Su inocencia

Dedicado a @Norlingboss

El día había sido tranquilo hasta ese día. Hlokk había dedicado el día mayormente a acicalarse, aprovechando que los dioses no habían asignado demasiadas misiones a los einjerhar que requirieran de los servicios de aquella pequeña valquiria y su compañero, el caballero británico. Era una tarde tranquila.

Hlokk pasó el peine por su corta cabellera rubia, intentando deshacer los remolinos y los enredos para dejarla sedosa y brillante. Dejó el peine a un lado y tomó el lápiz de labios, puso su boca en gesto de beso y aceró el lápiz con cuidado, justo cuando el sonido de una llamada la hizo trazar un medio bigote color carmesí en su mejilla izquierda. Mirándose al espejo, vio el estropicio y refunfuñando tomó el teléfono para responder la llamada.

- ¿Qué?- Espetó.

- Hola Hlokk. Necesito que vengas a la sala común lo antes posible, es urgente.- La voz de su hermana Brunhilde sonó sin emociones, como siempre.

- ¿Es una misión?-

- No exactamente.-

- De acuerdo, estaré allí en unos minutos.- Dijo mientras limpiaba el rayón de pintalabios de su mejilla.

Tras arreglarse como debía, Hlokk se encaminó a la sala común con cierta desgana. Con lo tranquila que estaba ella en su habitación, y tenían que llamarla para una misión. Aunque su hermana había dicho que no era exactamente una, por lo que un pequeño destello de curiosidad se mostraba en su interior. Llegó a la puerta de la sala y fue a llamar cuando escuchó un ligero canturreo. Uno que le resultaba familiar.

- "¿Geir ha aprendido una canción?"- Pensó.

Golpeó la puerta y escuchó como Brunhilde le daba permiso para entrar.

- ¿Qué sucede? ¿Y qué querías decir con que no era exactamente una misión?-

- A buenas horas te presentas, y ni siquiera dices hola. Treinta minutos he tenido que esperarte, y es difícil mantenerlo entretenido tanto tiempo.- Dijo su hermana en tono molesto.

- Una dama necesita su tiempo para arreglarse, y tu arruinaste mucho de mi trabajo con esa llama. . . Un momento ¿Entretener a quién?-

Al ver que su hermana señalaba con el pulgar, Hlokk miró en su dirección.

Allí, sentado en uno de los sofás, moviendo las piernas de manera infantil y con las mejillas llenas de mermelada del pastel que estaba comiendo, había un niño de apenas doce años, con el pelo corto y plateado, cara suave y redonda iluminada por una sonrisa, y vestido con unas ropas pobres y llenas de remiendos. Parecía completamente ajeno al mundo mientras disfrutaba de su merienda. Hlokk lo miró, notando como todo en él gritaba ternura e inocencia.

- ¿Quién es ese niño?- Preguntó atónita.

- Me sorprende que no lo reconozcas, teniendo en cuenta que habéis hecho más de una misión juntos.-

Hlokk miró sorprendida a su hermana, luego al chico y de nuevo a su hermana. No podía ser verdad, le había visto hace apenas unas horas antes, pero el apuesto y educado señor inglés que siempre veía tomando una taza de té se había transformado en un tierno niño con la cara llena de mermelada, mostrando una felicidad anormal en su rostro.

- Me estas tomando el pelo.-

- Eso me gustaría.-

- ¿Cómo ha pasado? Un alma humana no vuelve a la juventud así como así.-

- No lo sé, pero no puedo quedarme con él y averiguarlo al mismo tiempo. Tendrás que cuidarlo tu.-

- ¡¿QUÉ?! ¡¿Y YO POR QUÉ?! ¿Te acuerdas lo que pasó cuando me dejasteis a cargo de vigilar a Geir cuando era una bebé?-

Brunhilde se estremeció ante la visión de ese recuerdo.

- No debí dejarte sola con una niña llorona y acceso al servicio postal, pero esta vez no hay opción.-

- ¿Ninguna de nuestras hermanas está disponibles? O los humanos, si estamos muy desesperadas.-

- Todos tienen misiones ahora mismo. Qué tu puedas rascarte las narices no significa que el resto de nosotros pueda. Además, es tu humano, cuidalo tu.-

- Pero -

- Nada de peros. Tengo trabajo que hacer.-

Brunhilde dejó a su hermana con la palabra en la boca, mientras se apresuraba a arreglar aquel embrollo. Hlokk miró irritada la figura de su hermana alejarse hasta que sintió un tirón en su manga.

- ¿He hecho algo malo?- Preguntó el niño con ojos tristes.

Hlokk tuvo que reprimirse para mantener su compostura ante semejante cantidad de ternura. Carraspeó y respiró profundamente, intentando calmarse y recomponerse.

- No, no has hecho nada malo, simplemente hay un pequeño problema con quien va a cuidar de tí.-

- ¿Mi mamá sabe donde estoy? No quiero que se preocupe.-

Aquellas palabras hicieron a Hlokk sentir una punzada en el corazón. Aquella era la versión de Jack más pura, antes de la oscuridad, del dolor y de la locura, y saber que aquella inocencia se perdería le causaba un terrible dolor.

- Tranquilo, nos hemos puesto en contacto con tu madre y ella vendrá a por ti en cuanto pueda, pero por ahora tendrás que quedarte aquí.-

- Vale ¿Puedo ir a jugar fuera? Casi nunca puedo salir cuando nieva.- Preguntó el niño volviendo a su alegría anterior.

-"Es verdad, ahora mismo está nevando."- Pensó la valquiria.- De acuerdo, pero no te olvides de abrigarte. No quiero tener que cargar con un niño resfriado.-

- Pero yo no tengo nada de abrigo.-

- . . . Espera aquí.- Dijo Hlokk mientras se dirigía a otro lugar.

~0~

Sobre la capa de nieve, Jack corría y reía bajo la atenta mirada de Hlokk. El chico, embutido en unos guantes y bufanda de lana rosada, hacía ángeles de nieve y muñecos, divirtiéndose. Hlokk no podía evitar sentirse feliz por él, pero no quería que esa felicidad se fuera, y menos de la forma en la que lo hizo. Quería que siguiera como ese niño inocente, que se deleitaba haciendo formas en la nieve y atrapando copos con la boca. Eso sería genial.

- Señorita ¿Le pasa algo?- La voz del niño la sacó de sus pensamientos.

- ¿Por qué lo dices?-

- Su color muestra tristeza.-

- No te preocupes, no es nada.-

El niño no se creyó aquella excusa, por lo que ingenió un plan para intentar animarla. Se alejó unos pasos mientras la valquiria volvía a sus divagaciones. De repente, una bola de nieve se estrelló contra la sien de Hlokk, dejándola atónita. A unos metros de allí, el chico se reía mientras preparaba otro proyectil.

- ¡Oh, con que a eso quieres jugar ¿eh?!- Dijo la valquiria con una sonrisa maliciosa.

Rápidamente, esquivó la bola lanzada contra ella y llevó sus manos a la nieve, preparando un proyectil que fue lanzado, dando en el hombro del chico. La pequeña batalla siguió, entre risas y quejas de que no valía volar.

Las horas pasaron y con ellas llegó la oscuridad de la noche. Hlokk dejó que el chico tomara una comida antes de guiarlo a su habitación, donde este la tuvo entretenida mientras leían juntos el libro de Romeo y Julieta, siempre insistiendo por leer un capitulo más.

- Bueno, es hora de dormir.- Dijo Hlokk.

- Pe-pero aún hay otros libros que quiero leer.- Dijo el chico con cara triste.

- Ya es muy tarde, mañana podemos seguir leyendo otros.-

- Pero-

- Venga, a dormir.- Hlokk bajó del borde de la cama para dirigirse a la salida.

- ¡NO!- Las manos del niño se agarraron a la suya, sobresaltándola.

 Hlokk se giró enfadada y asustada, solo para ver la mirada llena de miedo y tristeza del niño. Las lágrimas le corrían por las mejillas mientras temblaba como una hoja, aferrándose a la mano de la valquiria como si fuera lo único que evitara que cayera en las tinieblas.

- Tengo miedo. Nunca he dormido sin mi madre.-

Hlokk lo miró con ojos resignados y suspiró.

- Hazme hueco.- Dijo Hlokk mientras se tendía en la cama junto al chico.- Me quedaré solo hasta que te duermas.-

- ¿Lo prometes?-

- Lo prometo.- Dijo la valquiria mientras le acariciaba el pelo.

El chico sonrió, mientras observaba como el color brillante de su madre emanaba de la valquiria. Tomó su mano y cerró los ojos para quedar dormido profundamente a los pocos minutos.

- Ojalá pudieras tener esa inocencia.- Susurró Hlokk mientras sonreía y acariciaba la cabeza del niño.

Poco a poco, el peso de sus parpados se hizo más pronunciado, y el cansancio se fue apoderando de su cuerpo hasta que se entregó al sueño.

~0~

Hlokk despertó con la luz del sol entrando por la ventana. Extendió la mano para notar al chico, pero solo notó un espacio vacío. Se irguió para mirar por la habitación, pero no vio a nadie. Algo agitada, salió de la cama y de la habitación, buscando por los pasillos. No podía haber ido muy lejos. Llegó a la sala común, donde un olor a té la hizo detenerse.

- Buenos días, my fair lady. Espero que haya descansado bien.-

Sentado en el mismo sitio que ayer, Jack, de vuelta a la normalidad, tomaba su taza de té completamente tranquilo.

- Tu . . .  Vuelves a ser tu.- Dijo Hlokk aún algo confundida.

- Así es. Lamento haberle causado problemas ayer, pero no me encontraba en plenas facultades y parte de mi memoria había abandonado mi mente. Pero le agradezco que cuidara de este temeroso niño.- Jack le dirigió una sonrisa a la valquiria.

Hlokk entonces entendió lo que quería decir, lo que hizo aflorar un fuerte rubor en su rostro. Trató de responder con alguna queja, pero la sorpresa y la vergüenza hicieron que las palabras se le atoraran en la garganta. Simplemente giró sobre sus talones, volviendo a su habitación echando humos. Jack sonrió mientras la veía alejarse, mientras notaba como el color de la noche anterior no había desaparecido.


~~0~~


¡FELIZ NAVIDAD ATRASADA! Aquí está el siguiente one shot. Estoy probando algo distinto a lo que suelo hacer con los nombres, para ver si así llegan mejor a las personas a las que se les dedica. Decidme si es así o si no. Gracias por leer y espero que os guste.

Dedicado a @Norlingboss


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top