Capítulo 37: Las Pesadillas De Lovecraft

1

- Qué sorpresa, no esperaba verte de nuevo Howard, ni mucho menos que tú mismo vinieras a buscarme... Sabes, no puedo evitar recordar el cuándo nos conocimos... Tú lo has olvidado completamente, pero yo no olvidaré tu primer pesadilla... 
Era una fría noche de junio, el primero para ser exactos, el primero de junio de 1918...

Recostado en su cama, el frustrado astrónomo miraba el techo esperando poder encontrar la inspiración necesaria para poder crear un escrito, sin embargo, su subconsciente lo atormentó con diferentes ideas, le preocupaba el no poder encontrar trabajo, la falta de dinero, la muerte de su madre, de su abuelo... El último pensamiento le hizo motivo de llanto por lo que desechó toda intención de pensar más y se dedicó a únicamente a dormir.

3

Más allá del universo conocido, en una dimensión diferente donde los dioses habían acabado totalmente con la raza humana yacían los seres superiores custodiando a su dios, procurando que este no se despertara tocando las más grandiosas e inimaginables melodías con el flautín. 
Seres horripilantes se regodeaban por el sueño del dios idiota. A lo lejos, un insignificante hombre flotaba en la inmensidad infinita del espacio mirando asombrado a lo lejos a todo este aquelarre de monstruos.
"¿Dónde estoy?" se preguntó. Miró a su al rededor en busca de algo que le resultara familiar pero no se encontró más que con las desoladas estrellas... Miles de millones de estrellas lo acechaban de manera inquietante. Lovecraft comenzó a entrar en desesperación. La incapacidad de moverse en su entorno acorralado de la nada le provocaba pavor...
Tuvo la sensación de estar hundiéndose lentamente en el estremecedor cosmos, se ahogaba pero ya no había a donde más hundirse, estaba en lo más profundo del espacio exterior. 
El espacio es el único lugar donde nadie puede oír tus gritos, no obstante Lovecraft oía claramente las melodías de los monstruos a lo lejos, incesantes y horridos sonidos le estallaban los oídos, en ese instante supo que si emitía cualquier sonido podría ser descubierto por las inmensas criaturas. Cerró los ojos con la esperanza de volver a su habitación recostado en su cama, no obstante al cerrarlos se encontró con una luz que irradiaba de él mismo iluminando a una criatura albina escondida detrás de unas rocas.
"No..." se dijo negando la cabeza abriendo los ojos encontrándose de nuevo en el espacio.
Volvió a cerrar los ojos, estando ahora de pie frente a una bañera atestada de hielo en la que dentro se encontraba un cadáver putrefacto, al verlo, Lovecraft sintió tal repulsión y asco que abrió los ojos. Posó sus manos en su boca conteniendo el vómito y después de unos segundos cerró nuevamente sus ojos. En esta ocasión, pudo ver desde el interior de un barco cómo una gigantesca criatura, parecida a un dragón emergía del mar. 
"¡No, no!" se talló los ojos y volvió a cerrarlos. 
Intentó varias veces regresar a casa, sin embargo se encontró con horrendas visiones: una pareja de ancianos siendo brutalmente mutilada por una inmensa manada de gatos, toda una horda de hombres pez que le persiguen en las antiguas calles de una ciudad que no conoce  y finalmente se vio a sí mismo asesinando brutalmente a un hombre en una estructura maravillosamente terrorífica para después terminar en un psiquiátrico alegando que lo que mató al hombre fueron ratas.
Lovecraft ya no soportaba la desesperación, estaba al borde de la locura pero aún así intentó una última vez regresar a casa. En la última visión pudo ver claramente cómo un gigantesco humanoide con cabeza de pulpo y cubierto de escamas emergió del mar provocando la destrucción de la raza humana, todas las ciudades quedaron en ruinas y miles de personas automáticamente cayeron en la locura al ver a la criatura de nombre horrible e impronunciable, sin embargo, aquella criatura se mantenía estoica al caminar trayendo con su paso una ola de destrucción, muerte y desolación.
Lovecraft emitió un estridente grito que alertó a las criaturas que se agrupaban a lo lejos. 
El humano se dio cuenta de su error por lo que intentó correr, intentó nadar incluso para escapar de los monstruos que sentía cómo se acercaban a él lentamente. 
Llorando gritó pidiendo auxilio a la nada. 
"¡QUIERO DESPERTAR, DÉJENME DESPERTAR!" 
De pronto, las estrellas se apagaron frente a él, y lo abrazó una intensa negrura. Lovecraft cayó en cuenta de que había sido alcanzado, no tenía nada más que hacer más que aceptar su muerte. Bajó la mirada y temblando esperó el ataque. 
"Vaya, vaya, vaya... - escuchó una voz dentro de su cabeza- Mira nada más, un humano. Creí que se habían extinguido..."
"Por favor... No me maten..." 
"Me pides un favor entonces... De acuerdo, te lo concederé..."
Lovecraft levantó la mirada y agradeció arduamente a la negrura que estaba frente a él. Rápidamente, la oscuridad adoptó una forma humana, se convirtió en un faraón oscuro que levantó el dedo frente al humano. 
"Pero, como yo te haré un favor, tú tienes que hacerme uno ... Todas esas visiones que tuviste fueron reales, son cosas que pasaron hace mucho tiempo aquí, en este universo, en esta dimensión... Tú vas a comunicar estas visiones a todas las personas de donde provienes..."
"¿Por qué?"
"Si quieres obtener algo, debes dar algo a cambio. Quieres 'despertar de esta pesadilla', pero para poder hacerlo, tienes que informar a todos lo que has visto. 
- ¿Por qué?, ¿Con qué fin?
- Porque llegará el día en que los dioses destruirán a tu raza y quiero que tu estirpe sepa de nuestra existencia, quiero que nos teman y nos veneren... Quiero que sepan qué será lo último que verán el día de su extinción...
- ¿Y tú crees que no les advertiré de lo que planean?
- Ellos no podrán hacer nada para siquiera hacernos un rasguño, grábate estas palabras: Nosotros somos inconmensurables, inefables, inescrutables, inexpugnables y sobretodo invencibles... Tú mismo viste cómo ni siquiera pudieron defenderse de Cthulhu, ¿y crees que podrán hacer algo contra nosotros? ... Pero para que creas que todo esto no son más que simples sueños y pesadillas... -el faraón negro puso su dedo índice sobre la frente del humano-  Nunca recordarás esta conversación... 
Lovecraft puso los ojos en blanco y entro en trance, lentamente desapareció delante de Nyarlathotep. 
- En este mundo ya no hay nadie que pueda compartir todo lo que sucedió... Los muertos no cuentan cuentos, vete, que tú serás quien cuente el cuento. 
Al día siguiente Howard Phillips Lovecraft comenzó a escribir.

4

- Vaya, ha pasado tanto tiempo, tantos siglos...
- Tal parece que me tomas por un tonto, por un obtuso. No es ningún misterio que todos ustedes fueron los causantes de mis sueños por años. Lo supe desde el momento en que supe de tu existencia, aún recuerdo ese día. Era 1921, el sol brillaba, yo estaba caminando por la acera de la calle principal cuando me llamó la atención un grupo de personas aglomerado al rededor de una plataforma de madera, había un hombre de pie proclamando visitar la plaza dos días más tarde para conocer los revolucionarios inventos de un científico... "El mago" lo llamaba. 
"Claramente pude ver que a su mano izquierda había un póster del susodicho hombre, y decía 'NYARLATHOTEP LLEGA A PROVIDENCE, UNA EXPERIENCIA HORRIBLE PERO MARAVILLOSA' ... Nyarlathotep, algo en ese nombre me resultó inquietante y al mismo tiempo perturbador... Rápidamente me tallé los ojos y la frase del póster cambió... decía "NIKOLA TESLA LLEGA A PROVIDENCE, UNA EXPERIENCIA ASOMBROSA Y MARAVILLOSA". No le di mayor importancia, pensé que se trataba de una simple alucinación..."
- Pero no fue así.
El escritor de Providence miró con rencor al ente.
- No, no fue así. 
- Y todo comenzó con el llanto de un bebé. -comentó Nyarlathotep sonriendo. 
- Que poco a poco se convirtió en gritos para culminar con fuego. 
- Sí, sí -comenzó a reír el faraón- Intentaste correr, pero no podías. Viste con completa atención y lujo de detalle cómo las personas a tu alrededor gritaban y sufrían sin nada que pudieran hacer al respecto. 
- Y entonces apareciste tú... La gente se fundió en el piso con... Horribles expresiones. Toda esa masa de carne se transformó en una extraña criatura, el piso fue decorado con un pentagrama, tu sello, en el que ahora estoy parado. 
- Y luego te di el más grande conocimiento jamás existido.
- El Necronomicón... 
- Algo a lo que solo tú tienes acceso...
- ¿Estás bromeando, verdad? -la mirada del escritor se tornó con odio- No fui el único que conoció las horridas especies de tu mundo. 
- Tienes razón, tus allegados también conocieron el terror y la desesperación.
- ¡¿Qué necesidad tenías de hacerlo?!
- Alguien tenía que contar el cuento después de tu muerte. -contestó con indiferencia- Mírate Howard, me miras con odio; te libraste de mí, cumpliste con tu parte, ya no teníamos que congeniar más pero aún así, tras cientos de años, vienes a mí a pedirme un favor más, debes estar desesperado para que esto ocurra.  Dime, ¿qué es lo que quieres?
- Necesito de tu ayuda para enfrentar a los dioses, a los dioses de mi mundo. 
- ¡¿DE VERDAD CREES QUE ACCEDERÉ A AYUDAR A TU RAZA?! -contestó el dios riendo a carcajadas.
- No lo creo, sé que lo harás. 
- ¿Por qué lo dices?
- Porque estás aburrido, y no hay mayor espectáculo para un dios que ver a dos contendientes en un coliseo peleando a muerte. Pero para ustedes, no hay mayor diversión que ser uno de esos dos peleadores teniendo la certeza de que asesinará a su contrincante. 
- Tal vez tengas razón Howard, pero, ¿qué es lo que me darás a cambio? Recuerda, si quieres obtener algo, debes dar algo a cambio. 
- Te estoy ofreciendo la oportunidad de ir a un nuevo mundo, a un nuevo universo para oprimir a seres inferiores a ti. 
- ¿Y qué?, ¿Piensas que eso es suficiente para mí? 
- Tendrás la sangre de un dios en tus manos y si ganamos la guerra, eres libre de tomar la de los demás dioses. En cambio, si perdemos tendrás la oportunidad de ver cómo la raza humana se extingue una vez más. Dame de tu poder, préstame algunas de tus criaturas y a cambio te daré la diversión y satisfacción que no has podido obtener en milenios, te daré a mi universo entero a cambio. 
- Siempre fuiste bueno con las palabras Lovecraft... Tenemos trato... -Nyarlathotep extendió su mano, Lovecraft la estrechó.
Nyalathotep comenzó a reír macabramente al tiempo que Lovecraft en el mundo real tomó despiadadamente su cuaderno y escribió violentamente en él aún inconsciente. 
- El fin de la raza humana... Está tan cerca que casi puedo saborearlo...


Una disculpa por la gran tardanza en publicar este capítulo, ahora he tenido muy poco tiempo para escribir pero, he conseguido acomodar mis horarios para poder continuar la obra donde la dejé y espero poder cumplir con un capítulo a la semana, pero en fin espero que este capítulo les guste, por mi parte ha sido todo, una vez más perdón y esperen más capítulos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top