Mente estable
—¿Tienes todo listo? —preguntó Isabela terminando de colocarse un labial rojo sobre sus labios.
Sí estaba lista, pero aún no terminaba de convencérmelo. Hace unas horas atrás estaba muy segura de lo que se iba a realizar; sin embargo, tenía una pésima impresión de que nos llevaríamos un desgasto grande de energía.
Ambas llevábamos el mismo diseño de vestido. Después de todo éramos las damitas de la novia. Un vestido azul con un escote en forma de "v" que mostraba un poco el inicio de nuestros pechos y que iba ajustado en la cintura. Su largo estaba por arriba de las rodillas. Era sencillo pero realmente me sentía muy cómoda en él. Adicional nos pusimos unos tacones negros.
—Tranquila, ¿si? —me acomodó mi cerquillo —Tienes a Shane contigo. Es nuestro turno de ayudar a Alice y Damián. ¿Te parece?
Asentí tratando de aliviar mis inseguridades.
—Ven aquí —me pidió extendiendo sus brazos.
Me acerqué a ella y dejé que me apretara entre sus brazos. Identifiqué ese aroma particular que siempre me agradó. Era cálido.
—Todo estará bien —me hice creer que así lo sería.
Era increíble todo el camino que habíamos recorrido hasta ese momento, luchas, penas, dolores, amistad, amor y felicidad, sobre todo. Cada sentimiento que hicieron formar diferentes personalidades donde todos fuimos descubriendo cada una de ellas. Esa parte humana que siempre estuvo en mí y que no se atrevió a irse. Esa parte oculta que solo Shane supo hallar y que yo me esforcé por volver a sacarlas. Me esforcé porque valía la pena luchar por él, porque quería amarlo con mi totalidad absoluta. Él merecía ser amado como lo hacía conmigo y estaba segura que yo tenía mucho para dar. Yo podía amarlo como nadie lo había hecho.
Pero sobre todo, era el tiempo donde todos merecían ser felices. El tiempo en que todos se soltarían e irían por esa búsqueda de sus propias felicidades.
Cerré mis ojos para disfrutar de mis últimas horas de tranquilidad; sea lo que sea que nos esperaba, yo iba a defenderme y no iba a permitir que vuelvan a disminuirme. Podía hacerlo porque también estaba dispuesta a defender a mis amigos.
—Vamos, Isabela —dije soltándome de ella.
Era momento de acabar de una buena vez con todo.
Ambas cogimos nuestras pertenencias y cuando creí que tanto Shane como Clear comenzaban a tardarse en aparecer escuché mi celular sonar en una llamada. Una llamada de mi novio.
—Hola, amor —saludé sorprendiéndole.
—Te pediría que vuelvas a repetirlo, pero sé que ya es tarde. Más no me molesta porque sé que tenemos toda la noche para nosotros solos.
—¡Dile de una vez que salgan antes que aparezca la prensa! —escuché a Clear gritar de fondo.
Solté unas risas y apagué la llamada informando a Isabela que ya estaban afuera esperándonos.
Al salir vimos el auto de Shane estacionado y lo vi a él recostado sobre dicho objeto mirándome con una sonrisa que amaba mucho. No me importó darle una repasada descarada porque vi que él también había hecho lo mismo conmigo.
Estaba totalmente guapo vistiendo un terno negro y teniendo su cabello algo desordenado. Podía reconocer muchas miradas que lo observaban pero que él no respondía a ninguna porque en ningún momento apartó sus ojos de mí.
No necesité caminar hacia donde estaba debido a que vi a Shane caminar hacia mí muy decidido y en cuanto llegó, sentí una de sus manos coger mi cintura para acercarme hacia él y adueñarse de mi boca en un beso profundo que me dejó sin aliento.
Me encantaba que hiciera aquello porque cada día descubría más que estaba loca por él. Que sus besos me hacían perder mi estabilidad pero de una manera linda porque amar no era malo y estaba dispuesta a demostrarle lo mucho que lo amaba. Por ello dirigí mis manos hacia su cuello para atraerlo mucho más a mí. Shane no dudó en aceptar mi petición. Pero en medio de tantos besos fuimos detenidos cuando sentimos un flash dar en nuestra dirección. No pudimos identificar a nadie, pero sabíamos que alguien nos había tomado una foto.
Shane tomó mi mano y me hizo caminar con él para adentrarnos en el carro después de haber separado a Isabela y Clear quienes también se estaban besando.
—Tengan mucho cuidado cuando lleguemos. No se aparten por nada. A esa boda irán personas de todo tipo —informó Shane después de mirar unos segundos por el espejo del auto.
Dimos inicio hacia nuestro destino definitivo. Cancelar la boda de Damián y Alice.
Durante todo el camino nadie dijo algo más, todos nos encontrábamos preocupados e inseguros. Solo se podía ver la luz del sol que comenzaba a salir alumbrando con fuerza nuestro recorrido y el sonido del viento.
El silencio se desvaneció cuando a lo lejos nos íbamos mezclando con un bullicio de personas. Era la prensa que estaba parada afuera de la casa de la familia de Shane evidenciando todos los hechos de la boda. Eso solo nos hizo saber una verdad adelantada. Se iba a armar un completo escandalo.
—Antes de bajar debo decir algo y no quiero que después de lo que escuchen se alarmen. Necesitamos todos estar con la mente bien estable para poder actuar en esta mañana.
—¿Qué pasa? —fui la primera en preguntar.
Shane dirigió su vista hacia mí y cuando vi en su mirada algo que resultaba muy complicado de decir, supe que lo que escucharía sería muy difícil de asimilar. Pero sé que podía porque ya me había preparado mentalmente para afrontar todo.
—Hoy vi a tu padre, Kiara.
Estaba preparada para todo, menos para ello.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top