Capítulo 79.1: Destino por cumplir
En medio de las flores…
Con una jarra de vino…
Bebo solo, sin mis afectos~♪
Cuando alzo mi vaso…
Para invitar a la radiante luna…
Con mi sombra nos convertimos en tres personas~♪
La luna nunca comprendió el beber…
Mi sombra, sin propósito, me sigue~♪
De momento estamos juntos…
Con la luna y mi sombra…
Caminar alegres debemos al llegar la primavera~♪
Cuando canto, la luna vagabundea…
Cuando bailo, mi sombra se desdibuja~♪
Al estar sobrio disfrutamos el intercambio mutuo…
Después de embriagarme, cada uno se separa~♪
Caminamos siempre unidos sin sentimientos…
Y nos encontramos en el remoto río de nubes~♪
" Bebiendo solo bajo la luna " – primer poema
Escrito por Lǐ bái "el inmortal poeta", de la dinastía Táng.
Argyrotoxos
[ Flecha de plata que atraviesa el alma ]
Vetiti Affinitatis: Misodzi Yeruvengo
[ Afinidad prohibida: Lágrimas de odio ]
La esfera oscura chocó con la flecha plateada; al contacto, el disparo de la diosa lunar quedó destruido y se dirigió a Chang'E, quién con ambos ojos abiertos de par en par estaba incrédula.
En cuanto la esfera tocó el cuerpo de Chang'E, estalló en una explosión negra que llenó el campo de batalla, envolvió a ambas mujeres y se extendió incluso entre las gradas de espectadores debido a los numerosos agujeros que habían abierto las flechas de Chang'E, pero la mayor parte fue contenida con el cristal de protección.
Un temblor resonó entre las gradas divinas: Amaterasu y el Emperador de Jade, Xihe y Di Jun; la Trinidad principal de Egipto, Mwari con Anansi y los dioses del CAD; el palco griego con Zeus, Hermes, Adamantino, Ares, Syf y Forseti. Todos fueron removidos de sus asientos.
Los 5 emperadores de antaño se cubrieron la cara con las manos, mientras que las doncellas cubrieron a Yu el Grande para que no se hiciera daño; Leónidas cogió a Geir y Sigrune por debajo de ambos brazos para sostenerlas.
Las pantallas en directo que quedaban fueron destruidas por la explosión y la luz restante, que dejó el campo de batalla en una sombría nube negra, así como las transmisiones cortadas por interferencias, lo único que rompió el silencio en todo el estadio.
Un silencio sepulcral entre todos los espectadores que, tras haberse protegido de los daños residuales de aquel impacto, intentaban ahora mirar el resultado…
– ¡Ahhh…! – Heimdall subió a su vehículo volador para sobrevolar a los espectadores – ¡Al parecer hay zonas que están llenas de magia negra! Por favor, manténganse alejados, ya viene la ayuda médica para limpiar la zona…
» Por otro lado, volviendo al campo de batalla… Todo está lleno de magia negra y una nube oscura… ¡Ahhh! ¡Las cámaras de transmisión fueron destruidas! ¡Rápido, consigan más, debemos saber el resultado…!
Geir se separó de Leónidas y se apoyó en la barandilla de su palco; tenía la misma duda que Heimdall, al igual que todos los espectadores.
– ¿Quién ha ganado?
Mientras tanto, en la sala de espera de Dziva, Lífthrasir terminó por abrir ambos ojos con una gran emoción.
– Eso fue… Fue tan… Tan… ¡Tan asombroso e increíble! ¡No puedo creerlo!
» ¡Dzivaguru parecía tener ventaja con su magia negra y sus feos bichos…! ¡Pero Chang'E usó su arco más fuerte y logró ponerla contra las cuerdas! Y entonces… ¡Y luego esa bola de poder! ¡Es tan… tan… tan emocionante!
» ¡Demasiado waku waku para mis hermosos ojos!
– ¿Waku waku? – Jack preguntó confundido – Such a curious expression.
– Supongo que deberíamos haber esperado este tipo de enfrentamiento… – comentó Simö, con los ojos también abiertos – No esperaba ese nivel de un par de diosas… Es impresionante y aterrador lo poderosas que pueden llegar a ser…
– Tienes toda la razón. – respondió Sasaki con una sonrisa irónica – Fuimos cazadores de dioses hace un milenio, pero… ¡Diablos! ¡Esas mujeres me hacen perder la cabeza, viendo todas las veces que pierdo contra ellas!
– … ¿No es evidente? – Hlökk aprovechó el momento para sacudirse el pelo y suspirar con una sonrisa orgullosa – ¡Es el poder de las mujeres!
– ¡Chi! – asintió Lifthrasir – ¡Poder femenino!
Hrist se quedó en silencio, bastante de hecho, mientras seguía pensando en lo que acababa de ver.
« Me gustaría pensar que Chang'E es la ganadora; ella dominó durante la mayor parte de la pelea y usó a Dzivaguru como trapo sucio. Pero… » La valkiria apretó los nudillos con sus dedos « Dzivaguru tampoco es poca cosa. No se mostró débil… E igualó las cosas bastante, sin mencionar esa aterradora resistencia para no morir tan rápido…
» Las cosas están muy parejas, pero más que nada… Estoy segura que Geir tiene un gran dilema entre ambas peleadoras. La diosa que se ofreció a ayudarnos, y la que traicionó a los Cielos. Si me pusiera en los zapatos de Geir… También estoy segura que ella no sabe a quién apoyar. Al contrario, hasta podría apostar que ella quiere que ambas ganen…
» Eso me preocupa bastante… »
La valkiria respiró hondo y, tras un largo momento de reflexión en silencio, decidió levantarse de su asiento.
– Me voy.
– ¿Qué? ¿A dónde…? – Sasaki se levantó también – Estamos en la zona de los dioses, será muy peligroso estar ahí afuera.
– Quiero ir con mi hermana. Ella seguramente no se encuentra bien en estos momentos…
– Pero ya se encuentra con Leo y Sigrune. – contestó Hlökk – No tiene caso--
– No me importa. Quiero estar con ella.
El espadachín japonés terminó por asentir con la cabeza.
– Está bien… Vamos.
– ¿"Vamos"?
– Puedes ir, siempre y cuando esté allí yo también… Seguro necesitarás ayuda si alguien quiere meterse contigo. Y no dejaré que nadie lo haga.
Un rubor dibujó las mejillas de Hrist, para después soltar una sonrisa de confianza para abrazar el brazo de Sasaki con seguridad.
– Está bien. Voy a aceptar sus términos~
Lífthrasir miró a ambos con los ojos muy abiertos.
– ¿Hrist onee-sama y Kojiro están coqueteando?
– Claro que si… – afirmó Hlökk con seguridad, que provocó un poco de vergüenza en ambos personajes además de sonrisas curiosas de parte de Jack y Simö.
En una de las antecámaras de la humanidad, en una sala con mucho misterio pero con personajes nada misteriosos existía una reunión…
– ¡Vaya, vaya! ¡Esto sí que es una locura! – exclamó Nostradamus con los ojos muy abiertos.
– El hecho de que hayamos llegado tan lejos sólo significa una cosa… – Merlín asintió con una amplia sonrisa.
– Sí, tienes razón… Somos las mejores versiones de nosotros mismos. El poder del destino y el futuro en la palma de nuestras manos…
– ¡Esta vez, no perderemos! ¡Esta vez, prevaleceremos sobre el destino! ¡Vamos a ganar--!
– ¡¿Podrían callarse?! – un zapato femenino volador se estrelló en las cabezas de ambos hombres.
Además de ello, el zapato de Skuld terminó por tirar al suelo la gran creación que habían hecho ambos hombres: una torre de cartas que, desde el comienzo de la séptima ronda, ambos hombres se habían esforzado tanto en crear. A pesar de los recientes contratiempos, su logro estaba dando frutos… Hasta la intervención de Skuld.
– Maldita sea… – Merlín lanzó una mirada negativa a Nostradamus – ¿Podrías controlar a tu mujer? Está muy lejos de la cocina…
– ¡¿Qué mierda estás diciendo?! – de inmediato Skuld lanzó el otro zapato, directo a la cabeza de Merlín.
– ¡No seas grosera! – Nostradamus levantó los brazos como niño pequeño – ¿No ves que tengo amigos, por fin? ¡Deja de avergonzarme!
– ¡Tú me avergüenzas con esa actitud tan infantil! Se supone que son los hombres del siglo, el destino y la profecía… ¡Deberían estar más atentos a esas cosas, en vez de estar jugando a las cartas!
» ¡Estamos teniendo una pelea entre 2 mujeres del Cielo, 2 diosas…! ¡¿No les importa en lo absoluto!?
– Es lo mismo de siempre… – Nostradamus bostezó en voz alta – Luna contra noche, Iluminación contra fortuna, Egipto contra Infierno… ¡Qué poco original! ¡Te conformas con tan poco!
– … Tienes razón. Seguro por eso sigo aquí contigo… – el comentario de Skuld provocó un lágrima en Nostradamus – De todas formas, se supone que deberían estar atentos a esto. Más cuando estamos hablando del cumplimiento de una profecía.
Ambos, Merlín y Nostradamus, voltearon con sorpresa.
– ¿Qué? ¿De cuál profecía estás hablando…?
– ¿Huh? – Skuld levantó la cabeza con orgullo para después agitar su cabellera – ¿¡El profeta del siglo y el mago consejero no lo saben!? ¡Qué bien! ¡Algo en lo que ustedes apestan y yo no…
– Mi amor, por favor guarda silencio y cuéntanos… – Nostradamus se llevó ambas manos bajo la cabeza de manera coqueta, haciendo que Skuld le mire con poco agrado.
– No me llames así… Me refiero a la profecía que le di al señor Odín y la única que compartí con mis hermanas… "3 coronas doradas serán derribadas por 2 mujeres del cielo".
» Cuando Brunhilde oyó la profecía, ella me contó de sus planes respecto al Ragnarok y ella tuvo una suposición: se trataba de su victoria en el primer Ragnarok, y que 3 panteones caerían al final de este, cosa que sucedió casi al 100%…
» Pero, ahora las cosas están más que claras: las 2 mujeres del cielo son Chang'E y Dzivaguru, en esta batalla que nadie antes había imaginado… De esta batalla, 3 coronas caerán, ¿Podría ser un nuevo y repentino orden en los Cielos con esta pelea entre dioses? ¿O tal vez podría tratarse de la Trinidad de dioses de Egipto; Isis, Horus y Osiris? A fin de cuentas, son vecinos de panteón de Dzivaguru… ¡Mira eso! ¡Qué bien que no me salté las clases obligatorias de Geografía de Reginleif!
» Debo tener la razón en esto, ¿Verdad?
Merlín y Nostradamus se quedaron en silencio, mirándose el uno al otro sin mostrar expresión alguna en sus rostros. La sonrisa confiada de Skuld se borró al ver su nula respuesta.
– Tengo razón… ¿Verdad?
– ¡C-Claro que si, mi amor! – Nostradamus se le acercó y la abrazó por el hombro – ¡Por supuesto tienes toda la razón! ¡Es obvio que tu especialidad son estos campos de sueños raros y no húmedos!
– ¿Te crees gracioso? – Skuld volvió a lanzarle una mirada asesina – ¡Claro que soy más especialista en esto que tú! ¡Cuando yo usaba pañales, profetizaba para el señor Odín, en cambio tú… Solo llorabas entre tus 8 hermanos!
– Qué bajo usar mis humildes orígenes para ganar esta discusión. Típico de una esposa frustrada… Pero ya te dije que debo mantenerme casto, en honor a mi--
– ¡¿Qué tonterías estás diciendo!? – Skuld apretó uno de sus puños mientras su rostro hervía de rabia – ¡Si no te pudo matar el hippie de Buda, lo haré yo!
– ¡Típico de una esposa frustrada! ¡No te preocupes, mi amor, que esta noche te daré amor--!
– ¡Deja de decir eso! – la valkiria terminó por reventar la cara de su Einherjer a golpes.
Todo esto mientras que Merlín estaba con la mirada perdida, ¿Viendo la pelea entre valkiria y humano? También, pero tenía otra cosa en mente…
La profecía de Skuld. Una profecía que, justo por haber mencionado esa fallida interpretación, le recordaba a otra profecía que podría ser la correcta para la pelea en curso…
Mientras en el estadio de los Campos Elíseos se comenzaba a liberar la nube oscura de magia negra, en el campo de batalla ya estaba dando lugar a otro escenario distinto que estaría oculta por un buen rato.
La diosa africana Dzivaguru todavía estaba viva y de pie; con heridas en el cuerpo según la explosión de la esfera negra. En condiciones normales no habría sufrido daños, pero no era lo mismo que con su cuerpo atravesado por flechas, molido a golpes, la armadura destrozada salvo por el escudo y el plumaje a sus espaldas.
De pie, con su muñón derecho apuntando a dónde disparó la esfera negra, y la boca abierta lo más posible para recuperar el aire perdido en el esfuerzo realizado.
– Por fin… Lo… Lo hice…
Tras decir aquellas palabras, el cansancio la derrotó; cayó de espaldas contra el suelo en un golpe estrepitoso.
" ¡Nee-chan! ¡Descuida, deja que te ayude! "
Aprovechando que su hermana mayor estaba incapacitada, Dziva actuó para moverse; con un cosquilleo en sus nervios y tendones, la hermana menor se apoderó de su mano izquierda intacta, para usar su magia verde y comenzar a sanar el cuerpo de Dzivaguru, cerrando todas las heridas e incluso atendiendo a regenerar el brazo derecho cortado. En cuanto terminó de sanarlo, la mano derecha detuvo a la izquierda.
– ¿Huh? – Dzivaguru recuperó la conciencia y detuvo a Dziva – ¿Otra vez metiéndote en mi cuerpo? Ya te he dicho que no lo hagas.
No era la primera vez que Dziva hacía eso, de titeretear a su hermana mayor para lograr algo; una regla impuesta entre ambas que la menor nunca respetaba.
" Nee-chan, tenía que hacerlo. Estás muy-- "
– Yo puedo hacerlo sola… ¡Déjame en paz!
" Nee-chan… ¡No me pidas que te deje sola, por favor! Te estás muriendo… ¡No quiero verte herida y en tan mal estado! ¡Déjame ayudarte! "
– ¡Ya te dije que no quiero tu ayuda! ¡No te--! Espera… ¿Y esto?
" ¿Qué? ¿Qué pasa, nee-chan? "
La hermana mayor se detuvo al sentir algo distinto: se sentía enfadada con su hermana por estarse metiendo en su cuerpo… Pero, solo eso. Nada de una rabia imposible de controlar, nada de memorias difusas y distorsionadas, y tampoco ningún chillido de dolor de su hermana manor.
Estaba enojada pero ya no llena de odio; el hechizo de control de Bamapana estaba roto, tal vez por la gravedad emocional al momento de liberar la esfera de magia negra.
– No siento odio… Solo… – Dzivaguru se miró las manos, en especial la izquierda dónde Dziva había interferido, con voz muy tranquila – Ya estamos… De nuevo como antes…
" ¡Es cierto! " Dziva se mostró muy emocionada al respecto " ¡Nos libramos de ese demonio! ¡Qué bien…! "
– Sí…
Dzivaguru se quedó en silencio solamente, mirándose una y otra vez. El hechizo estaba perdido, pero no los recuerdos de la pelea y todo lo que había sucedido. Todo lo que le había gritado a Dziva, todo lo que sintió hacia ella… Absolutamente todo.
" Nee-chan… Lo siento mucho por todo. "
– No quiero hablar de eso.
" No me ignores, por favor. No quiero perderte. "
– No seas tonta. No importa lo que hagamos, lo que yo te haga o lo que tú me hagas… Nunca nos separaremos.
" … Y-Ya lo sé… " la voz de Dziva estaba quebraba, siendo que en esos momentos estaba llorando para ahogar todo lo que quería decir.
Dzivaguru respiró profundo; se incorporó en el suelo, sentándose, y continuó usando la magia verde para reparar su cuerpo, ahora por voluntad propia. Pero, en cuanto llegó a su rostro, con aquella cortada atravesando su nariz, su mano se detuvo…
– Hablando de esto… ¿Acaso ella…?
La diosa levantó la mirada hacia el frente y sus sospechas fueron confirmadas: Chang'E también estaba viva, todavía.
De pie, con las manos en los costados tras haber soltado su arco divino que estaba intacto; la ropa rasgada y abierta, solo para presumir su piel intacta y brillante sin siquiera marcar de haber recibido uno de los ataques mágicos más poderosos de la diosa africana. Lo que confirmaba su estado de viva eran las respiraciones de su pecho, subiendo y bajando por lo bajo.
" ¡Nee-chan! " Dziva se horrorizó al ver el estado de Chang'E " ¡¿Acaso ella ya está--?! "
– ¿Muerta? Claro que no… Ya aprendí a esperarla viva todavía.
En cuanto la pinza que sujetaba su cabello se rompió y dejó al descubierto su larga melena oscura, demasiado grande para caber en su pequeño y sencillo peinado, la diosa lunar cayó de rodillas al suelo con pesadez; su boca escupió una gran cantidad de sangre que Dzivaguru no pudo ver, con un aumento d epecho para recuperar el aliento…
Además de eso, un mecanismo involuntario para responder al dolor; aquel dolor que sacudía su cuerpo, tanto para mojar sus ojos de inmediato.
« N-No… No puede ser… » Chang'E se llevó la mano a la boca, para ver toda la sangre que se le escapaba « Mi cuerpo, mi dolor… D-De nuevo soy… soy…
» ¿Soy mortal? ¡F-Finalmente, puedo morir…! No, espera… »
Se calló cuando sintió que su cuerpo se estaba reparando, con gran lentitud de manera que el dolor seguía presente.
« No puede ser… Todavía soy inmortal, solo que… Estoy muy débil para curarme. Este veneno hizo mucho efecto… Y duele mucho… » de forma instintiva se llevó una mano al estómago.
La Pseudo-Doppelgänger de Chang'E quiso explotar de furia, mostrando sus ojos rojos e hinchados.
« Esa… Esa maldita diosa me hizo este daño… Me ha herido y estoy sangrando… Me duele tanto… ¡Maldita! ¡No se lo voy a--!
» ¡Al diablo con eso! » la discusión mental se desató « ¡Ya puede matarte, ya puedo estar en paz! ¡Déjame morir, ya quiero--!
» ¡No voy a morir hasta que me haya vengado de todos, y los haya matado!
» Por favor, no hagas esto. No aguanto más… Esto duele mucho, pero no puede acabar conmigo. No quiero sufrir más--
» No importa. En cuanto acabe con todos, los maté con mis manos, entonces ya no habrá sufrimiento… ¡Eso haré--!
» ¡Déjame morir! ¡Quiero estar con ellos, por favor!
» ¡Tampoco estaré con ellos! ¡Solo estaré muerta en vano!
» ¿¡Entonces cuál es el sentido de hacer todo esto!? ¿¡Para qué sigo viva?! ¡¿Para qué muero?! ¡¡Mierdaaaaaaaaaaaaaaaa!! »
Chang'E se llevó ambas manos a la cara con fuerza, tanta que su rostro se puso rojo por la presión; todo para poder ahogar su boca y ojos, que gritaban y lloraban con terrible frustración, para liberarse de todas sus emociones sin que Dzivaguru se enterara. Sólo que, la hermana gemela menor, tenía una especie de sexto sentido que le ayudaba a ver cuando las cosas no estaban del todo bien.
" Nee-chan, Chang'E está sufriendo… No podemos dejarla así… Ya no necesitamos pelear, ahora ya no. Ya está todo terminado. "
La hermana mayor no contestó, sino que miró al suelo con un par de ojos molestos por una conclusión tan tonta por parte de su hermana menor, ¿Tanto riesgo al punto de morir para que le dijera que la pelea había terminado? ¿Tanta humillación y sufrimiento para darle la espalda tan fácilmente?
Esa podría ser la actitud de Dziva… Pero no era la manera de actuar de Dzivaguru.
« Por supuesto que no… Esto se acaba hasta que una de nosotras muera. Por tu bien, ella será quien muera. »
" N-Nee-chan, por favor no hagas esto. Ya no es necesario… "
– Cállate y no te metas. – Dzivaguru se levantó del suelo con toda la voluntad posible.
" ¡N-No…! " Dziva bloqueó el cuerpo de Dzivaguru por completo " ¡Por favor no lo hagas! ¡No quiero hacer esto, pero me obligas--! "
« ¿¡Así es como te vas a escudar!? ¿¡De nuevo harás lo mismo que hiciste cuando murió Salike, quedarte de brazos cruzados mirando como los humanos me la arrebataban!? ¡¿Vas a hacer eso de neuvo, maldita esa!? ¡Suéltame…! »
Ambas hermanas gemelas se quedaron en silencio, con Dziva en shock por esa acusación directa. Una acusación… Que sabía era muy cierta…
Dzivaguru se sorprendió de haber dicho eso; tal vez el hechizo de control había ayudado a aflojar su lengua. Dziva terminó con el bloqueo físico de su hermana.
" Tienes razón. Ya no me meteré más… Lo siento, Dzivaguru… "
– … ¿Huh? – la mayor sintió un hueco en el estómago al escuchar a su hermana llamarla así, por primera vez en su vida.
Chang'E siguió tosiendo sangre mientras lloraba profusamente, hasta que al cabo de un rato sintió que los dolores remitían y la sangre se aclaraba, hasta que su cuerpo se recuperó por completo. Débil para vivir, fuerte para morir… Un estado tan miserable y lamentable, tanto para reírse de ella.
– Así que viviré hasta que… – la diosa se miró las manos – ¿Cuánto tiempo seré esta maldición viviente? ¿Hasta cuándo… hasta cuándo…?
Su mirada, con ojos azules tan claros como el cristal perteneciente a su vulnerable y dolida personalidad, se elevó al cielo; en medio de las oscuras nubes de magia negra, aún podía ver un destello de luz en el techo protector y de la majestuosa Luna donde había vivido por 3000 años en su soledad.
Ni tan solitaria, pues allí conoció a otro personaje importante en su vida.
– ¡Hola, hola! ¿Qué tenemos aquí?
Su vista perdida y sus oídos absortos en el vacío espacial fueron interrumpidos por una presencia, algo que nunca había pasado. Levantó sus ojos apagados y se encontró con aquel hombre iluminado, vestido de manera holgada, un parche en su ojo izquierdo, y una actitud sonriente tal que molestó a Chang'E de inmediato.
Buda se inclinó de cuclillas, para mirar a Chang'E directamente a los ojos a su altura.
– ¡Vaya vaya! Debo confesar que es más joven de lo que esperaba… Cuando escuché de "Chang'E, la diosa inmortal", esperaba encontrar a una dulce ancianita tejiendo un bambú, y no una niña con su conejito como en un parque de diversiones…
– ¿Niñita?
– Lo que me lleva a… – Buda extendió los brazos a los costados – ¡Tiene toda la Luna para usted sola! ¡Debería aprovecharlo al máximo, tal vez abrir un monopolio y cobrar el triple, o montar una silla de playa para broncearte bajo la radiación solar! ¡Tantas opciones--!
– No sé quién seas, o por qué estás aquí. Y no me importa… – la diosa china volvió su mirada a la Tierra – No quiero visitas. Ya vete.
– ¿Huh? ¿En serio me correrás de tu casa así nomás?
El silencio de Chang'E fue suficiente respuesta, para la insistencia de Buda con tantos diálogos y palabras. Al final de un tiempo, hasta que se aburrió, Buda se retiró…
Pero no para siempre: al día siguiente volvió con una cesta de dulces para compartir mientras hablaba sin parar; el gesto de los dulces fue lo único que llamó la atención de Chang'E, aunque se resistió a mostrar emoción. Así ocurrió ese día, al siguiente, al siguiente del siguiente, durante esa y la siguiente semana, hasta terminar el mes… Ese día fue cuando Chang'E cedió y comió un caramelo, recuperando el color en sus mejillas.
– ¡Mírate! ¡Estás toda roja! – Buda sonrió de emoción.
– … ¿Eh? ¿En serio? – Chang'E se cubrió la cara por inercia.
Esa fue la señal que forjó la nueva amistad entre Buda y Chang'E; poco a poco el iluminado logró entablar conversaciones con la diosa lunar para conocer detalles aunque no muchos. Poco a poco una sonrisa se asomaba en los labios de la diosa cada vez que Buda aparecía, poco a poco el Pseudo-Doppelgänger fue desnudando su corazón y sus emociones originales…
– Aunque… – pero todavía había algo que le provocaba a Chang'E resistirse – Es un dios…
– ¿Un dios? ¡En absoluto! ¡Soy un ser humano!
– … ¿Qué?
La verdad se reveló en un "día de picnic" en la Luna, acompañados por el Conejo de Jade y una enorme cesta de dulces; una verdad que sorprendió bastante a Chang'E.
– ¿Es humano? ¡Imposible! ¿¡Cómo puede estar en la Luna, sin morir!?
– … Mejor dicho, yo era humano: nací rey, pero en mi vida tuve un destino escrito que debía obedecer. Cuando aprendí a escribir mi propio destino, conseguí la Iluminación Perfecta… Eso me convirtió en un dios, y me llevó al cielo cuando mi cuerpo mortal falleció. Así que soy un dios y soy un humano… ¡Lo mejor de ambos mundos!
– ¿En serio? Interesante… – comentó Chang'E, para dspués sacar a relucir su memoria – Aunque… No creo que usted sea lo mejor de la humanidad.
– ¿En serio? ¿Por qué dices eso?
– Hace tiempo yo conocí a un hombre y a una niña… Ellos son lo mejor de la humanidad. Recuerdo que sus vidas corrieron peligro, pero no dudaron en hacer lo que llamaban "hacer lo correcto": salvar la vida de otros. Sin importar perder sus vidas… Ni entristecer las vidas de sus seres queridos.
– Eso suena a una mala descripción de tu parte, mi querida Chang'E. ¿No dices que ellos "hicieron lo correcto"?
– Es la manera en que ellos le decían… Él lo hacía y ella lo siguió. Una pareja perfecta…
– ¿Y en dónde se encuentran? Porque me parece que no los has visitado en mucho tiempo.
– Pues… Ya sabe, ellos… No están aquí.
– … ¿Y no sabías que los dioses controlamos las almas? ¡De haberlo dicho antes, podría buscarlos de inmediato--!
– Ni lo intente… – negó Chang'E de inmediato – Gracias por preocuparse, pero… No los encontrará. Alguien se encargó de desaparecerlos para siempre…
Aquellas palabras conmovieron el corazón de Chang'E, agitando su alma y permitiendo a Buda asomarse a través de su Octava Conciencia; lo suficiente para ver un poco de las emociones ocultas de la diosa lunar y conocerla un poco más.
– Entonces… Ya no eres feliz…
– ¿Así lo resume? Qué sencillo y plano… – la diosa se rió por lo bajo – Oiga, ¿Puedo preguntarle algo?
– Con gusto.
– Mencionó que la "Iluminación Perfecta" le ayudó a escribir su propio destino y a convertirse en un dios, además de… darle esa personalidad tan sonriente y despreocupada. Dígame, ¿Podría esa iluminación también… enseñarme a ser feliz aunque lo haya perdido todo y… ya no tenga la libertad que anhelaba?
Esto aumentó las emociones tristes y solitarias en Chang'E, tanto que la Octava Conciencia vio a través del alma las muchas flctuaciones depresivas que tenía; sabiendo todo lo que había hablado con ella, y los muchos rumores que despertaron su curiosidad por ir a la Luna, ya se imaginaba la trágica historia que encadenaba a tan bella diosa…
– No parece haber tenido una buena vida, ¿verdad?
Un comentario muy simple que rompió la primera parte de la armadura de Chang'E; de repente, la diosa estalló en un terrible llanto, corrió a Buda y lo abrazó con todas sus fuerzas para enterrar la cara en sus ropas y, después de más de 4000 años, tener un poco de contacto físico y oídos para deshaogarse:
– ¡Todo es mi culpa! ¡Mi marido y mi hija… ellos murieron por mis estúpidas decisiones y debo pagar por esto, por toda la eternidad! ¡No es justo! ¡Tuve que morir para que ellos vivieran! ¡No es justo que yo tenga que vivir!
» ¡Quiero morir! ¡Quiero morir! ¡Por favor, use lo que tenga a la mano ahora mismo y quíteme la vida! ¡Acabe con mi vida de una vez por todas! ¡Ya no quiero vivir, pero no puedo morir…! ¡Por favor haga algo y quíteme mi sufrimiento…!
La diosa se apretó contra el cuerpo del iluminado y lloró sin control, provocando que Buda le correspondiera aunque con algo de pena al verse involucrado en esa situación tan personal. Después de un largo rato en llanto, hasta destruirse y recuperar las cuerdas vocales tantas veces que perdió la cuenta, la diosa se tranquilizó bajo los brazos de Buda como una niña indefensa.
– Por favor, haga algo, señor Buda… Quíteme esta vida que no tiene sentido. Usted puede hacerlo, ¿Verdad…?
En cambio, Buda respondió distinto: con un golpe en la cabeza de Chang'E de manera amistosa.
– Claro que podría. Pero… Hay más cosas qué hacer.
– ¿Qué? ¿De qué está hablando?
– Verás… La felicidad no es algo que se pueda regalar y, por lo tanto, no es algo que te puedan quitar…
» La felicidad la consigues por ti misma, ¡Desde adentro, tú misma eres tu fuente de felicidad! Mientras haya oscuridad, habrá luz… ¡Cuánto mayor sea la oscuridad, mayor será la luz que te ilumine! ¡Sólo hay que encontrar la luz adecuada para mi querida amiga lunática Chang'E!
– ¿Luz? ¿Oscuridad? ¡No! ¡No me está entendiendo--!
– ¡No te preocupes! Este buen hombre te ayudará a resolver tus problemas para que dejes de tener esos pensamienso suicidas.
– ¡Pero yo…! Yo no… No…
A partir de ese día, Chang'E fue "matriculada" como alumna de Buda, pasando a vivir al Valhalla donde el dios tenía su séquito de alumnos. Ella se volvió la alumna predilecta, siendo que sus actitudes adolescentes eran tan parecidas entre sí, así como 2 gotas de agua.
Y durante ese tiempo, así como en el momento en que la diosa de la luna entró en el concurso de Grecia que le dio el título del segundo Apolo, la misma pregunta permanecía en la diosa sin posibilidad de ser resuelta…
« Felicidad en medio de la oscuridad… Es posible eso… ¿De verdad es posible…? »
– … Oye… ¡Oye, gemela loca!
Volviendo la Pseudo-Doppelgänger a asumir el control principal de Chang'E, cambiando de postura para sentarse en el suelo con las piernas cruzadas, con ambas manos sobre las rodillas, y dibujando aún una sonrisa confiada; Dzivaguru levantó la vista con curiosidad.
– ¿Eh?
– Debo admitirlo… ¡Ese ataque fue asombroso! ¡Mis felicitaciones al chef por el mejor masaje de órganos que he recibido en mi vida!
» Si no fuera mejor que tú, estoy segura que me habrías matado… ¡Es una lástima!
– Tú… – el ojo de Dzivaguru se tensó con rabia – ¿Te estás burlando de mí, otra vez?
– Por supuesto que no… Eres muy fuerte, ¡Más fuerte de lo que esperaba! Todo lo contrario, ¡Deberías estar orgullosa de ti mismo! ¡Has sido una digna oponente para la diosa inmortal!
Tantos halagos al mismo tiempo cogieron a Dzivaguru por sorpresa, tanto que la diosa africana se sonrojó tras sus heridas; igual que cuando la pequeña Salike le había abrazado y halagado su belleza.
– Así que, como premio… ¡Ven y toma asiento! ¡Charlemos como mujeres civilizadas!
» … ¿No quieres? – Chang'E bufó al ver la inactividad de Dzivaguru – Aguafiestas. Empezaré yo, con una pregunta…
» ¿Qué tienes en la cabeza para sentir tanto odio por un rostro tan bello como el mío? Eso me entristece mucho~
La diosa africana movió la boca con incomodidad, aunque ya no había rastro de odio por el hechizo de control; ahora que sus emociones estaban controladas por su propia voluntad, podía hablar con libertad.
Libertad para hablar todo lo que quisiera… Y todo lo que realmente pensaba.
– … No me prestaste atención, niña irrespetuosa…
– ¡Pero qué cambio de voz! – Chang'E soltó una carcajada – Me ha sorprendido oírte sin decir ni una palabrota. Lo siento, ya puedes seguir…
– … De todos modos. Hago esto por tu traición… ¿Cómo te atreves a darle la espalda a los dioses…?
» "La Segunda Apolo"; eres una de nosotros, y se te ha confiado una gran responsabilidad. Sin embargo, has tomado tu propio camino para beneficiar a los humanos…
» ¡Aquellos que merecen el castigo de los dioses!
– ¿En serio? ¿Es culpa mía? Yo no pedí ser así…
» Fui su marioneta hasta que la humanidad me mostró lo que quería y ellos me ayudaron. Los elegí por eso, y los dioses no lo aceptaron… Me torturaron y me convirtieron en su juguete favorito, esperando que respondiera con la cabeza gacha… ¡Y aquí estoy!
Dzivaguru torció la cabeza con duda.
– ¿De verdad crees que los humanos pueden ayudar? Por supuesto que no… ¡Ellos son una amenaza! ¡Me quitaron todo lo que quería!
– ¿En serio? ¡Qué sorpresa! – Chang'E puso ambas palmas de las manos bajo su mentón – Dime dime, ¿Que podrían los humanos, aquella "amenaza", quitarle a una diosa como tú, gemela malvada? Eso no suena nada bien para presentar en el currículum.
– Tú…
Aquellas palabras le llevaron a Dzivaguru a recordar otro mal momento por el que había pasado, que reafirmaba su desconfianza en la humanidad.
– Buenos días, maestra. Hoy será un buen-- ¡¿Pero qué…?! Maestra, ¿¡Qué le pasó en la cara?!
– Si si, ya cállate. Mocoso ruidoso.
Debido al estatus especial de las hermanas gemelas, ninguna de ellas podía tener hijos; esto no supuso ningún problema para Dzivaguru, que disfrutaba en soledad además de evitar a los ruidosos y molestos infantes.
Pero esto rompía el corazón de Dziva, que, sin importarle, deseaba y anhelaba tener un hijo propio; para intentar satisfacer este deseo, la diosa africana había recurrido a un método poco convencional: la adopción.
Pero, no una normal, que sería ir a un centro de niños divinos abandonados o huérfanos para adoptar a los que quisieran. Bueno, eso también lo hacía, pero no se conformaba sólo con eso:
A Dziva le gustaba especialmente bajar al mundo humano y adoptar bebés humanos, a los que también amaba con todo su corazón, para criarlos y educarlos con la esperanza de que pudieran ascender a dioses por sus buenas acciones en la vida.
Por lo tanto, cada vez que Dziva hacía eso, Dzivaguru se encargaba de alejarse todo lo posible, aunque obviamente no siempre era posible.
– … Disculpe… – el joven de 20 años, un muchacho humano llamado Sango, se acercó con cuidado y timidez a la recién despertada diosa africana – ¿Usted es--?
– Si… – Dzivaguru bostezó y se quitó las lagañas de los ojos – La hermana mayor de tu madre y maestra, Dzivaguru; tal vez también me conozcas como "demonio de Shona". Me da igual…
» Diría que es un gusto conocerte… Pero no lo es.
Dzivaguru lanzó una mirada asesina a Sango, asustando al muchacho bastante.
– ¿¡Eh!?
– ¿Qué haces despierto a las 6 de la mañana en el día de descanso del entrenamiento? Este día es para que Dziva duerma y yo no esté con ustedes. Lo sabes, ¿Verdad?
Sango quería hablar, pero la presencia de Dzivaguru con rostro asesino y cuerpo macizo, muy distinto al de Dziva, dejaron helado al joven.
– Y-Yo… Yo…
– En segundo lugar… ¿Por qué entras, sin avisar, al cuarto de la reina de Shona? Y por si fuera poco, de una mujer casada con su marido presente…
» Bueno… – Dzivaguru levantó la vista, encontrando el cuerpo dormido de Mwari en el suelo – Presente a medias, solo para vaciar su leche en mi hermanita… Maldito gorila, lo voy a castr--
– Espere, ¿Ha dicho que Dziva está casada?
Dzivaguru volteó al joven, sorprendida por su tono de voz y más con su rostro, tembloroso y nervioso, ahora inundado en decepción.
Sus Ojos de Magara se activaron por instinto, llevándola a ver parte de su espíritu y sus emociones:
– ¿Huh? ¿Acaso tú estas--?
– ¡Lo siento mucho! – Sango se dio la media vuelta corriendo y cerró la puerta tras de sí, azotando con mucha fuerza.
" ¿Eh? Nee-chan, ¿Qué fue ese sonido? "
Dzivaguru suspiró por lo bajo al escuchar a su hermana apenas despertando; la menor era la de sueño pesado, imposible de despertar, mientras la mayor era de sueño ligero, imposible de dormir.
– No pasa nada… Ya duérmete.
" … Lo que tú digas… " casi al instante Dziva volvió a caer dormida.
Al confirmar que su menor estaba dormida por completo, Dzivaguru de alistó: salió de la cama, se vistió de la manera más recatada posible con el limitado ropero de Dziva, y salió de la habitación.
Gran sorpresa se llevó al encontrar a Sango, sentado en el suelo junto a la puerta, con las rodillas en el pecho. Al abrirse la puerta, Sango levantó su vista con esperanza, pero viendo que era Dzivaguru el rostro se le volvió a apagar.
– Es usted… Señora Dzivaguru.
– ¿Qué rayos haces aquí?
– Es que… Yo… – Sango volvió a enterrar la cabeza en sus piernas – Esperaba que la señorita Dziva apareciera por esa puerta.
Dzivaguru torció la boca con molestia.
« ¿¡Este humano no se va a rendir con mi hermana!? Maldito… Es el quinto que hace esto. »
De inmediato Dzivaguru tomó a Sango de la muñeca y lo levantó del suelo, para después caminar de forma apresurada a la salida del palacio.
– ¿¡Eh!? ¡Oiga…!
– ¿Crees que eres el primero que se "enamora" de mi hermanita? ¡Claro que no! ¡Ya sé cómo lidiar con idiotas como tú!
– ¡Espere un momento…! – Sango trató de detenerse, pero la fuerza de Dzivaguru lo obligaba a seguir avanzando – ¡Escuche! ¡Lo siento mucho!
– ¿Huh?
Dzivaguru se detuvo en seco, lo que permitió a Sango inclinarse al suelo de forma respetuosa.
– Lo siento mucho… ¡Es mi culpa! A pesar de que ella me crió y educó como un hijo, no pude evitar enamorarme de ella… Esperaba poder hablar con ella el día de hoy, declararle mis sentimientos, y esperar el rechazo…
» ¡Pero no sabía que estaba casada, lo juro! ¡Intenté hacer esto lo más discreto posible, por pena, pero no me salió nada bien! ¡Le ruego me disculpe por haber provocado este malentendido!
La diosa africana mayor abrió sus ojos con sorpresa.
« … El primero en pedir perdón antes de romperle la cara. Muy inteligente de su parte… O sincero en sus palabras. Lo que sea… »
– … Está bien. – admitió la diosa, cruzando los brazos – Voy a admitir que tienes valor para pedir perdón. Además, por respeto a ser "hijo" de mi hermana, esto será por las buenas: Te puedes marchar.
– ¿Qué?
– Vete a tu mundo, no vuelvas a contactar con mi hermana, déjanos en paz.
– Pero… ¡Yo dije que lo siento mucho!
– Si, eso ya lo oí.
– ¡Le juro que no pasará de nuevo! ¡Deme una oportunidad para enmendar mi error!
Dzivaguru rió como por haber oído un mal chiste.
– ¿Lo juras? ¿Otra oportunidad? ¿En serio tú, un humano, me está pidiendo eso?
– ¿Huh? ¿Qué tiene de malo que sea un humano? – Sango levantó la mirada con duda.
– ¿No es obvio? Cumplir tu palabra es una cosa que ningún humano puede hacer; les es más fácil caer en la mentira, el engaño, la avaricia y esas cosas. Ni quiera intentarlo, ya conozco a los tuyos…
Palabras fuertes y directas que despertaron el espíritu interior de Sango; poniéndose de pie, y afrontando los 1.75 metros de estatura de Dzivaguru, el muchacho tomó confianza para hablarle cara a cara.
– Lo siento, pero se equivoca. No todos los humanos son así.
– ¿Hablas en serio? Intentaste "ligarte" a mi hermanita, una diosa muy superior a ti, ¿Crees que soy tonta?
– Eso fue un tonto deseo que no debí haber cedido… ¡Pero yo, a diferencia de lo que piensa, tengo un corazón justiciero…! ¡Sigo aquí, con la señorita Dziva, porque quiero que ella me enseñe a hacer un mundo mejor! ¡Crear un mundo donde los humanos sean mejores personas--!
Dzivaguru ya no pudo aguantarse más la risa, estallando de forma sonora.
– ¡Dime qué estás bromeando! ¡Es imposible hacer eso!
– ¿Por qué lo cree imposible? ¿Por qué yo cometí un error?
– No solo tú… ¡Todos los humanos! Qué vivas aquí todo el tiempo no quiere decir que seas ciego al mundo…
» He visto y conocido a tu raza, por medio de los ojos de mi hermana. Ella ve las cosas buenas e ignora lo malo… Pero yo veo y percibo lo que ella deja pasar.
» La humanidad es ambiciosa, orgullosa, corrupta y pecadora. Una plaga molesta; se matan entre sí para obtener sus logros, y suben en la escalera del poder a costa de sus semejantes… No me sorprendería que los dioses quieran exterminarlos algún día.
» Mi hermana… Ella es muy inocente y frágil. Cree que puede cambiarlos, y por eso sigue adoptando humanos para convertirlos en héroes… Y siempre ve el mismo fracaso: el héroe se convierte en tirano, el hijo se olvida de su madre. Yo sé lo he dicho; no vale la pena seguir intentándolo…
– … No puedo decir nada respecto a eso. Yo también he visto a muchos de mis "hermanos" caer en sus deseos y ambiciones una vez que llegan al poder…
» ¡Pero, justamente por ellos quiero hacer un cambio!
Una pregunta trampa, siendo que Dzivaguru conocía de antemano la respuesta de todos los humanos a quienes les preguntaba ello:
– … Si. Considero que así debe ser… Los humanos debemos ser libres, con la posiblidad de crear nuestro propio destino.
» No podemos domar nuestro espíritu de libertad si todo el tiempo la correa de los dioses nos sujeta… Debemos hacerlo por nosotros mismos.
Dzivaguru se cruzó de brazos y sonrió con poca paciencia.
– Los héroes que has visto y que he visto, han bajado con la misma bandera: Humanos sin dioses. Y mira lo que tenemos… Humanos descarriados, corruptos, oprimidos y rebeldes… Un asco, y una amenaza para ustedes mismos…
» ¿Te crees especial por decir esas palabras? Todos los héroes lo dijeron una vez… Es como un ciego intentando guiar a otro ciego: ambos caerán. Dime, ¿Qué harás cuando veas que todo tu esfuerzo termina en el mismo agujero?
– En ese caso, yo… Yo deberé admitir mi error, antes de sumergirme más. Yo espero entonces… Que en el Cielo, haya corazones tan buenos como el de la señorita Dziva… Dispuestos a aceptar de regreso a un perro con la cola entre las patas…
La diosa quedó en silencio por un momento, mirando de pies a cabeza a Sango: era obvio que hablaba desde la inexperiencia de la edad, inocente de la verdadera naturaleza humana…
Aún así, todo lo que hablaba, la seguridad con que lo decía, y su capacidad de mantener la mirada en el demonio de Shona… Eso era muy nuevo.
– … Lo que sea… – Dzivaguru terminó desviando la mirada – Palabras en el aire no son suficientes para cambiar mi opinión.
– Entonces… Haré una apuesta para cumplir mi palabra. Apuesto mi alma.
– ¿¡Huh!? ¿¡Qué dices!?
– Deje que termine mi entrenamiento con la señorita Dziva, hasta que me vuelva un héroe, y que comience mi vida con la humanidad…
» Y en cuanto muera, veremos la verdad: si los dioses aceptan mi alma en el Cielo, habré ganado. Si no lo hacen y me envían a otro lado, usted habrá ganado.
– T-Tú…
Una regla especial, parecida al reglamento de entrada del Valhalla: las almas humanas de África tenían derecho a un juicio de valor de parte de los dioses del CAD. Si ellos consideraban que sus vidas fueron puras, santas y perfectas, tenían derecho a subir al reino divino y volverse semidioses; en caso contrario, los que no cumplieran sus requisitos, serían enviados a Helgafell junto con todas las almas del mundo.
– ¿De verdad quieres apostar eso?
– Es la seguridad que tengo en que cumpliré mi palabra. Para cumplir las expectativas de Dziva: un buen héroe, un buen hombre… Un buen hijo.
La diosa africana le miró durante unos segundos; por fin le tendió la mano para estrechársela.
– Si tanta confianza tienes… ¿Quién soy yo para negarlo?
Sango estiró la mano y cogió la de Dzivaguru. En el momento del apretón, la diosa cerró con fuerza para hacer crujir los huesos de la mano de Sango.
– ¡Ahhh…!
– No me gusta tocar humanos.
La diosa siguió caminando, seguida por Sango, hasta la puerta del palacio; abrió la puerta y esperó a que el muchacho saliera primero al exterior.
– Empezamos por hoy… Sé buen humano y pierde tu tiempo allá afuera, mientras mi hermanita y yo seguimos acurrucadas a gusto en nuestro día de descanso, ¿Quieres?
– ¿¡Eh!? ¡Espere--!
La diosa africana cerró las puertas en las narices de Sango y ordenó a los guardias que las aseguraran hasta que volviera de su habitación, o sea por lo menos hasta mediodía.
– Ahora a dormir… – Dzivaguru volvió a bostezar con pesadez mientras volvía a su dormitorio – Justo cuando ese maldito gorila no me dejó dormir anoche, este niño vino a joder…
» Maldito gorila. Me pondré el cinturón de castidad que guardo en el ropero para dormir a gusto.
» … A ver si ese niño cumple su palabra.
El tema de aquel día permaneció entre Sango y Dzivaguru en secreto. Después de ello, él continuó su entrenamiento de forma normal con Dziva, hasta que se volvió adulto y se convirtió en un nuevo héroe y rey para África.
Para sorpresa de la hermana mayor, que observaba desde las sombras, Sango cumplió su palabra: nunca más intentó nada con Dziva, y nunca permitió que los humanos a su cargo se corrompieran, llevando una vida prácticamente intachable salvó algunos errores menores.
Cuando su alma subió al cielo, el CAD lo juzgó con Dzivaguru presente en la mente de Dziva, observando el juicio. El veredicto fue…
Con un desbalance de 3 votos, Sango no cumplió los requisitos de un alma pura, y fue enviado a Helgafell; Dzivaguru había ganado la apuesta y demostrado que los humanos no podían ser buenos, por más intentos que hicieran.
Sin embargo… Hasta el incidente de Salike, dentro de Dzivaguru sintió que la apuesta la había perdido…
La verdad era que la humanidad había echado su cosecha contra Dzivaguru; el fracaso de Sango y la muerte de Salike. Tan solo imaginar que a Chang'E le salieron bien las cosas…
Eso le producía malestar emocional. O más bien, envidia.
– Tú… Tonta diosa…
– Así que los humanos te quitaron más de lo que podrías imaginar… Es cierto, a veces son crueles.
» Puede que te quiten todo desde un inicio… O, peor aún, pueden formar parte de ti, anclarse a tu corazón… Y desaparecer para siempre.
La diosa de la luna bajó la mirada con desgana, mientras su mente hacía un esfuerzo por revivir los recuerdos de sus noches con Houyi y sus amaneceres con la recién nacida Wu Gang. Una vida que llegó a su fin de forma abrupta…
– Quién lo diría… – Chang'E rió con ironía – Somos diosas, las más fuertes… Aún así, simples humanos nos pusieron aquí, llorando y lamentándonos… Que patéticas somos.
» Aún así, tu quieres venganza contra ellos… ¿Eso no es un poco más lamentable?
– ¿Del mismo modo que tú tienes algo contra los dioses? No me hagas reír.
Ese comentario apagó la sonrisa de Chang'E.
– Eso es distinto.
– Claro que no… De hecho, es gracias a ti, que estoy aquí de pie frente a ti.
– ¿Perdón?
– ¿Olvidas que mi hermana es buena amiga tuya? Se enteró de todo lo que te pasó, y los rumores corrieron para darte explicación… Un acto de rebeldía, atacar al Emperador de Jade matar a sus hijos… Todo por "amor a los humanos"
» Te haces llamar la víctima, ¡Pero tú provocaste todo esto! ¡Si no fuera por ti, toda mi vida sería diferente…! ¡Ella habría actuado cómo debía!
– ¿"Ella"?
– ¡Todo esto es tu culpa--!
En ese momento, la diosa africana se detuvo y se dió cuenta: había mencionado "ella", pero no refiriéndose a Chang'E.
Aquella persona que había permitido a los humanos entrar al reino divino para criarlos como hijos y darles poder de ser reyes y héroes; la persona que la llamó "demonio de Shona" pro primera vez al verse en un espejo; la persona que rompía las reglas divinas por estar con los humanos y no escuchaba los ruegos de su familia ante una situación crítica…
Quien prefirió una muerte inocente a un juicio justificado; la persona que la olvidó y nunca la defendió, aunque fuera su propia sangre.
"Ella" era la verdadera responsable de todas sus calamidades: Dziva.
" Dzivaguru, nee-chan… Por favor, perdóname por todo. Por no ser… No ser la hermana que te mereces… "
La dulce y melodiosa voz de su hermana pequeña resonó en su cabeza, martilleando su conciencia, ¿Sería ahora capaz de dirigir todo el odio y la culpa que sentía contra los humanos y Chang'E a la verdadera responsable?
No, claro que no… Algo le impedía apuntar a su hermana, una barrera que se quebró cuando Bamapana impuso su hechizo de control: su infinito y profundo amor por su hermana menor, la única persona que podía comprenderla de verdad; un corazón que prefería culpar a todo y todos, antes que provocarle un mal día a su hermanita…
« Todo es por ella, todo por ella. Siempre… Siempre ha sido así… »
Aquella frase que resonaba en su cabeza como una molestia, era en realidad una auto-promesa de Dzivaguru: darle toda la felicidad a Dziva, solo a ella, y siempre de esa manera.
« Dziva… Hermanita. »
Ese profundo amor le hizo humedecer los ojos hasta las lágrimas, aunque con un sentimiento distinto a todos los que había derramado: no eran lágrimas de odio, desprecio o impotencia…
Lágrimas de amor.
– ¿Huh? ¿Qué es esto…?
Al verla de esa forma, Chang'E sintió empatía por primera vez en la batalla; esa experiencia en Dzivaguru fue muy similar a la que Chang'E tuvo después de recibir a Wu Gang en sus brazos de recién nacida.
– Así que la gemela malvada también tiene sentimientos, como toda una humana… Es tan lindo de ver.
» ¿Dijiste que era mi culpa? Parece que el destino nos metió en este lío, esperando que alguna de nosotras cumpla su deseo…
« De ser así, ¿Qué me toca a mi? »
La cara de Chang'E bajó de ánimo, así como sus ojos cambiaron de color, cediendo su personalidad original; también con sus pensamientos anteriores:
« No importa lo que haga… Si gano y mato a todos los dioses, incluyendo a ella… Nadie me devolverá a Houyi ni a Wu Gang. Cumpliré mi venganza… ¿Para qué? ¿Cuál será mi recompensa?
» Y aún si muero y por fin me hago libre de esa maldición… Tampoco los encontraré del otro lado. Solo desapareceré para siempre… Entonces, ¿Qué sentido tiene todo eso? »
Chang'E se llevó una mano a la cara, para soltar pocas lágrimas.
« No importa lo que haga… Siempre pierdo. Sigo siendo… Esa tonta criada que debe conocer su lugar… »
Sus ojos se asomaron para ver a Dzivaguru, quien por lo menos contaba con la presencia de Dziva lista para recibirla en caso que ganase la pelea.
Eso le provocó tristeza a Chang'E; o más bien, envidia.
– ¡Señorita Dzivaguru!
Con las nubes de magia negra desapareciendo del campo de batalla, se abrió el camino para que los espectadores pudieran ver el combate, así como los encargados en el coliseo consiguieron nuevas cámaras para continuar la transmisión.
Entre los humanos, había una pareja en particular que estaba muy emocionada… No por la diosa luchando de su lado, sino por la mujer africana. Tal pareja eran Salike y Sango, los humanos que lograron tocar el corazón de Dzivaguru.
– ¿Eh? – los ojos de Dzivaguru se abrieron en sorpresa al verlos en las gradas.
– ¡Usted puede, señorita Dzivaguru! – Salike levantó ambos brazos en el aire – ¡No se rindió ante los malos, hoy tampoco! ¡Usted puede ganar!
Sango se limitó a sonreír con confianza, así como a levantar el puño en señal de afirmación.
El gesto por parte de ambos humanos sorprendió bastante a Dzivaguru; por primera vez en mucho tiempo, estaba recibiendo ese tipo de apoyo…
– ¡Vamos, mi amiga! – Anansi gritó emocionada y con toda la fuerza posible – ¡Hazla pedazos!
– Tú puedes, cuñada. – asintió Mwari de inmediato.
Los ojos de Chang'E rodaron por lo bajo, al ver todo el apoyo que recibía la diosa africana; eso le hizo preguntarse… ¿Cómo reaccionaría Houyi y Wu Gang si la vieran en combate, ahora mismo?
En lo profundo del Nilfheim yacía esa respuesta:
– ¡Vamos, mami! ¡Tú puedes ganar, como siempre lo has hecho! ¡Mami no puede perder, las reglas lo dicen!
– ¡Por supuesto…! – Houyi levantó a Wu Gang en sus hombros – ¡Mamá es la mejor! ¡Ella nunca perderá!
– ¡Claro que no!
En el interior de Houyi yacía otro pensamiento.
« Aunque… Ganar significa que seguirás allá arriba y nosotros aquí. No me gusta, pero… Vice por favor. Vive por tu familia… Vive con nosotros en tu corazón… »
El corazón de Chang'E latió con fuerza, haciéndola sonreír de lado por lo bajo.
– Tener tantas personalidades en la cabeza me hace alucinar cosas… Diablos, necesito pastillas.
» ¡Bien, gemela malvada! – Chang'E levantó las manos y dio un aplauso – ¡Qué buena plática tuvimos! ¡Me encantó, en especial el dramatismo emocional!
» Pero… Me parece que teníamos una cita pendiente, ¿Vamos de una vez a comer el postre, preciosa?
– … No podría estar más de acuerdo.
Una batalla a muerte; solo una puede ganar, y solo una puede darle la ventaja al bando que representa.
Ante el sentimiento de Dzivaguru, ambas diosas actuaron:
Dzivaguru comenzó a mover sus dedos, para formar en ellos magia negra… Sin embargo, a su rastro salió un poco de polen fosforescente, proveniente de la magia verde de la vida.
" ¿Nee-chan? ¿Acaso esto es…? "
– ¡Maestro, eso es imposible! – Esus saltó de la sorpresa – ¡Está… está usando la magia verde y la magia negra!
– ¡Tiene razón! – Taranis concordó – ¡Son magias contrarias! ¡Es imposible que pueda hacer eso…!
Cernnunos asintió con la cabeza.
– Es cierto; sus naturalezas impiden esa unión. Pero… ¿Y si hablamos de lo sobrenatural, como un Doppelgänger que usa ambas magias por separado o en conjunto? Algo así podría unirlas, incluso si se trata de un milagro…
Ante la sorpresa de aquello, Chang'E no se quedó atrás: tomó un puñado de flechas platinas de su rota bolsa, al tiempo que tomaba el arco de plata del mango para desenvolverlo en hilos esmeralda y platinos.
La magia bicolor de Dzivaguru tomó forma en sus manos, para después sujetar el escudo divino y trasladarse allí; los hilos del Tejido de Jade se envolvieron en las flechas platinas para dar forma a una especie de lanza de gran tamaño.
La diosa africana concentró la magia en el escudo, terminando por formar la cabeza de un rinoceronte y apuntando con las manos estiradas a Chang'E; la diosa china levantó ambos brazos, como usando un arco divino, y posicionó la flecha entre sus dedos, apuntando con las extremidades estiradas a Dzivaguru.
– ¡Chang'E y Dzivaguru levantan sus armas y se preparan para un nuevo choque! ¡Parece que la pelea tomará su punto final, aquí y ahora!
Todos los espectadores quedaron llenos de grandes expectativas sobre lo que podría ocurrir a continuación; dioses y humanos guardaron silencio esperando aquel mencionado choque, que decidiría el final de la primera mitad del Ragnarok.
– Solo una quedará en pie… – comentó Sigrune en voz baja – Pero, ¿Quién será…?
– Quien pueda ayudar a la humanidad… – respondió Geir, con los dedos cruzados bajo su ropa – Eso espero.
« Por favor, ambas, salgan con vida… Por favor no mueran. Por favor no mueran… »
Chang'E y Dzivaguru respiraron bajo, intentando calmar sus acelerados corazones y aspirando todo el aire posible. En la frente de ambas diosas, una gota de sudor se desprendió de sus pieles y viajó por el aire hasta caer al suelo, sobre la poca hierba que quedaba…
Ese fue el punto de partida.
Dzivaguru fue la primera en atacar; sus pies cogieron fuerza y se lanzaron con fuerza, para avanzar por el campo de batalla; el escudo con magia combinada empezó a consumirlo y destruirlo todo a su paso, como un rinoceronte enfurecido arrollando todo a su alrededor, con tal de llegar a embestir directamente a su objetivo.
Mientras tanto, Chang'E tensaba los brazos para aumentar la fuerza de disparo de su flecha, como si intentara acertar en medio de los ojos del rinoceronte. En cuanto la diosa africana estuvo a menos de un metro de ella, Chang'E disparó su flecha; la más fuerte que había disparado nunca, incluso más que las mejores flechas de Apolo.
El impacto entre la flecha y el escudo se produjo en un santiamén, y acabó generando una fuerte explosión que volvió a llenar el campo de batalla de humo y una luz cegadora que sorprendió a todos los espectadores. La fuerza de la magia combinada así como de aquella flecha era tanta, que el tiempo se detuvo en su choque que pareció ser eterno y sin final, como un objeto inamovible golpeado por un objeto imparable.
Pero, al cabo de unos segundos, el golpe dejó ver a su vencedor; el escudo acabó cediendo a la fuerza del impacto y voló por los aires con la flecha clavada en su superficie, abriendo un agujero por primera vez en el combate. Golpeó con un estallido el suelo y rodó un poco antes de encallar en el suelo, sin rastro de Dzivaguru…
« … Así será… » pensó Chang'E al ver el escudo de Dzivaguru fallar, con rostro de mala gana « Parece que yo… Espera. »
El escudo estaba derrotado, pero… NO había señales de Dzivaguru.
Por inercia la diosa lunar volvió la mirada, encontrando a Dzivaguru agachada en el suelo, con la magia combinada en su puño lista para golpear.
– ¡Eso es…!
En ese momento Chang'E se dio cuenta de la estrategia de la africana; en el último segundo soltar el escudo y dejarle correr, con el fin de crear una distracción para que Chang'E se despojara de su única arma. Siendo que ya había recibido un disparo parecido, no cometería el error de recibirlo ella misma otra vez…
Dzivaguru reunió toda la fuerza que pudo en sus piernas y cargó contra la diosa lunar de inmediato.
– Lo juré… desde que entré en esta arena de batalla… ¡Yo voy a ganar!
Con la sorpresa y la nula defensa de la diosa lunar, Dzivaguru saltó a Chang'E: su mano derecha se posicionó en el hombro izquierdo, sus piernas rodearon las caderas y piernas de la mujer china para no dejarla pasar, y la magia negra y verde se concentró en la mano izquierda hasta formar la misma figura de rinoceronte.
Entonces Dzivaguru lanzó su golpe con todas sus fuerzas, aterrizando directamente en la mejilla y la cara de Chang'E; una mancha de sangre salió disparada por el impacto, y ambas cayeron al suelo…
Fecha de publicación: 12/04/24
Autor: ASFD
Edición: Darklord331
Nota de autor: …
¡Ay cierto! Olvidé algo XD
Pues bien, con este capítulo damos el punto final, para entonces lanzar la pregunta más esperada por toda LATAM fandom de LR unida; ¿Quién recibirá su dosis de cuello y quién no?
Ya veremos qué pasa UwU. Se me olvidó terminar el cap (perdón, he estado a full estos días), así que espero traer la última parte pronto y darles el resultado de este conflicto. Bomnito UwU
Todavía no hay fecha, así que no se despeguen de sus cuentas hasta que yo quiera >:3. Sin más que decir, ¡Los leo en el siguiente capítulo!
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