Capítulo 83: Anhelo de hermana

La batalla contra Atlach-Nacha comenzó a intensificarse, siendo que la reina araña comenzaría a utilizar diversas habilidades especiales y mágicas para someter al dúo de Buda y Beelzebu; en cuestión de poco tiempo, ambos dioses caerían ante su nuevo colosal poder.

Pero

Antes de que eso ocurra, hay otros detalles que atender. Por ejemplo, la lucha dentro de Atlach-Nacha que sólo nosotros tendremos el privilegio de percibir, además de algunos otros…

Entre ellos, las gemelas Dziva y Dzivaguru.

– ¿¡Ehhhhh!? ¿¡Ah…!?

Dziva de inmediato abrió la boca para aspirar aire ante la sensación que acababa de tener de asfixia; hace tan sólo segundos atrás que había perdido el conocimiento por una gran oleada de presión en su cuerpo, la imposibilidad de respirar, y un veneno tranquilizante inyectado en sus labios.

Tosió con fuerza para librarse de la sensación de dolor y miró con pánico a todas partes, sobre todo por el dolor en su estómago abierto y porque lo primero que captaron sus fosas nasales fue un olor nauseabundo muy desagradable.

– ¡¿Qué es esto?! ¿¡Dónde estamos!? ¡N-Nee-chan…!

En cuanto empezó a gritar y a moverse con desesperación, los hilos de seda que rodeaban su cuerpo empezaron a generar más presión, lo que Dziva sintió cuando de nuevo su cuello se vio privado de respiración.

– N-No… Otra vez no… Ayuda…

" ¡Hermana, cálmate de una vez! ¡Las telarañas se hacen más fuertes cuanto más te mueves y resistes! ¡Deja de moverte ya! "

– … O-Okay …

Siguiendo el consejo de su hermana mayor, Dziva se aguantó el dolor, dejó de hacer movimientos y detuvo la respiración lo mejor que pudo; al poco tiempo, la seda perdió su fuerza y soltó aquella presión, dejándola caer como si colgara en el vacío.

– Gracias, nee-chan… ¿Qué es este lugar? ¿En dónde estamos?

Las entrañas de Atlach-Nacha, apenas iluminadas por la luz que se filtraba a través de las telas de carne como si viniera del exterior.

La diosa estaba colgada de una pared carnosa de una pequeña caverna, que por el reducido espacio parecía estar dentro de una cabina telefónica; por no hablar de la carne viva que palpitaba detrás de ella, en su cabeza y bajo sus pies, los ácidos que corrían de arriba a abajo como lluvia inconstante, la seda de araña que la tenía envuelta e inmovilizaba el 100% de sus movimientos desde el cuello a los pies, y el olor tan desagradable que le provocaría el vómito en cualquier momento.

De hecho, Dziva no pudo resistir el impulso por tantos segundos y acabó vomitando en el suelo, aunque eso empeoró el agujero en su estómago.

" ¡Argh, qué asco! ¡¿Qué comiste antes de venir al estadio?! "

– … Espero que… Nada dulce…

Una apagada voz exterior llamó la atención de ambas hermanas, haciéndolas levantar la vista a la continua pared carnosa:

Colgada en un capullo de carne muy diferente a la seda estaba Chang'E, o más bien lo que quedaba de ella: sus piernas y brazos estaban dentro de bultos de carne que se movían lentamente para absorberla como gusanos, mientras que alrededor de su cintura, muslos, antebrazos y cuello cintas de carne la rodeaban de forma que bloqueaban todo movimiento posible.

El baño de su cuerpo con ácido estomacal hizo su trabajo de derretir su carne poco a poco, aunque se regeneraba con cada herida dada su débil pero aún válida inmortalidad; parte de su cabeza también estaba enterrada en la pared carnosa que tenía detrás, que lo devoraba poco a poco y dejaba correr sangre y otros líquidos desagradables por sus labios y orificios nasales.

Sus apagados ojos morados se abrieron un poco, y estaba muy débil y le sonrió de lado.

– … Hola de nuevo … Gemela loca…

– ¡Chang'E! – Dziva jugueteó un poco con las sedas con frenesí – ¿¡Estás…!? Por el amor de… ¡Claro que no estás bien--! ¡Ahhh!

De nuevo la trampa de seda empezó a ejercer fuerza para aplastarla, al igual que la pared carnosa que tenía detrás empezó a arrastrarla hacia dentro, como si la succionaran de nuevo.

– ¡Ahhh! ¡Socorro…! – sus ojos se cerraron en intenso terror, sintiendo que esta vez sería devorada de verdad – ¡Nee-chan, por favor, ayúdame…!

" ¡No te dejaré morir! "

El momento de tensión y terror hizo que Dziva perdiera el control del cuerpo principal, cediendo el paso a su mayor: ésta expandió los músculos de su cuerpo para oponer resistencia a las carnosas y sedosas paredes, al tiempo que activaba sus hechizos de magia negra.

" ¡Si estamos en tu estómago, entonces te vendrá bien un poco de veneno, puta de mierda! "

Vetiti Affinitatis: Mboro Gourd ye
[ Afinidad prohibida: Prueba de la lluvia de calabaza de avispas ]

La nube de insectos oscuros apareció para crear una especie de escudo alrededor de Dzivaguru, infligiendo graves daños a la carne viva que se retorció ante el veneno corrosivo de la magia negra; sin esperar, todas las paredes se abrieron paso para liberar a la diosa africana, mientras los hilos de seda que cubrían su cuerpo se desvanecían.

– ¡No está mal!

Dzivaguru se levantó del suelo, dándose cuenta de que junto a su pie estaba la punta de la flecha de Chang'E que, al parecer, se había colado en el capullo de seda; la recogió del suelo, colocándola en lo que quedaba de su armadura en las caderas, y se sentó un momento.

« Al parecer, la magia negra también puede herir a esta cosa y con esto al menos controlaremos su estómago de que nos coma… Por un tiempo… »

Dzivaguru se llevó una mano a la cara, sobre su herida todavía fresca y muy doliente.

« Aunque me molesta por no haber recuperado mi ojo. Parece que la magia de esta cosa es mucho peor que cualquier otra que hayamos tenido-- »

La mayor se calló al recordar que instantes atrás Dziva había recibido un golpe directo de Atlach-Nacha que le había arrebatado las piernas y el brazo; la hermana pequeña se limitó a callarse, intentando abrazarse con el brazo que le quedaba.

" Tienes razón, nee-chan… Esta araña es… Muy mala. "

« … Lo siento. »

" Será mejor que… Vayas a rescatar a nuestra amiga antes de que te diga que yo tenía razón. "

A pesar del mal momento, Dziva vio una oportunidad más para lucirse delante de su hermana mayor, quién le suspiró por lo bajo.

– Si… Supuse que dirías eso. Quédate ahí y cúrate lo mejor que puedas.

La diosa africana trató de levantarse sobre las paredes carnosas que se movían tratando de absorber sus pies como arenas movedizas; gracias a la nube de magia negra la mayoría de ellas se recluyeron con alaridos de carne quemada.

« Estamos en un campo minado… Este lugar sabe que somos la presa y parece que intentará todo lo posible para matarnos… Sin contar que mi cuerpo se siente pesado y herido por estar usando tanta magia. »

" El tiempo está en nuestra contra… Tenemos que sacar a Chang'E y a nosotras antes que nos cansemos y nos devore. "

« Estaba pensando lo mismo… ¿Por qué será? »

Dzivaguru se abalanzó sobre Chang'E, casi cayendo encima de ella; la nube de magia negra hizo su trabajo destruyendo las cintas de carne que rodeaban su cuerpo, así como retrayendo los bultos de carne que sujetaban sus piernas, brazos y cabeza.

– ¿Estás… Estás aquí, de verdad…?

– Por supuesto estoy aquí, amiga. Voy a sacarte.

La diosa africana colocó las manos sobre las paredes de carne para expulsar más magia negra, lo cual retiró aún más las paredes de carne viva que devoraban a Chang'E, hasta lograr ver el muñón de su brazo izquierdo liberado.

– ¡L-Lo estamos haciendo bien! Puedo liberarte de aquí-- ¿Eh?

Pero también se dio cuenta de otra cosa: la piel y la carne de la diosa de la luna también comenzaron a deshacerse como cenizas, sin que su propio cuerpo e inmortal hicieran efecto.

La diosa mayor palideció de pánico al darse cuenta de ese dato.

– Qué… ¿¡Qué es esto!?

– Huh… – Chang'E levantó la vista para ver sus propias heridas sin cicatrizar – Espera… ¿Ahora soy…?

" N-Nee-chan, la… La inmortalidad de Chang'E… Está desapareciendo… "

Dzivaguru se miró la mano durante un segundo, recordando todo lo que habían pasado por varios minutos atrás.

« Es cierto… Esta magia negra puede destruir su inmortalidad… Si la sigo usando… »

– Soy mortal… De nuevo… – los ojos de Chang'E se abrieron en sorpresa y emoción – Por favor…

» Gemela loca, por favor… Mátame.

– ¿Q-Qué…?

– ¡Mátame, acaba con mi vida, ahora!

Dzivaguru se quedó paralizada por el shock, haciendo que la magia negra se extinguiera por un instante; suficiente para que la carne viva de Atlach-Nacha volviera a posarse sobre Chang'E y Dzivaguru.

Los grumos de carne viva atraparon a Chang'E y la engulleron, cubriendo ahora más parte de su cuerpo y hundiéndola en su interior; hilos de carne sujetaron las piernas de Dzivaguru y empezaron a succionarla pendiente abajo.

– ¡Argh! – la violencia y velocidad de aquella carne la atrapó de inmediato antes que pudiera hacer algo – ¡Maldita araña, suéltame…!

" ¡Nee-chan! "

Dziva aprovechó el momento para tomar el control del cuerpo principal; siendo que su cuerpo no tenía las piernas ni el brazo izquierdo, le fue fácil escabullirse de los bultos de carne. De nuevo activó la nube de magia negra que atacó a todos los bultos de carne y les permitió salir vivas otra vez, por los pelos.

De hecho, la intensidad de la nube mágica fue mayor que la reciente, de tal forma que rompió también los bultos de carne de Chang'E y tiró su cuerpo moribundo, sin brazos ni piernas; ambas quedaron tendidas en el suelo durante un momento, respirando agitadamente ante el inminente intento de muerte que habían experimentado.

– Otra vez… Casi nos…

Dziva tragó saliva y estiró la mano para arrastrarse a la diosa de la luna, al tiempo que sus miembros amputados se movían con dificultad.

" Déjame esto a mi. "

Dzivaguru hizo el cambio de control para que el cuerpo recuperarse sus piernas; tanteó en el suelo hasta Chang'E, a quien levantó en sus brazos como pudiera para no herirla más.

– ¡Amiga, Chang'E!

" La magia negra aún tiene efecto sobre ella para herirla. Si la usamos por mucho tiempo, le quitaremos las fuerzas que le quedan y la mataremos… "

El rostro de Dzivaguru palideció, así que con manos temblorosas intentó su segunda prueba: usar magia verde para reparar las heridas que aparecieron en el cuerpo de Chang'E. Aunque funcionaba, los pocos resultados a pesar al gran esfuerzo podría ser una nueva salida…

Pero la diosa de la luna, en cuanto abrió los ojos, le escupió a Dzivaguru.

– ¿¡Huh!?

– ¿¡Qué te pasa, gemela estúpida!?

– ¿¡Qué estás diciendo!?

– ¿No me estás viendo…? Esto es todo lo que queda de mi alma que esa araña está comiendo, y mi cuerpo está siendo usado… ¿Por qué eres tan terca de querer salvarme?

Dzivaguru se sobresaltó al oírlo, muy diferente del Chang'E que había visto hacía unos momentos.

– Yo… Ya no tengo nada por lo que vivir… Mi familia está muerta, todos los dioses quieren matarme o torturarme… ¿Es eso lo que quieres para mí? ¿Es eso lo que me quieres para… "salvar"?

» Dzivaguru, si dices que te importo, toma mi vida y termina con esto… Por favor, hazlo.

La diosa africana solo pudo apretar los dientes de rabia e impotencia, pronto dejó que sus ojos comenzaran a llorar con ese sentimiento clavado en su pecho; con el temblor en sus manos, creó una llama altamente concentrada de magia oscura, la cual levantó para dispararla hacia la diosa lunar.

– Chang'E… Perdóname--

" ¡No, nee-chan! ¡No lo hagas! "

Dziva intervino de nuevo: bloqueó la mano de su hermana mayor y forzó el intercambio de cuerpos, de modo que la hermana menor acabó encima del cuerpo destrozado y quemado de la diosa lunar; con la mano que le quedaba, Dziva se aferró a Chang'E y con todas sus fuerzas empezó a producir energía verde para curarla.

– ¡No te dejaré morir, Chang'E! ¡No mientras pueda evitarlo!

" Hermana, ¿¡Qué estás haciendo!? "

Chang'E cerró los ojos con rabia; siendo lo único que quedaba de su cuerpo para atacar, sin dudarlo abrió la boca y empezó a soltar mordiscos a Dziva.

– ¡Maldita sea, déjame morir de una vez!

" ¡Hermana, para! No… ¡No lo compliques! "

– ¡P-Por favor, nee-chan…! ¡Confía en mí! – a pesar de las muchas heridas, Dziva no se detuvo.

– ¡No quiero que me salves, Dziva! ¡Mátame de una vez!

" ¡Hermana, para! ¡La misma magia negra que nos salva la matará, y si sigues curando sus heridas una y otra vez, acabarás agotándote hasta que no quede nada y muramos las 3! ¡Deja de ser tan terca! "

– ¡Tengo que pensar en algo! Yo puedo… ¡Puedo encontrar una solución!

– ¡No quiero tus soluciones de mierda! ¡¡Quiero que me mates!!

" ¡Detente de una vez, Dziva, o tendré que…! "

– ¡¡Cállense las dos!!

Dziva acabó levantando la cabeza y estrellándola contra la frente de Chang'E, con fuerza suficiente para calmar los ánimos de la diosa lunar así como para sacudir a Dzivaguru; aunque al final, la más afectada fue Dziva cuya cabeza se hinchó por el golpe.

– Ay, ay… Me dolió mucho.

– Dziva, ¿¡Qué te pasa!?

– ¡No me pidas que te deje morir, porque no lo haré!

De nuevo la diosa africana se levantó como pudo para aferrarse a Chang'E; ahora para darle un abrazo mientras lloraba en su hombro para desahogar todos los sentimientos desgarrados que llevaba dentro.

– ¿¡Por qué me pides que acepte esto!? ¡No voy a hacerlo!

» ¡Nee-chan, no quiero que vuelvas a perder a una amiga! Yo te quité a Salike, ¡Y no quiero que vuelvas a pasar por eso! ¡No quiero volver a verte triste ni sentirme sola!

» ¡Chang'E, prefiero morir antes de lastimar a mi amiga! ¡Y menos a ti, que te quiero tanto! ¡Me rompería en pedazos que no podría reparar!

» ¡¡Voy a salvarlas a las dos, aunque me cueste la vida!!

" ¡Deja de ser tan necia, carajo! "

Dzivaguru procedió a enfrentarse a su hermana pequeña dentro del Doppelgänger, agarrándola de los hombros con fiereza por sus sentimientos rotos e impotentes ante esta situación.

" ¿¡Quién te crees que eres para hablar con esa arrogancia!? ¡¿Quién coño te ha dado esa idea de salvar a todo el mundo, por muy enemigos que sean o por mucho que te pidan lo contrario?! ¿¡Qué coño te pasa!? "

« ¡Nee-chan, no hundas tus dedos en mi cicatriz que todavía me duele! »

" ¡No me--! Espera, ¿Tú qué? "

La hermana mayor retiró la mano del hombro izquierdo de la niña, notando que tenía una cicatriz como una lanza.

No sólo una: en el pecho, en la clavícula y rozando el hombro, marcas de cicatrices como una lanza de varias puntas que le había atravesado. Una herida que la hermana mayor nunca había visto antes…

" Qué… ¿Qué es esto? ¿¡Qué es esto, Dziva!? ¿¡Quién te hizo esto!? "

« Nee-chan… »

" No empieces con tu palabrería para disuadirme, ¿¡Quién te hizo esto!? "

La cara de Dziva se sonrojó al mirar hacia abajo.

« … Ya no tienes que preocuparte. Ya no está aquí… Aunque desearía que lo estuviera. »

" ¿De qué estás hablando? "

« … Fue … Después de hacerte daño… Él me hizo esto pero… También me ayudó a ser… »

Dzivaguru, la hermana mayor de las gemelas, reina de la tribu Shona, experta guerrera y estratega con poco corazón excepto para su hermana pequeña…

Hablando de ella, ya conocemos la historia de la hermana mayor, pero ¿Qué pasa con Dziva? Tiene una línea histórica muy diferente a la de su hermana mayor, prácticamente en todos los aspectos:

La hermana menor con rasgos más agraciados que los de Dzivaguru, así como un corazón muy generoso, lo que la posicionaba como una mujer muy querida y diosa en Shona; esto alimentó su mente por mucho tiempo, dándole el carácter típico de las hermanas menores:

Caprichosa con ganas de cumplir todos sus deseos, y a menudo con el orgullo suficiente para reclamar algo que quería. Fantaseando con lo imposible, sabiendo que siempre habría alguien que cumpliría todos sus caprichos, aunque también habría alguien que la detendría…

En la mayoría de los casos, esta persona era su hermana mayor.

– Nee-chan…

" ¿Hmmmm? ¿Ahora qué quieres? "

– … Lo siento, ¿Te desperté?

" ¿Después de estar 3 horas con el gorila incivilizado metiendo las manos donde no debe? No, claro que no… Por cierto, me deben sábanas nuevas, cama nueva, colchón nuevo, psicólogo nuevo… "

– ¡Nee-chan, deja de decir eso de mi cariño!

" ¡Cariño mis ova…! "

– ¡Nee-chan!

La diosa menor estaba en el balcón del palacio en busca de aire fresco y frío; se ajustó la acolchonada bata que llevaba puesto, ya que el aire nocturno le parecía muy frío, y se sentó cerca de la orilla para admirar el paisaje nocturno de Shona.

" ¿De qué quieres hablar? "

– … Ya sabes lo que quiero hablar. De lo que… De lo que pasó hace una semana.

" ¿De tu plan detallado a mis espaldas? Muy bien, ya estaba ansiosa por el segundo round. "

Esta era probablemente la cuestión que causaba tantas fricciones y peleas entre las hermanas: la imposibilidad del embarazo.

Más que imposibilidad, la negativa de Dzivaguru a siquiera intentarlo ante los muchos problemas que podían surgir; este problema obligó a Dziva a trazar un plan secreto, que Dzivaguru acabó descubriendo y provocó otra discusión en las hermanas que también enardeció a Mwari.

Después de una semana sin volver a hablar ni una sola vez, llegó el momento de que las hermanas volvieran a discutir.

– Quiero un bebé, nee-chan. Voy a tenerlo y tú no me lo impedirás. Si es necesario… Voy a encerrarte.

Ante el ataque directo de Dziva, la hermana mayor guardó silencio durante unos segundos hasta que sus labios siseantes rompieron el ambiente.

" Ya me has dicho lo mismo, unas… ¿905 veces? La verdad es que dejé de contar después de la tercera discusión…

» Aunque eres tan poco original que ya me lo he aprendido de memoria, ¿Podrías volver a intentarlo con más creatividad? "

– ¡Nee-chan! ¡Hablo en serio! Quiero tener un hijo, pero tú no… ¿¡Por qué demonios eres tan obtusa!?

" ¿Cómo me llamaste? "

– ¡No es justo! Sabes que lo quiero tanto, ¡Lo deseo! Pero tú… ¡Nunca me dejas hacer nada!

" ¡Será mejor que no hables en serio! "

– ¡Por supuesto que hablo en serio! ¿¡Olvidas que no querías que me casara!? ¡No me dejaste conocer bien a ninguno de mis pretendientes…! ¡Y mis niños… siempre los asustas--!

" Voy a detenerte ahí mismo. ¿¡Estás jodiendo!? ¡Yo no quería que te casaras porque no era necesario, y todos los estúpidos pretendientes que tuviste sólo querían aprovecharse de ti!

» Y lo mismo que esos mocosos humanos… ¡No sé de dónde sacas a los más tontos y enfermos de la cabeza que quieren andar con su propia madre! Por supuesto nunca lo viste; por algo dicen que el amor es ciego, ¡Y tú serás la 'amorosa'! "

– ¿¡Q-Qué…!? ¡Además, no es cierto lo que dices! ¡Ellos me dijeron que los asustabas e intentabas matar!

" ¡Oh, cierto! Había olvidado que mi cara de monstruo es una razón para que les creas a ellos en vez de a mí, ¡tu hermana! "

– Tampoco querías a Mwari, cuando él… ¡Siempre se esfuerza por llevarse bien contigo!

" El tipo que me confunde contigo cada vez que está caliente… Dime que es una broma. "

– ¡Eso no pasaría si… si me dejaras quedarme fuera más tiempo!

» Tampoco es justo que te pases todo el tiempo diciéndome lo que tengo que hacer, como si fueras mi… ¡Mi mamá! Al contrario, ¡Yo voy a ser mamá, y voy a cambiar las reglas de nuestra relación!

» ¡No me importa lo que digas, voy a hacerlo esta noche! ¡Voy a hacer el amor con mi cariño hasta dejarlo seco, tendré un hermoso bebé, y te quedarás--!

" Tu ovulación terminó hace 4 días. "

– … ¡Entonces la siguiente semana lo haré! ¡O la siguiente…! ¡Diablos, tengo que consultar el calendario!

Dziva bajó la cabeza enfadada, enterró la cara entre las rodillas y dejó escapar un jadeo frustrado, dejando el ambiente entre ellas algo silencioso.

Hasta que la hermana mayor, con un suspiro, decidió continuar.

" Sabes por qué acepté a Mwari, ¿verdad? ¿O supones que sólo porque fue la última opción? "

La niña decidió no responder en un intento infantil de aplicar la ley del hielo.

" ¿No me vas a contestar? Está bien… Entonces escúchame. "

Dzivaguru bostezó suavemente, acomodándose dentro de la cabeza de Dziva.

" Lo acepté después de la primera noche que durmieron juntos sin hacer 'cositas', como lo hacías con todos los pretendientes antes de la propuesta.

» Supongo que también sabes mi rutina: yo era la primera en despertar y tomaría tu lugar hasta que te despertaras, como 4 horas después… También pasaría lo mismo de siempre: él intentaría hacer 'cositas', yo le rompería la cara, y saldría llorando. Parecía que la rutina se repitiría otra vez…

» Pero Mwari no hizo lo habitual: en cuanto se despertó, me recibió con un beso en los labios, y salió corriendo de la habitación para darme privacidad mientras preparaba un desayuno y me contaba su plan de salir de paseo. Eso me tomó por sorpresa… Tanto que obedecí sin chistar.

» El paseo consistió en estar en la playa, en un picnic o caminando por la arena, siempre portándose cuidadosl y respetuoso porque era la primera vez que nos vería en traje de baño. Por ese motivo que no nos estaba viendo, no se dio cuenta que era yo hasta que se lo dije.

» Por supuesto que se asustó y por supuesto que tuve que explicarle, pero… Todos esos pretendientes se daban cuenta que era yo porque metían mano, pero a él tuve que decírselo porque ni siquiera nos miraba. Ahora me enfurece porque nos confunda, pero en ese momento…

» Un hombre que no prestaba atención a los detalles físicos y sólo estaba contigo por ser tú… Definitivamente, mi hermanita debía quedarse con él. El primero y único que tendría mi permiso… "

– N-Nee-chan…

Dziva había abierto los ojos con gran sorpresa tras escuchar todo el relato.

– Y-Yo… Nunca había oído esa historia.

" Digamos que el gorila de antes se sintió tan culpable de no darse cuenta que me pidió nunca decírtelo. Ahora…

» Es un secreto de a 3, ¿Prometes nunca contarle que te conté? "

La niña empezó a sentirse un poco culpable por haber protagonizado la anterior discusión con su hermana mayor; sin embargo, su lado orgulloso no le permitió aceptar esa responsabilidad.

– … Eso no es suficiente para que quieras controlar mi vida.

" …  Supuse que dirías eso, así que mi respuesta:

» Esta NO ES TU VIDA, sino NUESTRA VIDA. Todo lo que hago te afecta, y todo lo que haces me afecta-- "

– Eso lo tengo muy claro. Tú siempre tomas las decisiones, y siempre me afectas.

La diosa apoyó la cara en las rodillas con ganas de llorar.

" ¿Ahora intentas que te tenga lástima? "

– … Siempre funciona.

" Bueno, esta noche no. Quiero dormir, así que nos vemos mañana-- "

– ¡Espera, nee-chan!

" ¿Qué quieres ahora? "

Al final la culpa condenó a Dziva.

– Perdón, nee-chan… Hoy fue un mal día.

» Tuve muchos problemas que atender y Mwari se pasó todo el día discutiendo con Egipto. Los dos estábamos tan cansados y de tan mal humor que… Ni siquiera nos dimos un abrazo cuando estábamos acostados.

" ¿Huh? ¿Y por qué estaban haciendo tanto ruido? "

– Nos reconciliamos, él me besó y yo también y pues…

» La cuestión es que… Hoy estuve derrotada en todo sentido y… Sentí que necesitaba tener una victoria, por más pequeña que fuera… Y solo se me ocurrió pelear contigo…

» Perdón, nee-chan, por haberme desquitado contigo. Lo siento…

" … Está bien. No importa. " a pesar de que esas fueron sus palabras, esos sentimientos de injusticia poco a poco entraron en el corazón de Dzivaguru, que en un futuro no muy lejano causaría un problema mayor entre las dos…

Pero por ahora, dominaba el amor de hermanas.

– Nee-chan, ¿Podrías cantarme nuestra canción de cuna?

" … Sólo por hoy. "

Una de las pocas cualidades físicas de Dzivaguru que la pequeña envidiaba era su voz, que aunque era grave a la hora de hablar se volvía perfecta en el canto; justo para cantar la canción que ambas se inventaron.

Aquel era uno de los pocos momentos en los que Dziva y Dzivaguru dejaban de ser almas condenadas a compartir el mismo cuerpo y a tener todos esos problemas la una contra la otra. Más bien, se convertían en hermanas de sangre, y aunque sólo fuera una sensación mental, podían tocarse como si se tocaran físicamente.

Otro de los muchos caprichos y fantasías que Dziva nunca podría cumplir: abrazar y tocar a su nee-chan.

Tras unos largos minutos, Dzivaguru terminó su cántico y dejó escapar un prolongado bostezo.

" Eso es, ahora es el momento de… ¿Hermanita? "

Para su nula sorpresa Dziva ya estaba dormida y apoyada en el balcón para no caerse; como siempre, la pequeña era de sueño muy rápido, incluso después de una frenética discusión con su hermana mayor.

" No tienes remedio… "

Dzivaguru tomó el control del cuerpo principal para levantarse y volver a la habitación, meterse entre las mantas y acomodarse para dormir; apretó una de sus manos, fingiendo que era la de Dziva, para darle un suave beso.

– Buenas noches, hermanita. Que duermas bien…

Esta era la rutina que los gemelas solían mantener todos los días, años y milenios…

Hasta aquel fatídico día, el incidente de Salike.

El único día que Dzivaguru habló y mostró todo lo que se había guardado por  tantos años, y la primera vez que Dziva traicionó a su hermana para "evitar" un desastre mayor que el que ya se había creado;

La primera vez que Dziva actuó contra Dzivaguru, hermana contra hermana, intentando justificarlo con el miedo… Por su propia hermana.

Un acto que resonaría por más de 1300 años.

– Maestra, ¿Se encuentra bien--?

– ¿¡Ehhhhh!?

– ¡Tranquila, maestra! ¡Solo estaba divagando, no se asuste!

– ¿E-En serio? Qué alivio…

– ¡La comida ya está terminada! Pero, ¿Usted se encuentra bien?

– … No se preocupen, mis niños. Todo… está bien…

Afortunadamente, no todo eran malas noticias: hace unos años había ocurrido el Ragnarok en el Valhalla, un torneo entre dioses y humanos, que terminó con la victoria de estos últimos.

Entre las muchas condiciones establecidas tras la derrota divina, se permitió a los humanos, ya fueran almas o vivos, coexistir con los dioses rompiendo el pacto de no intervención; muchos dioses se sintieron ofendidos por este "mandato", mientras que otros lo vieron como un momento de alegría.

Para Dziva, esto significaba poder estar de nuevo con sus niños, aunque ya eran adultos, en reuniones familiares que solían llamar "carne asada": una parrilla para cocinar, comer y convivir. Cortesía de un grupo especial de niños suyos, que podrían llamarse los inadaptados.

– Por cierto… – mientras comenzaban a repartir la comida, Dziva les instó a todos – Ya les he dicho que me llamen "mamá".

El primero fue Sango, aunque un tanto resistente por el gran respeto que le tenía a Dziva.

– Está bien… M-Mamá…

– No te preocupes, mamá. Nosotros si podemos…

Aquel que habló fue Ogun con orgullo, semidios hijo de un difunto dios egipcio, quien creció convirtiéndose en un herrero famoso en África.

– No todos están adaptados para dar ese afecto.

– ¡Hey! ¡Algunos si sabemos dar respeto por nuestra madre! – les gritó Sango a Ogun, aunque este no respondió.

Dziva sonrió un tanto satisfecha por ver más unión entre sus muchos hijos, mientras que otro de sus hijos se acercó para sentarse a su lado: Babalú-Ayé, un humano contaminado con magia negra en el pasado, que creció para volverse médico.

– Por cierto, mamá… – Babalú le preguntó con voz cortada – ¿Tiene… Tiene noticias de… su hermana mayor?

– Ella y yo… Todavía no nos hablamos.

– ¿En serio?

Aquella que exclamó fue la hija con quién tenía mejor empatía emocional: Yemayá, hija humana que sobrevivió a un desastre al convertirse en sirena por petición de sus padres humanos; la hermosa chica reclinó su cabeza sobre el regazo de su madre.

– ¡Es una lástima! De verdad me muero de ganas de conocer a la tía Dzivaguru.

– … ¿Tía? – Sango levantó una ceja con curiosidad – ¿No están siendo muy irrespetuosos con ella?

– Claro que no…

Por último habló una niña pequeña, que en comparación con todos los demás chicos quedaba fuera de lugar, pero aquella era una de las adoptadas que más apreciaba Dziva:

– ¡Dzivaguru es la mujer más genial del universo! ¡Ojalá ella fuera mi madre! – Salike, la niña humana que murió en la invasión portuguesa; adoptada por Dziva para intentar reconciliarse con su hermana.

– ¿¡Cómo dices eso!? – Ogun levantó la voz con celos – ¡Mamá es la mejor!

– Es porque no conocen a Dzivaguru… – sonrió satisfecha Salike – Es fuerte, no tiene miedo de nada, y su cara es muy bonita, aunque todos digan que parece un demonio… ¡Y de ser así, es el demonio más lindo que haya visto!

– … Lo que digas… – Sango en definitiva tenía una definición distinta de Dzivaguru: la hermana mayor que tenía un régimen estricto para cumplir su apuesta.

– Eso suena muy interesante… ¡Me gusta! – Yemayá se sentó al otro lado de Dziva y le abrazó del costado – ¡Cada vez tengo más ganas de conocerla!

– S-Si… Ojalá pudiera presentárselas…

Pero, mientras todos hablaban de Dzivaguru tan bien, la hermana pequeña solo tenía en su mente la misma acusación y malestar emocional desde hace varios siglos atrás: ella era la culpable de todo eso. En especial, tener a Salike allí cerca, le recordaba la cobardía y traición con que había actuado.

Babalú sintió las vibraciones negativas de parte de Dziva; levantó una de sus manos y la entrelazó con la de su madre, para después dedicarle una sonrisa: muy torpe pero con toda sinceridad.

– Ma… Mamá, no te preocupes…

– Tiene razón, mami. – Yemayá se apretó más a Dziva con empatía – Todo saldrá bien con tu hermana.

– Hablan muchas cosas feas de Dzivaguru… ¡Todo es una mentira! – exclamó Salike con los puños cerrados – ¡Dzivaguru es la mejor mami!

– No importa lo que digan esos dioses tan chismosos de la tía Dzivaguru. – aseguró Ogun con bastante confianza – Estoy seguro que son mentiras tontas.

– … Lo cierto es que ella tiene tanto corazón como tú… Mamá… – sonrió Sango, procediendo a inclinarse al suelo frente a Dziva – Por eso… Pienso que ella pronto volverá.

– ¡Claro que sí! – sonrió Yemayá ampliamente – ¡Ella volverá a hablar contigo, y la podremos conocer!

Salike abrazó una de las piernas de Dziva con entusiasmo; Ogun y Sango también se acercaron ante las posiciones que tenían Babalú y Yemayá, hasta que todos los chicos se reunieron de inmediato en un abrazo familiar en el que encerraron a Dziva. A ella no le molestaba en absoluto, sino que se sentía amada y protegida dentro de ese círculo…

Justo igual… que con su hermana…

– ¡Señora Dziva!

Un mensajero se apareció de manera acelerada, interrumpiendo el momento familiar; Dziva dejó expulsar su cabeza por encima de los chicos.

– ¿Si? ¿Qué pasa?

– ¡Egipto se ha vuelto a aparecer! ¡Van a invadir el CAD!

Otra pequeña historia que debemos resumir:

El África Divina quedó bajo la jurisdicción de los Primigenios de Egipto, Ra y Nut, en la división del Cosmos; ambos se esforzaron por crear gran número de panteones divinos que sirvieran de trabajadores para expandir el imperio egipcio, hasta la actualización de noticias: un golpe de estado de Nut que dejó incapacitados a los altos mandos egipcios incluyendo a Ra.

Esta fue la oportunidad perfecta para que África se independizara de Egipto; pero a pesar de su derrota nunca lo aceptarían y con el paso de los reyes, desde Geb, Thoth, Anubis, Seth, y la actual Trinidad, emprenderían la guerra contra el CAD. Justo ahora, con la calma que había traído el Ragnarok, Egipto tenía más oportunidades de embarcarse en una campaña de reconquista.

– Se informa que en la frontera norte hubo un conflicto armado contra el ejército egipcio; ellos han prevalecido. Acabamos de enterarnos de esta situación; si no actuamos pronto, Egipto entrará por las fronteras y llegará aquí…

Dziva apretó las manos con miedo, ya conocía por los recuerdos de su hermana mayor la agresividad y ferocidad que podían tener esos dioses.

– ¿A-Algo más que hayan hecho?

– El general de la campaña militar envió un mensaje.

El mensajero extendió su tableta informativa a Dziva, para que ella y sus hijos adoptivos pudieran leer su contenido:

" Mensaje a todos los miembros del CAD:

He sido enviado por Egipto para deshacer el Consejo Africano Divino y someter a África a su autoridad; tengo el poder para llevarlo a cabo, como pueden ver con sus fronteras bajo mi poder.

Pero, este mensaje no es para exigir su rendición a cambio de la liberación de la ciudad. Al contrario, aunque la ciudad está bajo mi poder, toda actividad militar y bélica será cesada de inmediato con una sola condición:

De aquí a siete días, exijo una reunión con todos los reyes miembros del Consejo Africano Divino para llegar a un acuerdo que nos beneficie; no tengo intenciones de conquista, a menos que me demuestren lo contrario.

Estaré esperando en el palacio principal en la fecha acordada.

ATTE: Poseidón de Egipto. "

Dziva tembló de miedo al leer quién había enviado el mensaje: el agresivo hijo único de Seth que derrotó a todos en el concurso de Grecia para ser el Segundo Poseidón, según le habian informado…

Aunque ella ya lo conocía, pero de una forma muy diferente… Ahora sintió un profundo pánico al saber que era él responsable de todo esto.

« Q-Qué… ¿Qué vamos a hacer? »

– Mamá. – Salike apretó sus pequeñas manos – ¡Vamos para allá ahora mismo!

– ¿Qué? ¿Qué dicen?

– Ese tipo está pidiendo audiencia con los reyes del CAD… – concordó Sango – Aunque seamos humanos, ¡Nosotros también somos reyes!

– Incluso si no lo somos… – Ogun apretó una de sus manos – ¡Podemos hablar con ese tipo, para que se largue de aquí!

– ¡Esperen…! – Dziva abrió los brazos al máximo para intentar atrapar a todos – ¡No pueden hacer eso! ¿Y si les pasa algo malo?

– Eso nunca ocurrirá… – Sango sonrió confiado, cogiendo con fuerza la mano de Dziva – Al fin y al cabo…

» ¡Fueron mamá y la tía Dzivaguru quienes nos entrenaron para ser quienes somos ahora!

– Habla por ti… – Yemayá le lanzó una mirada seria a su hermano.

Los demás asintieron y apretaron el abrazo con Dziva, provocando en ella un sonrojo y una sonrisa inevitables.

« ¡Esto es tan lindooooooo! »

– ¡Está bien, pero iré con ustedes! ¡Después de todo, son mis hijos!

– ¡Está bien, mamá! – sin dudarlo, levantaron a Dziva para tenerla en sus hombros – ¡Vamos allá!

– ¡Ahhhhhhhhhhh…!

Ese mismo día la compañía militar de Shona partió hacia el norte, reuniéndose con otros grupos por el camino; al cabo de 2 días después de la emisión del mensaje, toda la compañía del CAD llegó a la ciudad fronteriza con Egipto.

Todos pudieron comprobar la veracidad del mensaje: la ciudad estaba tomada y controlada por los soldados egipcios, con gran destrucción en sus construcciones. Pero también gran calma; de no ser por los edificios destruidos, las escenas podrían pasar como una sociedad cotidiana.

Los soldados solo custodiaban más no movían un solo dedo; por eso a Dziva cuidando de Salike y a Babalú les fue fácil encontrar hospitales improvisados en dónde ayudar… Bueno, salvo a los pocos heridos soldados egipcios.

« Ellos hicieron esto… Entonces, no tengo por qué ayudarles. » la diosa africana se negaba a curar o tratar soldados egipcios, sin importar su estado…

– ¡Oye, melosa! ¡Si no vas a ayudar a ese, atiende a este niño!

– ¿¡Eh!? ¡S-Si, ya voy…!

» ¡Espera! ¿Por qué debo atender tus órdenes, Anansi?

Anansi, la diosa del engaño y la trampa, también voluntaria en el hospital; fue a atender al soldado egipcio mientras dejaba un chico a Dziva.

– ¿Por qué será? ¿Tal vez porque yo llegué aquí primero y me dieron rango de jefa? – Anansi señaló a su cabeza con un letrero pintado con la palabra "JEFA".

– Tch… Todavía no entiendo por qué estás aquí, Anansi.

– ¿Te suena el término "solidaridad"? Eso quiere decir que no siempre soy la villana… Además, estos chicos me daban de comer y dónde dormir…

– ¿Cuando dices "comer" y "dormir", te refieres a robar y allanar propiedades?

– … La terminología es muy variable, melosa.

» Por cierto, ¿Y tu hermana? Tengo un buen chisme que contar y solo ella me entiende…

Dziva torció la boca en un puchero molesto.

« Ahora resulta que todos quieren a mi nee-chan. Eso me… me… »

– ¿Hm? ¡Cariño, niños!

Sus ojos se levantaron cuando vio a Mwari, Ogun, Yemayá y Sango en la entrada del hospital; recibió a sus 3 hijos con un beso en la frente, y se montó en su esposo para besarlo con pasión.

– … Huh… – Sango y Ogun, bastante incómodos, cubrieron la mirada de Salike cuando se asomó de chismosa.

– ¡Cariño, cuánto te he extrañado en estas 5 horas!

– Yo también querida.

– Mamá… – Yemayá tragó saliva para reunir coraje – Venimos a informarte que estamos por entrar a la reunión.

Dziva quedó en silencio.

– Así que… Ya es hora.

Mwari tomó las mejillas de Dziva y le dió un nuevo beso, prolongado y con fuerza del corazón.

– ¡Dejen de ser melosos sobre mis cadáveres! – exclamó Anansi.

– Volveremos en la noche… Espero.

– Yo también… – Dziva mostró rostro preocupado – Te pido que me cuides a mis niños.

– No te preocupes, mamá. – Ogun sonrió con confianza – Estaremos bien.

– ¡Después de todo, somos tus favoritos! – exclamó sonriente Yemayá.

– … Eso no es cierto. – Sango les fulminó con la mirada.

Mwari volvió a besar a Dziva para despedirse y partió con sus 3 "hijos"; una vez se retiraron, Dziva volvió a las tareas de enfermería con Anansi, Babalú y Salike.

– Por cierto, melosa, ¿No se supone que eres la reina de Shona? ¿Por qué no fuiste?

– … C-Cierto… – concordó Babalú con curiosidad.

– Eso es trabajo de mi hermana, después de todo… ella es la mayor. Yo pertenezco aquí.

– Entonces… ¿Puede salir tu nee-chan para ir allá arriba y chismear conmigo?

– Lo dudo mucho, y… deja de molestarme.

Un par de horas después, casi al anochecer, explosiones sacudieron el palacio; algo que sorprendió a todos los dioses, y más todavía a Dziva quién, abandonando todo, salió corriendo al sitio, dejando a los 3 asistentes con sorpresa.

– ¿¡Mamá!?

– ¡Melosa, vuelve aquí!

« ¡Mis niños y cariño… ¡¿Qué fue eso!?! »

Con pasos tropezones la diosa subió la larga escalera que llevaba al palacio; abrió de golpe los portones de metal, y encontró la situación:

Una mesa de reuniones, varios asientos ocupados por miembros del CAD, adornos y decoraciones para darle un toque de la realeza egipcia… Todo destruido. Más se asustó Dziva cuando identificó a algunos cuerpos más cercanos a ella.

– No puede ser… ¡Mis niños!

– Por fin apareces…

Al fondo de la habitación, un asiento de metales preciosos como un pequeño sofá; sentado con un libro en mano, el dios responsable del desastre. Una figura grotesca e intimidante, escamas en lugar de piel, aterradora cabeza de reptil, manos y nudillos con sangre… Leyendo con una baja sonrisa.

– ¿Estos son tus niños? Pero qué mala educación tienen… No saben acentuar palabras. – de inmediato arrojó el libro a un lado – Pensar que con esto pretendían hacer una exposición para argumentar conmigo… Puntos menos para sus coronas, si es que alguna vez tuvieron una.

El dios cocodrilo, con respeto no sarcástico, inclinó la cabeza ante la diosa africana que cayó de rodillas.

– S-Sobek…

– No me hables como si no me conocieras. Yo sé que reconoces la cara del cocodrilo que espiaba para entender a una reina Doppelgänger… Bueno, esos días ya pasaron…

» Ahora es mi turno de cumplir mi papel de la realeza… Señor del Mar y Dios de los Reyes.

Sobek cogió el tridente de Poseidón que estaba a su lado y procedió a moverlo entre los dedos como si fuera un juguete.

– ¿Puedo preguntar por qué no estabas presente en la reunión, Reina de Shona?

Dziva tendió la mano a Yemayá, quien era la que estaba más cerca.

– … Si te soy sincero, tus chicos cumplían bien mis estatutos… Excepto por sus actitudes arrogantes y desafiantes contra mi, por…

» "Invadir la casa de mamá." Eso me puso muy de malas y decidí ,errar sus ladridos antes que mordieran en balde.

» … ¿Y bien? ¿Por qué no estabas aquí?

Dziva puso a Yemayá en su regazo, aliviandose al sentirla todavía viva; lo mismo que Sango y Ogun, los 3 muy cerca de ella. Al levantar la vista, pudo ver a su marido Mwari cerca del asiento de Sobek.

– Este tipo dice que es tu marido, ¿Es eso verdad?

» Espero que no, ya que rompió mis reglas más de 3 veces… El carácter de una reina también se forja por el tipo de marido que te dan.

» Deberías saberlo, reina de Shona. Ahora, ponte de pie y responde mis preguntas… Si no, liquidaré a todos y para mañana no quedará nada del CAD.

La diosa comenzó a respirar con agitación, con su mano temblando mientras trataba de usar magia verde. En tan solo un segundo, todo era destrucción y desesperación…

« Mis niños… mi esposo… Todo esto por… ¿Por mi culpa? ¿Todo esto por…? Por culpa de… de ella… »

Al cabo de un momento, dejando a Yemayá en el suelo, la diosa africana le apretó las manos… Con una nueva sensación, y una nueva fuerza.

Su puño se encendió en magia negra que se elevó como fuego; dió un salto y arremetió contra Sobek en un puño directo con todas sus fuerzas. Pero el dios cocodrilo ya había saltado, con tridente en mano, y llegó a la salida para esquivar el ataque.

En cuanto aterrizó en el suelo, Sobek sonrió de oreja a oreja de emoción.

– ¡Joder, a esto me refería! Contigo quería hablar, reina de Shona… O mejor dicho, viendo que solo quedas tú…

» Reina de África, Dzivaguru… ¡Mi reina del CAD favorita!

La diosa africana levantó su mirada, ardiente como el fuego y oscura como la noche, y volvió a apretar las manos con magia negra que le empezó a recorrer por los brazos.

– Tú les hiciste esto a todos ellos… No te lo perdonaré.

– No es mi culpa que ellos hayan sido malos reyes… ¡Pero claramente tú no lo eres, y nunca lo has sido! ¡Eso me emociona tanto de ti!

» Justo quería hablar contigo… Tú serás mi deseo de continuar las órdenes de Egipto o la retirada… ¡Veamos si la fuerza de tus puños es capaz de romper mi culo, como lo hacía en los viejos tiempos!

» ¡¡Levanta tus armas y argumenta la salvación del CAD!!

Sobek balanceó el tridente sobre su eje, pasándolo de una mano a la otra, alzando finalmente sus puntas al cielo mientras la otra mano apuntaba a la mujer.

– ¡¡Yo, Sobek, te desafío…!! ¡¡Empecemos, Reina de África!!

La diosa africana apretó ambas manos, creando ondas de magia negra en forma de llamas, mientras que el dios egipcio apretó su tridente e inmediatamente pasó al ataque.

Entonces comenzó su lucha:

La diosa lanzó sus golpes con los puños cerrados tan rápido como pudo en intentos de varios combos, aunque lo único que consiguió fue ver cómo el cocodrilo esquivaba varias veces con facilidad. Al cabo de un rato, Sobek agarró a la mujer por la muñeca.

– ¡No es por quejarme, pero no me gustan los espacios reducidos con un público inconsciente! ¡Vamos a otro sitio!

Con todas sus fuerzas, Sobek saltó fuera del palacio, saliendo ambos despedidos por los aires a gran velocidad mientras el cocodrilo apretaba la muñeca de la diosa para impedir que escapara; de aquel salto acabaron en una zona montañosa cercana a la frontera dentro de un acantilado.

– ¿Qué tal aquí? ¡Me encanta…! – Sobek lanzó a la diosa con toda su fuerza disponible contra una pared.

A pesar de chocar y escupir una gran cantidad de sangre, la diosa no se dio por vencida; agarró el sonajero chamánico que llevaba en la cadera en caso de emergencia y se lanzó contra Sobek de inmediato.

– ¡Me las pagarás!

– ¡Sí! ¡Así me gusta!

La diosa lanzaba golpes con sus puños y el sonajero chamánico cargado de magia negra capaz de destruir todo lo que la rodeaba; Sobek se daba cuenta de ello con cada golpe fallido, que acababa golpeando las rocas y deshaciéndolas debido al alto poder de la magia negra, además de que algunas de sus escamas que eran golpeadas, por leve que fuera la fricción, sufrían quemaduras superficiales.

Pero no era mucho problema para el cocodrilo, siempre que evitara ser tocado por aquellos puños; con sus rápidos movimientos era más que pan comido, además de los golpes de su tridente para desviar los ataques.

Esa facilidad en esa batalla… Tomó por sorpresa a Sobek.

– Qué vergüenza… ¡Veo que te has vuelto débil! – Sobek se acercó y levantó la palma de la mano para golpear a la diosa desde la mandíbula inferior.

Después, su mano se abrió para mostrar todas sus garras con las que ejecutó un tajo descendente, con fuerza suficiente para desgarrar parte del pecho de la diosa y desestabilizar sus movimientos.

– ¡Ay!

– ¡Caerás igual que tus hermanos y chicos!

Sobek plantó los pies en el suelo y lanzó su arma divina con todas sus fuerzas, para ejecutar la estocada que tan bien había perfeccionado para convertirla en su golpe mortal seguro.

Thánatos Tou Vasilia
[ Muerte del Rey ]

La estocada directa del dios cocodrilo golpeó de lleno a la diosa, causándole grandes daños: el sonajero chamánico que interpuso como escudo quedó destrozado; su hombro izquierdo, por encima del pecho, recibió el impacto y quedó atravesado, dejándola empalada en el muro de piedra que tenía a sus espaldas y colgando con los pies a pocos centímetros del suelo.

– ¡Argh…! – la mujer puso ambas manos en el tridente para intentar mantenerse colgada.

En aquella pequeña pelea, la diferencia había quedado más que clara para ambos; sobre todo para Sobek, que suspiró con poca satisfacción.

– Qué pena… Supongo que las cosas habrían sido diferentes si me hubiera enfrentado a tu hermana y no a ti…

» Dziva.

La diosa abrió sus ojos oscuros con gran sorpresa.

– ¿Qué estás diciendo? Te equivocas. Yo soy Dzivaguru--

– ¿Crees que me engañarás, al dios de los reyes…? Las conozco a ambas muy bien desde antes de ser el segundo Poseidón: ella solía golpearme por espiarlas y llamarme "lagartija quemada" mientras me echaba del CAD.

» Tus ojos y tu magia negra me despistaron un momento… Pero no puedes ocultarlo por completo: tu estilo de pelea es loco y desesperado, no como tu hermana toda una maestra en combate…

» Además… – Sobek clavó las uñas en la boca de Dziva, para levantar sus labios y mostrar su dentadura perfecta – Buen intento de suplantar a tu hermana.

Dziva respiró hondo por el dolor de su hombro atravesado, pero también asustada ante el descubrimiento de Sobek; el dios cocodrilo dejó caer una mano sobre la roca para recargarse, de modo que su rostro estuviera más cerca del de Dziva.

– ¿Dónde está tu hermana? ¿Por qué me ofendiste tratando de suplantarla? ¿Por qué no fueron a la reunión?

La diosa respiró hondo varias veces, temerosa de tener a aquel dios cocodrilo tan cerca de la cara: nunca había tenido la oportunidad de profundizar en sus asesinos rasgos físicos, como sus afilados y numerosos colmillos, las manos gigantescas con garras tan desaliñadas, sus escamas perfilando un cuerpo de tanque, aquellos profundos ojos púrpura capaces de penetrar en su alma…

La presión y el terror la destrozaron por completo; antes de que pudiera responder a las preguntas, Dziva rompió a llorar desconsoladamente.

– ¡Buahhhhhhhhhhh! ¡M-Me rindo, me rindo!

– ¿Qué?

– ¡Me rindo, Sobek, pero…! ¡No me mates por favor! – su mano izquierda quedó colgando mientras la derecha trataba de cubrir su rostro lloroso – ¡Esto… duele mucho! ¡Por favor, quítamelo!

¿Cuál sería la respuesta de Sobek ante este acto tan vergonzoso para un rey?

– Dziva… ¿Por qué lloras? ¡Deja de llorar! ¡No te voy a matar, así que deja de chillar! ¡Ahorita te quito eso!

El dios cocodrilo bajó la guardia y mostró su lado "lagartija quemada", ¿Cómo era posible que el segundo Poseidón cayera en este truco? Siendo que no era la primera vez que tuviera a una mujer llorando…

Todo se resumía en Dziva: ella había perfeccionado el arte de llorar, con su papel como hermana menor, para conseguir lo que quisiera. Era como tener un peluche a quien le salían lágrimas de algodón; una imagen adorable y difícil de resistir.

Sobek le quitó el tridente del hombro y la dejó en el suelo para atenderla, aunque fue la propia Dziva quien se curó la herida. Tras terminar, ambos quedaron sentados en el suelo, mirándose unas cuantas veces, con un silencio aterrador.

« Qué incómodo. »

– Así que… – Sobek fue el que rompió la burbuja – ¿Vas a responder a mi pregunta, Dziva?

– Y-Yo… – Dziva se lo pensó un momento y volvió a llenársele los ojos de lágrimas.

– ¿Y ahora por qué lloras? ¡No hagas eso, que me darás pesadillas! – Sobek le arrojó a la cara un trozo de tela de su ropa.

– ¡Ay! – Dziva cogió el trozo y empezó a limpiarse – Lo siento, pero… tengo miedo. Y me siento… tan sola.

– ¿Huh? ¿Eso por qué?

Dziva tuvo unos segundos para pensar en todo lo que había sucedido recientemente y en el pasado, especialmente en aquel día que tanto dolor y daño había provocado.

– Lo siento… Lo siento mucho… Yo… Tuve la culpa de todo.

» Tuve una pelea con nee-chan y ella… Ya no habla conmigo. Me ha abandonado… Escuchar como todos la extrañan solo me recuerda que intenté hacer lo correcto, pero terminé rompiendo su corazón… Sin importar cuántas disculpa le pida, ella no responde…

» Mucha gente la quiere de vuelta, incluso… Incluso tú. Y no puedo… Ni siquiera puedo ser como ella para enmendar mis errores… Ella es la mejor de nosotras, y yo no… No soy nada.

» Entonces… ¿¡Qué puedo hacer!? ¿¡Cómo les diré a todos que yo soy quien la ha alejado!? ¡¿Cómo puedo… presentarme ante ti, como reina que quieres, cuando no lo soy!?

Dziva se cubrió la cara con ambas manos para seguir llorando a gritos, dejando al dios cocodrilo en silencio mientras meditaba sus palabras…

Hasta tener una respuesta adecuada… De acuerdo a su punto de vista.

– Si que eres ingenua… ¿Crees que puedes librarte de la responsabilidad de la realeza solo por llorar como si fueras la víctima? ¡Por supuesto que no!

» Como hermana de la reina y actual vocera en su nombre, ¡Tienes un deber que cumplir!

– ¡N-No es cierto! ¡Es nee-chan quien es la reina, y yo no! ¡No puedo cumplir nada de esas cosas que llamas "estatutos"!

– ¿No? Entonces dime, ¿En qué eres buena?

Dziva estuvo a punto de responder pero decidió guardar silencio para pensar en lo que el dios cocodrilo acababa de preguntarle…

¿Qué puede hacer la hermanita? Dando lugar al recuerdo de todo lo que ha hecho en su vida, tanto sus múltiples fracasos como sus logros y éxitos, sólo una respuesta podía surgir al mirar hacia atrás:

– Yo… Vivo para los demás… Vivo para… Para salvarlos a todos.

» Pero… Tampoco puedo hacerlo bien. Después de todo, mi hermana me odia, mis niños y mi esposo están heridos, ¿Entonces…?

– … ¿Eso es a lo que te dedicas? Debes ser más consciente.

» Una tarea así es imposible de cumplir al 100%… Aunque seas la súper heroína que vuele por los cielos, lance rayos y levante autos, nunca lograrás salvarlos a todos. Al final del día, incluso los dioses tenemos limitaciones…

» Como pudiste enterarte, los dioses pueden morir… ¿Qué esperas entonces de la decepción de no salvarlos a todos? No debería sorprenderte…

– No, claro que no… – una verdad que Dziva se negaba a aceptar – Debe haber algo que pueda hacer…

» ¡Nadie se merece salir herido! ¡No quiero perder a nadie!

– ¿Toda esa necedad basada en qué? – Sobek cruzó las piernas con curiosidad – Dime, ¿Por qué quieres cumplir eso con tanto fervor?

Dziva de nuevo estuvo a punto de hablar hasta que se planteó mejor la pregunta. Una pregunta que… nunca se había hecho en toda su vida. Pero que claramente debía tener una respuesta.

– … Creo que… Es por todo lo que me ha pasado…

» Cuando éramos pequeñas, a nee-chan le gustaba jugar en los árboles y siempre se caía. No me gustaba verla sangrar, así que un día tomé control de su mano y usé magia verde para curarla… Ambas nos asustamos, pero desde ese día empecé a perfeccionar mi magia.

» Recuerdo todas las invasiones que ha ocurrido de parte de Egipto, incluso en esta ocasión… Ustedes han sido gente agresiva que le gusta someter y destruir, sin importarles nadie. Eso nunca me gustó y me enojaba… Nee-chan se encargó que estudiara enfermería y medicina hasta volverme médica…

» También recuerdo… Las muchas veces que en sueños he dudado de mi amor a los humanos… Son seres mortales muy extraños que tienden al caos… Pero esas debilidades enternecen mi corazón a tal punto que no puedo dejarlos abandonados… Quiero adoptarlos para cuidarlos.

» Y también… Creo que está incrustado en mi naturaleza y gracias a mis habilidades de chamán… Puedo sentir a los espíritus, vivos o muertos, y empatizar con sus emociones… Por eso puedo entender mejor a otras personas…

» Nadie… Nadie merece sufrir o ser dañado… Mucho menos la gente que conozco y quienes me aman, quienes… Han dado tanto por mi. Todo lo que puedo hacer en agradecimiento es… estar en el momento correcto para salvarlos…

» No… No es justo que por culpa de mis debilidades esa gente salga lastimada… Así que, sin importar lo que sea, quiero hacer lo que sea para salvar a todos.

Sobek soltó una carcajada de triunfo.

– ¡Joder, qué gran respuesta! ¡Justo es lo que quiero oír! ¡Eso… Eso solo puede venir de la más hermosa, divina, preciosa y perfecta reina!

Tales halagos asustaron a Dziva, tanto que la sonrojó por completo; Sobek se levantó de golpe del suelo y tomó su tridente.

– Pues, tengo una respuesta a tu propuesta… Según he oído, hay una manera de lograr tu objetivo…

– ¿En serio…?

– Eso de salvar a todos implica un riesgo; velar por otros, incluso desconocidos y enemigos… Para lograr eso, hay que hacer un sacrificio de gran valor…

» Ese sacrificio de llama "TU PROPIA VIDA". Significa estar dispuesta a entregarte a ti misma con tal de salvarlos, como dices que quieres… Dispuesta a morir por todos.

» Y todo esto me lleva de nuevo a la pregunta más importante…

Sobek terminó de pie muy cerca de Dziva, casi cara a cara aunque la diferencia de estaturas era abrumadora. El cocodrilo bajó su cabeza y casi chocó con la de la diosa africana.

– Dices que quieres salvarlos a todos, y ahora tengo una situación para que lo demuestres… Si le pusiera a toda África como precio tu cabeza… ¿Lo aceptarías?

Dziva contuvo la respiración por un momento.

– ¿Mi cabeza? O sea…

– Cumpliré mi palabra de dejar en paz al CAD, retirar mis tropas, y no volver nunca más. Solo pediré a cambio tu cabeza… Quitártela ahora mismo y llevármela a Egipto…

» Ese es el trato; solo tú y yo, nadie más sale herido… ¿Lo aceptarás?

La diosa africana respiró hondo un par de veces teniendo al dios cocodrilo tan cerca suyo, de manera que podía sentir el latir de su cuerpo y la respiración de sus fosas nasales…

Dziva terminó por cerrar los ojos y sudar frío mientras movía la cabeza, para mostrar mejor su cuello.

– … Hazlo…

El cocodrilo levantó una de sus manos, sacando sus garras, y con movimientos lentos tomó el cuello de la diosa, estando a punto de ahorcarla, aunque por su fuerza bruta podría romperle el cuello de un solo golpe…

Sabiendo todo eso, la diosa africana no se movió ni emitió un solo sonido, a excepción de su respiración latente y sus ojos a punto de llorar pero sin permitirlo por completo…

– … Esto es un verdadero rey.

Sobek acercó sus dientes a la mejilla de Dziva para depositar algo parecido a un beso y la soltó.

– ¿¡Eh…!? – Dziva respiró profundo sorprendida y volteó al cocodrilo – ¿Q-Qué…?

– He decidido cambiar mi única condición, reina de África… – Sobek apuntó a Dziva con ojos directos – Vive para salvarlos a todos. Te lo ordena el dios de los reyes.

– ¿Eh? P-Pero…

– ¿Qué te puedo decir? Los reyes son mi fascinación… Y ante mis favoritos rompo las reglas sin dudar.

Sobek le guiñó un ojo y de nuevo sonrojó la cara de Dziva con sobresalto.

– No sé que haya pasado contigo y tu hermana… Pero, más te vale arreglarlo. Acepté este encargo para pelear con ella pero no se puede… Lástima que ya no se podrá.

– ¿Huh? Estás diciendo que…

– Me voy a retirar a Egipto, y me aseguraré que no vuelvan por un tiempo… Solo necesitaba un motivo y ya lo tengo, aunque son 3 en realidad. El tercero es…

Sobek se molestó y llevó las manos a la cabeza con furor.

– ¿¡Por qué rayos te pusiste a chillar y llorar!? ¡¿Y rendirte!? ¡Diablos, que imagen más desalentadora!

Dziva se sorprendió bastante del cambio de actitud de Sobek y atinó a reír por lo bajo con diversión.

– Me gusta ver esa actitud. Me recuerdas a mis niños cuando eran pequeños…

– ¿En serio? No me digas eso.

– … Muchas gracias Sobek… – Dziva se acercó con confianza y tomó el brazo del dios cocodrilo con ambas manos – Supongo que me ayudaste a recordarme lo que debo hacer…

» Tal vez, por eso decidiste ayudarme cuando me rendí. O tal vez… tu debilidad son las reinas lloronas.

– ¡No puedes hablar en serio! ¡Eso es indigno de una reina!

– ¿No dijiste que rompes las reglas con tus reyes favoritos? ¿Qué harás el día que tu nueva reina favorita llore en tu cara?

– Eso me gustaría verlo…

Al volver a la ciudad, Sobek retiró todas las tropas y dejó médicos para atender a los miembros heridos del CAD y los hijos de Dziva. Después de ello, durante los siglos que continuaron hasta el segundo Ragnarok, Egipto nunca volvió a intervenir en África…

Bueno, casi: dado este evento, Sobek y Dziva estrecharon una relación de afecto amistoso uno con el otro, actuando casi como madre e hijo… ¿O mejores amigos? ¿Hermano mayor y hermanita? ¿O tal vez algo más? El punto es que Dziva desarrolló nuevos sentimientos para llenar el vacío emocional que había creado…

Sentimientos que se rompieron cuando la espada de la emperatriz bendecida cortó la armadura del dios de los reyes y dió la primera victoria a la humanidad en el segundo Ragnarok.

Sentimientos rotos cuando su nueva luz fue apagada mientras sus amados humanos celebraban; sentimientos quebrados cuando estaba en la sala de cirugías y con bisturí en mano temblaba ante la idea de salvar a la asesina de su corazón…

« … Él habría querido que hiciera esto. »

Dejando de lado su lado egoísta, con lágrimas en los ojos, Dziva salvó la vida de la emperatriz, así como lo hizo con el asesino más fuerte, su antiguo amigo vegetariano, el Dios Padre del Cosmos, y la reina poética…

Por más destrozado que estuviera su corazón, seguiría con su misión y su deber, para cumplir su juramento…

« Ser la médica que va a salvarlos a todos. »

Dziva siguió llorando de rabia e impotencia; en ese momento, dentro de las entrañas de la reina araña, se encontraba en una encrucijada peor de lo que había pensado. Ni siquiera dando su vida allí mismo sería capaz de salvar a su amiga y a su hermana…

– Prometí que haría cualquier cosa para lograrlo… Pero, todavía sigo siendo tan débil. Lo… Lo siento…

Chang'E sólo consiguió apoyar la cabeza en el hombro de Dziva, mientras Dzivaguru, en el interior del Doppelgänger, intentaba abrazarla a modo de consuelo, lo que desgraciadamente fue imposible para ambos.

El silencio reinó en el ambiente, lo que provocó que la cúpula de magia negra comenzara a perder su fuerza y con ella la carne viva de Atlach-Nacha acortara la distancia para hacerse con sus presas. En cuestión de tiempo las 3 diosas volverían a perecer en el fondo de la oscuridad…

" Usaría mi decisión para hacer lo correcto. En este caso… Salvar a otros a costa de mi vida es lo correcto… "

Hasta que la mente de Chang'E unió los últimos puntos, a través de las palabras de su amado Houyi. La diosa lunar sonrió de mala gana y dejó escapar una risa sarcástica.

« Sólo quiero morir, Houyi… ¿En serio vienes a molestarme con eso? No puedes evitarlo… »

– Supongo… Tendré que ayudarte, gemela tonta.

– ¿Qué?

Chang'E volvió a abrir los ojos, mostrando a través de ellos un brillo divino especial para el que su maestro favorito la había preparado hacía casi mil años… Iluminación.

– Chang'E, tus ojos… brillan…

– Cortesía de la suscripción con el maestro Buda… Ahora, clava mi flecha en mi pecho.

– ¿Eh…? – Dziva desvió la mirada hacia la flecha que llevaba en la cintura – ¿¡Qué estás diciendo!?

– Relájate, es sólo un truco que me enseñó mi maestro.

Dziva tragó saliva con temor pero decidió actuar así; como pudo, llevó su única mano a la cintura y tomó la flecha, luego apoyó la punta en el pecho de Chang'E hasta atravesarlo por completo, provocando un gemido de dolor en la diosa lunar.

– No tan profundo, sólo la puntita.

– ¿¡Hey!? ¡Perdón…!

– Ni siquiera intentes sacarla… Oye, gemela loca, dónde quiera que estés, ¿Quieres ayudar a mami?

" ¿¡Pero de qué demonios estás hablando!? ¡C-Claro que les ayudaré, pero deja de hablar así! "

Dziva sonrió ante la sorprendida respuesta de su hermana.

– Nee-chan dice que sí.

– Muy bien… – Chang'E tragó saliva además de un poco de sangre – Según lo que mi maestro Buda me había dicho, es posible conservar un trozo de mi alma que puedes usar para hacer lo mismo que las valkirias…

» Siguiendo sus instrucciones, debo estar al borde de la muerte para sincronizar mi alma. Aprovechando que todavía no muero…

La diosa de la luna respiró hondo, dejando que su cuerpo sintiera paz en medio del dolor y el sufrimiento. Por fin, tras 5000 años de sufrimiento, había llegado el momento de dejarlo todo, de alcanzar la paz interior y la felicidad que tanto había mencionado su maestro Buda.

Völundr: Achchha Karm
[ Völundr: Buen Karma ]

El alma de la diosa de la luna se resquebrajó y se convirtió en polvo verde, como si hubiera muerto en el combate, lo que asustó bastante a Dziva. Pero ese no fue el final: los trozos del alma se impregnaron en la flecha de plata hasta cubrirla por completo y luego se hicieron uno con ella, dando como resultado que el arma divina brillara con gran fuerza.

– Chang'E, amiga…

" Ahora es su turno, gemelas… "

Dziva respiró hondo y apretó el arma divina contra su pecho, empezando a sincronizar su propia alma con la de la diosa de la luna y la de su hermana, que se sumó al instante. El calor de las 3 diosas, sus momentos más bajos y sus penas, así como el propio sentimiento de victoria que ansiaban junto con la derrota emocional que sentían incapaces de ser felices.

El cuerpo de la diosa africana se rodeó de una nueva luz divina, tanto que empezó a quemar las entrañas de Atlach-Nacha; ya no se trataba de magia negra o magia verde, sino de un nuevo poder que podía salvar a las 3 diosas y darles una segunda oportunidad…

– Vamos, chicas… Luchemos juntas.

En el exterior, la batalla estaba más que perdida.

Buda suspiró pesadamente, sintiendo su cuerpo muy pesado por haber estado luchando; además de muchas heridas que le decoraban, su guadaña divina con quebraduras y parte de la hoz cortada.

– Esto está muy mal, ¿No crees, Bubu?

– Yo no me… Lo que sea.

Del mismo modo, Beelzebu estaba malherido de pies a cabeza, con varios cortes aunque conservaba su arma divina intacta. Sin ayuda de las gemelas para borrar las telarañas, ahora estaban a merced de Atlach-Nacha y de sus ataques por insignificantes que fueran.

Ambos suspiraron con fastidio cuando vieron que la araña volvía a curar sus heridas con magia verde; ahora un corte que había roto su dermoesqueleto sobre la cabeza arácnida, cerca de los cristales. Cuando terminó, Atlach-Nacha volvió a sonreír con gran emoción asesina.

– Dejen de resistirse, dioses mediocres… No pueden vencer a alguien tan superior ni resistirse a la voluntad de mi señor, Chuchu… ¡Ríndanse y sirvanme de sacrificio!

– Incluso yo, que no me gusta mucho la vida, me niego a morir así… – negó Beelzebu con mala mirada.

En las gradas, la situación era enigmática y problemática.

– ¿Qué deberíamos entrar y detener a esa cosa también? – Ares y Syf se asustaron ante esa afirmación – ¿¡Están locos!?

– Supongo que es la única manera de detenerla. –  dijo Hermes.

– Y dudo que funcione… – concluyó Zeus con las manos en la espalda – Incluso yo entiendo que, estando en mi mejor estado, esa araña me traerá malos problemas.

Al parecer, sería el momento de que todos los líderes del panteón entraran en batalla e intentaran contener a la reina de las arañas. Pero tenía razón Zeus mientras más lo pensaban…

¿Podrían realmente tener alguna oportunidad contra ese monstruo?

– ¡Maldita sea…! – Nut terminó golpeando con rabia el suelo – ¿¡Dónde carajos está Tezcatlipoca!?

– ¿Tuvo un reencuentro con su hermanito? – respondió Deví sin darle mucha importancia – Espero que sí, para que vuelvan a llevarse bien.

Nut apretó los dientes con mucha rabia, además de impotencia.

« Maldita sea, si estuviera totalmente recuperada podría salir y enfrentarme a esa cosa. Pero, a estas alturas… Parece que aunque esté así, tendré que meter las manos… Si ni Deví ni Viracocha piensan hacer nada al respecto. »

En el campo de batalla, Beelzebu acabó chasqueando los dientes de rabia.

– Esa cosa no muere mientras tenga fuerzas para seguir curándose. En ese caso… Tendré que usar mi última carta.

– ¿Eh? ¿De qué se trata?

– De qué te largues si no quieres morir.

Beelzebu apretó su arma divina con ambas manos, de modo que el bastón desapareció dejando sólo el cráneo, y de inmediato empezó a concentrar sus vibraciones ofensivas y defensivas.

Atlach-Nacha abrió ambos ojos sorprendida al darse cuenta de este nuevo intento de ataque.

– Eso se ve tan extraño… Pero no importa. Me desharé de eso también…

El señor de las moscas resopló enfadado mientras seguía concentrando sus vibraciones en el cráneo, al mismo tiempo que un fuerte zumbido estallaba en todo el estadio y todos los presentes se tapaban los oídos. Buda recurrió a activar de nuevo su escudo divino con la esperanza de que pudiera ayudarle a sobrevivir a lo que estuviera planeando el dios oscuro.

– ¡Yo por ahí no paso!

– ¡Muy bien, pequeño insecto! – Atlach-Nacha se lamió los labios en éxtasis – ¡Veamos si eres el dios tan fuerte que realmente quiero comer--!

» ¡¡¡Ahhhhhhhhhhh!!!

De repente, un grito de dolor en Atlach-Nacha interrumpió por completo el momento; la reina araña comenzó a retorcerse como si estuviera sufriendo un gran ataque desde su interior, que cogió a ambos dioses por sorpresa.

– ¿Eh?

– ¿¡Qué es esto!? ¡Quema, quema…!

Beelzebu canceló su técnica y Buda levantó la mirada por encima del escudo para ver la nueva escena: los ojos de araña de Atlach-Nacha, así como los cristales que sobresalían, emitían una luz divina muy fuerte, que para la reina de las arañas era muy similar a estar ardiendo. Le estaba causando tanto dolor que, sin pensarlo, la araña llevó sus garras y manos humanas directamente a los cristales.

– ¡¡Me quema…!! ¡¡Fuera de aquí!!

Sin dudarlo, con toda la fuerza que pudo, golpeó los cristales hasta hacerlos añicos, haciendo que la luz tomara forma y saliera del cuerpo de Atlach-Nacha, disparada por el aire hasta posicionarse en el cielo sobre el campo de batalla.

Una escena que sorprendió a todos los espectadores que aún permanecían en el estadio.

– Pero qué… – Lovecraft se levantó de su asiento – ¿Qué clase de entidad divina es ésta? Muy diferente… ¡A la reina de las arañas!

– ¡Pero qué…! – Deví levantó la cabeza sorprendida – ¡Eso se parece a mis poderes mágicos!

Lo que acaba de ocurrir con las 3 diosas ingeridas por la Criatura del Caos es la luz que ahora se levanta en el campo de batalla.

Una inusual combinación de magias divinas: chamanismo para los espíritus, magia negra del cuerpo, e iluminación para las almas. También una unión de cuerpos de parte de un Doppelgänger y un alma encarnada en un arma divina; el caldo divino más completo.

Esta unión dio como resultado un nuevo cuerpo, un nuevo espíritu, y una nueva alma, en base a la resurrección de una energía antigua capaz de crear vida de la muerte.

Con la yema de los dedos, rozaron la creación de la energía primordial que creó a los dioses: Shakti.

En cuanto la luz se disipó por completo, todos se fijaron en la nueva diosa que volaba por los aires: una extraña especie de quimera que combinaba las cualidades físicas y las habilidades divinas de las 3 mujeres. Atlach-Nacha entrecerró un poco los ojos ante la inmensa luz que se alzaba sobre su rostro.

– ¿Qué es eso…? ¿¡Qué es eso!?

Fecha de publicación: 23/05/24
Autor: ASFD
Editor: Darklord331

Nota de autor: Primero que nada, créditos a IrnGuerrero quien escribió un especial de 10 de mayo para Dziva con sus hijos Ogun, Babalú y Yemayá. Me gustó tanto que he decidido canonizarlo, y les invito a leer su libro que es muy bueno y rejuvenecedor para el alma; se llama "Crónicas del más allá".

En segundo lugar: ¡Se logró! He sobrevivido a la muerte para traer este segundo capítulo. Ahora puedo descansar en paz… (Mis webos, dormiré 3 días y para cuando despierte terminaré la pelea UwU).

En tercer lugar: ¡¡Vamooooooooooos!! Let's f*cking gooooooooo!!!!

La cosa se ha puesto buena, más de lo que esperaba y con todos los rolones que me he estado oyendo para escribir… Uffff estoy por venirme con mis niños UwU. Ahora es momento de llegar a la pregunta más esperada por toda LATAM unida:

Y en caso que nada de esto funcione…

Ahora sí; falta todavía un capítulo por publicar. Por capricho me esperaré a la publicación del cap traducido de JJK, SNV o MT (lo que salga primero XD) y entonces publicaré el último capítulo… Todo con tal de traerles buen contenido :3

( Bien hecho Dnielmon, ahora nadie sospechará que no has terminado el capítulo y te falta más de la mitad; que listo que sos UwU )

Así que estén atentos, que el final de tremendo desmadre se aproxima. Sin más que decir… ¡Los leo en el siguiente capítulo!

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