Alguien a mi lado
—Yo lo mato. Te aseguro que lo mato. —exclamó Isabela.
Ambas nos hallábamos en mi cuarto con un tazón de snack sobre la mesa. Ella por cada grito que daba, era cada dorito que se metía a la boca.
Le había comentado sobre mi encuentro que tuve con Shane, la nueva chica que conocí en la terraza y terminé con Damián. Isabela sabía que teniéndolo cerca no iba a poder hacer mi vida normal y es que ni hasta yo estaba segura de ello, pero tarde o temprano debía afrontar lo que intentaba ocultar de mi pasado.
—Lo mato ahora. —dijo parándose.
Ella siempre iba a hacer un drama si es que se trataba de mí, me lo demostró en muchas ocasiones pero esta vez algo me decía que era la cruda realidad.
—¡Isabela! Tranquila, no toda la vida voy a estar mal. Damián tiene derecho a hacer lo que quiera. Solo quiero que todo esté bien —. respondí deteniéndola del brazo.
Se quedó mirándome unos segundos largos, hasta que regresó a mí para sostenerme en sus brazos.
Era como una hermana mayor y sabía que estar a su lado, me hacía bien.
—Avísame si hace algo, a mí no me interesa si es que ya tiene a alguien a su lado. Él no debería regresar justo donde sabe que vives tú —. me aseguró frustrada.
Sonreí.
—Estoy bien, en serio —. contesté algo insegura.
—Más vale, Kiara. Ven que aún falta otro tazón más —. indicó volviéndose de vuelta a la cama.
Era tanto que lo que mi mente pensaba, que decidí borrarlos de mi persona para que al igual que todos, pudiera disfrutar de lo que tenía o que pudiera llegar a obtener.
—Por cierto ¿qué haremos con Clear? La otra semana es su cumpleaños —. declaré cambiando de tema.
—Iremos al karaoke —. informó levantándose, para luego caminar hacia su armario. De él sacó un vestido corto, y por unos segundos me quedé observando cada movimiento suyo.
Se posicionó delante del espejo grande que tenía en mi habitación y se apresuró a desvestirse.
—Me parece buena idea —. agregué después de varios segundos. Siempre admiré el cuerpo de mi amiga y la seguridad con la que ella lo lucía.
Mi amiga soltó una pequeña risa que yo conocía muy bien. Algo tramaba.
Cuando se terminó de probar el vestido, cogió el tazón de doritos y se movilizó. Yo fui tras ella.
—¿Qué significa esa risa? —pregunté siguiéndola.
Siguió caminando hasta alcanzar la toalla que estaba colgada en la pared.
—Es una perfecta oportunidad para que te olvides completamente de Damián. Es tu turno de conocer a alguien.
Fue mi turno de reír.
—No es mi noche, es la de Clear.
—¿Y?
Dicho ello volvió a caminar pero esta vez hacia el baño. Yo volví a seguirla.
—Somos sus amigas, cómo que "y".
—¡Clear estará feliz de verte con alguien! —gritó desde el baño.
Dirigí mis pasos hacia la cocina para vaciar otro tazón ignorando su comentario. En total, Isabela había comprado tres bolsas grandes de doritos.
Al cabo de unos minutos la ducha dejó de sonar y con ello Isabela salió del baño. Se detuvo a observarme a la distancia y sonriendo volvió a hablar.
—Tienes veinte años, estudias en la universidad, tienes un buen trabajo, encima escribes. Mereces a alguien a tu lado.
Siguió su camino hacia mi cuarto y se encerró.
Isabela tenía la costumbre de dejar cierta parte de su ropa en mi casa, debido a que muchas veces se quedaba a dormir conmigo. Tenía serios problemas que necesitaba siempre la compañía de alguien porque estar sola me aterraba.
Como siempre no demoró en vestirse porque salió rápidamente.
—Y ese alguien no aparecerá de la noche a la mañana. Intento sanar todavía —. informé poniendo a colgar la toalla que había utilizado para bañarse.
—Bueno... —se quedó callada.
Esa mirada. ¿Qué más me ocultaba?
—¿Qué ocurre, Isabela? —pregunté regresando mi atención a ella.
—Ya sabes, yo iré con Josué y él también irá con un amigo.
Necesitaba coger un ladrillo y lanzárselo a Isabela en ese momento.
—Lo estás ilusionando, deja de usarlo así.
—Es él quien me busca, no es mi culpa. Preocupémonos por su amigo.
—No me interesa.
—No te vas a arrepentir. Josué, asegura que muchas chicas mueren por él —. afirmó sonriendo.
No podía creer hasta qué punto podía llegar.
—Iré al karaoke solo por Clear, pero que no haré nada con ese amigo que dices. Más bien tú debes parar con Josué. Él está enamorado y no es justo que lo trates así —. le llamé la atención, entendiendo porqué se había arreglado un fin de semana. Definitivamente ella se iba a encontrar con él.
—Me gusta Josué —. confesó después de un momento de silencio.
—Pero no como amas a Clear ¿cierto? —le corregí sabiendo que había cometido un error.
Se quedó callada.
Necesitaba que ese ladrillo cayera encima mío.
—Lo siento —. me disculpé suavizando mi mirada y voz.
—No, descuida —. cogió la secadora para secarse el cabello—. En serio deberías pensarlo —finalizó concentrándose en lo que hacía.
Observé cómo ella se terminaba de arreglar, era hermosa y tenía una piel bien cuidada. Mis ojos estaban puestos en ella, pero mi mente estaba en otro lado. ¿Era cierto que ya era momento de pensar en la compañía de alguien más? Probablemente.
Amaba tanto a Damián que creí que mi futuro estaría con él y no me podía reflejar en otra imagen.
No. Simplemente era difícil encontrar a alguien que me aceptara.
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