—Todo estuvo totalmente loco. Se hubieran visto. Eso fue una explosión completa de emociones —exclamó Isabela dando unas palmadas en euforia.

Nos hallábamos en un restaurante los seis que habíamos armado un caos hace unas horas atrás. Estábamos siendo demasiado escandalosos porque nos ganábamos muchas miradas de todos los que nos rodeaban, pero eso no nos limitó a seguir disfrutando de nuestra libertad.

Luego de lo que había pasado, la prensa se encargó de agrandar mucho más lo sucedido. Muchos quisieron seguir interrogándonos pero no pudieron con la frialdad de Shane. Él no estaba con el buen humor para poder agradecer a sus padres el hecho de que hayan reconocido haberse equivocado; sin embargo, tampoco se comportó distante con ellos.

Nos quedamos conversando por unas largas horas. Ese iba a ser el último día que estaríamos en Perú porque al día siguiente estaríamos viajando tal y como lo habíamos planeado a los Estados Unidos. Agradecía saber que no se había convertido en una huida ya que todos estaban de acuerdo con nuestra decisión.

—Fueron valientes y creo que era lo que se necesitaba —dijo Clear sirviéndose una copa del vino dulce que habían pedido.

—Son increibles —intervine por primera vez después de haberme mantenido callada desde que dejamos la boda falsa atrás.

Observé a todos mantenerse callados por unos minutos y luego sonreírme en respuesta.

Sí. Definitivamente ellos eran agradables.

—Te admiro, Kiara —escuché decir a Alice —Ahora lo entiendo todo. Nadie se compara contigo.

—No sería lo que soy si no fuera por ustedes —seguí confesando lo que realmente sabía que era cierto.

Era a ellos a quienes les debía mi recuperación. Les debía mi fe y superación.

—Desde mañana todo será nuevo. Será un inicio —dijo Alice decidida —Les prometo. 

Alice cogió su copa y lo posicionó en el centro invitándonos a brindar con ella. 

La noche se sentía cómoda y me gustaba estar con quienes inició todo.

—Brindo por una invitación a la felicidad. Que todos puedan encontrar su propia felicidad y disfrutar siempre de ella —Alice dio la palabra y todos estuvimos muy de acuerdo con ella.

Chocamos nuestras copas dándonos esa seguridad de que algo bueno nos esperaba y que estaba muy pronto a suceder.

—Vamos por ese viaje —indicó Damián y luego nos dirigimos a ingerir la bebida dulce.

Giré mi rostro hacia Shane mientras que bebía y lo hallé también mirándome. Era increíble no haberme dado cuenta por bastante tiempo lo mucho que me amaba. Todo en él lo delataba. Podía suponer que cada persona tenía su tiempo para conocer a su verdadero amor. Ese era nuestro tiempo. 

Me animé a tomar su mano y él me aceptó enseguida apretándola entre la suya.

No había forma en que mi corazón dejara de latir desesperado cada vez que se trataba de él. Me gustaba que fuera así porque ya no tenía miedo. No había temor en que amara hasta más no poder a alguien.

—Muy bien. Hora de irnos, muchachos —indicó Clear dejando su copa sobre la mesa.

Todos nos levantamos de nuestros sitios después de haber dejado todo vacío. Cancelamos respectivamente lo que habíamos pedido y salimos de ahí.

Afuera corría mucho aire y hacia frío pero aún así no nos permitimos soltar ninguna queja. Todo estaba bien.

—Espero que no sea la última vez que armemos algo así —escuchamos a Alice reír —Me encantó conocerlos. Creo que fue lo mejor de todo lo que me ha pasado en mi existencia —continuó más calmada. 

Y es así como siempre para todo estaban también las despedidas. Viajaríamos a los Estados Unidos pero no juntos. Cada uno iría a diferentes ciudades. Nadie sabía si regresar otra vez a nuestra tierra natal sería bueno, pero estábamos seguros de que tomar rumbos distintos era lo correcto.

Eran rumbos donde cada uno iría en búsqueda de su propia felicidad con un ambiente nuevo hasta volver a juntarnos cuando lo hallamos encontrado en su totalidad.

—Es un hasta pronto —se apresuró a decir Clear —Pase lo que pase. Sean felices siempre y tengan esos arranques de valentía que los representa. ¡Sean valientes!

—¡Lo seremos! ¡Hasta muy pronto! —exclamó Damián sonriendo.

—Hasta pronto —respondió Isabela.

Abracé fuertemente a cada uno de ellos y luego los vi alejarse cada uno en parejas. Me alegraba que por fin podían ser ellos mismos sin tener que fingir otra vida. Una que no deseaban.

Así estaba muy bien.

El aire daba por mi cara y piernas. Iba solo en un vestido, no tan corto pero mis piernas estaban descubiertas. Era suficiente para que se congelasen si es que seguíamos quietos.

Volteé para mirar a Shane. Él también me observaba en silencio.

—Gracias por estar aquí —señalé con mi dedo mi pecho. Justo donde se hallaba mi corazón —Te amo más de lo que te imaginas.

Lo vi caminar hacia mí y en menos de un minuto tomar mi rostro para dejarme sin aliento con un beso.
Un beso que me llenó el alma.

Me sujeté de su camisa en un puño y él no dudó en corresponder mis ganas de querer acercarlo más a mí.

Al cabo de unos minutos más dejó de besarme pero no sé alejó.
Su cercanía seguía provocándome suspiros.

—Sé que te sonará loco pero lo deseo Kiara. Lo deseo inmensamente —dijo algo agitado —Cásate conmigo.

Me quedé bloqueada unos segundos tratando de procesar lo que había dicho.

—Quiero ser tu inicio, proceso y también tu final.

Tenía los labios separados con la boca semi abierta por la impresión.

Me moría de ganas de ser todo para él. Quería serlo. Quería despertar cada mañana viéndolo, poder desayunar, almorzar y cenar juntos. Con Shane yo lo quería todo.
Qué era lo que me impedía.

Exacto. Nada. No existía nada.

—Si deseas tiempo para pensarlo puedes...

—Shane —lo interrumpí — Ser tu esposa es lo que también deseo yo.

No esperó más tiempo y volvió a besarme tomando mi rostro entre sus manos con delicadeza y caricias. Tenía muchas emociones corriendo en mí a fuerza y me seguía sorprendiendo de todo lo que había pasado en mi vida. Era un bello tiempo que disfrutaba más que nunca.
Finalmente luego de separarse de mí me apretó en un abrazo fuerte.

—Prometo hacerte muy feliz.

—Ya lo haces, Shane. Ya lo haces.

Ahí en sus brazos decidí que Shane sería mi principio, mi proceso y lucharía para que sea mi final.