Capítulo 40: El Encuentro De Dos Corazones
1
El resplandor del impacto del sol se apagó, no obstante, la energía radioactiva podía sentirse en el aire; las nubes negras se habían disipado logrando dejar salir al reluciente sol sobre el Valhalla, la estructura de la arena había desaparecido por completo impactando a los espectadores que se mantenían callados esperando el poder divisar al vencedor de la novena ronda y quien reclamaría una victoria más.
Finalmente pudieron ver cuando la fugaz ceguera se había ido: Ra había caído y yacía inerte en el invisible suelo de la barrera del todo poderoso, mientras que a unos cuantos metros frente al soberano de Egipto se encontraba un cuerpo de pie cercenado de un brazo, estaba completamente incinerado, solo se podía reconocer la cabeza negra y áspera de lo que alguna vez fue Nyarlathotep. No hubo ni rastro de Lovecraft.
2
- No... ¡No! ¡NOOO! -gritaba y pataleaba Howard.
Una cálida mano tomó su hombro.
- Howard, ¡Howard! Tranquilízate. ¿Qué pasa?
Howard Phillips Lovecraft se sentó de la cama y desesperadamente miró a su alrededor; después de haber palpado la cama con sus manos violentamente y encontrarse así mismo encima de su cama suspiró y se cubrió el rostro secándose el sudor.
- ¿Qué pasa? -preguntó una voz femenina y calmante.
Lovecraft volteó y miró a su esposa Sonia. Sonia estaba preocupada, sin embargo su rostro emitía compasión y empatía. A Howard le saltaron las lágrimas e inmediatamente abrazó a su esposa fuertemente.
- Tuve una pesadilla -contestó Lovecraft refugiado en su pecho- Soñé que habías muerto, y había un centenar de monstruos que no permitían reunirme contigo al fallecer y, y... ¡Por dios! Fue horrible el no poder estar junto a ti.
- Shhh... -Sonia se había hincado sobre la cama y le devolvió el abrazo a Howard- Fue un sueño y nada más.
Sonia comenzó a acariciar el cabello de Lovecraft y lo besó dulcemente. Lentamente ambos se acostaron y a los pocos minutos Lovecraft concilió un sueño tranquilo.
3
El Valhalla aún se mantenía en silencio, ninguno de los cuerpos se movía. No obstante con dificultad los dioses vieron cómo lentamente la piel de Nyarlathotep comenzaba a caer al suelo.
- ¡Sí! ... ¡SIIIII! -gritó eufórico Enlil- ¡GANÓ! ¡GANÓ!
Junto con él los demás dioses comenzaron a celebrar. Muchos de los dioses se levantaron de golpe del asiento a proclamar la victoria de Ra. La pesadilla de los dioses había acabado.
- ¡¿QUÉ PASA HEIMDALL?!, ¡¿POR QUÉ NO ANUNCIAS AL GANADOR?!
- Es por que no están viendo... -contestó el dios señalando temblorosamente el cuerpo de La Muerte Roja.
4
Howard se encontraba sentado en una banca de piedra, le temblaba nerviosamente la pierna; al verlo, Sonia recargó su cabeza sobre su hombro. Lovecraft dejó escapar un suspiro de alivio, su pierna se mantuvo quieta, pudo sentir cómo un intenso peso había abandonado sus hombros, tomó la mano de Sonia, admiró momentáneamente su hermoso cabello reluciente, y sus bellos ojos castaños le robaron el aliento. El calor de la mano de su amada lo tranquilizó por completo. Compartió con ella un tierno beso.
- Cómo me gustaría que este momento durara para siempre... -dijo Lovecraft volteando la vista y contemplar los árboles de donde se asomó una ardilla.
- Eso le quitaría lo especial... -Volvieron a besarse, sin embargo Sonia suspiró y se retiró al otro extremo de la banca- Howard... Sabes que esto no es real...
Lovecraft suspiró, aún mantenía sus dedos entrelazados con los de Sonia sobre la ahora fría banca de piedra.
- Lo sé... -contestó inclinando la cabeza.
5
Completamente exhausto, Ra intentaba levantarse pero solo consiguió recargarse sobre sus codos. Ra miraba con frustración como del incinerado cuerpo de La Muerte Roja volvía a formarse en la abominable y monstruosa apariencia roja de Nyarlathotep.
- Tienes un poder abrumador, de eso no hay duda... Es verdaderamente el poder de un dios... -dijo Nyarlathotep sosteniendo con sus afiladas garras el aire radioactivo- El poder de la creación y la destrucción al alcance de tu mano... Pero aún así no es suficiente...
Ra gemía, las quemaduras ardían cada que intentaba moverse, los brazos comenzaban a entumirse. Ra solo veía a Nyarlathotep con odio.
- Todos ustedes tienen ese don... -continuó La Muerte Roja caminando hacia Ra- Centenas de miles de dioses con tales poderes y no pueden desaparecer a los seres más inferiores del universo... Su orgullo y su miedo hacia ellos los ha consumido... Pero no se preocupen que en poco tiempo los verdaderos dioses se encargarán de los humanos...
Nyarlathotep finalmente se detuvo a centímetros de Ra.
- Y de todos ustedes también -Nyarlathotep extendió su mano frente a Ra.
Todos los dioses se mantenían en un silencio expectante al escuchar las palabras del Caos Reptante, Bishnu estaba más que listo para desaparecer de la existencia a Nyarlathotep pero Ra comenzó a hablar.
- Te es muy fácil decirlo... Tú no tuviste que lidiar con las guardianas de la humanidad.
- ¿Las valquirias? Ya entiendo... Conque ellas son las causantes de todo este lío -contestó mirando de reojo a Geir- Es bueno saberlo...
Nyarlathotep volvió a alzar su mano.
6
La neblina había ocultado el rastro de Lovecraft y con su magia, Nyarlathotep escondió la sangre del suelo de la arena. Howard se había refugiado nuevamente en el círculo del necronomicón, había perdido mucha sangre, no podía mantenerse en pie y le era imposible poder concentrarse para invocar a la siguiente bestia. Se había desmayado y cayó en una alucinación.
7
"¡Señor Lovecraft!"
- Howard, debes dejar el pasado atrás...
- Pero mis recuerdos... -Lovecraft tuvo la intención de sostener una vez más la mano de Sonia, no obstante su mano se alejó de los dedos de ella- Son lo único que me queda...
"!Señor Lovecraft!"
- Tienes que seguir adelante.
- ¡Pero lo intenté! -comenzó a llorar el escritor encogiéndose y sujetando su cabello- ¡No pude hacerlo! No puedo hacerlo sin ti...
"!Señor Lovecraft!"
- No puedes quedarte aquí, -dijo Sonia sosteniendo sus manos- hay vidas que dependen de ti... Yo dependo de ti...
Howard le dio un último fuerte abrazo.
"!Señor Lovecraft, reaccione!"
Howard despertó de golpe, los árboles habían desaparecido, Sonia se había esfumado. Estaba nuevamente en la arena de combate, instintivamente volvió a manipular el libro. Sin embargo, la primer cosa que Lovecraft vio fue al abominable Nyarlathotep dejar caer su pata en su dirección.
- No volverás a controlarme Howard.
La barrera invisible de magia de Nyarlathotep se había roto dejando expuesto al vulnerable Howard Phillips Lovecraft.
8
- Ya has manipulado ese libro lo suficiente, Lovecraft. ¿De verdad creíste que podías dominar el poder de los dioses, que si quiera podrías comprendernos?
Lovecraft escupió sangre aún y cayó de bruces sobre sus rodillas soltando el necronomicón a unos pasos de él.
- No aprendiste nada de tus relatos, de todo lo que te mostré y ahora vas a pagar por ello...
La ropa de lovecraft lentamente comenzó a desbaratarse para después desaparecer.
- No... -gimió Lovecraft quien desde las piernas comenzó a convertirse en polvo poco a poco.
La Muerte Roja comenzó a reír macabramente mientras se envolvía en una nube verde que se esfumó en cuestión de segundos. Por su parte Ra comenzaba a levantarse y a acercarse a Lovecraft.
- Sonia... -luchó una vez más Lovecraft por alcanzar su libro.
El volund se deshizo, Göndul apareció de la mano derecha de Howard, trató de alcanzar el libro con sus manos ensangrentadas pero solo consiguió tocar la hoja.
La vida de H P Lovecraft pasó fugazmente a sus ojos, sin embargo, se sintió agradecido de haber podido conocer a la gran mujer que era Sonia. Una última lágrima de preocupación se ahogó en el rostro de Howard. El destino de la humanidad era incierto. En pocos segundos, Göndul y Howard Phillips Lovecraft habían desaparecido por la radiación.
9
Anonadados, los humanos se mantuvieron en silencio por lo que acababa de ocurrir. El silencio fue interrumpido por la proclamación de Heimdall del campeón de la novena ronda.
Ra consiguió ponerse en pie y se acercó poco a poco al libro de Lovecraft.
Había algo que lo molestaba, Lovecraft consiguió invocar realmente a los dioses sin ayuda divina. "¿Para qué necesitaría el volund entonces?, el libro no era el volund, la valquiria apareció de su mano derecha... Si no era el libro el arma divina, ¿Qué lo era?" se preguntó el dios del sol.
Ra finalmente se detuvo, a sus pies se encontraba el necronomicón y había algo escrito en él.
"[...]*"
A Ra se le heló la sangre, todo lo que había sucedido en el combate estaba escrito ahí, siendo una mancha de sangre el punto final del escrito.
"[...] Fue entonces cuando en la arista del coliseo, algo terrible y monstruoso comenzó a emerger de las profundidades de la maldad, a espaldas del dios solar nació la serpiente del caos [...]"
Sin darse cuenta, una neblina de color lila abrazó los pies de Ra, detrás de él surgió una vil masa de carne azul que zigzagueó y siseaba de forma siniestra. Se enredó en los pies de Ra consiguiendo tirarlo al suelo poco a poco lo iba arrastrando hacia la arista. En un intento desesperado, Ra creó nuevamente un diminuto sol y lo azotó en la piel de la criatura pero esta ni se inmutó, continuó arrastrándolo, se seguía enroscando en el cuerpo de Ra y no paraba de sisear. Ra continuó luchando con las pocas fuerzas que le quedaban para zafarse, no obstante se paralizó de lleno al ver que al lugar a donde era arrastrado era el inmenso hocico de una cobra monstruosa.
- ¡No! ¡NOOOO! ¡POR FAVOR AYÚDENME! -gritó desesperado el dios del sol, lo último que vio fue el rostro de decepción y lástima de los demás dioses.
La Serpiente Del Caos cerró sus fauces expulsando de sus labios una inmensa cantidad de sangre que se esparció por todo el invisible suelo. Los gritos de agonía aún se podían escuchar en su interior, la serpiente poco a poco desapareció dejando escuchar los últimos alaridos de Ra, alaridos de horror.
Glosario
Lo que escribió Lovecraft a lo largo del combate también fue redactado en los capítulos de su pelea, se distinguen por el sutil cambio de narración.
Una vez más quiero disculparme por la excesiva tardanza de las publicaciones pero ya no más. Nuevamente volvemos a los capítulos semanales hasta terminar por completo.
En lo personal, esta era la ronda que más ansiaba escribir y al mismo tiempo fue la que más trabajo me costó terminar y también la que más me dolió finalizar, no es fácil matar a uno de tus personajes favoritos, je, je pero espero que les haya gustado y la hayan disfrutado tanto como yo disfruté haciéndola, por mi parte esto ha sido todo y esperen más capítulos.
Próximo capítulo: 3 de Abril.
(¡Perdón por la hora de retraso!)
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