Capítulo 43: ¿Por qué, por qué?
En la sala de los Primigenios, Tezcatlipoca con sorpresa miró el cambio repentino en la arena con esa extraña lluvia.
– ¿Pero qué--?
– ¡Woohoo!
El grito de Deví desde la otra habitación le sacó un poco de quicio, que prefirió ignorar para seguir mirando a las pantallas de la arena.
Por otra parte, ella se encontraba en una habitación que tenía balcón que daba a las afueras del estadio; se movía de lado a lado con felicidad mientras sentía la briza húmeda que caía y mojaba cada parte de su cuerpo, cabello, ropas y joyas.
– ¡Que divertido! Además, ya me pude quitar el calor por ese futón.
– Me alegra escuchar eso…
En la misma habitación bajo el techo, había otra deidad sentada en un hondo trono con un libro en manos, además de una pantalla especial para ver la pelea.
Deví empezó a tararear en voz baja la banda del Tandava moviéndose en sincronía con la lluvia; tal gesto lo imitó el otro Dios presente.
– Hace tiempo que no te oía cantar esa canción con tal felicidad.
– ¡Hace tiempo que no sentía lluvia en mi cuerpo! – Deví corrió a abrazar el brazo corpulento que sobresalía del asiento de su compañero – ¡Gracias por esto, Vira-chan!
El Dios inca se sintió un tanto feliz por esas palabras.
– Me alegra que te guste, pero… No es por mi. Yo no lo estoy haciendo.
– ¿En serio~? – los ojos de Deví se iluminaron en curiosidad – Entonces, ¿Quién lo hace?
La brizna húmeda del cielo tomó por sorpresa a todos los espectadores, en especial a aquellos que estuvieron presentes en el primer Ragnarok; el único que no estaba sorprendido ni confundido era uno solo:
Hades, rey del Helheim; al contrario…
– Apenas es el comienzo.
– ¿Apenas comienza? – Ares le miró confundido – ¿A qué se refiere? ¿No se supone que esta lluvia es la primera vez que ocurre, por los caídos del Ragnarok?
– No es la primera vez que tenemos lluvia en los Campos Elíseos, aunque en esta ocasión es particular…
Hades vio a sus sobrinos confundidos, por lo cual comenzar a detallar una explicación.
– ¿No lo saben o suponen? Al menos el nombre de este lugar debería ser una pista.
– ¿Hablas del significado de "Elysion*"? – Atenea se llevó una mano a la barbilla – No tiene un significado real… ¿O si?
– Algo así… – asintió el Dios griego para comenzar su explicación – "Elysion", el nombre de este lugar, viene del "Enelysios", o sea…
– El relámpago – completó Hermes de inmediato – Más o menos, el contexto es para para designar el lugar o persona golpeado por el relámpago; Enelysios.
Hades asintió con la cabeza y apuntó al cielo.
– Este lugar muchas veces es rociada por lluvia para mantener vivos todos los campos de flores y verdes que tenemos aquí, y lo que sucederá es la razón del nombre de los Campos Elíseos; una vez que el relámpago golpea--
Fue interrumpido cuando, sobre el estadio de los Campos Elíseos, llegó un relámpago dorado como el sol y atronador en gran manera; los espectadores se asustaron con el sonido y la luz momentánea en especial con esa arena de pelea oscura.
Atenea se asustó a tal punto que de un salto se aferró al brazo de su hermano mayor Ares como gata; Hades ni siquiera se inmutó sino que terminó de hablar.
– Una vez que el relámpago golpea, la verdadera lluvia comienza.
En cuanto terminó de hablar la lluvia creció en intensidad: gotas más grandes comenzaron a caer, con más velocidad y constancia que antes, provocando el típico sonido de lluvia en la arena y sobre los espectadores además de una ligera estela de niebla que comenzó a formarse por el frío.
Hades respiró tal frío que comenzaba a formarse, que le trajo buenos recuerdos por lo que se recargó mejor en el sillón.
– Cuánto amo este sitio.
Por desgracia, no todo en el estadio era tan feliz.
En las gradas de las valkirias, Lífthrasir estaba muy confundida por lo que había dicho Cernnunos; de manera instintiva tomó una postura ofensiva ante el silencio de su hermana mayor.
– Nee-sama, ¿A qué se refiere Cernnunos?
Hlökk tenía la mirada al suelo para tratar de evadir la pregunta, pero por supuesto Lífthrasir era muy persistente.
– ¿Qué estás ocultando…?
– ¡Nada! ¡Por supuesto que nada! – Eva intervino con su voz dulce y arrulladora; tampoco era consciente de lo que pasaba pero sabía que algo no andaba bien.
A pesar de ello, Lífthrasir se resistió al silencio.
– ¡Nee-sama, ¿Qué está pasando?!
– Eva. Llévate a Lífthrasir.
– ¿Qué? – la valkiria y la humana se sorprendieron bastante por tal orden – ¿A dónde?
– A cualquier lugar menos aquí.
Eva lo dudó por un segundo, pero se decidió por hacerle caso: sujetó a Lífthrasir con ambos brazos, rodeándola por completo, y caminó a paso apresurado a la salida aunque la pequeña comenzó a retorcerse de lado a lado.
– ¡Mamá Eva, suéltame! ¿¡Qué está sucediendo, nee-sama!?
Hlökk sintió en su semblante pena y frustración.
« La pelea acaba de tomar un tinte oscuro contra nosotros. No quiero que esté presente si… llega a suceder "eso" »
Por primera vez en mucho tiempo, la valkiria sintió un miedo que la podría paralizar; el mismo que tuvo segundos antes de su Volund de un milenio atrás. Tras ese evwnto, su instinto grabó esa sensación como una predicción de algo malo algo futuro, cosa que ahora sentía.
– Sal vivo de ahí y cumple a mi hermana, chico.
El mexicano afirmó su fusil con el cañón apuntado al suelo, en especial por la nueva actitud de Cernnunos muy sombría y un aura oscura… casi maldita. A pesar de la situación, quería mantenerse sereno todo lo que podía; cosa muy difícil con la declaración de Cernnunos.
– Castigaré a la humanidad que ha contaminado mi encomienda, y ganaré esta pelea en nombre de un nuevo mundo.
– ¿Un nuevo mundo? ¿Cuál es ese mundo nuevo, compa vegetariano?
Cernnunos tenía la mano levantada en la que sostenía el torque divino; la bajó a su propia altura y tomó cada uno de sus extremos con una palma.
– El mundo dónde la humanidad no existirá.
Aplicó todas sus fuerzas y deshizo el torque; más bien, le rompió la forma de dona que tenía para volverlo una recta metálica; llevó una de las esquinas a su boca bajo el cráneo animal y…
Comenzó a sonar una melodía musical de flauta.
Una extraña melodía; iba al son de la lluvia que caía y golpeaba todo el lugar, y también contenía una nota de oscuridad: esa melodía era tranquila, al mismo tiempo que siniestra. Un aura oscura comenzó a crecer en las espaldas de Cernnunos, igual a las que emanaba cada vez que soltaba su magia verde; Emiliano Zapata y Mist se pusieron en alerta.
– ¡Una doble situación en la arena! – Heimdall se cubrió como pudo con su capa para no mojarse – Primero, ha comenzado la caer la "lluvia de luto" en honor a los caídos del primer Ragnarok…
» ¡En segundo lugar, Cernnunos ha comenzado a tocar una melodía musical antes de soltar su siguiente ataque!
Tan sólo escuchar esa melodía oscura hizo sonreír a Lugh, al igual que Morrigan quien cerró los ojos y tarareo la nota musical.
– Esa música… ¡Me trae buenos recuerdos!
– Una de las técnicas más poderosas y oscuras de Cernnunos; lo que le dio la victoria en todas sus campañas contra los Fomoré.
– Además de esa vez que lo reté a pelear en serio – Morrigan movió la cabeza lado a lado – ¡La primera vez que me ha gustado ese gigante idiota!
La música era tan tranquila y oscura al mismo tiempo que Zapata sintió miedo; Mist tomó cartas en el asunto.
« ¡No te quedes de pie solo por su música! ¡No sabemos qué rayos hará, así que mejor dísparale de una vez! »
« ¿Eh? ¡S-Si, chamaca! »
El mexicano hizo caso de inmediato; levantó el fusil y preparó una horda de balas ametralladora que, gracias a la corta distancia que había entre ellos, cortaron la distancia en un santiamén.
Pero ya era tarde; Cernnunos tocó las últimas melodías de su flauta, al tiempo que las balas estaban encima suyo.
Se retiró el artefacto de la boca y de inmediato lo uso como látigo; su movimiento conllevó otra aura oscura que fue la responsable de deshacerse de las balas de Zapata. Eso le sorprendió bastante al mexicano, más cuando a continuación ocurrió la transformación del objeto:
El torque divino junto al aura oscura que le rodeó lo convirtió como un fideo metálico que creció en tamaño, grosor, detalles en su superficie; flotando en el aire comenzó a rodear el brazo derecho del Dios celta, empezando por la muñeca, para recorrer su camino por sus hombros y espalda, para terminar el extremo en su brazo izquierdo.
La punta del torque se amontonó para terminar formando una bolita del tamaño de su mano, que pasó a convertirse en una cabeza de la cual surgieron 2 pequeños cuernos; también una abertura con protuberancias que formaron dientes.
El mexicano identificó a la criatura de inmediato; un recuerdo recibió en su mente, al igual que en la mente de su esposa Josefa, que los hizo sentir escalofríos y miedo a ambos.
– Es… ¡Es una serpiente!
Una larga serpiente, hecha de principalmente oro y plata, que enrollada reposaba en el cuerpo del Dios celta; sujetó lo que sería katana zona del cuerpo de la criatura, que provocó que sus ojos se encendieron en verde fosforescente. Abrió su hocico en señal amenazante al tiempo que se irguió para dar impresión de mayor tamaño, como una lanza viva en la mano de Cernnunos.
La nueva apariencia de Cernnunos eran en gran manera aterradora, con esa combinación de magia verde y aura oscura; solos los Dioses celtas no expresaron aquello, sino sentimiento de victoria.
– La magia verde en su forma agresvia, siendo ya prácticamente uso de magia negra. La serpiente mortal; "Deo Ceruninco".
Morrigan se emocionó en gran manera al oír ese título de nuevo.
– ¡Cómo olvidar cuando la hizo para pelear contra mi!
– Ya lo dijiste.
– ¡Era muy peligrosa! – exclamó la deidad como niña pequeña – Estuvo a nada de matarme; incluso mi magia negra tenía problemas para enfrentar esa serpiente, lanza, martillo o lo que sea. Y a manera cómo se movían… ¡Eran compatibles!
– Eso es porque esa magia negra no es como la tuya. Es Vetiti Affinitatis*, la magia negra de Cernnunos que se alimenta de todo lo que odia; el inverso de su Viridis Affinitatis.
– Nuestro maestro les dio una paliza a los Fomoré con eso – sonrieron Taranis y Teutates al mismo tiempo – ¡Si hubieran sido más gentiles con la naturaleza, nuestro maestro habría sido más gentil con ellos!
– ¡Y ahora que lo usa con ese humano, significa su victoria!
Taranis y Teutates casi celebraron, pero Esus les detuvo de inmediato.
– ¡No! No ha ganado aún, pero debe ganar rápido.
– Exacto. – continuó Lugh – La magia negra es un peso que Cernnunos, por su afinidad verde, no puede aguantar. El Viridis Affinitatis sirve como un chaleco salvavidas para que Cernnunos pueda usar Vetiti Affinitatis, pero eso era cuando lo tenia al 100% de capacidad.
– Pero… ¡Ese humano le quitó un cuerno, que lo deja ahora al 50% de su capacidad! – Esus apretó los puños – Ahora mi maestro debe poder de su propia alma para usar Deo Ceruninco; si no termina la pelea pronto, morirá siendo devorado por eso.
– Un gran poder conlleva una gran pérdida… Lo que le gusta decir a Cernnunos.
– En realidad, es "Una responsabilidad conlleva una pérdida".
Morrigan se llevó ambas manos a la barbilla con expresión traviesa.
– Veamos cuánto aguanta ese grandote… "Antes que el trabajo de Cerbero consuma su alma al Nilfheim".
Emiliano Zapata vio el aura siniestra y temible que se imponía en Cernnunos, muy parecida a la que tuvo cuando ambos se vieron por primera vez minutos atrás en la presentación, y cada vez que usaba su magia verde.
Sus instintos le dijeron que iba a pelear con la peor faceta de Cernnunos.
« Sip. Ya nos cargó la chingad… »
« ¡Cálmate, chico, y préstame atención! »
Aunque también se sentía asustada por la nueva magia de Cernnunos, Mist estaban un tanto más calmada en la situación.
« No estamos perdidos todavía: como te habrás dado cuenta, su magia depende de los cuernos. Ahora que le quitamos uno, no podrá usar su magia en todo su poder. Y también me imagino que tiene el tiempo contado, más que nosotros. »
« Suponiendo que es verdad, ¿Todo se resumirá a quién de nosotros 2 estira la pata primero?… »
« Es una manera muy corta de decirlo, pero si… Todo se resumirá en nuestro aguante, y que podamos cansarlo. »
« Esperaba que dijeras eso, chamaca. En eso soy todo un chingón… »
« No te olvides de mi, que hace mil años pude hacer puré a un Dios. No me quedaré atrás en esta ocasión. »
« También me alegra oir eso chamaca. Vamos a partirle su madre, juntos. »
El mexicano tomó un cartucho de balas especiales que apareció en sus cintas, para ponerlo en el fusil y ponerse a la ofensiva. Cernnunos sintió pesado su cuerpo por usar la Vetiti Affinitatis con tantas heridas, pero no le importó; bajo su cuerpo y posicionó su brazo izquierdo preparado para atacar.
– Deo Ceruninco… Acaba con ese humano.
Los ojos de la serpiente se encendieron, y comenzó su ataque: de manera coordinada, Cernnunos empezó a correr a gran velocidad a Zapata de frente mientras Deo Ceruninco preparó su cabeza y cuello para embestir, como si estuviera encantada por los movimientos del celta.
Emiliano Zapata comenzó retirada corriendo de espaldas, teniendo cuidado con el piso lleno de escombros y agua, y sin dudar comenzó una ráfaga de balas con efecto; por la poca distancia no podía hacer disparos de francotirador, por lo que optó disparos metralla girando un poco el cañón para darles trayectorias cúrveas. De inmediato comenzaron ráfagas de pedazos de metralla con direcciones impredecibles que se acercaron por todas direcciones a Cernnunos.
Pero la situación era distinta para el celta; tanto los ojos de la deidad como los de la serpiente se giraron de lado a lado para calcular los pedazos de metralla en sus alrededores, y con esa información hicieron una estrategia: la serpiente se endureció como bastón al tiempo que Cernnunos comenzó a girarlo en círculos que dirigió costado a costado.
La gran fuerza centrífuga emitió viento destructor que acabó con parte de las construcciones a sus lados y el suelo lanzó algunas piedras que sirvieron como proyectiles adicionales contra el humano; esto sin mencionar que pudo protegerse por completo de las balas metrallas, mandando todo a los edificios.
El humano y la valkiria quedaron en shock viendo aquello, aparte que el mexicano tuvo que interponer su fusil divino para defenderse de los escombros; siguió retrocediendo con gran velocidad, también dejándose llevar por las ondas de viendo que soltó Cernnunos, antes de levantarte la vista y ver el panorama destruido del campo de batalla.
Con tantos escombros volando solo pudo pensar una cosa; cosa que también pensó su valkiria.
« Con todos esos escombros, hubiéramos tenido más de una oportunidad de escapar o atacar. Pero… esta lluvia es un gran problema. »
Ahora la lluvia era un obstáculo; todo el viento y las piedras que surgían se empapaban convirtiendo la tierra y polvo en lodo; no sólo en lodo que volvía todo resbaladizo, sino que el 90% del humo se terminó: no más explosiones sorpresas ni escapes repentinos.
Gran parte de la habilidad divina de Mist se había terminado; todo lo que quedaba eran sus habilidades humanas para enfrentar la divinidad de Cernnunos…
Una terrible situación.
Una vez que repelió todos las balas, Cernnunos dió una profunda exhalación en forma de humo; se había detenido para repeler las balas considerando su cuerpo herido que ya comenzaba a perder aguante, y ahora volvió a la carrera. La serpiente siguió su ritmo al relajar su cuerpo como animal, y también avanzando hacia Zapata.
En un instante el avance de la serpiente en el aire alcanzó al humano; sin dudar abrió su hocico y se empujó a si misma al frente para morderlo, y Zapata lo único que pudo hacer fue interponer el fusil como escudo.
– ¡Zapata…!
En Gimlé, Simo quien ya estaba nervioso desde hace unos momentos, ahora se mostraba muy preocupado; también las valkirias que veían el combate se encontraban así por su hermana.
La serpiente se abalanzó con el hocico abierto y los dientes bastante sobresalientes para morderlo; de no haber sido por el fusil, Zapata hubiera recibido un agujero en su estómago, pero el Volund fue lo que le salvó. Aunque tampoco pudo ser una gran ayuda: el mexicano se percató que la mordida y golpe de la serpiente resquebrajó el arma divina, además que dentro suyo Mist sintió gran dolor por ser perforada en varias partes de su cuerpo.
Para fortuna de ambos no tuvieron que sufrir mucho tiempo; la fuerza del impacto fue suficiente para arrojar al Einherjer en el aire, mandándolo a volar bastantes metros de distancia al tiempo que Cernnunos se detuvo por el piso mojado bajo suyo que casi le hizo perder el equilibrio.
« ¡Ahhhhh…! » dentro del Volund, Mist soltó un quejido y llevó las palmas de sus manos a sus costados con heridas « ¡Eso dolió mucho! »
Zapata se sintió culpable al respecto; guardó el fusil en su espalda y optó por uno de los revólveres en su cinturón.
« No… No te preocupes. No dejaré que te vuelva a morder. »
– ¡Esto es sorprendente! ¡Zapata fue lanzado por completo por el poder de la nueva magia del Dios celta astado! ¡Una nueva diferencia de poder se eleva sobre la recta final de este duelo!
Con el revólver en mano, usó la otra para recargarla por completo con las balas de la cinta y, una vez que lo hubo terminado, comenzó a jugar un poco con el suelo usando sus zapatos. Aunque… no estaba jugando.
– Muy bien. Empedradas y todo, pero me servirán… ¡Cambio de plan!
Zapata comenzó a correr, aprovechando que en el lugar donde estaba había una intersección con otra calle que usó para desviarse; un relámpago en la lejanía iluminó un poco más el estadio, que le permitió a Cernnunos darse cuenta de la nueva trayectoria de Zapata.
– Así que huye… O planea hacer distancia para darme sus tiros especiales. No lo permitiré.
Cernnunos movió un poco sus pezuñas; con eso su piel relacionó el estadio con lluvia con otros momentos donde tuvo que actuar rápido en ambientes lluviosos; eso le permitió a su cuerpo recordar como actuar y moverse en ese ambiente, con lo cual tuvo una nueva ventaja para comenzar una nueva carrera hacia el humano.
Pero no fue el único; Zapata fue lo que hizo al "jugar con sus zapatos". Él también tuvo que estar, en varios momentos de la Revolución, luchando y llevando a cabo sus misiones durante la lluvia; casi nunca le pudo salir bien, pero en esa ocasión todo tenía que salir perfecto aunque fuera una vez:
Eso fue lo que hizo al usar el suelo mojado como pista para poder derraparse, pegando las suelas de sus zapatos como patines y dejando mover su cuerpo y centro de gravedad como control; Pancho Villa y Josefa se sorprendieron de ello.
– ¡Está patinando en el agua!
– Nunca lo pudo lograr, menos cuando le pedí llevarme a patinar… ¡Pero, tenía que ser hoy cuando ese idiota puede hacerlo! – se rió a carcajadas Josefa – ¡Cuanto lo amo!
La diferencia de distancias crecía, entre el derrapado veloz del humano y las pezuñas adaptadas del celta; aprovechando, el mexicano comenzó a descargar su revólver en el suelo y en el aire provocando varias trayectorias cúrveas al tiempo que se derrapaba.
Cernnunos cambió su postura, y Deo Ceruninco percibió su nueva orden, que fue endurecerse y enroscar su cuerpo para formar una hoz; con ello, la deidad pasó de lado a lado al frente como barriendo para repeler muchas de las balas, aunque había otra sorpresa que apenas se percató:
Otras balas con trayectorias cúrveas fueron al sueño muy cerca, de forma que al entrar en contacto con el agua comenzaron a deslizarse usando el suelo resbaloso, como si estuvieran surfeando hacia Cernnunos.
– ¿Qué…? – Cernnunos se molestó bastante – ¡Deo…!
La serpiente reaccionó y volvió a endurecerse como bastón; Cernnunos dejó de avanzar para dar un cuarto de giro y, levantando su brazo, realizar un golpe descendente de martillo. La cabeza de la serpiente fue la que descargó mayor fuerza en el suelo, levantando las rocas en línea recta y un temblor que sacudió la arena de pelea, por no mencionar que las balas que nadaban en el agua salieron volando a los costados.
Pero eso también fue parte del tiro con efecto: las balas fueron en dirección a los edificios y escombros que quedaban de pie, y al momento de impactar contra ellos rebotaron para arrojarse al celta en línea recta.
– ¿¡Ehh!? ¿¡Qué demonios…!?
Deo Ceruninco relajó su cuerpo con lo cual la deidad lo uso como látigo de lado a lado para repeler las balas; en embargo, el frenesí del disparo de rebote fue tan rápido que casi no pudo defenderse, sino que varias de las balas golpearon de lleno en su cuerpo y en Deo Ceruninco, aunque su metal divino y magia negra eran a su vez otro escudo.
Zapata siguió derrapándose para lograr más distancia al tiempo que recargó el revólver con rapidez y generó una nueva ráfaga de balas aunque sin efecto: simplemente balas en línea recta que fueron en dirección al celta.
Para ese momento Josefa había cambiado su expresión; de haberse reído por las locuras de su marido, volvió a un rostro nublado que aumentaba con la lluvia que le mojaba desde el cuero cabelludo a su maquillaje. De repente sintió un objeto pesado caer sobre su cabeza que le trajo un pequeño susto.
– No te preocupes por él.
Giró el rostro para darse cuenta que era Villa, que tomando su sombrero circular lo dejó sobre ella para evitar que se siguiera mojando.
– Tú lo conoces tanto como yo. No importa los obstáculos que se pongan enfrente suyo, siempre sigue adelante.
La mujer no respondió, sino que tomó la orilla del sombrero como esperando que le brindara la seguridad que necesitaba; obviamente el resultado fue en vano.
– Eso es lo que me preocupa… – habló con pesadez, volviendo la mirada a la arena – No dudo en él. Lo conozco demasiado y sé que no se rendirá… incluso si ya sabe lo que pasará.
Teniendo encima las balas de rebote, Cernnunos no pudo reaccionar a tiempo suficiente con las balas directas que le llegaron de frente; al sentir los impacto sobre directos, soltó un grito de malestar al tiempo que actuó por instinto contra ellas dando un latigazo frontal con gran fuerza.
Tal látigo provocó una ráfaga de aumentaba literatura que se movió con rapidez en la arena, devolviendo algunas balas que impactaron en los edificios del fondo y, en especial, provocaron que Emiliano Zapata volvería a verse impulsado en los aires.
Eso, además de la velocidad que ya llevaba por su derrape, lo llevó a chocar contra la zona de edificios que, habiendo sido impactados por las balas de Zapata, terminaron por tirar una lluvia de escombros que al parecer enterró al mexicano.
– ¡La batalla da giros impresionantes! Con tan solo una ráfaga de viento, Cernnunos envía a volar al mexicano a los edificios de la ciudad… ¡Ambos se están viendo muy perjudicados en la batalla que continúa, pero parece que son los Dioses quienes están dominando en la arena!
– ¡Por fin! – Morrigan rechino los dientes con emoción. – ¡Venganza para mi Loki!
– ¡Le está dando su merecido a ese humano! – Taranis y Teutates sonrieron con gran emoción.
Poco a poco, los demás Dioses en las gradas sonrieron para apoyar al celta; Lakshmí fue una de ellas, al apretar los puños y sentirse un poco más libre de expresar sus emociones.
– ¡Cernnunos está dando una buena pelea!
– Claro que sí. – Rudra asintió con la misma actitud – Mucho mejor que hace unos momentos.
– Aunque, me gustaría seguir viendo sus puños… – admitió la Diosa hindú de la fortuna, con un curioso sonrojo en sus mejillas – Quiero ver más golpes cara a cara como hace un rato.
Rudra rió por lo bajo, al recordar que fueron "los puños" lo que le permitió conocer a Lakshmí; al percatarse de lo que dijo, la Diosa cambió su actitud por introversión nerviosa de nuevo.
– ¡S-Solo digo! Así podría ser mejor…
– Sin lugar a dudas.
Amaterasu sonrió con arrogancia desde su trono con una copa de vino en su mano; Afrodita seguía presente en su diván con la pantalla que le comunicaba con los griegos encendida (aunque de vez en cuando echaba una mirada por lo bajo a tal televisor, como si esperaba que ocurriera algo); Thor y Syf ambos concentrados en la pelea, cosa que sorprendió a Forseti por la actitud nueva de la Diosa.
Una vez que repelió las balas sobre el, respiró hondo varias veces para recuperar el aliento y agachó las manos a sus rodillas para tratar de calmar su cuerpo doliente. En medio de ese descanso sabía lo que iba a continuar, pues aunque su cuerpo dolía su mente funcionaba muy bien.
– Esto… aún no termina…
Así fue: Zapata salió de los escombros con la fuerza de sus brazos abriéndose paso entre el tamaño colosal de las rocas abriéndose su alrededor y encima suyo. Los mineros del Ejército Libertador del Sur sonrieron y celebraron, aunque aunque sus más cercanos sabían que Zapata estaba en mal estado.
El mexicano emergió del derrumbe llevándose la sorpresa que la chaqueta, fabricada por los enanos como escudo, le había protegido de la mayor parte de los daños dejando solo unos pocos cortes que no eran nada graves. Pero eso no le importó sino el estado del fusil, que tomó de su espalda para examinar las heridas en su valkiria.
« ¡Chamaca, ¿Estás bien? ¿Podrás... estarlo con esas heridas? »
« No es necesario que pienses gritando, chico. Pero no lo sé; fueron heridas muy feas que me hizo con esa magia negra. »
De nuevo sintió culpa, pero no se dejó llevar por tal emoción.
« ¡No te preocupes! Las heridas de guerra seguro que te harán ver más linda de lo que ya eres. »
« ¿¡D-De qué estás hablando…!? » Mist se sonrojó un tanto « ¡E-Esos halagos no te funcionarán conmigo! Para tu información, solo soy de mi enano finlandés y de nadie más. »
« Es una lástima… ¿Quién te invitará a comer elotitos? »
« … Esa oferta es tentadora. Lo pensaré, pero por ahora: acabemos con él. »
« ¡Más de acuerdo no puedo estar! »
El mexicano sacudió el polvo del fusil y realizó un nuevo cambio de planes: dispuso las piedras al frente para depositar el cañón del arma, se acomodó al costado y con el ojo cerró comenzó a calcular la puntería. Cernnunos se dio cuenta lo que iba a hacer.
« Un… ¡Un ambiente de francotirador, con la distancia adecuada! »
De inmediato Zapata comenzó a disparar con el gatillo al fondo toda una ráfaga de balas, algunas con efecto al cambiar su cañon del arma y otras directas, las cuales apenas Cernnunos tuvo tiempo de usar a Deo Ceruninco como escudo mientras avanzaba para acortar distancia.
– ¡Ni bien sale de los escombros, una nueva ráfaga de balas arremeten contra el celta astado!
Las balas volaron entre la lluvia para llegar a su objetivo quien movió la serpiente metálica como látigo para deshacerse, repeler y rebotar las balas que pudiera.
Zapata redireccionó algunas balas de manera meticulosa y discreta al cambiar la dirección del cañón o sacudirlo un poco para darles otro efecto: y trayectorias cúrveas que fueron a los costados indefensos del celta, y con efecto metralla para que al golpear con los escombros y edificios explotarán e impregnaran sus fragmentos a la deidad.
Mientras Cernnunos recibía todo eso, Zapata optó de nuevo por su mejor disparo hasta el momento: mantuvo fijo el fusil, apuntó con sumo cuidado, abrió un poco la boca para liberar tensión y sin dudar jaló el gatillo una sola vez.
– ¡Toivo Shot! – el disparo con toda fuerza y velocidad recorrió el campo hasta Cernnunos, con la esperanza que le haría un gran daño como lo había hecho con el cuerpo y los brazaletes.
Por desgracia no fue así: el aura oscura en Cernnunos creció en gran manera, indicando que estaba más furioso que antes, lo que destruyó al contacto con la serpiente el tiro especial.
– ¡Ya basta!
El celta dio un pisotón contundente al suelo con todas sus fuerzas, abriéndolo hasta los escombros dónde estaba humano, aunque eso también levanto piedras que hicieron estallar las balas metrallas que aún no habían llegado.
Los escombros se elevaron en el aire algunos metros, y tanta fuerza había dado Cernnunos que incluso Zapata y sus escombros comenzaron a volar en el aire por unos momentos. También él se vio afectado con los fragmentos de bala metralla que volaron sin control en el aire: sintió gran dolor en su cuerpo, en especial por haber sido impactado en algunas heridas que ya estaban abiertas.
Hlökk se llevó una mano a la boca muy asustada; por otra parte Eva tenía muchos problemas para sujetar a Lífthrasir en sus brazos por su frenesí enloquecido.
– ¡Suéltame, mamá!
– ¡No voy a hacerlo! – como podía para no hacerle daño, Eva se la llevaba casi arrastrando – ¡Vámonos de aquí!
– ¡No! ¡No!
Lífthrasir se decidió por una jugada sucia:
Mordió la mano de Eva, no tan fuerte para hacerle daño pero lo suficiente para que el dolor la dejara ir. La humana se sujetó la mano, mientras que la valkiria volvió al palco corriendo a toda velocidad.
– ¡Pequeña!
Estando aún elevado en el aire, Cernnunos con el poco tiempo que le quedaba se decidió por su siguiente ataque.
« Ahora eres mío… ¡Recibe la furia de mi castigo divino! »
Cernnunos levantó su pie derecho y dio otro fuerte pisotón en el suelo, igual que el anterior para abrir el suelo en línea recta además de levantar escombros y una onda de aire que mantuvo volando a Zapata por un poco más: suficiente para el celta.
Entonces preparó su técnica; llevó su brazo izquierdo atrás y preparó su fuerza física, al tiempo que Deo Ceruninco también juntaba de su energía oscura dentro de su cuerpo y mostrándose como si estuviera a punto de estallar. En el aire, Zapata trató de apuntar con el fusil para disparar, pero su posición era muy inadecuada para siquiera lanzar un disparo.
Ya habiéndose preparado, Cernnunos llevó le brazo izquierdo como si manejará una lanza, al tiempo que Deo Ceruninco formó un taladro con gran tamaño a lo ancho que recorrió a gran velocidad todo el camino hacia el mexicano; los escombros a su alrededor se hicieron pedazos por completo, y una ráfaga de aire muy fuerte comenzó a empujar a Zapata sin que este pudiera hacer algo al respecto más que… observar su final.
– ¡Vetiti Affinitatis: Dis Pater!
La serpiente obedeció sin dudar, y juntando toda la fuerza centrífuga por taladro que había recolectado además de su magia negra, se estiró al humano en forma de bastón para herir al Einherjer:
Su cabeza reptil llegó hasta su hombro izquierdo, en el cual abrió su boca para dar una mordida que fracturara su omóplato, sin mencionar que a su paso los huesos del brazo se quebraron soltando un sonido estrepitoso; los cuernos de la serpiente también provocaron un daño, aunque fue en el pecho del humano más específicamente en las cintas del Volund.
Los humanos en las gradas miraron estupefactos tal escenario sangriento; Josefa se llevó ambas manos a la boca; Simö dejo escapar un grito sin aliento al igual que las valkirias en Gimlé; Jeanne no lo pudo evitar y abrazó a Okita de repente en miedo; Hlökk no podía creer lo que estaba viendo.
La fuerza de Deo Ceruninco con tal cambio de formas fue inmenso, por lo que el mexicano de nuevo salió volando como proyectil; terminó de destruir el edificio detrás suyo al hacerle un cráter y llegó a una nueva área, con piso laminado y de concreto muy inundado en el cual rodó.
El ambiente era muy distinto a los anteriores; ya no estaban en las calles empedradas de Anenecuilco o el pavimento de la Ciudad de México, sino en una plaza abierta con losas en el piso, rodeada por árboles que definían sus límites y una plataforma con varias banderas mexicanas.
Ese lugar era la plaza conmemorativa para Emiliano Zapata construida en Anenecuilco.
Deo Ceruninco se abrió paso en los escombros del edificio para, junto a su dueño Cernnunos, llegar a esa zona; los ojos del celta se abrieron en sorpresa al percatarse del lugar.
– ¡Es imposible para el humano! No importa cuantas balas salgan de su arma divina, no importa cuanto efecto ponga en ellas… ¡La diferencia entre Cernnunos y Zapata es abrumadora! ¡Desde que la lluvia arremetió en los Campos Elíseos y Cernnunos cambió su arma divina, Emiliano Zapata ya no tiene posibilidad de ganar!
La lluvia llenaba el silencio en la humanidad, todos impactados y conmocionados por su humano en la arena; quien antes tuvo la ventaja ahora estaba a tan sólo unos pasos de perder.
Más angustiados se pusieron cuando vieron que el cuerpo del humano no estaba muerto:
Poco a poco comenzó a moverse y arrastrarse un poco sobre el suelo mojado. No tan solo les provocó miedo que siguiera vivo aun por semejante impacto, sino que el que siguiera consciente significaba una cosa:
– … Aún… No caigo…
Emiliano Zapata levantó un poco la mirada, viendo el rifle del Voluns tirado en el suelo a unos metros de distancia. Sin dudar, levantó la mano derecha que estaba en su mayoría intacta, y juntando todas sus fuerzas comenzó a arrastrarse hacia ella.
– Aún puedo… pelear más…
Los humanos se impactaron y asustaron; la primera que no pudo soportar más el escenario fue Josefa su esposa.
– ¡Emiliano, ya basta! ¡Por favor! – sus sentimientos no contenidos se expresaron en llanto – ¡Ya no sigas peleando! ¡Ya no te levantes, amor!
– Compadre… ¡Ya está decidido! – Pancho, quien antes no hubiera pensado tal cosa, ahora lo gritaba desde el fondo de su corazón – ¡Ya perdimos!
– ¡Hermano, ya no sigas peleando!
– ¡Zapata, mi general, por favor ya no se levante!
Poco a poco los humanos, todos se unieron en el clamor de desesperación y angustia para que su Einherjer se rindiera.
Pero, como si Zapata se hubiera quedado sordo por recibir tantos golpes, siguió arrastrándose al fusil; Cernnunos escuchaba los clamores de los humanos pero no podía entender por completo lo que estaba haciendo el mexicano. Camino un poco hacia él para tratar de encararlo.
– ¿Qué haces?
– ¿No es… no es obvio, compa? – Zapata soltó un dolorida risa – Voy por… mi arma… ¿Me la alcanzas, por fa?
– ¿No lo entiendes? La pelea ya terminó; uno de tus brazos está hecho pedazos, tus piernas han perdido su fuerza, y estás lleno de heridas por dentro y fuera. No tiene caso; tus ideales han perdido contra los míos.
Zapata ignoró todas las palabras del celta, quién se dio cuenta al ver cómo seguía moviéndose. Eso provocó enojo en Cernnunos, aunque dentro de él estaba entendiendo y empatando con lo que quería hacer… ¿Lo estaba entendiendo?
– ¡Hey! ¡No te atrevas a levantarte otra vez!
– ¿Si no qué…? – el mexicano volvió a reír, esta vez con gracia – ¿Me matarás?
– ¡No tiene caso que lo vuelvas a hacer! ¡No tiene caso que vuelvas a usar tus balas; no puedes ir contra mi justicia divina--! – el Dios celta obtuvo cierta idea para convencer al humano – ¿Qué sentido tiene que pelees por estos humanos…?
Los humanos en las gradas, entre los sollozos que emitieron por su general, prestaron atención a las palabras del celta.
– Los humanos… ¡Todos ustedes son el peor cáncer que ha enfrentado la tierra! No sólo porque han destruido y contaminado mi encomienda de maneras indignantes, que debería ser suficiente para que yo mismo con estas manos acabe con sus vidas.
» Son incluso un problema para ustedes mismos: mentirosos, ladrones, asesinos, violadores, injustos, rebeldes, hipócritas, arrogantes, soberbios, avariciosos… ¡Tu eres un ejemplo de ello: un bandolero de mano armada, que muy probablemente cometió crímenes en su vida!
» ¡Son un verdadero problema; todos ustedes son monstruos que no se pueden contener! Estos mil años que pudieron lograr 13 de ustedes fue solamente un periodo que pudo confirmar de peor manera todo esto… ¡Han caído en lo mismo de su naturaleza, aunque saben que la justicia divina espera contra ustedes!
» ¡Te he demostrado con toda mi magia que yo soy el que tengo razón aquí; no tiene caso que sigas peleando!
– … ¿Cree que no lo sé…?
Tal declaración de Zapata llamo la atención de los humanos y de los Dioses, en especial la de su adversario; con terrible esfuerzo, el mexicano seguía arrastrándose a su arma, usando de vez en cuando su brazo roto aunque doliera.
– ¿Cree que no sé… cuán malvados podemos ser los humanos…? ¿Cree que no sé qué los humanos a veces podemos ser fastidiosos, repulsivos y odiosos…? ¿Cree que no he tenido mis noche en vela dudando en cuanto a mi propia humanidad…? ¿Cree que soy pendejo…?
Por fin su mano tocó la cantonera del arma, con lo cual comenzó a moverla para tomarla en su totalidad.
– Yo lo sé; tal vez mejor que la mayoría de quienes están viéndome ahora mismo. Yo sé todo eso:
» Nací y crecí en un pueblo muy pobre exprimido por mis líderes, donde muchas veces me vi obligado a robar un pedazo de pan para comer aunque sea unas migajas al día y no ver pasar hambre a mi familia…
» Mi gobierno fue un constante fraude que prometía el mundo entero a cambio de nada, para después dar nada a cambio que quedarse con el mundo; fue por eso que tuve que ser bandolero, aunque… no me arrepiento de eso…
» Muchos de los hombres que me siguieron fueron criminales de maneras con las que no estuve nada a gusto; y tuve que levantar mi arma contra mis propios hermanos en muchas ocasiones. Incluso…
» Leí hace poco un libro, donde decía… Yo no lo recuerdo, pero fui asesinado por un enemigo que se disfrazó de amigo. Y… una mujer que pude considerar amiga terminó por darnos la espalda hace un rato…
Tomó el arma con ambos brazos, aunque le doliera en gran manera, y se irguió usando la poca fuerza de sus piernas para terminar de pie usando el fusil como bastón; recuperó el aliento y pudo levantar la vista a Cernnunos.
– Yo lo sé. Los humanos no somos nada lindo ante alguien tan justo como usted, compadre vegetariano.
– Entonces, ¿Por qué? – Cernnunos se molestó de dejar salir esa pregunta – No lo entiendo, ¿Por qué seguir peleando? ¿Por qué arriesgar la vida por algo tan horrible y despreciable como ustedes?
– ¿Quién dice… que estoy a favor de todo eso…?
La lluvia cayendo sobre su rostro sin sombrero pudo limpiar sus heridas; pudo ver su sombrero a unos metros de distancia, pero estaba muy adolorido para ir por él.
– Es cierto, y sé que hay muchos pendejos y cabrones que no merecen esta oportunidad; lo sé, pero no estoy aquí por ellos. Yo estoy aquí por… Por una promesa.
» Una promesa que hice cuando era un niño… En mis tiempos, la tierra para cultivar era todo para nosotros; nuestro sustento, nuestra identidad, nuestras tradiciones, nuestra familia, nuestra libertad… Era todo lo que teníamos, y me hice la promesa de devolverlas de aquellos que las robaron por placer propio.
Aunque le doliera, decidió moverse aunque fueron con lentitud para tomar su sombrero de paja.
– Cada que levantaba mis armas… cada que usaba ese sombrero… cada que descargaba un cartucho sobre un pinche perro… cada que libraba un terreno de un pendejo… cada que debía tomar la vida de alguien que alguna vez fue amigo… cada que tuve que cometer algún crimen para avanzar al siguiente paso… Debo confesar que no siempre estuve a gusto haciendo eso, pero…
» Cada ocasión lo hacía recordando por qué lo hacía: los abrazos de los dueños, las risas de los niños, la fiesta de celebración en el pueblo. Todo lo hacía porque toda mi gente confiaba en mi para lograrlo; confiaban en mi para que fuera su voz ante el mundo.
En cuanto llegó al sombrero, usó la bayoneta del fusil para enterrarlo en su orilla; como pudo lo levantó tratando de mantener el equilibrio, lo desenterró y puso de nuevo en su cabeza.
– Yo no peleo por cosas tontas como fama o autoridad; no quiero una corona, una silla, ser un rey, monarca, presidente, ni nada de eso que solo me recuerda esas vidas oscuras y la razón para levantarme en armas. De hecho, ni siquiera me creo merecedor de este puesto como peleador representando a los míos. Yo estoy aquí por una razón, y póngame atención compadre vegetariano:
El mexicano se acomodó el sombrero y apuntó al celta, todo con el brazo roto como podía.
– Yo lucho por algo más que la justicia de usted, compadre. Yo lucho por la libertad de mi gente, y ahora de todos nosotros. No por lo falsos y malvados que podemos ser, sino por lo verdadero que expresamos: amor, felicidad, unión…
» Luché por eso antes de morir y seguiré luchando por eso aquí y ahora… ¡Voy a darle la libertad que mi gente se merece y debe tener! No me importa cuántos cómo usted se interpongan en mi camino… ¡Si muero, será en nombre de la libertad!
Los humanos quedaron al unísono en silencio completo, conmovidos todos ellos por las palabras de su general mexicano; Josefa empezó a reír por lo bajo al tiempo que lloraba un tanto emocionada.
– Querido… Siempre haciendo y diciendo esas cosas.
– Ese es mi hermano – Eufemio también lloro, aunque se limpió el rostro de inmediato – ¡Mi general, y mi hermano, inamovible incluso frente a un Dios!
– La esencia de nuestro general… – concordó Palafox, también dejándose llevar por las lágrimas – La esencia de mi amigo… ¡Su voluntad tan inquebrantable!
Los ojos de Cernnunos se abrieron en gran sorpresa; se sorprendió mucho de eso, más porque lo entendía por completo. Orgullo por su trabajo, lealtad por sus ideales, determinación para seguir al final sin importar el final que tuviera.
Pero… aunque lo entendía, no lo aceptaba. Cernnunos no lo iba a aceptar nunca.
– Yo tampoco perderé; tu libertad significa permitir que la naturaleza en mis manos continúe siendo maltratada por ustedes. Mi verdadera justicia de proteger a mi encomienda no permitirá que ustedes vuelvan a hacerles daños.
El mexicano volvió a apoyarse en el fusil con una risa divertida.
– Tan necio igual que yo, compadre vegetariano. Yo por mi parte, no perderé sabiendo que su gobierno divino le quitará la libertad a mi gente. No perderé hasta asegurarme que todos ellos podrán vivir como merecen…
Emiliano Zapata se incorporó por completo con dificultad y levantó su fusil para sujetarlo con ambas manos preparando sus cartuchos; Cernnunos tomó una postura ofensiva, al tiempo que Deo Ceruninco se irguió junto a su amo para también tomar iniciativa de ataque.
Mist, también malherida por los golpes recibidos en su Einherjer, sonrió con firmeza y se preparó para el último asalto; esto permitió dibujar una de sus mejores sonrisas en el rostro del mexicano.
– Si no hay libertad para mi pueblo, que no haya paz para los Cielos.
Fecha de publicación: 05/08/22
ASFD
Nota de autor: Se me pasó la fecha jsjsjs, pero no hay problema. Todo seguirá su curso normal.
Por otra parte, ya hemos llegado al momento más esperado por todos; habiendo conocido a fondo a ambos luchadores les dejaré la pregunta especial…
#TeamZapata
#TeamCernnunos
Siguiente capítulo para que todo termine… ¡Los estaré esperando, para leer juntos este desenlace de combate!
Recordatorio: La publicación de capítulos es cada 21 días.
***
Nuevos términos
* Elysion – Su significado es de origen dudoso:
1. Derivado del griego Enelysios [ἐνηλύσιον -enêlýsion-], en referencia al lugar o persona golpeado por el relámpago.
2. Derivado del egipcio Iaru o Ialu, que significa "cañas" para referirse al cañaveral que formaba el paraíso egipcio (parecido a los Campos Elíseos)
* Vetiti Affinitatis – "Afinidad prohibida" [latín].
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