Capítulo 50: Debilidad emocional

– ¿¡Ehhh!? ¡El primer ataque de Zeus-sama… la humana lo desvía por completo! ¡Con un solo golpe de su arma divina!

Las palabras de Heimdall resonaron de las pantallas de la habitación; la primera en reaccionar fue la niña con menor edad entre los presentes que reunidos en varios sofas veían el duelo.

– ¡Qué emocionante! No esperaba que pudiera hacer eso.

Ella era Lífthrasir, la décimo cuarta de las hermanas valkirias. A su lado, un hombre de edad mediana sonrió con seguridad y confianza.

– Los dices por mis papás, ¿No es así, pequeña?

– ¡Por supuesto! – Lífthrasir asintió de inmediato – ¡Ambos son las mejores cartas de la humanidad!

– ¡Claro que si! – respondió un segundo hombre, sentado al otro lado junto a la valkiria – ¡Papá y mamá son los mejores!

Ellos eran Caín y Abel, los primeros hermanos de la humanidad. Estando en la habitación que la primera madre tenía como Einherjer para el segundo Ragnarok, podían disfrutar cómodamente del desarrollo de este.

– Solo es cuestión que vaya mamá a pelear… – dijo Caín con seguridad – ¡Y esos tontos dioses verán que se metieron con las personas equivocadas!

– ¡Así es!

Sin embargo, un comentario extra se incluyó en la conversación.

– ¡Mamá debió haber salido de una vez! O sea… ¡Allí está el anciano que nos quitó a papá! ¡Ella rebeló a estar peleando en estos momentos!

Una tercera persona intervino; una mujer con apariencia menor en edad comparado con los otros hombres. Su cara con ojos fruncidos en molestia era un gran contraste con los rasgos faciales que tenía, los cuales eran copia de su difunto padre.

Esa persona era Awa, la primera hija de la humanidad.

– ¡Ya habíamos hablado de eso, Awa--! – exclamó Caín para responder, pero ella le interrumpió de nuevo.

– ¡No tiene el más mínimo sentido! ¡Se supone que para eso mamá entró al Ragnarok: para vengar a papá, pero dejó ir esa oportunidad…!

La valkiria volteó a Awa con un puchero en su rostro.

– ¡No, es todavía demasiado pronto! Algo le pudo haber pasado a mami Eva.

– ¿¡Y tu confianza diciendo que es la mejor carta!?

– ¡Pero, hace 5 minutos temía por mami--!

– ¡No le digas "mami"! ¡Ella es mi mamá!

La mujer Awa tenía un carácter bastante pesado y temperamental; habiéndole gritado de esa manera, la pequeña valkiria procedió a llorar asustada. Por ese motivo Eva, quien estaba afuera, entró a la habitación para ver que ocurría.

– ¿Qué están haciendo?

Abel levantó las manos y con una señaló a Awa.

– ¡Awa hizo llorar a la niña!

– ¡Hija…! – Eva se agachó para tomar a Lífthrasir en sus brazos y cargarla – ¡Ya te he dicho que--!

– ¡No quiero hablar de esto…!

La mujer se levantó y dio media vuelta para desaparecer por completo con rostro eufórico; Eva solo suspiró un poco triste, dándole una palmadas a Lífthrasir para calmarla.

– Calma, calma…

– ¡Ella dijo que debías pelear ahora…! – Lífthrasir expresó lo que sentía – ¡Pero… qué pasa si… te pasaba lo mismo que… a Mist nee-sama…!

Fue una verdad imposible de esconder; la niña ya sabía de la participación de Mist desde que Cernnunos lo descifró, y aunque la habían retirado de los palcos principales para que no viera el resultado, de todas maneras se enteró de la victoria de Cernnunos; un poco de deducción le indicó en donde había terminado su hermana mayor.

En el tiempo de descanso entre combates la valkirias estuvo llorando por su hermana, y fue en ese estado que ella convenció a Eva para no salir a pelear contra Zeus.

Un momento de "debilidad emocional" de parte de Eva. Recordar todo eso erizó un poco a la mujer adulta, además que le dio un beso a la cabellera de Lífthrasir.

– No te preocupes. No me pasará nada malo.

– ¡Pero… pero…!

– Te lo prometo, pequeña.

Siguió acurrucando a la pequeña niña, al tiempo que volteó a las pantallas; por dentro se sentía culpable de no ser ella misma quien estuviera en ese combate en vez de otra de sus hijas, pero ya no había nada que pudiera hacer.

« Hija, ten mucho cuidado… Y, por favor, gana… »

– ¡Interesante~! Así que usarás ese palo para pelear… ¡Qué interesante arma divina!

El dios griego sonrió divertido, aunque sorprendido que un solo movimiento del bastón pudiera desviar su puño; por su parte Ng Mui arqueó una de sus cejas sin mostrar mucho interés genuino.

De hecho, no estaba nada interesada, pero quiso hacer una cierta pregunta a una incógnita que le apareció.

– ¿Y tú…? ¿No aprendiste de hace un milenio?

Zeus se sorprendió, aunque tuvo respuesta que darle.

– Oh~ Muy atrevidas tus palabras, bomboncito… – apretó el puño derecho haciendo tronar sus dedos – No te preocupes por eso. Primero deberías preocuparte por salir viva de aquí…

Zeus retrocedió un par de pasos y de inmediato lanzó otro golpe directo, pero con la mano derecha; ella de modo similar a hace unos momentos reaccionó para el desviar el ataque:

Intercambió las posición de sus pies, ahora posicionando el derecho al frente e hizo girar el palo divino sobre sus hombros para sostenerlo por el costado izquierdo; movió su cabeza y sus manos actuaron con velocidad para mover el arma divina hasta tocar los nudillos de Zeus, tras lo cual aumentar su fuerza de golpe y mover su brazo por completo, desviando el golpe a pocos centímetros.

Una reacción muy rápida, dejando a todos los espectadores divinos boquiabiertos.

Velocidad: 0,01 segundos.

– ¡De nuevo la humana consigue desviar el puño de alta velocidad de Zeus-sama, mediante su arma divina!

El griego retiró y puño y volvió sobre retirarse, con pequeños saltos para expresar su emoción al tiempo que giraba su brazo para prepararlo.

– Veo que tienes buenas reflejos… ¡Muy buenos, así como los de ese chico!

La humana frunció los ojos en molestia; cuando Zeus hablaba de "ese chico" solo una persona coincidía en esa descripción. Ella sabía que se refería a Adán; de hecho, todos los humanos presentes en el estadio sabían que hablaba de su padre, que les provocó furor.

– Hablando así de nuestro padre…

– ¿C-Cómo se atreve…? ¡Ojalá lo mate!

– ¡No tengan esos deseos!

Una voz en las gradas sorprendió a los que estaban murmurando y enojados, aunque más les causaba impacto sus palabras tranquilas y serenas, aunque firmes para realizar tal llamado de atención.

– Esos deseos se concentran en la energía negativa, que provoca un caos en el equilibrio personal… ¡Esos deseos vagos son inútiles!

– ¿¡Y ustedes quiénes son para--!?

Fueron los historiadores y estudiosos quienes identificaron a los que habían dicho tales palabras, llevándose ellos una gran sorpresa que les hizo enmudecer ante los hombres.

– ¡Ustedes son… los ancianos del Templo shaolin del Sur!

Allí reunidos estaban los otros miembros de los Ancianos sobrevivientes a la destrucción del templo: Chi Shin, maestro en el manejo del arte de qi; Pak Mei, el maestro de abundantes cejas blancas; Fung To-tak, fundador del arte marcial Bak Fu Pai; Mui Hin, el discípulo sin afeitar. El último de ellos, quien también era el más joven del grupo, fue el que había hablado para llamar la atención de las gradas.

– Nuestras enseñanzas de las artes marciales shaolin no se basan en ese tonto tipo de deseos… – siguió explicando Mui Hin – ¡Para nada! ¡Nuestras enseñanzas se basan en el equilibrio mental y espiritual para lograr el logro perfecto en las artes marciales!

Pak Mei asintió con seguridad.

– Así es. Ella, Ng Mui, es una de las mujeres más firmes en sus convicciones de shaolin, tanto que ella intentó alcanzar la iluminación… ¡Se ha despojado de todo eso, para conseguir la perfección espiritual!

Fung To-tak también asintió con la cabeza, aunque en su mirada dirigida a la mujer había algo que no concordaba.

La humana solo mantuvo su mirada mientras que Zeus siguió hablando con su típica labia.

– Eres muy rápida para reaccionar y desviar mis ataques, bomboncito… ¡Me gusta eso de ti!

» Pero, bueno… Siendo honestos, desviar 2 golpes a esa velocidad es algo fácil de hacer. Veamos que puedes hacer con… No lo sé…

De nuevo Zeus apareció a un escaso metro de la humana, preparando su puño izquierdo para su nueva tanda de golpes.

1000 golpes…

En un santiamén el puño de Zeus se convirtió en una ráfaga de sombras con apariencia infinita que arremetió a la humana, llegando desde el frente pero en todas las direcciones posibles: arriba, abajo, a la cara, a los brazos, a las piernas, por todos lados.

Velocidad: 0,01 segundos.

De nuevo la humana reaccionó como pudo; estiró el bastón hacia la frente, tomando el mango con ambas manos, y procedió a girarlo en repetidos círculos, también llevándolo a los costados junto a sus brazos; de esta forma creó escudos giratorios que protegieron todo su frente y costados.

Suficiente fuerza traían para desviar por completo los golpes que le arrojaba Zeus, además que el suelo mojado bajo sus pies fungió como resbaladilla que le permitió retroceder de vez en cuando para tomar mejor distancia y moverse con mayor libertad ante el griego.

Aquella ráfaga de golpes veloces y fuertes creó nubes de polvo y pocos escombros que volaron por el campo de batalla, cubriendo el campo de visión de lo que los espectadores estaban viendo. Tras unos segundos Zeus se decidió terminar su ataque, retirando su puño fugazmente además de retroceder un poco para admirar el resultado de su técnica; fue la lluvia la que se encargó de desbaratar el humo que cegaba el campo, para mostrar el resultado.

Además, la misma mujer moviendo su bastón deshizo el humo; Ng Mui estaba por completo ilesa, y con su arma divina girando en sus manos por última vez para posicionarlo bajo su brazo y quedar preparada, además que en el suelo a su alrededor quedaron las marcas de los puños de Zeus.

– ¡Increíble! La humana lo ha vuelto a hacer… ¡Con su arma divina, la maestra de las artes marciales ha desviado por completo la primera lluvia veloz de golpes de Zeus-sama!

Los 5 ancianos asintieron al mismo tiempo.

– Perfecto, buen manejo… – afirmó Chi Shin con ambos brazos cruzados – Aprender a frenar el propio espíritu para controlar el entorno…

– Magnífico manejo del Gunshu*… – continuó Pak Mei con seriedad – Cómo podría esperar de ella; adiestramiento y control total para desviar esos golpes a altas velocidades.

– ¡Qué… figura más excelsa…! – Mui Hin exclamó con emoción juvenil, cosa que corrigió de inmediato por las miradas de sus colegas – Una figura entrenada que le ha permitido manejar el Gunshu y su propio cuerpo de forma perfecta y balanceada.

Todos asintieron al mismo tiempo, siendo que Fung To-tak dio las últimas palabras de apoyo para la mujer.

– Una excelente maestra de artes marciales. No cabe duda que alguien como ella fue capaz de fundar sus propias técnicas y movimientos…

Atenea tenía los brazos sobre sus rodillas en u puchero infantil que provocó la risa de su tío Hades.

– ¿Aún no aceptas a quien escogieron los humanos? A mi me parece mejor… – cruzó una rodilla cómodamente – Ver a mi hermano, en su mayoría inexperto en este tipo de técnicas tan sofisticadas, enfrentarse a una mujer especialista en eso… Creo que por eso está contenido.

– ¿Con que contenido? – Atenea bufó – ¡Eso lo explica todo!

Ambos, expertos en la guerra estratégica, asintieron al mismo tiempo; pero Ares, quien se supone que sería el tercero en asentir, no les entendió.

– Hermes… ¿Ellos 2 de qué hablan?

– ¿No lo entiendes? – Hermes suspiró con desaprobación – Hablando que, comparado a 1000 años atrás, nuestro padre se está conteniendo; de hecho, ninguno de sus golpes ha sido muy veloz que digamos…

– … ¡Es cierto! -  de inmediato Ares se dio cuenta – ¡Todos sus golpes han sido más lentos comparados con las ráfagas que lanzó a Adán! Pero, ¿Por qué?

– Solo una cosa se me ocurre… – concluyó Hermes con un dedo hacia arriba – No quiere ir con todo sin conocer por completo a la humana, o podría haber sorpresas como las de Adán.

Recostada en su habitación especial, Afrodita estaba sorprendida de las rápidas reacciones y respuestas de la humana ante los ataques veloces de Zeus; se acomodó para que sus ojos azules tuvieran un mejor punto de vista.

– Esa humana es tan fuerte y veloz… Tanto para aguantar esa ráfaga tan superficial de Zeus. Eso… si que es interesante… En especial para mi…

Se mordió ligeramente el labio inferior, viendo a la pantalla enfocar la figura de la humana quien tras haber recibido tal ráfaga volvió a tomar una postura defensiva, posicionando el palo a sus espaldas y la mano libre extendida al frente con mirada firme y decidida.

– Me gusta bastante~♡

Zeus levantó las manos y se miró ambos nudillos, dándose cuenta que el bastón de la humana le había hecho algo de daño en ellos; eso llamó su atención.

– Así que de verdad esa es tu arma divina… Me imagino que hecha por los enanos herreros, ¿No?

Hades alcanzó a escuchar aquello y arqueó una ceja con cierto interés; por su parte, Zeus se rascó la cabeza con cierta duda sarcástica.

– ¿Es esa una buena arma? Digo… ¿Estarás bien, bomboncito, cuando ese palo termine hecho pedazos…?

Ng Mui negó un poco con la cabeza.

– Solo mira tus nudillos. Es suficiente para hacerte daño…

– ¡Oh, vamos! – Zeus cambió su actitud a una calmada bastante – Desde que comenzamos, no has hecho más que estar enojada y molesta, ¿Acaso es por lo que pasó hace mil años?

La humana apretó ligeramente con enojó su arma divina; una señal clara para Zeus, que alcanzó a percibirlo, que era la respuesta correcta. También otro personaje pudo ver el gesto de la humana: Fung To-tak.

– Así que se trata de eso…

– No discutamos por el pasado y todo esto, ¿Qué te parece?

» Por ejemplo, ¿Y si mejor tratamos el hecho de que solo golpeando mis nudillos y desviando todos mis ataques con tu arma no lograrás vencerme?

Ng Mui movió un poco su cadera para acomodarse.

– Lo sé… No he terminado… Ni he empezado.

De repente la humana se atrevió a ir al ataque, por primera vez; todo el palo con una sola mano y sostuvo largos saltos para dirigirse al griego, quien preparó ambos puños de inmediato con postura ofensiva.

En cuanto la humana se acercó bastante, Zeus prefirió recibirla con una ráfaga de golpes frontales en los cuales decidió aumentar un poco su velocidad.

Velocidad: 0,001 segundos.

La humana repitió su rutina de escudos giratorios para desviar los golpes, a pesar de que el aumento de velocidad de Zeus le hizo aumentar su propio ritmo.

Pero está vez no solo uso su arma en defensa; mediante giros de su arma, que pasaba bajo sus brazos para también desviar los golpes de Zeus, procedió a usar la punta del arma para arremeter contra los brazos del griego directamente.

Llamativo y poco peligroso para el griego, pero por primera vez recibía ataques directos, cosa que cambio poco después.

A los pocos momentos, la fuerza y velocidad de los golpes de Ng Mui comenzaron a aumentar, siendo ahora golpes sobre el pecho, las costillas, codos y axilas de su cuerpo repetidos y ahora más fuertes, consiguiendo desestabilizar y perder la concentración de su ritmo de golpes seguidos. Zeus se vio obligado a anteponer los brazos como escudos.

Qǐzhòngjī: Lì zhuǎ bàofēngxuě

La humana aprovechó el momento para sujetar el palo con ambos brazos y comenzar una ráfaga de estocadas y golpes directos de frente, golpeando en todos lados sobre el dios griego y provocando numerosas marcas en su cuerpo; en esa situación Zeus comenzó a avanzar para tratar de atacarla.

Pero ella no lo permitió; en cuanto vio que el griego acortaba distancia, procedió a dar con el bastón un golpe seco con suficiente fuerza para ella misma alejarse lo suficiente. Con esa distancia procedió a una nueva técnica:

Giró el bastón con sus brazos alrededor de su cuerpo, además de posicionarlo al extremo de ambas manos; ella misma giró su cuerpo en 360° para adquirir impulso y, cuando Zeus abrió su defensa para acercarse a su rival, dio un salto hacia arriba y…

Lǎohǔ: Jiàng wěi biān

Dar un contundente golpe descendente a la cabeza de Zeus. Su pequeña cabeza rebotó cual juguete, además que lo aturdió lo suficiente para retroceder más distancia todavía; trató de reponerse, pero la humana no lo permitió pues volvió a abalanzarse de frente con su bastón.

– ¡Ahora es la humana quien ataca y ataca sin cesar, sin dejar ni un momento al Dios Padre del Cosmos para defenderse! ¡Los roles cambian…!

De nuevo Zeus recibió aquella ráfaga de estocadas directas con los brazos al frente, pero él mismo sabía que por muchas marcas que le provocarán no era un daño real el que sufría; apretó ambos puños y abrió su defensa repentinamente, lo que desestabilizó a la humana y le permitió continuar con una nueva ofensiva de puños directos.

Velocidad: 0,0001 segundos.

De nuevo la velocidad había subido bastante; lo suficiente para ir por encima de los límites de Ng Mui, quien tuvo que usar el bastón para defenderse de nuevo tratando de replicar sus escudos, pero ya no funcionaba: incluso los que conseguía desviar, rozaban su cuerpo en numerosas ocasiones, rasgando horriblemente su ropa por todas partes.

La humana se enojó por cómo se vio su rostro; de nuevo golpeó hasta el pecho de Zeus, aunque esta vez dio en uno de sus puños, para alejarse considerable distancia. Desde esa posición, giro el bastón junto con su cuerpo, y volvió a precipitarse en un salto para su golpe contundente.

Lǎohǔ: Jiàng wěi biān

Todo parecía indicar que de nuevo el golpe iría a dar directamente en Zeus para darle daño, pero por primera vez la reacción del griego cambió:

En vez de recibir el ataque, en cuanto el bastón estaba lo suficientemente extendido de la humana, Zeus se movió a un costado para esquivarlo, dejándolo golpear directamente en el suelo.

– ¿¡Eh…!? ¿¡Por primera vez, Zeus esquiva uno de los golpes que arroja Ng Mui!?

Afrodita abrió los ojos en gran manera sorprendida, casi escupiendo por la reacción que adquirió.

– ¿¡Qué cree que está haciendo Zeus!?

De igual forma los hijos del griego que veían la batalla tuvieron una reacción similar de sorpresa estupefacta; todos excepto Hades, que conocía mejor a su hermano y que le provocó una sonrisa de confianza.

Ng Mui abrió los ojos sorprendida y algo asustada por la posición sin defensa que había adquirido; Zeus rió sintiéndose algo arrogante.

– ¿Creíste que recibiría por siempre tus ataques? Son muy dañinos y molestos… Mejor, te reto a desviar esto…

De inmediato respondió con su puño para otro golpe directo; pero esta vez, optó por una técnica nueva que no uso hace 1000 años:

Estiró sus dedos como si formase una cuchilla con la mano, y aumentó en gran manera la musculatura de su brazo derecho que tenía la mano-cuchilla; dio un pisotón sobre el suelo para acrecentar el impulso, y descendió en un golpe directo sobre la china.

Velocidad: 0,0001 segundos.

° Íra: Sfyrí tou Olýmpou

Ng Mui apenas puso darse cuenta que estaba por ser golpeaba; tomó el bastón de nuevo con fuerza, para golpearlo en el suelo e impulsarse a si misma hasta atrás y escapar.

Así como la técnica de Ng Mui pasó de largo, así la mano de Zeus también pasó de la humana hasta el suelo, pero con efecto diferente al golpe de ella: sus dedos se enterraron en la arena, liberando toda su fuerza y poder haciendo resonar el estadio. Fueron liberadas del choque ondas de viento que hicieron un trabajo secundario, haciendo pedazos todo alrededor y abriendo grietas en el suelo por doquier, recorriendo el camino hacia Ng Mui.

Las ondas de choque llegaron hasta la humana en un pestañeo; ella giró su bastón varias veces para fungir como escudo, pero aún así recibió daño. Cortes en su ropa que revelaron parte de su figura humana femenina, y una mancha de sangre que se esparció. La fuerza del viento terminó por empujarla hasta el muro de contención, además de generar un impacto allí que levantó escombros y bastante polvo.

– ¡Impresionante! ¡De un solo golpe, Zeus-sama comienza a dejar destrucción en el campo de batalla, por no mencionar que por primera vez le hace gran daño a Ng Mui!

– ¡Genial – Zeus desenterró la mano que uso y la agitó un par de veces, como si ese ataque le hubiera dolido – Hace tiempo que no hacía esa técnica.

En las gradas, Hades fue el primero en notarlo y concordar.

– Es cierto. La última vez que lo vi usarla fue en la Gigantomaquia…

– ¿Pensar que lo usaría contra un humano…? – Hermes sonrió – Parece que usará muchas técnicas que nadie ha visto…

En el muro de contención derrumbado, la humana se irguió de entre el polvo que se desvanecía por la lluvia, tosiendo pesado por el humo que inhaló; estando de pie, se llevó una mano a su costado donde halló la herida que le había provocado Zeus. Superficial, pero demasiado rojo; lo que significaba malas noticias para el futuro del combate.

– Lamento haber arruinado tu estilo tan lindo, bombón… – Zeus es disculpó coquetamente mientras saltaba en pequeños brincos, para después preparar una postura ofensiva – Pero… recuerdo haber dicho que no jugaría por mucho tiempo.

La humana bufó enojada, lanzando la sangre de su mano al suelo y tomando con ambas manos su bastón divino.

– Yo tampoco.

De repente el dios griego apareció frente a ella, con su puño derecho detrás para en contestar lanzar de nuevo su ráfaga a gran velocidad; esta ocasión hizo uso de su técnica tan poderosa y letal con que arremetió al humano anterior más de una vez:

Velocidad: 0,00001 segundos.

° Meteorogrothiés

Los golpes fueron un infinito de estocadas directas en todas direcciones, aunque todas ellas fundieron exactamente como un potente y destructor meteoro que arrasaron con el viento que les estorbaba, las gotas de lluvia que caían, y el suelo que los sostenía. Todos ellos, golpes instantáneos de muerte súbita.

La humana reaccionó de inmediato usando el bastón divino como escudo giratorio con todas sus fuerzas para aumentar la velocidad de desvío; sin embargo, muchos otros golpes del griego consiguieron rozar en su cuerpo, mandando a volar pedazos de su ropa por los aires, además de generarle otras tantas minúsculas heridas en su cuerpo que comenzaban a bañarla de sangre.

Hace poco momentos había comenzado la quinta ronda, pero había una clara diferencia en esos momentos entre ambos luchadores.

– ¡Qué espléndido! – exclamó Amaterasu con amplia sonrisa – De nuevo los dioses tenemos el control en este torneo.

– Aunque… – uno de sus sirvientes yokai comentó con duda – Esa humana… parece pelear a la par de Zeus-sama…

– Aunque así sea… ¡Todo terminará en un santiamén!

Los presentes en Gimlé se asustaron de la situación tan cambiante que había adquirido el combate; se preocuparon por las heridas que se extendían sobre la humana.

– ¡Vamos, Mui! – exclamó Sigrune con ambos ojos cerrados, aunque tratando de ver lo qué pasaba.

– ¡Maldito anciano decrépito…! – Hrist 'la que ruge' con rabia se molestó por la ventaja en el combate.

Leónidas y Geir tenían sentimientos parecidos de preocupación, aunque Geir era la única que parecía no perder la esperanza en ella; todos estaban dudando, pero en ella las dudas no tenían lugar.

« Tú puedes lograrlo Ng Mui… ¡Vamos, pelea!

» Te he visto entrenar hasta el cansancio todo el tiempo que estuviste en el Valhalla… ¡Todos estos 1000 años, perfeccionando los movimientos de tus artes marciales, el uso de armas, tu velocidad y reacción, e incluso… Tus técnicas secretas! No sé cómo vayas a usar todo lo que sabes, todo lo que aprendiste, todo lo que entrenaste y perfeccionaste…

» Pero… ¡Estoy absolutamente segura que puedes hacerlo! »

El griego continuó lanzando ráfagas explosivas de golpes sin parar, aumentando y aumentando y sin mostrar siquiera gota de sudor; Ng Mui solo podía estar a la defensiva, además de constantemente retroceder por el suelo resbaladizo bajo sus pies.

Tuvo que optar por un cambio de plan:

Sus piernas se movieron para dar un salto hacia atrás además de usar su bastón como impulso; teniendo distancia suficiente, tomó el arma con ambas manos, uno desde su extremo opuesto y otro por el medio, además de levantar su pierna izquierda y mantener el equilibrio con la derecha.

Ante la nueva distancia, Zeus cerró uno de sus puños y preparó gran fuerza mientras se acercaba con pasos agigantados; Ng Mui dio un golpe en el suelo con la pierna izquierda para aumentar su impulso, además de usar ambas manos como un canal para empujar al frente en un golpe directo con toda su fuerza.

Zeus respondió con el puño cerrado al tiempo que Ng Mui terminó de hacer su técnica.

• Lóng: Shǎndiàn tóu

Ambos contrincantes chocaron de frente al instante; el impacto generó una onda que se movió por el estadio dejando en claro que había tremenda fuerza entre ambos.

Pero al final solo hubo un ganador: el puño de Zeus superó por mucho la técnica especial de Ng Mui, mandando a la humana a volar por los aires tras haber impuesto resistencia solo unos pocos segundos.

– ¡El choque se produce entre estos luchadores, del cual Zeus-sama se proclama vencedor!

– ¡Una técnica… espléndida! – se emocionó bastante Mui Hin – ¡Correcto manejo del Gunshu y su propio cuerpo para impulsarse en un golpe frontal!

– Aunque muy insensato… – respondió Pak Mei con seriedad en la manera en que sujetaba sus abundantes cejas – Ella está viendo que la fuerza y velocidad de su contrincante son superiores a sus habilidades, pero ataca de frente sin dudar.

– Siempre ha sido una mujer de estrategia – habló Chi Shin con seguridad, mirando la pelea desde otro punto de vista – Está actuando con base a los métodos de enseñanza con los cuales perfeccionó sus artes marciales…

Mui Hin asintió seguro.

– ¡Observación! ¡Aprendizaje mediante la observación!

La humana rodó por el suelo antes de frenar; sus piernas se flexionaron y una de sus manos rozó el suelo para terminar de darse apoyo; el aire del ataque resultó en que de nuevo sus ropas fueron rasgadas, pero también se desveló la capa que cubría su cabeza por lo que se reveló su rostro de manera clara:

Cabello castaño claro muy largo, poco común en las monjas budistas del shaolin, que estaba recogido en una trenza desde su cuero cabelludo hasta el final, casi a la altura de los muslos; su rostro era una belleza redonda de tez pálida, con lunares al estilo budista en su frente y a los costados de sus ojos. Un flequillo cubría el frente de su mirada, detrás de los cuales se escondían sus ojos:

Un par de perlas negras; brillantes y al mismo tiempo oscuras. Sobre esa imagen de su rostro humano comenzaron a caer las gotas de la lluvia en los Campos Elíseos, bañando su cuero cabelludo y su rostro hasta empaparla por completo.

Levantó el rostro y lo dirigió a Zeus en una mirada muy seria y fría, pero este solo pudo emocionarse en gran manera, que se mostró en sus mejillas sonrojadas.

– ¡Ho ho! ¡De verdad eres un bombón muy apetecible!

– … ¡No lo soy…!

La humana no dudó en arrojarse de frente a Zeus, tomando el arma divina con ambas manos para intentar de nuevo su ataque frontal anterior; se pudo ver en su reacción emociones poco comunes en las monjas budistas de su estilo, que llamó la atención de los espectadores humanos.

Zeus rió por lo bajo, únicamente levantando su puño izquierdo para dar un golpe directo en el cual aumentó bastante la velocidad comparado con los anteriores; Ng Mui apenas tuvo tiempo de reaccionar y usar el bastón para desviar el ataque, estando a pocos centímetros de ella.

Un error de su parte, ya que era el plan de Zeus.

– Esto se acaba ahora… ¡Recibe esto, bomboncito!

Velocidad: 0,000001 segundos.

° Theïkó Tsekoúri

La pierna de Zeus recorrió la distancia entre ambos en un santiamén, y la humana ni siquiera fue capaz de terminar de reaccionar que estaba por recibir un golpe directo de nuevo; apenas movió su palo para tratar de desviarlo, pero…

No fue suficiente; Ng Mui recibió de lleno en su estómago y abdomen la patada de Zeus.

Primeramente sus ojos dibujaron sorpresa, seguida de una gran cantidad de sangre que salió de su boca y el crujido de la madera, para finalmente ser arrojada por el dios griego quien terminó de mover su pie. Ng Mui voló en un segundo hasta golpear severamente en el muro de contención, junto con el suelo que por daño colateral recibió un corte.

– ¡¿Ehhh!? ¡No me lo creo…! – Heimdall abrió los ojos bastante sorprendido – ¡Ng Mui recibió… recibió de lleno el Theïkó Tsekoúri de Zeus-sama! ¡De nuevo el Dios Padre del Cosmos ha logrado herir directamente a su rival, la mejor artista marcial en la humanidad…!

Los espectadores humanos se sorprendieron demasiado; entre los que veían el combate desde las pantallas se encontraba Jeanne, quien no evitó levantarse de su asiento por el susto.

– ¡Mui!

– Por primera vez recibió un ataque directo de ese dios griego… – Kondo estaba impresionado aunque parecía esperar tal final, cosa que se demostró en su veredicto dicho a continuación – Eso solo nos deja una cosa qué concluir.

Okita no contradijo nada sino que solo miró con seriedad la situación, siendo Jeanne la única en verdad preocupada; en Gimlé los humanos y valkirias estaban muy sorprendidos y asustados de mala manera.

– ¡No puede ser! ¡Ng Mui…!

Simo se limitó en sus palabras al recordar lo que había ocurrido hace largos momentos atrás; Sasaki se llevó ambas manos a la cara con evidente sorpresa asustada.

– ¡No…! ¡Ella recibió un golpe directo del anciano!

– Un ataque… desafortunado… – A pesar de su sorpresa Jack no perdió su estilo formal y peculiar de hablar – Siendo que ese ataque, según recuerdo, es uno de los más letales que usa…

– ¿Entonces… Ng Mui podría estar…?

Las valkirias se asustaron de la idea que les atravesó en la cabeza, mientras los Einherjer, a pesar de haberla conocido desde hace unas horas, no expresaban muchas emociones positivas al respecto.

La única que no se permitió a la desesperanza era con quien había congeniado en aquellos 1000 años: Geir

– Ella… puede levantarse de nuevo.

– Geir… – Leónidas trató de acercarse a consolarla, pero Geir no se mostraba de esa manera.

– No. Ella cayó muchas veces en el Valhalla, mientras se perfeccionaba para este momento en particular. Lo hizo antes y lo puede hacer ahora; puede levantarse de nuevo…

» Sin olvidar el trabajo que hicieron Brökk-san y Eitri-san. Ambos trabajaron arduo para conseguir el encargo capaz de darle a Ng Mui los últimos detalles para hacerla… la humana ideal para esta batalla.

El humo de la arena se comenzó a dispersar rápidamente con la lluvia y revelando el estado de la humana; caída en un cráter de escombros con la espalda en las paredes, una mano sobre su estómago que había recibido el ataque, y a su alrededor fragmentos de madera rota que antes fueron el bastón divino.

Zeus miró el resultado de lo que había terminado, y dentro de sí bufó algo decepcionado, pero también satisfecho.

– Una nueva victoria… Para nosotros.

Cuando se dio la vuelta para retirarse, escuchó movimiento por lo que volvió su mirada para ver de qué se trataba: sus ojos se llenaron de sorpresa cuando la humana ponía las manos en los costados, irguió sus piernas y lentamente se levantó del suelo por completo.

– ¿¡Ehhhhhh…!? ¡A-A pesar de haber recibido ese golpe, Ng Mui se ha levantado! ¡A pesar de sus heridas y cortes, su voluntad no está destruida!

Los ancianos del Templo Shaolin sonrieron todos ellos confiados en ella.

– ¡Qué espléndido! ¡Qué hermoso! – Mui Hin exclamó con especial sonrisa – ¡Que mujer tan fuerte y valiente!

– Lo suficiente para volver a levantarse con esa seguridad… – asintió Chi Shin con los brazos cruzados – Puedo sentir su determinación.

– En efecto… – confirmó Fung To-tak, hablando de nuevo en voz alta – Ng Mui no será derrotada tan fácil.

Con ese movimiento de levantarse también revelaba que la mayor parte de sus ropas holgadas de monja budista habían sido destruidas en su totalidad tras ambos ataques de Zeus, mientras otras partes reveladas eran su propia piel y músculos con severos cortes que le bañaban en sangre…

Por último, también se revelaba una cota de malla ajustada a su cuerpo, protecciones metálicas que brillaban levemente con la luz emitida por los reflectores que iluminaban en campo de batalla, siendo en su conjunto su armadura divina para el combate.

Esta vez Zeus, viendo a través de su ropa la armadura que usaba, se sorprendió en manera curiosa, más una expectativa que acababa de desmoronarse.

– Así que sigues viva, bomboncito… ¡Justo como esperaría de una artista marcial tan bonita! – comentó con sarcasmo par confirmar sus expectativas – Pero… lástima que hayas perdido tu arma divina.

¿El palo divino era su única arma divina?

– No… No…

Una respuesta que se dio a conocer de inmediato.

– No lo… necesito…

– ¿Huh?

Ng Mui abrió la boca para tomar una profunda bocanada de aire, de modo que con nuevo impulso se irguió por completo; dio otra palmada al frente, separó sus piernas flexionando sus rodillas, y los puños se estiraron como 2 hojas de cuchillo. Uno fue arriba tras su cabeza, y el otro al frente apuntando a Zeus con los dedos.

Con esa nueva postura, el rostro de Ng Mui que ahora estaba cubierto con sangre desde su cuero cabelludo y bañaba su rostro, soltó todo el aire guardado y entrecerró ambos ojos con expresión como furiosa y determinada.

– No lo necesito… Siempre he preferido usar mis puños.

– ¿Ah si? ¡Igual que yo!

– No… – Ng Mui entrecerró los ojos – No somos iguales.

» Terminemos con esto… Padre de los Dioses…

El dios Shiva siguió caminando a paso le to entre los pasillos del coliseo, con un par de brazos en su cabeza y el otro moviéndose de lado a lado, con uno que otro ocasional bostezo.

– Ya debería estar cerca… ¿O en dónde era esa reunión…?

Detrás suyo, a la vuelta de otro pasillo a unos metros de él, se encontraban asomadas las cabezas de Rudra y Lakshmí siguiendo sus pasos.

– Se mueve de sitio – comentó Rudra – Pero… Aquí no hay ninguna sala de conferencias.

– Se… Se… – Lakshmí tragó saliva para continuar – ¿Se habrá… perdido?

– A veces es un idiota, pero no creo que tanto.

– Por cierto… ¿No se… supone que… que Zeus-sama está… en el ring?

– Esto también me preocupa. – Rudra frunció el rostro – Una reunión con Zeus-sama debió ser antes del combate, no ahora que está peleando. Algo anda mal con ese cabeza hueca…

Lakshmí solo asintió con pena, volteando a Shiva quien estaba avanzaba entre los pasillos con paso bastante seguro…

– No. No era por aquí…

… A veces seguro. Otras veces daba vuelta, se metía a un pasillo que había pasado de largo, y continuaba; poco después Rudra y Lakshmí avanzaban con silencio para ocultarse en las vueltas de esquinas y seguir el rastro de Shiva.

Así estuvieron "jugando" con la cima del Svarga por largo rato; él desaparecía dando vuelta a un pasillo, entrando y saliendo de habitaciones vacías, volviendo en sus propios pasos; todo mientras Rudra y Lakshmí le seguían en silencio.

– S-Señor Rudra…

– ¿Eh? ¿Qué pasa?

– Es solo que… – la diosa tuvo miedo de expresar lo que pensaba, así que inhaló mucho aire para tomar valor – Si hay dudas… del señor Shiva… ¿Por qué no… mejor le… preguntamos…?

Rudra negó de inmediato.

– Lo haría, pero lo conozco muy bien. Si hace algo malo, inventará cualquier excusa para salirse con la suya.

– Pero… ¿Por qué… haría algo… a secretas?

– No lo sé, y es lo que quiero saber… – Rudra apretó una de sus manos – Él es mi mejor amigo y hermano; no quiero verlo involucrado en algo que manche su reputación, que lo incrimine, o simplemente algo que lo dañe.

Lakshmí arqueó un ojo confundida.

– ¿Usted cree… que el… el señor Shiva… actúa contra los dioses--?

– ¡No!

La repuesta de Rudra fue tan frenética que ni se había dado cuenta que alzó la voz; cuando se enteró se tapó la boca, además que Lakshmí también se asustó y soltó un hipo como chillido de susto.

– No. Perdón por eso, pero no lo creo ni nunca pasará por mi cabeza… – declaró de inmediato Rudra – ¡No creo que haría algo así!

La diosa quedó en silencio, asustada por la respuesta inmediata de Rudra casi a llorar; entonces el dios de las tempestades, poniendo una mano sobre su cabellera oscura, dió una nueva respuesta tranquilizante.

– Lamento haberte gritado, pero es la verdad; nunca dudaría de él.

Los ojos de Lakshmí se dilataron en emoción por la respuesta del dios; volvió lentamente la mirada a otro lado para no dejar en tanta evidencia el sonrió que iluminó sus mejillas, pero se dió cuenta de otro hecho:

– ¿El… el señor Shiva… en donde está…?

– … ¿Qué?

Rudra se volteó y ambos se dieron cuenta que ahora estaban en una explanada que conectaba con varios pasillos y puertas a diferentes habitaciones, pero Shiva ya no estaba.

– ¿Qué? ¿Lo perdimos?

– ¡L-Lo siento, señor Rudra! – Lakshmí se cubrió la cara con vergüenza – ¡Por culpa de mis tontas dudas, hemos perdido al señor Shiva!

– ¡No digas eso! – Rudra comenzó a deambular por el lugar – ¡Lo vamos a encontrar! ¡Debemos comenzar a ver en todos estos pasillos a ver dónde se metió…!

Rudra y Lakshmí comenzaron a inspeccionar el lugar con sumo cuidado, volteando a cada una de las puertas y los pasillos y, ya sin ser discretos, gritar el nombre del dios de la creación y destrucción tratando de encontrarlo.

Pero había algo más, que ellos no sabían:

Shiva sí estaba allí presente; oculto detrás del mismo pasillo por dónde había llegado la pareja de "investigadores", el hindú estaba con un oído escuchando a ambos.

– Ese par… Me han estado siguiendo desde hace un rato. Pensé que nunca iba a librarme de ellos hasta que se pusieron a discutir… Debo aprovechar para continuar.

Shiva con paso escurridizo se movió a la salida del sitio con ambos dioses ya distraídos; habiendo creado bastante distancia, se rascó la cabeza con duda.

– Perderles el rastro me ha hecho a mi perderme… ¿O no?

Entonces caminó apresurado para desaparecer de allí; dió unas vueltas por escaleras giratorios, atravesó pasillos y otras habitaciones en su mayorías oscuras, hasta cruzar la división principal del estadio que se demostraba por medio de unas puertas especiales:

De la sección de personajes divinos a la de humanos.

– Ya crucé ese umbral. Eso significa que por aquí debe estar…

Shiva se movió por un largo pasillo hasta llegar a un enorme portón: de piedra con distintos grabados sobre el mismo, indicando tanto su antigüedad como estilo de arte, que Shiva reconoció de inmediato como arte de un templo hindú. Con uno de sus brazos abrió los portones, que emitieron in silencioso y pesado sonido de movimiento; entró en el lugar, y procedió a cerrar las puertas de nuevo.

Shiva ahora se hallaba en una curiosa explanada; en el centro en el techo había un agujero que expandía el lugar, formando un mural circular, mientras que alrededor al nivel del suelo todo parecía una casa imperial: sillones, roperos, armarios, sillas, mesas, libreros; todo hecho de oro, plata y joyas preciosas, que iluminaban de gran manera el lugar a pesar de la poca luz de las escasas lámparas del lugar.

En el muro del techo, que tenía una considerable altura, se encontraban largar cortinas colgando por sus costados que despertaron la curiosidad de Shiva para ir hacia allí, encontrando en la cima del agujero una especie de tragaluz que también aumentaba la luz del lugar, y también otro escenario:

El mural estaba pintado con imágenes al estilo artístico hindú, los cuales el dios fue capaz de descifrar su significado: contaba la historia del nacimiento de un imperio desde la nada; la fuerza de una familia capaz de crear y levantar un imperio realmente temible, además de derrotar a uno de los enemigos más fuertes de la época referida.

Giró la cabeza y se encontró para su sorpresa a una mujer; colgaba de las cortinas como una de aquellas bailarinas extravagantes, con ropajes informales pero dando un toque de realeza desde las joyas en sus brazos hasta la corona que había en su cabeza. La mujer estaba suspendida por las cortinas en el aire, sosteniendo en sus manos pintura y un pincel con los cuales se dedicaba a decorar el mural, una parte que dictaba una pelea entre los protagonista y antagonista de la historia relatada.

Shiva se sintió conmovido por la elegancia con que la mujer pintaba, pero también ignorado lo que le molestó.

– ¿Hola? ¿Para esto fui invitado aquí desde la segunda pelea?

La voz del dios sorprendió a la mujer, quien volteó a verlo con cierta emoción en sus ojos: un par de ojos finos, fríos y penetrantes. Tras sus ojos, se dibujó una sonrisa de sincera superioridad y diversión, a lo que siguió su respuesta impaciente.

– ¡Hola, mi señor Shiva! Muchas gracias por venir. En un momento bajaré con usted…

¿Quién era ella?

Gangadevi; la princesa y reina imperial del Vijayanagra, gran imperio de la India antigua, denominada Reina de reinas, y representante humana para el Ragnarok.

Fecha de publicación: 27/01/23
ASFD

Nota de autor: Lamento la tardanza; quería publicarlo desde antes, pero no tuve tiempo de terminar de editarlo. Espero que haya sido de su agrado :3

Muy bien; ¡Los leo en el siguiente capítulo!

Recordatorio: La publicación de capítulos es cada 21 días.

***

Nuevos términos

* Gunshu: También llamado palo, es el arma por excelencia de las artes marciales chinas; el arma más antigua y popular del Wushu, por su facilidad en manejo.

Marcados como (•); técnicas con traducción al chino:

Qǐzhòngjī: zhuǎ bàofēngxuě. Grulla: Ventisca de garras.
Lǎohǔ: Jiàng wěi biān. Tigre: Látigo de cola descendente.
• Lóng: Shǎndiàn tóu. Dragón: Cabeza de relámpago.

Marcados como (°); técnicas con traducción al griego:

° Íra: Sfyrí tou Olýmpou. Hera: Martillo del Olimpo.
° Meteorogrothiés. Puños Meteoros.
° Theïkó Tsekoúri. Hacha Divina.

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