Capítulo 31: Memorias del pasado
- ¡Cariño! ¿Te encuentras mejor?
- ¡Me preocupó mucho, señor Shiva!
- ¡Pudo haber perdido otro brazo!
Shiva sentado en la camilla, atentado por sus 3 esposas al mismo tiempo. Parecía ser un sueño hecho realidad para el hombre que amaba a esas 3 mujeres por igual, con lo cual sonrió de oreja a oreja.
- ¡Este Dios no será destruido por una simple lluvia de rocas! Hace mil años hice pedazos al rikishi sin igual, ¡No se preocupen mis queridas!
- ¡Shiva-samaaaa~ ♡! - la optimista voz del hindú era más que suficiente para enamorar a las 3 Diosas, quienes le abrazaron apresuradamente.
Sin embargo, bajo esa confianza había heridas que si fueron más graves de lo que pensaba. Pero, no era buena idea decirlo después de dar ese discurso motivador.
Ganeesha había salido menos herido que su padre; habiendo sido ya atendido por por su propia madre, dio un salto y abriéndose paso entre la multitud se dirigía a la salida de Ábaton.
- Ahora que estoy en buenas condiciones, ¡Iré a hablar con Zeus-sama!
- ¡Hey! ¿A dónde crees que vas?
La palma de una mano tomó la cabeza del Dios elefante para detenerle, por lo cual volteó para saber de quién se trataba; pero el Dios ya sabía quién era.
- ¡Tío Rudra!
- ¿A donde quieres ir tan apresurado?
Ganeesha apretó los puños con mucha seriedad.
- ¡Iré a pedirle a Zeus-sama un puesto para el Ragnarok!
- ¿Qué? - Rudra se sorprendió bastante - ¿Y por qué?
- Este combate nos ha dejado en desventaja... ¡El marcador está en nuestra contra: esos humanos llevan la delantera! Y por si fuera poco, esa Diosa egipcia nos traicionó. Debo hacer algo para recuperar nuestro honor de Dioses, y sé que yo, el heredero de la cima del Svarga, podré hacer algo al respecto... ¡Además, también traeré honor a-!
- ¡Basta, Ganeesha! - le interrumpió Rudra - Veo que tienes muchos motivos. Pero, antes que continúes, de que diga porque no creo que sea buena idea que hagas eso.
- ¿Y por qué no?
- En primer lugar, hay mucha confusión. Aunque Nut-sama se las ingenió para reparar el coliseo que ella misma destruyó, todo está confuso ahora mismo; de hecho, nadie está hablando de continuar el Ragnarok. Además, tu padre no está del todo bien; deberíamos esperar a que termine de sanar, o al menos cubrir sus heridas, para que hablemos con Zeus-sama sobre la siguiente pelea. Puedo hablar con tu padre y ambos convenceremos a Zeus-sama de-
- Gracias por la ayuda, ¡Pero quiero hacerlo solo! - el Dios elefante barrió con su trompa por esa exclamación - Quiero mostrar mi voluntad. Así como mi padre demostró su voluntad en el primer Ragnarok, quiero hacer lo mismo.
Rudra sonrió, al recordar en el pequeño Ganeesha al Shiva joven y poco responsable con quien subió a Svarga.
- Y voluntad es lo que te hace falta: tienes tanta como tu padre. Pero, no es momento de hablar sobre eso-
- ¡Entre más rápido, mejor!
Ganeesha se separó de Rudra para seguir su camino, pero de inmediato chocó con una gran e inmóvil pared que le tiro al suelo.
Su frente le dolió al instante, por lo que se llevó una mano allí, y miró hacia arriba para tratar de averiguar por qué había una pared en medio que nunca vio; pero se llevó una gran y aterradora sorpresa cuando vio que no era una pared.
No había chocado con un qué, sino con un quién.
Era muy alto, poco le faltaba para tocar el techo, con un cuerpo macizo; tanto que parecía una pared. Sobre dicho cuerpo abundaba toda clase de hojas y musgos en una tela extraña; de hecho, parecía que de ahí provenía un olor como madera húmeda y pasto recién cortado.
Estaba de pie, hablando con un grupo de enfermeras que le miraban un tanto asustadas; únicamente quien parecía ser la líder del grupo se dirigía con más confianza, y tras ese golpe en su espalda dicho ser se volteó.
Su cabeza parecía ser la peor parte de su imagen; cubierta por un antifaz animal y vegetal que daba la imagen de un muerto, con una cabellera sucia que salía por los lados, y una mirada dorada penetrante y profunda. Por último, lo que era en definitiva más sorprendente eran el enorme par de cuernos, al parecer de alce, de los cuales colgaban vegetación y cabellos.
Dicha figura impotente y más alta que su padre mantuvo la mirada con Ganeesha por un eterno segundo. Rudra se levantó del suelo e hizo una reverencia en señal de respeto.
- Cernnunos, un saludo.
El Dios Cernnunos levantó los ojos hacia Rudra, y respondiendo de la misma manera le saludó, aunque sólo bajó su cabeza un poco. Después regresó la mirada a Ganeesha y le habló, con una voz apagada y gruesa que al mismo tiempo un tono amable y respetuoso. Tenía palabras de amenaza, pero su tono era de consejo.
- Más cuidado al caminar muchacho.
Cernnunos regresó la mirada y terminó de hablar con las enfermeras; tras ello, emprendió una caminata muy pesaba hacia las puertas de la salida de Ábaton. Estando lejos, se pudo notar que uno de sus cuernos estaba cubierto de vendajes al igual que bajo sus brazos; y por si fuera poco, en su caminar cojeaba.
Ganeesha permaneció en el suelo, mirando al Dios celta de la naturaleza alejarse con esa presencia tan aterradora y a la vez segura. Rudra le ayudó a levantarse usando sus brazos extras.
- La próxima vez que hables y camines, ten cuidado por donde caminar. No querrás chocar con otro Dios así de repente de nuevo, ¿no?
Ganeesha estando de pie no quiso dar siquiera un paso más, sino que se quedó así. Tragó saliva mientras temblaba y murmuró con voz tartamuda.
- ¿S-Sabes qué... t-tío Ru-Rudra? No creo que... deba ir a pelear... al menos ya no quiero ahora...
Rudra se quedó callado un momento,apara después soltó una risa juguetona.
- Te asustó Cernnunos, ¿Verdad?
- ¿S-Se nota tanto?
- No te preocupes: todos nos asustamos la primera vez que lo conocemos. Pero, cuando lo conozcas mejor, verás que su actitud no es la misma que su cara.
- S-Si... ya lo creo...
Ganeesha se regresó por sus pasos y fue con su padre; mientras que Rudra se separó y fue a una camilla separada del grupo de hindúes. En ella estaba sentada Lakshmi, quien tenía el hombro izquierdo envuelto en una venda.
En cuanto llegó con ella, El Dios de la tormenta se disculpó repetidas veces.
- ¡Lo siento, Lakshmi! Eso solo que vi a Ganeesha a punto de hacer algo, y no quise-
- No hay problema señor Rudra - respondió tranquilamente la Diosa con la mirada baja - Ganeesha es alguien especial para usted, casi como su...
- ¿Cómo mi...?
Lakshmi se puso más nerviosa que antes, por lo cual cambio de tema tocando las vendas de su hombro.
- ¡N-No se preocupe por mi! No estoy tan herida como parece.
- No importa que tan resistente creas que eres: no debemos dejar esas heridas sin cuidar.
- ¡S-Si!
Lakshmi volvió a bajar la mirada con cuidado mientras Rudra se acercaba para ver si tenía alguna otra herida en su cuerpo.
- Y por cierto - empezó a hablar Rudra de nuevo - ¿No habíamos quedado en algo?
- ¿Eh? ¿De qué habla?
- Nos conocemos desde hace muchos años, ay ya te he dicho que puedes dejar las formalidades conmigo y solamente llamarme "Rudra".
- P-P-Pero... - la Diosa se sintió muy nerviosa al respecto - Usted, señor Rudra... El segundo en el Svarga... Usted es... es...
- Yo soy "Rudra". Solamente Rudra. Vamos, repite conmigo.
- Y-Yo...
- "Rudra".
La Diosa tragó saliva y empezó a practicar, comenzando por la "R" con un tartamudeo; sin embargo, tras unos segundos de permanecer con esa letra, decidió cerrar la boca y negar con la cabeza.
- Señor Rudra. Señor... Rudra...
Rudra suspiró con un sentimiento de fracaso.
- Lo intentaremos después.
- S-Si... señor Rudra...
El Dios de la tormenta siguió atendiendo de Lakshmi quien mantuvo un sonrojo en sus mejillas. En sincronía con su apariencia temblorosa, su corazón latía con temblor estando en esa situación incómoda... pero deseable. La Diosa cerró los ojos por un momento mientras respiraba profundo para relajarse.
« ¿Cómo podría... decirte solo "Rudra", cuando... sabes que... yo no podría... nunca podría dirigirme a ti de esa manera...? »
Shiva suspiró agotado y por un momento miró la puerta de Gimlé, a dónde teóricamente le estaba permitido entrar. La razón por la que se mantenía mirando fue haber viso ese cabello morado debajo de brazo de un espartano entrar en esa puerta hace un rato.
El Dios hindú se quedó en silencio pensando en esa imagen una y otra vez.
...
- Eso fue lo que se supone que ocurrió al final del tercer combate...
Sasaki, que había visto todo desde las pantallas, explicó lo que había ocurrido a las valkirias y Einherjer que estaban buscando a Líf y, por ende, ni siquiera supieron que ocurrió en la arena. Lucía como un relato de fantasía, pero tras haber vivido un Ragnarok ya nada era tan loco.
La primera en responder fue la valkiria de la cuarta pelea, con un tono victorioso y soberbio. Saltó de donde estaba, la orilla de la tercera camilla, y a pesar de sus vendajes, y sin vergüenza, empezó a mover las caderas lado a lado. La primera vez que sus hermanas y los Einherjer la veían de esa forma; el más impactado sin lugar a dudas fue el mismo Jack.
- ¿¡Señorita!?
- ¡Lo sabía~! ¡Lo sabía~! - habló Hlökk con triunfo - Desde que quiso de vuelta el turno de Jingū y cuando llegó con su apariencia orgullosa y caprichosa a pedir la tercera pelea, sabía que algo andaba muy mal con ella... ¡Lo sabía todo este tiempo y me creyeron loca!
- Bueno... - comentó Simo mientras acariciaba a su perro - Debo confesar que su personalidad tan egoísta y avariciosa no fue de mi agrado.
- Si... - Sasaki también suspiró - No fue muy agradable entrenarla antes de venir aquí.
- ¡Lo sabía! ¡Fue un error tener a esa mujer en la lista! ¡Lo sabía-!
Hrist 'la que ruge', soltó un grito que de inmediato silenció a los Einherjer y Hlökk, para después indicarles con la cabeza que se callaran por la única persona que no estaba emitiendo sonido alguno: Geir.
Sentada ahora en una pequeña silla, se llevó las rodillas al pecho para recargar su barbilla con pesadez.
- Tienen razón... Debí haberlo visto antes.
Rápidamente, Leonidas y Sigrune empezaron a hablar para tratar de mejorar la situación.
- No podemos echarle la culpa a Cleopatra por esa actitud. Digo... Yo también fui como ella: antes de pelear en este torneo, era muy egoísta y avaricioso. Incluso Geir llegó a odiarme mientras luchabamos y a pesar de eso aquí estoy con todos ustedes...
- ¡Si, si! - Sigrune asintió - Cleopatra estaba muy decidida a luchar por la humanidad; desde la primera vez que la vi pude sentirlo... Solo hizo algo que ninguno esperábamos...
- De hecho, si lo esperaba - comentó Nostradamus, pero Jack le dio un golpe en su cabeza.
A pesar de que ambos la defendían, Geir permaneció en total silencio. No les prestaba atención, sino que su mente divagaba mientras en pensar sobre esa mujer egipcia antes de llegar a los Campos Elíseos.
« Cleopatra… »
...
La valkiria pelimorada la puerta de la antecámara de la reina egipcia de golpe, sorprendiendo a la mujer que estaba semi acostada sobre un diván.
- ¡Oh! Aqui estás Cleopatra.
- ¡Niña! ¿Sabes algo sobre privacidad? ¿Qué hubieras hecho si estaba desnuda?
- ¿Eh? ¿D-Desnuda?
- No importa, ¿Qué haces aquí?
La valkiria se pasó la mano por los ojos, tratando de restregarlos.
- Estoy... Estoy revisando que estemos listos para ir a los... Campos Elíseos...
Geir bostezó al momento, cosa que interesó a Cleopatra al momento, por lo cual se levantó del diván para ir hacia ella.
- ¿Estás cansada, o por qué te ves tan mal?
- No estoy acostumbrada a... estar despierta tan noche... - respondió la valkiria, dando otro bostezo ahora más prolongado - Siempre duermo poco después que las pequeñas, y por orden de mis hermanas duermen a las 8. Así que...
- ¿"Las pequeñas"? - Cleopatra soltó una risa divertida - ¿Acaso eres mamá primeriza?
- ¡¿Eh?! ¡No, no es eso! - Geir se despertó con un sonrojo en toda su cara - ¡Habló de mis hermanas menores! ¡Me refiero a mis hermanas que son más pequeñas que yo! ¡N-No soy mamá ni nada de eso..!
Cleopatra se quedó en silencio un instante, antes de reír con diversión.
- Eres fácil de manipular niña, ¡Me gustas!
- Eh... - Geir se quedó en blanco.
- Por otra parte, croe que mi comentario te despertó, ¿no? - Cleopatra giró su cabello hacia un lado con orgullo - De nada.
- Oh, si... - Geir soltó un suspiro - Gracias... Aunque... a pesar de eso me siento muy cansada.
- ¿Y ahora por qué?
- Hay... muchas cosas con las que lidiar. No sólo este segundo Ragnarok, que ya de por sí es mucho que hacer. Hay muchas cosas por los cuales... no he podido dormir muy bien...
Cleopatra chasqueó sus dedos, y un par de sirvientes que le permitió tener la valkiria acercaron 2 pequeños sofás. La egipcia se sentó en uno de ellos, y después extendió su mano para darle unas palmadas al otro.
- Bueno, cuéntame niña. Toma asiento por un segundo y aprovecha un momento de reposo.
- ¡No puedo hacerlo! - se excusó la valkiria de inmediato - ¡Debo ir a revisar a los demás Einherjer-!
La mujer dio un par de palomadas y esos mismos sirvientes se volvieron a acercar a su señora
- Han visto quienes son los 20 Einherjer, ¿verdad? - antes de que respondieran, Cleopatra apuntó hacia afuera - Vayan y revisen que los 19 restantes estén abordo.
Los egipcios asintieron y corrieron a toda prisa para realizar la tarea. Y Geir se quedó sola con Cleopatra, quien volvió a tocar el sofá vacío.
- Ya hice tu trabajo: un peso menos de encima. Y como agradecimiento que debes mostrar, ven a sentarte y contarme tus problemas.
La valkiria dudo unos segundos, pero después cedió y caminó hasta tomar asiento junto a la egipcia. Cleopatra cambió rápidamente su expresión por uno de duda.
- No dudaste, aunque en un principio no querías.
- ¿¡Eh!? ¡P-Pero tu dijiste que-!
- Lo sabía. Eres fácil de manipular. - dicho eso, la humana le dio un pequeño golpe sobre la cabellera de Geir, como un golpe de castigo - Eres una mujer semidiosa. No dejes que nadie te manipule.
- ¡Au-! - Aunque fue un golpe ligero, a la valkiria le dolió - Pero, yo...
- ¿Qué dirás esta vez? ¿Qué dirás para justificar que cualquiera te puede manipular?
Geir se acarició la cabeza en silencio por un rato, hasta que decidió contestar.
- Yo... Yo no... no soy fácil de manipular.
- ¿Entonces qué eres?
- Yo... yo soy... yo...
Geir mantuvo la respiración, para después de un momento suspirar con cansancio.
- Es solo que... no tengo el espíritu correcto. Ese es gran mi problema.
- ¿"El espíritu correcto"? Explícamelo niña.
- Es que... tengo demasiado con lo que lidiar.
- Eso ya lo dijiste.
- ¡Lo sé! Pero, es la verdad... Brunhilde onee-sama me confío muchas cosas después de partir: el Valhalla, los Einherjer, alejar a los Dioses... y ahora yo misma me he puesto el pie con el segundo Ragnarok. Hay mucho que hacer, y no sé si soy capaz de hacerlo todo. Tanto en mi espalda, toda la humanidad espera lo mejor de mi... pero yo sigo sintiéndome como esa niña pequeña, que temblaba por todo y se ocultaba detrás de la falda de mi onee-sama. No creo... que este preparada para todo lo que tenemos frente.
Cleopatra se quedó pensativa unos largos momentos. Después soltó un suspiro divertido, mientras miraba a la valkiria con superioridad.
- ¿Acaso eres tonta, pequeña niña?
- ¿¡Ehhh!? ¿¡Qué dices!?
- Parece que no pusiste atención a lo que me acabas de decir. Tienes el Valhalla, tus hermanas mayores y los primeros Einherjer que mataron Dioses en tus manos. Y ahora, tu sola te has atrevido a desafiar a los Dioses a un segundo Ragnarok... ¡Date cuenta, niña! ¡Eres mejor de lo que crees: eres como una Diosa!
- ¿Qué? ¿Una Diosa?
- Pero, una pequeña... Para llevar en el bolsillo.
Geir se sorprendió bastante.
- ¿De verdad crees que soy como una Diosa?
La mujer estiró sus manos y comenzó a tomar los mechones del cabello morado de la valkiria para peinarla, mientras seguía hablando.
- Te diré algo, que me sirvió en vida y probablemente a ti también te servirá. Los Dioses, los que tu y los que yo conocemos, no son más que un montón de niños; egoístas, avariciosos, orgullosos e inútiles. No podemos confiar en que alguno se preocupe por la humanidad, o al menos se preocupe desinteresadamente.
» Cuando estemos en un agujero, en el cual parece que ya caíste aún siendo tan joven, no esperes que vengan a rescatarte; mejor que eso, recuerda lo que eres, lo que tienes; lo que te han confiado, y lo que te has atrevido a hacer. Cuando creas que no hay salida, recuerda que eres la valkiria Geir, que va a matar Dioses por segunda vez.
Cleopatra terminó su trabajo, haciendo una pequeña coleta con el cabello, ahora largo, de la valkiria, dejándolo reposar sobre su hombro izquierdo. La mujer sonrió con orgullo al ver su trabajo y apretó suavemente una mejilla de la pequeña semidiosa.
- No dejes que esos Dioses te manipulen. Al contrario: tu eres tu propia Diosa. Pareces pequeña y frágil, pero cuando lo necesites tendrás la fuerza para resistir y superar cualquier obstáculo; para hacer lo correcto.
Geir se quedó en silencio, un tanto conmovida mientras tocaba su nuevo peinado.
- Haz lo que quieras y toma lo que deseas. Desafía a los Dioses, derrótalos por segunda vez, y demuestra lo que eres. Demuestra que tu eres la mejor de esos Dioses...
...
Geir respiró con pesadez detrás de sus piernas.
« Cleopatra… » sus ojos se cargaron de lágrimas « Nunca creí que harías algo así… Ahora que recuerdo en lo que me dijiste, no se porque me sigue sorprendiendo que lo hicieras. Pero, de todas formas... puedo sentir que realmente quisiste ayudarnos. Cometí un gran error al darte a Nut-sama como contrincante, y no puedo dejar de sentir este horrible vacío en mi estómago. Yo... Lo siento mucho, Cleopatra. »
Respiró pesadamente mientras pasó su mano izquierda por sus ojos para quitarse sus lágrimas. Después esa misma mano fue hacia el mechón de cabello que Cleopatra le había peinado.
Nostradamus dio un aplauso para llamar la atención de todos.
- Si, muy bien, ¿Y ahora que hacemos? Aún después del relato de Sasaki tenemos muuuuuuucho tiempo antes que vayamos por la siguiente ronda del Ragnarok, ¿Qué les gustaría hacer? ¿Qué tal si vamos a hacer travesuras a los Dioses?
- ¡Nosotros no somos ningún tipo de Loki! - exclamó Simo inmediatamente con seriedad - Somos humanos decentes.
- Podríamos intentarlo - Sasaki sonrió - Aunque me hubiera gustado hacerle una pequeña broma a Poseidón. Lástima que ya no está.
- Y robar uno de los cuervos de Odín - río Leonidas a su lado - Me gustaría ver a ese viejo enfadado.
- Más de uno estamos de acuerdo en jugar un raro con los Dioses... ¡Hagámoslo!
- ¡Por supuesto que no! - Skogul les detuvo - No haremos ninguna locura. Somos... gente civilizada.
- Hay que pensar en el Ragnarok - le acompañó Simo - Tenemos 10 peleas más que terminar. Aunque por fin tenemos la ventaja, no podemos bajar la guardia.
- ¡Si, si! - Mist asintió - ¡Tenemos que hacerle caso a mi enano!
- ¿Pero qué-?
- Ya vimos el mayor poder que pueden ejecutar contra nosotros. Los Primigenios... - Sasaki paso de relajado a preocupado mientras explicaba - Me tomó muy por sorpresa cuando quise luchar contra ella en mi mente: ni siquiera mis 1400 años en el Valhalla pudieron ser suficientes para aguantar un combate contra ella a ese nivel.
- Ninguno de los que peleamos en el primer Ragnarok podríamos hacerle frente a esa Diosa - concluyó Jack, tomando a Hlökk de los hombros para evitar que escapase de su camilla - Ella estuvo en un nivel que ninguno de los 13 pudimos alcanzar.
- ¡Nos seamos pesimistas! - habló Nostradamus con una sonrisa - Digo, tal vez yo pude haber peleado contra ella.
- ¿Y qué hubieras hecho cuando ella usara su hacha explosiva sobre ti? - respondió Hrist 'la que ruge' al francés - ¿Eres a prueba de explosiones?
- ¡No lo sé! ¡No lo he probado aún!
- La peor parte es que tenemos a 2 Primigenios más por enfrentar - las palabras de Skogul temblaron con ese comentario - Siendo que son así de poderosos y resistentes en batalla, no me sorprendería que alguno de ellos sea el siguiente representante de los Dioses. Y suponiendo esto, entonces deberíamos-
- No. El siguiente no será uno de ellos.
La conclusión de Hlökk, que había estado en silencio desde que Hrist le llamó la atención, sorprendió a todos.
- ¿Y por qué no?
Hlökk se aclaró la garganta y empezó a explicar con tranquilidad.
- De acuerdo con lo que nos dijo Sasaki y Nostradamus, Nut-sama traicionó a todos los Dioses de la misma forma que lo hizo Buda-sama, o parecido al menos. Lo que hizo ha sido un golpe muy bajo para su orgullo; y también ha puesto muy en duda la lealtad y motivación de los Primigenios.
» Si los Dioses son lo suficientemente inteligentes, no confiarán de nuevo en ellos hasta que estén seguros que lucharán a favor suyo; de lo contrario, tendrían que buscar 2 Dioses que ocupen sus lugares. Aunque dudo mucho que encuentren a alguien lo suficientemente bueno para sustituir a un Primigenio.
Jack respiró con un tono de orgullo, mientras cambiaba una de sus manos para tocar la cabellera de Hlökk.
- Señorita, me hace feliz ver que ha llegado a una conclusión tan bien pensada mucho antes que cualquiera de nosotros.
- ¿Ah? - Hlökk volteó a ver al inglés, comenzando a arder en ira - ¿¡Qué es lo que quieres decirme con eso, niño!?
- Y volvemos de nuevo con tu lado tsundere - bromeó por lo bajo Hrist 'la que tiembla'.
- ¡Yo no soy así!
- Pero tiene razón Hlökk, ahora que lo estoy pensando - asintió Mist - Mandar a otro de esos Dioses a la arena después de lo que hizo Nut sería arriesgarse mucho.
- Ya deben estar completamente locos por 2 derrotas consecutivas - concordó Leonidas, con mejores ánimos que antes - Serían unos grandes idiotas si escogen a alguien que les traiga una tercera derrota.
- Con eso solo nos queda una casilla para marcar - concluyó Simo con seguridad - El cuarto peleador de los Dioses será alguien leal a los cielos.
Geir se mantuvo en silencio durante todo ese tiempo, a pesar de lo que estaban discutiendo todos ellos. Skogul se acercó a ella mientras seguían debatiendo.
- Geir, hermana... ¿Puedo hacer algo por-?
- No. No es nada... - se levantó rápidamente y comenzó a caminar a la salida de Gimlé, cuidando los vendajes que tenía en su cuerpo - Lo siento chicos. Necesito un tiempo a solas.
- ¿Geir?
Leonidas se puso de pie y siguió a la valkiria, pero ella en cuanto sintió su presencia se dio la vuelta y con su mano extendida detuvo al espartano.
- Geir, déjame ayudar-
- Por favor, no - la valkiria negó, con una súplica en palabras y en su mirada - No Leonidas.
El rey griego se quedó de pie muy sorprendido; hace mucho tiempo que no había visto ese rostro en su pequeña valkiria. Detrás de ambos, Jack también pudo percibir con su ojo que la pequeña sentía esas emociones de manera auténtica por primera vez en muchos años; en su mente, esa imagen de colores se quedó a la par con sus actos realizados en el primer Ragnarok.
Geir se dio la vuelta y volvió a caminar sola por su cuenta, hasta salir de Gimlé y después de Ábaton, como la mirada baja y muy decaída. Los demás presentes se quedaron en silencio hasta después que desapareció por la salida.
- Tenemos que ayudarla - Hrist 'la que tiembla' intervino de inmediato - Geir está cargando con cosas con las que no debería estar lidiando.
- Definitivamente. - concordó Skogul - Sigo sin entender porque quiere hacer todo sola. Desde que llegamos, le dejamos en claro que cuenta con nosotras, y sin embargo...
- Es solo que nuestra pequeña Geir ya no quiere ser la pequeña - habló Mist con los brazos cruzados - Quiere cumplir con el perfil de Brunhilde para hacer todo lo que le encargó.
- ¿¡Por qué rayos Brunhilde le dejó todo a ella!? - Hlökk bufó por lo bajo - Me hubiera gustado ser la líder de las valkirias, por ejemplo.
- No creo que le quede muy bien, señorita.
- ¿¡Qué quieres decir, niño!?
- Ni siquiera Brunhilde misma era capaz de hacerlo. Geir se esfuerza demasiado, pero... no debería. - habló por lo bajo Hrist. Sasaki le tomó la mano a su valkiria.
- Hace lo mejor que puede. Y quiere estar a la altura.
Nostradamus suspiró largamente, mientras estiraba sus manos y piernas.
- Supongo que estaremos un buen rato sin hacer nada más... ¿Qué les parece si repasamos las opciones para el siguiente luchador de la humanidad?
- Tú... ¡Pequeño diablo! - Hrist 'la que ruge' se hizo presente de inmediato - Sabes quién será el siguiente Dios, ¿No es así?
- Aunque sea el profeta del siglo, incluso tengo mis propios límites.
- ¿¡Sabes quién será el siguiente o no!?
- ¡Dejemos de lado quien será el peleador de los Dioses! ¡Y mejor pensemos en quien será el peleador de la humanidad! ¡Se supone que somos humanos, ¿no?!
...
Audumbla caminaba a paso lento por uno de los pasillos del estadio; por su parte, Nut reposaba acostada sobre el cuerpo de la vaca, con gesto sereno y vacío. Ambas estaban en profundo silencio, hasta que la Diosa egipcia suspiró y de un salto se puso de pie en el suelo.
Audumbla lanzó un mugido de preocupación al instante, pero Nut le respondió con una negativa.
- No, no es necesario. Ya te lo había dicho. Puedo-
Las piernas de la egipcia flaquearon y cayó, pero Audumbla interpuso su cabeza de forma que la Diosa pudo agarrarse de ella y evitar llegar al suelo. Nut suspiró con enojo.
Antes de poder decir algo más, levantó su mirada y pudo ver un numeroso grupo de personas acercarse a ellas desde la distancia; los ojos de la Diosa se fijaron como una eternidad en ellos y pudo saber sus identidades... Las cuales no eran de su agrado.
- Malditos... Dioses...
El grupo era un selecto grupo de los Dioses más importantes del consejo del Valhalla: al frente, Zeus acompañado de sus hijos Atenea y Hermes; detrás, Thor con Syf y Forseti, y finalmente Osiris e Isis en la retaguardia. El primero en hablar fue el mismo Padre del Cosmos.
- ¡Nuuuuut-chan~ ♡!
- Tenemos que hablar contigo - Thor acompañó las palabras del griego con firmeza.
La Diosa respiró, y en cuanto ambos lados estuvieron a un metro de separación, Nut se soltó de la cabeza de Audumbla para mantenerse de pie por su cuenta. Miró a todos los Dioses con seriedad, sin hablar ni responder ante ellos: a simple vista sus ojos eran indiferentes, pero el dorado de sus pupilas no emitía ninguna sentimiento agradable.
Zeus no esperó más y comenzó a dar pasos lentos hacia Nut.
- Parece que tenemos un malentendido, en lo que respecta al final de esta pelea tuya. Tú comenzaste a pelear estando a favor de los Dioses, de nuestra raza, pero tal parece que ha habido una confusión poco antes de llegar a la conclusión-
Nut bufó en voz alta, callando a Zeus de inmediato. Entonces dio su declaración.
- No es así. Mi punto de victoria es para la humanidad.
- Nut-sama... - Hermes se involucró esta vez - Eso no puede ser posible. Usted no es una humana, por lo que no puede ser una representante de la humanidad, además de que esto viola las normas de nuestro acuerdo.
Nut se quedó en silencio un segundo, antes de hacerles una pregunta.
- Díganme... ¿Qué les hace pensar que merecen mi victoria?
- ¿Ah? - Atenea levantó los oídos con curiosidad.
- Hace mil años, perdieron ante los mortales que crearon en este torneo. Ahora, han conseguido un primer empate tan rápido con solo 2 peleas. Y por si fuera poco, han manchado su divinidad cuando aceptaron que esa humana cambiara su bando para ser su representante. No merecen mi victoria.
- Nunca ocurrió eso que dice - aclaró Thor de inmediato - Ninguno de los Dioses aceptaron el cambio de bando para la pelea. Fue Heimdall quien lo hizo, y...
Nut giró sus ojos dorados hacia Thor.
- Ninguno lo impidió. Si realmente la hubieran querido detener, habrían intervenido más de lo que hicieron.
- ¡Que importa esa humana! Ya es historia vieja - afirmó Zeus, mientras seguía avanzando - Lo que importa es aclarar nuestra diferencia aquí y ahora.
Nut se cruzó de brazos inmediatamente.
- No hay más diferencia que discutir que su poca divinidad. Estando de pie ante mi, pidiendo ayuda en este estúpido torneo... Un verdadero Dios no necesita ayuda ni necesita pedirla.
- ¡Lo mismo que el tío Poseidón! - sonrió emocionada Atenea - ¡Eres igual de "perfecta" que mi tío!
- ¿Poseidón? - Nut abrió un poco más los ojos - ¿Acaso él si es un Dios perfecto? ¿En dónde está? Tal vez sea alguien con quien merezca la pena discutir...
Los presentes se quedaron en silencio, y fue Atenea quien volvió a hablar, esta vez soltando otro de sus típicos comentarios poco adecuados por la situación.
- ¡Llegaste mil años tarde! ¡Se murió!
- ¡Atenea! - Hermes le regañó por lo bajo.
Nut se sorprendió en gran manera por la respuesta, y lo único que pudo hacer al respecto fue... reírse.
- ¿Me están jodiendo? ¿El único Dios con el que quisiera discutir y está muerto por uno de esos humanos? ¿Son tan estúpidos para pensar que me harían cambiar de opinión con esta mediocridad?
- M-Madre...
Isis y Osiris se acercaron rápidamente al frente, y eso sorprendió aún más a Nut. Sus ojos se abrieron más que antes, mucho más, y su risa se calló de inmediato, mientras los 2 Dioses hablaron un tanto desesperados y con súplica.
- ¡Por favor, madre!
- Esa maldita ya está muerta. Tú lo hiciste para traer la victoria que el Cielo de Dioses debe tener.
- Madre, ya no tienes que fingir estar en contra de los Dioses... ¡Ya puedes estar a nuestro favor, de nuevo!
- ¡Declara que tu victoria será a favor de nosotros! ¡Es lo único que te pedimos!
Nut tuvo un conflicto interno de emociones al momento.
En lo más fondo de su corazón salió un sentimiento acongojado de preocupación y ansiedad al escuchar a 2 de sus hijos hablar de una manera tan triste; la voz de su cabeza volvió a susurrar "Mentirosa" desde lo más profundo, al mismo tiempo que sus recuerdos de Cleopatra hablando sobre sus hijos mientras luchaban y los gritos de Selene al finalizar la pelea le golpearon.
Su interior tembló con miedo y confusión.
« M-Mis hijos… Ellos son hijos hijos... tan crecidos y... »
Movió su cabeza levemente hacia abajo, con lo cual su melena capilar ocultó su mirada. Quiso moverse para limpiar sus ojos que querían llorar, pero no se podía mostrar de esa forma ante ellos.
Sacudió un poco su cabeza, y levantó su mirada de nuevo para mirar a los Dioses egipcios con ojos de...
- Los Dioses no suplican. Si se rebajan a ese nivel, no tienen derecho a llamarse Dioses... y mucho menos mis hijos. No puedo creer que sean tan mediocres.
Ojos de rechazo.
Isis y Osiris se quedaron en blanco, sorprendidos y atónitos con la declaración de su propia madre.
Nut volvió a prestar atención al anciano griego que ahora estaba de pie a 30 centímetros de ella. Con ambos brazos detrás de su espalda y ese rostro arrugado, sus cuencas oscuras se iluminación con una pequeña iris dorada que fijo directamente en las pupilas doradas de Nut.
- Lo siento, Nut. Pero no estoy dispuesto a aceptar esta situación.
Nut no se permitió intimidar, y levantó la mirada sobre el Dios aun cuando ya era más alta que él.
- ¿Y bien? ¿Qué harás, griego? ¿Pretendes hacerme cambiar de opinión?
- Si es necesario, es lo que haré. Nut, bóveda celeste.
- Tan solo... inténtalo...
El cuerpo de Zeus emitió un aura asesina y algunos de sus músculos empezaron que salirse de sus límites de manera casi sutil, mientras que Nut emitió también un aura oscura y en sus ojos brilló la bóveda celeste de manera casi sutil.
Ninguno tenía miedo, y ambos se estaban preparando para lo que sea que fuera a ocurrir. Y fue un movimiento por que determinó ese final.
Audumbla se acercó y con su hocico empujó a Zeus para que se hiciera a un lado, consiguiendo de manera efectiva e inmediata su cometido. Los otros Dioses se sorprendieron mucho, incluido Zeus, mientras que Atenea casi soltó una risa a pesar de la situación. Audumbla dirigió su mirada al griego y le lanzó un mugido de molestia.
- ¿Qué? ¿Qué fue eso?
Nut bufó por lo bajo, y avanzó lentamente por el camino abierto por la vaca.
- Ella dice que te muevas. Tengo que ir a descansar.
Nut continuó y Audumbla le siguió el paso, ambas con lentitud. Zeus no intentó detenerlas, porque le sorprendía la idea de que esa vaca fuera una Diosa y de que Nut la haya entendido.
Atenea y Hermes tampoco quisieron hacer resistencia y ambos se abrieron paso por voluntad propia para dejar pasar a ambas. En el caso de Isis y Osiris no fue tan difícil: ambos estaban helados por las palabras de Nut, por lo que pasaron entre ellos sin que pusieran resistencia de ningún tipo.
El último obstáculo fue Thor, quien no se movió. Nut se quedó quieta delante de él y levantó la mirada para verlo a los ojos, el mismo tipo del que ella tenía. Syf permanecía a su lado con cara seria, mientras que Forseti estaba detrás del Berserker; desde su posición alcanzó a hablar contra la egipcia.
- No podemos permitir que esto se quede así, Nut-sa-
No continuó hablando porque la egipcia bajó la mirada para ver a Forseti con ojos que le infundieron pánico de inmediato por lo cual regreso a estar detrás del nórdico, y luego ella regresó a conectar mirada con el Berserker.
Después de un rato, Thor puso una mano sobre el hombro de su esposa.
- Hagámonos a un lado.
- ¿¡Eh!? - Syf se sorprendió bastante - ¿¡Pero cariño-!?
- ¡Thor-sama eso no es-!
- Nut-sama - Thor habló con mucho respeto y cuidado - Ahora mismo ya no es buen momento. Me gustaría hablar con usted en privado después de que haya descansado.
Nut se quedó en silencio unos momentos, cambiando su semblante por uno más tranquilo. Finalmente asintió con la cabeza.
- De acuerdo.
Thor y los 2 nórdicos se hicieron a un lado, y Nut con Audumbla siguieron caminando, y cuando estuvieron a una distancia de unos 3 metros, Nut se detuvo dándole la espalda a ese grupo, mientras que con una de sus manos tomaba el cuello de Audumbla para no caer al suelo.
- Zeus... Te voy a dar una advertencia para la próxima vez que quieras interponerte en mi camino.
Giró su cabeza para mirar de reojo al anciano griego, mostrando un sentimiento de desprecio que por primera vez era tan que podría cometer una locura en ese mismo momento; ni siquiera Cleopatra había logrado que soltara un sentimiento tan insano.
- Tu padre, Cronos, era la mierda bajo mis pies.
Dicho eso, Nut regresó al frente y siguió caminando con Audumbla, apoyándose de ella para seguir avanzando. El grupo de Dioses se quedaron en silencio, llenos de confusión y miedo; cuando las Diosas se periferia a la vista, la primera en reaccionar fue Atenea que se desplomó en el suelo estrepitosamente.
- ¡Por fin se fue! - Atenea soltó un sarcástico suspiro agotador - Tanto tiempo sin tener una silla le hace daño a mis nalguitas~
- M-Madre... - Isis también se desplomó, aunque su sentimiento era más sincero; Osiris se arrodilló para apoyar a su hermana y esposa.
Zeus mantuvo la mirada muy seria y su interior se sintió molesto en gran manera; sus piernas crecieron en musculatura y destruyeron parte del pasillo donde estaban.
- Estamos en una situación nada agradable... Tenemos la primera desventaja en el Ragnarok.
- Debemos ser muy cuidadosos para la siguiente batalla - comentó Hermes, sacando su teléfono para revisar la lista de luchadores - Ya de por sí no estoy a gusto con este final. No podemos permitirnos tener una tercera derrota consecutiva.
- ¡Un nuevo tema que discutir! ¡Qué bien ♡! - Atenea se puso de pie y se asomó al teléfono de su hermano mayor - ¡Vamos, vamos! ¡Muéstrame a los candidatos!
- No será otro Primigenio, por el momento - habló Thor, acercándose a los griegos - Quisiera hablar con Nut-sama primero, antes de pensar en escoger a alguien más de su grupo.
- ¿¡"Nut-sama"!? - Syf y Forseti seguían sorprendidos por la forma respetuosa con que se le dirigía Thor.
- Como siempre tan respetuoso, Thor-chan... - sonrió Atenea coquetamente - ¡Lástima que Syf-chan te consiguió primero!
- ¡Hey! - La Diosa instintivamente se aferró al Berserker.
- ¡Solo bromeo! ¡Ningún pene es merecedor de mi!
- ¡Atenea! - Hermes volvió a regañar a su hermana, esta vez con más seriedad.
- ¡Ya sé, ya sé! - los ojos de Atenea brillaron con la "Conciencia de Guerra" para mirar a la lista - Primero que nada, no conviene volver a hacer eso de enviar a un Primigenio. Si nuestra tensión con ellos no fuera suficiente, Nut hizo mucha mierda en los Campos Elíseos; mi tío podría venir a cortar cabezas en cualquier momento.
- Si lo llega a hacer, al menos que sea con un marcador más limpio - asintió Hermes con la cabeza - Quedaremos mal si ve que estamos perdiendo en los Campos Elíseos.
- En efecto. Así que... nuestro siguiente peleador debe cumplir 2 cosas. Primero, que no sea tan poderoso...
- ¿¡Qué estás hablando, Atenea!? - intervino Forseti - ¡Eso es una locura!
- ¡Una locura es enviar a alguien que hará más mierda en casa prestada, pequeño idiota! - exclamó enojada Atenea, para después prestar atención a la lista - Debemos enviar a alguien que no sea tan poderoso para destruir el coliseo, pero lo suficiente para conseguir una victoria rápida y que tío Hades no vea nuestro desastre. Eso es lo primero que debemos considerar.
- ¿Y la segunda cosa? - preguntó Syf con curiosidad.
- La segunda cosa, la más obvia con esta situación, es que sea un luchador leal a los Cielos. Así que debe odiar a la humanidad lo suficiente para que por ningún motivo quiera estar de su lado... Y...
Los ojos de Atenea brillaron con emoción ante un par de nombres, los cuales señaló con su mano extendida.
- ¡Ya los tengo! ¿Qué te parecen estos... onii-chan?
- Primero, no me vuelvas a llamar así. Segundo... - Hermes se fijo en dichos nombres con interés - Tus opciones son muy buenas. Me gusta cómo piensas.
- ¿Por qué crees que soy la Diosa de la sabiduría? ¡Porque soy la mejor pensando!
- Entonces, ya tenemos nuestras opciones. Solo falta ir con ellos y anunciarles nuestra decisión - Hermes se dirigió a Zeus, mientras que Atenea se acercó a los nordicos para informarles de su decisión - ¿Podemos proce-?
- Si, háganlo. - respondió Zeus de inmediato, sorprendiendo a Hermes.
- Pero ni siquiera sabe los-
- No necesito saberlos. Confío en el criterio de tu hermana: si ella los escogió, tiene toda mi aprobación - Zeus miró a Hermes por debajo de sus enormes cejas - Vayan y consigan el segundo empate.
...
La puerta se cerró en automático detrás de ella, pero decidió quedarse pegada a la entrada un poco más mientras respiraba con cansancio.
Soltó un último y profundo suspiro, para después caminar a la mesa de las ofrendas para los Einherjer caídos. Todo en la habitación estaba ordenado y limpio en su totalidad, igual que si el tercer combate nunca hubiera ocurrido: incluso la copa casi rebosante de agua para Aquiles no había derramado ni una gota.
La fotografía del semidios con ella le entristeció más todavía, pero no la detuvo de su deber. Tomó una copa de vidrio vacía, y con su mano temblorosa vertió el líquido cristalino hasta llenarlo casi al tope.
Dejó la copa en la mesa, y después como añadido depositó una flor se Egipto, una loto del Nilo, a su costado; entonces apareció el holograma de Cleopatra y ella: una fotografía donde la egipcia abrazaba a la valkiria de una manera muy amorosa, como si fuera una madre con su hija favorita en brazos.
Una vez que concluyó, puso sus manos en la orilla de la mesa para sostenerse con fuerza y no caer al suelo.
- 2 victorias para nosotros, y por fin tenemos la delantera en esta lucha. Pero... perdí a 2 de los... - negó con su cabeza - No. Perdí a 2 amigos muy queridos... ¿A qué costo hemos conseguido esto?
La valkiria sollozo nuevamente y cerró sus ojos con fuerza para tratar de no llorar, aunque obviamente no lo consiguió.
- Todo esto es mucho para mi: perdí a Aquiles y Cleopatra cuando más confiaba en ellos. No tengo el control de nada de esto por más que quiera... ¿Qué voy a hacer?
Las lágrimas empezaron a correr con fuerza en sus ojos, sintiendo nuevamente esa culpa caer sobre su pequeño cuerpo, por lo cual se dio la vuelta y abandonó la sala de inmediato, aunque se tardó por la puerta automática.
Una vez fuera, empezó a correr por el pasillo como si estuviera escapando.
« Yo los escogí. Llegue hasta aquí con la esperanza de que una pequeña valkiria como yo podría salvar a su familia y a la humanidad. Pero no es nada de lo que esperaba... ¿Por qué onee-sama? ¿Por qué me dejaste sola para esta tarea? ¿¡Por qué-!? »
Sin darse cuenta, al dar la vuelta en una esquina se golpeó fuertemente con la espalda de un hombre que pasaba por ahí. Aunque había crecido por un milenio, seguía siendo una enana con poca fuerza física que cayó estrepitosamente apenas tocó al hombre; y él por su parte casi perdió el equilibrio por cargar un montón de cajas llenas de botellas de vidrio.
- ¡Oh! - Geir se dio cuenta de la situación rápidamente y se levantó en un santiamén, con los ojos cerrados por la vergüenza - ¡Perdóneme, perdóneme, perdóneme-!
- ¡Ay! Casi haces que se me caiga-
La voz masculina que apenas pudo identificar la valkiria se detuvo de inmediato, cambiando su queja por una exclamación de sorpresa.
- ¡Chamaca! ¡Eres tu!
Geir abrió los ojos y la persona frente suya le dio una gran sorpresa.
- ¡Tú! Eres... ¡Zapata!
- ¿Qué pasa, chamaca? ¿Por qué esos tan ojos rojos? ¿Quién te hizo llorar?
- ¿Esto? - Geir pasó las mangas de su chamarra para secar sus mejillas - Nada, no es por nada.
- Cualquier muchachita como tú que llora siempre tiene algo. Es algo que he aprendido muy bien en toda mi vida... Vamos, puedes contármelo chamaca.
- Jeje... - la valkiria soltó una risa - Tu manera de hablar es muy extraña, que aún no me acostumbro. Lo siento por reírme, pero-
- ¡Que importa! Si puedo hacer que tu lindo rostro sonría, no tengo problemas con que te burles un poco de mi.
- De acuerdo... - sus mejillas se ruborizaron levemente, para entonces empezar a explicar - Si, sobre lo que lloraba... Supongo que también viste el final de esta última pelea, ¿verdad?
Zapata soltó un quejido de molestia.
- ¡Ni me lo recuerdes! De tan solo recordar esa Cleopatra, se me erizan los pelos cual como de pelea.
- Si. Me golpeó más fuerte de lo que esperaba.
- No pongas cara larga chamaca. Para estamos otros 10: para hacer las cosas bien, ¿No es así? - sonrió y con una de sus manos tomó una de las cajas que cargaba para dársela a Geir - Ven conmigo chamaca. No es bueno que te quedes con todo eso aquí toda solita. Alguien podría querer cazar tu cara bonita y ahora mas fácil de atrapar.
Geir tomó la caja por inercia, pero se llevó una gran sorpresa al sentir el enorme peso que casi la tiró al suelo, y que ese hombre cargaba una gran cantidad de ellas sin ningún problema.
- ¿Eh? ¿¡Qué es esto!?
- ¡Tequila, chelas, y otras cosas raras que me dieron!
- ¿¡Qué haces con esto!? - Geir cambió de tema mientras extendía la caja al hombre - Lo siento, pero no puedo ir contigo. Tengo que-
- ¡Desde que llegamos a este lugar, nomás te oigo decir "tengo que"! Relájate por un momento y vamos a la peda, que desde hace muchos años no tenía una tan buena.
- Pero... pero...
Zapata tomó a Geir del hombro con uno de sus brazos, de forma que no pudo escapar de ninguna forma. Y lo que más seguía sorprendiendo a Geir era que podía cargar tantas cajas con un solo brazo como si nada.
- ¡No digas más, chamaca! ¡Nada que un buen tequila recién comprado no solucionará por ti!
- ¿Todo esto lo compraste tu? - las dudas surgieron en la cabeza de Geir - ¿Con qué dinero?
- Parece que los elegidos para partir las madres de esos Dioses tienen buenos privilegios... Pero, por si las moscas, todo lo encargue a tu nombre. Espero que me perdones ya que era el único que recordaba.
- ¿¡Qué!?
...
Fecha de publicación: 27 de enero del 2022
ASFD
Nota de autor: Aquí está el segundo capítulo que les prometí. Creo que ya tienen una idea de lo que se viene, ¿no es así, queridos lectores?
A pesar de este relleno, anímense UwU. Si todo sale bien, en la siguiente publicación tendremos nuevamente capítulo doble y por fin la presentación de la cuarta pelea, con la confirmación de los cuartos luchadores y muchas sorpresas por detrás.
La publicación de capítulos será retornará como lo hemos hecho de 21 días, así que anoten la fecha y esperen.
PD: Vayan de inmediato a "Noticias Ragnarok". Que hay muy buenas noticias UwU
Con esto dicho... ¡Los leo en el siguiente capítulo!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top