Capítulo 33: El Despertar De Ra

1

Amón fue colocado por Isis en el medio de su habitación.
- ¿Qué pretendes, Isis?
- No tienes de qué preocuparte, Amón, solo quiero hacerte unas preguntas y platicar contigo -contestó la diosa alada rodeando al patrono de Egipto.
- ¿Qué es lo que quieres saber?
- Tú, por tu propia voluntad decidiste participar en el Ragnarok pero cuando fue tu turno de pelear simplemente le cediste tu lugar a Buda, ¿por qué?
Amón se sintió avergonzado y frustrado.
- Buda me mostró una visión del futuro.
De repente Isis mostró un gran interés.
- Oh, ¿te refieres a aquel terrible mal que mencionó en los campos Elíseos?
- Él no dijo explícitamente que lo fuera pero me mostró cómo moriría a manos de ese tal Barba Azul. 
- Ya veo. Entonces tú no quisiste pelear por el miedo a morir.
- Si...
- Y, ¿qué hay de las demás rondas?
- La verdad es que aún tenía miedo, tú bien sabes que si el Buda profetiza tu muerte es un motivo para ponerse nervioso.
- Sí, lo sé.
- Pero, ¿sabes qué?
- ¿Qué?
- En esa visión pude ver también la muerte de la valquiria, quizá pierdan el Ragnarok después de todo.
- Ja, tienes razón Amón. Y para ello tú necesitas incrementar tu poder porque admitámoslo, no eres capaz de vencer a ningún humano que use armas celestiales... Ni siquiera en el futuro que evitó Buda pudiste con un simple humano... Vives creyendo que eres el poderoso Ra cuando no es así.
- ¡¿Cómo osas a concluir tal cosa?! -contestó furioso Amón.
- ¡Es la verdad aunque te duela! Pero por eso te traje aquí. Vas a obtener más poder, incluso... Serás una persona diferente.
Amón aceptó rápidamente cruzándose de brazos.
- No sé de lo que estás hablando.
- Permíteme contarte una historia... -contestó Isis sacando una caja de madera- "Justo después de la creación del mundo, solo existía un inmenso mar atestado de oscuridad, muy a lo lejos de lo que hoy se conoce como el gran Egipto comenzó a florecer la vida y no fue la excepción en Egipto, dónde de la oscuridad y la penumbra surgió una esfera de luz junto con una isla en la que yacía de pie una poderosa deidad que trajo consigo la luz a Egipto, con su inmenso poder puso la luz sobre el cielo e hizo que la vida llegara a su isla que poco a poco se fue agrandando a tamaños gigantescos... Aquella deidad tiene un nombre que solo muy pocos saben cuál es, pero ese dios con cabeza de halcón es mejor conocido como Ra.
Ra poseía la fuerza y el poder del sol, y al conocer los verdaderos nombres de todas las cosas obtenía el más grande poder del mundo..., Con su yate viajaba a lo largo del reino brindando las diferentes fases del día con variados nombres: Khepri al amanecer, Ra al medio día y Atum al atardecer pero al final de cuentas siempre Ra quien en las noches peleaba por la supremacía de los cielos contra la gran cobra Apofis, y fue así durante miles de años, hasta que sintió un gran interés en el ser humano por lo que decidió gobernarlo convirtiéndose en el primer faraón sin embargo, al poco tiempo se llevó una enorme decepción así que decidió extinguirlos mandando a la verduga Sekhmet-"
- Isis, si vas a hablarme de historia, de mí historia, no estoy interesado -interrumpió Amón- ¿por qué me trajiste aquí?
- Esto es importante Amón... -Isis extendió y abrió la caja de madera revelando dentro una estatua de una cobra muy peculiar- ¿Reconoces esto?
Amón sintió un intenso temor al ver a la estatua, la reconocía por supuesto pero no quería recordar de dónde venía; de repente comenzó a sentir un indescriptible e insoportable ardor en su tobillo que lo hizo retorcerse en el suelo.
- Recuerda... Ra.
Un recuerdo fugaz atravesó a la fuerza la mente del dios, un fuego dentro de sí lo estaba quemando... No era veneno, sino el poder de una entidad más poderosa.

2

Después del fallido intento de extinguir a la humanidad, los demás dioses de Egipto llegaron a la conclusión de que el poderoso Ra acabaría con el imperio que se había formado en el gran Egipto, pero no había forma de hacerlo cambiar de opinión ni de detenerlo, él era mucho más poderoso que todos ellos y que el propio Zeus, tal vez pidiendo ayuda a otro dios que lo supere, sin embargo Bishnu no es alguien a quien puedas contactar fácilmente por lo que optaron a esperar la caída del ser humano. Sin embargo hubo una diosa que no se quedó con los brazos cruzados, no era tan poderosa como Ra, ni de cerca pero no había duda alguna de que era mucho más astuta y ansiaba el poder de Ra por lo que creó un plan.
Isis, la patrona de la magia y la naturaleza lo sabía todo acerca del basto universo, de su creador y de todo lo que habitaba en él sin embargo, solo había una cosa que no conocía: el verdadero nombre de Ra.
Durante una de las batallas de Ra y Apofis en el inframundo, Isis se escabulló en el yate, si quería vencer a Ra, necesitaba alguna especie de sus fluidos y qué mejor ocasión que un enfrentamiento en el que podía perder sudor o sangre. 
Ra estaba de pie frente a la gigantesca cobra, tanto él como Seth estaban listos para atacar. Sin esbozar ni una sola palabra se abalanzaron hacia la serpiente que agitó su cuerpo expulsando a Seth lejos, no obstante antes de irse Seth invocó la tormenta de arena más violenta jamás creada, por su parte Ra, levantó su cayado* de oro y golpeó violentamente el cuerpo de la cobra. Apofis intentó comerlo en repetidas ocasiones sin embargo, solo logró herirlo con sus afilados y venenosos colmillos en los brazos, no obstante, Ra con el poder radioactivo del sol aniquiló el veneno en su interior. Harto, clavó el cayado dorado en la cola de Apofis, la cobra gimió de dolor y enroscó al cabeza de halcón con su cuerpo para asfixiarlo.
- No lograrás vencerme, maldita -dijo Ra quien concentró todo su poder, frente a él creo un pequeño sol que generó una explosión que disolvió la tormenta de arena y aniquiló por completo el cuerpo de la cobra dándole muerte. 
Seth llegó al fin y encontró a Ra jadeando de cansancio a punto de desmayarse sobre el gigantesco lago de sangre, Seth no se sorprendió, más bien sintió alivio, ya no tendrían que lidiar con Apofis nunca más.  En ese momento, Isis salió del yate fingiendo preocupación.
- ¡No puede ser! ¿Ra, estás bien? -el dios solar no contestó- Permíteme curar tus heridas. 
Isis tomó los brazos de Ra y en un movimiento imperceptible, con su magia escondió la sangre del dios para después cerrar las heridas.
- Estás listo, pero deberías descansar un poco. 
- Lo llevaré a sus aposentos en cuanto lleguemos a casa. 
- Bien.
Seth cargó a Ra quien se había desmayado y junto con Isis subieron al yate no sin antes recoger y esconder la sangre y el veneno de Apofis con magia. 
Mientras Ra descansaba, Seth celebraba la victoria con los demás dioses, no obstante Isis no estaba celebrando, ella seguía en el yate creando la forma de vencer a Ra. 
Creó una pequeña figurilla de serpiente con barro y la bañó con la sangre de Ra y Apofis junto con su veneno para después conjurar un hechizo que le dio vida dotándola con el veneno más fuerte e inexpugnable jamás creado, la serpiente se comenzó a mover y estaba a punto de atacar a su creadora, sin embargo, ella recitando en una lengua desconocida le dio las instrucciones: "arrástrate hasta la habitación del dios del sol y muérdelo en el pie."
La serpiente siseó y salió del yate.
Ra aún se mantenía dormido, sin embargo el sonido de la criatura reptante junto con su siseo lo despertó. Por un instante creyó que Apofis había resucitado y venía a cobrar venganza así que se mantuvo alerta  vigilando el techo esperando a que este lo destrozara y lo atacara, sin embargo no se dio cuenta de que la pequeña serpiente entró sigilosamente por la entrada de sus aposentos y subió a la cama.
Ra se dio cuenta demasiado tarde de su presencia cuando esta ya lo había mordido, enseguida este la pateó, la serpiente se erizó convirtiéndose en una cobra, Ra estaba por aniquilarla con el poder del sol sin embargo al querer usarlo, sintió un insoportable ardor que le recorría todo el cuerpo, intentó eliminar el veneno pero el dolor incrementó aún más, no podía eliminar el veneno que surgió de su propia sangre.
- ¡AAGHH! -gritó alertando a los demás dioses quienes fueron enseguida con él. 
Isis sonrió maquiavólicamente al escuchar el grito. 
- El trabajo está hecho. 
Todos los dioses intentaron curar a Ra sin éxito alguno, incluso el mismísimo Asclepio -el dios de la medicina*- no pudo hacer nada; fingiendo sorpresa Isis se acercó hasta Ra sabiendo que le llegaba la hora.
- Intentaré algo, pero necesito que salgan de aquí, podría cegarlos mi magia -dijo Isis, los demás obedecieron. 
- Isis... Tienes que ayudarme...
- Por supuesto, por supuesto, pero ¿qué ganaré yo a cambio de mi ayuda? Recuerda que si quieres obtener algo primero debes dar algo a cambio.
- Mi gratitud...
- Yo no quiero eso, Ra... Yo quiero saber tu nombre. 
- ¡Yo no soy más que Khepri al amanecer, Ra al medio día y Atum al atardecer! -contestó furioso el dios solar- Pero para todos yo soy Ra.
Isis agitó su mano y de la nada apareció un jarrón. 
- Aquí tengo mi mejor antídoto para el veneno de cobra, "señor Ra" y lo podrás beber si solo me dices tu verdadero nombre...
- Yo jamás... -por detrás de su espalda, Isis movió dos dedos haciendo más intenso el dolor de Ra- Está bien Isis... Pero debes prometerme que nunca lo revelarás. 
- Te lo prometo -contestó sonriendo.
- Acércate...
Ra susurró su nombre en el oído de Isis.
- Vaya que es un enorme secreto... Y aquí va el mío... Yo creé a la cobra que te mordió. 
- Tú... No puede ser... -contestó anonadado el dios.
- Aquí tienes -Isis le dio el jarrón a Ra y él lo bebió completo, sin embargo el supuesto antídoto aceleró la muerte de Ra quien dejó salir su último respiro para que después la vida abandonara su cuerpo. 
Isis contuvo su risa y la escondió con lágrimas falsas, salió corriendo de los aposentos de Ra dando las malas noticias. En estampida los demás dioses entraron al cuarto  y desesperados le rogaron a Asclepio que reviviera a su patrono.
- Lo haré pero... Ésta fórmula aún no está completamente terminada... Puede que él reviva pero no tendrá conciencia alguna... Además hay que removerle el veneno y reemplazar su sangre.
Sin rechistar, los demás dioses accedieron, incluyendo a Isis quien estaba despreocupada.

Glosario

El cayado es una especie de bastón, lo usaban la mayoría de los faraones.

Ascelepio es el dios griego de la medicina, era tan hábil que encontró la forma de revivir a los muertos, sin embargo esto generó un problema para el dios de la muerte por lo que mandó a matarlo y se llevó a la tumba el secreto de revivir a los muertos.

3

Luego de un arduo proceso de donación de sangre y resurrección, Asclepio logró revivir a Ra, sin embargo, los resultados no fueron los deseados, en cuanto Ra abrió los ojos, su cabeza de halcón desapareció y se transformó en el rostro de un simple humano, aquel dios revivido se autonombró como Amón. Los dioses, en un intento por recuperar al dios que conocían, le contaron su historia, Amón la creyó absolutamente pero ya no era ni Khepri, ni Atum ni Ra, no era ni la sombra de lo que alguna vez fue. 
Isis se autoproclamó como la patrona de los Egipcios desde las sombras manipulando a Amón para que este decretara sus mandatos y así fue durante miles de años hasta que ella lo revocó del trono del faraón.
Después de dos días finalmente Isis se regodeó por la muerte de Ra a solas, en sus aposentos. 
- Finalmente tengo el poder y el conocimiento absoluto... "..." -Isis pronunció el nombre secreto del dios- "..."
Isis comenzó a reír frenéticamente pronunciando el nombre de Ra, sin embargo luego de pronunciarlo por quinta vez, entró en un sueño que la hizo adquirir aún más conocimiento...
Vio la creación, pudo ver cómo del sueño de Bishnu se creó el universo y los demás que coexistían entre ellos, no eran muy diferentes entre sí. Bishnu podía verlos también y podía controlarlos salvo uno... Uno lleno de criaturas y dioses capaces de vencer al propio Bishnu... 
Monstruos que aterrorizaron a la propia Isis, de nombres casi impronunciables, era un universo de caos en donde habitaba la antítesis de Bishnu... Azathoth.
Horrorizada, Isis se arrepintió de obtener el conocimiento absoluto por lo que renunció a él, nunca más volvió a pronunciar el verdadero nombre de Ra, creía que así estaría a salvo de las criaturas que vio en ese universo, que jamás tendría que lidiar directamente con ellos ... O eso pensaba hasta que Seth pronunció el nombre del dios idiota. 

4

- Tú... -Amón se enfureció y comenzó a irradiar calor- ¡Tú eres la responsable de lo que me pasó!
El rostro de Amón se fue deformando hasta que este adoptó la forma de un halcón y comenzaron a brotarle plumas, Isis lo veía con miedo pero al mismo tiempo con respeto, el verdadero patrono de los Egipcios había regresado de la muerte. 
- Ah... -dijo Isis cerrando la caja-  Finalmen-
Ra había despertado por completo y con su increíble fuerza tomó a Isis por el cuello y la alzó a su altura. 
- ¿Por qué lo hiciste?
- Planeabas destruir a la humanidad y al imperio egipcio al mismo tiempo... -contestó con dificultad Isis- Alguien tenía que detenerte. 
- No... Tú solo quería más poder...
- Ra... Por favor... -el rostro de la diosa alada estaba empapado de sudor, se tornó rojo y  sus ojos ensangrentados querían salirse de sus cuencas- Me estás asfixiando... 
Isis intentó luchar pero le fue inútil, la habitación ardía y todo a su alrededor se estaba derritiendo. 
- ¡Admítelo!
- Yo... Lo... Admito... Ahora... Por... Favor...
- Mereces morir por tu traición, y me sercioraré de que sufras tanto como yo sufrí... 
Ra dejó de apretar el cuello de la diosa para poder concentrarse en un punto, frente a él nació un pequeño sol, al verlo, Isis forcejeó aún más pero a esta la fuerza la había abandonado, su plumaje así como su piel y su cabello se habían caído, la sangre comenzó a salírsele de todos sus poros, se rindió y dijo su últimas palabras.
- "..." Gana.
Ra incrementó la radiación en el sol desapareciendo por completo el cuerpo de Isis dejando solamente en el suelo su sangre. 
Ra hizo que la radiación de su sol regresara a este para que la habitación no fuera dañina para los demás, después de contemplar por unos segundos el sol, lo desapareció. 
- Qué gran sorpresa se llevará el humano con el que me toque pelear. -dijo sonriendo volviendo a formar su rostro humano.
Logró escuchar a lo lejos los vitoreos de los espectadores y a Heimdall anunciando al ganador de la octava ronda.
- Bien... Parece que ya es mi turno ahora sí -Ra salió de la habitación destruida. 

Espero que este capítulo les haya sido de su agrado y si es así regálenme una estrellita y comenten qué les pareció este capítulo, leo los comentarios siempre y, sé que no es la continuación de la octava ronda pero así lo requería la trama xd, pero ya el siguiente será la conclusión del combate entre Tyr y Musashi Miyamoto, pero en fin por mi parte ha sido todo, muchas gracias y esperen más capítulos.

Próximo capítulo 15 de septiembre

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