Capítulo 26: La Séptima Ronda

1

Hermes entró a la habitación de Sekhmet, la cual estaba totalmente desordenada: los muebles además de estar volcados, estaban rotos y arañados, aunque a diferencia de la habitación de Eliot Ness, esta no olía a orina o vómito, mantenía un olor neutral; y, acurrucada sobre una alfombra morada, se encontraba la diosa león, Sekhmet, estaba durmiendo plácidamente como un gato, un gigantezco gato.
- Señorita Sekhmet... -dijo hermes sacudiéndola intentando despertarla, en respuesta la leona gruñó entre sueños- Señorita Sekhmet, es su turno de pelear.
Sekhmet abrió con pesadez sus ojos y al ver a Hermes, dejó salir un largo bostezo permitiendo ver sus grandes y afilados colmillos.
- ¿Qhué?, ¿Cóhmo que me thoca pelear? -contestó la diosa estirándose- Si seh supone quhe mi turno es el osho.
- Hubo un pequeño cambio, la señora Isis me mandó a decirle.
- Agh, esa vieja... -Sekhmet dio un estirón más y se levantó bostezando- Bueeeeeno, si lo diceh ella, quhé se le vahacer, pero antes...
Sekhmet le dio un empujón al dios mensajero y entró a su baño personal.

2

"Está bien, yo le aviso, gracias Prometeo" fue el último mensaje de Fleck.
A pesar de lo que le había dicho Prometeo, Fleck dudaba seriamente si comunicarle el mensaje a su hermana, miraba fijamente la puerta. Ya no quería formar parte del Ragnarok por lo que se volteó y no quiso salir, sin embargo, al hacerlo vio de reojo el altar. Al verlo, sintió un gran resentimiento por Brunhilde, pero por otro lado, sentía que le daba la espalda a sus demás hermanas. "Honor" había recitado en su oración, ¿dónde estaba su honor al darle la espalda a sus hermanas caídas? ¿Cómo iba a honrar la memoria de las valquirias si desertaba? No se lo permitiría.
- Voy a pelear una última vez por ustedes... -le dijo a las fotografías y deteniéndose en la de Brunhilde- Solo por ellas.
Fleck dio media vuelta y se encaminó hacia la puerta, sin embargo, se detuvo en seco antes de salir. Con la mano en la perilla de su puerta se quedó pensando un par de segundos. Miró detrás de su hombro a su escritorio y se dirigió hacia él. Se sentó, sacó una hoja de papel junto con un bolígrafo y procedió a escribir.

3

Geir estaba derrumbada, un humano más había sucumbido en el campo de batalla, dentro de ella se reforzó la idea de que solo enviaba a los humanos a una muerte segura. Así había sido con Balduino IV, Gilles de Rais, Juana de Arco, Eliot Ness y ahora Gengis Kan. Sin mencionar a sus hermanas, que todas sin excepción habían muerto: Hilda, Hrist y Hervor.
- Soy una mala persona... -se lamentaba Geir, temblando y sollozando sobre su escritorio- No merezco liderar a las valquirias... ¡Estoy matando lo que queda de mi familia! Oh Brunhilde, no sé cómo podías con esto...
- ¡EL MARCADOR HA SIDO IGUALADO!, -anunció Heimdall- ¡¿QUIÉN SE LLEVARÁ LA DELANTERA AHORA, LOS DIOSES O LOS HUMANOS?!
Geir dio un grito ahogado y se levantó de golpe, se estaba transmitiendo la arena en su monitor.
- ¿Qué...? Pero, ¿qué hora es...? -Geir miró su teléfono y vio la hora, el receso ya se había terminado. Geir estaba por ver los mensajes de Prometeo cuando Heimdall volvió a hablar.
- ¡¿QUIÉNES SERÁN LOS PROTAGONISTAS DE LA SÉPTIMA RONDA?! ... REPRESENTANDO A LOS HUMANOS ESTÁ UN HOMBRE PROVENIENTE DE KENTUCHY, ESTADOS HUNIDOS, EL BOXEADOR MÁS GRANDE DE TODOS LOS TIEMPOS, EL PUÑO DEMOLEDOR: CASSIUS MARCELLUS CLAY JR MEJOR CONOCIDO COMO... ¡¡MUHAMMAD ALI!!
- No... No puede ser....
Ahí estaba Muhammad caminando al centro de la arena, con sus shorts blancos y franja negra, portaba tenis blancos igualmente y unos relucientes guantes de boxeo... Allí se encontraba Fleck con él.
En ese momento, Geir recordó la junta que tuvo con las valquirias restantes.

4

Faltaba una hora para que diera inicio el segundo Ragnarok; Geir había terminado de llevar a los humanos elegidos con Hefesto así que se dirigió a la sala de Brunhilde, -que ahora le pertenecía- donde realizó una llamada convocando a sus seis hermanas restantes. Al poco tiempo las seis llegaron vistiendo sus emblemáticos uniformes blancos. Al verse reunidas una vez más, todas sintieron una gran melancolía. La última vez que estuvieron las trece juntas fue hace mil años, precisamente en el primer Ragnarok. Fueron convocadas por Brunhilde y ahora estaban nuevamente en su antigua sala con el mismo propósito.
- Gracias a todas por venir. -comenzó a hablar Geir- Como saben, la humanidad está siendo nuevamente amenazada por los dioses y depende de nosotras mantenerla a salvo por lo que nuevamente... -Geir sucumbió a la melancolía y dejó de hablar para reprimir sus ganas de llorar- Lo siento, es solo que... Me acordé de la última vez que...
- Está bien Geir, -dijo Göndul (la novena de las valquirias) tomando a Geir por el hombro a su lado- todas sentimos lo mismo.
Geir miró a sus demás hermanas quienes asintieron les sonrió, suspiró y prosiguió.
- Como iba diciendo... Depende de nosotras acompañar a los humanos a la batalla. Los participantes ya han sido elegidos y Hefesto ya ha designado a los humanos a los que les fabricará las armas. Ahora es momento de asignarles a un humano para crear el volund:
Hrist, te pido que acompañes a Juana de Arco en su batalla.
- Claro que sí, Geir.
- Muchas gracias. Hilda, te pido que seas tú quien peleé a lado del rey Balduino IV.
- Será todo un honor.
- Gracias, hermana. Fleck, el humano con el que te pido que pelees es Muhammad Ali. ¿Puedes acompañarlo?
- Lo haré.
[...]

Geir salió de la habitación corriendo hacia la arena.

5

- ¡AHORA, EN REPRESENTACIÓN DE LOS DIOSES...! ¡ESTÁ...! ¡¿AH?! ¡¿QUÉ SUCEDE?!
Sekhmet salió disparada desde la salida de los dioses hasta el centro de la arena inspirando temor. Muhammad y Heimdall se cubrieron esperando ser atacados por la leona, pero no fue así. Cuando Sekhmet ya estaba a un par de metros de los dos frenó y miró a Muhammad entusiasmada.
Hemdall se cubrió con sus brazos mientras que Ali levantó su guardía y estaba preparado para dar el primer golpe directo en el rostro de la diosa.
- Con queh ess cierto... Thú boxxeas. Yo thambién quierho hacerlo.
Tanto Ali como Heimdall se quedaron en silencio por la propuesta de Sekhmet hasta que después de un par de segundos, Muhammad rió.
- El box es una disciplina que toma años de práctica dominar. No es para cualquiera... Pero si quieres darme una ventaja... -sonrió de forma burlona- Hagámoslo.
- Quieroh hacer todos los rituales del box...
- De acuerdo -contestó Muhammad confiado bajando la guardia y abriendo los brazos.
- ¿Cuháles sohn? -preguntó inocentemente Sekhmet rascándose la cabeza.
- Debe ser una broma...
- Señorita Sekhmet, -comenzó a hablar Heimdall- investigar y replicar todos las costumbres del boxeo nos hará perder tiempo. Yo reco-
- ¡Pff! Tonterías. Los diosess no tenndrán ningún problema con esso... Es más... ¡Presta! -Sekhmet le arrebató el cuerno a Heimdal y comenzó a hablar- ¡OIGAN! ¡¿QUÉ LES PARECE ESSPERAR UN POCOH PARA HASCER UNA PELEA DE BOXX?!
Todas las deidades murmuraron entre sí discutiendo si era la idea de su agrado, después de unos segundos todos accedieron incluyendo a los líderes del consejo.
Heimdall, al ver la respuesta de los dioses le quitó a Sekhmet su cuerno.
- ¡EN ESE CASO, DAREMOS DIEZ MINUTOS MÁS PARA HACER LOS PREPARATIVOS!
Todos los espectadores accedieron gritando de la emoción por el combate que estarían por presenciar.
- Lo vess. Teh dije queh accederían, despuéss de todo hay quhe darless un gran spectaculo.
Sekhmet se retiró a su habitación nuevamente. Muhammad Ali, por su parte, estaba por hacer lo mismo cuando Heimdall lo detuvo.
- Espera, necesito que nos ayudes para a hacer todos los preparativos.
Muhammad suspiró.
- Está bien -contestó con apatía.
Ambos salieron por donde vino Ali.

6

Fleck se había encontrado a Muhammad aún afuera de su sala personal, estaba inquieto por el terremoto causado por el dios azteca ya que nunca en su vida había experimentado uno.
La primera impresión que le dio el boxeador a Fleck fue de temor y digna de respeto. Era un hombre afroamericano de una complexion robusta, tenía bardos muy fuertes y largos y era bastante alto, ya que medía 1.91. Cando se tranquilizó demostró ser una persona seria y centrada, pero esas impresiones que tuvo Fleck de él decayeron cuando la confianza se apoderó de su cuerpo al hablar con Sekhmet.
Ali deshizo el volund luego de entrar de nuevo por la salida de los humanos.
- ¿Por qué no te vas a dar una vuelta por ahí en lo que yo me arreglo con los dioses, valquiria?
- Deberías prepararte para tu pelea -contestó Fleck molesta.
- Nha, ya me preparé lo suficiente antes de que me llamaras a pelear.
- No debes confiarte.
- Pff, por favor. La diosa perdió en el momento que propuso una pelea de box. Es mi terreno. No va a poder vencerme en mi propia profesión, además estaba totalmente borracha. No voy a perder así que no me molestes.
- Escúchame bien, ya perdí a muchas de mis hermanas y es mi deber vengar sus muertes, ¡y tú estás subestimando las capacidades de Sekhmet!, no sabes de lo que es capaz, ¡así que será mejor que te prepares para la pelea ya!
Ambos se miraban desafiantemente con furia y a pesar de la enorme altura y porte de Ali, Fleck no se sentía nada intimidada.
Muhammad suspiró.
- De acuerdo... Les explicaré todo lo que deben de saber del box, -dijo el boxeador dirigiéndose a Heimdall- pero voy a necesitar algunas cosas que están en mi sala personal y quiero que me traigan a tres personas en específico.
Heimdall asintió.

7

Geir llegó a la arena cuando ya se habían retirado todos por lo que decidió ir en busqueda de su hermana directamente a la sala personal de Muhammad Ali pero al llegar, la encontró vacía, incluso la pera y el costal que habían dentro ya no estaban así que se retiró a la habitación de Fleck e igualmente, la encontró vacía. No obstante, algo le llamó la atención; encima del escritorio de Fleck había dos sobres y cada uno tenía algo escrito:
"Para mis hermanas" decía el primero. "Para Geir" decía el segundo, aunque ambos tenían un mismo mensaje escrito abajo de lo anterior: "Solo abrir si no regreso".
Temerosa, Geir tomó el sobre que estaba dirigido a ella y con miedo a lo que fuera a decir dentro lo abrió y se dispuso a leerlo, no obstante su conciencia la detuvo, además de que el coliseo comenzó a emitir un fuerte crujido y tembló de nuevo. Geir estaba por salir para ver qué pasaba, sin embargo la voz de Heimdall hizo que se quedara allí, así que prendió el monitor de Fleck para ver qué es lo que ocurría.

8

Sekhmet entró a su habitación dispuesta a dormir un poco más, sin embargo, alguien ya la esperaba dentro.
- ¿Queh esstás haciendo aquíh, Bastet?
- Solo vine a ver cómo estabas, Sekh -respondió la diosa egipcia de la amabilidad.
- Yo esstoy bien, no te preocupess por mí. Ssolo quiero tomar una pequeña siesta antes de empezar mi combate.
- Debo decir que fue una buena idea hacer que se prolongara el combate, hermana, pero, ¿crees poder ganarle al humano? Quiero decir, lo retaste a un combate que domina a la perfección.
- Ottss, ¡io séh lo quéh hago! No va a poder ganarme... Y nada más deja que se me baje el-
- Señorita Sekhmet, -irrumpió Hermes entrando sin llamar a la puerta- el combate ya está por comenzar.
- ¡¿Quéh?¡ ¡Pero acabo de llegar a mi camita!
- Bueno, en realidad aún falta un poco pero, necesito que me brinde ciertos datos: ¿cómo quiere que sea su entrada al ring?, ¿con qué colores vestirá?y posteriormente tenemos que probarle su ropa para la pelea, también durante este tiempo le vamos a explicar las reglas del combate y cómo se boxea.
- Ash, está bien... Pero déjame pasar rápido al baño.

9

El coliseo del valhalla se estremeció nuevamente, sin embargo, está vez no fue debido a un terremoto. En esta ocasión tembló por cambios estructurales que hicieron los dioses en él. Techaron todo el complejo dejando en oscuridad a todos los espectadores dentro, no obstante, en pocos segundos el valhalla fue iluminado por varios reflectores, en el centro de la arena surgió un cuadrilátero de 6,90 a lo largo y ancho y junto con él, surgieron varios asientos que rodeaban el ring.
- SE LES INVITA A TODOS LOS ESPECTADORES A SENTARSE EN LOS LUGARES QUE ESTAN EN PRIMERA FILA DEL RING -anunció desde el centro del cuadrilátero Heimdall- EL CUPO ES LIMITADO.
Al oír esto, muchos de los dioses bajaron, incluyendo a los líderes del consejo. Los griegos se sentaron en las primeras filas y a un lado de estos estaba Amaterasu, Enlil y compañía así como otros dioses que fueron llenando los asientos. Por el lado de los humanos, bajaron en su mayoría grandes figuras del boxeo como lo son Mike Tyson, Don King, Floyd Mayweather JR, Canelo Alvares etc. Añadido a esto, del techo comenzó a colgar una enorme pantalla para los que se quedaron en sus asientos donde se transmitía a detalle la imagen del ring.
- MUY BIEN, AHORA SÍ VAMOS A DAR INICIO A LA SÉPTIMA RONDA DEL TORNEO DEL RAGNAROK, LA BATALLA DEFINITIVA DE DIOS CONTRA HOMBRE...
Y POR PRIMERA VEZ EN LA HISTORIA TENDREMOS UNA PELEA DE BOX. REPRESENTANDO A LOS DIOSES...
MIDIENDO DOS METROS CINCO DE ALTURA, CON DOSCIENTAS NOVENTA Y SIETE LIBRAS...
¡LA DIOSA DE LA VIOLENCIA! ¡LA MÁS FUERTE ENTRE LAS DIOSAS! ¡LA LEONA... SEEEEEKHMEEET!
Los dioses, al igual que los humanos estaban emocionados. Todas las deidades aclamaron a gritos el nombre de la diosa al verla entrar a la arena; "¡SEKHMET, SEKHMET!" gritaban.
Los reflectores se tornaron en una luz amarilla ámbar que dibujaron todo el complejo de ese color. Y ahí estaba Sekhmet saliendo por la entrada de los dioses. Era una mujer antropomorfíca con cabeza de leona, en ese momento vestía una bata blanca con bordes negros y que en la espalda tenía la palabra "Sekhmet" bordada con letras negras, llevaba sus guantes, shorts y su top de color rojo, había dejado atrás su enorme collar de oro, no obstante, aún traía su corona dorada que llevaba una pequeña cobra con ojos de esmeralda en la frente y sobre ella llevaba un orbe blanco. Su cabello lo recogió en una cola de caballo y traía puestos unos tenis negros. Venía acompañada por Bastet a su derecha, a su izquierda estaba Hathor -diosa egipcia de la maternidad- y por detrás estaban Neftis -diosa egipcia de la oscuridad- y Amunet -diosa egipcia protectora y del misterio.
Las cinco diosas subieron al ring donde los esperaba quien sería el referee, Temis, la diosa de la justicia que iba vestida con pantalones negros y una camisa con franjas blancas y negras. Sekhmet después de sonreír y agitar sus brazos, fue despojada de su bata y la sentaron en un banco donde le dieron un pequeño masaje en los hombros y le pusieron un protector bucal anaranjado hecho específicamente para sus afilados dientes.
- AHORA REPRESENTANDO A LA RAZA HUMANA, ¡TENEMOS A UN ÍCONO!, ¡EL ES EL REY DEL BOXEO!, ¡EL MEJOR BOXEADOR DE TODA LA HISTORIA! ¡EL CAMPEÓN DE LOS CAMPEONES!, ¡MUHAMMAAAAD AAALII!
Los humanos estallaron de la emoción y gritaron su nombre a todo pulmón: "¡Muhammad, Muhammad!"
Cuando Heimdall dejó de hablar, el estadio se oscureció por completo, de pronto se empezó a escuchar una guitarra y esta fue seguida por la iluminación de los reflectores que se tornaron azules. El grupo Survivor, desde una plataforma estaba tocando su icónica canción "Eye Of The Tiger". Al ver nuevamente al grupo y escuchar la canción, la humanidad gritó de emoción y fueron más fuertes sus gritos al ver llegar a Muhammad Ali por la salida de los humanos que fue iluminado por los reflectores.
Muhammad Ali llevaba puesta una bata roja con bordes dorados y que en la espalda rezaba "Muhammad Ali The King" con letras doradas, llevaba shorts y tenis blancos, sus guantes eran de un rojo reluciente e iba acompañado por quienes fueron sus entrenadores a lo largo de su vida: a su derecha estaba su primer entrenador, Joe Martin, en su izquierda estaba Fred Storner y por atrás les seguía Angelo Dundee. Mientras caminaba, Ali iba dando pequeños saltos, sonreía y saludaba al público.
La música cesó cuando Muhammad subió al cuadrilátero con sus entrenadores quienes le quitaron la bata, lo sentaron en un banco en su respectiva esquina, paralela a la esquina de Sekhmet, y le pusieron su protector bucal blanco.
- ANTES DE PODER EMPEZAR EL COMBATE, SE TIENEN QUE EXPLICAR LAS REGLAS -dijo Heimdall quien era el comentarista de la pela y aún se encontraba en el centro del ring junto con Temis, en esta ocasión, Heimdall vestía un traje negro con corbata de moño igualmente negra- SE DISPUTARÁN DE UNO A DOCE ROUNDS CON LA DURACIÓN DE TRES MINUTOS CADA UNO Y UN MINUTO DE DESCANSO PARA LOS PELEADORES, NO SE PERMITEN LOS GOLPES POR DEBAJO DE LA CINTURA, NI LOS GOLPES A LA NUCA O A LOS RIÑONES, NO SE PERMITE EL USO DE ARMAS NI DE NUDILLERAS BAJO LOS GUANTES. SI UNO DE LOS PELEADORES CAE AL SUELO SE LE DARÁN DIEZ SEGUNDOS PARA LEVANTARSE, DE NO SER ASÍ PERDERÁ EL COMBATE. GANARÁ QUIEN KNOCKEE POR COMPLETO A SU OPONENTE O LO MATE. EN DADO CASO DE QUE NINGUNO DE LOS DOS SEA KNOCKEADO, LA VICTORIA SE DECIDIRÁ POR PUNTOS. SIN MAS QUE AGREGAR, ¡COMENCEMOS!
Todos los espectadores aplaudieron al terminar de oír a Heimdall.
Heimdall y los acompañantes de los peleadores bajaron del ring dejando solo a Sekhmet, Temis y Muhammad en él.
Cuando se retiraron todos, Muhammad y Sekhmet se acercaron al centro del ring.
- Quiero una pelea justa y limpia, -dijo Temis que estaba en medio de los dos- choquen los puños.
- No vas a saber ni qué te golpeó* -dijo Muhammad al chocar los puños.
Después de chocar los puños, los tres se alejaron. Muhammad y Sekhmet levantaron la guardia cubriéndose las sienes con sus puños.
La campana sonó y el combate dio inicio.

Glosario

Debido al protector bucal, no se entiende mucho de lo que dicen los personajes por lo que para que haya mejor comprensión se evitará el detalle de escribir tal como se oyen las palabras tanto de Sekhmet estando borracha como de ambos con el protector.

Próximo capítulo 28 de Julio.

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