Descontrol
—Entiendo que ya no hay oportunidad ¿cierto?
Dejé que el aire de la ventana diera sobre mi rostro y desarreglara mi cabello.
—Te amo Damián. Eres alguien importante para mí.
—Pero el amor que tú sientes no es de la misma forma en que yo lo siento.
Asentí con la cabeza.
—Lamento no haber luchado por ti. Realmente lamento muchas cosas pero más lamento haberte quitado de mi vida.
Acomodé el mechón que comenzaba a estorbarme en la cara.
—Ya no podemos arrepentirnos. Sé que encontrarás a alguien en el debido momento.
Vi a Damián sonreír tristemente.
—Tú siempre serás mi primer amor.
—Pero no el eterno ¿cierto? —suspiré —Cuida tu corazón. Hay alguien esperando por él.
Damián asintió con la cabeza y volvió a mirarme en silencio.
—Confío en que Shane sabrá protegerte de todo lo que te hace daño y sabrá repararte.
Fue mi turno de asentir y sin pensarlo más caminé hacia él y lo envolví en un abrazo. Quería seguir sosteniendo los pedazos de su corazón porque sabía que dejar libre a la persona que amas dolía. Él también correspondió mi abrazo y así nos mantuvimos por unos largos minutos.
—Ten cuidado. Mi mamá...
—Sé lo que intentará hacer con lo que se avecina —le interrumpí —Pero ya no tengo tanto miedo.
—Haré lo que sea para que ella no intente hundirte más.
Seguíamos abrazados sin soltarnos.
—¿Tú no tienes miedo?
—Mentiría si dijera que no, pero alguien debe detenerla.
—Solo ten cuidado —mencioné separándome de él.
Él volvió a asentir y luego me mostró una sonrisa amable. Una sonrisa que me brindaba tranquilidad y a la vez nostalgia.
En un pasado estaba perdidamente enamorada de él y muchas veces me creí incapaz de continuar sin su compañía. Era sorprendente todo lo que había pasado.
—¿Amigos? —me preguntó ofreciéndome su mano.
Sonreí.
—Amigos —afirmé tomando su mano.
Nuestras manos se unieron en un vínculo de amistad. Una amistad que había nacido en la adolescencia y que estaba destinado a continuar siendo así.
—Tranquilo amigo. Estamos firmando un trato —dijo Damián en risas.
—Y yo no he dicho nada. Me he abstenido a estar en la puerta todo el rato de su conversación —escuché hablar a Shane posicionándose en mi costado.
Damián volvió a reír y luego nos miró a ambos en silencio con los ojos comenzando a ponerse nublados.
—Cuídala —se pasó las manos por sus ojos para detener cualquier lágrima que amenazaba por salir —Tranquilos. No lloraré.
—Gracias —Shane golpeó levemente el hombro de Damián.
—No puedo con ustedes en serio. Me voy porque debo detener una boda.
—Lo haremos —Alice apareció tomando a Damián del rostro y dejándole un pequeño beso.
—¿Qué fue eso? —preguntó Damián.
—Un beso de consuelo, cariño —le guiñó el ojo —Le mandé un mensaje de audio a mi mami para decirle que estaba muy de acuerdo con que la boda sea mañana.
—¿Quieres que lo detengamos hoy? —interrogó Damián.
—No. Quiero que todos asistamos a la boda y allá lo destruyamos todo —informó Alice tomando la mano de Damián.
Ello era completamente terrible.
Eso sería como explotar una bomba en la misma boda y matar a todos de una vez. Alice quería acabar con todos sin remordimientos.
—Esta bien —escuchamos a Damián estar de acuerdo.
Giré mi cabeza con brusquedad hacia él.
—¿Están seguros? —intervino Clear.
—Nunca he estado más segura en mi vida —Alice giró su rostro para observar a Damián —Me iré del país. ¿Te gustaría venir?
—Espera Alice —la detuvo Shane.
Era sorprendente lo rápido que Alice planeaba todo sin dejar ningún detalle de lado. Ella realmente quería ser libre.
—Hermanito tú hallaste el amor. Deja que yo vaya por el mío —contestó Alice.
—Lo haré —respondió Damián decidido.
—Deberían pensarlo un poco más —volvió a exigir Shane.
Estaba segura que ellos podían encontrar la vida que deseaban solo soltando y atreviéndose a enfrentar al miedo.
Dejar para crecer.
—Háganlo —dije en emoción.
El rostro de Alice se iluminó y enseguida una sonrisa enorme se mostró en ella.
—¿Quieres venir? —la vi dejarme una pregunta que nunca me había atrevido a aceptarlo.
Me moría por viajar. Siempre había deseado hacerlo pero tenía miedo de seguir saliendo más al exterior y peor aún, de conocer más personas. No quería que alguien más conociera lo rota que estaba.
—¿Planeas quitarme a mi novia? —no me importó lo que Shane decía. Yo quería ir con ellos.
—Déjala que se siga descubriendo —la sonrisa de Alice se ensanchó más —Vámonos de viaje todos.
Dicho ello tomó la mano de Damián y salieron de nuestro piso dejándonos a cada uno completamente indispensables.
—No te molestes pero tu hermana me asusta —habló Clear.
—Nadie puede controlarla. Ella siempre fue libre solo con unas tontas reglas de la familia —Shane se quedó mirando el espacio vacío por donde ellos se habían retirado —Tendremos que ir de viaje con ellos si no Alice es capaz de descontrolar todo.
—¿De verdad iremos de viaje? —habló Isabela.
—Si. Yo compraré los boletos. Ustedes vayan buscando qué ponerse para la boda —contestó Shane también saliendo del piso.
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