimientos empecé a inquietarme.
—Te ves muy tierna estando nerviosa.
—No estoy nerviosa —me negué rotundamente.
Él amplió su sonrisa y tomó mi mano haciendo que mi corazón empezara a latir torpemente.
—¿Ah no?
Abrí mi boca para responder pero hasta ahí quedaron mis palabras, debido a que mi celular empezó a sonar. En la pantalla indicaba el nombre de Isabela.
Quise contestar pero él aún no soltaba mi mano por lo que utilicé la mano libre que tenía.
—¡Pero tú estás loca! ¡Completamente loca! ¡Cómo se te ocurre besarlo delante de la prensa! ¡Y no me digas con que él te besó, porque vi que le aceptaste el beso y bien a gusto! —aparté el celular de mi oído —¡Kiara, han publicado lo de ustedes en las noticias! ¡Ahora todo el mundo sabrá que son pareja! ¡Todo el mundo lo está viendo!
Shane me quitó el celular de las manos y colgó los gritos de mi amiga.
Eso sí que le molestaría mucho.
—Mejor pedimos delivery en la casa de Isabela.
Su carro empezó a andar y ahí era cuando debía estar gritando desesperada, pero en realidad estaba muy tranquila.
—¿Deseas que esto continúe? —me preguntó.
—¿Quieres terminar conmigo?
—¡No! —exclamó doblando hacia la izquierda —La prensa no te dejará hacer tus cosas libremente, pero puedo mandar a Julián para que te cuide si es necesario, y preferiría que no vivieras sola en tu casa —se detuvo bruscamente —¿Kiara, aceptarías venirte a vivir conmigo? —me formuló la pregunta.
Me quedé callada pensando en todo lo que me había dicho. Se notaba su preocupación y era grande. No lo comprendía. ¿Qué tanto podría pasar? ¿Por qué era tan extremista como para pedirme que me fuera a vivir con él?
Era demasiado lo que mi mente debía procesar.
—Yo —no supe qué decir.
—Sé que es muy apresurado pedirte que vengas conmigo, pero conozco a la prensa. No te dejarán en paz.
—Pero ir a tu casa sería peor ¿no crees? —callé unos segundos —Ahí estará —me calló en cuanto supo lo que diría.
—Lo sé. Damián. Pero prefiero tenerte cerca a que estes sola, además tarde o temprano tendremos que enfrentarlo. Él se casará y —me detalló —Yo quiero hacer las cosas correctamente.
La decisión era solo mía. Afirmar o negarme. Había dicho que me esforzaría y tenía que arriesgarme para proteger lo que comenzaba a hacerme sentir bien. No quería perderlo.
Su mano se entrelazó con la mía y muchas emociones se apoderaron de mí. Shane me lo prometió, dijo que me protegería y que nunca me soltaría. Si es que en algún día se llegase a terminar lo nuestro, estaba segura que sería así porque yo lo querría. No habría otra forma.
Shane me lo hizo entender de muchas maneras y por eso fue mi temor de comenzar algo con él; porque su amor era mucho más que el mío y creía que yo no podía merecerlo, lo que yo sentía no se podía comparar con lo de él.
Pero podía intentarlo. Podía aceptar sus sentimientos y esforzarme por amarlo de la misma forma.
—Está bien, pero quiero seguir teniendo la vida de siempre.
—Así será, no te preocupes —afirmó para volver a encender el auto y movilizarnos otra vez.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top