Capítulo 19: Armas de combate
El ambiente estaba lleno de tensión y enemistad. En las gradas el silencio era imposible; cada lado apoyaba a su peleador y comentaban entre sí con mucha emoción.
Del lado de la humanidad, se pudo notar que aceptaron mejor a Cleopatra de lo que lo hicieron con Jingū. Todos comentaban tanto del carácter que conocieron de ella, lo que la historia escribió a su favor, y sobre esa hermosa y portentosa armadura divina.
Cleopatra escuchaba todo eso, y sus labios dibujaron una sonrisa orgullo. Con sus brazos en sus costados, su guardia estaba completamente baja pero su confianza se elevaba en el cielo.
Por el lado de los Dioses, había mucho respeto y temor por la apariencia de Nut; aún cuando físicamente parecía una pequeña niña, su aura alrededor gritaba peligro. Los egipcios solo sonreían y se sentían inferiormente aliviados por tenerla a ella como su peleadora; sin embargo, de alguna forma parecía que sus palabras de apoyo no fueran como de personas que la conocieron. De hecho, no sólo anunciaba peligro la pequeña Diosa, sino que también soltaba mucho misterio en el aire.
Los ojos dorados de Nut, indiferentes pero llenos de peligro y autoridad, incluso se podían ver con tanta claridad a pesar de la terrible y exageradamente abundante melena oscura que decoraba su cabeza. Igualmente ella permanecía con la guardia baja.
Lífthrasir, sentada en Geir quien había tomado asiento en su silla, miraba con mucha emoción y sorpresa.
- ¡Esto es increíble onee-sama! ¡El primer encuentro entre 2 peleadoras que se conocieron!
- Si... Debo decir que no esperaba llegar a un momento como este.
- ¿Cómo? - Lífthrasir se sorprendió - ¿No escogiste a Cleopatra?
- Teóricamente, no lo hice - explicó la valkiria - Fue Cleopatra misma quien se ofreció a pelear, y en cuanto supo que se trataba de Nut-sama tuvo más ganas.
Lífthrasir se quedó boquiabierta.
- Eso es algo muy raro onee-sama... ¡Dejar que un humano escoja a que Dios quiere matar!
Geir se sorprendió seriamente con esas palabras, inocentes pero curiosas.
- ¡Estoy emocionada! ¡Estoy emocionada! - sonrió Atenea estando a punto de saltar del sillón - ¡Nut-sama contra Cleopatra, por primera vez se pelearán 2 que se conocieron!
- Una curiosa coincidencia - comentó Hermes por lo bajo.
- Según decían las historias, esa humana era un pináculo de la belleza en sus tiempos, y ahora que la veo más de cerca... - Atenea sonrió de envidia mientras se tomaba de la barbilla - ¡Si que es muy bonita! ¡Obviamente solo por debajo de mi!
- Pero... ¡Es una lástima que tenga que pausar esto! - habló Zeus con voz divertida - Es hora de que busques a tu hermano, Atenea.
- ¿Eh? - Atenea miró a Zeus con confusión - ¿De qué hablas papi?
- Dijiste que buscarías a tu hermano... ¡Y entre más pronto lo hagas más pronto estarás aquí de vuelta!
Atenea se quedó en blanco ante las palabras de su padre, como si las estuviera pensando. Se levantó del sillón calladamente, se acercó a Hermes, y le susurró.
- Ve por Ares y te doy un dulce~
- ¡Atenea!
- ¡Si, si! ¡Ya voy, papá!
Atenea lanzó un berrinche cual niña mimada y salió del palco con pasos pesados, soltando su inconformidad. Hermes y Zeus se quedaron en silencio en su palco, mirando la arena.
La Trinidad principal de Egipto sonreían con malicia y en silencio, esperando el comienzo de la pelea. Khonsu miraba sin interés; el movimiento leve de sus pies mostraba la impaciencia que sentía por dentro de sí.
« Espero que Hathor se apresure a llegar aquí... » pensó el Dios halcón para su mismo « Sé lo que está pasando, pero... Esto es más importante... »
Cleopatra sonrió y extendió sus manos a los costados. En ambos surgieron una luz dorada que brilló muy leve, como si fueran un pequeño par de lámparas a sus costados. En cuanto dejaron dejar brillar, aparecieron sus armas de combate.
En el lado derecho, un martillo grande y masivo de color dorado como oxidado, y en el lado izquierdo, un gran escudo romano. Sin embargo, aun con esas aún más, volvió a bajar sus brazos sin dudar.
Nut, por su parte, miró las armas en silencio, sin hacer nada.
Los espectadores se sorprendieron por las armas que había creado Cleopatra; y mientras los humanos se sintieron más aliviados y orgullosos que antes, los Dioses se mostraron seriamente inconformes.
Shiva miró con algo de enojo a Cleopatra.
- Además de una armadura de cuerpo completo... ¿También quiere usar armas?
- ¿No es eso exagerado? - preguntó Rudra, sentado junto a su amigo aunque bastante alejado debido a la presencia de las esposas de Shiva. Pero, sin quedarse solo en su sitio, Lakshmi estaba de pie en silencio detrás del asiento de Rudra.
- ¿Querido, crees que...? - Parvati se acercó temerosa a Shiva - ¿Nut-sama está en desventaja?
Shiva volvió a mirar la arena, enfocando su mirada en la mujer de colores oscuros, lo mismo que Rudra.
- ... Si lo que dicen de ella es verdad... - habló el Dios de las tormentas - Todas esas armas apenas le tocarán los cabellos.
- Será como ver el Martillo de Thor golpear a ese humano hace mil años - respondió el Dios de la destrucción - Pero... veremos qué pasa.
Heimdall vio ambos lados de la arena y levantó su Gjallarhorn, listo para hablar con él.
- Muy bien, damas y caballeros - descendió su mano con rapidez - ¡¡Que comience la tercera pelea del Ragnarok!!
Ni siquiera había terminado de hablar el nórdico cuando Cleopatra cambió su postura a una defensiva, y dando un salto hacia el frente se lanzó al ataque, tomando su escudo al frente y preparando su martillo para golpear; y a pesar de la apariencia tosca y exagerada de su armadura la humana mostró mucha facilidad para moverse.
- ¿¡Ehhhh!? - Heimdall se asustó mucho al ver a la egipcia pasar frente a él por centímetros - ¡¿Cleopatra ataca a Nut sin pensar?!
Lífthrasir soltó un grito de emoción, mientras que Geir solo abría un poco más sus ojos como respuesta.
- ¡Jo jo! - Zeus soltó una risa interesada - ¡De lo que se va a perder tu hermana!
La humana llegó hasta menos de medio metro de la Diosa, y clavando uno de sus pies en el suelo dio un giro para atacar con el martillo.
El martillo recorrió todo el camino hacia la cara de la Diosa, quien en ningún momento se inmutó siquiera. Pero, en cuanto el arma estuvo a escasos centímetros, eso cambió: como si el tiempo mismo le diera una oportunidad al detenerse, Nut dio un par de pasos hacia atrás y giró su cuerpo con elegancia y lentitud, de manera que con limpieza consiguió esquivar el golpe.
Cleopatra, aprovechando el impulso que llevaba, dio un segundo golpe con el arma, pero Nut volvió a esquivarlo con serenidad. En la tercera ocasión, despegó su pie del suelo y se arrojó con su escudo como si estuviera embistiendo cual toro enfurecido; pero por tercera vez Nut salió ilesa, dando un par de saltos pequeños y girando nuevamente.
Debido a la gran fuerza que usó, Cleopatra siguió de largo un par de metros, para lo cual clavó la punta del escudo y la punta de sus pies para frenar su avance en seco.
- ¡¡Qué gran comienzo!! ¡Cleopatra atacó primero en cuanto sonó la campana, y Nut-sama esquivó todos lo que le lanzó! ¡No una, ni dos, sino tres veces seguidas!
- ¡Muy bien! - sonrió Cleopatra, sacando el escudo y sus pies del suelo para ponerse a la defensiva - Eres genial, "Nut-sama". No esperaba que esa cara amargada que tienes fuera así de ágil.
La Diosa Nut se quedó en silencio, sin pronunciar palabra alguna, pero mostrando la misma mirada seria y asesina que tuvo desde el inicio. En las gradas las opiniones se dividieron rápidamente.
Del lado de los humanos, muchos historiadores e investigadores comenzaron a tomar notas en sus libretas sobre la velocidad y fuerza de Cleopatra VII y muchos comentaron de forma objetiva y profesional sobre esos 3 golpes.
Los Dioses se sorprendieron seriamente; muchos no podían procesar lo que acababa de ocurrir debido acababa la velocidad, y otros se molestaron por la forma en son que habló a Cleopatra con tanta simplicidad.
- ¡Esto es sorprendente! - sonrió Lífthrasir - ¡Con esa velocidad y fuerza, no tengo más dudas! ¡Cleopatra podría luchar contra el mismísimo Zeus!
Geir soltó una risa coqueta ante la afirmación inocente de su hermana menor. Con una de sus manos acarició el cabello de Lífthrasir mientras suspiraba.
- Ya lo veremos...
...
Sentada en las orillas de una fuente, situada en un precioso jardín de flores y arbustos florales de los Campos Elíseos. Ahí era donde reposaba la Décimo cuarta hermana valkiria y mayor de las mellizas: Líf.
La niña movía sus pies colgantes al frente y hacia atrás una y otra vez, mostrando cierto enojo en sus movimientos y especialmente en su cara.
- Lífthrasir no sabe lo que dice... - se dijo a si misma otra vez, mientras repasaba su discusión con su menor otra vez - Sigue creyendo que Jingū es superior a Sasaki... ¡Pero está equivocada!
La niña dejo de moverse y se volteó; usando un gran esfuerzo físico, se incorporó sobre la orilla de la fuente y comenzó a caminar sobre la misma mientras hablaba y se fijaba de no carne por un lado.
- Jingū Kougou no tuvo ni la mitad de cosas que tuvo Sasaki Kojiro. En primer lugar, ella nunca perdió en su vida... ¡Conquistó Corea, y probablemente le ganó a muchos enemigos durante esa invasión! Ella peleó tanto y ganó siempre, por lo que no sabe como perder - estaba a punto de seguir, pero su siguiente conclusión le hizo ahogarse con su saliva - E-Es... igual que... con Poseidón...
» O-Otra cosa fueron sus 400 años... ¡Sasaki Kojiro entrenó durante 400 años tras morir, lo que le dio una ventaja para derrotar a Poseidón! Y por si fuera poco, tuvo otros mil años más para seguir entrenando. Mientras que Jingū solo entrenó una... - Líf hizo cuentas en su cabeza, y llegar a su conclusión le pareció aterrador y desalentador - U-Una noche...
- P-Pero lo más importante f-fue que... que... ¡Oh si, la bendición de los Dioses! Jingū ya de por si traía esa leyenda de ser la bendecida de los cielos, lo cual le permitió ver los ataques de Sobek y atacarlo como su igual. Pero sin eso, si ella hubiera peleado con su propia fuerza... ¡Definitivamente no hubiera podido! ¡Y de ser ese el caso...!
Líf iba a continuar, pero su mente llegó a la tercera conclusión que la deprimió.
- En ese caso... Jingū hubiera perdido su combate...
La niña volvió a sentarse en la orilla, poniendo sus manos sobre sus rodillas para apoyar su barbilla.
- Jingū estuvo en peligro todo el tiempo, y de acuerdo con Kojiro-san, pudo haber muerto unas 100 veces. Y ella pudo ganar... por él. Sin el ejemplo ni experiencia del primer ganador del primer Ragnarok, no habríamos tenido a una primera ganadora para el segundo Ragnarok...
Se quedó pensando todo ello, cuando de repente escuchó unos pasos pesados que parecían acercarse a la fuente. Se puso alerta y de pie en un santiamén.
- ¿¡Qué es eso!? - su inocente y joven espíritu aventurero la atacó de inmediato, y su imaginación echó a volar al instante - ¿Será posible? ¿En esta fuente habrá otro enfrentamiento entre Dioses para descubrir quién es el impostor?
Líf cerró ambos puños y tomó una postura ofensiva.
- ¡Que vengan, yo puedo sola contra todos! ¡Los destruiré mucho antes de que interrumpan Zeus-sama o Thor-sama!
La valkiria menor siguió escuchando cómo los pasos iban aumentando en volumen, indicando que más y más se acercaba aquel sujeto o aquellos. Y mientras más lo escuchaba y sentía, más nervios comenzaban a entrar en ella.
De repente, soltó un grito seco para si misma.
- ¡Ahhh! ¡Me van a matar si me descubren!
Sin tiempo que perder, la pequeña valkiria saltó de la fuente y se arrojó hacia debajo de la misma, haciéndose como una bonita para evitar que la vieran.
Estando ahí abajo, escuchó y vio como un único ser entraba a dicha zona de la fuente; por la apariencia de sus piernas y de sus pies descalzos con un par de sandalias, la valkiria dedujo que se trataba de algún Dios griego.
Dio un par de vueltas en el jardín, y finalmente se sentó cerca de donde estaba Líf. La menor se quedó quieta y en silencio, esperando que quien sea el griego de afuera se fuera de allí para que pudiera salir.
Pero, los minutos avanzaban más y más, de forma que antes de darse cuenta, la valkiria estaba aburrida en el suelo.
- Ya quiero salir - susurró para si misma - Pero este tipo no se va. Y... por lo que veo, no parece ser ofensivo, así que... - volteó de un lado a otro para confirmar, en su muy limitado campo de visión, que no había nadie más ahí.
Con esa confirmación, procedió a arrastrarse en el suelo como militar, tratando lo más posible de ser silenciosa para que no la oyera el otro sujeto.
Una vez que salió de debajo de la fuente, lejos del otro tipo, se levantó y comenzó a caminar de puntitos para hacer el menor ruido posible. Pero, estando cerca de la salida del jardín, un pensamiento curioso le invadió su mente.
- Bueno... Debería al menos saber de quién se trataba.
Giró su cabeza hacia atrás y se encontró a una figura divina que no esperaba encontrar. Aquel que estaba sentado en la fuente era Ares, el Dios griego de la guerra.
- ¡Es Ares! - susurró dicho grito para si misma - ¡Si me ve aquí, no sé qué tantas cosas podría hacer ese Dios de la guerra! ¡Debo huir de inmediato!
La niña se volteó y dirigió nuevamente su atención hacia la salida, agilizando sus pequeños pies para escapar de una vez. Pero, un par de palabras cabizbajas le llamaron la atención.
- Esa Atenea...
- ¿Huh?
La valkiria se detuvo, en un sitio cercano a la salida y dónde al parecer el Dios no podía verla, y se permaneció en silencio escuchando más. Ares, por su parte, mirando el suelo mientras respiraba con mal humor.
- Esa tonta de Atenea... - volvió a hablar el griego - Siempre tiene que ser así...
- ¿Hmmm?
Líf cambió su postura, y comenzó a prestar toda su atención a esa conversación que se estaba dando.
...
- ¡Después de este repentino ataque, ¿Qué ocurrirá?! ¿¡Nut será la siguiente en lanzar golpes!?
Muchos historiadores e investigadores se fijaban en todo momento en lo que ocurría en la arena. Pero, en otra sección del estadio, había unos cuantos grupos de personas que conocían íntimamente a la representantede la humanidad, por lo que sus gritos de apoyo llevaban mejores sentimientos.
- ¡Vamos Cleopatra! ¡Tú puedes!
Uno de los más interesados en gritar era Marco Antonio, político importante poco antes de la formación del imperio Romano, y también conocido como amante de la faraona. El romano, puesto de pie, aplaudía y gritaba con gran emoción para apoyar a la mujer; y junto a él, se encontraban un par de jóvenes.
- ¡Ya basta, padre! Se siente vergonzoso.
- ¡Que hagas tanto ruido por ella!
Ambos eran Alejandro Helios y Cleopatra Selene II, hijos mellizos de la relación entre los 2 gobernantes.
- ¡Ustedes también deberían apoyar a su madre! ¡Vamos, alcen sus voces!
- ¡Ya, padre!
Más alejado de ese pequeño grupo, había otro muchacho un poco más joven: Cesarión, también conocido como Ptolomeo XV, hijo entre Cleopatra y Julio César, gobernador romano. Ese joven no gritaba para evitar llamar la atención, pero su apoyo era incondicional.
- Vamos madre... ¡Tú puedes ganar! No pudiste tener a todo el mundo en tus manos... ¡Claramente es culpa de estos malditos Dioses! ¡Es tiempo de que acabes con uno de ellos!
La gente que fue inspirada directa e indirectamente por la mujer gritaban con todas sus fuerzas, mientras que muchos otros miraban en seriedad y silencio para analizar el combate. Pero todos estaban de acuerdo en que querían ver pelear a Cleopatra.
Ella movió su martillo dándole unas par de vueltas, como si estuviera jugando.
- Bien... - sonrió con soberbia hacia la Diosa - ¿Harás algo... o nos quedaremos así?
Los Dioses se sorprendieron bastante con sus palabras ligeras, y muchos de ellos se molestaron en gran manera; especialmente los egipcios que conocieron a esa mujer.
- ¿¡Qué le pasa!?
- ¿¡Cómo se atreve!?
- ¡Está hablando... con Nut-sama!
- ¡Debería tener más respeto!
La Trinidad principal de Egipto se sintieron muy molestos igual que todos. Pero, la confianza arrogante que destilaban no cambió en lo más mínimo.
- Puedes decir todo lo que quieras, humana... - habló Horus con soberbia.
- Está haciendo bien en aprovechar el tiempo que tiene en la arena para hablar lo que quiera... - concordó Osiris. Isis sonrió con malicia.
- Después de esto, no quedará nada de ella...
Nut se mantuvo en silencio, mirando indiferente a Cleopatra. Después de un rato, la Diosa respiró profundo e hizo su primer movimiento: levantar sus brazos hacia el cielo.
- ¡Nut está a punto de hacer su primer movimiento en la arena!
La Diosa permaneció con los brazos extendidos unos segundos, con su mirada atenta en todo momento a Cleopatra. La humana, por su parte, prefirió bajar la guardia y contemplar lo que haría su rival.
Los mechones de cabello de Nut se movieron como si fueran arrastrados ligeramente por el viento, y el cielo comenzó comenzó a llenarse de nubes oscuras. La humana levantó su vista y, sin miedo ni temblor, siguió contemplando.
Unos segundos más tarde, de las nubes brotaron luces blancas, amarillas y celestes en forma de pequeñas esferas que descendieron del cielo hasta llegar a la altura de Nut, rodeándola completamente.
- ¿Oh?
- ¿Qué son estas luces?
En cuanto todas las esferas bajaron, en total un poco más de 10, Nut descendió ambos brazos y su mano derecha apuntó a Cleopatra. Hizo un movimiento de dedos y de inmediato una esfera salió volando a gran velocidad hacia la humana.
Cleopatra apenas pudo reaccionar. Puso su escudo al frente para defenderse de esa pequeña esfera, y de inmediato colisionó la luz con su defensa.
En cuanto chocaron, la esfera detonó como si fuera una bomba, y generó una explosión no tan fuerte pero bastante luminosa, la cual al mismo tiempo que dejaba a todos los presentes arrojaba a Cleopatra por los aires.
La humana voló hasta chocar con las paredes de la arena al otro lado, levantando una gran cantidad de humo y tierra. Heimdall gritó muy sorprendido.
- ¡I-Impresionante! ¡El primer ataque de Nut fue una explosión que ha arrojado a su rival!
- ¡Ahhhhh! ¡Eso fue muy malo!
Mienrras que Lífthrasir se emocionaba más y más, Geir guardaba silencio, aunque sus expresiones se veían claramente sus emociones; también estaba muy sorprendida dicha explosión. Pero, su mente no estaba del todo impactada.
« Después de todo, se trata de Nut-sama. La madre de los Dioses de Egipto. »
El humo se disipó lentamente, hasta dejar ver el estado de la humana: ella estaba ligeramente enterrada en la pared de la arena, y al parecer tanto la explosión como el choque la habían dejado inconsciente.
En las gradas de la humanidad, sus ánimos anteriores desaparecieron de inmediato y rápidamente la preocupación inundó a todos en las gradas humanas, incluyendo a sus amantes e hijos.
Por otro lado, los Dioses recuperaron su confianza viendo como únicamente un ataque había hecho semejante daño. Nut los escuchaba, pero para ella era mucho más fácil ignorarlos.
Entre los que se dejaban consumir por el orgullo, estaba la Trinidad principal de Egipto; y, 2 de entre esos Dioses eran justamente hijos de Nut: Isis y Osiris.
- ¡Ese movimiento es... Las estrellas de Nut!
- Si no mal recuerdo... puede usar las estrellas del cielo a voluntad para crear o destruir. Nunca lo había visto antes...
- Ninguno de nosotros.
- Y solamente hemos visto un fragmento de ese poder... - sonrió Isis con cierta malicia - Pero nuestra madre, Nut-sama, es un vacío imposible de sondear... Ni siquiera nosotros sabemos hasta donde termina su profundidad.
Los Dioses hindúes se sorprendieron mucho, especialmente las 3 esposas de Shiva. Lakshmi tembló ligeramente con notoria sorpresa, y se acercó levemente a Rudra.
- ¿Señor Rudra?
- ¡! - Rudra se asustó al oír la voz tan leve y tan de repente de la Diosa.
- ¡¿Eh!? ¿¡Le asusté!?
- ¡No, no! - se excusó el Dios de las tormentas - Para nada.
- Me alegro, señor Rudra.
- ¿Qué pasa Lakshmi? ¿Quieres decirme algo?
- ¡Es que...! - la Diosa se miró las manos - No, no es nada. Es una simple tontería...
- No creo que sea una tontería. Vamos, dime...
Lakshmi tembló de nervios y decidió hablar
- Solo quiera preguntarle... sobre ese increíble poder que tiene Nut-sama. Si es tan poderosa ella... ¿Cree que Deví-sama sea así de poderosa?
Rudra se quedó en silencio unos segundos.
- Puede ser... - respondió al fin - Habrá que esperar a que pelee...
Nut miró el cuerpo de Cleopatra clavado en la pared, y con indiferencia levantó ahora su mano izquierda, con lo cual dirigió otra esfera blanca hacia ella.
- ¡Nut vuelve a atacar contra Cleopatra! - exclamó el nórdico sorprendido - ¡Sin mostrar piedad, piensa acabar esta batalla de inmediato!
- ¡Amoooor! - Marco Antonio se preocupó bastante.
Por otra parte, Lífthrasir apretó los puños con una sonrisa.
- No hay problema... ¡Para eso es la armadura de Cleopatra! ¡Podrá resistir otro ataque!
Geir recordó lo que había hablado minutos atrás ella y Cleopatra con Brökk y Eitri sobre la armadura si vinagre que estaba usando. Se sintió levemente preocupada por la situación.
« Si no mal recuerdo, esa armadura en especifico es más como un prototipo... ¿Podrá aguantar todos los ataques de Nut? Aun con todo lo que dijeron ese par... No estoy segura... »
La esfera blanca voló por la arena hasta llegar a Cleopatra, mientras la humanidad veía como fugazmente desaparecía su esperanza.
Pero, justamente estando a menos de medio metro de la peleadora, de repente la esfera fue redireccionada hacia un costado, explotando lejos de su objetivo y levantando polvo cegador. Todos se quedaron bastante sorprendidos.
- ¿¡Eh!?
- ¿¡Qué!? ¡¡La esfera de Nut salió volando en un cambio de dirección repentino!! - Heimdall fijo su vista en el humo que de levantó, y se dio cuenta de la verdad - ¡No! ¡No es eso! ¡En realidad, Cleopatra desvío el ataque!
El poco humo se dispersó y se pudo ver la escena de la que se refería Heimdall: Cleopatra de pie, ya fuera de la muralla, y con su martillo en su mano; por la postura de la mujer se podía deducir que había desviado la esfera mediante un golpe de su arma. Lo más increíble era su estado físico: su armadura no había recibido ni un solo rasguño, mientras que su cuerpo no sostenía ninguna herida seria.
Todos en las gradas se emocionaron al ver la escena. La humanidad volvió a su sorpresa positiva, mientras que los Dioses se asustaron.
- ¡Esa es mi mujer! - sin dudarlo, Marco Antonio soltó un fuerte silbido de apoyo.
- ¡Padre!
Los demás humanos tampoco se dejaban contener.
- ¡Impresionante!
- ¡Esa es Cleopatra!
- ¡Tú puedes!
La Trinidad principal quedaron boquiabiertos ante aquella respuesta de la humana. Zeus, por su parte soltó una risa divertida aunque se podía notar sorpresa por el contraataque.
- ¡No me esperaba eso!
- Yo tampoco. Parece que esta pelea no será tan fácil para Nut-sama.
Cleopatra levantó su martillo y lo dirigió al otro costado junto a ella. Sonrió con arrogancia, mostrando un diminuto y casi invisible hilo de sangre que se escapaba de sus labios.
- Eso me dolió, ¿Eh?... - sus ojos se posaron en Nut con indiscreción - Tendrás que pagármelo, ¿Lo sabes?
Nut, manteniendo su expresión fría y seria, solo miró a su oponente fijamente.
- ¡¡Onee-sama!! ¡¡Eso es una locura!!
Lífthrasir saltó de la emoción y Geir la sostuvo con un poco más de fuerza para evitar que le pasare daño.
- ¡Esa armadura le ha permitido moverse a gran velocidad, ágil para los ataques, y ahora resistencia ante explosiones!
- Así es pequeña. Se podría decir que ese es el mejor regalo de Brökk y Eitri.
- ¿El mejor? ¿Mejor que el mismísimo Mjölnir?
- Que sea un pequeño secreto entre tu y yo - sonrió la valkiria mayor - Así es: mejor que Mjölnir.
- ¡Eso es... increíble! - Lífthrasir gritó con mucha emoción, pero rápidamente su razonamiento hizo aparición - ¡Pero cómo! ¿Cómo puede ser mejor que el Mjölnir?
- Ambos me miraron, y al mismo tiempo lo afirmaron: "¡Es mejor que el Mjölnir!"
- ¡Pero cómo puede ser! ¿Qué sabes de ella?
- Bueno... no sé muchas cosas de esa armadura. Es completamente nueva; ambos la terminaron de preparar mientras terminaban la arena. Y, como fue petición a último momento, ni siquiera la pudieron probar: tuvieron que enviar a Cleopatra con esa armadura sin probar para pelear.
- ¿Pero... si es tan nueva y ni siquiera esta probada... Cómo pudieron enviar a Cleopatra con ella?
- Ya que ella insistió en usarla en cuanto dijeron que sería mejor que el Mjölnir.
- Pero... ¿Por qué? ¿Qué tiene de novedoso y poderoso para que la usen sin probarla?
- Bueno... ¿Te gustaría escuchar todo el inventario que le pusieron?
- ¡Qué cosas dices, onee-sama! ¡Por supuesto que si!
Geir se acercó entonces para comenzar a explicarle a la menor. Sin embargo, su mente divagaba en otros asuntos que le mantenían muy preocupada.
« Aun con el sorprendente inventario de habilidades en su armadura... No estoy del todo convencida de que Cleopatra sea la oponente ideal para Nut. Aunque estoy segura que, sin saber quién sería el tercero, Cleopatra habría salido. »
Sus ojos se fijaron en las gradas de los Dioses.
« Me pregunto si el informante sabe de estas cosas. Si tiene planeado que ocurra algún combate en especial, o si quiere deshacerse de alguien... »
Se llevó una mano a la cabeza para sacudir su cabello disimuladamente, para que Lífthrasir no se diera cuenta.
« ¡Ah! ¡Son muchas cuestiones que me bombardean! Pero no puedo seguir teniendo todo esto en mi cabeza cuando sé que... en más o menos e una hora tendré las respuestas de mis preguntas. »
Nut miró detenidamente a Cleopatra quien se estaba reponiendo del golpe que no le había dañado pero si lo había sentido. La divinidad respiró con pesadez y soltó un resoplido de mal humor.
- Hmph...
Estiró su mano izquierda al frente, y todas las esferas volaron hasta su mano, abarcando al frente un área equivalente a una linea recta.
Todas formaron una fila, y rápidamente se unieron como si fueran un líquido fluorescente, para finalmente formar un bastón, largo y con una pequeña joya azul en su punta.
- ¡Ese es... El Bastón del Cielo! - comentó Horus al distinguirlo. - ¡Lo leí en libros, y ahora lo veo!
El bastón volvió a brillar, y se deformó en una masa gigante que lentamente tomó otra forma hasta afirmarse en su totalidad: una gigantesca hacha, más grande que ella misma.
La hoja metálica se extendía como si fuera una daga cúrvea, con un par de agujeros a los lados y una joya naranja al centro; el otro lado sobresalía una pequeña hoja metálica en forma de cuchillo de 2 filos, con un tono amarillo y una joya blanca alma centro. El manga, más largo que el arma misma y más grande que ella, era azul oscuro como el cielo nocturno, y lleno de puntos blancos por todas partes igual que la noche. Y, aún con tan terrible tamaño, era capaz de sostener el arma don una sola mano.
- ¡Nut ha creado una gigantesca hacha con las esferas que trajo del cielo!
- ¡Oh~! Una transformación del Bastón del Cielo. - comentó nuevamente Horus - Me preguntó si su arma tendrá más transformaciones.
Sin esperar ni un segundo, la mujer divina flotó sobre el suelo y se movilizó hacia Cleopatra; ahora ella se atrevía a atacar.
- ¡Rápidamente Nut se lanza a la pelea!
En medio de su vuelo, hizo un cambio de mano de forma que pasó el arma a su derecha; en cuanto estuvo a un par de metros, Nut giró en el aire para cargar con más fuerza el golpe de su arma.
Cleopatra, por su parte, se dio cuenta a tiempo e interpuso de inmediato su escudo romano entre ella y el golpe que daría Nut. La hoja filosa del arma junto con la tremenda fuerza de la misma golpearon de lleno la defensa de Cleopatra, lo cual levantó una gran cantidad de polvo en el aire. Sin embargo, Nut tan solo consigo hundir el filo apenas un milímetro.
Cleopatra se había asustado un poco, pero al ver que el hacha no atravesó el escudo volvió a sonreír con soberbia.
- ¿Hmm? ¿Qué pasa?
- ¡Mmmmmmmmmmm!
Con una extraordinaria, invisible e inhumana fuerza física, Nut empujó el hacha sobre el escudo de Cleopatra para empujarla hacia la izquierda. La humana se tomó en serio ese empujón en cuanto vio sus pies arrastrarse en el suelo.
- ¿Qué?
Antes de que se diera cuenta, una gran cantidad de fuerza terminó de empujar a Cleopatra, de forma de instantáneamente salió volando en el aire mientras Nut movía su hacha; y, junto con la humana, voló en el aire una onda de sonido seria.
- ¿¡Qué!? ¡El segundo golpe directo de Nut, un choque de armas con su hacha recién estrenada, nuevamente ha mandado a volar a Cleopatra por los aires!
- ¡Que gran y poderoso golpe! - gritó Zeus emocionado - ¡Y qué extraordinaria armadura tiene esa humana!
- Muy cierto - concordó Hermes - De no ser por ese escudo, probablemente el cuerpo de Cleopatra sería ahora 2 mitades irreconocibles.
La mujer siguió volando por el aire, pero las alas metálicas que tenía en su espalda se extendieron y cual paracaídas desaceleraron el vuelo de la humana hasta dejarla en el suelo con calma, tras lo cual volvieron a su sitio.
Isis se molestó seriamente con ese movimiento de alas de la humana.
Nut chasqueó la lengua con molestia, y sin pensarlo clavó su talón derecho en el suelo y con el izquierdo se impulso hacia el costado repetidas veces; tras unos instantes, Nut gritaba incansablemente con su hacha al frente.
Al momento que Cleopatra terminaba de recuperar el equilibrio, Nut se detuvo en seco y soltó su arma, que voló en círculos rápidos, frenéticos y bastante luminosos en dirección a la humana.
El hacha recorrió su camino muy rápido; apenas Cleopatra pudo reaccionar a tiempo para esquivar el ataque. Dejando extender sus alas, dio un salto a su izquierda, con lo cual a duras penas sus cabellos salieron intactos.
Siguió su curso e impactó con una gran potencia en el muro de contensión lo cual destruyó casi todo el muro de esa zona y generó un corte recto y profundo que recorrió parte del mismo
Los espectadores que estaban en la zona dónde golpeó el arma salieron corriendo de inmediato para escapar de la destrucción; algunos quisieron gritar y quejarse enojados, pero haber visto a la Diosa lanzar ese golpe fue lo suficientemente aterrador como para permanecer en silencio.
Tras haber "volado" Cleopatra volvió a recuperar el equilibrio, pero en esta ocasión no guardo sus alas a la expectativa de que seguiría atacando la Diosa sin piedad.
Y, en efecto, Nut dio un salto hasta el hacha, y tomándola con una sola mano la sacó del cráter de choque, apesar de todos los escombros que creó y esparció, y de la gran cantidad de espectadores que corrieron horrorizados. Sin perder otro segundo, afirmó el hacha con ambas manos y tras dar un giro completo dirigió otro corte hacia Cleopatra.
La mujer humana dio un salto impulsada por sus alas, de modo que volvió a esquivar el arma a tiempo. El hacha se movió por el aire, siguiendo su trayectoria, pero la Diosa pudo detener en seco su arma y regresarla de inmediato para dirigir otro golpe mientras Cleopatra aterrizaba en el suelo.
Cleopatra pudo ver el movimiento y solo fue capaz de estirar sus alas y alejarse de la zona de impacto; las mismas le dieron vuelo por el aire del estadio hasta dejarla al centro de la arena de combate, en donde reposó y recuperó su postura.
Aun así, Nut no dio oportunidad y con el arma en mano se impulsó sobre el suelo, deteniéndose en seco, y saltó para dirigirse a la humana. Con otro cambio de mano, Nut dirigió otro corte del hacha ahora para el lado derecho de Cleopatra, que no contaba con la protección del escudo.
Estando a un metro de su rival, clavó uno de sus pies al suelo y giró sobre el mismo apea que su golpe fuera más fuerte. Por la poca distancia y tiempo de anticipación que tuvo, Cleopatra apretó el martillo a su derecha y dirigió un golpe mal improvisado hacia el arma de Nut
Ambas chocaron sus armas, que resultó en un sonido metálico chirriante junto con el retumbar en ambas peleadoras, como si fuera pequeñas gelatinas.
Heimdall soltó un grito de sorpresa.
- ¡Las batalla se ha tornado sorprendentemente igual! ¡Nut ataca y Cleopatra esquiva, al igual que Cleopatra atacó y Nut esquivó!
La humanidad gritó con esperanza en su peleadora.
- ¡Vamos Cleopatra!
- ¡Tú puedes!
- ¡Así se hace! - sonrió Marco Antonio con felicidad.
La Trinidad principal de Egipto vieron con molestia.
- Hm... Esa armadura es muy conveniente. Fue capaz de salvarse del hacha de Nut-sama.
- Parece que será ideal para que esa mujer aguante un poco más de tiempo - respondió Isis - Pero el resultado es inevitable.
La valkiria menor tenía los ojos tan abiertos que parecían que se le saldrían en cualquier momento.
- ¡Sorprendente! ¡Nunca creí que un combate sería así!
- Muy cierto. Esta siendo una batalla más... violenta de lo que esperaba... - Geir sintió un ligero aire de nostalgia. « Me recuerda a los choques entre Lu Bu y Thor... »
- ¡Y con todo lo que me dijiste sobre la armadura de Cleopatra, sabemos que ella no perderá y mucho menos recibirá rasguños! - de inmediato levantó una de sus manos en un puño - ¡En cuanto ella gane hay que hacer una doble celebración!
- ¿Hmmm? ¿Por qué pequeña?
- ¡Por la victoria, y por el trabajo de Brökk y Eitri! ¡Ellos están trabajando con la mejor calidad que pueden dar: se merecen el reconocimiento!
- Si, es cierto. Tienes toda la razón - concordó la valkiria mayor.
Aunque, dentro de ella el recordar el primer Ragnarok le hacía mantenerse a raya con sus comentarios positivos.
« Es muy pronto para celebrar. Primero, debemos ganar este combate. »
La típica mirada inexpresivamente peligrosa de la Diosa se dirigio a Cleopatra. Ella bajó sus ojos para mirar directamente y le lanzó un arrogante desafío con sus palabras sonrientes.
- ¿Y bien? ¿Continuamos?
- Hmph.
La Diosa separó su hacha y realizó el mismo golpe que había intentado hace unos instantes. Cleopatra, ahora más consciente de lo que haría su rival, pudo sujetar mejor su arma y contraatacar con su martillo; ambas armas chocaron, y la arena resonó completamente, al tiempo que la punta de sus armas cayeron al suelo.
Dando esta vez un paso para atrás para conseguir un mejor soporte y más movilidad, Nut realizó el mismo golpe por tercera vez. Cleopatra aprovecho esa diminuta ventana de tiempo con lo cual aferró todas sus fuerzas a su martillo, para responder al golpe de su rival.
Ambas dieron un cuarto de giro, y usando todas sus fuerzas lanzaron sus armas nuevamente para chocarlas. El golpe entre sus armas libró un brillo centelleante metálico, junto con un resonar metálico mucho más fuerza que resquebrajó el suelo debajo de ellas; además, el golpe de Cleopatra fue mucho más certero que los anteriores, con lo que consiguió desprender su hacha de las manos de Nut que voló por los aires antes de estrellarse en el suelo.
- ¡Con su tercer choque de armas, Cleopatra consigue quitarle el arma a Nut!
- ¡Es toda tuya! - gritó emocionado Marco Antonio con los puños cerrados - ¡Vamos! ¡Lanza tu golpe ahora!
Cleopatra respiró tras haber usado tanta fuerza en ese golpe, y aprovechando el poco impulso que le quedaba arrojó el mazo metálico hacia la cara de Nut.
Pero, ta como ocurrió al comienzo, Nut pudo esquivar el martillazo con mucha tranquilidad y serenidad. Dio un par de pasos hacia atrás, y giró su cuerpo de forma que ni un solo cabello salió herido.
Cleopatra volvió a atacar, y ocurrió lo mismo. Se incorporó completamente y lanzó golpes con su martillo y su escudo, y el resultado fue el mismo: Nut esquivaba todo con impunidad; de hecho, ni siquiera parecía querer esforzarse para salir ilesa, sino que lucia como movimientos naturales.
Además, cada vez que Nut se movía a un lado o al otro, los brillos blancos de su vestido destellaban con fluorescencia curiosa y deleitable a la vista; su pequeño cuerpo junto al su vestido brillante creaban una extraña danza luminosa.
Cleopatra, quien tenía mejor vista de esa danza, se molestó bastante por lo cual aumentó la fuerza de sus golpes.
- ¡Oye! ¡Aquí la hermosa soy yo!
El escudo de su brazo brillo momentáneamente, tras lo cual se volvió polvo que fue adherido a la armadura de su cuerpo. Y, con esa mano libre, pudo tomar el martillo con sus 2 manos para usarlo mejor; dio un giro de cadera, y abalanzó su arma sobre Nut.
- ¡Cleopatra lanzará un golpe con ambas manos!
- Así que puede convocar sus armas a voluntad... - comentó Hermes - ¡Muy conveniente!
Juntando más fuerza que en sus golpes anteriores, Cleopatra movió el martillo para golpear a la divinidad en su costado izquierdo; cerca de las costillas.
Nut, que antes había esquivado los ataques con libertad, prefirió permanecer de pie y quieta en ese mismo sitio, sin moverse para esquivar o escapar en lo absoluto, pero manteniendo una postura defensiva.
- ¿¡Eh!? ¡Nut no se moverá!
Cuando el martillo estuvo a punto de golpearle, Nut extendió los dedos de su mano derecha, y de inmediato el hacha que estaba a un escaso metro de ella voló en el aire hasta que la Diosa la tenía entre sus dedos. Cerró su mano, y dando un giro interpuso el hacha entre el martillo de Cleopatra y ella.
Sus armas golpearon de lleno, que provocó un retumbar en ambas y nuevamente el suelo se agrietó terriblemente. Ambas se miraron, Cleopatra sorprendida y emocionada mientras Nut seria y molesta, y mantuvieron sus armas chocando la una con la otra.
ASFD
...
Nota de autor 1: En varias horas (xd) habrá segundo capítulo. Espérenlo UwU
Nota de autor 2: He publicado un nuevo libro de SNV, para publicar noticias y cosas así. Vayan a leerlo, porque hay una buena sorpresa (ese libro que se llama "Noticias Ragnarok")
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