Epílogo
Un año después...
El tiempo había pasado demasiado rápido y con ello había conseguido las cosas que nunca pensé en un pasado lograr. Si pudiera retroceder el tiempo y pensar cómo había conseguido todo lo que tenía actualmente, tal vez la yo de mi pasado, diría que estaba sumamente loca y que me era imposible conseguirlo; sin embargo, todo lo que pasé fue parte de mi crecimiento, me hizo rescatar todo el dolor y hacerme entender que era solo una humana.
Tal vez esa Kiara diría que para mi vida ya no había una solución, que las personas me habían dañado y que hasta ahí podía dar, pero yo más que nadie entendía el sufrimiento de esa pequeña, comprendía que para ella no era sencillo. No lo era cuando muchos la tachaban como enferma, o como cuando se le veía que perdía peso y los demás creían que solo intentaba matarse.
Clear decidió continuar con su carrera de música, era un chico seguro que tenía potencial para seguir dándolo mucho más. Sabía que le iba bien porque confiaba en él.
Isabela consiguió convertirse en psicóloga, ella logró lo que yo no, pero no había problema. En realidad, preferí dejarlo y centrarme solo en la escritura. Descubrí y me hice creer que mis escritos podían trasmitir todo lo que aprendía en el trascurso de mi vida y yo tenía bastante por escribir.
Cada día era un nuevo descubrimiento.
El amor que ambos se tenían fue creciendo con cada día y nos sorprendió a todos enterarnos que estaban a la espera de su primer bebé.
Un bebé que nos traería más felicidad de la que ya teníamos.
En cuanto a Damián, él empezó a viajar por el mundo. Dejó los Estados Unidos al mes siguiente que había llegado. Era un chico que siempre hallaba una que otra compañía, pero que no duraba mucho tiempo. Se alejó de nosotros para probar nuevas amistades, pero aún así nunca dejamos de recibir sus llamadas inesperadas.
Es quien más tenía mi preocupación, pero estaba segura de que pronto hallaría a alguien que le mostraría las cosas más hermosas del mundo.
Muy pronto.
Alice nos sorprendió un fin de semana al aparecer en nuestro departamento y no estando sola.
Ella estaba muy enamorada y James la adoraba. Ella había ido a buscar su felicidad y la había encontrado.
Finalmente, quedaba la persona que me rescató y nunca me soltó. Ese ser que me amó hasta más no poder. La persona que a inicios no pudo ser correspondida, pero que con el tiempo, su amor consiguió que yo lo mereciera.
Porque sí. Yo lo merecía.
Nosotros vivimos juntos como esposo y esposa. Les pedimos a Petunia y Julián que nos acompañasen siendo trabajadores nuestros, ellos no dudaron en aceptar la propuesta.
Soy su esposa desde hace varios meses y pronto estaremos cumpliendo el año de casados. No me arrepiento de las decisiones que tomé en un pasado, porque todo ello me llevó al amor de mi vida. Aún sigo teniendo temores como cualquier persona, entre ellas está la idea de volver a encontrarme con ese hombre que había acabado conmigo misma, pero mi miedo ya no era el mismo. Estaba decidida a que cuando ese día llegara yo iba a estar preparada para destruirlo.
Siempre las cosas sucedieron por algo y agradecía la paciencia que muchos tuvieron conmigo.
—¿Sabes qué es lo más sorprendente de todo esto? —escuché hablar a Shane interrumpiendo mis pensamientos.
—¿Qué cosa?
Él dejó una foto antigua que tenía sobre mi pierna permitiéndome verla.
—Estar con la niña que siempre me llamó la atención incluso cuando éramos solo unos niños.
Sonreí ante su comentario más luego esta se fue desvaneciendo al leer lo que decía en la superficie de aquella foto. Al reconocer quiénes eran la pegué en mi pecho sintiendo muchas emociones fluir en mí mientras que mis lágrimas amenazaban por salir.
—¿Desde cuándo? —interrogué al estar segura de quiénes eran las personas que estaban en dicha fotografía.
—Siempre Kiara. Ellos siempre estuvieron contigo viviendo ahí... En esa foto.
Fue suficiente para romper en llanto y dejar que Shane me cogiera en sus brazos para ser consolada como una pequeña. Una que había conocido por primera vez a sus padres en una fotografía.
Fui liberada de esas ligaduras que solo me traían malos recuerdos por tener la imagen de los padres que me adoptaron únicamente.
Esa era mi historia. Me equivoqué, odie, amé y también me hundí en mi desesperación, pero a todo ello aprendí.
Aprendí a aceptar las cosas lindas que eran reservadas solamente para mí.
—Gracias por guardarla todo este tiempo.
—Por ti estoy dispuesto a hacer lo que sea. Sabía que nunca habías conocido a tus padres por ello fui al albergue, pregunté si había documentos y me entregaron esa foto.
Me lancé a sus brazos sin esperar a que dijera algo más. Era mi sitio seguro. Cada día estaba más segura de ello.
Shane era mi lugar seguro.
—Si dices mi nombre —dije separándome un poco de él.
—Puedo decirlo las veces que sean suficientes para ti.
—Pues ahora todo el mundo lo dirá —sonreí ante su gesto de confusión —Si dices mi nombre será sacado a físico. Publicaré mi primer libro.
Shane se mantuvo en silencio por unos segundos y cuando entendí que lo había captado volví a sonreír pero con más fuerza.
—¿Ya te he dicho que eres increíble?
Reí como respuesta.
—Siempre.
—Lo eres. Eres inmensamente increíble.
FIN.
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