La boda/parte 1
Me hallaba sola y completamente aturdida en mis pensamientos. Sentía el pánico recorrer todo mi cuerpo pero a la misma vez la mano de Shane apretar la mía haciéndome acordar que no estaba sola y que no lo volvería a estar.
—No dejaré que él vuelva a dañarte —escuchamos hablar a Shane decidido.
—No lo permitiremos —le siguió también Clear.
Por más que luchaba por no recordar, muchas imágenes de mi pasado se cruzaban con fuerza haciéndome temblar sin poder controlarlo. Era evidente el miedo que tenía.
Hice un esfuerzo por respirar aún en la dificultad de hacerlo. Shane me enrolló en sus brazos haciéndome sentir segura y yo sabía que era así pero la ansiedad me obligaba a creer que no podría contra ello.
Sí puedes contra ello.
—No estás sola. Ahora eres una hermosa lucecita que nosotros amamos tener —me dijo Shane al oído y luego me besó.
Fue un beso delicado de poco tiempo pero que me trasmitía calma. Él apretó mi mano y después todos salimos del carro.
Di unos cuantos pasos torpes pero Shane en ningún momento dejó que cayera. La prensa en menos de un minuto ya nos tenía rodeados.
—Señor Shane. ¿Nos permite hacerle unas cuantas preguntas? —se adelantó un joven.
—¿Qué piensa de la boda de su hermana Alice? ¿Acaso se unirán las dos empresas más grandes del país? —siguió un señor.
—Estoy seguro que habrá tiempo después para ello —contestó Shane negándose a responder.
A pesar de que la prensa intentó detenernos nosotros seguimos nuestro camino forzando a dejar el ruido atrás. Ellos igual no dudaron en sacarnos muchas fotos que me dejaron mucho más nerviosa.
Estando adentro visualizamos que todo estaba casi listo para la boda que pronto se planeaba destruir. La decoración era hermosa y sabía que necesitaba tranquilizarme pero muchas cosas comenzaban a quitarme el aire. La llegada de ese hombre otra vez a mi vida y aquella boda que no iba a ser concretada. Bajé la vista y me detuve por unos segundos obligando a Shane detenerse también conmigo.
—Tú puedes. En serio sé que puedes.
Respiré lentamente unas cuantas veces y volví a alzar mi rostro para ver a la persona que más amaba darme fortaleza muy a pesar de que en su mirada veía preocupación.
—Yo puedo —dije lo mismo que él.
—Siempre has podido. Eres fortaleza. No lo olvides —Isabela me recordó aquellas hermosas palabras que siempre me decía.
Asentí con la cabeza y fue en ese momento cuando esas personas se detuvieron al frente nuestro dando presencia de poder. Esas personas que queríamos destruir y vencer.
—Buenos días jóvenes —la voz de la mamá de Shane y Alice nos saludó.
Todos respondimos en coro a su saludo. Al lado de ella estaba su esposo quien solo miraba a Shane molesto. Otra vez él no había recibido a sus padres como siempre. Lo peor era ver la figura repugnante de la madre de Damián con ellos.
Shane dio una última mirada y presionó más fuerte mi mano haciéndome reaccionar. Todos empezamos a movilizarnos para las escaleras. Isabela y yo nos separamos de Clear y Shane para ir en busca de Alice y así ayudarla con lo que le faltara.
Más cuando llegamos al piso donde se suponía que Alice estaría encerrada en uno de los cuartos nos la encontramos sentada en el suelo del pasadizo.
—¿Pasa algo? —pregunté agachándome a su altura.
—Tranquilas. Estoy bien. Solo intento disfrutar este poco tiempo antes de que todos me odien —respondió con una sonrisa Alice.
—Es normal ser odiados en esta familia —contesté recordando las veces en las que fui humillada por la mamá de Damián.
—Bienvenida a ese grupo en las que te esfuerzas por agradar a todos pero luego te revelas y muestras tu verdadera identidad —Isabela dio una pequeña palmada en el hombro a Alice.
Alice nos mostró una sonrisa cómplice y luego extendió ambas manos para que la ayudáramos a levantarse. Nosotras accedimos a ello contagiándonos de su sonrisa.
Acomodamos la parte inferior de su vestido que estaba siendo arrastrado y nos fijamos en lo hermosa que estaba.
—Estas increíble —solté sin dudar esas palabras.
—Lástima que no sea mi boda real.
DAMIÁN
Estaba listo. Nunca me gustó hacer esperar a nadie y mucho menos cuando se trataba del día de mi boda. Ese día en que le daría fin a todo.
No había podido dormir bien pensando en cómo enfrentaría a todos y lo peor era que luego íbamos a desaparecer. Mi madre definitivamente se volvería loca pero ya estaba decidido. Ella ni nadie volvería a manipularme.
Buscaría mi felicidad.
—Todo estará bien —me sorprendió escuchar a Shane decirme aquello.
—Prométanme que me golpearán si es que no consigo hacerlo.
—No esperes eso de nosotros. Estoy seguro que Alice será la primera en golpearte —delató Shane.
Era cierto. Alice me mataría.
—Si no encuentro a alguien que me soporte volveré a buscar a tu hermana.
Cerré mis ojos esperando recibir un golpe de parte de Shane; sin embargo, ese golpe nunca llegó.
—Tienes mi aprobación. Has demostrado también poder soportarla, pero recuerda... —no le dejé terminar su frase.
—Tiene alguien esperándola en Estados Unidos. Lo sé. Y también sé que ella y yo funcionamos solo como buenos amigos.
—El amor sorprende mucho, pero vive tus momentos. Sé que aún amas a Kiara —tanto Shane como Clear me dieron un suave golpe en cada hombro.
Sí. No podía hablar del amor a la ligera cuando aún seguía enamorado de la misma persona, pero quería conocer a alguien y ser correspondido. Quería hallar esa alma y amarla como nunca lo había hecho.
Yo quería seguir amando.
—Supongo que estás listo para la acción —habló Clear regresándome a mi problema principal.
La dichosa boda.
—No lo estoy pero se trata de luchar por mi felicidad ¿cierto?
Los vi a ambos afirmar con la cabeza.
—Entonces sí estoy listo —dije seguro.
KIARA
Rápidamente la casa se había llenado de muchos invitados. Todos sentados en orden mientras que la hora indicaba dar inicio con la unión de las dos familias.
Alice ingresó siendo sostenida del brazo de Shane luciendo una belleza que estaba muy segura que muchos habían quedado deslumbrados. Isabela y yo íbamos caminando también adelante de ellos mientras que Damián estaba ya presente en la sala esperándola.
Nos sentamos en primera fila y dejamos a los novios mirarse en su complicidad. Enseguida Shane y Clear también se sentaron a nuestro lado.
—Estamos aquí reunidos para... —el cura comenzó diciendo las primeras palabras cuando en la mirada de Alice supimos que todo iba a ser rebelado.
—Espere padre —detuvo Alice girándose para mirar a todos los que estábamos ahí —Detenga esta boda farsa.
—¿Cómo dices Alice? —alzó la voz el padre de ella y Shane levantándose de su sitio.
—La verdad, papá. No habrá boda.
—Alice cariño si esto es una broma es de muy mal gusto —fue turno de la mamá de Damián quejarse.
—Lo siento, pero no me casaré con su hijo. Ni él ni yo sentimos que casarnos sea lo correcto.
La mirada de todos cayó en Damián quien sostenía la mano temblorosa de Alice.
—¿Te has vuelto loco? —exclamó la madre de Damián furiosamente —Esa niña está destruyendo tu vida. Desde que la conociste solo supo hacer eso.
Sabía que yo no iba a pasar desapercibida pero nunca pensé que sentiría tanto odio de su parte. Ella realmente creía que yo era una destrucción para su hijo.
—No te atrevas a mencionarla mamá. No delante de todas estas personas —alzó la voz Damián.
Ella lo desafío con la mirada pero no continúo. Se mantuvo callada.
—No habrá boda —aseguró Damián dirigiéndose esta vez a todos los invitados —Lo sentimos mucho.
Fue en ese momento en que los cuatro nos levantamos para afrontar a los demás e iniciar con lo planeado.
Nos encaminamos a correr para abrir la puerta y dejar que la prensa ingresara. Ellos no perdieron el tiempo y se adentraron sin ninguna dificultad.
Cogí la mano de Alice e intenté correr con ella pero alguien fue más rápida que yo y fue ahí cuando sentí un ardor en mi mejilla.
—No dejaré que vuelvas a desaparecer —escuché a esa mujer que tanto me odiaba hablar impidiendo que siguiera avanzando —Debí haber destruido tu vida cuando tuve la oportunidad de hacerlo.
—¡No vuelva a tocarla señora! —Shane apareció a mi costado.
—¿Sabes lo que esta niña oculta? Tiene un pasado terrible. Ella es una destructora de vidas porque la suya la tiene enferma y dañada.
—¡Ya cállese!
—¡Shane! —gritó esta vez el padre del hombre que amaba.
Y ese era mi temor. Que por mi causa todo se descontrolara mucho peor de lo que ya estaba.
—Voy a defenderla quieran o no. Pase lo que pase yo la defenderé —Shane volvió a tomar mi mano apegándome a él.
La situación era peor de lo que pensábamos que sería y a nadie le había importado que la prensa estuviera ahí evidenciando todo.
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