Nunca sabes que puedes encontrar

Dedicado a lasully122

Hay gente que no le gusta mucho socializar, o que al menos no lo hacen frecuente. Esto es normal, mucha gente prefiere pasar su tiempo solo. Pero cuando se supone que formas parte de un equipo, tienes que al menos conocer a las personas con las que vas a colaborar.

Sin embargo, meterle esa lógica en la cabeza a un tozudo redomado como Lu Bu es como intentar que una tortuga baile break dance. Siempre prefiere pasarse el rato entrenando sus técnicas o ejercitándose, por lo que casi nunca se lo veía en lugares que no fueran la sala de entrenamiento o su habitación. A pesar de las muchas veces que algunos de los otros Einjerhar se habían reunido, Lu Bu era una persona increíblemente solitaria y de pocas palabras.

- ¿En serio no te sientes un poco solo?- Randgriz preguntó mientras veía al hombre golpear una gigantesca piedra con los puños hasta hacerla polvo a una velocidad que superaba la visión.

- No.- Fue la respuesta.

Lo había mirado entrenar desde que se había levantado aquella mañana, sin cambiar su expresión o mostrar cansancio. Como todas las mañanas.

- Está bien que te mantengas fuerte, pero también deberías tomar un descanso de vez en cuando. Seguro podrías hacer buenas migas con al menos alguno de tus compañeros.- Randgriz miraba preocupada a su compañero.

- Un guerrero debe mantenerse fuerte. Además, ninguno de ellos son lo bastante fuertes para entrenar conmigo.-

- No me refiero solo a entrenar. Podrías charlar con ellos, compartir hobbies, hacer cosas juntos, ese tipo de cosas. Nunca sabes que puedes encontrar.-

- No tengo gustos en común con ellos, y el resto de aspectos tampoco me interesan.- Lu Bu respondió mientras cortaba limpiamente una columna de madera con una patada.

- Aff, eres incorregible. En fín, trata de no destrozar toda la sala.- Randgriz finalmente salió despidiéndose de Lu Bu.

Lu Bu continuó lanzando golpes hasta terminar su serie. Descansó un poco y tomó un palo para practicar movimientos de lanza. Eso era lo que le gustaba, entrenar y luchar. Eso era lo que le entretenía y lo agradaba. Aunque era verdad que no había intentado conocer al resto más allá que por su interés en los sparrings. Sasaki lo intentó un tiempo, pero la diferencia de poder era tan grande que temía que lo matara en un descuido. En cuanto a los demás, Adán nunca quería pelear con sus hijos, Jack no era un guerrero y Raiden, diciéndolo lo más cariñosamente posible, le parecía un bobalicón. En fin, supuso que simplemente entrenaría solo, si paraba de romper los palos como acababa de hacer con el que tenía en la mano.

~0~

- ¡OS DIGO QUE YO NO HE SIDO! . . . esta vez.- Lu Bu dijo mientras el resto lo miraba con mala cara.

La sala de entrenamiento estaba totalmente destrozada y revuelta como si un torbellino con un dragón tatuado hubiera pasado iracundo. Las pesas que no estaban clavadas en las paredes o el techo estaban retorcidas y aplastadas, las máquinas estaban partidas por la mitad, los sacos de arena agujereados y sin relleno y los postes y tablas de madera hechos astillas. Realmente parecía que hubiera habido una batalla allí.

- ¿Y qué ha pasado entonces? ¿Las máquinas han iniciado una batalla sin cuartel por ver a cual le han sudado más encima?- Brunhilde hablaba enojada con las manos en las caderas.- En fin, da igual. Hasta que la sala esté arreglada tendremos que cerrarla. Y sabes que no se permiten entrenamientos en otros lugares.-

- ¿Y dónde voy a entrenar entonces?- Lu Bu preguntó molesto.

- En ningún sitio. Aguantate y espera.- Brunhilde bufó mientras se daba la vuelta para irse.

- ¿Y que se supone que haga mientras tanto?-

- ¡APAÑATELAS!- Brunhilde gritó desde el otro lado del pasillo.

Esto era genial. Ahora tendría que buscarse otra cosa que hacer. Lu Bu gruñó mientras caminaba por los pasillos buscando algo que hacer. Si encontraba a la persona que había destrozado la sala de entrenamiento, le arrancaría el corazón por la garganta. Ese lugar era el único en el que podía disfrutar de su tiempo en soledad. Él había dejado la sala solo con unos pocos destrozos en piedras para romper y postes para golpear, pero nada más. Ese nivel de destrucción solo pasó una vez, cuando llegó por primera vez a ese lugar, y se habían encargado de repetírselo cada vez que entraba en la sala.

Caminó durante un rato más gruñendo y refunfuñando mientras pensaba en algo que hacer.

- Vaya, parece que hoy no se encuentra en el mejor de los humores.- Una voz llamó su atención.

Al girarse, vio a un hombre delgado y alto sentado en una mesa pequeña, con una taza de té en las manos.

- ¿Puedo invitarle a una taza de té para calmaros, señor?- El inglés habló con su habitual tono tranquilo y educado.

- Ugh, bien. No tengo nada mejor que hacer.- Lu Bu respondió de mala gana y se sentó.

Jack esbozó una sonrisa tranquila y sirvió un poco de té en la segunda taza. El líquido tenía un tono verdoso y desprendía un pequeño vapor. Lu Bu se acercó el té al rostro y su nariz se llenó con un olor dulce de hierbas. A su mente llegaron recuerdos de las tranquilos descansos entre entrenamientos, cuando tomaba aquella bebida para relajar los nervios. Hacía tanto que no la tomaba.

- Té chino.- Dijo después de dar un sorbo.

- Me han dicho que lleva perfeccionando desde hace más de 3 mil años. La verdad es que es un tipo de té muy distinto al que estoy acostumbrado, pero puedo decir que es de los mejores.- Jack tomó la taza y giró la cuchara en el líquido.- Parece que la sala de entrenamiento ha quedado completamente destrozada. Eso explica el por qué estáis aquí.-

- Sí. En cuanto encuentre al que lo ha hecho, lo haré pagar.- Lu Bu gruñó recordando la razón de su enfado.

- ¡Oh! ¿Entonces no ha sido usted?- Jack se sorprendió ante la respuesta del general.

- ¡Oh, por favor! ¡Fue una vez! ¿Vale? ¡Una sola vez!-

- Perdone, perdone. Disfrutemos el té tranquilamente- Jack rió un poco.

Ambos terminaron la taza, consiguiendo que el dragón calmara sus ánimos. Fue una agradable forma de recordar su pasado.

~0~

Tras la taza de té, Lu Bu dio un paseo hasta oír unos ronquidos que hacían retumbar las piedras de las paredes. Pensando que podía ser un animal salvaje que se hubiera colado, Lu Bu sonrió pensando que era la mejor forma de pasar el rato. Siguió deprisa el sonido hasta su fuente, y al encontrarla, frunció el ceño. Tenía la inteligencia de un animal, pero no era uno.

Dormido apoyado en un árbol, un gigantesco hombre roncaba a pierna suelta mientras un chico rubio dormía apoyado en su tripa. Con la poca ropa que vestían, si no los conociera habría dado que pensar, pero los conocía muy bien. Se acercó a ellos y se quedó unos segundos mirando antes de propinar un poderoso puntapié a las costillas del gigante. El hombre se despertó sobresaltado y dolorido, mientras el chico se desperezaba como si lo hubiera despertado el sonido de los pájaros.

- Joder, Lu Bu, no tenías que despertarme con una patada.- Raiden se quejó mientras se agarraba el costado.

- Lo siento, pero no creía que pudieras escucharme con ese cuerno de guerra que tienes por garganta.-

- Niños, no os peleéis.- Adán dijo mientras se ponía de pie.

- Además, estas siendo demasiado relajado. Un guerrero debe mantenerse fuerte.- Lu Bu regañó al luchador de sumo.

- ¡Ah, por favor! Sigo siendo tan fuerte como siempre, incluso más que tu.- Raiden dijo eso y automáticamente se dio cuenta de lo que acababa de decir, aunque no pensaba retirar lo que dijo.

Lu Bu se giró despacio con una sonrisa diabólica, aceptando el reto que ese hombre acababa de lanzarle. Sin embargo, una mano se posó en su hombro. Adán lo miró con una sonrisa amable.

- Venga chicos, no todo se tiene que resolver con una pelea ¿Por qué no intentáis encontrar una manera un poco más calmada?- Adán era así. Detestaba ver a sus hijos pelear, incluso cuando fuera de broma.

Ambos hombres se calmaron, aunque no del todo. Aún tenían que calmar su ánimo guerrero. Apoyándose en una mesa que había cerca, ambos hombres agarraron sus manos en una posición de pulso. Adán siendo el arbitro, inició la cuenta atrás.

- 3, 2, 1. . . ¡Adelante!-

A la señal, ambos hombres hicieron fuerza. Lu Bu confiaba en una victoria rápida, como había logrado con todos sus pulsos, pero cuando intentó bajar la mano, fue como intentar empujar un monte con las manos. Ese chico realmente era fuerte, pero se notaba en su agarre que era un novato en esto. Su fuerza era casi idéntica, algo que no había visto en un humano desde hacía años. Solo con uno, el demonio Dong Zhuo. Recordó aquel combate contra el rey, y la emoción que le produjo le llenó de nuevo el pecho.

- Tu . . . eres muy bueno.- Lu Bu dijo mientras sonreía y veía el esfuerzo en la cara de Raiden.

Finalmente, aplicó fuerza en la muñeca y logró doblegar el brazo del luchador de sumo. El golpe de sus manos contra la madera de la mesa sonó atronador, para luego ser acompañado del sonido de la mesa rompiéndose, haciendo que ambos cayeran al suelo.

- Af, af, af . . . Perdí.- Dijo Raiden mientras resoplaba por el esfuerzo.

- Que eso te sirva para saber quien es el más fuerte.- Lu Bu rio mientras también respiraba algo cansado.

- Venga, par de dos, no tenéis competir siempre. Venga, vamos por algo para comer.- Adán se puso en cuclillas para ver a ambos.

- No tienes que tratarnos como críos.-

- Es lo que tiene ser padre. Tus hijos siempre serán tus pequeños.- Adán sonrió mientras acariciaba la cabeza de Lu Bu.

Este bufó y simplemente ayudó a Raiden a levantarse. Puede que pasar tiempo con ellos no fuera una perdida de tiempo tan grande.

Cerca de los tres, mirando la escena desde un piso más arriba, dos valquirias miraban la escena.

- Es increíble que lo haya logrado. Un punto por el anti social.- Dijo Brunhilde cruzada de brazos.

- Siempre se puede intentar. Es una pena que para que eso pasara se destrozara toda una sala, pero creo que valió la pena.- Randgriz habló con una sonrisa mientras ponía las manos en su pecho, sintiéndose orgullosa y enternecida porque su compañero había encontrado gente con la que estar.

- Hablando de eso.- Brunhilde se giró hacia su hermana.- ¿Tu no habrás tenido nada que ver con que la sala de entrenamiento quedara destrozada verdad?-

- Brunhilde ¿En serio me consideras capaz de destrozar algo tan importante para una persona solo para que pase tiempo con otros?- La voz de Randgriz sonó apenada mientras ponía ojitos de cachorrito.

- . . . No, no creo.- Brunhilde reflexionó y admitió que no era posible que hiciera algoa sí.

- Muy bien, sigue pensando así.- Randgriz sonrió con una sonrisa alegre y se marchó por la puerta, mientras su hermana mayor la observaba con una mezcla de confusión, sorpresa y miedo.


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Y aquí está el siguiente One shot. Siento si me he demorado mucho. Espero que os guste.

Dedicado a lasully122



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