Confesiones

Todos nos hallábamos sentados formando un círculo con una botella en el centro y a la vez teníamos nuestros platos en las manos.

—No necesito explicar en qué consiste el juego ¿verdad? —dijo Alice tomando la botella —¿Puedo moverla yo?

—Me agrada que ella sea directa sin tener miedo —contestó Clear.

Alice giró la botella y ésta apuntó a Damián y a Shane.

Me moví un poco nerviosa en mi sitio.

—¿Verdad o reto? —preguntó Damián.

—Verdad.

—¿Desde cuándo? —se quedó solo un pequeño segundo mirando a Shane —¿Desde cuándo sentías algo por Kiara?

Hubo un silencio que dejó a todos sin poder respirar. Incluso yo sentí que retenía el aire.

—Siempre.

Otra vez hubo un silencio incómodo.

Shane tomó mi mano y fue muy evidente ver que Damián siguió ese movimiento.

—Quiero intentarlo —nos interrumpió Clear.

Dejó su plato que ya estaba vacío a un lado y giró la botella apuntando esta vez a mí y a Damián de nuevo. Escuchamos una sonrisa rara que provenía de Clear mientras que volvía a sentarse en su sitio.

Estaba muerta.

—¿Verdad o reto? —identifiqué sus ojos intimidantes en mí.

¿Estaba bien jugar aquello?

—Verdad.

—¿Lo que sentiste por mí? —regresó la botella en el centro —¿Fue real?

Muchos recuerdos de mi adolescencia vinieron a mí en ese preciso momento. Recuerdos donde Damián pertenecía a ellos.

—Sí.

Esta vez me animé yo a girar la botella dejando de mirar a Damián porque no podía continuar con ello.
La botella apuntó a Isabela y Alice.

—¿Verdad o reto? —preguntó animosamente Alice.

—Estoy bien con verdad.

—¿Qué pasa entre tú y Josué?

—Nada. Absolutamente nada.

Isabela tomó la botella y también la giró. Ésta había apuntado a Clear y Shane.

—Supongo que también dirás verdad —habló Shane.

—Es mejor —contestó Clear asintiendo.

—¿Hay alguien que te gusta ahora fuera de Luisa?

Clear se quedó unos segundos mirando a la nada mientras que mis sospechas comenzaban a darse por afirmativo.

Sin pensarlo más. Vimos a Clear asentir con la cabeza.

—Sí. Lo hay.

Sonreí para mis adentros. Tal vez el tiempo había pasado pero era definitivo que Clear se seguía sintiendo atraído hacia Isabela. Todos éramos unos completos cobardes por no hacer caso a lo que sentíamos.

—¿Y si dejamos de lado a la botella y solo preguntamos a quien querramos? —escuchamos a Alice hablar.

Bajé mi cabeza y me encontré con mi plato que aún seguía lleno.

Lo observé y por un momento recordé toda la grasa que llevaba para ser preparado y me retrocedí por un momento dudando si era bueno probarlo. Tal vez podía comenzar con menos cantidad.

—Kiara. ¿No te gusta el chaufa? —escuché a Alice dirigirse a mí.

—¿Cómo? —dije nerviosamente.

—Isabela. ¿Te gusta Clear ,cierto?

Isabela la miró espantada.

—Igual tú Clear. Te gusta Isabela.

—Se supone que me lo debes preguntar —contestó Clear.

—No necesito —cruzó sus piernas en otra posición —Sé mucho más de lo que se imaginan.

—Esta bien —afirmó Clear levantándose de su sitio.

Vimos también a Alice levantarse después de mostrar una sonrisa. Acto que todos también seguimos.

—Noche de confesiones pero sin pleitos por favor. El amor es lo más lindo —siguió Alice dando unas suaves palmaditas.

—¿Que dirás tú? No amas a Damián. No te quieres casar con él ¿verdad? —soltó Clear viendo una sonrisa gigante proveniente de Alice.

—Pues no. Porqué crees que anularé mi compromiso entonces —habló Alice mostrando sus dientes perfectos en una sonrisa hermosa.

—¿Cómo lo puedes decir tan frescamente? —exclamó Clear.

—Porque ya aguanté mucho. No volveré a quedarme callada —miró por unos segundos a mi amigo y luego volvió a sonreír —No pidas que alguien sea sincero contigo cuando tú tampoco lo eres.

Todos nos quedamos callados por varios segundos prestando atención a las palabras de Alice.
Mi mente intentaba procesar todo y sabía que también muchas veces había ocultado muchas verdades. Pero era por el bien de mí. Sin embargo, ya no solo estaba yo.

—Odio muchas cosas —escuchamos a Damián hablar —Odio amar y seguir amando. Odio no poder hacer lo que yo quiera. Odio a mis padres.

Me sorprendió verlo hablar sobre sus padres. Él jamás los había contradecido y siempre hacia lo que ellos le pedían. Muy a pesar cuando era algo que él no quería. Sabía que era también un tema muy difícil para Damián.

—Yo tengo muchas inseguridades. Muchos creen que soy muy valiente pero en realidad creo que soy la persona más cobarde —Isabela también soltó lo que tenía guardado.

—No lo eres. Simplemente no queremos sufrir. No queremos ser rechazados —Clear caminó hacia Isabela para abrazarla —Lamento no haberlo dicho antes.

Veía a todos tener sus propios desafíos y debilidades y aunque los míos eran difíciles de exponerlos también quería decirlo. Podía recordar las palabras de mi psicóloga. No debía seguir cargando con todo sola.

—Yo... —me callé cuando vi que todos fijaron su vista en mí.

—No tienes que hacerlo —Shane me apretó la mano.

Por primera vez vi la curiosidad de Alice puesta en mí. Ella había podido leer a todos pero no estaba muy segura de lo que pasaba conmigo. Después de todo, mis inseguridades y temores iban más allá.

—Quiero hacerlo —solté la mano de Shane para poder hacerlo por mí misma —Le temo a la comida —Isabela y Clear agacharon sus cabezas mientras que Alice no apartaba sus ojos de mí.

En ese instante una fuerte ola de emociones se me atravesó con fuerza. Temor y muchas inseguridades.

Admítelo, Kiara. Eres mejor estando conmigo. Te he estado observando y no consigues mejorar.

Esa voz que muchos años me acompañó. Una voz que solo sabía humillarme con cada palabra y que yo luchaba por eliminarla.

—Me estoy recuperando de un trastorno alimenticio.

Lo solté sin aguantar más.

Isabela caminó hacia mí para abrazarme junto con Clear. Yo estaba bien o eso intentaba aparentar con todas mis fuerzas. No quería seguir hundiéndome más.

Aquellas escenas de mi pasado regresaron a mí, imágenes donde me veía regresando la comida, donde prefería dejar de comer porque engordar me daba miedo. Repetitivas imágenes que tenía escondidas.

Una fuerte sensación se originó en mi estómago. Esa sensación de querer vaciarme, pero luché por calmar a mis nervios. Solo era eso.

Vamos, Kiara. Solo hazlo.

—Lo sé. Estoy enferma... Pero la psicóloga dijo que estaba bien luchar —dije conteniendo mis ganas de llorar.

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