Capítulo 58.1: Lo siento... (Parte 1)

– Papi… papi

En la antigua China, un poblado fue arremetido por una lluvia tormentosa; en una pequeña casa, una niña fue despertada al sonar de un trueno. Un evento que, en cuanto su sonido rugía y su brillo resplandecía en instantes, le provocaba terror.

Emociones que la acorralaban a una única solución de escape: ir con su padre.

Salió de su propia habitación y entró en la de su padre, encontrándolo con una mano en la cabeza y el pecho y abdomen descubiertos; la pequeña ya estaba acostumbrada a verlo así. Corriendo y con ojos llorosos fue hasta él.

– ¡Papi…!

– ¿Hija…? – el hombre levantó la mirada para encontrarse con ella – ¿Qué te pasa…? ¿Los rayos te volvieron a despertar?

– ¡Si, papi! ¡Hicieron ruidos muy feos…! – la niña cruzó sus manos al frente con vergüenza, al tiempo que sus ojos comenzaban a estallar en lágrimas – ¡Me dan miedo!

– ¡No llores!

El hombre salió de la cama y caminó hasta su pequeña; se inclinó a su altura y con ambos brazos la tomó y envolvió para cargarla sobre su pecho; ella por su parte levantó los brazos y se aferró al cuello del hombre, con un segundo miedo desbloqueado.

– ¡No me sueltes, papi! ¡Me dan miedo las alturas!

– Todo está bien.

El hombre tomó asiento en su cama y recostó a la niña en su regazo; levantó su mano y extendió los dedos para jugar con la niña, tocándole los párpados, la punta de la nariz y los labios en una rutina dónde ella trataba de adivinar el siguiente lugar dónde tocaría. De inmediato la niña dejó sus temores y comenzó a seguir el juego, soltando una risa infantil que denotaba su nuevo entretenimiento.

– ¡Gracias papi! – la niña rió y dirigió sus brillantes ojos al hombre – ¡Siempre hacer que mis miedos se vayan! ¡Eres… Un héroe! ¡Mi héroe!

Él sonrió de lado y puso su mando sobre una mejilla de la pequeña para hacerla sonreír.

– El deber de un padre es cuidar la sonrisa de su hija… Siempre estaré a tu lado para ser tu héroe…

Los ojos azules de Adán y su sonrisa tan cálida y tranquila se iluminaron sobre la pequeña; esa fue la última imagen residual que la mente de Ng Mui pudo concebir y grabar en su totalidad, considerando el estado en que estaba

… Debido a su paro cardíaco autoprovocado.

Con el pecho destrozado y detenido, la humana se dirigió al suelo sin frenos; su rostro fue lo primero que impactó, provocándose un sangrado nasal y bucal, para después quedar tendida en el suelo. Sudando, temblando, y sufriendo en silencio…

Todos los espectadores quedaron en silencio y boquiabiertos ante lo que acababa de suceder.

– … ¿Eh?

– ¡Ambos han caído! ¡A-Al aparecer ambos sufren de un paro cardíaco! – Heimdall volteó a las gradas divinas – ¡Traigan a los paramédicos, de prisa!

– ¡Ng Mui…! – Sigrune se cubrió el rostro con miedo – ¡No puedo seguir viendo!

– ¿¡Qué acaba de suceder!?

– Parece que… – Sasaki respondió a la pregunta de su valkiria – Su cuerpo ya está en tan malas condiciones que cualquier cosa mínima le está haciendo más daño de lo normal.

Geir no compartía esa opinión, sino que su mente le dió una solución que decidió analizar:  la herida surgida en el pecho de la humana, de la misma manera que ella destrozó el pecho de Zeus, y la manera en que reaccionaba estando en el suelo… igual que Zeus.

En un santiamén obtuvo la respuesta, que no debería ser posible.

– ¡N-No…! ¡Su sinestesia de qi volvió a actuar en su contra!

Leónidas volteó a ella.

– ¿Qué dices? ¿No se suponía que la iluminación se desharía de eso?

– Es verdad, pero… también esto es verdad… Es lo único que se me ocurre.

Sus ojos estallaron, dejando salir lágrimas por su amiga mientras se mordía un labio; la impotencia se apoderó de ella.

– Ng Mui…

Ambos luchadores estaban en el suelo confrontando las consecuencias del mismo ataque mortal; el primero en reaccionar de manera positiva fue Zeus, quien apenas tenía fuerzas para respirar y recuperar el aliento… Aunque el dolor en su pecho e interior era insoportable.

« M-Mi corazón… Un segundo más y estaré muerto… Debo de… »

Su ojo comenzaba a perder la visión, por lo que pronto perdería la conciencia; estiró su mano lo más que pudo, hasta que sus dedos fueron capaces de tomar la canica dorada en el suelo, y la hizo rodar hasta sostenerla en sus yemas.

Más que suficiente para romper la canica de nuevo y dejar salir el rayo divino, el cual usó para transferir energía eléctrica a su cuerpo en una sacudida instantánea y con ello reanimar su corazón; aquello pudo hacerlo levantarse del suelo, aunque con su mano libre en el pecho y jadeando bastante adolorido.

– Eso… Estuvo muy cerca…

El rayo divino soltó unos cuantos rayos, los cuales por medio de la lluvia se movieron por el campo de batalla hasta llegar a la segunda persona que los necesitaría: Ng Mui. Casi como una coincidencia…

En cuanto el rayo tocó a Ng Mui el efecto en ella fue el mismo que en Zeus:

Una sacudida eléctrica recorrió sus nervios y órganos, en especial su corazón lo que le reanimó para volver a bombear en su cuerpo; pocos segundos después reaccionó, abriendo sus ojos de repente y sintiendo un horrible dolor en todas sus extremidades tan solo moverlas.

Se irguió lentamente del suelo, al tiempo que su boca y nariz tomaban enormes bocanadas de aire para recuperar el aliento y en sus músculos volvían las fuerzas.

« ¿Qué… Qué acaba de pasar…? ¿Qué fue eso…? »

Entonces su mente activó los últimos recuerdos que tenía; poco a poco vió lo que había hecho hace unos pocos instantes.

« Zeus hizo su ataque especial para acabar conmigo y yo… Yo lo… Contrarreste con un golpe en su pecho que detuvo su corazón, ¿Cierto…? Pero… »

Su llevó una mano al pecho, sintiendo la sangre de su nueva herida y cómo dolía aquel músculo, que le llevó a una conclusión.

« Mi… ¿Mi corazón también… también se detuvo…? »

Usó sus dedos para medir la profundidad de la herida, siendo muy similar a la que le había provocado a Zeus mismo; a través de su vista medio nublada vio al dios griego a unos metros frente suyo, ya incorporado por completo aunque bastante malherido por su ataque.

Todo eso le llevó a una conclusión…

« La sinestesia volvió y casi me mata… Además, no pude acabar con Zeus… esto es… »

Una conclusión que le provocó… MUCHO ENOJO.

Sus puños se apretaron con las fuerzas que apenas tenía, y su rostro se frunció en ojos iracundos desesperados.

« ¿Por qué…? Ya tengo la iluminación y la Octava Conciencia, pero… ¿¡Por qué sufrí mi propio ataque…!?

» ¿Por qué sigue vivo… ese maldito dios… ¡Por qué!? ¡No importa que saliera herida, ese ataque debió haberlo matado! ¡Le di en el pecho; lo hice bien…!

» ¿¡Por qué, por qué, por qué…!? »

– ¡Maldita sea…!

La humana llevó uno de sus puños al suelo con gran fuerza, logrando romper el oricalco del mismo aunque también sus nudillos comenzaron a sangrar… Una de las pocas partes de su cuerpo que estaban intactas, ahora sangraban.

Tal golpe llamó mucho la atención de Zeus, quien también por su poca visión solo podía ver una cosa en la arena.

– ¿Bombón…? ¿Te encuentras bien?

El momento era propicio para que Zeus diera una sonrisa pícara o inclusive una curiosidad genuina por el estado de la humana…

Pero no hubo eso; la expresión de Zeus era preocupación verdadera.

– ¿Estás herida…?

Los Olímpicos que percibieron aquellos sentimientos del DPDC fueron Hades y Hermes; el mensajero se acercó al rey del Helheim para comentar al respecto.

– Ella… – Hades se adelantó – Ella se parece a Hera, ¿Verdad?

– Desde que apareció en la arena, había notado esa familiaridad… Supongo que por eso ha usado tanto ese apodo.

– Cierto…

Hades quedó con un mal sabor de boca, sintiendo un poco de lástima por su hermano menor; un sentimiento parecido al de Fung To-tak en las gradas de la humanidad, quien con puños cerrados en sus brazos cruzados quería intervenir en favor de Ng Mui.

– Wing-wah… Por favor, ya basta. Solo te estás haciendo más daño.

La humana respiró hondo varias veces y dejando salir vapor de sus labios, denotando tanto la temperatura del ambiente como sus sentimientos que le contaminaban: ese mismo odio y rencor tensaba su cuerpo, que hizo que su armadura se tensara para prepararse con el siguiente movimiento.

Ignorante de aquello, Zeus se levantó y con su visión borrosa trató de acercarse a Ng Mui.

– Bombón… No deberías seguir haciendo eso… Te vas a lastimar--

– No, no… ¡No, no, no, no, no, no!

La humana levantó la mirada, con ojos penetrantes y oscuros, hacia Zeus.

– ¡No descansaré hasta haber terminado contigo!

De inmediato se lanzó en iniciativa propia para atacar; ejecutó un salto con sus piernas que la impulsaron en un santiamén contra el DPDC, levantando su puño cerrado en una técnica de choque directo con gran fuerza.

Shàngdì: Chū huǒ – Huànxiàng Yězhū
[ Dios: Primer fuego – Jabalí de ilusión ]

El puño dió directo en el cuerpo de Zeus, aunque su ira cegaron su campo de visión por lo que dió sobre su abdomen en el costado derecho; una gran herida se abrió en esa zona, como un agujero que devoró parte del cuerpo del dios.

Zeus sorprendido escupió sangre y cayó al suelo de rodillas, llevándose también una mano a su herida; por su parte Ng Mui aterrizó en el suelo, dándose cuenta que no había terminado todavía con el dios.

– ¡Mierda…! – sus piernas se prepararon de nuevo para hacer el mismo ataque…

Pero la sinestesia actuó: en el costado derecho de su abdomen, su carne reventó creando una herida igual a la de Zeus, que le provocó vomitar sangre y caer al suelo, además que se llevó ambas manos a la herida para intentar minimizar el dolor.

– ¡La pelea ha llegado a un punto muerto! ¡Ninguno puede continuar peleando sin matarse con sus propios ataques!

– ¡No puede ser…! – exclamó Adamas, frunciendo el rostro enfurecido – Peor aún… ¿¡Ese idiota de Zeus se permitió herir por esa humana!?

– No debería permitirse eso… – le respondió Ares, sudando y pálido – ¡Cualquiera herida podría terminar con él!

– … ¡Obviamente no!

Atenea exclamó con una abierta sonrisa en la boca.

– En primer lugar, como estrategia funciona para saber si su rival puede seguir peleando o se encuentra con sus últimas fuerzas…

» Pero, considero que en este caso debemos acudir a la segunda conclusión: mi papi está tan mal físicamente que ni siquiera vio venir ese ataque.

Esas palabras le dejaron un sabor de curiosidad en la boca a la diosa.

« Si ambos se encuentran así de mal… ¿Qué va a pasar de ahora en adelante? ¿Qué querrá hacer mi papi? »

La diosa dirigió la mirada hacia el campo de batalla; sus ojos encendieron la Conciencia de Guerra, con lo cual pudo percibir los cambios que ocurrían en la arena para predecir los siguientes movimientos. Lo que vió a continuación, le hizo dibujar una enorme sonrisa.

– ¡Qué emocionante! ¡La revancha al estilo papi Adán!

– ¿¡Eh!? – Ares y Adamas voltearon a la niña – ¿¡De qué estás hablando!?

El dios griego se llevó una mano a su estómago, levantándose lentamente del suelo mientras su sangre chorreaba; tal golpea había sido lo suficientemente fuerte para hacerlo recobrar la vista por completo, así como la conciencia.

« Es… Es cierto… Aún sigo peleando… en esta quinta ronda del segundo Ragnarok…

» Solo que… confundí a Ng Mui con mi bombón… otra vez… »

Giró su mirada por encima de su hombro, encontrando a Ng Mui enrollada en el suelo y sosteniendo la herida de su estómago; aquello le hizo volver a la realidad, levantando una sonrisa en su tuerto rostro hacia la humana.

– Así que era eso… – rió por lo bajo con satisfacción – Te nuevo tus propios ataques te están haciendo daño…

» Aunque por lo que estabas haciendo hace unos momentos… Quieres ser como Buda, pero todavía no puedes… Supongo que tus auto-heridas son el problema, ¿No?

La humana vomitó un poco más de sangre, antes que su arrabio se moviera de una de sus piernas a su estómago para hacer un pequeño tapón. Solo así pudo levantarse por completo para encarar de nuevo al dios griego.

Las palabras que le dijo también funcionaron como un motor emocional… Aunque no para bien.

– Ya… cállate…

– Tan enérgica y malhumorada, a pesar de tu estado…

El recuerdo de la otra mujer, de cabello rubio y con la misma actitud pesada y violenta en su contra, le hizo sonreír al DPDC. La única diferencia era que aquella mujer también le amaba… pero ya no estaba.

– Igual que ella… Qué nostalgia.

El rayo divino de Zeus volvió a aparecer en sus manos, cubriendo por completo ambas así como los antebrazos hasta los codos; con ese estado físico, se llevó las palmas a sus hombros en una pose cruzada…

Una pose muy familiar.

– No puedo derrotarte así como estoy… O tal vez podría, pero sería muy difícil…

» Así que tendremos que subir al siguiente nivel… Apostar nuestras vidas con tan solo rozarnos… ¡Vamos--!

Los rayos se intensificaron y cubrieron en su totalidad el cuerpo de Zeus, creando una esfera eléctrica que funcionó como un escudo contra los escombros de la arena, la lluvia del cielo…

Y las exclamaciones de horror y dolor del dios griego, así como los sentimientos de miedo de los espectadores presentes.

– ¡¿Qué es eso!?

– ¿¡Qué está haciendo Zeus-sama!?

– ¿¡Acaso se volvió loco--!?

– ¡Espera…! ¿¡Acaso no es…!?

Tanto las valkirias como los Einherjer en Gimlé tuvieron el mismo presentimiento ante lo que estaba pasando; el mismo recuerdo apareció en sus cabezas, que les hizo temblar.

– ¡No puede ser…! – los ojos de Geir se abrieron con mucho terror – ¡No está en condiciones de hacer eso…!

– ¡De todas formas lo va a hacer…! ¡Esto es muy malo! – a diferencia de los demás, Leónidas era el único presente que no sintió miedo por el escenario.

Entre los dioses que miraban por medio de las pantallas, uno tampoco compartía miedo de instinto; todo lo contrario, su cuerpo comenzó a sentir emoción y placer que se dibujó en una sonrisa abierta en su rostro y ambos ojos dilatados para admirar mejor el escenario que estaba ocurriendo. Tanto que se levantó de su asiento y se preparó para abandonar la habitación, para mirarlo en vivo desde las gradas.

– ¡Qué espléndido…! ¡El caos está por comenzar!

Bamapana, el dios australiano del engaño y la discordia.

Los gritos y exclamaciones de Zeus eran silenciados ante los rayos y truenos que cubrían su cuerpo, dejando entre ver entre haces de luz y energía que el cuerpo del dios estaba alterándose a sí mismo; también Ng Mui pudo sentir lo que estaba por ocurrir.

Su piel que se erizó, el sentido de supervivencia se alteró eufóricamente, sus ojos fijos y abiertos sin parpadear… Toda ella sabía lo que iba a pasar. De hecho, ese fue el principal motivo para haber entrenado por 1000 años con tanto esmero y dedicación; no para alcanzar la velocidad o fuerza de Zeus, ni para superar el "Puño que supera el tiempo" que debió haber terminado el combate.

Su principal motivo era entrenar para cuando Zeus decidiera usar su carta bajo la manga; lo mismo que había acabado con Adán.

Solo que… su cuerpo temblaba, sin ser capaz de moverse para preparar la defensa. Su mente era consciente de lo que pasaría, pero sus ojos no podían verlo; de nuevo su meta final le estaba fallando.

« ¿Por qué, por qué no puedo…? ¡Lo hice todo bien! ¡Lo logré todo y lo superé en todo…! ¿¡Por qué no puedo verlo, justamente ahora que lo necesito…!? »

La esfera de energía se deshizo y el humo salió volando a todos lados, al tiempo que un rugido de trueno sacudió el estadio por completo, dejando en el campo de batalla una nube que cegaba a los espectadores.

Pero no necesitaban verlo; sus cuerpos se paralizaron al sentir aquella presencia de nuevo.

– No puede ser…

– ¡Es eso otra vez!

– Me estás… ¿¡Jodiendo!? – Amaterasu arqueó la mirada eufórica – ¡¿Esa humana ha orillado a Zeus-sama para que use "eso"!?

Atenea tenía la mirada fija en la nube de polvo; por primera vez sintió como sus instintos femeninos se alteraban ante esa presencia que era su propio padre usando su máximo poder. Pero también le embargaba una enorme emoción; por primera vez podría ver a lo que aspiraba como una guerrera nacida y hecha para la guerra:

Un oponente tan poderoso que su presencia fuera un terror absoluto.

Sus mejillas se colorearon ante aquella emoción incontrolable.

– ¡Quiero… quiero pelear contra mi papi!

– Por supuesto que lo harás… – Hades sonrió con plena seguridad, acomodándose en su sillón – En cuanto tu padre acabe con esto, podrás jugar con él todo lo que quieras.

– ¡En efecto! – sonrió Adamas con el mismo sentimiento seguro.

De la nube de polvo y humo emergió una figura sombría, que también se fue revelando con la lluvia que limpiaba el campo de batalla; Ng Mui solo podía estar paralizada de pie ante la figura nueva de Zeus. Su cuerpo nunca había tenido una sensación de terror y pánico tan grande como esa; ni siquiera cuando lo vio por primera vez hace 1000 años desde las gradas ese sentimiento se había apoderado tan rápido y tan profundo en su interior y exterior.

¿Era que su cuerpo no estaba en condiciones estables? ¿El arma divina de Zeus que usaba por primera vez cambió en algo? ¿O tal vez… estar de pie frente a él, no como espectadora sino como contrincante, era lo que hacía su cuerpo reaccionar de esa manera?

No importaba el motivo; lo que importaba era la figura que se movía entre las sombras revelándose lentamente a pasos lentos y confiados, hasta dejarse ver por completo:

Un cuerpo escuálido aunque lleno de poder aterrador, teñido de un color oscuro que recordaba a la muerte misma. Músculos retorcidos unos con otros, más ahora que estaban en su mayoría cortados y heridos; sangre envolviendo cada fibra de su cuerpo, como si estuviera intentando crear una armadura para protegerse. Ambos puños cerrados, siendo que por medio de ellos transitaba la energía eléctrica de su arma divina de poder infinito; una cabeza erguida en orgullo con una mirada aterradora que combinaba un ojo intacto que demostraba autoridad y un ojo cortado que gritaba destrucción y muerte.

El as bajo la manga de Zeus, hecho para demostrar a todos los dioses por qué él es la orgullosa fuerza del Olimpo:

Días Telikí Morfí: Diamánti
[ Forma Final de Zeus: Diamante ]

El nuevo dios griego dirigió su cuerpo en pasos retorcidos hacia Ng Mui, en cada paso su cuerpo trataba de controlar la presión ejercida por sus músculos y el horrible dolor que embargaba cada herida, sin mencionar las nuevas que se generaban por mantener esa forma.

La humana solo podía estar en shock, sin siquiera ser capaz de tragar saliva…

Pero, de nuevo, no se dejaría vencer. Se mordió su labio, lo que le dió estímulo para responder.

« Entrené por 1000 años para esto… Todo lo hice bien, y no dejaré que me lo quiten… Ni siquiera tú, maldito monstruo…

» Papá… No te fallaré. »

Su mente obligó a su cuerpo a responder para actuar; tensó sus músculos y movió sus extremidades, doblando las piernas y ajustando sus brazos, uno al frente para defensa y el otro desde su espalda para el ataque.

Había otro tema que le preocupaba; si lograba estimulación espiritual de nuevo, así como la tuvo momentos atrás, podría despertar la Octava Conciencia el suficiente tiempo…

Solo requería de una abertura; una grieta en aquella terrible armadura sería más que suficiente para destronar al Padre de los Dioses.

Una vez que el cuerpo de Zeus se hubo calmado, pudo lanzar su siguiente ataque con el puño cerrado envuelto en su rayo divino, al mismo tiempo que Ng Mui escogía su nuevo sexto arte marcial para sobrepasar a su oponente de manera adecuada.

El final de la quinta ronda ya había llegado…

– … ¿Qué… Qué rayos fue eso…?

Adán tenía los ojos abiertos como platos, asustado y sorprendido por primera vez en mucho tiempo.

¿Por? Recapitulemos; en un principio, había intentado ir a la habitación de Hela sobre el combate que estaba ocurriendo, con el propósito de salir de Nilfheim para salvar a su hija.

Pelea que, cuando menos lo esperó, cambió para mal: Zeus usó por primera vez su arma divina, la cual Adán nunca había visto antes, y con ella el dios pudo destrozar a Ng Mui por completo; esa situación asustó bastante a Adán, y más con el reciente choque entre ambos dónde temrinaron casi muertos…

Un remolino de emociones que no había sentido antes, los cuales hace unos instantes fueron difuminados: ocurrió algo que nunca antes le había pasado, pues perdió la vista y quedó sumido en tinieblas, como si de nuevo acabase de perder sus ojos o como si estuviera siendo arrastrado a las profundidades del Nilfheim de nuevo…

Justamente, la oscuridad le hizo recordar la ceguera que había sufrido cuando luchó contra Zeus; aquellos golpes que le destrozaron los brazos, y ese llanto desgarrador que llegó hasta su corazón, que le impulsó a decir en su mente…

"Está bien… No llores… Tu papá está aquí para protegerte. Me aseguraré de derrotar a cualquiera que intente…"

Así como un impulso a seguir peleando aunque no pudiera ver, también el recuerdo amargo de lo ingenuo que fue al creer que podría llevarse consigo mismo a Zeus… Solo pudo golpearlo hasta dejarlo de rodillas.

Tal recuerdo llenó su mente por unos instantes, antes que despertase de nuevo; sus ojos cobraron la vista y volvió al salón Eljudnir, dónde se presenciaba el quinto combate, como si solo se hubiera quedado dormido de pie unos segundos…

¿Qué fue eso? Su mente no lo comprendió, por lo que cayó de espaldas para tratar de sopesar aquello mientras el aliento agitada inundaba sus pulmones. Tal vez la nostalgia le invadió en el momento menos indicado…

– Diablos… estuve muy cerca, pero… Soy muy enana.

O tal vez se trataba de algo más:

La voz de Reginleif a sus espaldas llamó su atención, por lo que se giró para encontrarse a su valkiria, también sentada en el suelo como si se hubiera caído, con la gorra extravagante que reposaba en su cabeza ahora en el suelo así como sus lentes, y unas gotas de sudor rodando por su frente. Una escena también extraña para Adán.

– Tú… ¿Qué haces en el suelo?

Reginleif respiró hondo para recuperar el aliento, llevándose una mano a la cara para abanicarse un poco. Entonces pudo dar una respuesta:

– Yo… Yo traté de… de llevarte al mundo de los vivos…

– … ¿Qué?

– ¡Un intento fallido! ¡Estuve estudiando sobre esto, por medio de las bibliotecas que nos ha dado Hela-sama! – Reginleif sacó de su capa un libro muy grande – Hay muchos escritos sobre la unión de Flor de Loto que Buda-sama le enseñó a Brunhilde onee-sama para el Volund, y muchas cosas de sentimientos y actitudes según el budismo, que dan lugar a algo especial…

» ¡La reencarnación! ¡La posibilidad de renacimiento…! Si hacemos Volund de manera distinta a cómo lo hicimos, podemos llevar una parte de un alma al mundo de los vivos… ¡Vamos a intentarlo de nuevo!

Adán quedó perplejo con ambos ojos abiertos… Sin entender nada de lo que dijo.

– … ¿Qué?

Los demás que veían el combate estaban boquiabiertos al ver la herida auto inflingida de Ng Mui; solo uno de ellos se mostró victorioso, por el hecho que había dicho la verdad:

– ¡Yo se los dije! – se trataba de Rasputín – ¡Ella todavía no está iluminada!

– ¡Él lo dijo~! ¡Él lo dijo~! – a su lado Alrune festejó.

– ¡Cállense ustedes! – Brunhilde gritó con molestia hacia ellos, logrando que dejasen de hablar; entonces volvió a las pantallas – No puede ser verdad… ¡Ya lo había logrado! ¡De otra forma, no hubiera podido contraatacar el "Puño que supera el tiempo"!

– Puede que sea como lo dijo ese hombre… – respondió Siegfried con cautela – Tal vez dio un falso positivo por un breve momento debido a un remolino emocional, pero ahora que su corazón y mente se han asentado por completo, el falso positivo se ha terminado.

– ¡Esto no es bueno! – Raiden apretó sus puños con molestia – ¡Eso significa que… no importa aló que haga, ella sola sufrirá las consecuencias de sus propios ataques! ¡Se destruirá antes de terminar la pelea!

– Querido… – Prour puso una de sus manos en el hombro del rikishi.

– Entonces quedará resuelto en una pelea de resistencia… – respondió Hércules con los brazos cruzados – Ganará quién aguante más los ataques de su rival y el efecto en sí mismo.

– ¡Qué aburrido! – Lu Bu bostezó con molestia – ¡Lo mismo que con el rubio!

– Adán, querrás decir.

– ¡Todo está resuelto! ¡Ese anciano va a ganar!

Un hecho que la mayoría de los humanos compartían; el único que no se inclinó ante aquella conclusión fue el primer emperador de China.

– ¡Moumantai! ¡No todo está terminado! ¡Solo un poco más de resistencia que tenga nuestra tomboy Ng Mui, y ella habrá ganado!

– … Además… – Hércules también tenía otra conclusión – Creo que Zeus-sama se acaba de meter en un gran problema por usar la Forma Diamante hasta ahora…

***

Continuará…

Fecha de publicación: 22/06/23
ASFD

Nota de autor: Muy buenas, mi querida gente.

Primero que nada, no me funen por dejarlo en un continuará además de ser un capítulo chiquito. Es que no he terminado el capítulo, y esto es todo lo que tengo listo xdn't. Además, de repente me dieron ganas de publicar este final en partes, a ver qué pasa; no se preocupen, que estoy 24/7 para terminar esta quinta ronda lo más pronto posible UwU

Ya hemos entrado al final… un poco más y todo habrá terminado… Mientras termino el capítulo, hagan sus teorías, ¿Cómo terminará la pelea? ¿Quién ganará?

Hasta entonces… ¡Los leo en el siguiente capítulo!

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