Two Shot.

Pov Hoseok:

Él descontroló más mi mundo.

Yo era alegre, calmado, pacífico... Hasta que me tropecé con él, hace dos años.

Desde que el destino lo cruzó en mi camino todo antes de él me pareció aburrido, sin vida, vacío, común.

No había nada.

Y me enamoré.

Cada vez que lo veía, todas las canciones de amor cobraban sentido.

Todas las veces que me hallaba en sus ojos, sentía mi combustible agotarse, empezaba a colapsar sobre mi propio núcleo, y al final, me sientía explotar. Como una supernova.

Y su sonrisa cuadrada.
Maldita droga su risa, esa que se infiltraba en mi ser, y no me dejaba concentrar.

Sí, me volvía a encantar.

Y qué decir de sus ojos de cristal, de sol, atardecer y amanecer.

Tiene los ojos más bonitos que jamás he visto con los míos.
Y no eran tiernos, ni azules, ni verdes, ni el de cualquier persona.

Eran simplemente suyos, por eso me gustaban.

Y como olvidar la primera vez que lo oí reír, recuerdo que de inmediato deseé poder ser divertido sólo para él.

Como explicar que moría cada tarde por las ganas de verlo al menos un segundo más.

Después de tiempo repuse que la mitad de su belleza era su extraña manera de ser.

El tiempo pasaba y pasaba y él al mirarse las manos nunca se dió cuenta que le faltaban las mías, y eso me desesperaba.

Pero tenía esperanzas ya que, sentir tanto era señal de que seguía vivo.

En la noches sufría por querer decirle tanto y saber que es mejor no decir nada.

Admito que tenía, y tengo, muchas ganas de verlo, hablarle, pero no me atrevía. Viví por meses con el constante temor a ser ignorado, hasta que, un año después de que lo conociera, le hablé. Por supuesto que me había preparado para su indiferencia, él era un chico diferente a los demás y lo entendía.

Al principio no sabía que se sentía más cómodo escuchando que hablando, así que con el paso del tiempo lo conocí un poco más. Cuando nos topabamos trataba de saludarlo y que él me devuelva el saludo.

Podría haberle dicho tantas cosas... Pero quería que se fíjara en la forma en la que lo miraba, así ya debería haberlo sabido todo.

Por más que lo intenté, Taehyung nunca me prestó atención, siempre se portaba distante y eso me dolía mucho.

Pasaba toda la tarde pensando y pensando sobre lo que podía hacer, pues no había hecho demasiado.

Recuerdo todos los mensajes que me dedicaba al fallar con él:

-Hoy tampoco, pero tal vez mañana si se dé cuenta que me brillan los ojos cuando me mira.

Me decía para regresar a mi casa y al día siguiente volverlo a intentar, pero de nuevo fallaba, algo no cuadraba.

Un año entero me torturé pensando en cómo llamar la atención de Taehyung, lo único que había conseguido fue ser la esperanza de toda la prepa.

Llegó un día que me cansé y declaré que iría a contarle mis verdaderos sentimientos. Ese día salió corriendo de mí. Recuerdo haber llorado toda la tarde por ser un estúpido fracasado.
Taehyung comenzó a evitarme y pensé en rendirme, pero de verdad quería estar a su lado, así que volví a comenzar.

¿Qué creen? Al final lo logré. Bueno, sólo logré que me respondiera y que me mirara por mucho más tiempo. Había avanzado bastante, y me sentía muy orgulloso de mí mismo.

Creí haber encontrado la paz que tanto había buscado pero, comenzaron los problemas en casa. Mi madre le pidió el divorcio a mi padre, y él aceptó gustoso. Todo había ocurrido tan rápido que... tenía miedo de irme lejos de Taehyung.

Pero mi temor no duró mucho como tal, pues se haría realidad. Me iría a Estados Unidos con mi madre, y ya estaba decidido.

Todo, absolutamente todo se fue por la borda cuando mi madre decidió llevarme con ella. Por supuesto que le rogué y lloré, pero nunca cedió.

Justo cuando había conseguido que Taehyung me diera su número telefónico, justo cuando me sonreía como a nadie.

Lo más doloroso fue cuando dejó de ir a la preparatoria. Me asusté mucho ya que solo faltaban unos cuantos días más para que me vaya. Mi madre estaba desesperada por irse y yo no tenía más opción, aún no podía mantenerme yo sólo y dependía casi al cien porciento de mi madre.

🌻

Me dirigía hacia la casa de Taehyung, pues habíamos quedado en que yo lo iba a recoger y eso mismo estaba tratando de hacer. En el camino no pude evitar pensar en la conversación que tuve con su mejor amigo; Namjoon...

-Y después de ella dejó de ser el mismo. Se convirtió en un chico con miedo a ser rechazado por los demás. Sus ojos ya no reflejaban la dulzura de su ser. Siempre fue tímido, pues claro, es parte de su personalidad, pero dejó de ser el sonriente Taehyung que conocía -habló el moreno. Nos encontrábamos sentados en cada extremo de su sillón, conversando-. Recuerda. Hay una historia detrás de cada persona. Hay una razón de por qué son lo que son. No es sólo porque ellos quisieran. Algo en el pasado los ha hecho así y algunas veces es imposible cambiarlos.

-Así que, ¿sufre atelofobia? -pregunté.

-¿Atelofobia? ¿A qué va ese término?

-El miedo a no ser lo suficientemente bueno -susurré.

-Bueno, no sabría decirte exactamente -Namjoon miraba muy pensativo al suelo.

-No me explico cómo puede sostener sus pedazos con tanta tranquilidad. Como su sonrisa tan gastada puede emitir tanta luz -algo dentro de mí quería ir y abrazar a Taehyung. Después de lo que le hizo ella, merece que alguien lo quiera como debe ser, y enseñarle como es el verdadero amor.

-Él tiene una sonrisa enorme. Del mismo tamaño que su inseguridad -Namjoon se paró para ir por un vaso de agua-. Lleva dentro varias lunas descoloreadas, un par cada noche solitaria que ha tenido que pasar.

-Ójala y cuando esté listo, yo siga allí, esperándole -repusé entre mis pensamientos.

-Hoseok -me llamó desde la mesada- Taehyung simplemente no te gusta, tú sientes algo más que eso.

-En mi corta vida, jamás conocí un silencio tan maravillosamente cómodo, su mirada está llena de esa tranquilidad que mi jodida alma precisa.

-¿No te duele su silencio? Él a veces puede llegar a desesperarme por el simple hecho de ignorarme -preguntó curioso el moreno.

-Al principio sí, pensé que era indiferente con todo que se le cruzara. Pero luego entendí su arte de no "encajar" en el mundo-entrecomillé con mis dedos-, y él no tembla de soledad. Ese simple hecho me abrió paso a querer conocerlo, ya que cuando preguntaba por él nadie sabía de quién hablaba.

-Tú siempre le gustaste, solo que Taehyung no supo cómo demostrarlo y tal vez hayas confundido su timidez con indiferencia -Namjoon volvió a sentarse en el sofá-. Aunque... que le gustes en silencio, podría ser la cosa más ruidosa que alguna vez haya hecho -lo pensó mucho mejor.

-Podría darlo todo por él -sentí decaerme de nuevo.

-Si no vas por todo, ¿A qué vas?

-No lo entiendes. Yo...

Había llegado a su casa. Me quedé mirando con nostalgía. No a su casa, sino a los recuerdos de los últimos dos años. Toqué su puerta y luego de cinco minutos él abrió.

Estaba radiante, aunque muy nervioso. Pero era el mismo Taehyung del que me enamoré, y eso era lo que importaba.

-Hola, Tae -Fingí una de mis más grandes sonrisas, sólo para él.

-Hola -me miró y me sentí desfallecer. Extrañaría mucho la galaxia que podría encontrar a través de su mirada.

-¿Caminamos? -pregunté, pues parecía que él iba a tener una taquicardia ahí mismo.

-Es-está bien -cerró su puerta y nos enfocamos en caminar por la acera de su vecindad.

-¿Qué tal has estado?

-Muy bien -miró sus zapatos.

-¿Te puedo pedir algo? -pregunté. Ya no tenía nada que perder.

Él solo asintió.

-Tú... ¿Siempre te conteniste o... realmente nunca te importé?

Taehyung paró de caminar por un momento. Levantó la mirada y me vió confundido, tal vez lo tomé por sorpresa, pero no pasó ni un minuto cuando seguió caminando.

-¿Qué viste en mí? ¿Por qué te gusto, Hoseok? -me tomó por sorpresa sus preguntas.

Solté una pequeña risa- Lo que yo veo en ti, no lo puedes ver ni tú, Taehyung. Y lo que más me gusta de tí, no es lo que veo, es lo que siento cada vez que te veo. No sabría explicarte qué exactamente -expliqué pacientemente.

Taehyung se tomó un tiempo para analizar mis palabras.

-Hoseok -me llamó tímido-. No sé qué es lo que ves en mí, pero... -dudó un poco-, pero no dejes de verme -lo miré. ¿En serio me había pedido eso?

-Te amaría de cualquier forma, Taehyung. Siempre -formé una triste línea con mis labios-. No lo olvides.

-Creo que nuestro mejor diálogo ha sido el de las miradas -pareciera que estuviera luchando contra algo para haber dicho aquellas palabras-. ¿Tú qué crees?

-Por supuesto que sí. Todas las palabras que susurramos al mirarnos.

Hubo un pequeño silencio mientras cruzábamos una pista
-Hoseok -volvió a llamarme-. Si hubiera dicho todo lo que quería decir antes, ¿hoy todo sería diferente?

-Tal vez. De igual forma terminaríamos de la misma forma.

Él frunció el entrecejo y me miró pensativo. Yo solo me limité a sonreírle.

-Lo siento... -murmuró apenado.

-¿Por qué te disculpas, Taehyung? No hiciste nada malo.

-No. Disculpa si me he equivocado, pero es que nunca nadie me había querido de la manera en que tú me quieres, y me es raro -bajó la cabeza.

-No. Yo no te quiero por que quisiera recibir algo a cambio, yo te quiero porque sí y no tienes por qué sentir que me debes algo, Tae -aclaré rápidamente alarmado.

-Que la vida me perdone las veces que no la viví.

-Somos jóvenes, tenemos mucho por vivir. Intentemos conocer, divertirnos, amar, salir, darnos golpes, salir adelante. Vivamos sin ataduras, Taehyung.

Él asintió, pero para mí no era suficiente, quería que él viviera.

-Prométemelo -lo miré. Habíamos dado la vuelta a su cuadra y ya estábamos por llegar al final.

Él dudó un poco y asintió de nuevo.

-Ahora, quiero acerte una petición, tal vez un poco egoísta pero... -me miró curioso-. Quiero ser tu primer amor.

Habíamos llegado a su casa.

El chico a mi lado ya no respondió nada.

-Por favor.

Abrió la puerta de su casa y volteó.

-Está bien. Serás mi primer amor -y me sonrió para luego adentrarse a su vivienda.

Se había ido.

🌻

Me encontraba sentado, en el aeropuerto, esperando la hora en la que me alejaría difinitivamente de mi primer amor.

Con mi mano derecha sostenía fuertemente mi celular. ¿Debería despedirme? Ayer no pude ser capaz de decirle todo lo que sentía por él, no tuve el suficiente valor de despedirme.

Así que... lo mejor sería decirle un último adiós, y tal vez...

Timbró una, dos, tres veces. No contestaba. No debería rendirme tan rápido. Insistí tanto como mis nervios pudieron y a la octava vez contestó.

Acerqué el teléfono cerca de mi oído y cerré los ojos.

-¿Hola? -escuché su tímida voz desde la línea.

-Hola, Tae ¿Qué tal amaneciste? -traté de sonar tranquilo.

-¿Necesitas algo en específico? Es muy temprano y yo...

-No, sólo quería escuchar tu voz. ¿Está mal que te llamé a esta hora?

-Bueno, estaba durmiendo, por eso no te contesté rápido -habló despacio.

-No hay problema por eso -una traviesa lágrima se deslizó por mi mejilla-. Taehyung, déjame darte un mensaje.

-No es necesario que preguntes, Hoseok -levanté mi cabeza tratando de evitar que salgan más lágrimas. Debía sonar fuerte para él.

-Sanarás -por el altavoz escuché la voz de una señorita llamando a los pasajeros de mi avión. Aclaré mi garganta-. No será el tiempo, tampoco serán... otros labios -respiré hondo-. Lo harás tú cuando te encuentres. No dejes que nadie, nunca más pase sobre ti de nuevo.

Él no me respondió nada, pero escuché como trataba de contener su respiración. Me levanté del asiento y comencé a caminar hacia la fila que se estaba formando a unos metros de mí.

-Adiós Taehyung.

Se negaba a reponderme.

-Tal vez sea muy temprano para decirte esto pero... Te amo -susurré al teléfono con los ojos cerrados tratando de transmitirle todos mis sentimientos- Cuídate mucho, por favor.

-Es-está bien -sonaba confundido-. Nos vemos en la preparatoria, Hoseok.

-Nos vemos, Taehyung -había llegado mi momento. Entregué mi boleto a la señorita residente y pasé al otro lado.

Caminaba dudoso. Cabizbajo. Mi madre sostenía su mano detrás de mi espalda, empujandome suavemente lejos de mi Taehyung.

Y en un momento desesperado prendí mi celular y me fuí directo a WhatsApp, mantuve presionado el botón para grabar un audio y comencé a hablar con una voz completamente rota:

-Taehyung, dicen que si conoces a la persona correcta en el momento equivocado, la vida los vuelve a juntar. Lo siento mucho por irme así de la nada. Espero que cuando vuelva la vida nos vuelva a cruzar en un futuro. Espero que para ese entonces seamos más maduros, estemos más decididos sobre nuestros deseos y tal vez... nos atrevamos a hacer lo que nunca podíamos hacer gracias al temor de ser rechazados. Te preguntarás... -caminaba por un pasillo totalmente oscuro mientras lágrimas caían por mi mentón-. ¿Qué haremos si nunca nos encontramos?

Buscarnos, Taehyung.

Voy a volver. Te buscaré y te encontraré. Te lo prometo.


El amor, con las manos abiertas.

Para darlo todo, y para dejar que se vaya.

Siempre.



(✨)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top