CAP 4:No se busca, se encuentra
Dio un salto para atrás, pudiendo esquivar la apuñalada que casi le hace él Romano, la otra espada hacia du pecho y él la tomo con su otra mano para detenerla y hacerla cambiar de dirección, así Helios estuvo cerca a Constantino, ambos viéndose a la cara, puso su espada a tiempo antes de que recibiera el golpe del garrote del dios él cual saco una ráfaga de fuego cuando dio el golpe, él Romano cayó rodando al suelo para ponerse de pie y ver al dios él cual solo movía su arma, cada raspada que daba al suelo, hacia encender más su garrote.
Apolo:¿Mhm? eso es nuevo -viendo las ráfagas de fuego que sacaba el arma del dios- al parecer aprendió mucho en su retiro.
Él humano retrocedía mientras Helios se acercaba, se dio un impulso hasta acercarse donde Constantino que retrocedió de un salto y puso su escudo para protegerse, el arma choco contra el escudo y la chispa fue expulsada para sacar una ráfaga de fuego que hizo retroceder otra vez al humano que agachó la cabeza para cubrirse, Helios dio múltiples golpes con su arma, haciendo que él Romano retrocediera poco a poco, alzó su garrote que se encendió en armas y dio un fuerte golpe.
Pero éste fue bloqueado por él humano que alzó su escudo alejando el ataque y con la funda atravesó la armadura del dios, ocasionándole una apuñalada en la barriga, Constantino empujó la espada para poderla clavar más a profundidad, pero Helios le dio una patada en el brazo haciendo que soltara su arma y recibiera otra patada pero en la cara, retrocedió por el golpeó y se llevó la mano a la nariz, se le había roto, puso presión y de un movimiento se la terminó arreglando, dejando caer sangre de sus orificios nasales.
Helios:Hay humano, ¿quieres saber lo que es sufrir? -movio su garrote raspando el suelo, teniendo la mirada de su contrincante que se volvió a levantar.
Constantino(I):-se quita la mano de la nariz- no busco sufrir, solo busco la muerte, el castigo que merezco por el crudo acto que hice -vio la punta de su espada de la que goteaba sangre, que era perteneciente al dios.
Helios:-agacha un poco la cabeza, dando un suspiro de lamento- ¿que no entiendes que morir no te traerá nada? tú deseo es solo una farsa, es la culpa que tú mismo te das y crees que eso lo resolverá.
Constantino(I):Entonces, enséñame dios del sol, acaso vivir con la eterna culpa ¿me ayudara en algo? más de la vergüenza que tengo al ver a mi primer hijo.
Helios:Morir tampoco te ayudará, eso es seguro para todos, menos para ti -alzo su cabeza para ver de nuevo al humano que se preparaba para atacar, él dios volvió a preparar su ataque de movimientos que hizo hace rato.
~καύση άκρη~
{Borde Ardiente}
Ahora quién atacó primero fue él dios que movió su arma, no toco al humano pero con su ráfaga de fuego puso hacer que retrocediera para mantenerse a distancia de aquel ataque en conducción, Helios dio un ataque vertical que hizo que el fuego fuera dirigido como ráfaga contra Constantino que se protegió con su escudo, lo saco y corrió contra él dios que solo movía su arma, fue contra él y él Romano se agachó para deslizarse, Helios movió su arma por debajo del costado dándole un golpe al escudo del humano, el fuego salió como potenciación del ataque y pudo sacar a Constantino que se levantó, moviendo sus espadas las cuales no tenían ninguna pizca de sangre.
Él dios solar dedujo que el ataque cuando se deslizó por su costado, fue recibido por su armadura, aunque por precaución se llevó una mano hacia la zona dada y no sintió ningún dolor, solo rajaduras, Helios vio al humano que solo se preparaba para seguir atacando, los humanos y dioses gritaban de un lado a otro apoyando a sus representantes, él dios solar llevo el mango de su espada para colgarla en su cinturón, comenzó a correr directo al Romano que puso su escudo y alzó su espada para dar el ataque.
Su escudo recibió un golpe que hizo que el aire se moviera a tal potencia que le hizo retroceder desde donde estaba, el humo salía de su escudo y se asomó un poco para ver una marca de un puño tallada en este, vio de nuevo al dios que se mantenía con el puño izquierdo alzado, el humo salía y una luz solar se apagaba, Helios se levantó y movió su mano para volver a tomar su garrote, Constantino dio el siguiente ataque corriendo contra él dios que preparaba igual su ataque.
En vez de esquivarlo o atacarlo, decidió esta vez embestir lo, puso su escudo para dar un salto en potencia directo al pecho del dios él cual solo se dejó llevar por el golpe, así ambos cayendo al suelo donde él Romano de manera rápida se puso de pie y ataque con un doble espadazo al dios él cual se protegió con su escudo, no pudo levantarse a tiempo así que se encontraba arrodillado, viendo al humano que no dejaba de dar varios cortes al escudo que solo tenía rajaduras, en un momento de prevención, agarro el mando de su garrote e hizo otro ataqué.
La ráfaga de fuego choco contra él Romano que no tuvo tiempo para protegerse y recibió la ráfaga de relleno, solo alcanzó a darse la vuelta para poner su espalda como protección, la ráfaga se detuvo y el humo salía del humano que solo se quedó ahí parado e inmóvil, teniendo la mirada de Helios él cual se había levantó y le apuntaba con su garrote, a la espera de que hiciera otro ataque, Constantino dio unos quejidos de dolor, en sus brazos superiores se podían ver las marcas de quemaduras las cuales eran de tercer grado.
Heimdall:¡¡Esto es de alto grado, él gran Emperador acaba de recibir una ráfaga de fuego que terminó dándole de relleno, pudo cubrirse pero los brazos superiores quedaron bien dañados, las heridas se ven graves y se nota que le ha afectado enserio!!.
Helena:¡Papá! -asustada, al ver las heridas de su padre no pudo evitar preocuparse por él, esto igual con sus hermanos.
Constantino(II):¡Mierda, viejo, concéntrate! -grito en una combinación de molestia y miedo, viendo como su padre no pudo percatarse del golpe
Constante:¡No te dejes vencer, sigue luchando! -su expresión era de enojo pero en su interior la preocupación se apoderó de él.
Los hijos del Emperador estaban histéricos al ver el ataque y las heridas que le causó a su padre, en los paneles enfocaron las heridas de Constantino, la piel y parte de su carne habían sido quemadas y algunos trocitos caían, esto causó asco en las gradas de la humanidad que algunos se taparon la boca para no vomitar, mientras que en las de los dioses, sonrieron malicia y dieron algunos cargadas al ver las heridas del humano.
Deus(1):¡Este humano no pudo resistir un mísero ataque de nuestro representante!.
Deus(2):¡Que patético, y para sumar, el ataque lo hizo un dios desconocido, que tan humillante debe de ser ese ataque como para hacerle daño!.
Deus(3):¡Un simple humano no puedo contra el fuego de los dioses, es su castigo por dejar de horar a los dioses Romanos!.
Insultos y risas era lo que se escuchaban, aunque las palabras de aliento a su representante era lo que faltaba, Helios solo dio un pequeño vistazo rápido a las gradas las cuales solo seguían con esas expresiones arrogantes y superiores, eso le hizo dar un suspiro de lamentación, aunque vio a sus hermanas las cuales festejaban al verlo.
Selene:¡Eso hermano, demuestra esa gloria que te quitaron! -alza a él puño en afirmación.
Eos:¡Tú puedes, solo sigue así y lo podrás hacer caer muy pronto! -siendo abrazada por si hermana, alzando igual el puño en apoyo de su hermano que sonrió por eso.
En el balcón Romano, Júpiter sonrió mientras se sobaba la barba, ver a ese humano responsable de que un gran porcentaje de Roma les dejara de rezar, solo le causaba satisfacción verlo sufrir.
Ares:Malditos idiotas, ese humano aún puede seguir -su tono era molesto y serio, viendo fijamente al peleador humano que seguía inmóvil, aunque dio una rápida mirada enfocada a la ventana superior de las gradas humanas, viendo a su hermana y a la Valkyria.
Geir:No puedo creer que estén festejando, ¿que no se les olvidó que se familiazaron con la humanidad? -su sorpresa se hizo presente, aunque la preocupación fue más al ver a su peleador herido.
Hermes:Esperaron mucho tiempo para ver a un humano ser herido, el anterior los humilló, para ellos esto es como una venganza hacia aquel que les hizo esto -seguia con su misma expresión de siempre- no fue buena idea meter a un humano él cual se quiere morir.
Geir:Fue uno de los primeros en aceptar cuando anunciamos la noticia, no podía decirle que no y tú mismo no objetaste -vio con cierta molestia al dios mensajero.
Hermes:La idea de dejarte elegir a algunos fue como una prueba, para que vieras la tarea que tu hermana Brunhilde hizo al haber hecho el Ragnarok, la sorpresa de ese humano fue un golpe de suerte para ella.
Geir:Me hubieras supervisado más -disgustado, aunque un poco melancólico al recordar a la mencionada, devolvió la vista a la arena donde Constantino seguía inmóvil- pero eso no importa ahora, solo hay que estar seguros que él pueda seguir luchando.
Hermes:Pues eso es seguro -la duda de la Valkyria se hizo notar, él le hizo una seña que viera más detenidamente al Romano.
Aquel Romano se empezó a mover un poco, las pequeños trozos caían de sus brazos pero éste los sacudió para extender los de extremo a extremo, el ruido de los huesos crugiendo hizo que Helios pusiera su vista en él, esto no había acabado, Constantino movió sus hombros para recuperar las fuerzas y deshacerse del dolor que aún le provocaba sus quemaduras.
La sorpresa agarro a los dioses los cuales se callaron al ver al Romano volverse a mover, como si el dolor no le afectará, Heimdall abrió los ojos igual sorprendido ante ese acto, pero sacudió su cabeza.
Heimdall:¡Esto es una sorpresa para los presentes, sin mostrar una pizca de dolor ante sus heridas recibidas, Constantino el grande demuestra que puede seguir luchando!.
Las gradas humanas se alzaron en gritos, todos combinados con la sorpresa y apoyo hacia Constantino que solo movía su cabeza para volver en sí, teniendo la mirada de Helios él cual dio unos pasos atrás mientras movía su garrote, ambos luchadores se veían, él Romano se había recuperado ante tal ataque y Helios solo suponía en su mente a que se debía esto, del pecho del Romano unos destellos rojizos poco se notaban por la armadura, pero fue lo suficiente para él dios solar poderlos notar.
Helios:¿Con que esa marca tuya aún funciona? después de mucho tiempo sin usarla, y al parecer aún mantienes esa antigua fortaleza de voluntad -sonrie de lado- eso demuestra otra cosa de ti.
Constantino(I):No se de qué hablas.
Helios:¿Crees que no se sobre eso? aquella marca que tienes en el pecho, eso lo quiero ver, pero todo a su tiempo.
Constantino(I):¿Y cuanto tiempo crees que durare sin morirme?.
Helios:Lo que pueda durar tú marca de protección, Emperador, demuestra lo que pudiste lograr en el puente Milvio.
El primero en atacar fue el humano que lanzó la funda contra él dios el cual solo dio un golpe con su espada para hacer que la espada cambie de dirección y se clave en el suelo, Helios vio eso y volteó a ver a Constantino que se había lanzado corriendo contra él, utilizando su escudo como arma, le dio un certero golpe al dios en un lado de la cara, haciendo que Helios retrocediera un poco, esto fue aprovechado por él Romano que agarro su espada clavada y dio ágiles cortes del cual él dios se cubrió con su escudo.
Preparó un ataque con su arma, usando la misma técnica de hace rato, alzó su garrote para lanzar una ráfaga de fuego contra Constantino que pudo cubrirse con su escudo y con sus dos armas dio cortes del cual se él dios se seguía cubriendo, ambos estando ahora iguales, aunque no por mucho, Helios lanzó hizo su cuerpo para atrás.
Dando una embestida con su escudo que Constantino se defendió dando la vuelta para poner su escudo, pudiendo evitar el ataque cegador del escudo el cual soltó al impacto, pero esto le siguió una patada del dios el cual movió al Romano a una distancia muy considerable a la que estaba, pero Constantino no se detuvo y se fue corriendo contra él dios, dobló sus rodillas para poderse deslizarse en el suelo y esquivando una ráfaga de fuego de Helios, con eso Constantino dio un estoque por debajo del brazo derecho del dios, haciéndole un corte un tanto profundo.
Retrocedió para tomar aire, mientras él dios solar se agarro la herida hecha, saco su mano para ver la sangre que chorreaba, solo la sacudió y movió su garrote él cual empezó a desprender fuego, Constantino volvió a atacar contra él dios pero esta vez Helios atacó por abajo con una ráfaga la cual él Romano se puso proteger y dio contraataque con su espada que fue directo a la cabeza de Helios, esquivo él ataque dando un estirón para atrás.
Volvió a retroceder para mantener distanció de Helios él cual se tocó el cuello, sus ojos dieron un brillo, Constantino volvió atacar pero de una manera diferente,se agachó para alzar su escudo y cubriéndose de un ataque del dios él cual dirigió du mirada contra él, haciendo que el sol diera un rayo de luz contra Constantino que seguía con los ojos cerrados, aunque Helios de ahí pudo ver la poca dificultad que tenía para mover sus brazos, él dios hizo atrás su pie y lo estiró dando una patada contra la espalda de Constantino, impactando igual con sus brazos, eso solito un gruñido que él Romano ahogo.
Esa distracción aprovecho Helios para soltarle un ataque contra la espalda, pero dando un golpe con su garrote él cual hizo mandar a Constantino a arrastrarse por el suelo, él Romano pudo poner su escudo como superficie pero la movida lo hizo enviar lejos, llegando hacia otra calle, se levantó y se tocó la espalda, sintió un líquido el cual lo vio en su mano, la patada de Helios había sido tan fuerte que le saco sangre, se sentía el dolor pero solo le ocasionó aberturas en su piel, respiro un poco para levantarse y se sacudió la cabeza.
Heimdall:¡¡A pesar de acertar le una estocada debajo del brazo, Helios pudo contestarle con una patada la cual le causó aberturas al gran Emperador, la sangre sale pero la fuerza siga en ellos!!.
Hermes:Una herida interna -deduce lo que pasó con solo ver el comportamiento del humano, que soltaba quejido y se agarraba la espalda- la patada fue tan fuerte que en vez de destruir la armadura, pudo enviar esa fuerza contra el interior del Romano.
Geir:¿Que crees que le haya podido hacer con esa fuerza de impacto?.
Hermes:Pues viendo como él Romano se sigue tocando la espalda, puedo deducir que la patada impacto en parte de la columna y además de la aponeurosis dorsolumbar, esto debido a donde se está tocando -señalo en si mismo las partas que dijo, soltando un quejido de dolor a la Valkyria.
Geir:Espero que eso no le haga perder la concentración, sería sumarle más al dolor de querer morirse -se llevo una mano a la boca, sacudía su cabeza para tratar de no imaginarse el dolor de los daños recibidos por él Romano.
Constantino(II):Mierda, ese golpe de verdad le hizo doler -con una mirada de incredulidad, dirigida a su padre él cual se podía notar que le afecto la patada recibida.
Constantania:Y viniendo de un dios, el daño que le provocó debió de ser casi mortal, es un milagro que siga de pie -la incomodidad le agarro, era horrible ver a su padre ser herido.
Hebe:Es dolor que debe estar sufriendo debe ser insoportable -sintionpena por él humano en la arena, verlo agarrándose la espalda por la patada, era algo que siempre veía en la guerra, esto no era diferente.
Apolo:Aunque seas joven, eso no te quita de que tus huesos queden hechos mierda, un golpe de esa magnitud pudo haberle roto la espalda, pero hay algo más para que no sucediera eso -afilo su mirada hacia él humano, el interés creció un poco por saber lo que ocultaba.
Ares:Esa patada no le destruyó la armadura, pero si dañarlo internamente, si Helios diera otro golpe, tal vez pueda hacer caer a ese Romano, pero viendo como a pesar de los golpes sigue luchando, creo que podrá seguir aunque le dieran otro golpe certero ahí -pensaba un poco viendo al Romano, los escenarios de cómo es que podría seguir esta pelea.
Forseti:Que siga de pie ante la magnitud de la patada, ya es de sorpresa, esperemos que pueda seguir así -no pensaba nada al ver lo sucedido, aunque si interesado por lo que pasaría después.
Daba algunos pasos, dando círculos mientras se agarraba la espalda, el dolor aunque grave no le hacía sentir un gran dolor, ni sufrir mucho por eso, bajo su mirada a su pecho el cual brillaba más rápido, solo alzó su cabeza hacia el cielo y pensó un poco las cosas, mientras él dios solar caminaba hacia donde estaba, moviendo sus dedos para empuñar su garrote, Constantino le dio un pequeño vistazo y se reincorporo, estaba respirando mucho, pero no mostró debilidad ante su contrincante que se acercaba.
Helios:¿De verdad quieres morir?, ¿de verdad deseas morir?, si de verdad quisieras eso, ya te hubieras dejado morir ante el siguiente golpe.
Constantino(I);¿Que te hace dudar de lo que quiero?.
Helios:No se, tal vez porque morir no sea lo que en verdad sientes, solo es la culpa que te hace creer que esa sería la verdadera salida para dejar de sentirla -da una mirada hacia sus hermanas en las gradas- morir es una salida para muchas cosas, entre ellos, los errores que cometemos en vida.
Constantino(I):¿Porqué suenas como si eso lo hubieras vivido? -aunque no quisiera admitirlo, las palabras del dios le hicieron reflexionar un poco, no tan a profundidad, pero si dudar ante el deseo que quería.
Helios:Rodas, era una ciudad en donde todo era hacia mi, cada cosa que hacían era hacia mi nombre, hacia mi imagen y todo lo que como dios del sol -baja la mirada al suelo, pensando un poco- hasta que un terremoto llegó y destruyó todo, muerte y destrucción, caos por todas partes, todos suplicando en que su dios viniera a ayudarlos -su mirada se vuelve sombría- pero yo nunca fui ahí.
Un recuerdo bastante desagradable y con total culpabilidad vino a la mente de Helios, era uno de esos recuerdos que prefería olvidar pero que seguían estando ahí, pase lo que pase, él dios agachó la cabeza con tal de ignorar eso, aunque todo ese recuerdo vino para plasmarse en su mente.
<.....>
Había hecho una pequeña cabaña, Helios ahora exiliado de su cargo y del Olimpo por completo, hizo una cabaña en una jungla que estaba al costado de un caluroso desierto, se ayudo de los árboles y de las lianas, pudiendo construir lo que parecía una casa, eso era suficiente para él.
La depresión por la muerte de su hijo y por lo que tuvo que decir en el juicio, le había tomado por completo, en cada noche, solo se ponía agachado y lloraba con todas sus fuerzas, lamentándose del error que cometió al haberle dado el carro a su hijo, en cada día, siempre soltaba el nombre de su hijo, Faetón, eso le hacía tener un dolor interno que le provocaba casi vomitar, aunque se aguantaba y trataba de seguir con sus cosas.
Antes de esto, paso tanto tiempo con los humanos, aprendía cosas de ellos, muchas cosas las cuales ahora pondría en práctica, gracias a eso pudo construir su hogar y conseguir comida, aunque tuvo que protegerse de algún animal, seguía manteniendo sus habilidades básicas como dios, pero para no llamar la atención, decidía mejor apartarse e irse a otro lado en el cual fuera menos notable lo que hacía.
Al ser un bosque y desierto alejado de toda sociedad humano, fue fácil vivir cómodamente, pero el dolor seguía estando ahí, cada noche, cada día, cada mañana que se despertaba y cada anochecido que se iba a dormir, no importaba cuanto tratara de evitarlo, el dolor siempre volvía y le causaba un sufrimiento interno el cual solo le hacía caer en depresión.
Sus hermanas, Eos y Selene, venían una vez al mes, ambas para visitarlo, al ser diosas y seguir manteniendo sus tareas gracias al sacrificio que hizo su hermano, no podían tener el tiempo necesario para poder verlo, aunque si para poder enviarle cartas, cada que se pudiese, era obvio decir que a la primera en ir a donde estaba, solo se echaron a llorar y a lamentarse de lo que hizo su hermano, culpandose de no estar ahí para él.
Aunque Helios las tranquilizaba y trataba de subirles el ánimo de que no era su culpa, él había decidido esto, solo para protegerlas, y verlas así, solo le rompía más el corazón, seguían siendo una familia, la única familia que se mantenían unida, Helios sabía cuándo lloraban, ya que por las noches y las mañanas, escuchaba el llanto de ellas mientras los días pasaban.
226.aC
Ese fue el año donde la desgraciao agarro, un mensaje de Zeus le llegó, se trataba de una carta que fuera a Rodas, tenía que ver algo importante, quien lo llevaría sería su mejor amigo y nuevo dios del sol, Apolo, que montado en su carro, llegó al hogar de Helios para recogerlo y llevarlo hacia Rodas, su saludo fue de un abrazo, aunque en toda la trayectoria, se sentía un ambiente incómodo ante lo de ahora, no se dijeron nada hasta llegar a su destinó.
La isla de Rodas, a unos metros alejados y en las alturas cubiertos por las nubes, ambos veían la hermosa ciudad junto a aquel gran Coloso el cual tenía la imagen y semejanza de Helios, que solo tuvo una mirada melancólica al ver esto, era el lugar en donde todos lo adoraban, siempre cuando iba, era recibido con gran cariño y todos se juntaban para darle la bienvenida, Helios era él dios que era únicamente alabado en esta isla.
Él conoció a los 7 reyes que estuvieron en Rodas, 7 tribus, todos alabando lo a él y solo a él, siendo Helios su amigo, gracias a eso se creó el mito de que eran los hijos del dios solar, aunque en verdad no fuera así, ahora Helios solo podía ver en la lejanía aquella hermosa isla en donde paso hermosos momentos, podía decirse que era su segundo hogar, después del primero que tú o que dejar, paso tanto tiempo después de su exilió y ante la orden de no tener cercanía con ningún humano, solo se mantuvo alejado y extrañando a todos los habitantes de la isla, era su lugar favorito de todo Grecia.
Apolo:Siento mucho que tengas que ver esto, esto fue orden de Zeus.
La voz de su mejor amigo se escuchó con tristeza y pena, Helios no lo entendió, pero noto como los cielos se nublaron y la oscuridad tapo todo rastro del sol, Helios no entendía nada, ¿que estaba pasando?, volteó a ver a su mejor amigo para que le dé una explicación, pero él tenía una mirada decaída y que no se dejó ver la cara para nada, solo haciéndole una seña para que viera la isla, Helios volteó a ver verla y lo que vio lo dejo marcado por el resto de su inmortal vida.
Rodas tembló, todo temblaba, los mares se sacudían, las nubes lloraban lluvias, las construcciones se empezaban a quebrar, el Coloso de Rodas tembló, toda la isla tembló, sacudiéndose ante los estruendos que aterrorizaban a su población que estaba asustada por lo que pasaba, las madres abrazaban a sus hijos, los padres abrazaban a su familia, los animales corrían y soltaban gruñidos por lo que pasaba, todos mirando al cielo que se había oscurecido, ya no viendo la luz del sol, de su dios, que ya no se encontraba ahí, eso los lleno de miedo.
Todo en un instante se detuvo, para de una toda la isla temblar, toda la gente de Rodas grito y se abrazaban buscando protección, las construcciones y casas se caían, las madres que seguían a dentro solo lloraban implorando por su dios, para solo ser aplastadas junto a sus hijos, los soldados corrían buscando en proteger a las personas las cuales desesperadas trataron de escapar hacia los botes y barcos que se sacudían ante la alteración de los mates.
Los animales huían en busca de seguridad pero eran aplastados y pisoteados por la gente que ante su miedo, no sabían lo que hacían, las criaturas consolados por los abrazos y susurros de sus madres que igual lloraban del miedo que sentían, "todo estará bien hijo mío, no tengas miedo", todo mientras la desesperación movía a la gente que solo buscaba sobrevivir ante tal destrucción de su ciudad, aquel terremoto que fue mandado por los dioses.
Pero una gran cantidad fueron hacia la estatua, agarrándola para sujetarse y así no tener miedo, implorando y suplicando por la presencia de su dios, de Helios, llorando a mares de que estuviera aquí para poder salvarlos, pero toda esa seguridad que se daban, se fue, cuando el gran Coloso de Rodas, se partió, sus piernas se terminaron partiendo mientras sus estructuras se agrietan, los pedazos caían hacia las personas las cuales por el miedo y aún con la fe de que su dios se presentara, solo se quedaron quietos para ser aplastados por los restos.
Varios se tiraron al agua con tal de sobrevivir, pero se terminaron ahogando, desde la ciudad, las personas gritaban ante la búsqueda de que alguien los ayudará, alzando a sus criaturas para que Helios bajara ayudarlos, y si no, que bajara a salvar a sus criaturas que no tenían nada que ver, todo mientras eran espectantes de cómo el Coloso se terminaba destruyendo para desprenderse de sus piernas, y terminan cayendo hacia las orillas de la isla, aquella figura de seguridad y protección, se había caído, su protector se había ido, y la destrucción fue la que vino a azotar los.
Antes de que pudiera hacer algo, Apolo condujo su carro para llevarlo lo más lejos de la isla, Helios solo se quedaba ahí parado, viendo a aquellas personas que lo amaban y que él igual amaba, como es que se hundían ante la desesperación se ser salvados por su dios, las lágrimas empezaron a caer por sus ojos y bajando por sus mejillas, el shock no le dio tiempo de parar a Apolo él cual condujo hacia el desierto, cerca al hogar de Helios, él cual al llegar solo se tiró a la arena para sollozar y gritar al aire.
Los gritos y estruendos los podía escuchar, todo el sufrimiento, el dolor y la desesperación que sentían esas personas, la podía escuchará, él, Helios, quien era su dios, ahora solo se encontraba ahí tirado mientras lloraba y gritaba en busca de volver, volteandoa ver a Apolo él cual solo se fue, dejándolo ahí a él, tirado, con una petición a medias y que solo provocó que Helios se hundiera en su dolor, golpeando la arena y agarrándose la cara con tal de parar de llorar, no pudo por el dolor, el dolor de no haber protegido y cuidado a las personas que amaba, su hijo y la isla que tanto apreciaba, lamentación tras lamentación, herida tras heridas, golpe tras golpe, ese fue el día, donde el sol dejo de brillar.
Lloro y lloro, caído en el completo tormento, solo lloraba con tal de aliviar ese dolor que solo le dañaba, aquel alma inocente y bondadosa, fue cubierta por las brasas del desconsuelo, aún teniendo el poder del sol en si mismo, en cualquier momento del día, las personas podían escuchar el llanto del sol, sus hermanas anochecer y amanecer lo consolaban, pero el dolor era tanto que solo se culpaba así mismo, implorando a los cielos que lo liberarán de este cruel dolor, pero jamás paso.
Ante todo ese suplicio, solo se alejó de su hogar y camino hacia el acantilado más alto que daba hacia los mares donde las rocas estaban cubiertas de cadáveres putrefactos y huesos, era un lugar donde las personas acababan, Helios estaba aquí para hacer lo mismo, era una muerte poco honorable pero a la vez silenciosa, o bueno, eso sabía que no pasaría, pero quería parar esta culpabilidad con cualquier cosa, él eligió esto.
En sus últimos momentos, pensó en sus hermanas, en sus corceles, en la isla de Rodas y en Faetón, dio un paso al frente y dejó que todo su peso lo dirigiera hacia la caída del abismo, lo único que sintió fue su una gran onda de aire para golpear las rocas, cayendo al salvaje mar que se lo llevó al consciente Helios que se dejó llevar por estos, sus deseos de vivir y esa emoción que lo caracterizaba, se habían esfumado, ahora solo quedaba un cascarón el cual ya se había roto.
Los mares lo llevaron por muchos lugares, donde él solo se dejaba llevar sin nada que encontrar o esperar, su recorrido en el mar acabo cuando se alejó por completo de Grecia y cuando los mares lo dejaron a las orillas de algún lugar desconocido para él, y en ese momento, Helios tuvo la brillante idea de caminar, solo caminar y seguir caminando hacia donde su mente lo guíe, y así fue, paso miles de años caminando y no sabía cuál era su rumbo en la vida, ahora solo se dejaba guiar por cualquier cosa, estando alejado de cualquier sociedad humana.
Sus túnicas se desgarraron y se cayeron, dejándolo semi desnudo, sus coturnos se desgastaron para solo romperse y dejarlo descalzo, lo único que le quedaba era su taparrabos Griego que era lo único que mantenía consigo, no sabía por cuántos lugares había pasado o con cuales culturas se estaba adentrando, pero a él no le importaba, paso de largo y siguió con su mirada al frente, paso tanto tiempo que ya no el tiempo para él era otra cosa aparte, tanto que ni se dio cuenta que todo empezó a cambiar, Roma, Egipto, India, Mayas e Incas, un largo etcétera de cuánto había conocido mientras estuvo caminando.
Todo hasta que acabo, llegó a la cima de una montaña, se sentó y se quedó viendo la puesta del sol, se mantuvo ahí sentado viendo tranquilamente aquel hermoso paisaje que durante tanto tiempo había estado ignorando, en toda esa caminata, había estado pensando en toda su vida y de todo lo que sucedió en esta hasta que llegar a este lugar en donde estaba ahora, ya no sentía el mismo dolor o culpa de antes, de hecho, ya no sentía ningún malestar, solo sentía un vacío en el cual había paz, una gran paz pura.
Solo agachó la cabeza, unas últimas lágrimas cayeron, solo se llevó las manos para agarrarse la cara y dar los últimos sollozos los cuales ahora eran de agradecimiento, por fin pudo perdonarse así mismo, por fin aquella culpa que tanto lo estuvo atormentando, había acabado, todo terminó, todo aquel dolor acabo y desapareció, solo se quedó disfrutando el paisaje el cual el mundo le daba por su gran triunfo, después tantos año lo había logrado, se había perdonado así mismo y ahora podía vivir tranquilo, el sol volvió a brillar.
(.....)
Helios:Desde ese entonces, cada día me culpaba y atormentaba al no poder haber hecho nada para salvarlos, ya no podía hacer nada y todo esos ruegos hacia mi nombre, sus gritos, sus súplicas, sus llantos, su dolor ........ todo lo sentó y escuche -se quita el casco, dejando que el sol le iluminará los ojos los cuales brillaron- paso por un gran lapso de tiempo en el cual busque el perdón, di todo de mi para lograrlo, hasta conseguirlo y por fin darme ese perdón que tanto estuve buscando, y el cual no acepte en su momento.
Constantino(I):......
Helios:Solo quiero que sepas que puedo entender perfectamente ese dolor que estás sintiendo, la culpa no se cura solo, lleva un proceso, pero haz que ese proceso no sea tan largo como el que yo pasé -sonrie, pareciendo como si quisiera llorar- perder un hijo por un error, no es algo él cual merezca perdón, pero si aquel mismo hijo de perdona, tú eres quien ahora debe de aceptar ese perdón, bien ¿ya entendiste lo que trato de decirte?.
Él Romano apretó sus dientes y agachó la cabeza para que no se viera aquel dolor que ahora sentía, se quedó respirando un rato para poder calmar ese dolor el cual le causaba una distracción, y aunque no quisiera hacerle caso, las palabras del dios habían surtido efecto en él, pudo entenderlas, pudo comprenderlas.
Pudo sentir aquel mismo dolor en él dios que él igual estaba sintiendo, volteó a ver a su hijo el cual estaba en las gradas viéndolo a él, solo volteó de nuevo y sintió un nudo en la garganta el cual le impedía hablar, así que la única respuesta que dio fue ponerse en pose de combate, preparado para atacar contra él dios.
De un asentimiento, Constantino atacó con su espada el cual Helios se cubrió con su escudo, ambos se vieron a los ojos, para que Helios clavara su garrote en el suelo y alzara su mano para disparar unas ráfagas de bolas fuego las cuales él Romano se cubrió dando un salto para atrás y poniéndose su escudo al frente, en proceso Helios se acercó corriendo dando una fuere patada contra el escudo el cual brillo de manera rojiza, pero Constantino se dejó llevar con el impacto yendo para atrás y aterrizando de pie, Helios se puso su casco y agarro de nuevo su garrote.
~κύμα φωτιάς~
{Ola de Fuego)
Clavó su escudo y garrote al suelo para de un instantes sacarlos, haciendo una expulsión de calor la cual tuvo la apariencia de una ola en llamas que se dirigió directo a Constantino, que tuvo que salir corriendo entrando hacia los hogares los cuales se derretía ante el ataque del dios, cayéndose en pedazos del cual él Romano se cubrió, el fuego en trataba por todas las aberturas de la casa y Constantino salto por la ventana para cubrirse en una esquina de una calle, poniendo su escudo el cual tuvo un aura rojiza, entre todo ese fuego Helios se acercó dando una patada la cual saco al Romano salir hacia la calle.
Puso su escudo para cubrirse del ataque de Helios el cual con su garrote impacto contra el escudo y la ráfaga de fuego lo envolvió sin surtirle efecto, Helios pudo notar eso y puso una sonrisa, Constantino se levantó y empuñó sus dos espadas para atacar por sorpresa al dios él cual puso su garrote para detener el andar de las armas.
Teniendo así frente a frente a Constantino él cual lo veía a los ojos, y aunque fuera poco que notar, un sentimiento se podía notar en los ojos del Romano, con eso empezó un forcejeo donde ambos daban una gran fuerza con la cual retroceder al otro.
Heimdall:¡¡Después de una charla, ambos guerreros volvieron a luchar y es notable que están dando ahora de una gran manera parte de su fuerza en este combate, Helios con el fuego y Constantino con una misteriosa aura que rodea su escudo, sin duda esto es impresionante!!.
Geir/Ares:¿Que es ese brillo? -ambos preguntaron a sus acompañantes, sin voltear a verlos al estar atentos ante la ahora intensa pelea.
Hermes:Es un tanto extraño de explicar, desconozco del brillo, pero creo que proviene del humano él cual ahora da anotar esa gran voluntad que le faltaba por demostrar, o bueno, casi -la explicación hizo confundir más a la joven Valkyria, pero prefirió asentir como si entendiera todo.
Forseti:La marca que le otorgaron los dioses Romanos -llevo un dedo a la parte de su barbilla de su máscara, viendo con detenimiento aquella aura que salía del escudo- ¿conoces la historia y el mito de la marca de Constantino? aquella que uso en su lucha en el puente Milvio.
Ares:La vio en un sueño donde un ser desconocido le explicó el significado de la misma y que la pusiera en sus escudos, eso lo sé bien, es la historia inicial de cómo Roma dejo de rezarle al panteón Romano, o bueno, es la más famosa.
Forseti:Solo un dios Romano sabe de ese aura, pero creo suponer que se debe a aquella marca que tiene el escudo, y ese brillo que sale del pecho del Romano y que le tapa su armadura -señala a lo que dijo, Ares vio esto con bastante curiosidad.
Apolo:Solo un dios Romano sabe sobre cosas Romanos, será mejor llamar a alguno de ellos para saber sobre ese pequeño pero gran detalle que nos estamos perdiendo, ¿que dicen, lo hacemos? -se levantó un poco, para sobar sus manos ahora estando más interesado en la pelea.
Ares:Hebe, podías por favor informarle a algún dios Romano que lo necesitamos aquí, necesitamos saber más sobre esto -volteo a ver a su hermana, la cual asintió, levantándose de su trono para ir a hacer lo pedido.
Volviendo a la pelea, Helios dio una patada en la barriga a Constantino que lo hizo perder en el forcejeo y enviar para atrás, siendo seguido por Helios que le soltó un garrote que pudo detener con su escudo pero que él dios puso más fuerza con una patada, haciendo retroceder al Romano contra unas columnas las cuales él dios destruyó al embestir lo y llevarlo consigo, Constantino puso sus pies en el suelo para detener un poco el avance del dios y alzó sus armas para clavarlas detrás del escudo, cortándole un poco la mano junto parte del brazo a Helios que volteó su escudo para hacer volar al humano contra la pared.
Sacudió su cabeza y puso su escudo para cubrirse de la patada de Helios que iba dirigida a su cara, pudiendo evitarlo y le dio una patada a la pierna del dios lo cual hizo perder un poco el equilibrio, haciéndolo retroceder, con eso Constantino le levantó para embestir de igual manera al dios con su escudo.
Retrocediendo lo aún las para hacerlo caer por las escaleras de la entrada del Foro, y eso era, ambos estaban en la entrada de los Foros Imperiales aunque ahora estaba destruida, Helios cayó al suelo pero agarro su garrote para golpearlo contra la espada de Constantino él cual se de manera rápida.
Alzando su espada la cual se detuvo con el impacto del garrote del dios solar, quien con su escudo atacó directo a la parte de las costillas del Romano el cual se agachó un poco ante el dolor provocado, siendo aprovechado por Helios él cual lo hizo retroceder con una patada, tirando a Constantino contra los escalones de la entrada.
Él dios solar se levantó y se acercó al Romano se intentó levantar, pero Helios le dio un fuerte golpe cubierto con brillo solar el cual llevo la cabeza del humano contra el duelo, aquel golpe hizo que el casco se le rompiera y quedará tendido en los escalones.
Helios se agachó y tomo al Romano por el cuello para llevarlo hacia una columna, lo recostó contra esta, y empezó a golpearlo múltiples veces mientras la cabeza y parte del cuerpo de Constantino chocaba contra la columna la cual se iba quebrando con cada choque, Helios terminó con esto dando una patada la cual mando al Romano dentro al Foro de Nerva.
Tirado en la arena Constantino se levantó con dificultad y agarrándose la cabeza de la cual caía sangre, esto lo vio con sorpresa y un poco desconcertado, y más por la emoción que sentía en ese momento, era algo combinado con adrenalina y felicidad, como si le estuviera gustando esta pelea.
Helios:Noto un sentimiento en ti humano, ¿a que se debe eso? o acaso estás sintiendo aquella emoción que la vida de estar vivo te trae ¿es algo bastante emocionante, no crees? -hablabaientras se acercaba a donde él Romano que se puso en pose defensiva.
Constantino(I):-apreta sus dientes, negando con la cabeza y tratando de ocultar ese sentimiento, pero algo dentro de si le hizo decirlo aunque sea medio cortante- si...... es muy..... emocionante.
Helios:Así se habla humano, ves, ya estás entiendo lo que te estuve enseñando en plena pelea, la vida están hermosa y eso se debe de disfrutar, y te enseña a superar aquellas culpas que intentar aún mantener en tu interior.
Él Emperador Romano no respondió, pero dio un leve asentimiento en confirmación con lo dicho por él dios, esto hizo sonreír más a Helios él cual expresaba una gran emoción viniendo de su sonrisa, empezando a correr contra Constantino que pudo su escudo al frente y el cual seguía teniendo aquel mismo aura rojiza de hace rato, por unos minutos él Romano se llevó la mano al pecho y dio un suspiro para ponerse en posición defensiva, así ambos, humano y dios, dieron un choque con sus armas.
Con los ojos cerrados, Constantino daba fuerza a su agarre mientras que Helios hacia peso con su fuerza para hacer retroceder al Romano, pero su expresión fue de sorpresa al ver como la espada de Constantino ahora estaba cubierta de un aura rojizo, de un rápido movimiento retrocedió un poco y puso su escudo antes que el garrote le diera, aprovechando movió su espada directo a la barriga del dios, clavando la en su armadura y haciéndola una gran rajadura que le hizo quebrar un poco la armadura del dios.
Helios dio una patada entre su garrote y el escudo, pero Constantino fue más rápido retrocediendo de su cintura para arriba, moviendo sus piernas para mover todo de si directo al pecho del dios, poniendo su funda y espada las cuales estaban cubiertas de un aura rojiza, Helios dio un ataque cegador proveniente de su cara para poder distraer al Romano que con los ojos cerrados atacó y agachando la cabeza, dio un ataque doble al pecho del dios lo cual hizo quebrar la armadura.
Recibiendo una patada de parte del dios solar que le dio en su hombro izquierdo, haciéndolo retroceder unos metros chocando con la pared, alzó la cabeza y puso su escudo para cubrirse de una embestida de Helios que le hizo atravesar la pared por completo y votarlo contra el suelo, alzó su escudo y se cubrió del garrote él cual le hizo hundirse en la arena, él dios solar dio una patada por debajo pero Constantino dio un salto para atrás, pudiendo esquivar el golpe por un pelo, Helios no se detuvo y corrió hacia él.
Levantando su garrote listo para darle, él Romano alzó sus armas y se cubrió del ataque haciendo un pequeño forcejeo, para hacerse aún lado ya estando parado, Helios clavó su garrote en el suelo y fue aprovecho por Constantino que le dio un espadazo por la parte del torso, Helios se volteó atacando con su escudo y haciendo retroceder un poco a Constantino que comenzó a correr por su alrededor, lo estaba tratando de hacer confundir, Helios no se dejó confundir otra vez y se agachó para poner sus manos en el suelo, concentrando su poder solar en esto.
~ηλιακός παλμός~
{Pulso Solar}
Un esencia bajo por los brazos hasta el suelo de donde tocaba Helios, él Romano se acercó dando un salto y apuntando sus armas a la cabeza del dios, las arenas y estructuras del Foro de Augusto temblaron con mucha fuerza, haciendo que todo lo de abajo viniera hacia arriba, el polvo cegó a Constantino que cayó bruscamente al suelo y puso su escudo al frente suyo para cubrirse de cual ataque que diera él dios solar que solo se podía ver su silueta ante todo este polvo.
Pero un ataque rápido, Helios salió del polvo hacia un costado del Romano y dio un ataque con su garrote directo a la cara de Constantino que movió su escudo para ponerle entre medio de ambos, el impacto del ataque hizo que se moviera y chocará contra los escombros del Templo de Marte el cual se destruyó ante la técnica del dios solar que se acercó sin descanso hacia él Romano, dando una patada la cual Constantino esquivo haciéndose aún lado y se levantó para poner su escudo, cubriéndose de un ataque del garrote y de un escudazo del dios, golpe tras golpe esto le hizo retroceder al humano.
El escudo de Helios brillo y este retrocedió para embestir en un ataque contra el escudo de Constantino, haciendo así que su es uso soltara un brillo cegador potenciado con una ráfaga de fuego de parte del garrote del dios, la potencia del ataque hizo hacer volar al Romano que se choco contra unas columnas las cuales cayeron, dio un gruñido de dolor y llevo su mano a su espalda, el anterior y el ahora hizo que el dolor se intensificará, puso sus fuerzas y se levantó para poder dar un respiro.
Pero Helios no lo dejo, dando una patada que fue directo a la cara del hombre, pero segundos antes de impactar, Constantino puso sus dos espadas a los costados del pie del dios y teniéndolo un poco, apretó con fuerza sus sss y los subió dando múltiples cortes al pie junto a parte de la pierna derecha de Helios que dio un ataque con su escudo, golpeando al Romano en la cara y que lo mando a chocar se contra unos escombros del templo, Helios retrocedió dando algunos pasos y se vio la pierna de la cual salía mucha sangre, solo la sacudió y pateo el suelo para poderla reponer aunque sea un poco.
Miro a la dirección en donde envío al Romano, ya no se encontraba a la vista, Constantino aprovecho la distracción y ahora se encontraba camino saliendo ya destruido Foro de Augustos, dirigiéndose al Foro de Julio César, se agarraba la cabeza de la cual la sangre caía como un río, y aunque eso no le afectará de una manera bastante extraña, si le ocasionaban una distracción ante el dolor que le provocó, tuvo que caminar mucho hasta llegar al templo de este Foro para poder descansar un rato ahí.
Se recostó en la pared y se sentó en el suelo, llevo su mano hacia sus heridas las cuales la sangre ya había secado, aunque seguían doliendo, vio su mano la cual estaba cubierta con su propia sangre que venía de su cabeza, aquella sangre parecía como brillar, Constantino desvío la mirada y sacudió su mano para quitarse la sangre, recordó un poco esas palabras que le respondió al dios solar hace rato, "es muy emocionante", eso le parecía raro y aunque que calmaba su culpa interna.
Constantino(I):¿Que quieres que haga ahora? -ve hacia la esquina del cuarto, donde había una cámara que era una de las muchas que daban hacia los paneles de las gradas- perdón...... ¿eso merezco yo?, ¿porqué?, ¿porqué perdón después de lo que hice? -con sus armas se ayudo a levantar, acomodándose el laurel que seguía en su cabeza- ¿acaso eso me curará de mi dolor?, ¿de aquella culpa que siento?, ¿un perdón arregla todo?.
Respiro mucho, tosió un poco y se golpeó el pecho el cual brillaba en el interior, a Constantino no le importó esto, se trató de levantar otra vez pero sin éxito volvió a caer al suelo, sus movimientos eran bruscos y su expresión mostraba molestia, todo era vista desde los paneles, sus hijos mostraron expresiones preocupados por él, en ese estado en el que su padre estaba, le hacían causar una gran pena, esto más a Crispo que jamás quiso ver a su padre así.
Constantino(I):¿Perdón de un dios? aunque él me esté dando ese perdón, que no merezco, ¿que es lo que debo de hacer?, ¿creer que todo estará bien?, ¿como si mandar a mi hijo a morir no hubiera pasado? -se llevo una mano a la cabeza, roto era como se encontraba, parecía que en cualquier momento se iba a caer.
Aunque en esos momentos, en esa melancolía y decaimiento que sentía, recordaba aquellas palabras del dios, que Helios le había dicho sobre él perdón y la culpa, sentía una punzada en su pecho, esto le verdad le dolía, no le gustaba, y aunque si pudiera sentir emociones, la culpa no lo dejaba aceptarlos, estuvo por un rato negándose, pero en un momento recordó un momento que tuvo con su madre, cuando era niño, un joven y pequeño niño.
<.....>
Había ido al hogar donde residía su madre, aquella ya en la tercera edad pero dulce mujer y madre de Constantino él grande, se encontraba sentada mientras a su hijo ya grande lo tenía al frente, Constantino había venido aquí a despertar unas dudas que tenía acerca lo que le hizo a su hijo Crispo, aquella mujer lo vio por unos segundos solo para dar una sonrisa amable y dulce, como siempre lo había hecho cuando veía a su hijo, le hizo una seña para que fuera a sentarse frente a ella y así conversar.
Helena;¿Que te trae a mi hogar, hijo?.
Constantino(I):Madre, ¿tú sabes sobre la noticia? de lo que ordene a hacerle a uno de mis hijos -estando con la cabeza agacha, sin ver a su madre.
Helena:Crispo, ese joven muchacho, estaba muy feliz en servirle a Roma, muy emocionado, como un niño cuando le dan un dulce, y más que su padre se trataba del Emperador -esa expresión suave, dirigida a su hijo que solo se llevó lasanos para taparse la cara- su cuerpo fue tirado con los demás, ¿verdad?.
Constantino(I):Si, lo mandé a que lo tirarán con los demás cuerpos y que se pudriera ahí -apreta sus dedos contra su cara, sintiendo como sus uñas se clavaban- ya no puedo dormir después de eso, en cada dio veo su rostro en shock y miedo, oyendo sus súplicas para que detuviera esto.
Helena:Hay hijo mío, ¿la duda te carcome por dentro, no es así? no crees que lo que hiciste estuviera correcto, dudas de tus acciones y de la decisión que tomaste -él hombre frente a ella responde con un asentimiento- ¿a que se debe eso?, creí que estarías convencido de que tú hijo tocó a tú segunda esposa.
Constantino(I):Es que madre, ¿como puedo estar seguro de que fue él en verdad? no hay pruebas ni nada que lo confirme, solo la palabra de mi segunda mujer que es en la que más confío.
Helena:¿Te dejaste llevar por el amor? de la confianza que le tienes a esa mujer con la que tuviste a cinco hijos, no puedo juzgarte de eso, estuviste tanto tiempo con ella que es fácil caer con unas simples actuaciones -él hombre alzó un poco su rostro para verla- si confiaste en ella, ¿porqué no confiaste en tú hijo?.
Constantino(I):..... -otra vez agachó la cabeza, con un nudo en la garganta se dio fuerzas para decirlo- le dije que no lo conocía mucho, no confíe en sus palabras por ese detalle, en que nunca tuve el tiempo para conocerlo como se debía, como un padre a su hijo.
Helena:-se levantó, lo dicho por su hijo le hizo tener un sentimiento de disgusto y casi de enojo contra su propio hijo- ¿como pudiste haberle dicho eso?, ¡mírame a la cara y respóndeme como aquel Emperador que eres!.
Con esa orden él hombre se puso de pie, la mujer lo agarro de las manos y se las quito de la cara para poder verlo a los ojos, su expresión de enojo cambio a una de tristeza, viendo los ojos de su hijo los cuales expresaban un completo remordimiento, se podía ver esa duda y que no confiaba en lo que hizo, Helena suavizó su expresión y sobo las manos de su hijo.
Helena:Mi gran pero pequeño hijo, ¿recuerdas cuando tú padre te llevo con él?, un hijo bastardo que nació entre el amor pasajero que yo y tú padre tuvimos, él a principios no quería criar te, viéndote como un hijo bastardo del cual no quería hacerse cargo, pero la responsabilidad le ganó y decidió hacerse cargo de ti, estuvimos por mucho tiempo alejados hasta que te volviste Emperador, tú padre te había educado tan bien como imaginé que lo haría, sin importarle el matrimonio que estuvo mientras te criaba.
Constantino(I):¿A que viene todo esto madre? -confuso, sin entender a lo que su madre quería llegar.
Helena:Yo creí que de esa experiencia, casi parecida a que viviste con Minervina y tú hijo Crispo, hubiera sucedido lo mismo, algo que no pase y mira a donde acabo eso -alza sus manos para llevarlas hacia la mejilla de su hijo- respóndeme esto, ¿quien fue quien te dijo sobre que tenías un hijo igual de bastardo?.
Constantino(I):Tú madre.
Helena:Yo ayude a criar a Crispo, después de que su madre me lo viniera a dejar a mi antes de que muriera, mientras que tú tratabas los asuntos de Roma como Emperador que eres, gracias a mi, ese muchacho pudo llegar hasta ti y poderte conocer, no sé si por tú propia cuenta hubieras ido a donde Minervina si es que supieras que tenías un hijo de ella -afila su mirada pero con un sentimiento cálido hacia su hijo que solo llevo su mano para agarrar la mano de su madre- dime, si hubieras criado a Crispo ¿hubieras confiado en él? como lo hiciste con tú segunda esposa.
Constantino(I):-se quedó viendo un rato a su madre, para mirar al techo y dar un suspiro- si, si hubiera estado ahí para él, si hubiera seguido ese ejemplo que me dio mi padre, lo mismo que hizo conmigo, llevarlo conmigo y criarlo, si lo hubiera confiado en él.
Helena:Pero no lo hicistes, cuando ya era un poco más joven, ese chico estuvo muy feliz y emocionado en conocerte, esa alegría inocente en sus ojos sabiendo que su padre era el Emperador de Roma, no le importaba que su padre no estuviera ahí cuando nació o en sus primeros años de nacido, solo quería conocerlo y compartir cosas con él, como un padre e hijo harían -su voz era suave pero directa con lo que decía.
Las palabras de su madre hacían que su alma se hundiera más y más, no podía negar que ella tenía razón, era verdad, no supo de su hijo y fue su propia madre quien le informo sobre él, así que por el dolor y lamentándose por no estar ahí, decidió meterlo en las tropas Romanos y ayudarlo a crecer para que sea un gran guerrero Romano, era lo poco que pudo hacer por él sin haber estado ahí cuando nació y creció en sus primeros años de vida, pero una caricia en su mejilla le hizo volver a su madre.
Helena:Pero se que estuviste con esa culpa de no haber estado ahí para él cuando nació y creció, por eso para enmendarlo decidiste unirlo a las tropas y entrenarlo bajo tú propio manto, no te importo el reclamo de tu esposa o el disgusto de tus hijos, ni siquiera que toda Roma supiera sobre que tuviste un hijo bastardo, decidiste hacerte cargo, como tú padre lo hizo contigo, no importa si ya fue muy tarde, igual tarde o temprano, pudiste hacerte responsable de aquel hijo.
Helena:Se que eso no cambiará de que fuiste el responsable de que tú hijo muriese, pero debes de saber que no te dejes de culpar de todo, es normal confiar en las personas al conocerlas desde hace un buen tiempo, como tu esposa Fausta, pero debes de saber que todo lo del exterior no será lo mismo que del interior -apoyo su cabeza en el pecho de su hijo- no cargues todo ese peso de la culpa, tú solo te dejaste llevar ante el sentimiento del amor que le tienes a esa mujer, pero en verdad no sabes lo que en verdad, y es mejor resolver esas dudas que tienes con ella, que dejar que todo eso te consuma y ya sea muy tarde para enmendarlo.
Helena:No vuelvas a repetir aquello que tuviste con tú hijo, no hagas que el tiempo pase y que solo te vengan a informar de lo que pasó, no te quedes ahí esperando y esperando a que todo se responda por si solo, o que alguien te lo venga a decir, tú eres un Emperador, tú eres el Emperador de Roma, uno que logró cosas increíbles y que no debe dejarse llevar por aquella culpa que lo haga cegar de lo que haga, si tienes dudas, pues encuéntra esa respuesta que las resuelva.
Helena:No hagas que la muerte de tu hijo se quede solo en eso, en solo una muerte, confronta al responsable de donde vino lo que hizo y resuelve tus dudas con ella -paso sus brazos por el torso de su hijo, para darle un abrazo- no dejes que la culpa y el dolor sean los que decidan ahora lo que dejes de si o no hacer, ¿recuerdas como tuviste en tú manto a Crispo? no te importo para nada las quejas de tu esposa o el desconforme de tus hijos, nada de eso, lo que te importo es ser más un padre para él, entonces haz lo mismo, se un padre y confronta a la responsable, un padre que ama tanto a cualquiera de sus hijos que haría lo que fuera por ellos.
Constantino(I):La culpa sigue carcomiendo me, si hago eso, ¿acaso ese dolor se irá?.
Helena:Pues pelea, pelea como tanto lo haz hecho hasta llegar donde estás ahora, pelea contra esa culpa, respondele con un golpe y después otro golpe, enséñale que no te vas a dejar a doblegar por está, demuestra lo dispuesto que estás, haz que eso no decida lo que estás dispuesto hacer por tú hijo.
Eso marco la conversación, con la frente en alto y recordando las palabras de su madre, fue a confrontar a su esposa y así saber la verdad, fue doloroso para él, pero al final terminó olvidándose las palabras de su madre, debía de pelear, eso se le había olvidado, desde que su madre murió, no tuvo a nadie igual que pudiera decirle esas mismas palabras y solo se hundió, y hundió, y hundió, en la culpa y en el dolor.
(.....)
Se levantó y se sacudió en cuerpo, dándose la vuelta para ver la pared, vio por unos minutos su reflejo, para dar un golpe, después dio otro, y otro, y otro, y otro, y otro, golpeando la pared con sus puños sin importarle que el dolor de sus nudillos de la piel desgarrando se le importará, golpe tras golpe hacia quebrar de una pequeña manera la pared, pero la suficiente como para que se formará una mancha de sangre que salían de sus nudillos, su respiración era acelerada y casi desesperada, la adrenalina y los sentimientos estaban altos, dentro de él algo se encendió, recordando otra vez las palabras de Helios y de su madre Helena, alzó su cabeza y apretó sus dientes, para de una manera forzada pero decidida, formar una sonrisa.
Constantino(I):¡Voy a pelear! -viendo sus nudillos de los cuales caían sangre, una idea vino a su mente y la llevaría acabo, sabiendo que él dios lo buscaba, no debía de tardar mucho para encontrarlo- ahora aprovechará mi don que me dieron los dioses.
TR
05/03/2024
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