Capítulo 42.1: Caos en la pelea. Derrota
El pedazo del cuerno del Dios cayó poco a poco junto con sus pequeños fragmentos. Los primeros llegaron al suelo con sonidos de golpes diminutos, como si fueran canicas, para después dar lugar al pedazo mayor que golpeó con pesadez, resonó en el estadio y hundió el suelo con su silueta.
También dicho golpe generó un pequeño temblor que sintieron ambos contrincantes, tras lo cual solo quedó el silbido del viento entre los escombros de la ciudad. Todos los Dioses y todos los humanos que prestaron su atención quedaron en completo silencio por lo que acababan de ver:
Un disparo, el más especial del humano, acababa de destruir un cuerno del celta.
Los Dioses principales en especial quedaron boquiabiertos: Amaterasu y sus yokais; los hermanos griegos junto a Hades; Syf y Forseti en sus asientos; Shiva con sus esposas y Rudra con Lakshmí; Lugh, Morrigan y los 3 alumnos del celta.
Todos los divinos estaban en absoluto y rotundo silencio aterrador; la única excepción fue Heimdall, quien tuvo que hablar para expresar lo que sentía.
– ¡E-Esto… es…! ¡No lo puedo… creer! ¡De repente… Emiliano Zapata… consiguió, con una bala… destruir… uno de los cuernos de Cernnunos…! ¡El Dios astado ha perdido una asta…! ¡Le han arrebatado una asta!
El cráneo de Cernnunos fue también herido; de ese lado izquierdo, la cuenca por la cual su ojo se asomaba desapareció dejando a la vista parte de su rostro, como humano pero lleno de tierra, plantas y pelo facial, además podía contemplar con mejor claridad la gran sorpresa y shock que sentía Cernnunos.
– … ¿Eh…?
Incluso Emiliano Zapata estaba sorprendido; no esperaba que ese disparo saliera con un resultado tan gráfico, y de hecho ni siquiera creyó ser capaz de hacer tal disparo, que se pudo visualizar en la manera en que dejó de jadear por la sorpresa.
Ambos luchadores dirigieron sus miradas al cuerno roto en el suelo con un silencio de sepulcro aún presente en el ambiente. Pero, fueron los mexicanos quienes lo rompieron.
– ¡La puta madre, así se hace mi general!
Poco después, el orgullo y la celebración típicos de México comenzó a resonar en la arena; saltando de alegría e incluso montando como pudieran fiestas en los lugares donde estaban, en especial tocando música para animar el ambiente.
– ¡Muy bien hecho hermano! – exclamó sonriente Eufemio, levantando ambos brazos y dejando caer su gorra.
– ¡Ese disparo fue magnífico! – complementó Ignacio con el mismo sentimiento – Es la primera vez que lo veo disparar como francotirador… ¡Y no sé por qué rayos explotó, pero fue muy bien!
– ¡Emiliano ♡!
El grupo de mujeres gritaron al unísono todas con los ojos brillosos y las mejillas rojas de la emoción; Josefa tenía el rostro más duro que las demás, tratando en vano de contener sus emociones.
– Si haces esas cosas, querido… ¿Cómo quieres que lo pase por alto…?
Al final se dejó llevar; levantó el rostro, con expresión muy parecida a las otras mujeres, solo que estaba mucha más roja de la emoción y en sus ojos también había brillo de excitación.
– ¡Lo hiciste muy bien querido, como siempre lo haces! ¡Ahora termínale de partir su madre a ese puto pinche cabrón! ¡Haz feliz a tu esposa, chingada madre!
Palafox y Villa se sorprendieron en gran manera por su cambio de actitud.
– ¡No podría esperar menos de su esposa! – comentó el Ave Negra con gran entusiasmo – ¡Con un espíritu igual al del Caudillo del Sur!
– ¡Tú lo has dicho! – respondió el Centauro del Norte – Más que nada por nuestro general… ¡Ese compadre ha logrado algo que nunca lo vi hacer: un disparo de francotirador!
– ¡Ni que lo digas! ¡Y romper uno de los cuernos de ese Dios… La gran hazaña de nuestro compadre!
Lífthrasir saltó de los brazos de Eva y en el suelo hizo un pequeño baile, moviendo las caderas como podía por sus vendajes de las rodillas.
– ¡Si, si, si! ¡Zapata ha destruido un cuerno de ese Dios celta!
– ¡Esto me alegra mucho! – Eva llevó sus manos al pecho, radiante de felicidad – Mi hijo… ¡Mi hijo va a ganar!
Hlökk sólo pudo mostrar una sonrisa orgullosa; por dentro ocultaba los muchos saltos que quería dar, para no mostrar un lado indebido suyo frente a Lífthrasir.
« ¡Muy bien hecho, chico y hermana! Puedo ver hicieron el mejor truco de Simo con lo que pudo vencer a Apolo… Su capricho nos está dando frutos… »
– … ¿¡QUEEEEÉ!?
Las semidiosas se miraron unas a otras, para al final mirar al unísono a Zapata en gran confusión y molestia.
– ¿¡Qué diablos dijiste!?
– Ehh… Creo que lo dije mal… – Zapata volteó a Jack – Amigo gringo, ¿El término es el adecuado?
– No se preocupe sir. Lo uso correctamente.
– Bien, bien… Pues lo diré otra vez: quiero hacer Volund con una de ustedes.
– ¡Ya te oímos! – Skuld fue la primera en expresar disconformidad – Solo que no sabemos qué rayos quieres decir con eso.
– Pues, verán chamacas…
» Su hermana, a nosotros 13, nos contó mucho del Volund: la capacidad de unir el alma de un humano y una semidiosa para formar un Einherjer capacitado para luchar y matar a un Dios… Desde entonces, que fue en realidad ayer en la noche, he quedado con ganas de saber cómo es el Volund.
» Nunca lo podría hacer con la chamaca, pues sería irrespetuoso y ella mismo nos advirtió advirtió y prohibió de hacerlo. Pero ustedes aparecieron y una de ustedes, bellas damas entre nosotras, hizo Volund para partir la madre de la lagartija.
– Eso fue diferente – respondió Hrist 'la que tiembla' – En ese momento, era muy necesario porque peleamos contra el descendiente de Poseidón que lo superó en todo. De no sé reporte el Volund, hubiéramos perdido.
– De todas formas, preciosa, hiciste Volund y salió bien. Yo también quiero hacerlo para pelear contra mi rival Dios.
Todas ellas volvieron a quedarse en silencio, pero fue Leónidas sentado junto a la camilla de Geir quien dictó sentencia.
– No. No voy a permitir eso.
– ¿Eh? ¿Compadre?
– Geir se ha esforzado mucho para salir adelante en este Ragnarok, sin ayuda del Volund. Sería una grosería tirar eso por la borda solo por un caprich--
– ¡Piénsalo, Leonidas! – Nostradamus le interrumpió – El Volund ofrece mejoras físicas y mentales que un arma divina no; con eso, estoy casi seguro que podemos mantener la ventaja en el marcador.
– Yo creo lo mismo – comentó Sasaki orgulloso – No es por presumir, pero la dama Hrist hizo un buen trabajo manteniendo viva y alerta a Jingū en todo momento. Creo que deberíamos considerarlo.
– ¡Si, si! – Geir se despertó y empezó a balbucear – No importa lo que cueste… *hip* ¡Denle todos esos *hip* caprichos y favores que está *hip* pidiendo! ¡Cumplan su deseo, de inmediato *hip*! ¡O los golpearé a todos! *hip* *hip*
La valkiria pelimoradz se levantó para tratar de caminar, pero sus pies estaban en dirección opuestas por lo que casi cayó al suelo; por suerte Leónidas ya estaba allí para auxiliarla.
– No puedo dejar que andes por ahí sola.
– No estoy sola *hip* tengo… Un espartano *hip* todo lindo, todo musculoso y todo *hip* todo sabroso.
Leonidas desvió la mirada con vergüenza y trató de devolver a Geir a su camilla; los demás siguieron discutiendo para resolver el asunto.
– No podemos permitir esto – negó Skogul.
– ¿Por qué no? Solo una pelea – Zapata sonrió con seguridad – Entrar y salir. Si sale bien, ni siquiera la chamaca se dará cuenta.
Hlökk por lo bajo sintió molestia al pensar que por ese motivo Geir estaba tan borracha; por su parte, Hrist estaba confundida con todo eso, también también al recordar a la pequeña pelimorada llorar en sus brazos al final de la pelea de Adán y Zeus.
« Además que… Geir en estos momentos no está en condiciones para liderarnos. Tal vez yo deba tomar las riendas hasta que despierte, pero… »
– ¡No se diga más! – Nostradamus tomó a Skuld de los hombros y la arrojó a Zapata – ¡Te ofrezco a mi valkiria! ¡Te ayuda a ver el futuro, se enfrentó a un iluminado, y es candente!
Skuld molesta se giró asunto Nostradamus
– ¡Hey, maldito enfermo! ¡No te atrevas a volver a hacerme algo así!
– ¡No digas eso, querida! ¡Ayer en la noche no decías lo mismo!
– ¡Porqué ayer en la noche estabas aquí y yo en el Valhalla! – aún cuando sabía que era una broma de mal gusto del francés, la valkiria se sonrojó – ¡Eres un idiota!
Sigrune bajo la cabeza con pena.
– Yo quisiera ofrecerme, pero--
Skogul se acercó y sujetó firmemente a su hermana menor.
– ¡Nada de eso! Tu estás muy herida; no puedes ni vas a salir en ese estado.
– Si… esperaba que dijeran algo así.
Sasaki se llevó una mano a la barbilla para pensar.
– Suponiendo que lo hagamos, solo quedan Mist y Hlökk.
– ¡No creas que aceptaré ir contigo! – Hlökk se negó al instante – ¡Y antes que lo pienses, no porque piense que seas mala persona! Si mi hermanita te escogió, tuvo sus motivos.
– Tomaré eso como un halago, princesa.
– … Me retracto de eso. Pero no iré porque no quiero pelear en este Ragnarok; ya tuve suficiente con hace un milenio para hacerlo de nuevo.
Jack no pudo evitar sentirse mal, ya que sabía que ese comentario negativo era causado por él y lo que le hizo para ganar contra Hércules; por su parte, Zapata solo soltó un suspiro con mucha desgana.
– Chinga… Así que ninguna de ustedes quiere ir…
– Yo tampoco podría ofrecerme. – comentó Hrist en la camilla – No creo estar en condiciones para pelear tan pronto y de nuevo.
– No tienes qué hacerlo; nadie tiene qué hacerlo. – Leónidas, ya habiendo calmado a Geir en su camilla, entró en la conversación de nuevo – No hay necesidad de hacerlo. El marcador esta a nuestro favor, ademas que Brökk y Eitri se esforzaron mucho para hacer sus armaduras. No vamos a--
– Yo lo haré.
Las palabras secas y directas de Mist llamaron la atención de todos, en especial de Zapata y Simo.
– ¿Disculpe?
– Lo que oíste, chico… – Mist respiró hondo, y repitió su respuesta con las manos cruzadas – Yo haré el Volund contigo.
– ¡Hey! – Simo intervino de inmediato, poniéndose frente a su valkiria – ¿¡Qué estás haciendo!?
– Es cierto lo que dicen. El Volund será mucho mejor que las armas divinas fabricadas; no por subestimar el trabajo de Brökk y Eitri, sino porque no estamos en tan buenas condiciones.
» El efecto del cambio de arena se perdió, y podríamos decir que estamos en desventaja por lo que sea que haya pedido el siguiente Dios; pero podremos hacer una mejor sorpresa si hacemos un Volund que se pueda ocultar hasta el momento se dar el tiro de gracia y ganar esta ronda.
Mist siguió caminando hacia el mexicano, pero Simo no lo permitió sino que tomó uno de sus brazos para detenerla.
– Un arma divina será suficiente; no importa lo bien que pasó con Jingū. No tenemos qué hacer esto.
Mist se miró por un momento sorprendida, para después sonreirle de manera coqueta y guiñarle un ojo.
– Sabía que sentías cosas por mi, chiquito.
– ¡No es eso! – Simo le miró con mucha seriedad – ¿Sabes qué pasará si sale mal?
La valkiria se soltó de la mano de Simo, y sin dudar le dio unos golpecitos en su cabeza.
– Haré que todo salga bien. Si pude mantenerte vivo contra Apolo, puedo hacer lo mismo con él.
Simo seguía muy inconforme con eso mientras la valkirias llegó hasta frente de Zapata.
– De acuerdo, chico. Yo seré tu Volund.
Zapata parpadeó un par de veces soltando un suspiro de satisfacción.
– No esperaba que de verdad me cumplieran esto, pero… Tengo luz verde, así que aprovecharé.
Mist le extendió su mano la cual el mexicano tomó; de inmediato Simo quiso volver a hablar en tono de preocupación.
– ¡Hey, Emiliano--!
– No se preocupe compadre – Zapata le guiñó un ojo y levantó el pulgar de su mano libre – Lamento que sea su chica quien cumpla mi capricho, pero prometo que cuidaré de esta linda chamaca con todo lo que tenga.
Ambos, humano y valkiria, apretaron su agarre un poco.
– Muy bien chico… ¿Sabes cómo hacer esto?
– Tengo una idea, pero al chile mejor guíame.
– … Como sea… Solo dame tu otra mano y sincronicemos nuestras almas.
Ambos cerraron los ojos, y Zapata extendió la otra mano para tomar la de Mist; siendo que era más alto que la valkiria, el mexicano tuvo que agacharse un poco. Respiraron hondo, profundo y lento al mismo tiempo, teniendo los 2 pensamientos similares con respecto a la siguiente ronda, aunque cada uno tenía sus convicciones y pensamientos personales.
Entonces, al mismo tiempo dijeron la palabra mágica.
– Volund.
Los cuerpos de ambos brillaron, en especial ella; la semidiosa se volvió cintas fosforescentes que rodearon el cuerpo del humano, tornándose en los elementos divinos que serían las armas que usaría: cintas con municiones de balas rodeando el pecho y la cintura, un fusil en la espalda y un revólver pequeño del lado derecho.
El humano abrió los ojos, sintiéndose de alguna manera radiante de poder, y vio el resultado con gran satisfacción y emoción.
– ¡Esto es…!
– Muy impresionante.
Todos estaban sorprendidos por la transformación; era lo mismo que hace mil años, pero le recordó mucho al nuevo Re-Volund que había hecho Jingū.
– Es… nuevo…
– Tal vez… – comentó Hrist con curiosidad – Este milenio entre Ragnaroks hicieron mejorar nuestras habilidades sin darnos cuenta. No se me ocurre otra explicación.
– Pistolas y municiones… – comentó Simo, con algo de celos – Lo mismo que yo, pero… mejor que yo.
– ¡Lo siento compa!
El mexicano se vio de pies a cabeza; tomó el rifle de su espalda para verificar su peso y calibrar la mira, que era ideal para él, y lo mismo con el revólver; y por último extrajo una de las balas, viendo más o menos su contenido.
Habiendo comprobado todo, no pudo más que soltar una risa mexicana.
– Esto se siente chingón… ¡Es hora de darles lata a esos pinches Dioses!
Recordar todo eso, le provocó una sonrisa a Hlökk
« Fue una tontería aceptarlo, pero… ahora veo que está saliendo mejor de lo que esperábamos. » la valkiria se cruzó de brazos como lo hubiera hecho Brunhilde. « Con su capacidad de "Niebla" que convierte toda esta ciudad empedrada en una mina, además de las habilidades de francotirador que debió enseñarle Simo, ¡La pelea está en nuestras manos! »
La valkiria rió bajando un poco la cabeza, como una niña que hizo una travesura; Lífthrasir, siendo muy conocedora de esa expresión se sorprendió al ver a su mayor así.
– ¿Qué haces nee-sama? ¿Por qué ríes de esa forma?
En la habitación de los Primigenios, Tezcatlipoca estaba sorprendido y en especial enojado; tanto que sus ojos se contrajeron como un leopardo.
– Ese… ese maldito humano… Está tomando ventaja… Maldito ser vivo…
– Diablos, qué calor~
Sin embargo Deví no compartía esa opinión.
De hecho, en ese momento no le prestaba atención a la arena de pelea; estaba muy ocupada en el hecho que, bajo las cobijas de su futón, estaba ardiendo de calor. El sudor corría por todo su cuerpo hasta formar un pequeño charco bajo ella, y su cabello se humedecío bastante.
– Voy a morir asada… – Deví pasó una mano por su frente, y la otra la extendió a Tezcatlipoca – Tráeme… un jugito.
Pero el Dios azteca le respondió eufórico y enojado, tanto por la arena de pelea como por ver a Deví.
– ¡Pues sal de esa cama, pedazo de idiota!
Pocos segundo después el rostro de Deví se volvió un tierno berrinche llorón de bebé.
– ¡Que malo eres! ¡Por eso prefiero a tu hermano Quetzal-chan!
– ¡No me importa!
Con dificultad por el sudor en el suelo, Deví salió del futón y caminó a otra habitación de la sala apresuradamente.
– ¡Ya verás cuando te acuse con Vira-chan!
– ¡Lo que sea!
Audumbla solo mugió por lo bajo, con tono decepcionante.
En la arena, Cernnunos levantó su mano y con los dedos en el aire confirmó la desaparición de su cuerno, además que volteó la mirada a la mano derecho donde tenía su magia verde, pero ahora estaba vacía sin nada.
– No… No puede ser…
Si Jack hubiera visto esa escena de la pelea, se hubiera confirmado al completo qu, pro primera vez, el celta estaba sintiendo miedo.
En cambio, el mexicano en verdad se sintió orgulloso de lo que hizo; nuevamente impuso una sonrisa de oreja a oreja, a pesar de toda la sangre en su rostro y cara.
– Parece que di en el clavo, compadre… – afirmó el fusil en ambas manos, moviendo el seguro para asegurar que aún tenía balas, y comenzó a caminar a paso apresurado hacia el Dios celta – ¡Pero qué chigados importa! ¡Terminemos con esto de una vez, como usted tanto quiso!
Inmediatamente comenzó a soltar ráfagas de balas al Dios celta, quien a su vez dejo de lado su sorpresa y recurrió de nuevo a usar los brazaletes en sus brazos para tratar de repelerlos.
– ¡Tan solo momentos después de este momento tan impactante, Emiliano Zapata vuelve a arremeter todo el contenido de sus armas de fuego contra el celta!
Todas las balas que soltó el mexicano eran con efecto, impactando en el suelo y reventando como granadas arrojando pequeños pedazos metálicos por doquier. Cernnunos apenas pudo protegerse usando sus brazos, además que movió los brazaletes de lado a lado para mayor protección.
Sin embargo no estaba en todos sus sentidos; la sorpresa de perder su cuerno aún le golpeaba la mente, además que el cansancio de todas las balas ya surtió mucho efecto en él. Se pudo notar con facilidad por los fragmentos de bala que golpearon en su cuerpo divino repetidas veces; en cuanto la ráfaga terminó el celta terminó por casi caer de rodillas al suelo estando muy agotado y adolorido.
Las gradas de los Dioses se preocuparon en gran manera, en especial sus compañeros celtas.
– ¡No puede ser! El señor… Cernnunos…
– ¡Lo van a matar! ¡A nuestro…!
– ¡Nuestro señor Cernnunos está siendo derrotado!
Morrigan se veía muy desesperada; con todo su cabello oscuro entretejido en sus dedos y su magia negra brotaba a su alrededor.
– Lo veo… ¡Lo veo y no lo creo! ¡Cernnunos está siendo… No puede ser! ¡No puede ser, no puede ser, no puede ser, no puede ser!
Taranis y Teutates también estaban muy preocupados; tanto que el primero se aferró a Morrigan en su costado en miedo.
– ¡M-Maestro…! ¡Él está…!
– ¡Ese… maldito humano se atrevió a quitarle su cuerno, cuando nadie lo ha hecho! ¡Le ha… quitado su fuerza y magia vital a… a nuestro maestro…!
Esus estaba en silencio, con la cabeza agachada y apretando los dientes, mientras Teutates cayó de rodillas al suelo.
– L-La pelea está pérdida. Sin ese cuerno… nuestra maestro ha perdido la capacidad de… De mantener su magia verde contra ese humano. Nuestro maestro está…
– Él está derrotado…
– ¡Cállense!
Tan repentino grito de Esus fue una sorpresa grande para los celtas que estaban allí; en especial por provenir de quien siempre se mantenía callado sin importar la situación.
– ¿Son idiotas ustedes 3?
– ¿¡Eh!? – Morrigan se sorprendió de ser incluida.
– Nuestro… Mi maestro, es más que solo eso y el Dios de la Naturaleza. Desde que somos pequeños… siempre ha cuidado de quienes le importan sin importar el precio a pagar; lo podemos ver mejor cuando de idiota por fin participar para eliminar a esos malditos Fomoré.
» No importa que haya tenido sus reservas al principio: vengó las muertes que cometieron esos monstruos, y nos ayudó a unificar nuestro reino celta actual… ¡Y aunque no me guste, todo lo hizo no por ideales divinos sino por defender la naturaleza bajo nuestros pies!
» No importa en lo absoluto que haya perdido uno de sus cuernos… ¡Lo que importa es que, siempre que no pierda de vista sus ideales, no hay que preocuparnos puesto que ganará! Confío en que lo hará, sin importar el costo.
El Dios respiró hondo al terminar y volteó encontrándose con las miradas fijas de los 3 Dioses en él. Por eso volvió a su semblante sumiso, bajando la cabeza con sus mejillas rojas de pena.
– ¡E-Eso es lo que pienso! ¡No debemos titubear!
Morrigan y el par parpadearon sorprendidos; Lugh solo soltó una risa ligera además además de posar una mano sobre la cabeza de Esus.
– ¡Para tu pequeño cuerpo, tienes una boca y actitud muy grandes, chico! Veo que Cernnunos te entrenó muy bien.
– ¡M-Muchas gracias… Lugh!
En la arena, el Dios celta volvió a incoporporarse y preparó de su magia verde en las palmas de sus manos; Zapata solo pudo suspirar un tanto molesto, al tiempo que dio un suspiro prolongado para ocultar su sorpresa.
« ¡Ese Dios es un hueso muy duro de roer! »
« ¡Ya te lo había advertido chico! Cernnunos es un Dios muy difícil de lidiar. Apolo lo fue en su momento, pero en cambio-- »
« Si, lo sé. Este vegetariano no es igual al rubio que te chingaste. »
« Exacto. »
« Aunque nos ha subestimado mucho todo este tiempo. Nomás digo. »
« Pues acabemos con él; de lo contrario, ya no nos estará subestimando, y eso significa… que irá con todo. »
En cuanto terminó de levantarse, su cráneo comenzó a juntar polen fosforescente verde de las plantas para realizar uno de sus hechizos; sin embargo, únicamente su cuerno intacto se iluminó mientras que el demás voló en el aire. Procedió a formar en ambos brazos los escudos de armadillo que había hecho antes, y con ambos se lanzó en línea directa contra Zapata.
– ¡Ha vuelto a crear su defensa mágica! – Ares gritó con emoción – ¡Ahora podrá defenderse de los disparos de ese humano!
Sin embargo Hades y Atenea, ambos expertos en la guerra contestaron al unísono exactamente las mismas palabras viendo la misma cosa.
– No. No creo.
Zapata cambió el fusil por su revólver para descargar las últimas balas de éste en efecto metralla hacia los lados de la calle donde estaban; Cernnunos puso sus brazos matices a los costados para defenderse de los fragmentos, que resultó en…
Un rotundo fracaso para el celta. Algunos fragmentos fueron repelidos, pero la mayoría de ellos atravesaron sus escudos con rapidez. Por fortuna aún tenía sus brazaletes que desviaron otros tantos, pero al final una gran cantidad impactó directamente en su cuerpo, provocándole heridas dónde ya había heridas fueran las de bala o el corte en su brazo.
Por ello Cernnunos tuvo que detenerse en seco, tratando de asimilar la nueva oleada de dolor en su cuerpo además de ver sus escudos mágicos hechos añicos; Zapata aprovechó para recargar su revólver, además de tomar su segunda pistola, y con ambos soltaron un par de balas con efecto de nube.
El golpe dio directamente en Cernnunos, tal que la fuerza combinada de ambas lo hizo retroceder algunos metros y trastabillar hasta casi perder el equilibrio; pero eso no lo detuvo, sino que cambió su fragmentada magia de escudos para invocar las garras de tigre en su mano derecha, aunque estas se veían muy borrosas comparadas con las anteriores.
El celta dio rápidamente su corte, levantando nubes de polvo aunque su alcance ya no era tan efectivo como antes sino que apenas consiguió rasguñar a Zapata; esta vez el mexicano no quiso contenerse al ver frente suyo tal nube de polvo que se extendía.
« ¡Tomemos un atajo con esa nube, chamaca! »
« … Solo esta vez. »
La nube de polvo llegó hasta él, y aprovechando la habilidad mágica de su valkiria Mist, de manera casi literal el humano se volvió polvo que se difuminó con la nube misma. Cernnunos volvió a lanzar las garras de tigre hacia la nube, pero su ahora poco rango de ataque solo hizo que la noche se extendiera con más lejanía; entonces el mexicano volvió a tomar forma humana y salió de la nube, preparando esta ocasión su fusil en vez de las pistolas.
– ¡Impresionante! ¡Zapata, como por arte de magia, ha vuelto a cambiar de un lugar a otro en instantes para crear distancia de Cernnunos!
En el palco de los griegos, Hades veía con sumo interés mientras Atenea usaba la Conciencia de Guerra para analizar la pelea. Ambos llegaron a la misma conclusión, pero fue el rey del Helheim el primero en mencionarla en voz alta.
– Así que una valkiria…
– Eso creo querido tío. Ese humano está haciendo trampa~
– Nadie puso como regla que no pudieran intervenir de nuevo.
– Touché.
– ¿Eh? – Ares trató de involucrarse en la conversación – ¿De qué están hablando?
– Al parecer… – Hermes sonrió por lo bajo para explicar a su hermano – Ese humano hace lo mismo que con Jingū Kougou de tener… "Ayuda extra".
Ares al principio no entendió pero, pensándolo un par de veces más encontró una respuesta bastante peculiar, que se basó más en haber observado la forma en que Zapata aprovechaba las nubes de polvo y como ese tiro de hace un momento derrumbó un cuerno del celta.
– Espera… ¡Es lo mismo que el… El asesino de Apolo!
Cernnunos actuó para crear en su brazo izquierdo de nuevo el minotauro que iba a usar antes, que claramente no estaba del todo completo por su falta de magia. Zapata, ya teniendo su fusil listo, tomó un cartucho grande que apareció en la cintura suya de las cintas del Volund.
En cuanto Zapata terminó de recargar el fusil, Cernnunos terminó su incompleto minotauro, y ambos lanzaron uno al otro sus ataques.
Con Cernnunos fue un ataque frontal y Zapata lo mismo; pero esta vez practicó el mismo tiro que antes, apuntando con un ojo cerrado, abriendo un poco la lengua, y dejar apretado el gatillo, aunque esta vez salieron varias balas como metralla en vez de una sola.
Los disparos de francotirador deshicieron por completo al minotauro y le hicieron agujeros a Cernnunos, uno en el hombro y cerca de su codo izquierdos, pero el celta no desistió y prefirió dar un golpe directo al suelo que levantó escombros y humo, aunque no le hizo daño al humano.
– ¡Otro impacto que ha resultado en desventaja para Cernnunos! ¡El mexicano Emiliano Zapata Salazar tiene la pelea en todo su control!
Los mexicanos gritaron con mucha emoción, que le provocó un suspiro de satisfacción a Emiliano; Mist lo notó de inmediato.
El celta respiró profundo y se volvió a levantar, creando en sus manos los pompones de algodón para una nueva embestida en línea recta de frente; Zapata se sorprendió de su persistencia, pero volvió a cargar su fusil mientras la distancia entre ambos se acortaba.
Entonces, para responder, Zapata levantó el arma para apuntar a la derecha, enrecerrando un ojo para calcular, y de inmediato soltó una ráfaga, lo mismo que hizo apuntando a la izuqierda
Zapata levantó el fusil y apuntó hacia la derecha, enrecerrando sus ojos para ver mejor con su puntería.
– ¡Vamos general! – aunque la mayoría no entendió lo que hizo, sus cercanos como Vila, Palafox y Josefa pudieron verlo.
Las balas que había soltado el mexicano recorrieron su camino hacia las rocas en el suelo, y en vez de golpear y destruir tales escombros…
El ángulo, velocidad y posición tanto de las balas como de los escombros fueron ideales para que dichos cambiaran sus direcciones al choque, para ahora dirigirse a Cernnunos desde sus flancos laterales. El celta pudo percibir que era el mismo tipo de ráfaga de hace unos momentos, por lo que apresuró el paso.
Todas las siguientes ráfagas hicieron lo mismo; cambiaron de dirección repetidas veces, algunas golpeando 2, 3, o hasta 5 veces en el suelo y la calle para redireccionarse hasta golpear al celta desde varios flancos. Sus pompones resistieron gran parte de las ráfagas, pero no eran eternos y menos con su magia debilitada:
Una ráfaga directa golpeó al celta desde la derecha y su pompón de ese lado se deshizo, lo mismo que en el costado izquierdo; sin protección, aún así Cernnunos quiso dar un ataque frontal a Zapata como pudiera. Por su parte, el mexicano lanzó una bala con efecto de nube, seguida de tomar de sus cintas una bala especial de Mist que brillaba como la anterior; la primera dio en los brazaletes que alcanzó interponer Cernnunos de modo que solo lo frenó en seco, pero la siguiente bala no fue tan piadosa.
Preparando su tiro especial estilo francotirador con la bala mágica, Zapata disparó impactando en la nube de polvo que soltó el anterior disparo; la explosión se hizo presente, de forma que los brazaletes de Cernnunos se hicieron añicos en su totalidad y el celta fue arrojado hasta chocar con un edificio, que se derrumbó completamente sobre él.
– ¡De nuevo lo tenemos; las habilidades con las armas de fuego que posee el Einherjer de esta pelea! ¡Ha podido frenar la fuerza y destruir la magia céltica más fuerte en los cielos! ¡La pelea ha cambiado de dirección con tan sólo los disparos de un humano!
En Gimlé, en especial las valkirias estaban muy felices. Simo dio un ligero grito de tengo mientras que su perro ladró repetidas veces con el mismo sentimiento.
– Si me puso atención cuando tuvimos nuestro entrenamiento… – comentó Simo por lo bajo – Ese es mi tiro especial de francotirador, "Toivo Shot*"
– ¡El disparo que atravesó el gran poder y cuerpo de Apolo, ahora ha podido desmantelar a Cernnunos! – exclamó Sigrune con gran emoción – ¡Sin ese cuerno, está acabado!
– En efecto… – respondió Hrist con calma – Sin su cuerno, ha perdido el 50% de la capacidad completa de su magia verde. Aunque aún puede hacer sus hechizos, ya no serán efectivos como antes sino que, como ya vimos, apenas le hacen daño a Zapata. A estas alturas…
– La pelea ya tiene un solo sentido… – sonrió Simo con gran esperanza – ¡Podrá ganar y Mist… volverá con nosotros!
– ¡Mist~!
Mientras los demás estaban hablando, se les había olvidado una figura importante: la pelimorada semidiosa Geir.
Sin que se dieran cuenta, la valkiria ya se había desatado las cintas con que estaba sujeta a la camilla, ya como podía estaba caminando en la enfermería hacia el lado contrario de donde estaban los demás.
– Mist, Mist… ¿Dónde está Mist nee-sama?
En las gradas del estadio, los mexicanos y miembros del Ejército Libertador del Sur gritaron todos juntos en sincronía alegre y triunfante.
– ¡Vamos, general Zapata! ¡Usted puede derrotarlo!
– Ese… ese maldito guapo… – Josefa no pudo ni quiso evitar emocionarse a ese punto – ¡Cómo siempre, ese idiota haciendo lo posible por seguir enamorándome!
– ¡Casi podría decir lo mismo! – bromeó Palafox – Aún después de muerto nos sigue demostrando su gran habilidad con los puños y las armas para pelear a pesar de estar tan herido.
– Me preocupó que esas heridas pudieran ser un problema serio… – comentó Villa con los brazos cruzados – Pero… Aunque si pasó algunas veces, soy un pendejo por preocuparme tanto… ¡Por supuesto no puedo sentir miedo por nuestro Caudillo del Sur!
Lífthrasir quiso saltar, pero sus rodillas bajo las vendas no la dejaban. En cambio, fue Eva quien expresó su emoción al levantarla para abrazarla en su regazo, un poco fuerte, y dando un grito como si ella mismo fuera una joven dama.
– ¡Ese es mi hijo! ¡Tú puedes!
En la arena Cernnunos se incorporó de nuevo; sacudió con su mano todo el cuerpo para quitarse el polvo y escombros que le cayeron encima además de verificar la destrucción de los brazaletes. Se pudo ver en él temblor en sus movimientos, por el cansancio y dolor de todas esas recientes ráfagas; Zapata caminó un poco para acercarse al Dios, con el fusil listo en caso que fuera necesario.
« Las cosas van muy bien, chamaca. »
« ¡No podemos confiarnos, chico! ¡Ya te lo dije mil veces! »
« ¿Por qué no sonreír solo un poco? No creo que nos haga mal si estamos luchando con una actitud un poco más… positiva. »
Sin evitarlo sus labios mexicanos dibujaron una de sus sonrisas de satisfacción y victoria; en cuanto le vio, Cernnunos resopló molesto como un búfalo.
– ¿Y esa sonrisa, humano?
– Solo disfruto el momento, ¿Usted no?
El Dió celta acomodó un poco las extremidades de su cuerpo, para después mirar fijamente al humano y…
– Espero que lo disfrutes bien. Porque ya sé tu secreto.
Todo el estadio quedó en absoluto silencio; los humanos que destacaban y los Dioses que se preocupaban, ahora todos se callaron por completo al escuchar tal declaración. Zapata se asustó un poco por dentro, apretando el fusil en sus manos.
– Desde que empezamos la pelea estuve consciente de tu orquesta; ya era extraño que un humano pudiera recibir mis golpes sin recibir mucho daño, lanzar golpes con tanta fuerza, disparar con tanta buena precisión, resistir todo ese de heridas y golpes como si nada.
» Debo confesar que lo que hiciste a mi cuerno fue una sorpresa, pero también un dato importante para mi. Ahora que no te has contenido en lo absoluto, escapando en el humo y detonado balas con polvo, puedo decir que se cuál es tu secreto… Sé cuál es tu engaño, "Jack el Destripador".
Zapata se sorprendió de ese apodo, mientras que Cernnunos apuntó al humano; en especial, a las cintas que rodeaban su cuerpo.
– Esa es tu verdadera arma divina.
Todos los espectadores miraron con gran confusión la escena, unos a otros murmurando y haciendo la misma pregunta:
– ¿Qué? ¿Por qué está diciendo eso Cernnunos?
En cambio, algunas de las figuras divinas que veían la batalla entendieron a lo que se refería el celta. Uno de ellos fue Shiva que sonrió placenteramente llevándose una mano abajo de su cabellera oscura.
– ¿Otra vez usaron ese truco? Tan solo ha pasado una pelea.
– ¿Qué? – Lakshmí confundida volteó a Rudra – ¿A… A qué… se refiere?
– Shiva se refiere a que… Al parecer, ese humano no está usando armas divinas fabricadas, sino que hizo Volund con una valkiria.
Al mismo tiempo, en el palco nórdico Thor entró para tomar su asienro de nuevo, pero se llevo una sorpresa al ver que el estadio estaba murmurando casi en silencio.
– ¿Qué pasa aquí?
– ¡Thor-sama! ¡Ha regresado--!
Forseti estuvo a punto de explicarlo la situación, cuando por sorpresa quien se tomó esa tarea fue Syf, teniendo la mirada muy concentrada en la pelea.
– La pelea empezó poco después que te fuiste, cariño. En general, ha sido un combate entre la fuerza de Cernnunos y la habilidad con armas de fuego de ese humano, y sus ideales. Hace unos momentos destruyeron un cuerno de Cernnunos y acaba de decir "Esa es tu verdadera arma divina", tal vez refiriéndose a que hay un Volund de por medio. Ahora, por favor, toma asiento y guarda silencio que quiero ver el descenlace.
Tanto Thor como Forseti quedaron boquiabiertos. Mientras tanto, en el palco especial Lífthrasir estaba muy confundida y… asustada.
– ¿De qué habla?
La pequeña volteó a Eva, pero ella tampoco sabía que pasaba. Por ello, ambas terminaron por girarse hacia Hlökk.
– Señorita…
– Nee-sama, ¿Qué está diciendo Cernnunos?
Hlökk no respondió sino que se mordió un poco el labio. En la arena Zapata suspiró con cansancio y preocupación por lo bajo, soltando una sonrisa nerviosa; toda su confianza acababa de derrumbarse.
« Ya nos descubrió. »
« Eventualmente sucedería… » Mist le aseguró, más confiada que él « Era cuestión de tiempo, más ahora que estuvimos a punto de matarlo con nuestras habilidades. Por desgracia, ahora estamos contrarreloj… »
– Ahora que sé tu secreto, también sé cómo combatirlo y contrarrestarlo.
Cernnunos tomó una postura ofensiva, levantando su mano para tomar de su cuello su torque divino que había dejado allí desde hace un rato, y lo apretó en su mano aunque… no parecía que iba usarlo como antes.
– Perdí la mitad de mi magia por confiarme, pero… No necesitaré mi magia verde para derrotarte. Solo necesito enfocarme en… que eres un humano.
Las cosas se pusieron muy tensas, en especial cuando de la espalda de Cernnunos surgió un aura oscura muy parecida a su magia verde solo que… era de color negro. Zapata dio unos pasos hacia atrás, afirmando el fusil preparándose para atacar antes que su rival, pero antes que alguno hiciera algo…
Una gota de agua cayó del cielo.
Ambos, humano y deidad quedaron desconcertados, en especial cuando cayó una segunda, y tras ella una tercera y tras esa una cuarta… Empapando el suelo destruido, luego los escombros derrumbados, después las construcciones aún intactas, y toda la vegetación que había pedido el celta.
Pocos segundos después, ese espectáculo dio lugar a una lluvia en un principio muy ligera; apenas una brizna húmeda que arremetió en el coliseo.
Todos los presentes miraron el repentino cambio de clima con desconcierto, en 3 special porque hace mil alluviarrños en el anterior Ragnarok no hubo lluvia; el único que pareció entender la situación fue Hades, que solo soltó un suspiro bajo con una expresión seria.
– Es cierto. Había olvidado que era hoy.
Los 3 hermanos griegos, incluida la propia Atenea, también estaban desconcertados, por lo que al mismo tiempo voltearon a su tío.
– ¿A qué te refieres?
– ¿Acaso lo han olvidado? – Hades rió por por bajo, acomodándose en el sofá – Hoy es la lluvia de los caídos.
– ¡Es cierto…! – Ares de inmediato lo recordó, haciendo él mismo mención de ello – El decreto que nuestro padre, Zeus-sama, impuso para todos los panteones: una ves cada año, durante estos mil años entre ambos torneos, habría lluvia en todos los reinos divinos que serviría como memorial tanto de los 6 Dioses como los 6 humanos que cayeron en el Ragnarok.
– Así es – asintió Hades con seguridad – Además que esto me recuerda al hecho de que estamos en el jardín de los Campos Elíseos, que debería ser un recinto de paz para los guerreros…
Eso último lo mencionó con un poco de molestia, mirando a los 3 hermanos griegos quienes a su vez desviaron sus miradas.
– Un jardín lleno de flores y prados tan… pacíficos y bellos… – eso último lo dijo con nostalgia, levantando la vista al cielo nublado – Justo como… a ella le gusta.
En las gradas de los Dioses, Lugh, Morrigan y los alumnos celtas recibieron la lluvia con un extraño sentimiento de nostalgia. Pero en especial el líder de los Dioses celtas recibió esa brizna con más simpatía, a tal grado que soltó una carcajada que le provocó curiosidad a Morrigan.
– ¿De qué te ríes Lugh? ¡No es tiempo para reír, idiota!
– Lo siento, es solo que… – Lugh se limpio los ojos y miró a la arena – No pude evitar recordar ese día especial, con esta lluvia.
– Si. Tiene razón, Lugh.
Esus sonrió con confianza; ambos, junto con los otros 2 alumnos, sabían muy bien a que día se referían.
– El día que mi maestro Cernnunos se volvió el gran Dios celta astado que es ahora…
Fecha de publicación: 14/07/22
AFSD
Nota de autor: Ayuda. No tengo tiempo y aún no termino los borradores :'(
No hay pedo; seguiré trabajando como pueda (ahora sabiendo como me ha absorbido de tiempo mi empleo, ya sé un poco cómo organizarme mejor para mantener la publicación de capítulos como lo hemos tenido. Tal vez a futuro haya consecuencias, pero por el momento todo sigue su curso).
Eso si; diría que, si todo sale bien, más pronto de lo esperado veremos un final…
Sin mas que decir, ¡Los leo en el siguiente capítulo!
Recordatorio: La publicación de capítulos es cada 21 días.
***
Nuevos términos
* Toivo Shot (finlandés) – "Tiro de Esperanza".
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