♡﹙primera parte﹚
Y ahí estaba otra vez Park JiMin, observando al omega más precioso que hubiera conocido en toda su corta vida.
El omega más tierno, noble, dulce y amigable.
Min YoonGi era el único nombre que podía estar escrito en el corazón del alfa pelirosa.
Cada mañana, como lo es habitual en la clase, todos permanecían sentados en sus respectivas carpetas, y JiMin, quien estaba a una distancia lejana del omega castaño, solo podía admirarlo y escribir en su pequeño cuaderno todas aquellas palabras que alguna vez desearía decirle en persona.
Pero no puede. Claro que no puede.
JiMin tiene muy en cuenta que YoonGi es sumamente especial y que no hay alfa o beta que no quiera cortejarlo cada vez que tienen la mínima oportunidad de ser vistos por el omega.
Él sólo suspira porque sabe que no hay forma en la que YoonGi pudiera notar su presencia o quisiera aceptar su propuesta para cortejarlo. JiMin realmente quisiera hacerlo, pero su timidez va a una medida inevitable que tiene miedo a quedar en ridículo frente a YoonGi.
¿Cómo podía decírselo sin la necesidad de que su corazón latiera muy rápido, con las mejillas calientes y el tartamudeo en cada palabra fuera de sus labios?
Patético, JiMin aseguraba que era alguien muy patético a comparación de los demás alfas que no tenían problema alguno en ir y tratar de conquistar a YoonGi.
Pero él.
Él simplemente se quedaría callado por la bruma de nervios que alteran su corazón, como siempre le sucede cada vez que el omega castaño lo mira por un par de segundos y se queda inmóvil por el aroma tan dulce y cálido que emana su encantadora presencia por donde quiera que vaya.
YoonGi sonríe justo en ese instante, arrugando su naricita, mostrando sus pequeños dientes y haciendo de sus ojos dos pequeñas líneas. El alfa pelirosa solo puedo sonreír levemente después de verlo, escondiendo de inmediato su rostro entre sus brazos cruzados; porque si el omega esté alegre, también lo será profundamente JiMin, y nadie podía cambiar eso.
La campana resuena y todos totalmente aliviados salen de a poco. Resulta que el profesor no había asistido a dictar la clase, pero de igual forma estuvieron encerrados en el salón si no querían que les bajaran puntos en conducta.
JiMin decidió esperar a que todos salieran, pues no le gustaba ser observado como un objeto de atracción a burlas como la mayoría de veces lo es. Suelta un resoplido cansino al sentirse más seguro y acomoda mejor sus lentes en el puente de su nariz, acomoda sus cosas con paciencia, se coloca la mochila al hombro y lleva en sus pequeñas manos aquel cuadernito con mucho cuidado... Porque siente que es una parte especial de su corazón, ya que ahí tiene escrito todos los sentimientos más lindos y profundos que solo van dirigidos por y para YoonGi.
Va camino a la cafetería, y por mirar la portada del cuaderno entre sus manitos, no es capaz de reaccionar y siente como es llevado ligeramente hacia atrás gracias a un fuerte empujón.
— Cuidado alfa con complejo de omega. ¿Acaso esos lentes no te sirven? — una potente voz llena de enojo y burla suena a su alrededor.
— Yo, uh, lo siento. No, no pude darme cuenta. — titubea JiMin, sin ser capaz de decir algo más.
El alfa más alto frente a él sonríe con sorna y le da un sorbo a su vaso lleno de café.
— Como siempre estúpido, pero no importa. ¿Qué llevas ahí? Siempre noto que escribes y lo miras como si tuviera vida propia. Dios, sí que eres extraño.
— No, n-nada importante, es de mis tareas. — se excusa con miedo a ser descubierto e intenta huir.
— ¡Hey, no seas cobarde! ¿Estás seguro de ser alfa? — el chico rubio se impone ante él e intenta arrebatarle el cuaderno.
— ¡No, no, por favor! ¡No me lo quites!
JiMin entra en pánico y en medio del forcejeo actúa por impulso al empujar con mucha fuerza al alfa contrario, haciendo que lamentablemente cayera al suelo y toda la bebida se derramara en sus costosas prendas. El pelirosa abre sus ojitos con demasiado temor mezclado con sorpresa y se apega al cuaderno, corriendo sin más.
— ¡Me las vas a pagar, Park! — logra escuchar a la lejanía y siento el miedo recorrer su organismo.
Hace un puchero de manera inconsciente al llegar a un lugar seguro y apartado. Él no quería provocar nada de eso. ¡Solo lo hizo por impulso!
En todas las veces en que fastidiaron a JiMin por ser catalogado como nerd, alfa raro con complejo de omega o alguien cobarde e inútil, jamás pero jamás habían metido el tema de su preciado cuadernito. Y tampoco iba a permitir que alguien más que él, sepa lo que siente por YoonGi.
No, nadie iba a saberlo.
Suspira sintiéndose derrotado, hoy tampoco iba a comer algo en la cafetería porque tuvo que huir del alfa rubio.
Los minutos pasan y decide que por seguridad, lo mejor es guardar el cuaderno en su mochila, no quería arriesgarse a más. Su estómago se retuerce debido al hambre pero no puede hacer nada, y una vez que la campana vuelve a sonar, se dirige a su respectivo salón.
Llega más puntual que lo demás porque se percata que no hay absolutamente nadie aún. Se sienta en una de las carpetas apegadas a la pared y saca un libro para darle una corta lectura al tema próximo que realizarían en la clase.
No obstante, siente que los latidos de su corazón están por fallarle al percibir el dulzón aroma de YoonGi cada vez más cerca. Junta sus pequeñas manos y de inmediato enreda sus dedos entre sí para que no se noten el movimiento que ocasionan al sentirse nervioso.
El omega castaño por fin entra y va tan relajado como siempre, el lobo de Jimin se regocija ante lo precioso que siempre se ve y el alfa desvía su mirada al notar que YoonGi se sacó los audífonos y lo observó por unos instantes.
— Hola, JiMin. — habló con suavidad y el alfa hizo todo lo posible para posar sus orbes en el omega.
— Uh, h-hola YoonGi. — el alfa sintió que sus mejillas comenzaron a arder, rezaba para que no se pusieran de ese color carmín que tanto odia porque lo delata más de lo debido.
Y eso no era todo, se sintió totalmente descolocado. ¡YoonGi sabía su nombre! De pronto cayó en cuenta que tal vez no era un total fantasma en el aula para el omega.
Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro del alfa y antes de que YoonGi pudiera decir algo, fue totalmente interrumpido por la llegada de los demás estudiantes. Poco a poco el aula fue llenándose y empezaron a conversar mientras la junta de docentes aún no se concluía en la dirección.
JiMin acomodó su mentón en la palma de su mano derecha y según él, miraba al omega de manera "disimulada"; sin darse cuenta del brillo especial que se lucían en sus ojos acompañada de la pequeña y tímida sonrisa que se surcaba en su rostro cada vez que miraba a YoonGi.
Ah, simplemente no podía ocultarlo por más que lo tratara.
Sin embargo, toda su tranquilidad fue interrumpida cuando sintió como su mochila ya no estaba detrás de su espalda, se la arrebataron abrupta y rápidamente.
Su mirada fue a parar hacia un poco más arriba y vio al alfa rubio sonriéndole de lo más burlón.
— DaeHyun, por favor, d-devuélveme mi mochila.
— Ay, ¿Qué pasó cachorrito? — fingió preocupación. — Mejor suelta tus feromonas escondidas de omega que seguramente tienes y cálmame.
Los otros dos alfas que lo acompañaban se rieron groseramente y luego todos en el salón lo acompañaron, a excepción de YoonGi, quien quería interferir de alguna manera, pero sabiendo que eran puros alfas no sabía cómo lidiar.
— Ya, HyeSun, no te rías de él, eso no es gracioso.
— Lo siento, Yoon. ¿Pero es que acaso no lo ves? Ese pelirosa es un claro error de la naturaleza. Es tan callado y tímido que solo le falta que su aroma sea un poco más dulce de lo que es y todos los confundirán con un omega.
— ¡HyeSun! — le recriminó enojado pero nadie, ni siquiera su amiga omega, le hizo caso.
JiMin se levantó de inmediato, con el pánico inundar su cuerpo, se acercó a DaeHyun para quitarle la mochila pero fue en vano, ellos eran tres y sumamente más altos. Así que, se fueron pasando el objeto uno tras otro y viceversa.
— Ya, por favor, basta. — la voz de JiMin se quebró y se sintió totalmente estúpido.
— Solo quiero que aprendas a no meterte conmigo, Park. No te pegaré, solo tengo curiosidad sobre tu absurdo cuaderno marrón.
— ¡No, no, no puedes leerlo. Dámelo por favor! — corrió hacia él.
DaeHyun rodó los ojos. — Chicos agárrenlo. — demandó y le obedecieron de inmediato, dejando al pelirosa completamente inmóvil.
— Bueno, ya que al parecer los profesores tardarán mucho tiempo. Voy a leerles un estúpido cuento que de seguro Park escribió. — el alfa rubio se subió a una silla y empezó a hablar fuertemente. — Aquí va.
"10 de Mayo: Hoy has venido con una polera color azul eléctrico, haciendo que tu perfecta y nívea piel reluciera aún más. Es notable que son algunas tallas más grandes que las que debes usar pero eso no le quita lo adorable y hermoso que te hace ver"
JiMin sintió sus ojos cristalizarse, se sentía totalmente expuesto y estúpido ahora que escuchaba las estruendosas risas de los demás. Cerró los ojos con fuerza y sintió como un par de lágrimas se deslizaron por sus mejillas.
De seguro YoonGi también se estaba burlando de él.
— Park, patético, JiMin. — gritó DaeHyun. — ¿En serio crees que alguien como YoonGi puede fijarse en ti?
Todos lo acompañaron con palabras destruyendo su autoestima y un par de carcajadas más. Nadie pudo darse cuenta del sonrojo efusivo que tenía YoonGi en las mejillas y en como anhelaba hacer algo al respecto por aquel lindo alfa que también correspondía a sus sentimientos.
— Voy a seguir un poco más: "Hoy llegaste temprano, y ambos estando en el mismo lugar hizo que me pusiera muy nervioso" — el alfa pasó a otra página. — Esto parece interesante, escuchen: "No sabes todo lo que causas en mí, YoonGi. Pero es que eres tan precioso e inteligente que no admirarte sería un total pecado. Eres muy especial, haces que sea alguien muy tímido, mucho más de lo normal. No sabes cuánto desearía poder hablarte y decirte lo hermoso que siempre te ves, pero simplemente no puedo y eso me frustra. Siento mi corazón latir con fuerza y el nerviosismo albergar mi cuerpo. ¿Alguna vez podrías fijarte en mí?"
— Nuestro pequeño alfa es muy cursi y ridículo. — comentó el alfa pelinegro que lo agarraba del brazo izquierdo.
— "Adoro cada parte que te hace ser tú. Desde tu blanquecina y tersa piel a la vista, tus bellos orbes almendrados, tu pequeña nariz de botoncito y la manera en como sonríes y pareces un adorable minino. Tu cabello castaño siempre luce sedoso y brillante, y lo único que desearía es acariciarte y comprobar lo que mi vista afirma. Tu risa es sumamente tierna y es una melodía que jamás me cansaría de escuchar una y otra vez. ¿Por qué mi corazón anhela a alguien inalcanzable? Duele ver como otros alfas hacen lo que yo no puedo por mi estúpida y fuerte timidez. Pero no sabes cuánto desearía llenarte de regalos, mimos y muchos besos para impregnarte mi aroma y tú hagas lo mismo conmigo"
"YoonGi, estoy tan enamorado de ti"
— ¡Wow! Es el discurso más tonto y largo que he escuchado en mi vida. Realmente me das pena. — habló un beta al fondo del salón.
— ¡Ya basta, suéltenme! — gritó JiMin, desgarrando sus cuerdas vocales.
— ¿Es por eso que no quisiste darme tu cuaderno en el receso? ¿Por este secreto estúpido? — habló DaeHyun para luego lanzar el cuaderno al suelo con repudio. — Entiende esto, pequeño, ¡YoonGi jamás va a fijarse en alguien como tú! Para eso estoy yo o algunos otros. No seas tonto y asume la realidad.
El pelirosa forcejeó nuevamente y debido a que los alfas se doblaron por la cargada risa, pudo ser liberado. Sus ojos estaban rojizos al igual que su rostro y, sintiéndose totalmente humillado, tomó su cuaderno y corrió fuera del salón con toda la rapidez que pudo.
No pasó ni dos segundos cuando YoonGi decidió ir tras él.
Es ahora o nunca.
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