Capítulo 73.2: Ira divina. Séptimo dios
Una única expresión permanecía en el rostro y el cuerpo de la diosa de la luna.
Una boca cerrada a regañadientes, una paleta moviéndose entre los dientes para ser mordida con arrogancia, una mano sosteniendo un arma divina de luz en su espalda, el otro brazo levantado hacia los Cielos con un dedo levantado en directa ofensa.
Todos en las gradas, humanos y dioses, guardaban un silencio sepulcral. Una sorpresa que nadie… Nadie, ni siquiera los altos mandos divinos, esperaba presenciar…
Igualmente… Nadie podía contener sus emociones.
– Joder…
En su habitación, el ya recuperado Huitzilopochtli tenía mala cara junto a su madre y su hermano mayor; ahora con ambos ojos listos para presenciar ese momento, salió a la luz su reacción más sincera…
– ¡Qué divertido pedazo de mierda! – una risa desquiciada y sanguinaria que tomó a su familia por sorpresa.
– ¿¡Hijo!?
Cernnunos ya estaba en su habitación especial acompañado de sus pupilos que se encontraban en pequeños tronos alrededor de su cama de descanso; los 3 menores chillaban de rabia, mientras el aura del dios guardián celta de la naturaleza ardía de indignación y furia.
Del mismo modo, Zeus salió de su mesa de recuperación casi de un salto; caminar con la mitad de la vista le dificultaba bastante los movimientos.
– ¡Eh, enano…! – Adamantino trató de detenerlo – ¿Qué estás haciendo? No puedes estar--
– ¿Qué está pasando? – pero no fue impedimento para mostrar, a través de su cuerpo que quería estallar en músculos tras las vendas, la mítica furia divina del Padre de los Dioses.
Khonsu y Hathor comenzaron a destruir la anterior habitación de Sobek, mientras Anubis huía para evitar la furia de ambos dioses por haber interferido en su "venganza personal"; Afrodita se levantó de su asiento, emanando su aura rosa ahora en rojo carmesí de ira, tal que asustó a sus golems…
Thor empuñó la empuñadura de Mjölnir y atronó los Campos Elíseos, mostrando su furia de Berserker; Amaterasu estalló en llamas de fuego que destruyeron su asiento, al igual que el Emperador de Jade estalló en magia verde. Los yokai de la reina japonesa tuvieron que huir para evitar ser destruidos.
– ¡Mi señora…!
Syf destruyó parte de su asiento de un solo golpe, al igual que Ares destruyó el sofá en el que se encontraba; Hermes cambió su mirada por una oscura y poco amistosa, dejándose llevar por la misma ira divina.
Los Cielos enteros, después de 1000 años con la muerte de Poseidón y la traición de Buda, por primera vez estallaron en ira y furia.
Pero en los puestos humanos era muy diferente…
– ¡Mierda! ¡Qué bien…! – Leónidas tenía una amplia sonrisa en los labios – ¡Pero qué sensación tan increíble!
Dio una palmada cariñosa en el hombro de Sigrune para mostrar sus emociones a flor de piel.
– ¿¡No lo crees!?
– ¡Ahhh…! ¡Sí, sí! Eso mismo… se siente bien… – Sigrune le puso una mano en el hombro – No me lo esperaba… Pero…
» ¿Por qué… ¡Una diosa quiere luchar por nosotros!? No… ¡No tiene sentido!
– Yo no me preocuparía por eso. Ya que… Esto evidentemente era parte del plan de nuestra "Brunilda".
El espartano dejó caer coquetamente un brazo sobre el hombro de su compañera valkiria, quien volvió los ojos a Leónidas… con una mirada llena de confusión.
– ¿De verdad crees que, en las 3 horas que tuve para pensar en todo esto, planeé… "Esto"?
– … Espera, ¿No lo hiciste?
– ¡Claro que no! De hecho, ¡Jeanne está esperando en la puerta de salida…! – Geir se separó y cogió el teléfono – ¡Qué alguien le diga que, al parecer, su turno se ha cancelado…!
– ¿¡Qué!? – A Leónidas se le cayó el cigarro de la impresión – ¡¿Entonces…!?
– ¡¿Cómo voy a saber lo que está pasando…?! – Geir se volvió hacia el campo de batalla – Dejamos de tener contacto con los dioses después del primer Ragnarok, excepto Thor-sama que nos informó de muchas cosas… Aunque no de todo.
» En cuanto a Chang'E… Sólo sé que durante el torneo en Grecia en memoria de los caídos tomó el título de Apolo en una competencia: "La hermosa sol bajo la Luna"… Pero… Pero…
» Con el título del hijo más fuerte de Zeus-sama… ¿¡No debería estar con los dioses!? ¡¿Por qué está haciendo eso?!
Otro problema que sumar a la lista mental de problemas de Geir… ¿Está haciendo lo que hizo por su propio beneficio, como Afrodita? ¿Tiene en mente un bien mayor a costa de su vida, como Dziva?
Tal vez la única presente que podía responder a esa pregunta era la propia Chang'E, que bajó la mano y se tocó ligeramente las ropas que adornaban su pecho…
« Esta sensación… » Contrario a su rostro indiferente y severo, su mente sonaba como una doncella en problemas. Como si fuera otra persona…
– Es aburrido estar aquí… Sin hacer nada.
Tras haber ayudado al dios chacal egipcio a encontrar a los locos que golpearon a sus amigos budistas, la diosa de la Luna se quedó completamente sola en los Campos Elíseos…
Sola, aburrida, con su presencia haciéndose oír con cada paso de tacón que daba, y con cada vez que su ancho trasero caía junto a una fuente de los hermosos jardines que decoraban el lugar.
– Estoy tan aburrida… Hemos resuelto el misterio, pero ¿Qué voy a hacer ahora?
La diosa se reclinó en uno de los bancos, terminando bajo un cerezo que, a pesar del frío, empezaba a florecer. Estiró una de sus manos para agitar ligeramente las flores que empezaban a brotar.
– Tengo que hacer algo. Me costó mucho salir de esa jaula que me puso el viejo decrépito, así como bordear las defensas de la loca con síndrome de hermano… Lo habría hecho más fácil si no hubiera jugado tanto.
» Debo hacer algo productivo con el poco tiempo que me queda antes que me den por desaparecida, me encadenen y desvanezcan como periodista…
» ¿Qué voy a hacer?
La diosa permaneció allí tumbada por largo rato hasta que su otra mano entró en su kimono, cogió otra de las paletas de caramelo que había guardado, le quitó el envoltorio y se la llevó a los labios para comérselo.
Aquellas paletas que había robado hacía unos años a Buda Gautama, el príncipe humano que abandonó el reino y la gloria para alcanzar la iluminación. Tan libre, tan apto para su destino, tan independiente…
– Qué envidia… – susurró mientras la paleta le pasaba por la boca – "Buda Gautama". Un hombre… tan encantador…
Sintió las mejillas más calientes que de costumbre, lo que le hizo darse cuenta de por qué divagaba tanto.
« ¿Pero qué…? No, no, ¡Claro que no! » Sacudió la cabeza de un lado a otro salvajemente « ¡No debería pensar eso, ni permitirlo en mi cabeza! El camino de la iluminación es la repulsión de los bajos deseos carnales…
» ¡No, no! Además, ¡Estoy casada y tengo una hija! ¡No debería pensar en infidelidades que fomenten el divorcio, los problemas matrimoniales y el asesinato! ¡No estoy aquí para jugar a la princesa esperando un príncipe cuando ya tengo uno! »
Su cabeza se detuvo y dirigió su mirada hacia los cerezos, calmando los inquietos latidos de su corazón; de todos modos, su cabeza seguía dando vueltas sobre el iluminado.
« No, no, no. » cerró los ojos y empezó a respirar con más calma « No debo pensar así. No debo tener esas fantasías…
» ¡Bueno, sólo una más! » sus labios sonrieron con picardía « ¡Una más no me hará daño…! »
– ¡Hagámoslo!
Una voz masculina que ella conocía bien, y con la que de hecho estaba fantaseando por última vez, se oyó a lo lejos; abrió los ojos y giró la cabeza en esa dirección, encontrando al hombre entrando a toda prisa en los jardines.
Una sonrisa y un rubor de excitación se dibujaron en sus labios.
– ¡Maestro Gautama! – se levantó inmediatamente y, cogiendo la falda de su kimono, empezó a correr hacia él.
– ¿Eh…? ¡Chang'E! ¡Amiga mía! – Buda le sonrió al ver que se acercaba – ¡Es de ella de quien te hablaba…!
De detrás de la pierna de Buda apareció una niña con el pelo rojizo, una sudadera rosa, una gorra de marinero en la cabeza y unos enormes ojos verdes inundados de curiosidad. En cuanto apareció, su rostro infantil se abrió divertido.
– ¡Así que ella es Chang'E, la diosa de la luna!
La diosa frenó en seco y se quedó mirando a la pareja en silencio; teniendo en la mente las fantasías que ocultaba con tanto esmero, se puso en marcha su imaginación para encontrar una respuesta a la posible relación entre el maestro Buda y aquella muchacha.
Sólo apareció una respuesta:
« No puede ser… ¿¡El maestro Buda tiene una hija!? ¿¡Y me la ha ocultado durante mil años!? »
– Aunque… Es diferente a como me la imaginaba… – comentó la niña, Líf, ladeando la cabeza – No esperaba que fuera tan alta, ¿O es culpa de esos tacones? Esperaba que tuviera más joyas lunares, o que llevara una luna colgada del cuello… Y su pelo es raro…
– ¿Extraño? ¡El tuyo es raro! – Buda levantó a Líf en brazos – ¿Tu pelo es rojo o castaño? ¡Decide!
– ¡El tuyo es más raro! – la niña señaló a Buda – ¡Eres el adolescente más fuerte, y ya tienes canas! ¡Pareces un anciano, y más con ese parche!
– Un viejo genial, ¿No crees?
– … ¡Si que si! ¡Muy… waku waku!
– M-Maestro… – Chang'E por fin tuvo voz para hablar, aunque los ojos llenos de horror y la imaginación fantasiosa al ver a Buda con la niña en brazos como si fuera su padre – E-Ella… Ella es…
– ¡Cierto! Mis modales… – Buda condujo a Líf hacia Chang'E con los brazos extendidos – ¡Una colega valkiria, Líf!
– ¡Holaaaaa!
– … ¿Colega? ¿No es…? – Chang'E dio un suspiro de alivio – Así que es amiga suya, maestro… Menos mal.
– ¡Eres muy interesante, diosa de la luna…! – Líf giró la cabeza para examinar a Chang'E mejor – Me dijeron que eras budista, pero… No te veo muy budista.
» Pareces más bien una japonesa, ¡De las que están dispuestas a asistir a un festival de otoño con un chico para ligar toda la noche!
Las palabras golpearon de lleno en el interior de Chang'E, lo que le hizo darse cuenta profundamente de toda la apariencia de la chica; una apariencia muy curiosa que se oía en sus pensamientos y recuerdos…
« … Mis compañeros dijeron que, acompañando a los dioses de la fortuna y a ese pájaro, había alguien más.
» Una niña de pelo largo que no paraba de gritar "¡Castigo divino!" con cada golpe de los Ejecutores del Cielo… ¿Podría ser…? »
Chang'E entrecerró los ojos para ver más de cerca a Líf.
– Maestro, ¿Dónde encontró a esta niña? Se me hace familiar.
La mirada de Chang'E se oscureció tanto que parecía una persona muy diferente a la que era hace apenas 5 segundos; eso hizo trabajar la mente de Lif, recordando lo que el propio Buda le había dicho después de salvarla de los Ejecutores del Cielo:
« Una seguidora me informó que había encontrado amigos suyos golpeados. Uno de los estudiantes más extraños que he tenido… Chang'E. »
« ¡Maldita sea! ¡Estoy en terreno peligroso! ¡Va a descubrirme…! »
– ¿Familiar? ¿Conoces a las valkirias? Las hermanas menores de Buu-chan.
– Soy consciente… Pero me parece que no tenían niñas pelirrojas…
– Es… Porque… ¡Soy pequeña todavía…! – Líf se defendió – ¡Soy la menor de las menores! Tengo… ¡900 años y algo más!
– Así que naciste en el milenio. Eso explica muchas cosas… – Después de un rato, Chang'E pasó la página – Maestro, dice que esta chica es su… ¿Compañera? ¿Por qué?
– Me va a ayudar a cumplir una misión específica.
– ¡Necesitamos aliados! – Líf apretó ambas manos decididas – ¡El adolescente más fuerte quiere aliados divinos para cubrir las espaldas de la humanidad!
– ¿Aliados…? – Chang'E rió emanando un toque de superioridad – ¿No tiene suficiente con sus soldaditos humanos y las otras valkirias? ¿Para qué quieren más ayuda?
– Nunca es suficiente… – Buda sacudió la cabeza con gravedad – Debemos disponer de todos los recursos para ganar este Ragnarok.
Chang'E se sorprendió ante tal cambio de actitud; pocas veces había visto a su profesor tan serio. Un cambio de actitud… que también le gustaba, lo suficiente para crear más fantasías en su cabeza.
« ¡¿Qué demonios!? ¡Largo de aquí, pensamientos estúpidos…! »
– No tengo nada que hacer más que esperar a que alguien venga por mí… ¿Puedo unirme a ustedes?
– ¿Esperando a alguien…? – Líf ladeó la cabeza – ¿Tienes guardaespaldas?
– Algo aún más divertido, pequeña… _ Chang'E sonrió a Líf con picardía – Tengo carceleros de prisión y soy muy… Muy peligrosa~
– ¡¿Ehhhh…?! – Líf saltó inmediatamente hacia Buda con la cara pálida – ¿¡Eres una criminal!?
– No es una criminal. – aclaró Buda – Al menos no, en términos convencionales de "cometer un delito moral y socialmente".
» Digamos que hizo enojar a la gente equivocada, como uno de tus tíos que hizo enojar al abuelo… Y mejor no toquemos más ese tema, ¿vale?
Un pequeño gesto que provocó una tierna sonrisa en Chang'E; era cierto que le costaba recordar las cosas del pasado que la habían llevado hasta allí.
– Gracias.
– Por supuesto que puedes ayudarnos, mi amiga Chang'E… Con la condición de que no te atrapen cuando estés con nosotros. No quiero tener que enfrentarme a la loca de Amaterasu otra vez.
Líf levantó la vista emocionada.
– ¿¡Amaterasu!? La diosa del sol, y hermana menor de Susano'o no Mikoto, el dios japonés de las tormentas que fue asesinado por mi mago favorito, Nikola Tesla, ¡Quiero verla enfadada! ¡Waku waku!
Buda se rió de su comentario y luego volvió a mirarla con seriedad.
– Créeme, pequeña… No querrás conocerla así.
– ¡Está bien, maestro! ¡Ayudaré en lo que pueda…!
El grupo comenzó a recorrer los pasillos de los Campos Elíseos, con el sonido de la lluvia de ofrendas que caía a lo lejos, los gritos de los espectadores mientras se desarrollaba otro combate del Ragnarok y el canto apenas audible de animales y pájaros entre los jardines.
Pero tal silencio no pudo contener a Líf, que dio vueltas y vueltas al asunto.
– ¿Qué hiciste para ser un criminal? Uno de mis tíos que nunca conocí robó una espada mágica y mató a un dragón… Creo que una de mis hermanas mayores perdió una apuesta y se enamoró de un loco de allí…
» Pero, ¿qué has hecho para que la diosa del sol quiera tenerte encerrada? – sus ojos se iluminaron de emoción – ¡Quiero saberlo!
– Niña, dijimos que eso no se--
– No se preocupe, maestro. Sé cómo tratar con niñas así…
Chang'E extendió los brazos y cogió a Líf, acomodándola con suma facilidad como si de un bebé se tratara; del mismo modo, la valkiria se acomodó de forma que favoreció el resultado.
Ambas guardaron silencio durante un segundo para mirarse fijamente, como una especie de rivales a punto de pelearse.
– Entonces, ¿Señorita lunar?
– ¿Sabes algo, niña valkiria? – Chang'E procedió a sonreírle – Te pareces mucho a mi hija. Sólo que tu pelo es diferente… El suyo es negro, como el de mi marido.
– ¿Ah, sí? Me gustaría conocerla, para comprobarlo.
– Eso es un problema. Como soy una "gran criminal", no puedo ver a mi hija.
– ¿Qué? – Líf se llevó las manos a la cabeza – ¿No cometes delitos, pero estás en la cárcel? ¿No estás acusada pero sí condenada? ¿Tampoco puedes ver a tu hija, pero tienes tiempo para una niña desconocida? ¡No entiendo nada!
– Aquí entre nosotras… Estoy aquí porque logré escapar. Por eso me buscan… Para llevarme de vuelta a mi celda.
– ¿No deberías buscar a tu hija en vez de aquí?
Chang'E soltó una risita melancólica.
– No creo que sea posible… Está fuera de mi alcance, lejos de este coliseo y de los Campos Elíseos…
– ¿En serio? ¿Ya ha crecido tanto…?
– … Supongo que sí. Supongo que es una mujer adulta, como su madre, con su propia vida.
» Creo que sería una falta de respeto por mi parte aparecer de repente, llevarla a algún sitio irrumpiendo su rutina, y después desaparecer para volver a mi celda…
» Creo que es mucho mejor dejar que siga con su vida, en paz… Si ella es feliz, yo también.
Una afirmación acompañada de una sonrisa vacía de Chang'E, suficiente para que la valkiria se diera cuenta.
– Eso no está nada bien… ¡Tienes que ir a hacer tanto ruido como sea posible!
– ¿Ruido? ¿De qué estás hablando?
– Es un juego que Geir onee-sama nos enseñó, a mi hermana pequeña y yo…
» Ella y yo nos peleamos mucho, a veces por cosas sin sentido, y a veces por buenas razones… A veces pasamos días sin volver a hablarnos por culpa de las peleas, y a onee-sama no le gusta.
» Así que nos enseñó el juego de "Haz mucho ruido": quien haya empezado el conflicto debe ir con el otro… ¡Y hacer mucho ruido! Hablar con ella todo el día, darle mimos, jugar con ella, gritar y no dejarle dormir. Así sabemos que estamos la una para la otra, en las buenas y en las malas.
» No importa si estás enfadada, molesta aún… No es bueno tener conflictos con la gente cercana, y mucho menos con tu propia familia… ¡Sería divertido ir y hacer todo el ruido posible con tu hija! ¡Así sabrá que su mami está con ella, siempre y en todo momento!
Palabras de una niña tan pequeña que cogieron por sorpresa a la diosa de la Luna, sobre todo por sus instintos maternales natos; Chang'E abrazó a Líf como si fuera un peluche.
– Eres una niña muy ingeniosa, ¿Te lo han dicho ya?
– … ¡A menudo! ¡Onee-sama siempre me dice eso cuando hago travesuras!
De repente, empezó a sonar una alarma, lo que hizo que Chang'E volviera hacia su muñeca: una pulsera era el origen, así como una luz roja parpadeante que llamó la atención de Buda y Lif.
– Es una lástima. Al parecer, mis guardias ya me han encontrado.
– Eso es malo. – Buda tomó a Líf y comenzó a retirarse – No quiero parecer grosero… Pero me gustaría mantenerme fuera de problemas. Así que, nos vamos…
Justo cuando se disponía a abandonar el lugar en un santiamén, la mano de Chang'E sujetó su brazo libre por un segundo.
– Maestro… De verdad, gracias por todo lo que has hecho por mí. Sin ti, yo no… No podría volver a ser feliz…
– … No me des las gracias, amiga mía … ¡Todo es gracias a ti! ¡La felicidad viene de ti misma!
– … Tiene razón.
Ambas figuras se apresuraron a dejar sola a Chang'E, que golpeó el brazalete contra una pared hasta destruirlo y acabó sentándose de nuevo en uno de los muchos bancos de los jardines. Un buen momento para repasar aquellas palabras de la chica valkiria.
« Hacer ruido para hacerse notar… No dejes que un rencor del pasado te detenga… Estar con ella. »
Se llevó ambas manos al pecho, justo donde había reposado el cuerpecito de Lif; el calor de aquella niña aún le rozaba la piel. Una sensación que… Hacía tanto tiempo que no tenía.
« Por favor, ¿Qué estoy imaginando? Es imposible volver con ella, incluso para mí… » su mano se quedó en su pecho manteniendo ese sentimiento « Qué niña tan hermosa… Supongo que es una razón más para hacer lo que he estado planeando por 1000 años …
» Dudo mucho que mi situación actual cambie… De hecho, dudo mucho que sea algo bueno, pero… Al menos, sabré que no desperdicié mi vida en tonterías deprimentes… Ella lo habría querido así, supongo… »
A lo lejos se oyeron los pasos de un grupo militar, soldados yokai ordenados y armados que rodearon los jardines de la zona. En el centro apareció un dios masculino, con un cuerpo mucho más robusto, de colores platinados similares a los de Chang'E, y con cierto parentesco con cierto personaje que murió hace un milenio…
El dios japonés de la luna y la noche, Tsukuyomi. Chang'E giró la cabeza para mirar a su homólogo, con una pícara sonrisa rebelde.
– ¿Qué haces tú aquí? ¿Dónde está la verdadera santa patrona?
– Respeta a tu superior. Mi hermana está viendo la sexta ronda… La próxima victoria de los dioses.
– Supongo que sí. Es más importante prestar atención a eso que a su colección de invierno… La hermosa sol bajo la Luna, la segunda Apolo… ¡Qué lástima! Quería que me acompañara a mi celda especial…
– No has contactado con nadie, ¿verdad?
– ¿No es obvio? Soy una tumba… – se pasó un dedo por los labios – Quizá hablé con cierto dios chihuahua sobre problemas--
– Tienes prohibido cualquier contacto no autorizado, incluso con los ganadores del primer Ragnarok. Que no se repita.
– … Lo que usted ordene, "Su Majestad".
Tsukuyomi extendió las manos a Chang'E, mostrando unas esposas de luz dorada; el ánimo de la diosa se hundió sólo con ver aquel objeto que tanto odiaba y que tanto le costó deshacerse la primera vez.
– Póntelos. Vas a volver a tu habitación--
– ¡Lo sé, lo sé! El mismo protocolo de siempre… "Cállate, todo lo que digas será usado en tu contra, no tienes derecho a un abogado ni a una llamada de emergencia"… Entendido.
La diosa estiró ambos brazos y dejó que Tsukuyomi le colocara las esposas, lo que liberó una cadera de luz que el dios sostenía; Chang'E sonrió de lado con un poco de picardía.
– ¿Te excita tenerme así?
– Andando. – el dios japonés tiró de la cadena y empujó a Chang'E fuera del banco, para empezar a caminar de vuelta – No quiero perder el tiempo contigo.
– Lo que yo diga… "Señor de la Luna"… ¿Qué se siente al tener a la mejor luchadora de toda China? ¿No sientes que es un cumplido tener a alguien tan bueno a tus pies--?
– En realidad, no. Sólo estás aquí porque has demostrado sernos útil… Personalmente, preferiría que murieras después de darnos tu victoria… Eso sería bastante útil.
– … Ya veremos… Este Ragnarok está lleno de sorpresas… Sorpresas agradables…
Una sonrisa se dibujó en los labios de la diosa de la Luna.
Era muy cierto que había llegado a ser muy útil, lo suficiente como para que, aún teniendo que cumplir condena en el Tártaro, fuera sacada a petición del Emperador de Jade para participar en la contienda de Grecia y, en consecuencia, en el segundo Ragnarok como representante.
Era sólo cuestión de tiempo que la llamaran a la arena de combate… Tan ingenuos eran sus carceleros que le quitarían todo tipo de cadenas para dejarla luchar libremente y con toda su fuerza contra cualquiera que fuera su oponente…
Suficiente para cumplir ese deseo que tenía desde hace más de 5000 años, cuando toda su vida dio un giro drástico…
En el campo de batalla, Chang'E reía divertida.
« "Hacer tanto ruido como sea posible"… Supongo que este ruido está bien para golpear el orgullo de esos idiotas… ¿No es así? »
– ¡No! Señorita Chang'E, ¡No puede hacer esto!
Heimdall intervino en forma de saltos que llamaron su atención; cogió su tableta y mostró a la diosa la lista de combatientes del Ragnarok.
– ¿Ve? Los 13 representantes de la humanidad y los dioses ya han sido elegidos… ¡No puede hacer un cambio así tan drásticamente! ¡Podría causar muchos problemas!
– ¿En serio? – Chang'E dibujó una mueca poco amable en su rostro – Pero, ¿Qué pasó con tus amiguitas egipcias? ¿Acaso las dejaste hacer lo que quisieran porque eran tan lindas?
– ¡En absoluto! ¡Era una cuestión de vida o muerte! ¡Podrían haberme matado si no les hubiera escuchado!
– Así que eso es lo que hace falta… – la diosa tensó el agarre del arco divino – ¿Quieres que te mate, lindo Heimdall~♡?
– No tienes que…
Otro golpe se hizo presente en el estadio, causando silencio en las gradas divinas de donde provenía; una escalera desde la tarima más alta, y por ella apareció una figura femenina caminando cuesta abajo para llegar al piso de la arena de combate, con pasos lentos y firmes para hacerse notar.
Los dioses no sabían quién era la nueva diosa, sobre todo por su inusual vestimenta; sólo los de su propio panteón la reconocieron.
– ¿¡Ehhhh…!? – el primero fue Ares, dios griego de la guerra.
Atenea llevaba ambas manos en los bolsillos, por primera vez la boca sin caramelos ni nada, una coleta para peinarse y el rostro serio y seco; en su andar lento y sereno, despertaba la curiosidad de dioses y humanos…
La chica llegó al borde de la escalera y saltó al suelo de la arena de combate, luego caminó en dirección a Heimdall y Chang'E.
– ¡Uy! ¡Qué divertido!
– ¡P-Pero…! – Heimdall corrió hacia la diosa – ¡Señorita Atenea, no podemos hacer eso!
– ¿Qué quieres decir? Claro que pueden, siempre que yo lo autorice ☆ – dio un pulgar hacia arriba.
– ¡¿Qué demonios estás haciendo, niña…?! – Amaterasu se levantó de su asiento, a punto de salir al campo de batalla.
– ¡Estúpida niña…! – gritó el Emperador de Jade desde su palco – ¡No estás autorizada a hacer esto! ¡Ella es nuestra--!
– ¿Tienes algún problema, pequeño Heimdall? – Atenea ignoró a ambos dioses orientales, provocando aún más su ira.
Heimdall, consciente de los problemas que se estaban produciendo justo en ese momento, quiso ser más razonable.
– Pero las reglas… ¡Las reglas del Ragnarok no lo permiten…!
– ¿Quieres hablarme de reglas? ¡Hablemos de reglas! – Atenea sacó unas gafas de los bolsillos y las puso en sus ojos – ¡Veamos…!
» "La humanidad y los dioses elegirán a 13 campeones para que los representen. Habrá 13 combates a muerte 1 vs 1, el primero que consiga 7 victorias será el ganador del Ragnarok"…
» No dice nada de que cada bando esté obligado a respetar a sus campeones originales… Por eso pudimos hacer nuestra locura de tercera ronda.
Atenea siguió caminando emocionada, dando vueltas y acercándose cada vez más a Chang'E.
– Además, por si no te diste cuenta pequeño Heimdall, esa es la esencia de este Ragnarok: "No hay rey que gobierne, cada uno hace lo que mejor le parece." ¿Estás diciendo que debemos detener este excitante frenesí bélico?
» … De hecho… Esto es tan interesante que no puedo evitar preguntarme… – los ojos de Atenea dejan escapar su destello dorado, proveniente de la Conciencia de Guerra – ¿Y si yo… Me encargo directamente de esta situación…?
Atenea actuó por primera vez.
Su pierna derecha se elevó y desató una ráfaga de patadas voladoras tan rápidas como el tridente de su tío tirano, todas ellas directas a la cara de la diosa de la Luna; un destello que casi nadie en el estadio pudo ver…
Excepto Chang'E: fue capaz de verlas y mover la cabeza, así como retroceder los pies para evadir todas ellas; cuando terminó, Atenea apretó los puños y se puso en postura ofensiva, lanzando una sonrisa a la diosa.
– ¿Qué dices, querida? ¿Bailamos…?
La tensión creció bastante entre ambas, tanto que incluso los dioses enfadados y confusos callaron, ¿Podría ser este el desempate de la mitad del Ragnarok?
Un silencio que duró hasta que Atenea se echó a reír.
– ¡Claro que no! – rompió su postura y se metió ambas manos en los bolsillos – Tengo cosas más aburridas que hacer…
» Además, seamos sinceras, ¡Te haría pedazos muy fácil! ¡No me gustaría romper tu linda carita tan pronto!
La diosa lunar no respondió a sus palabras; Atenea acabó dando unos pasos atrás, casi dispuesta a retirarse.
– Volviendo al punto original, amiga mía… Tengo la autoridad para aceptar esto, o enviarte de vuelta con tus jefes… Pero primero, me gustaría preguntarte algo…
» Si decidiera dejarte ir, ¿Estás segura de que mantendrías tu decisión? Eso significaría que todos los dioses serían tus enemigos, como Buda… ¿Estás lista para ser la villana de todos, señorita Apolo?
Una pregunta que esta vez sí respondería, con una sonrisa de lado junto a su paleta de caramelo.
– ¿"Dejarme ir"? Qué envidia~
» Hace mucho tiempo dejé de pensar en la libertad y dejé de ser una diosa. Todo gracias a órdenes y caprichos que no pudieron controlar… ¿Y ahora debo seguir obedeciendo órdenes estúpidas contra mí? Soy mucho mejor que sólo órdenes…
» No me importa lo que piensen de mí, dioses o humanos… ¡Yo soy quien toma las decisiones en mi vida! ¡Y quiero mi vida de vuelta! Eso es todo lo que me importa.
Los ojos de Chang'E se posaron en los dioses con arrogancia, lo que reavivó su furia negativa.
– ¿Qué coño te pasa? ¡Maldita traidora!
– ¡Nada menos de una perra que se rebaja a los humanos!
– ¡Acabas de ser condenada!
Los dioses orientales se enfurecieron aún más, causando más destrucción en su palco y obligando a los espíritus yokai a retirarse más lejos. Entre la humanidad, las dudas y la confusión continuaron, aunque ahora había mejores sentimientos: la emoción por tener a una diosa de su lado.
– ¡Vamos, señora Chang'E!
– ¡Confiamos en usted!
– ¡Gane para nosotros!
La diosa sonrió complacida, dirigiendo su mirada a la diosa griega.
– Supongo que eso lo decide todo. Una vez que haya terminado con esto, ustedes me dejarán en paz con mi propia vida… ¿No?
– … Me gusta tu visión. Veré qué puedo hacer~
– Así que, ¿Quién va a ser mi oponente? ¿Estás segura que no quieres ser tú?
– Me halagas, amiga mía. Pero no eres mi tipo~
Entre las gradas divinas aparecieron, por primera vez desde el final de la tercera ronda, los representantes del panteón que por mucho tiempo habían sido de los más fuertes: Egipto. Al aparecer cerca del palco de griegos y nórdicos, llamó la atención de Forseti.
– Señora Syf, ¡¿No son los de la Trinidad principal de Egipto?!
– ¡¿Eh?! – Syf se asomó, al igual que Hermes y Ares – ¿¡Por fin esos llorones aparecieron de nuevo!? ¿¡En un momento como este!?
– … No parecen nada contentos. – dijo Ares en voz baja, sintiendo la furia de los egipcios.
Isis respiró hondo, al ver el desastre que se había producido en su ausencia; habría explotado igual que los demás dioses, pero ya tenía suficientes problemas con qué lidiar. Además, ahora tenía una solución.
– Nosotros… Nos encargaremos… De esa traidora.
La puerta de la divinidad volvió a abrirse lentamente y con un oscuro chirrido metálico, que llamó la atención tanto de los espectadores como de los presentes en la arena; acompañado de la apertura de la puerta, un humo oscuro de gran densidad se extendió, alcanzando la reunión central.
De aquella nube oscura, apareció una figura que caminaba a paso ligero para llegar a dónde estaban, pero al mismo tiempo, con cierta lentitud… Como si de un zombi se tratase. La diosa de la luna enarcó una ceja en señal de duda.
– ¿Qué? – Heimdall se acercó a Chang'E de nuevo. – ¿Qué es este humo?
– Huele a incienso… – señaló Atenea con curiosidad – No muy agradable, por cierto.
– ¿En serio? – Chang'E levantó uno de sus ojos – ¿Qué clase de loco me acaban de mandar--?
– ¡¿A quién llamas 'loco'?!
Una voz de euforia salió de la nube cuando la sombra saltó de ella y atacó sin esperar: un golpe descendente con toda su fuerza, procedente de un arma divina.
La figura aterrizó encima de las 3 figuras divinas provocando un estallido y un agujero en el campo de batalla de tamaño muy considerable; Heimdall quedó pegado a la pierna de Chang'E que saltó en el último momento, mientras que Atenea también saltó con elegancia.
Todos quedaron asustados por esa extravagante y repentina participación divina; más aún en el palco de Geir cuando oyó la voz que había hablado…
– Eso… Esa es… Es la voz de… De…
– ¡No estoy loca…! ¡Maldita traidora!
– … Whoa, whoa… – Chang'E también fue capaz de identificar la voz del sujeto – Así que tú eres a la que enviaron… Pensé que eras un mito.
– ¡Qué interesante ☆! – Atenea aplaudió emocionada – ¡No esperaba que este juego fuera tan divertido!
Una nube de humo formada por el golpe se desprendió poco a poco para dejar paso a la nueva deidad: piel oscura decorada con una coraza dorada, formada en su mayor parte por anillos que rodeaban su cuerpo. La mano izquierda sujetaba un escudo gigante que era el responsable del ataque, y en la derecha un hacha oscura lista para asestar otro golpe.
Decoraba su cabeza una corona dorada digna de la realeza, una banda de color claro sobre su piel que bañaba su rostro, un par de ojos rojizos oscuros tras una esclerótica negra, afilados dientes de tiburón que daban un gesto asesino.
– He oído hablar de ti gracias a tu hermana, pero… – Chang'E giró la cabeza dubitativa – Creía que eras un cuento para asustar a los niños desobedientes… Y aquí estás.
» La gemela malvada de mi enfermera favorita… Un placer. Bienvenida a Ragnarok.
La diosa oscura de la noche y las fuerzas caóticas de la naturaleza, Dzivaguru.
– ¿Ella es… Dziva? La señorita Dziva está… ¿¡Está contra nosotros!?
Pero fue en el palco de Geir donde se produjo la mayor confusión al reconocer la figura divina en la arena; era exactamente igual a la diosa enfermera que les había ayudado y apoyado momentos antes.
– De ninguna manera… T-Todo lo que nos dijo… Es todo un… – Geir no pudo soportarlo y cayó de rodillas al suelo – ¿Ha sido un… un error…?
– ¡No puede ser! Debe de tratarse de otra cosa… – Sigrune se agachó para intentar consolar a su hermana pequeña, pero sin mucho éxito.
Leónidas endureció el rostro en una expresión de duda y fastidio. Desde la primera vez que había visto a aquella diosa sosteniendo a su valkiria, se había quedado con una mala espina, que se le había aflojado un poco tras oír su discurso y verla cargando a una de las mellizas.
Ahora todo se hacía añicos con su aparición en la arena de combate, aunque aún quedaba una espina en su interior que no le dejaba llegar a una conclusión:
« Algo va mal… No sé lo que es, pero algo está mal aquí… »
La diosa africana sacó el escudo de la tierra, enterrado un poco en la hierba, así como su hacha que había arrojado la hoja a unos metros de ella; su mirada y presencia denotaban odio, y con un notable repudio por la diosa lunar.
– "La gemela malvada"… ¿Eso es todo lo que sabes de mí?
– Eso es todo lo que me importa. Después de todo, me gusta más tu "hermanita".
Dzivaguru rió por lo bajo.
– Sí, lo sé. Siempre es lo mismo… Pero eso se acabó. Aquí no existe la enfermera cariñosa… Y aquí no hay amor por esos humanos por quienes has traicionado a los dioses… ¡Me repugnas!
La diosa miró enfadada a Chang'E.
– ¡Traidora! ¡Te castigaré en nombre de los dioses!
– ¡Mierda! ¡Mierda…!
Otro de los pasillos de los Campos Elíseos era una nueva zona de reunión divina.
Ebisu pateó la pared, consiguiendo hacer un agujero con su zapato debido a la gran furia que corría en su interior. Hecho esto, desenfundó su pistola y abrió fuego indiscretamente contra esa misma pared hasta que las balas se agotaron y dejaron un gran agujero humeante y destrozado.
– ¡Esto no puede estar pasando! ¡Nada de esto…!
– … Por supuesto, que no…
Los otros miembros de los dioses de la fortuna también tenían esa sensación: Hoteison, Benzaiten, Daikokuten, Jurojin, Fukurokuju y Bishamonten junto al dios pez. Después de tanto tiempo de reuniones y problemas, todos los dioses de la fortuna estaban reunidos, especialmente para hablar de la vergüenza por la que habían pasado…
La búsqueda del traidor liderado por Líf, que acabó en un callejón sin salida, acusados y amenazados por el propio Anubis; los resultados del segundo Ragnarok, con las 2 victorias humanas influenciadas por ellos, y una diosa subordinada ha traicionado a sus líderes.
Una combinación de situaciones y sucesos que los puso tensos y de mal humor. De hecho, la actitud errática de Ebisu no fue discutida ni alegada por nadie; al contrario…
Todos estuvieron de acuerdo.
– Maldición… Somos los Ejecutores del Cielo, pero… Hemos permitido tanta vergüenza a los dioses…
– ¡Eso no es justo! ¡No voy a aceptarlo!
– Yo tampoco… No voy a dejar que esto siga así tampoco…
– Buda, Chang'E, esas valkirias… ¡Todos hacen lo que quieren y se burlan de las consecuencias!
– Además… Nuestro poder fue usado para matar dioses… ¡Esto nunca debería haber ocurrido…!
Todos esperaron la respuesta del séptimo miembro, el más fuerte tanto en poder como en conocimientos. Sus palabras eran las esperadas, junto con su rostro sombrío y lúgubre.
– Esto es inaudito. No esperaremos más…
– ¡Exactamente! – exclamó Ebisu con voz firme – ¡Es hora de infligir un castigo divino a la humanidad y a sus muchos aliados que quieren poner a los dioses en la cuerda floja!
» ¡Es hora de que vuelva Zero!
Bishamonten cruzó los brazos al frente, y con la fuerza de sus músculos rompió su armadura; los trozos cayeron al suelo, mientras su rostro surcado por la ira se llenaba del sentimiento de destrucción, odio y muerte de aquel dios… un dios antiguo, llamado el Octavo.
Si Lakshmí fue llamada la diosa de la buena fortuna, este nuevo ser era el destinado de la mala suerte. El signo del apocalipsis; una vez que bajara a la tierra, la desgracia y la maldición consumirían a la raza humana.
Castigo que se desataría en los Campos Elíseos.
– ¡"Las Siete Desgracias" causen la destrucción!
Fecha de publicación: 08/02/24
Autor: ASFD
Edición: Darklord331
Nota de autor: Con esto ya ha quedado decidida la séptima ronda (pronto empiezan los madrazos chidos, tendré que buscarme guardias de seguridad y 20 VPNs UwUn't).
Ahora, la pregunta especial:
Justo como había predicho, una decisión difícil de escoger. Ya veremos qué ocurrirá y quién pagará el precio de las decisiones de los dioses UwUn't…
Por lo mientras, y sin más que decir… ¡Los leo en el siguiente capítulo, que se aproxima en pocos momentos más! ¡Un poquitín de historia y un poquitín de putazos!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top