Capítulo 77.2: Festival de Otoño. Luna nueva

2000 A.C.
Conferencia de dioses, Sede en Valhalla

Tras un rato levantando carteles y expresando sus opiniones, la votación terminó; en contra de lo esperado, se decantó a favor de la humanidad: el 74% por su supervivencia por 1000 años más, mientras el 26% votó por su exterminio total.

Sentado en su enorme y cálido trono, acariciando como una mascota al pequeño dragón en su regazo, el Padre del Cosmos miró a todos con un suspiro de satisfacción.

– Así que, con esto, la existencia de la humanidad continuará otros 1000 años, ¿Verdad? Sin embargo, dicho esto, me gustaría escuchar a algunos de ustedes.

Afrodita levantó la mano y habló del pueblo de Tebas, que hacía muchos sacrificios sin sentido y se comportaba de forma rebelde. Tras un altercado entre Shiva, dios hindú de la destrucción, y Ares, dios griego de la guerra y administrador de la zona, se decidió que este último les infligiría un castigo divino.

– Muy bien… ¿Alguien más quiere decir algo?

El siguiente en levantar la mano fue el Emperador de Jade.

– Me gustaría añadir algo más… En Kuaiji, los humanos son muy arrogantes e independientes.

» Se les impuso una prueba de inundación y, en lugar de adorarnos y elevar sus plegarias, tomaron las herramientas para encontrar una solución y librarse del problema.

– ¿Eso es lo que hicieron? ¿Su problema fue resolver? ¡Ay, qué malos! – exclamó divertido Loki, el dios de la mentira, desde la comodidad de su asiento.

– Además, quieren suplantar el reinado de mis hijos. Han creado su propia dinastía y quieren ocupar el lugar de reyes sobre nosotros… ¡Inaceptable!

» Mi secretaria fue enviada para confirmar el estado de los humanos, y… No lo contradijo; confirma lo que mis hijos han dicho.

Dziva, la única representante del CAD presente en la reunión, sonrió con nervios al tener una diferencia de opinión sobre el asunto, pero no el valor de hablar delante de los demás líderes de panteón.

« Siguen pensando en vengarse de los humanos por unos errores… Eso no está bien. »

" ¡Si te digo la verdad, a mí también me gustaría salir un poco a quejarme! " exclamó Dzivaguru desde el interior de su hermana pequeña " Sobre todo por esos tontos adoptados en casa que tengo que aguantar por tu culpa. "

« ¡N-Nee-chan…! » las mejillas de Dziva se encendieron de un rojo intenso « ¡P-Por favor, no pienses en esas cosas! »

– ¡Esta vez, iré yo! – Shiva se levantó de su asiento, con la cara sonriendo de emoción de nuevo – ¡Y esta vez nadie me detendrá, ¿Lo han entendido?!

Odín y Poseidón, dioses de mucho peso en estas decisiones, estuvieron a punto de asentir en silencio hasta que interfirió de nuevo el Emperador de Jade.

– Me gusta tu espíritu, Shiva, pero debo detenerte. Puesto que forma parte de mi jurisdicción, debo ocuparme de este asunto.

– ¡¿Me estás jodiendo?!

– ¿Qué propones, entonces? ¿Cómo te gustaría proceder? – Afrodita levantó el rostro con curiosidad.

– Tengo la intención de enviarles un castigo, para que sepan que yo, el Emperador de Jade, no permito que nadie se burle de mi panteón. Tengo en mente que mis propios primogénitos me ayuden con eso.

– ¿"Primogénitos"? – Loki torció la cara – ¿Cuántos tienes?

– ¿Y tienen capacidad para algo así? – se atrevió a preguntar Susano'o no Mikoto, líder de los Takamagahara, reino divino japonés y vecino del Emperador de Jade.

– Estamos hablando de simples humanos, ¿Qué es lo peor que podrían hacer?

» Además, suponiendo que ocurriera un milagro imposible… Estoy hablando de mis hijos más fuertes. Es obvio que lograrán su objetivo, sin contratiempos de ningún tipo.

– Muy bien… – Zeus se llevó la mano a su barba gris – Así que ya tienes todo en mente…

– Pero no actuaré hasta que usted me dé la señal, señor Zeus. – asintió el Emperador de Jade, bajando la cabeza con sumo respeto.

– ¡Jojojo! Me gusta mucho tu actitud… – al final de su risa, el dios griego asintió – Creo que está bien. Puedes proceder como quieras.

– Muchas gracias, señor Zeus.

La conferencia se prolongó durante algún tiempo, con muchos otros comentarios de los dioses de cada panteón respecto a los humanos. A pesar de que la mayoría había votado a favor de la humanidad, era cierto que había muchas quejas sobre ellos en muchos ámbitos diferentes… Algo que a la larga podría acabar de muy mala manera.

En cuanto terminó la conferencia y Zeus golpeó con su pequeño mazo, la sala de reuniones comenzó a vaciarse lentamente por el gran número de personas reunidas. Sin embargo, el Emperador de Jade no tenía tiempo que perder: al salir de la sala, cogió su dispositivo para hacer una llamada rápida y ponerse en contacto con el reino de Tian lo antes posible.

[ ¡¿Eh?! Ah, eres tú, papá… ¡Qué susto me has dado! ]

– Di Jun, ¿Qué haces con el teléfono de tu hermano mayor? No importa. Ya tengo la respuesta del señor Zeus: pueden proceder con el castigo divino a la humanidad.

[ Espera, ¿Hablas en serio? ¡Es fantástico! ]

– La conferencia acaba de terminar y me dirijo de inmediato al reino de Tian. Recuerda estar atento a cualquier anomalía--

[ ¡Papá, no seas tan pesimista! ¿Qué podría pasarnos? Al fin y al cabo, sólo son humanos. Además, en cuanto llegues a casa y el trabajo esté hecho, ¡¿De qué te quieres preocupar?! ]

– Haz lo que te digo.

[ ¡Veré lo que puedo hacer! No prometo mucho. ]

La llamada se cortó y el Emperador de Jade subió a su carro divino para llegar a Tian, viaje que le tomaría un aproximado de 5 horas…

– ¡Gente de Kuaiji! Les agradezco tanto por todo lo que han hecho… Por fin, ¡Hemos salvado a China de la gran inundación!

– ¡Larga vida a Yu el Grande! ¡Larga vida al rey!

Tras 13 años de duro trabajo y muchas generaciones de hombres y mujeres entregados a su causa, los canales para desviar las crecidas del río Yang-Tze habían sido completados. Todo bajo el mando de Si Wei Ming, ahora nombrado Yu el Grande: el nuevo futuro emperador de China aceptado por la humanidad.

Como todo trabajo bien hecho, llegó la fiesta en la que la gente se entregó al desenfreno para celebrar sus logros. Por desgracia, la celebración no duró mucho…

El calor comenzó a sentirse en la atmósfera de forma muy notable y el cielo comenzó a despejarse con la luz del sol, imposible siendo altas horas de la madrugada; a lo lejos del pueblo, a pocos kilómetros, un gran número de nubes comenzaron a alborotarse en el cielo.

Los aldeanos se reunieron en la muralla de la ciudad y se asomaron para ver de qué se trataba; Yu el Grande fue el primero en darse cuenta, que le hizo sentir un gran terror en su cuerpo.

– No puede ser, ¡Hemos provocado la furia de los dioses!

De aquellas nubes surgió una luz celestial que abrió el camino al Cielo: un gran grupo de ángeles con armaduras doradas descendió de las nubes para tomar posiciones de ejército. Detrás de ellos, llevaban el peso pesado:

10 formas humanas, con túnicas divinas en su mayoría rojizas, y todos con el aura solar rodeando su cuerpo: los primogénitos del Emperador de Jade y Xihe, también llamados los 10 soles.

– ¡Ríndanse, desdichados humanos, a la voluntad de los dioses! ¡Reconozcan su pecado y humíllense ante sus creadores!

Los ángeles tomaron posiciones de ataque apuntando a Kuaiji, mientras que los 10 dioses, sin importarles que su presencia comenzara a quemar el suelo bajo sus pies, se dispusieron a charlar por un momento…

– ¡Alto!

Pero ya había alguien esperándolos, que les llenó de sorpresa: una mujer, de aspecto divino, custodiaba la entrada al muro de la ciudad. Sin embargo, en cuanto los 10 hijos la reconocieron, sonrieron con sarcasmo.

– Pero, ¿qué es esto? ¡Por fin apareció la criada de papá!

La diosa lunar Chang'E, de frente al pueblo y usando los regalos de Atenea para su misión: protección para cubrir el pecho, los hombros y brazos; una bolsa llena de flechas en su costado derecho; un arco plateado parecido al de Apolo.

La cara de Chang'E era tan seria como podía ser… Pero por dentro se moría de los nervios.

« ¡Esto es una locura! ¡Solo yo quiero hacer esto, porqué él dijo esas cosas tan lindas…! Pero, bueno… Al menos, el vejestorio no vino. »

La guardia celestial de ángeles se detuvo a una gran distancia mientras que los hijos se acercaron para encarar a Chang'E, como aves de rapiña revoloteando a su alrededor.

– ¡Por fin apareces, criada de papá! – Di Jun, el menor, rió con picardía – Mi padre estaba preguntando por ti… ¡Me dijo que ya echa de menos sus almohadas de muslos!

– ¿¡De verdad haces eso!? – los demás se rieron a carcajadas – ¡Yo también quiero! ¿Cuánto cobras…?

Chang'E respiró hondo aunque de mal humor, evitando caer en sus provocaciones.

– Hubo un error de información. No deben castigar a los humanos.

– ¿Huh? ¿Qué estás diciendo? – Di Jun torció el rostro furioso – ¡Mi padre me habló para informarme de que el Valhalla había aceptado su decisión!

Tan solo escuchar eso, Chang'E tragó saliva con susto.

« Así que Valhalla ya sabe… Eso va a complicar las cosas todavía más. »

– La humanidad no merece su castigo. Los informes dados por el Emperador de Jade en la conferencia deben ser erróneos; los humanos no tienen un historial de pecados por los que pagar--

– ¿Qué tonterías dices? – el mayor de los hijos avanzó hasta situarse frente a Chang'E – ¿Qué no merecen castigo? ¡Has vivido con ellos por 30 años, ¿Y no has visto nada?!

– No, no se trata de eso… – el segundo, leyendo la expresión de Chang'E, pudo ver algo más – Es otra cosa, ¿No? Esos ojos brillantes mienten…

» ¡Parece que la criada se encariñó con las mascotas!

Los chicos empezaron a reír a carcajadas, dejando a Chang'E con un ambiente un tanto incómodo por su desagradable risa como de hienas.

– ¿En serio? ¿¡La criada con sentimientos!?

– ¡Quién lo diría! Empezó a seguir órdenes… ¡Ahora resulta que les ha cogido cariño! ¡Tan predecible y tonto! ¡Patético!

– Me pregunto, ¿Cuánto amor has necesitado para llegar a este punto? – el hijo mayor se acercó a Chang'E, tomó su mejilla y levantó su rostro – Es sólo afecto y aprecio… ¿O hay algo más?

La diosa entrecerró los ojos contra el dios, para después de un momento quitarle su mano de encima.

– Por supuesto que no es eso. Aunque, tienen razón… Me he encariñado con ellos, lo cual no entiendo bien.

» Es cierto que tienen muchos defectos, los cuales he visto en todo este tiempo. Y… si solo fuera por eso, no estaría aquí diciendo estas cosas…

» Pero también, he visto su espíritu de libertad que hace en sus interiores: viven una vida plena, toman sus decisiones y consiguen lo que se proponen.

» Eso ha cautivado mi corazón… ¡No deben ser exterminados los humanos, cargando ese espíritu tan libre y noble!

Los 10 muchachos callaron con sus palabras; pero no por siempre. El mayor, al parecer, podía ver más de lo que había a la vista…

"Cautivó mi corazón"… ¿No me digas que te enamoraste de un humano?

A Chang'E se le cortó la respiración.

– ¡Ja! Qué cara de susto has dibujado… Me hubiera tragado tu monólogo si te hubieras reído en vez de asustarte.

Inmediatamente, un par de sus hermanos la agarraron de los brazos con fuerza, arrebatándole su arma divina y sometiéndola.

– ¡Oigan! ¡Suéltenme…

– Tenemos órdenes de nuestro padre a cumplir… ¡Y ahora, con más gusto, sabiendo que la maldita criada que engatusó a nuestro padre ahora está engatusada por los humanos!

– ¿"Engatusar"…? ¿¡Quién les dijo esas mentiras!? ¡No tiene nada que ver con ustedes--!

– Por supuesto. – asintió Di Jun con rostro molesto – Cualquiera que haga enfadar a nuestra madre será nuestro enemigo.

– Ya odiábamos a los humanos… ¡Ahora, sabiendo que podemos joderte la vida, con mayor razón los eliminaremos!

El hermano mayor alzó el vuelo, levantó una mano para crear una bola de fuego y la lanzó contra el muro de piedra, provocando un enorme agujero con una explosión por la que muchos de los humanos que estaban observando murieron abrasados.

– ¡Suéltenme! ¡No hagan eso…!

Por muchos gritos que lanzara, o por mucho que se esforzara por liberarse, no le era posible; sus ojos brillaban a la luz de la luna mientras observaba como los hermanos jugueteaban cínicamente destruyendo la muralla y sus llamas alcanzaban la ciudad. Sus oídos escuchaban los gritos de la gente, de muchas mujeres y niños que sufrían graves quemaduras; de familias que huían de la destrucción sin conseguir nada.

Pero no le importaban ninguno de ellos: sus oídos y sentidos estaban concentrados en encontrar la voz de Houyi. Que huyera y estuviera a salvo, que estuviera lejos de la destrucción; que pudiera salvarse de aquel castigo divino…

" Usaría mi libertad para hacer lo correcto. "

Las palabras de Houyi volvieron a resonar en su cabeza…

« Eso fue lo que me dijiste… Arriesgar tu vida por los demás. Seguro estás haciendo eso, en estos momentos…

» Lo que yo también debería hacer. »

Chang'E levantó una pierna para patear la cara de un hermano, rompiéndole la nariz y liberando de de sus brazos; giró su cuerpo y consiguió lanzar al otro hermano tras su espalda. Tras ello, corrió por su arma divina, poniendo la punta en el suelo, tomando la flecha de su bolsa, y apuntando hacia el cielo… Hacia el hermano mayor.

« Ya lo había decidido. No es por ti ni por ellos… ¡Esto es por mi misma! »

Y soltó la flecha.

El fragmento de metal divino voló por el aire en un instante, como las famosas flechas doradas de Apolo; ninguno de los hijos pudo advertirlo, así como el mayor no se dio cuenta del momento en que la pecha atravesó su corazón. Solo hasta que la sangre empezó a correr por su cuerpo, un calor le embargó el pecho… Y, cayendo en la tierra, halló la muerte.

– ¿¡Ehhh!? ¿Pero qué…?

La diosa lunar respiró hondo; recargó el arco con otra flecha, y bajó el mando para apuntar a los demás hermanos en la tierra.

Los hijos restantes estallaron en furia divina, desatando llamas de fuego a su alrededor.

– ¡Maldita hija de puta! – el segundo hijo se volvió a Di Jun – ¡Avisa a padre de esto, ahora!

– ¡Soldados! – el tercero se dirigió a la tropa angelical – ¡Acaben con ella!

De inmediato los ángeles se abalanzaron sobre Chang'E, al tiempo que Di Jun se acercaba al cielo para regresar a Tian; ella apretó su arco y respiró hondo, recordando e imitando los pasos que Atenea le había enseñado, según los movimientos del dios griego del sol cuando usó su arco y flechas en la Gigantomaquia.

Sus dedos tensaron la cuerda y, con toda su concentración dirigida a sus brazos, respiración y mirada de águila, soltó la lluvia de flechas más veloces… tanto como la luz misma.

Apollo Epicúreos
[ Flecha Dorada del Meteoro Brillante ]

Su lluvia acribilló a los soldados, con resplandores dorados que acabaron con cuerpos angelicales destrozados y esparcidos por el suelo; al mismo tiempo, algunas flechas doradas volaron lejos y alcanzaron al tercer hijo del Emperador de Jade, destrozándole el cuello y quitándole la vida, así como a Di Jun, clavándose en su estómago y fue lanzándolo hasta caer al suelo.

– ¡Agh…! – Di Jun se revisó y notó una gran mancha en la ropa y en el cuerpo, que dolía mucho y le quemaba como el mismo infierno, o mejor dicho – ¡Es como si esa maldita me hubiera disparado el sol!

Di Jun alzó de nuevo el vuelo para alcanzar el cielo, aunque fue acribillado por más flechas que salieron disparadas al azar: una en la pierna y otra en el hombro derecho. Aún así, el dios continuó su vuelo para escapar y dar aviso; antes de desaparecer entre las nubes, se volvió una última vez al campo para apreciar el daño causado por Chang'E.

Lo que vio fue la figura divina de la diosa lunar, casi resplandeciendo como el Sol mismo, provocando una masacre de dioses…

– ¡Por fin he vuelto a casa!

Tras su viaje de 5 horas, el Emperador de Jade llegó a Tian; tan rápido como entró al palacio, esperaba encontrar a su séquito de sirvientes listos para atenderlo y darles las buenas noticias de su misión al mundo humano.

Sin embargo, lo que encontró era un gran desastre escandaloso:

Gran cantidad de sirvientes corriendo de un lado a otro, haciendo un sinfín de tareas: llevando vendas y medicinas, utilizando aparatos para comunicarse, gritando y en confusión.

Entre tanto desorden, había una reunión lo más pacífica posible: el encargado de los sirvientes hablando con 2 hijos del Emperador, Shùn y el Emperador Amarillo.

– ¡Pero, mis señores, necesitamos encontrar a tu padre inmediatamente para darle esta noticia!

– Que grites tan escandaloso no hará que sepa dónde está mi padre. – respondió el Emperador Amarillo, sorbiendo de un vaso de malteada.

– ¡El chico tiene heridas graves en el estómago! ¡Y podría perder una pierna!

– Que lástima – suspiró Shùn sarcástico – De todos modos, ese chico no me caía nada bien. Era un tonto y engreído, tanto como ese demonio Chi You…

– Ahora que lo mencionas… – el Emperador Amarillo dio vuelta a la conversación – Fue buena idea arrojarlo al mundo humano. Seguro así dejara de molestar, y puede que algún día un humano lo mate.

– ¡Claro que sí! ¡Ese tipo es tan débil que incluso un ciego podría matarlo!

– ¡Por favor, mis señores, ayúdennos a encontrar a su padre! ¡Necesita saber el estado de su hijo Di Jun--!

– ¿Mi hijo?

El sirviente y ambos muchachos apartaron la mirada, encontrando al Emperador de Jade de pie a un par de metros de ambos. El Emperador Amarillo abrió los ojos sorprendido y dio un sorbo a su malteada sin discreción.

– Oh, mira. Aquí está. De nada por la ayuda.

– ¡M-Mi señor…! – el sirviente se arrodilló de inmediato – Queríamos comunicarnos con usted pero… ¡Tanta confusión nos ha sido imposible encontraros! ¡Pero por fin ha llegado--!

– ¿Dijiste algo sobre Di Jun? – el Emperador de Jade arrugó los ojos con… una intriga asesina capaz de matar a quien le traiga malas noticias – ¿Qué le pasó a mi hijo?

Los humanos salieron de sus escondites para dar la bienvenida al nuevo amanecer, encontrando justo fuera de la muralla de la ciudad el enorme desastre que se había producido en la noche. Todos salieron de la ciudad, asustados y con mucho miedo, para ver lo que quedaba.

El muro destruido en su mayor parte, el suelo incinerado y con muchas flechas doradas y plateadas, clavadas en el suelo… O, mejor dicho, en los cadáveres.

Lo más sorprendente de aquel escenario era la cantidad de cadáveres esparcidos por el suelo; tanto de los soldados angelicales, en su mayoría mutilados, como de los 9 hijos del Emperador de Jade, fáciles de reconocer por su aspecto diferente, con flechas en el pecho o en la cabeza, para los que aún tenían sus cabezas.

Finalmente, justo frente a la puerta, el cuerpo femenino divino responsable de esta masacre, de rodillas y apretando con el arco divino que aún estaba de una pieza. Una de sus manos estaba perforada, su cuerpo cubierto de quemaduras, la armadura desgarrada, y la sangre corría de pies a cabeza. Lo único que la descartaba de ser una muerta más era su respiración entrecortada y lenta.

Entre todos los humanos que se habían reunido a su alrededor, uno apareció corriendo para tomar a la diosa por la cintura.

– ¡Amor, querida! ¡¿Qué es esto?!

Ante la voz preocupada de Houyi, Chang'E sonrió con suavidad; soltó el arco divino y se dejó caer al suelo, lo que fue impedido por el hombre, que la abrazó por completo y la apretó contra su cuerpo.

– ¡Chang'E…!

– Hou… Houyi… – sonrió al sentir su cuerpo tan cerca – Eres tan cálido y confortable.

– ¿¡Qué ha pasado!? ¡No entiendo por qué estás así!

– … Porque hice mi elección… – Chang'E levantó la vista y, con su mano perforada, tocó coquetamente la nariz de Houyi – Yo… y tú…

– No entiendo nada… Los dioses vinieron y ellos… Pero estos son…

Chang'E rió un poco nerviosa.

– Tenías razón… No soy humana, sino una diosa… Tu diosa.

Houyi tenía tantas preguntas y confusiones, pero no tenía tiempo que perder.

– ¡Debemos llevarte a un médico, de inmediato! ¡Te estás desangrando!

– … Cierto, tienes razón. Lo siento… Es que estar en tus brazos… Me vuelve muy tonta~

Houyi cargó a Chang'E en brazos y se apresuró a regresar al pueblo, sin saber que su condición divina dificultaría las cosas; ambos seguidos por la gente, quienes empezaron a alabar a Chang'E como la diosa que salvó a la humanidad.

Por primera vez, un dios hacía esto, aunque la hazaña no fue única… en Tebas, al mismo tiempo, un humano tomaba la sangre de Zeus para detener el ejército de Ares de la destrucción divina. El mismísimo Zeus tuvo que intervenir y, para llegar a un acuerdo con este nuevo dios, se tuvo una condición…

Los dioses hicieron silencio a todos los asuntos humanos, por los siguientes 4000 años, de forma que no intervendrían de ninguna manera con la humanidad. Así, el Emperador de Jade quedó con las manos atadas antes de poder descender al mundo humano para cobrar venganza por la muerte de sus hijos… Aunque también, esta prohibición afectó de manera severa a los dioses que ayudaban a la humanidad de diversas maneras, como el CAD de África.

Está decisión de no intervención permanecería hasta que todos los dioses estuvieran de acuerdo con el exterminio humano, cosa que traería a la luz el primer Ragnarok…

A todo esto, ¿Qué pasó con Chang'E?

Después de ser curada en secreto por Shùn, comenzó su nueva vida con Houyi, con muchos privilegios de parte del primer emperador humano Yu el Grande, en agradecimiento por sus actos heroicos; gustos y lujos que mimaron bastante a Chang'E

Pero, esto no le era importante, sino su nueva vida que comenzaba: contrajo matrimonio con Houyi y al poco tiempo tuvieron a su primera hija, Wu Gang: con el físico y el cabello oscuro de su padre, mientras los ojos y la actitud rebelde y mimosa eran de su madre.

Una hija semidivina viviendo entre la humanidad, algo que en China no era tan común que ocurriese… Pero, a Chang'E no le importaba.

Nada, absolutamente nada, a excepción de una cosa: haber cumplido el nuevo sueño en su vida: despertar en el pecho de Houyi, recibir a Wu Gang correteando por las mañanas y empezar el día en familia, cosas que a la diosa lunar nunca se le habrían ocurrido…

¿Quién podría pensar que esa vida ajetreada de madre y esposa, era la vida de paz que tanto anheló desde que estaba bajo la sombra del Emperador de Jade? Solo faltaba llevar a su conejo al mundo humano, y el deseo estaría cumplido…

Bueno, eso y su primer capricho de vivir en la Luna: si le cumplían ese antiguo deseo, lograría tener su vida plena y lujosa, con la compañía correcta en el lugar correcto. En eso pensaba cuando salió del palacio, su hogar, para ir al mercado a comprar algunas cosas con motivo de su aniversario de boda. Al terminar de comprar, metió unos frascos de vidrio en su bolso y encontró algo que en teoría no debería estar allí…

– ¿Huh?

Tomó el objeto extraño y lo sacó de su bolsa: un pequeño frasco, con liquido rojizo y espeso, que daba índices de ser divino. Al pensarlo un par de veces, su mente recordó que era esa cosa:

– … ¡La caca de conejo! ¡El elixir de la divinidad!

¿Cómo había llegado hasta sus manos? De hecho, la respuesta era muy sencilla:

« Cierto… » la diosa se pasó una mano por la cabellera con gran sorpresa « Este es… el deseo que me concedió el Emperador, antes de hacer todo esto…

» Lo había pedido pensando en convertir a Houyi en un dios y sacarlo de la ciudad antes de la intervención de los primogénitos del Emperador… Pero…

» Antes de hacerlo, hablé con él para tener su opinión… Obviamente no le dije nada de lo que sabía, sino que le hice una pregunta al azar… Y él me dió su respuesta: "Usaría mi libertad para hacer lo correcto".

» Mierda, eres un tonto Houyi. Ahora que lo vuelvo a pensar, mi plan era mucho más sencillo y lo hubiera logrado con menos dificultades que todo lo que me hiciste hacer… »

Al final de sus pensamientos, la diosa lunar sonrió y se llevó el frasco a su pecho.

« Pero, bueno… Al final, todo está bien. Ya no importa pensar en lo que hubiera sido… No importa más… »

Sin embargo, la cabeza de Chang'E siguió con sus pensamientos hasta que explotó con una idea:

– Espera un momento, aún puedo usarlo… Si se lo doy a beber, será un dios, y podremos irnos a la Luna con más facilidad… ¡Rayos, soy una genio! ¡Qué buena idea!

» Se lo daré a beber hoy en la noche, al terminar nuestro aniversario, después de dormir a Wu Gang… Y de tener "nuestro regalo" – Chang'E se sonrojó y agitó la cabeza con emoción – ¡No, no! ¡No pienses en esas fantasías locas, todavía! ¡Solo unas horas más!

La diosa regresó de la aldea a palacio, justo cuando la luna nueva oscurecía la noche y soplaban los vientos fríos del invierno que se acercaba; nada más entrar en su casa pudo percibir olor a leña quemada que le sorprendió un poco, pero no le dio importancia.

Subió las escaleras hasta su habitación que compartían Houyi y ella, también el lugar dónde procedía ese olor. Se quitó los zapatos, abrió la puerta corrediza y se encontró con la escena:

– ¡Mami! ¡Ya llegaste!

– ¡Mi amor Chang'E! ¡Bienvenida de vuelta!

Los muebles y la cama habían sido desplazados de su sitio, dejando el centro de la habitación vacío para hacer sitio a la nueva disposición: una pequeña mesa de estilo kotatsu* japonés con una pesada manta, bajo la cual estaban sentados Houyi y Wu Gang. Del balcón que daba al exterior procedía el olor a quemado: una pequeña parrilla con leña y carbón, atendida por un extraño hombre, donde se estaba cocinando carne, verduras y otras cosas.

Con la presencia de la mujer Wu Gang de 6 años, salió del kotatsu y de inmediato corrió a Chang'E, rodeando en un abrazo una de sus piernas.

– ¡Mami, qué bueno que volviste! ¡Te eché tanto de menos!

– Sí, yo también… – Chang'E cargó a Wu Gang, aunque estaba muy extrañada por la escena – Cariño… ¿Qué es esto…?

Houyi se levantó y se acercó a ella para abrazarla por la cintura y robarle un beso.

Una sorpresa que ya no lo es, ¡Feliz aniversario, amor! – también sacó de su espalda un regalo para la mujer: un collar plateado con la Luna grabada en ella.

Houyi se lo puso en el cuello mientras ella, sin evitarlo, pintó su rostro con el rojo de excitación y vergüenza.

« ¡Ahhhhh! ¡Sí se acordó este año! No, espera un segundo… »

– ¿Y quién es él? – señaló indiscretamente al hombre que atendía la parrilla.

– ¡Una disculpa por la falta de presentación! – exclamó el hombre, haciendo varias reverencias – Me llamo Daiyu, servicios especiales en organización de eventos.

– ¿Qué? ¿Eso existe?

– Fue recomendación del emperador Yu. – Houyi asintió con entusiasmo – Es un organizador de eventos, como cumpleaños o fiestas… ¡Sabe hacer su trabajo! ¡Mira esos filetes que está cocinando!

– Me halaga mucho, señor Houyi.

– Entonces… Estará aquí con nosotros. Qué… bien.

Pero ella se sintió un tanto incómoda con su presencia; ¿Por qué, en los muchos años que llevaba viviendo allí, nunca había oído de alguien así? Pero lo más importante: ya debía lidiar con Wu Gang para que la durmiera temprano y quedar a solas con Houyi, cosa nada fácil; tener la presencia de alguien más lo haría mucho más difícil.

« Supongo… Que resolveré eso más tarde. »

– ¡Mami! ¡Tienes que sentarte aquí…! ¡Es tan cálido!

Wu Gang insistió a su madre para que se sentase bajo el kotatsu; Chang'E ya había probado uno de esos, en los muchos viajes en que tuvo que acompañar al Emperador de Jade para las negociaciones que realizaba con Susano'o, el señor de las tormentas y del Takamagahara.

De hecho, ahora que estaba allí, pudo recordar de nuevo la cara de ese dios japonés; era una linda cara, tanto como la de su marido. Un rostro que hace un tiempo que no había vuelto a ver…

« ¡No, no! No puede pensar en él, menos ahora que estás casada. Nada de pensamientos impuros… ¡Bueno, uno más y ya! » cerró sus ojos y, al son del tan amigable calor del kotatsu, tuvo sus pensamientos impropios una última vez.

– ¿Verdad que se siente muy bien, mami? – Wu Gang parecía derretirse bajo el calor de la sábana, comparado con el frío invernal que hacía afuera.

– Es cierto… Es tan cálido. – sonrió Chang'E, al tiempo que extendía su mano hacia Houyi quien no dudó en tomarla – Es lo mejor del mundo. Estar en este ambiente tan cálido~

– Tienes toda la razón, querida.

Chang'E y Houyi se vieron por un momento de forma tierna, algo que llamó la atención de Wu Gang; parpadeó un par de veces y miró a cada uno con detenimiento, como si estuviera actuando un tanto acusadora con sus padres.

– Acaso… ¿Mami y papi están coqueteando?

– Claro que si, tesoro.

Chang'E se atrevió a acercarse a Houyi para darle un beso de esposos; el problema es que ese abrazo creó un sándwich en dónde encerraron a Wu Gang.

– ¡Mami! ¡Papi! ¡Eso no se hace antes de comer!

Chang'E se separó escasos centímetros de los labios de Houyi para responderle a Wu Gang.

– ¿Y quién lo decidió, tesoro? Regla #5: Mamá hace lo que quiere.

– ¡¿Vas a decir eso justo ahora?! – otro beso y dedos entrelazados de parte de los casados, apretando más el sándwich de Wu Gang, la hizo chillar con reproche – ¡No es justo!

– Una disculpa, mis señores, pero la cena ya está lista.

– ¡En serio! – Houyi se separó de inmediato para tomar su propio asiento en el kotatsu – ¡Provecho!

– Si… – Chang'E le dedicó una última sonrisa antes de acomodarse y dejar a Wu Gang lo más cerca posible de ella.

Comenzó entonces su cómoda velada para celebrar su aniversario.

Daiyu atendió a la familia con los mejores lujos y gestos posibles; la cena fue servida en tres tiempos y cantidades justas, aunque casi lloró a Wu Gang al enterarse que uno de los platillos estaba hecho con carne de conejo (así como también Chang'E tuvo ganas de golpear a Daiyu); unas copas de sake, y junmai* para que Wu Gang también pudiera disfrutar de la bebida; pedazos de pan de luna de postre mientras contaban anécdotas y vivencias pasadas, como la primera vez que los casados se conocieron. De parte de Daiyu, también hubo música en vivo para que la pareja pudiera bailar un poco.

Al son de la suave música, Chang'E se derritió como agua en los brazos de su marido; la noche había sido tan agradable y acogedora, la mejor noche que tenía en compañía con su familia.

« Esto es tan hermoso… Estoy tan contenta de haber tomado esta decisión, de pasar toda mi vida "encadenada" a ustedes. »

Al final del baile, Wu Gang se levantó y aplaudió muy contenta.

– ¡Bravo! ¡Papi y mami son los mejores!

– Claro que lo somos… En especial yo. – Chang'E se sacudió la cabellera de forma orgullosa.

– ¡No te preocupes, pequeña! – Houyi levantó a Wu Gang con un brazo – ¡Cuando crezcas, te enseñaré a bailar así!

– ¡Si papi!

– Me alegro mucho de haberles servido. – respondió Daiyu con una suave sonrisa, al tiempo que hacía una reverencia de respeto – En especial, haber servido a los héroes de China… ¡Es un gran honor!

– Así que ya nos conoces… – suspiró Chang'E un poco molesta; con los años, la historia de la hazaña de Chang'E se había hecho tan famosa que recibían visitas casi a diario sin tener mucha tranquilidad; otro buen motivo para irse a la Luna.

– Me encantaría quedarme más tiempo, pero tengo que retirarme.

– … ¿En serio? – el rostro de Chang'E cambió por un a expresión de emoción poco disimulada, sabiendo que pronto llevaría a cabo su plan.

– Muchas gracias por estar con nosotros en esta noche tan importante. – Houyi le felicitó, así como Wu Gang con los brazos levantados.

– Pero, antes de retirarme… – de entre las maletas de su trabajo, Daiyu sacó un pequeño jarrón – Me gustaría honrarlos, héroes de China, con este regalo… Es una bebida tradicional en varias generaciones de mi familia, que hacemos siempre que hay una celebración--

– ¡Me gusta! Nos la quedamos. – Chang'E le cogió la jarra y corrió a abrir la puerta de salida, en un parpadeo veloz – Por cierto, ya está muy oscuro, será mejor que te vayas ya--

– Sería un honor si pudieran probarlo ahora mismo… Así sabré si hice un buen trabajo con este presente para ustedes, grandes héroes de China. Por cierto, también pueden dar a la pequeña; es libre de alcohol.

– ¿Otra bebida deliciosa? – los ojos de Wu Gang brillaron con emoción mientras volvía la mirada a su madre – ¡Mami! ¡Ábrelo, por fis!

La diosa puso los ojos en blanco, molesta, pero no pudo decir nada contra Wu Gang y Houyi en su contra; los 3 volvieron a sentarse en el kotatasu, Daiyu sirvió un poco en vasos muy pequeños y los entregó, de forma que cada uno tomó la bebida de un solo trago…

Sonrisas de satisfacción y disfrute salieron de sus rostros.

– ¡Qué rico! ¡Esto es dulce… como me gusta a mí! – Chang'E fue la primera en hablar.

– ¡También es lechoso! – Wu Gang exclamó con una amplia sonrisa y un bigote que se limpió con la lengua – ¡Me gusta mucho!

– Está muy bueno y además es diferente a lo que hemos probado… – Houyi volvió a felicitar a Daiyu – ¡Has hecho un gran trabajo! ¿Qué es, con exactitud…?

Daiyu volvió a asentir con la cabeza en señal de respeto.

– ¡Estoy tan contento de que les haya sido tan placentero! Ya que son los héroes de China, les contaré el secreto familiar. De hecho, es una receta muy difícil de preparar: se requiere reunir muchos ingredientes en tanto tiempo, que parece ser un trabajo en balde. Pero… Los resultados son exquisitos.

» Es una concentración especial de gu*, que preparé de un nido cultivado de Xiangyao*.

Sólo oír eso provocó un silencio sepulcral en Houyi y Chang'E, que abrieron los ojos mientras sus rostros palidecían.

– ¿Gu… dijiste…?

– ¿Ya lo conocen? ¡Qué alegría! Entonces, estoy seguro que sabrán de su mayor problema: es totalmente insípido. Así que, le agregué leche batida con cacao tostado y convertido en chocolate: un alimento dulce típico en una región que visité hace mucho tiempo…

» Dulce y lechoso, perfecto para formar lindos bigotes en niños pequeños… ¿No les parece? ¿La combinación fue adecuada para no sentir el gu?

– ¡Está delicioso! – ignorante del peligro, Wu Gang levantó su vaso a Daiyu – ¡Quiero más!

– ¡No, hija…!

Houyi arrojó el vaso de Wu Gang, y en pocos segundos cayó al suelo de golpe; su cuerpo se estremeció mientras su boca echaba espuma y sus ojos se desvanecían, en una convulsión de mucha fuerza.

– ¿¡Ehhhh!? ¡Papi--! – poco después, a Wu Gang le ocurrió lo mismo, pero acompañó sus convulsiones con una tos sangrienta y la conciencia despierta de lo que le pasaba – ¡Mamá! ¿¡Qué me pasa!? ¡Me duele mucho!

Chang'E se tiró al suelo para intentar atender a su marido y a su hija, imposible debido a sus constantes convulsiones y gritos de dolor; la impotencia y desesperación se apoderaron de ella en un instante.

– ¡No…! ¡¿Qué has hecho, maldito?!

– ¿Yo? ¿No lo sabe? ¿Acaso no me presenté adecuadamente? ¡Qué descuido de mi parte! Déjeme corregir mi error…

El cuerpo del hombre se transformó, como por arte de magia, y dió lugar el nuevo ser que era en realidad Daiyu: un hombre alto y delgado con estatura mayor a 2 metros, piel muy pálida, manos y dedos como si fueran huesos con piel, pelo oscuro y ojos muy abiertos; traje occidental elegante, y una especie de bufanda de colores en sus hombros; hizo una leve reverencia y sonrió con indiferencia a Chang'E.

En un instante, Chang'E se dio cuenta de su identidad:

– T-Tú… eres un dios… ¡No, más bien un demonio!

– ¿Demonio? Pero qué lindo cumplido. Nadie me lo había dicho nunca~ ♡

– ¡Mami! – Wu Gang vomitó sangre y empezó en ella otra convulsión – ¡Ayúdame mami!

– ¡¡Detén esto, monstruo!! – Chang'E acudió a tomar a Wu Gang del cuello y cabeza, para intentar que se hiriera lo menos posible.

– ¡Pero cuánta prisa! – con magia oscura, Bamapana creó una silla en la cual se sentó para contemplar el espéctaculo – Primero lo primero. Me gustaría escuchar tu versión de esa historia que ha conmovido a toda China, sea en los Cielos o en la Tierra, y que ha captado mi interés… ¿Es cierto que mataste a 9 dioses? ¿Tú sola, aún siendo una mujer?

Escuchar eso detuvo el aliento de Chang'E.

– Él… ¿Él te envió?

– Es correcto. Fue muy específico cuando le ofrecí mis servicios… “Quiero que pague con la misma moneda que me arrojó”. Iba a esperar que tuvieras 9 hijos, pero tan solo ver que concebiste a esta me dio tanto asco que perdí la paciencia.

– ¡Detén esto! ¡¿No ves que están… sufriendo tanto…!? – las lágrimas empezaron a correr en las mejillas de Chang'E mientras escuchaba los gritos de su familia y se salpicaba con su sangre.

– No te preocupes, querida. El efecto pasará pronto… Y con ello, sus almas también. La concentración es tan alta que afectará a sus almas, sin posibilidad de reencarnar ni resucitar…

» ¡En teoría! ¡Nunca lo había probado, y me muero por ver si los resultados son buenos! ¡Por favor, cierra el pico hasta que terminemos, ¿Quieres?!

El tiempo empezaba a correr; Houyi, siendo humano, tenía menos resistencia al veneno, lo mismo que Wu Gang que aunque era semidiosa, era demasiado joven. En cualquier instante, ese dios tendría los resultados que quería, pero que ella no…

¡¡Está bien, me rindo!! ¡¡Me rindo!! – Chang'E dejó a Wu Gang y se echó a los pies de Bamapana – ¡Haz lo que quieras conmigo, pero por favor, detén esta monstruosidad! ¡¡Te lo ruego: hazme lo que quieras, todo lo que sea, pero a ellos no los toques!!

– … ¿Lo que sea, dices?

– ¡¡Claro que sí, maldita sea!! ¡¡Pero, por favor, que ya no sufran más!!

Bamapana sonrió de lado, para usar uno de sus pies y golpear suavemente la barbilla de Chang'E irguiendo su rostro hacia él; el rostro lleno de terror indescriptible, y los ojos rojos de tanto llanto mientras le temblaban los dientes y los labios. El dios australiano se relamió los labios, dando un paseo con la mirada al cuerpo de Chang'E, y terminó por dar su veredicto:

Ya sé. Quiero, quiero, quiero… Quiero que sufras, maldita perra.

Bamapana lanzó una patada que golpeó de lleno la cara de Chang'E, mandándola a volar por los aires hasta el otro lado de la habitación. Justo dónde la diosa tendría más oportunidad de hacer algo: al levantarse del suelo, Chang'E se percató del armario donde tenía guardadas sus armas divinas, que sin dudar empuñó para apuntar a Bamapana.

– ¡Maldito monstruo! ¡Libera a mi familia, ahora--!

– Así que ese es el arco que mató a los hijos del Emperador… ¡Qué emción! – Bamapana levantó un dedo a Chang'E – ¡Vamos, dispárame! ¡Quiero probar su sabor!

– ¡Desgraciado…! – Chang'E disparó la flecha; tal vez por los fuertes temblores en sus manos y dedos, fue que el tiro rebotó en Bamapana a pesar de haber impactado – ¿¡Ehhhh!?

– ¿Y ya? ¿Eso es todo?

– ¡L-Líberalos! – puso otra flecha en el arco y apuntó, aunque el temblor en su cuerpo y manos ya era incontrolable; más ahora que ya casi no estaba escuchando sonidos de parte de Wu Gang ni de Houyi – ¡Te lo ruego, por favor!

» ¡¡Yo pagaré, pero ellos… No los dejes morir, no me los arrebates!! ¡¡Yo tengo la culpa, ellos no!! Por favor… Por favor, ellos no se merecen… la culpa de mis actos…

Bamapana quedó en silencio, reclinándose en su silla con cuidado y calma; al cabo de unos segundos, se levantó y, bordeando los cuerpos de Houyi y Wu Gang, caminó despacio hasta Chang'E.

– Por supuesto que ellos tienen la culpa de todo esto. Si no fuera por ellos, no habrías manchado tus manos con la sangre de tu raza… Dime, ¿Tan bien se sintió matar a toda esa gente por un deseo tan sucio de cojer y procear con estas ratas? Me das tanto asco… ¿Tan bien se sintió la traición?

» Todo gracias a que “tomaste tu decisión”… ¿Alguna vez has escuchado aquella fantasía de “Crea tu propio destino”? Es una mierda humana, hecha para intentar ser felices en el mundo que los dioses hemos creado… Despierta de una vez, traidora.

» Tú no tienes un destino que crear. No tienes derecho a vivir fuera de nuestras manos. No tienes decisión… y nunca debiste intentar decidir. Mira lo que tu decisión ha provocado, creaste su condena, por tu decisión… Ahora, sé buena y decide morir también.

El dios australiano llegó hasta Chang'E; sin que ella supiera en qué momento, su pecho se cortó de tajo de lado a lado, así como parte de su brazo izquierdo que cayó al suelo junto con su arma divina destruida; la diosa cayó al suelo por inercia, mientras que Bamapana sacaba un pañuelo de su saco para limpiarse los dedos, aunque estaban limpios, y se dió la media vuelta.

– Aunque, ahora que lo mencionas… Si hay algo que puedes darme… – fue a las bolsas que había traído Chang'E y sacó un pequeño frasco con líquido en su interior, dejando caer lo demás al suelo – ¡Aquí está!

» El pago por mis servicios: el elixir de la divinidad, creado por el Emperador de Jade. Él me dijo que tú tenías la última muestra… y que bueno que todavía no lo has desperdiciado en estas ratas.

» De hecho, ahora que lo recuerdo… según mis cálculos, este sería el antídoto perfecto para el veneno: la concentración debería bastar para salvar a máximo 2 personas… ¿Qué pasaría si lo dejo rodar en el suelo, ahora mismo? ¿Tendría un espectáculo de una familia matándose por su salvación?

» ¡Qué cosas estoy pensando! Claro que no… De hecho, es probable que ya ni siquiera me estés escuchando… En fin… ¡Me encantó tu fiesta! ¡Asegúrate de invitarme el próximo año, ¿Okey?!

El dios pasó por en medio de los cuerpos y cerró la puerta corrediza, dejando la habitación en el silencio y frío de la muerte. A excepción de Chang'E: el corte de Bamapana había sido grave, pero no lo suficiente para matarla; todavía tenía vida y, estando en el suelo, aún era consciente de su alrededor…

Aunque no por mucho: de pronto un dolor intenso en el estómago apareció, así como espuma entre sus labios. El gu ya estaba empezando a surtir efecto.

« Así que… también voy a morir. No pude… salvarlos… Lo siento… »

– Amor… Chang'E…

Escuchar la débil pero aún existente voz de Houyi fue suficiente para levantarla del suelo, casi de golpe; su esposo estaba tirado, y con un brazo estirado en los objetos que Bamapana había dejado caer, al parecer en un intento de salvarla a ella. Chang'E se levantó como pudo y, anteponiéndose a sus heridas e intoxicación, sujetó a su marido en su pecho.

– Aquí estoy, mi amor… Aquí estoy…

– Chang'E… – con pocas fuerzas, Houyi levantó su mano a las mejillas ensangrentadas de Chang'E – Estás… tan hermosa…

– Por favor, querido, no te esfuerces… Solo siente mi calor y cierra tus ojos. Aquí estoy, contigo… ¿Huh?

Entre los objetos tirados de la bolsa que arrojó Bamapana al suelo, un destello rojizo llegó a los ojos de Chang'E que le hizo abrir ambas cuencas con gran sorpresa:

El… ¡El elixir! – al parecer, Bamapana se había equivocado de frasco; la diosa dejó a Houyi y tomó el pequeño cristal con líquido rojizo – ¡Aquí estás! ¡S-Según ese loco… es el antídoto…!

Sus labios sonrieron un poco, aunque entre las comisuras estaba saliendo sangre y espuma; debía actuar lo más pronto posible.

« … Esto es mi culpa, todo esto… Pero no es culpa de ustedes. »

Chang'E se volvió a Houyi; puso su cabeza sobre su regazo, y como podía al solo tener un brazo, le puso la mitad del contenido en sus labios.

– Por favor, amor, bebe esto para que te cures… – después Chang'E se volvió a Wu Gang, en el suelo muy cerca de ambos, y la cargó como pudo además de sacudirla – ¡Tesoro, mi niña! ¡Por favor, despierta!

Wu Gang abrió ambos ojos con lentitud, siendo que ella estaba todavía más débil que su padre; pero, para la fortuna de Chang'E, su pequeña todavía estaba viva.

– ¿Mami…? Mami, me… me duele mucho…

– No te preocupes. Tómate esto, y te sentirás mejor… Te lo prometo… – su cuerpo tembló ligeramente, siendo presa de una convulsión por el veneno; pero Chang'E no se dejó llevar por la reacción.

– Mami… Tú también estás…

– N-No es nada… Recuerda la… la regla #6… Hazle caso a mamá… ¿Está bien?

– … S-Si…

Chang'E le extendió lo que quedaba del frasco a Wu Gang, quien lo tomó entre sus manos; el veneno junto con el corte en su pecho agravaban su situación, lo cual sintió con sus fuerzas mermadas casi por completo. Solo le quedaba un poco más de aliento de vida, para asegurarse que Houyi y Wu Gang podrían salvarse…

– Mi niña… – los ojos de Chang'E comenzaron a apagarse poco a poco – Recuerda… recuerda que… Mami te ama mucho…

– ¿Mami? ¿¡Mami!? ¡¿Estás bien…!?

Los ojos de Chang'E se apagaron en cuanto sus dedos pasaron el frasco en manos de Wu Gang, y perdió la conciencia por completo, quedando solo el silencio…

– ¡¿Ehhhhhhhhhhhhh!?

Sus ojos se abrieron de golpe, con el sonido matutino del pueblo despertando así como los animales, y de la luz solar de la mañana que daba inicio a un nuevo día.

Ahí, sentada en el suelo de su habitación, se encontraba Chang'E, con los ojos muy abiertos y respirando con agitación.

« ¿Qué fue eso? ¿Un… un mal sueño…? » Chang'E se pasó una mano por la cara para limpiarse el sudor.

Al volver a ver su mano, la vió llena de sangre y vómitos ya secos; sus ojos se paralizaron y volteó a ver a su alrededor, la luz de la mañana ayudaba a iluminar el escenario con más precisión que la noche anterior:

La sangre regada por el suelo, la mesa del kotatsu volcada y rota, la flecha que Chang'E había lanzado a Bamapana clavada en la pared, y sobre su regazo los cuerpos de Houyi y Wu Gang.

– Espera… No fue un sueño… – sus manos tocaron los cuerpos de su familia, asustándose al sentirlos fríos y sin movimiento – Ustedes… E-Están… No, no… ¡No, no puede ser!

La diosa levantó ambos cuerpos con sus manos para llevarlos a su cuerpo, meintras sentía que sus hinchados ojos volvían a humedecerse con sus lágrimas.

– No puede ser… ¡No, esto no es verdad! ¡L-Les di el elixir! ¡Debió haber funcionado--!

Al mover el cuerpo de Wu Gang, el frasco vacío cayó al suelo desde la altura de su propio pecho; por inercia la diosa se pasó la lengua por los labios, encontrando un sabor extraño que no era sangre ni vómito. Solo había un tercer líquido que podría ser…

El… el elixir… Ellos… ¿Me lo dieron… en vez de…? – la voz se le entrecortó con miedo y pánico – No, no puede ser…

Chang'E movió los cuerpos pálidos y fríos de su familia.

– Por favor, despierten… Amor, Houyi, por favor lévantate para que vayamos a trabajar… Wu Gang, tesoro, no es divertido que hagas esto… Despierten queridos, ya abran los ojos… ¡¡Por favor!!

» ¡¿Por qué no se lo tomaron?! ¡Houyi, mi amor… Wu Gang, tesoro…! ¡¿Por qué mierda no me escucharon?! ¡¡Yo tenía qué morir, no ustedes!!

Chang'E ahogó su rostro en los cuerpos de su familia; según lo dicho por aquel demonio, ya no habría forma de recuperarlos. Sabía muy bien que una muerte de alma significaba el final de todo… De todo, para siempre, y por siempre…

« Entonces… No tiene caso que siga viviendo. »

Chang'E se levantó del suelo; llegó hasta el arco y flechas divinas regadas en el suelo, tomó un par de hechas y, sin pensarlo, las enterró en su cuello y pecho, justo en el corazón. Movió ambas para asegurarse de hacer el mayor daño mortal posible; la sangre salió al suelo así como ella que azotó con un golpe seco. Con ello, quedó entonces el silencio de la muerte de nuevo…

¿O así era?

– … ¿Eh?

Ya habiendo pasado varios minutos, Chang'E se dio cuenta que todavía no se moría: volvió a mover las flechas para generar más daño, y sintió la sangre salir de su cuerpo así como el dolor de esas heridas…

Pero todavía consciente y viva.

– ¿Pero qué…?

Con dificultad, Chang'E se levantó del suelo y caminó al armario, que venía incluido con un espejo en el cual se miró: su cuerpo con su propia sangre escurriendo y las heridas en su pecho y cuello.

– ¿Pero qué…? ¿Estoy soñando? ¡¿Por qué no me puedo morir!? – Chang'E se arrancó la flecha del cuello, dispuesta a clavarla en su cabeza para hacer otra herida mortal…

Pero, estando frente al espejo, vió un hecho irreal: la sangre dejó de fluir de su cuello y la carne se cerró por sí sola, así como las arterias, venas, y la garganta misma. Al cabo de unos pocos segundos, la herida mortal en su cuello estaba ahora sana, como si la flecha nunca hubiera estado ahí; ver todo este espectáculo hizo que Chang'E soltase la flecha con gran horror.

– ¿¡Pero qué es… esto?! – Chang'E, mirándose al espejo, también se arrancó la flecha del pecho y observó con cuidado sus huesos, pulmones y corazón curarse por sí solos; además, también se percató que su brazo izquierdo, ayer en la noche rebanado por ese demonio, estaba completo y sin marcas.

Una terrible conclusión salió de su cabeza, que la asustó tanto a punto de llorar.

– Y-Yo… Yo no… ¿¡Yo no puedo morir!?

Hablando de un dios, ya sabemos que solo las armas divinas los pueden matar; ni la vejez, ni la enfermedad, y en algunos casos como Sobek las armas divinas lo tienen difícil. pero, ¿Un dios que rechace la muerte? Eso nunca había pasado…

¿La explicación? La misma por la que el cloro y la orina no se mezclan: el contacto entre ambos forma gases tóxicos para la salud, debido al amonio, además de quemaduras graves, irritación, y problemas respiratorios.

En este caso, hablamos de un caso inverso: la concentración de gu, capaz de matar un alma, y la concentración de elixir, que potenciar la vida de un dios y en una dosis que debería ser para 2 personas, se combinó en una nueva sustancia, parecido a la maldición que contrajo Baldr tras las bromas de mal gusto de Loki…

Una sobredosis que rechaza la muerte, en todo sentido: una inmortalidad completa. Chang'E estaba condenada a no morir, nunca… Nunca…

No, no, no… ¡No es justo! ¡¿Por qué…!? – con gran horror, la diosa se arrojó a los cuerpos de Houyi y Wu Gang para llorarles de nuevo – ¡¿Por qué debo vivir sin ustedes?! ¡¿Por qué me hicieron esto!? ¡¿¡¿POR QUÉ…!?!?

Este fue el último día que Chang'E vivió entre los humanos; tan pronto como pudo, abandonó todo y dejó la escena intacta, aunque decidió enterrar los cuerpos de su familia. Hubo mucha confusón y chismes en el mundo humano sobre lo que pudo haber pasado a los héroes de China, siendo que Yu el Grande decidió, como pudiera, conservar su leyenda viva todavía…

Pero, ese no es el tema que debemos discutir; nos importa saber qué fue de Chang'E:

Ella volvió a Tian, con sed de venganza contra el líder que le provocó aquellos momentos de dolor: atacó a los dioses y mató a una cantidad importante, antes de llegar al palacio del Emperador de Jade y mostrarle en vivo, tras ser recibida por flechas y lanzas, su nueva maldición. Una condición que incluso aterrorizó al propio Emperador…

– ¡Aléjate! ¡Eres un monstruo!

Tal fueron sus acciones que incluso Zeus y Odín en persona tuvieron que interferir; fue enviada al Valhalla, procesada por la Constitución en un juicio sin otorgarle defensa…

Con las acusaciones de intento de homicidio a un líder de panteón, homicidio a varios dioses, e intervención al mundo humano en la época de silencio, fue sentenciada a vivir su eternidad maldita en el fondo del Tártaro, al menos hasta que se supiera el secreto de su inmortalidad.

Los grilletes sostuvieron sus brazos, las cadenas sujetaron su cuerpo, y quedó colgada en el frío infernal a la vista de los demonios de Salomón, guardias de la prisión, acusada y tachada como un error entre los dioses…

« Houyi, mi amor… Wu Gang, mi bebé… Lo siento tanto… Todo esto fue mi culpa… Mi culpa… Mi… culpa…

» … No… No, no lo es… No lo es… »

Tal vez la soledad en el Tártaro le afectó en gran manera a su psicología, o tal vez otro efecto secundario de la sobredosis… Algo más ocurrió; algo que no debería suceder, aunque tampoco hay registros que lo nieguen por completo…

¿Recuerdan la explicación que tuvimos hace un tiempo atrás? Sobre cierta condición antinatural y rara, que permitía la unión de 2 almas en el mismo cuerpo; sin saber cómo nace, cómo se deshace… Y también si era posible replicarlo.

En este caso, el dolor y trauma tan fuertes en Chang'E tuvo un efecto adverso: sus emociones se disociaron, creando una mente que bloquease los recuerdos tan dolorosos de su pasado, ademas que su cuerpo endureció tanto sus músculos y piel que se volvieron incapaces de ser heridos, así como las escamas de Sobek.

« Malditos dioses. Esto no es mi culpa, yo no hice nada… Esto es culpa de ustedes… Y de los humanos; si no los hubiera intentado salvar… Los odio a todos, los odio a todos… A todos. »

Nunca más, ningún dios o humano, sería capaz de tocarla para hacerle daño, otra vez. Nunca más…

En cuanto este pseudo-doppelgänger apareció y tomó el control de su cuerpo, rompió sus cadenas e intentó escapar del Tártaro, por varias veces a lo largo de más de 2000 años, siendo sólo una vez que lo consiguió: ese día volvió al reino divino de Tian, con deseos de venganza e intentar de nuevo matar al Emperador de Jade, sabiendo que tendría éxito esta vez…

Pero su personalidad adolorida consiguió convencerse a sí misma de su último intento de paz: fue a su casa, dónde aún estaba su hermoso conejo de Jade, salió de Tian, y fue a caminar por el Cosmos hasta sentarse en la hermosa roca espacial que tanto deseó por tantos milenios… La Luna.

Chang'E llegó hasta el cráter que le parecío más lindo, limpió el suelo con su pie, y tomó asiento abrazando a su conejo…

Su vista perdida en la Tierra, su mano acariciando el pelaje de su conejito, y su pierna que era comida por ella y el conejo cuando tenían hambre; al fin y al cabo, se podría regenerar quien sabe cuántas veces.

Una nueva, triste y desagradable rutina, que la convirtió en la diosa solitaria que habita en la Luna…

– ¡Hola, hola! ¿Qué tenemos aquí?

Una rutina que duraría otros 2000 años, hasta que un hombre de cabello canoso, un parche en su ojos y una paleta de dulce en sus labios, apareció de repente en la Luna y entabló una conversación con ella, algo que nunca había pasado y tampoco le importaba demasiado…

Un día en que Buda apareció en la Luna, cautivado por la leyenda de la diosa solitaria que tanto escuchó en la conferencia del Valhalla y durante el ragnarok antes de su participación en la undécima ronda. Una aparición que cambiaría de nuevo la vida de Chang'E: una discípula más del budismo, una amiga de confianza para el iluminado, compañera en sus gustos culposos en la dulcería más refinada, y más tarde concursante infiltrada en el concurso de Grecia que le daría su título de “La hermosa Sol bajo la Luna”, la segunda Apolo…

Pero, bueno, esa ya es otra historia…

Una historia que conocía Buda Gautama a la perfección; historia que le retumbó en la cabeza cuando, caminando entre los pasillos de los Campos Elíseos para encontrar a las valkirias y darles una información de suma importancia, sus ojos se giraron a las pantallas del coliseo y vio en primer plano la herida en el pecho de Chang'E que había sido infringida por Dzivaguru, para luego terminar en el disparo de flecha que destrozó a la diosa africana y proclamaba como aparente vencedora a la diosa lunar.

Sin dudarlo, una sonrisa de nostalgia apareció en los labios de Buda, mientras recordaba todo lo bueno que había vivido con aquella diosa lunar, que más bien debería llamársele lunática.

– Por fin, estás proclamando la libertad que tanto habías anhelado, mi queria amiga Chang'E… – Buda puso una mano sobre su barbilla – Es bueno verte con esa actitud, deespués de encontrarte en la Luna tan delgada, tan fría… y tan triste…

» Pero, todavía no ha terminado tu crecimiento… Todavía eres incapaz de encontrar la felicidad por tu cuenta propia. Siempre quieres depender de mi o de alguien más… Pero, eso debes conseguirlo tú misma… Y no lo harás, a menos que aceptes tu dolor…

Tal como dijo el sabio: “¿Dices desear la felicidad? Entonces lleva el yugo que más te convenga; ese es el estado que trae la alegría y la sombra que trae la verdadera felicidad.”.

Como resumió aquel iluminado, cuando un antiguo dios cayó en la desesperación: “Donde hay oscuridad, hay luz.”. Los principios del budismo que podría llevar a cualquier ser vivo directo a la iluminación perfecta, así como lo buscó una vez la mejor artista marcial de la humanidad…

Solo que, en Chang'E, no funcionaba: su pseudo-doppelgänger nunca le permitiría recordar el pasado y aceptar el dolor para tener la verdadera felicidad. Solo buscaría el camino más rapido para tener paz, aún si fuera falsa; una salida a su realidad… Algo que Buda intentó cambiar, pero nunca pudo terminar de conseguirlo…

Al menos, no hasta ahora.

– Con este nuevo acuerdo que apenas pude lograr, podré cambiar las cosas según lo quería Bru-chan… Y también, podré darte una mano de nuevo, Chang'E… ¡Debo intentarlo!

De inmediato, las piernas de Buda echaron a correr al palco de las valkirias; con aquella nueva información, el segundo Ragnarok podría tener un nuevo curso, más ahora que Chang'E estaba del lado de los humanos…

En el campo de batalla, Chang'E quedó con el rostro impacible y tranquilo mirando el cuerpo de la diosa africana en el agujero que había creado su flecha; la paleta de dulce se paseó entre sus dientes y bufó con molestia para sí misma.

– Qué pérdida de tiempo…

Pero, estando ya dispuesta a darse media vuelta y abandonar el campo de batalla, un sonido metálico como de campana llamó tanto su atención como la de los espectadores y de Heimdall.

– ¡No… Todavía no es momento de alzar la bandera de victoria! ¡La oscura diosa todavía no se ha rendido a las tinieblas! ¡A pesar del terrible golpe que sufrió, todavía tiene fuerzas… para levantarse de nuevo!

Dzivaguru se removió con dificutlad en el cráter abierto, tratando de salir de este, aunque las heridas eran demasiado severas y el dolor en su cuerpo le hizo caer de cara de nuevo contra los escombros; sin más opción, una de sus manos encendió el polvo fosforescente de su magia verde para empezar a reparar las múltiples aperturas en su cuerpo.

– ¡Mi amor! – sonrió Mwari al ver la escena – ¡Todavía estás viva--!

– ¡Ya cállate, gorila incivilizado! – Anansi se sobrepuso para exclamar a la arena de batalla – ¡Vamos, amiga, lévantate de nuevo!

Chang'E se mostró muy sorprendida y curiosa de ver a la diosa africana de nuevo, más por esperar que la pelea ya hubiera terminado con ese golpe.

– Parece que… Te subestimé demasiado. Parece que eres la única diosa que de verdad vale la pena, gemela loca.

« Y también es la única que también puede darme la paz de morir por fin. »

La mente de Chang'E empezó un juego de personalidades, entre su faceta original y su pseudo-doppelgänger.

« Ella… Usa la magia negra que destruye la vida, según los estudios que tuve en el palacio del Emperador. Ella… Ella puede matarme… Por fin puede librarme de esta prisión eterna…

» Si, pero también es una diosa… Otra de ese séquito de malnacidos que me volvieron en esto. No… Juré que ningún otro dios me volvería a hacer daño, nunca más… Eso la incluye a ella. Yo solo quiero mi vida de vuelta…

» Mi vida de vuelta… ¿Qué vida? Ya no tengo nadie en mi vida… Todos los que me importaban yo… yo los maté--

» No, claro que no… Yo no los maté. Fue ese demonio quien los envenenó y me los arrebató. Lo odio, y al Emperador de Jade… ¡A todos! ¡Mataré a esta diosa y me vengaré de todos!

» De todas formas; si consiguiera ganar esta pelea, matando a la hermana de mi enfermera favorita. Aún si pudiera matar a todos los dioses, ahora mismo… ¿Qué será? Todo lo que tenía está perdido… Y nada cambiaría. »

Un cóctel de pensamientos cruzados y rechazados uno del otro; esa era la vida que ahora tenía Chang'E. La única vida que le quedaba… Y la que estaba más dispuesta a mantener.

Chang'E cruzó la distancia de separación hasta llegar por encima de Dzivaguru, quien además de las muchas heridas en todo su cuerpo también tenía un corte que atravesaba su rostro por encima de su nariz; aquella herida era la que más le dolía, siendo que había sido golpeada de cara contra el suelo.

« Maldita… Maldita traidora. Solo tengo que volver a herirla de nuevo para… »

" ¡Nee-chan! ¿¡Qué está pasando?! ¡¿Por qué no puedo salir?! "

La apagada voz de Dziva silenció sus pensamientos, así como la mano de Chang'E: la diosa lunar tomó el cabello de Dzivaguru, apretando con fuerza, y la levantó del suelo para mirarla cara a cara.

– Había dicho que te quería fuera de mi vista, gemela loca, pero… Eres más divertida si sigues viva…

– T-Tú… – Dzivaguru apretó los dientes y ojos – ¡Suéltame, perra!

Fecha de publicación: 21/03/24
Autor: ASFD
Editor: Darklord331

Nota de editor: Hola a todos, editor de la historia Darklord331 aquí. Dnielmon sugiere que debería enviar un mensaje a los lectores y ¿Por qué no? Le estoy dando una oportunidad. Ahora la batalla, parece que ya se está poniendo intensa con todo el drama y el profundo sentimiento interno que tienen con la historia, la maravilla sería lo siguiente en la próxima competencia. Lo descubrirán pronto. Muchas gracias por leer la historia y espero que disfrutes lo que viene a continuación.

Nota de autor: ¡Muy buenas, mis queridos lectores! Al igual que nuestro querido editor, gracias por leer y seguir esta historia :3

Primero que nada, agradecimiento especial a Dharma1421; antes de hoy, tuve muchos problemas para escribir y concretar el pasado y habilidades de Chang'E. Gracias a que le comenté sin hacer spoiler jsjs, me dio una buena idea que adapté a la historia.

¡Muchas gracias por tu consejo! Me sirvió mucho para este capítulo, para lo que queda de la séptima pelea, y será un dato de vital importancia para lo que queda de LR ;3

Siguiendo con el capítulo; terminando con los pasados de ambas peleadores, estamos por entrar en la recta final. ¿Podrá Dzivaguru darle el punto final a la maldición de la diosa lunar, será derrotada por la inmortal, o Dziva saldrá a tiempo para detener la pelea? ¿Quién vencerá: la culpa a la humanidad reprimida por su familia, o la culpa a los dioses reprimida por sus enemigos? ¿Cuándo caerá Bamapana? ¿Dónde está Nut besto waifu GOD?

Sin más que decir por el momento, ¡Los leo en el siguiente capítulo!

Recordatorio: La publicación de capítulos es cada 21 días.

***

Nuevos términos

* KotatsuArmazón de mesa baja, de madera, cubierto por una pesada manta donde descansa la superficie.

* JunmaiTipo de sake (vino elaborado a base de arroz) elaborado sin el alcohol de la fermentación.

* GuConcentración de varios venenos animales con efecto retardante, considerado el veneno más mortífero de China.

* Xiangyaoserpiente mitológica china con 9 cabezas y muy venenosa; homóloga de la hidra de Lerna.

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